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Como profesionales, trabajadores, gerentes, dueños de empresa, familiares nos concentramos en vivir, en cumplir nuestras funciones, en llegar a la meta, en cumplir el horario o en entregar el producto/servicio solicitado. Pero no nos damos cuenta de la importancia de capitalizar lo que en el fondo representan nuestras actividades, lo que estas significan, es decir, la reputación que nos construyen.
Artículo 32. Ser agente de servicio al cliente implica Responsabilidad Socia...
Artículo 43. ¿Cuánto cuesta tu reputación?
1. Como profesionales, trabajadores,
gerentes, dueños de empresa,
familiares nos concentramos en vivir,
en cumplir nuestras funciones, en
llegar a la meta, en cumplir el horario
o en entregar el producto/servicio
solicitado. Pero no nos damos cuenta
de la importancia de capitalizar lo
que en el fondo representan nuestras
actividades, lo que estas significan,
es decir, la reputación que nos
construyen.
Esta pregunta se puede responder
de dos maneras:
a.Regularmente a todo le ponemos
precio. Imagínese que fuera
moneda de cambio el buen
manejo de todos los ámbitos de
nuestra vida. Por ejemplo, si
pierde uno el tiempo en una
actividad pues “puntos menos”,
o si una persona llega a la meta o
consigue más clientes entonces
“puntos de más”. O sea, volver
tangible los elementos
intangibles de nuestra vida. Así le
pondríamos más importancia a la
buena conducta porque
REALMENTE VALDRÍA.
b. Imagínese que se llevara una
bitácora en donde su buen
manejo de vida estuviese
registrado. Dependiendo del
puntaje, si bien no bloquearía
por completo las oportunidades,
sí condicionaría los alcances que
podamos tener, como un nuevo
trabajo, un nuevo puesto o una
Alex Castillo | Máster en RSE | Licenciado en Imagen Pública | Consultor en Imagen Corporativa
Blog: https://alexcastilloblog.wordpress.com/ | Artículo 43
¿Cuánto
cuesta tu
reputación?
nueva línea de negocio. Se haría
tangible lo que hoy constituye una
valoración subjetiva.
Y así, otras maneras.
En estos días me explicaba una persona
que lo que los profesionales quieren no
es imagen sino realidad. Esto confirma
la errónea interpretación que se tiene
de la IMAGEN PÚBLICA que todavía se
vincula en nuestras sociedades con la
Asesoría de Imagen, ámbito dedicado
exclusivamente al manejo de la
apariencia y el buen vestir.
Hoy por hoy, no puede haber cosa más
real que la IMAGEN PÚBLICA porque
es lo que usted y yo pensamos y
sentimos de una marca, producto,
empresa, persona, país. Si lo piensa
bien, mientras más nos proyectan una
imagen que a nivel de mercadeo no
nos cuadra con la realidad, más tienen
que hacer para esconder la verdad,
pero al mismo tiempo más se separan
de lo que la gente cree y confía cuando
tienen una experiencia específica con
estas entidades.
Pero como esto se mueve en el plano
de lo que cada quien piensa, considera,
opina y actúa es aquí en donde evalúo
que se difumina la importancia de tener
una buena imagen para todos.
“Afectará a los que les interese”, dice
la gente; público que no se está dando
cuenta que lo que tenemos en nuestros
días es un amplio sentido del efecto
multiplicador provocado por las redes
sociales.
Así, si una marca hace algo bueno y
le da resultados con el mercado,
todas voltearán a verla, a copiar su
secreto y a tratar de imitarla. Por el
contrario, si una empresa hace algo
mal, las demás no aprenden de ello
hasta que llegan a cometer el mismo
error.
Esto sucede porque son varios los
factores que profesionales y
empresas utilizan para “venderse”,
mientras que el único factor en el que
no nos hemos podido poner de
acuerdo, en lo que va del siglo, es en
que la reputación es el único factor
aglutinante que nos brinda los
parámetros para decidirnos
realmente por una opción u otra.
Pero como hasta el momento la
reputación “no vale dinero” en lo
concreto, entonces no le damos el
peso que merece en nuestras vidas
en todo sentido.
Si bien existen ya clasificaciones de
empresas que han mejorado sus
ventas cuando han manejado su
reputación bien y permanentemente,
esta sigue sin permear lo suficiente
nuestras vidas y consumo, cuando
una amplia mayoría del mercado
sigue moviéndose en términos de
necesidad.