Definición
En líneas generales, una ciudad se
puede definir como "inteligente" o
como "inteligentemente eficiente",
cuando la inversión social, el capital
humano, las comunicaciones, y las
infraestructuras, conviven de forma
armónica con el desarrollo económico
sostenible, apoyándose en el uso y la
modernización de nuevas tecnologías
(TIC), y dando como resultado una
mejor calidad de vida y una gestión
prudente de los recursos naturales, a través de la acción participativa y el compromiso de
todos los ciudadanos.
Desde el punto de vista tecnológico, una "ciudad inteligente" viene a ser un sistema eco
sostenible de gran complejidad (sistema que contiene muchos subsistemas), o sea, un
ecosistema global en el que coexisten múltiples procesos íntimamente ligados y que resulta
difícil abordar o valorar de forma individualiza cómoda movilidad. A esta lista también se
agregan, hogares saludables y funcionales, un buen sistema sanitario y educativo, y
facilidades en materia de ocio y diversión.
Las definiciones planteadas varían según el autor consultado, lo que no debe sorprender
pues como ya se dijo, el concepto es emergente y dinámico. Por otra parte, se observa que
se llama ciudad inteligente a algo que no tiene todas las características enunciadas, que no
manifiesta una preocupación notable por el medioambiente, o está lejos de esa componente
holística e integral a la que antes se hacía referencia, entonces nos acercaríamos más al
concepto de 'ciudad planificada', o 'ciudad digital'. Se entiende este escaso apego a la
terminología o una cierta tergiversación debido a intereses comerciales o de tipo político.
En muchos casos, las campañas de promoción y propaganda toman al ideal de la ciudad
inteligente como atractivo lema publicitario.
Planteamiento
Un planteamiento como el descrito exige a las ciudades o territorios que aspiren a ser
considerados como ‘inteligentes’, la renovación y el mejoramiento constante de las
soluciones tecnológicas, con el fin de optimizar sus procedimientos y la calidad de vida en
su entorno. Esto nos lleva a un detalle importante: la categoría ‘Smart’ no es duradera, es
decir, no está asociada a la consecución de una meta específica, sino que implica más bien
el compromiso por parte de los distintos agentes involucrados, de abordar un proceso de
mejora constante, con un potencial casi infinito, y una meta no menos lejana.
Ser Smart City no es un objetivo en sí mismo. Es un medio para un fin. (… y el camino por
el que una ciudad debe) seguir avanzando para ser, cada día más, sinónimo de
oportunidades, cohesión y calidad de vida.
Alcaldesa de Madrid Ana Botella, página 3 de su discurso del día 7 de mayo de 2013 (ver
referencias externas)
Contexto Político
El proyecto para construir un vehículo eléctrico en Rosario (Argentina), comenzó en el año
2007, por las ventajas derivadas de una eventual falta de combustible líquido, una menor
contaminación del aire, y una menor producción de CO2 (que es el que provoca el efecto
invernadero).
El concepto de ciudad inteligente en este aspecto ha sido muy usado en el proceso de
urbanización y ha estado muy de moda en el campo de la política en los últimos años, con
el objetivo entre otras cosas de establecer y marcar una clara distinción entre ciudad digital
y ciudad inteligente.27 Su principal objetivo se centra todavía en el papel (rol) y
modernización de la infraestructura de las Tics, pero mucha investigación también se ha
llevado a cabo sobre el papel cumplido por el capital humano, la educación, el capital social
y relacional, y el capital de interés ambiental, así como sobre el papel o rol cumplido por los
impulsores del crecimiento y del mejoramiento urbano.
Características
Orientación estratégica
La Unión Europea en particular, ha dedicado esfuerzos importantes a la elaboración de una
estrategia para lograr un crecimiento urbano con un sentido “inteligente” para sus ciudades
metropolitanas.
Te Inteligente Comunista Fórum', por ejemplo, ha investigado y continúa investigando sobre
los efectos locales de la revolución de las Tics en todo el mundo. La OCDE y Aerostato
junto con el Manual de Oslo destacan como el motor de cambio a la innovación en los
sectores de las Tics, y proporcionan un conjunto de herramientas para identificar
indicadores coherentes, dando forma así a un marco sólido de análisis para los
investigadores sobre innovación urbana. Y a nivel regional, se observa el papel de la
infraestructura de comunicaciones como puente para futuros resultados económicos
positivos.
La disponibilidad y la calidad de la infraestructura de las Tics no son el único rasgo
importante de una ciudad inteligente ni la única característica que ayuda a definir este
concepto. Varias definiciones hacen hincapié en el papel del capital humano, la educación,
El papel fundamental se
centra en las industrias
creativas y de alta
tecnología aplicadas al
crecimiento urbano a
largo plazo.
El enfoque implica el
desarrollo hbumano
integrado basado en
multa - actores, multa -
sectores, y variadas
perspectivas en varios
niveles.
la ciudad debe estar
basada en el
conocimiento, donde la
innovación y la
tecnología son los
principales motores del
crecimiento de la
comunidad
y la capacidad económica para adquirir dispositivos electrónicos. Se ha demostrado, por
ejemplo, que las tasas de crecimiento urbano más rápidos se han logrado en las ciudades
que disponen de una fuerza laboral con mayor nivel educativo.
La innovación en las ciudades es impulsada también por los empresarios innovadores en
cuanto a industrias y productos que requieren una mano de obra cada vez más cualificada,
para así generar más comodidad y seguridad a los usuarios, con un menor consumo
energético. Y no todas las ciudades tienen el mismo éxito en la inversión y en el capital
humano, pero una fuerza laboral más educada y calificada es una base sólida.
La tendencia de algunas ciudades a dejarse estar y restar esfuerzos y preocupación
respecto del capital humano, ha atraído la atención de investigadores y responsables
políticos. Resulta que algunas ciudades, que en el pasado estaban mejor dotadas de una
fuerza de trabajo cualificada, han logrado atraer más mano de obra cualificada. Los
responsables políticos, y en particular los europeos, atribuyen esta situación a cierta
tendencia de los trabajadores más preparados, a sentirse atraídos por contextos urbanos
donde se percibe más dinamismo y nivel de competencia y excelencia, tal vez porque allí
se sientan más a gusto, y/o porque piensen que allí habrán más posibilidades para ellos en
cuanto a sus ingresos y en cuanto a sus respectivas satisfacciones personales y
profesionales.