1. 72 Domingo, 1 de julio de 2012 Deia
BEGIRA
K U LT U R A
A I S I A
K O M U N I K A Z I O A
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G R A N D E S C O M P O S I TO R E S VA S C O S >
Réquiem por dos maestros
AMAIA SANTANA
BILBAO
Q
UIZÁ no todo el mundo
sepa que, mucho antes
de que se construyera el
Palacio Euskalduna, el
germen del mismo rondaba ya en la
mente de Francisco Escudero
(Donostia, 13 de agosto de 1912 -7 de
junio de 2002). Era la década de los
años 60 y el maestro (del que este
mes se cumple el décimo aniversa-
rio de su muerte y en agosto el cen-
tenario de su nacimiento) se halla-
ba inmerso en la composición de la
ópera Zigor!, un encargo de la Aso-
ciación Bilbaína de Amigos de la
Ópera (ABAO), que concluyó en
1963. “En la creación de esta pieza
quiso continuar la tradición de las
óperas anteriores, pero ya entonces
imaginaba que Zigor! se represen-
taría en un gran teatro... De algún
modo, con esta obra quería propi-
ciar la creación del gran teatro de
la ópera vasca”, señala Francisco
Mari Escudero, hijo del compositor
y actual director del conservatorio
de Donostia que lleva su nombre.
Califica la etapa de su padre en
Bilbao de “muy intensa y creativa”.
Desde Misa en Re al Concierto vas-
co para piano, Hileta o Gernika (su
segunda y última ópera, encargada
por la Sociedad Coral de Bilbao),
muchas de sus obras más emble-
máticas se crearon en la villa. “En
la sociedad burguesa e ilustrada del
Bilbao de entre los años 40 y 60 se
crearon muchos grupos culturales
formados por artistas, intelectuales
y personas de ciencias. Existía una
cultura de mecenazgo, había rela-
ción entre los artistas... Fue una
época muy prolífica”, comenta.
De acuerdo a la investigación de
la musicóloga Itziar Larrinaga,
entre los años 1945 y 1948 Escudero
ejerció de profesor de música en la
Santa Casa de Misericordia de Bil-
bao. Fue durante aquel periodo
cuando compuso Misa en Re, a ins-
tancias del arzobispo de Bilbao. Se
En la imagen, los compositores vascos Carmelo Alonso-Bernaola y Francisco Escudero. Ambos fallecieron en junio de 2002, los días 5 y 7, respectivamente.
estrenó el día de San Mamés de
1946. “A nivel melódico se trata de
una de sus mejores obras. La cultu-
ra musical en la que se ubica esta
obra se basaba en gran parte en
aquellas celebraciones litúrgicas.
Por desgracia, hoy día todo eso se
ha perdido...”, indica.
Antes de regresar a su Donostia
natal, Escudero también fue direc-
tor asistente de la Sociedad Coral
de Bilbao “y se afanó por obtener
la dirección de la Orquesta Sinfó-
nica y la Banda Municipal de Bil-
bao”, desvela Larrinaga. “Siempre
estuvo muy ligado a la Sociedad
Coral y a la ABAO”, corrobora el
hijo de Escudero.
Consciente de que la figura de su
padre es reconocida por muchos
compositores y musicólogos “como
un gran referente de la música vas-
ca del siglo XX”, reconoce sin
embargo “cierto sentimiento agri-
dulce” al recordar la etapa de Escu-
dero en Bilbao. “No quisiera expre-
sar ninguna queja hacia Bilbao,
pues nos visitaron muchos músicos
en nuestra casa de la calle Zabale-
ta, en Donostia, para aprender Com-
posición con mi padre, pero sí creo
que su música debería estar mucho
más arraigada”, señala. Considera
que las instituciones vascas “ten-
drían que fomentar el desarrollo de
la cultura musical ilustrada”, aun-
Escuderofueprofesoren
laCasadeMisericordiay
directorasistentedela
SociedadCoraldeBilbao
El mes de junio deja atrás el décimo aniversario de la muerte de Escudero y Bernaola
Escudero, junto a Manuel Lecuona y Pío Montoya, en plena composición de ‘Zigor!’ (1957-1963). FOTO: ERESBIL
2. Deia Igandea, 2012ko uztailaren 1a KULTURA BEGIRA 73Deia Igandea, 2012ko uztailaren 1 KULTURA BEGIRA 73
“
Zizi y Zape en Euskadi. La
película de los ‘clásicos’ del tebeo,
dirigida por el cineasta bilbaino
Oskar Santos, se rodará en
Budapest y en Donostia. P.77
Lapromociónlavivocomo
uncastigoeditorial; lahago
pormislectores”
MATILDE ASENSI
Escritora P.74
G R A N D E S C O M P O S I TO R E S VA S C O S
BILBO. Bere aitaren lekukoa hartu
du Francisco Mari Escuderok,
haren izena daraman Kontserbato-
rioaren zuzendaria da eta. Donos-
tiako Musika Eskola honen zuzen-
daritzaz harago, bai Francisco Mari
baita gainontzeko seme-alaba eta
senideak ere maisuaren ondarea
bizirik mantentzen saiatzen dira.
ESCUDERORENKONPOSIZIOAK
ZABALTZENDUHELBURU
FAMILIAK.BERNAOLARENOBRA
OSOASAILKATUDUALARGUNAK
“Bere ondarea hortxe dago, eta nahi
duen oro hurbildu daiteke, guk gus-
tura lagunduko diogu edonori, dela
partitura bat interpretatzeko, dela
edozer dokumentu topatzeko, adi-
bidez”, azaldu du Francisco Mari
Escuderok. “Bere obra ezagutu
nahi duen horrek, aurreiritzirik
gabe badator, aparteko indar musi-
kala aurkituko du, balio pedagogi-
koaz aparte”, gaineratu du.
Escuderoren asmoa zen bere ekar-
pena jendartean zabaltzea. “Aitak
maiz esaten zuen musikagilearen
abantailarik hoberena zela norbe-
raren sortze-lanek pertsonak
laguntzeko –eta alaitzeko– gaitasu-
na zutela”, gogorarazi du Escude-
roren semeak.
“Musikarekiko ikuspegi etiko
eta humanista zuen –jarraitu du
azaltzen–, edertasuna eta hunki-
dura ezezik, musikak balore moral
jakin batzuk aldarrikatu behar
zituela irizten zuen”. Pentsamol-
de horrek azaltzen du Escudero-
ren alderdi pedagogikoa, irakasle
gisa (34 belaunalditako 4.000 ikas-
le baino gehiago izan zituen).
“Bere aburuz, inorenak ez ziren
obrak konposatzen zituen, hau da,
jendarteari eskainitako obrak
Familia, musikagileek utzitako ondarearen begirale leialena
ziren, norberak musikara hurbil-
du eta gogoeta egin zezan”, nabar-
mendu du.
Bestetik, aintzat hartzekoa da Car-
melo Bernaolaren alargun den
María del Carmen Ruizek eginda-
ko lana. Bere senarra hildakoan,
etxeko estudioko paper guztiak
–baita beste bi geletan pilatuta zeu-
denak ere– sailkatzeari ekin zion.
“Dena hankaz gora zuen, milaka
dokumentu, partitura... dena
nahaspilatuta. Inoiz ez zekien non
zituen gauzak”, ezagutarazi du Rui-
zek. Urtebete eman zuen sailkapen
lan horretan –“2002ko ekainaren
5ean hil zenetik hurrengo urteko
maiatzaren 15a arte, zehazki”–, egu-
nero 6 eta 8 ordu bitartean.
Lana behin bukatuta, Bernaola-
ren obra guztia Bizkaiko Foru Agi-
ritegira bidali zuen. “Izugarri esku-
zabala da Alonso-Bernaola familia.
Esaterako, Ruizekin izandako elka-
rrizketa batean, argitaragabeko
partitura batzuk erakutsi zizki-
dan... eta hauek eramatera gonbi-
datu ninduen. Ezetz esan nion,
larregi iruditu zitzaidan eta”, aitor-
tu Daniel Moro ikertzaileak, Ber-
naolari buruzko tesia prestatzen ari
dena gaur egun. >A.S.
que también reconoce que es “un
problema social: hoy día predomi-
nan otros estilos (pop, rock, folk)
sobre la música culta. Además, se
tiende a programar repertorio del
patrimonio europeo e internacional
–prosigue–; es una pena que la ópe-
ra vasca apenas exista hoy en día,
y sin embargo existe...”, reflexiona.
CAÓTICO BERNAOLA De otro lado,
este mes también se ha cumplido
el décimo aniversario de la muer-
te de Carmelo Alonso-Bernaola
(Otxandio, 16 de junio de 1929-
Madrid, 5 de junio de 2002). Al igual
que el de Escudero, el valor del
legado musical del alavés es incal-
culable. Desde el himno del Athle-
tic Club a la mítica banda sonora
de Verano azul, muchas melodías
del compositor forman parte de la
memoria sonora colectiva.
“Compuso más de un centenar de
bandas-sonoras, 40 piezas para tea-
tro, unas 200 obras para producción
académica... Es obligada una selec-
ción de su obra antes de sumergir-
se en el estudio de su figura”, seña-
la Daniel Moro, investigador en la
Universidad de Oviedo que realiza
una tesis sobre el compositor ala-
vés. “Mi intención es ahondar en la
doble naturaleza de Bernaola, como
compositor de orquesta y como pro-
ductor de bandas sonoras”, aclara.
La ayuda de su viuda, María del
Carmen Ruiz, ha sido clave en su
investigación. Gracias a ella se
adentró en el lado más humano y
quizá más desconocido de Bernao-
la. “Me dijo que era muy desorde-
nado”, revela.
La propia María del Carmen Ruiz
lo confirma: “Horriblemente desor-
denado, sí, y siempre dejaba todo
para última hora, ¡me ponía mala!
Recuerdo que una vez se presentó
en casa el director Ángel Montesi-
nos, que le había hecho un encar-
go. Mi marido se quedó helao, pues
no tenía nada preparado. Entonces
se metió al baño con la excusa de
que se sentía mal y, al cabo de un
cuarto de hora... salió con las can-
ciones escritas”.
Sobre estas líneas, Francisco
Escudero junto a sus alumnos de
la Santa Casa de Misericordia de
Bilbao (1948). Al lado, el compo-
sitor posa con Jorge Oteiza e
Imanol Murua el día de la inaugu-
ración de la escultura de Oteiza
en Zarautz (1999). A la derecha,
Escudero en el estreno de la ver-
sión concierto de la ópera ‘Zigor!’
en Bilbao (1967). A la izquierda,
Carmelo Bernaola. Debajo, el
compositor alavés con su esposa,
María del Carmen Ruiz. FOTOS: ERES-
BIL/ARCHIVO FOTOGRÁFICO DE ZARAUTZ/ÁNGEL
RUIZ DE AZÚA/FAMILIA ALONSO-BERNAOLA
Además del famoso
himno del Athletic,
Bernaola compuso más
de 100 bandas sonoras