Este documento contrasta la imagen inducida versus la imagen orgánica de Bolivia. La imagen inducida muestra un país colorido con buena infraestructura y montañas atractivas. Sin embargo, la imagen orgánica sugiere que Bolivia es un país de pobreza extrema donde la mayoría de habitantes son indígenas estereotipados como malolientes, consumidores de marihuana y derivados de la coca. El documento atribuye esta imagen orgánica errónea a información negativa de los medios.