1) La imagen pública de una empresa puede afectar la imagen profesional de sus empleados y ex empleados.
2) Tanto la empresa como el trabajador influyen mutuamente en sus respectivas imágenes públicas.
3) La percepción negativa de una empresa puede perjudicar las oportunidades laborales futuras de sus trabajadores.
Artículo 35. La imagen pública como estrategia de Soft Power
Artículo 36. El germen de la imagen pública negativa
1. Precisamente esta fue una de las
inquietudes que tuvo José Lira, MBA
Ingeniero Químico, guatemalteco,
lector frecuente de este espacio de
Consultor en Imagen Pública. José se
ha preguntado: “¿cómo la Imagen
Pública de una empresa en la que
laboro, o he laborado, puede afectar
mi Imagen Profesional?”. Excelente
inquietud la de José.
Constantemente nos vemos envueltos,
sin saberlo, en un diálogo de
imágenes, un mundo de percepciones
interconectado. Tanto la imagen de la
empresa me influye a mi como yo
influyo en la imagen corporativa de la
empresa para la cual laboro.
No sé si se han dado cuenta que esto
surge precisamente en ocasiones
específicas, miremos algunas:
a. Cuando alguien te pregunta en
dónde trabajas y tú das una respuesta
a medias con la cual reflejas cierto
grado de inconformidad,
aprovechando que estás fuera del
trabajo. OJO: lo que realmente pasa
aquí es que estás destruyendo tú
mismo la reputación de la empresa.
b. Cuando un cliente le pide mayor
información al vendedor y este no dice
más que el discurso de cajón (el
oficial). OJO: lo que aquí estás dando
a entender es que tienes una mordaza
en la empresa que no te permite ser
crítico y, por lo tanto, despierta
Alex Castillo | Máster en RSE | Licenciado en Imagen Pública | Consultor en Imagen Corporativa
Blog: https://alexcastilloblog.wordpress.com/ | Artículo 36
El germen
de la Imagen
Pública
Negativa
suspicacias en el cliente y como
resultado desconfía y no consume.
c. Cuando quiebra la empresa
regularmente se culpa a los directivos del
fracaso, pero implícitamente aunque el
trabajador trate de desligarse siempre se
estará jugando una imagen mental que
cuestiona la preparación del trabajador
por provenir de una experiencia
fracasada cuando quiere conseguir otro
empleo.
d. Por último, me he encontrado con que
los reclutadores o departamentos de
recursos humanos tienen una serie de
prejuicios de los otros sectores
productivos. Por ejemplo, si una persona
trabajó para tal período de gobierno,
entonces no es contratable, si un
trabajador viene del sector privado,
entonces viene con mentalidad
empresarial. OJO: lo que aquí está
pasando es que se tiene una imagen
negativa del otro sector, que afecta al
trabajador que se postula a una plaza,
imagen mental que le impide si quiera
entrar a conocerlo como profesional y
ponerlo a prueba.
Estos son algunos ejemplos de cómo en
nuestras sociedades latinoamericanas
está muy marcada la percepción
colectiva de “Depende de dónde
vengas, así te trato”, situación que nos
pone en un grado de compromiso
corporativo mayor entre empleadores y
empleados.
Así, la empresa debe cuidar su imagen
corporativa que, en síntesis, será la
suma de todas las imágenes
profesionales de los stakeholders
involucrados en la actividad productiva
o institucional.
De igual manera, el colaborador debe
estar consciente de que su imagen
profesional se verá afectada por la de
la empresa, pues la marca personal o el
branding personal (ahora de moda)
estará asociado tanto a sus
competencias personales, como a los
espacios que ha ocupado y la imagen
mental que ese reclutador tenga de la
empresa.
En tal sentido, José Lira por ejemplo yo
sé que tú trabajaste en La Popular,
pero si yo quiero contratarte y tengo
una imagen negativa de esa institución,
tú estarás contagiado de ese imagen
que funcionará como germen que
llevarás contigo hasta que tu marca
personal sea asociada a otra
experiencia, ojalá positiva.
Por esto es que la imagen pública es
integral, se puede ver como un
proceso de contagio permanente el
cual dependerá de nosotros revertirlo
(si es negativo) o exaltarlo (si es
positivo) para revalidar nuestro
profesionalismo en cada proceso de
selección. Esto depende de la forma y
del fondo con que manejemos nuestra
imagen pública como individuos y
empresas.
Tanto empresas como trabajadores no han caído en la cuenta que ambas partes, cuando asumen la
relación laboral de dependencia, también asumen un contrato implícito por manejo de imagen que se
hará evidente en momentos clave de la vida en la empresa.