1. Creer, Confiar y Obedecer
Si el creyente, o líder quiere entrar en el mover de Dios debe tener en
cuenta, que debe creer, confiar y obedecer la palabra del Señor, es importante
entender que el creer debe ser nuestro lema, el creer es tener fe, si no existe la fe
estamos mal “Pero sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el
que se acerca a Dios crea que le hay, y que es galardonador de los que le buscan”
(Hebreos 11:6). El creer te debe de llevar a creer en su nombre “Mas a todos los
que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos
hijos de Dios” (Juan 1:12); pero si vamos más allá, la fe nos enseña que Jesús es la
vida, y el amor de Dios es tan grande que permite que vivamos “Porque de tal
manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel
que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna” (Juan 3:16); y que aunque
estamos muertos podremos vivir “Le dijo Jesús: Yo soy la resurrección y la vida; el
que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá” (Juan 11:25). Pero lo más
importante es que si creemos en Jesús seremos salvos “Ellos dijeron: Cree en el
Señor Jesucristo, y serás salvo, tú y tu casa” (Hechos 16:31).
Pero por otra parte, si tenemos esa fe para creer que esto es posible,
debemos de confiar. Es importante depositar la confianza total en el Señor y
dejar los temores a un lado “El temor del hombre pondrá lazo; Mas el que confía
en Jehová será exaltado” (Proverbios 29:25); hay que tener claro lo que significa
no confiar en Dios y confiar en otros “Así ha dicho Jehová: Maldito el varón que
confía en el hombre, y pone carne por su brazo, y su corazón se aparta de
Jehová…Bendito el varón que confía en Jehová, y cuya confianza es Jehová”
(Jeremías 17:5 y 7).
Esto significa que si confiamos en el Señor nuestro Dios, en Jehová de los
ejércitos, estamos siendo obediente “Y Samuel dijo: ¿Se complace Jehová tanto
en los holocaustos y víctimas, como en que se obedezca a las palabras de Jehová?
Ciertamente el obedecer es mejor que los sacrificios, y el prestar atención que la
grosura de los carneros” (1 Samuel 15:22); esto significa que debemos ser
2. obedientes en una totalidad extrema “Porque también para este fin os escribí,
para tener la prueba de si vosotros sois obedientes en todo” (2 Corintios 2:9);
entonces para ser los mejores obedientes podemos tomar el ejemplo de nuestro
Señor Jesucristo “y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo,
haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz” (Filipenses 2:8) y la
recompensa que recibió fue extraordinaria “Por lo cual Dios también le exaltó
hasta lo sumo, y le dio un nombre que es sobre todo nombre” (Filipenses 2:9). Si
queremos recibir nuestra recompensa debemos ser obedientes, sin poner
excusas, sin pensar si me gusta o no, o si estoy de acuerdo o no; porque el estar
en desacuerdo con Dios es mal visto por Él y no lo acepta “Y a los ángeles que no
guardaron su dignidad, sino que abandonaron su propia morada, los ha guardado
bajo oscuridad, en prisiones eternas, para el juicio del gran día” (Judas 1:6).
Es así como hay que tomar en cuenta entonces, que si estamos de acuerdo
con Dios, en lo que él nos indique o nos mande, le estamos obedeciendo, y si le
obedecemos estamos confiando en su poder, señorío, majestad, en su provisión,
salud, etc. Y si confiamos le creemos (tenemos fe), que él es el Dios eterno y
nuestro Padre Celestial, que estará pendiente de todas nuestras cosas y de todas
nuestras áreas, tanto materiales como espirituales, y lo más importante
alcanzamos la vida eterna. Amén.
Osmán Montero (Agosto 15 de 2008)