Proyecto editorial independiente realizado por "Impresiones colectivo" grupo de estudiantes de la Escuela Nacional de Bellas Artes del Perú , que seleccionó diferentes obras literarias provenientes de distintas partes del Perú, para crear conjuntamente con los seleccionados, una obra gráfica literaria.
<a><img src="https://i.creativecommons.org/l/by/4.0/88x31.png" /></a><br /><span>SIETE</span> by <span>Impresiones Colectivo</span> is licensed under a <a>Creative Commons Reconocimiento 4.0 Internacional License</a>.
2. “Siete”
Proyecto editorial independiente
creado por alumnos
de la Escuela Nacional de Bellas Artes
Grupo editorial independiente
IMPRESIONES COLECTIVO
Lima - Perú
2013
www.facebook.com/impresionescolectivo
Portada principal
Jim Marcelo Santiago
https://www.facebook.com/JIMBOOOM
Diagramación
(formato impreso)
Alicia Ugaz
Autores e ilustradores
Blanco
Autor: Aramis Castro
ilustrador: Omar Allca
Cuento Circular
Autor: Carlo Gallese
Ilustrador: Renzo Gallese
Arte Moche
Autor: Jorque Quiñonez
Ilustradora: Magali Rodriguez
Yo también fui super héroe
Autor: Renzo Villar
Ilustradora: Alicia Ugaz
Sincronización
Autor: Gianfranco Languasgo
Ilustrador: Omar Allca
Amor de un dinosaurio
Autor: Julio Meza
Ilustradora: Lilian Benites
Arturo
Autor: Vane Sifuentes
Ilustradora: Ana C. Carrasco
(Reseña de autores e ilustradores al final de cada cuento)
3. 3 SIETE
Impresiones Colectivo
SIETE es, en esta presentación, un libro virtual que com-pendia
siete cuentos. Los cuentos y sus respectivas ilus-traciones
parten de un proyecto editorial independiente
promovido y realizado por alumnos de la Escuela Nacional
de Bellas Artes del Perú en alianza con escritores, quienes
participaron de manera voluntaria previa convocatoria a
nivel nacional, lanzada a través de las redes sociales por el
TALLER DE LIBRO, grupo estudiantil que compartía téc-nicas
en encuadernación, posibilidades del libro de artista
y nociones editoriales, iniciado y dirigido inicialmente en
la ENSABAP por Nelle Urbanowicz, estudiante alemana de
intercambio, en la especialidad de grabado, quien fue tam-bién
la ideadora e impulsadora de un realizar un proyecto
editorial independiente, multidisciplinar, en alianza con
escritores.
4. 4 SIETE
Impresiones Colectivo
El grupo editorial formado a partir del “Taller de libro” for-mó
posteriormente IMPRESIONES COLECTIVO para llevar a
cabo y materializar el proyecto inicado el 2012 y culminado el
2013 en la exposición de artes visuales “HÁBITAT” en el mes
de setiembre, en el Centro Cultural de Bellas Artes en la ciudad
de Lima.
Como parte de las premisas iniciales de esta convocatoria se
pone este material a disposición de las redes virtuales pidiendo
se respeten los creéditos respectivos, tanto los de escritores e
ilustradores.
Hacemos un especial agradecimiento a las más de treinta per-sonas
que enviaron sus escritos, a los siete escritores selecciona-dos
y a los seis ilustradores que forman parte del “Impresiones
Colectivo” y que participaron de forma tan comprometida al
brindar tan valioso tiempo, compartiendo la tarea ilustradora y
editorial con sus obligaciones estudiantiles; a Nelle Urbanowicks
por iniciar el Taller de Libro de manera voluntaria y solidaria
para compartir sus conocimientos y, por sobretodo, sembrar en
nosotros el ímpetu por hacer extensivo y multidisciplinario el
trabajo gráfico, artístico y editoral; al Centro Cultural de Bellas
Artes y a la Escuela de Bellas Artes por facilitarnos los espacios
de reunión y de presentación del proyecto; a Alicia Ugaz por la
maquetación y haber hecho posible la culminación de la edi-ción
impresa, así como participar de la gestión de la muestra
“Hábitat” donde el producto SIETE fue presentado.
Muy especiales agradecimientos a Jim Marcelo Santiago por
colaborar desinteresadamente con la portada principal de SIE-TE
y a quienes nos apoyaron en las actividades de difusión del
proyecto a través de los talleres de creación de historietas en
C.C. Bellas Artes: Omar Allca y Juan Carlos Yañez, así como a
todos los que sigan y repliquen este tipo de iniciativas.
Ana Cecilia Carrasco
Coordinadora del proyecto “Siete”
5. 5 SIETE
Impresiones Colectivo
Índice:
Presentación ............................................................................................
Blanco .......................................................................................................
cuento circular..........................................................................................
Arte moche...............................................................................................
Yo también fui super héroe.....................................................................
Sincronización..........................................................................................
Amor de un dinosaurio...........................................................................
Arturo........................................................................................................
3
6
19
28
35
48
60
81
7. SIETE 7
Impresiones Colectivo
Siempre espero, es lo que mejor sé hacer. Salgo de
mi habitación, estiro m is b razos hasta el c ielo y
trueno l as a rticulaciones de mi c uello. Contando
cada paso, camino hasta el jardín de rosas. Me gusta
sentarme en la banca de madera corroída.
Mi espalda se apoya lentamente en el respaldar
y mis ojos se pierden entre los arbustos y las
personas. Puedo ver a los vecinos caminando y
riendo. ¿Riendo? ¿ De q ué ríen? Yo nunca rio, yo
sólo observo.
8. SIETE 8
Impresiones Colectivo
Acaricio mi traje blanco y pienso en lo maravilloso
que sería poder correr fuera del jardín. Mi cabello
está a tado, pero pide a gritos libertad. Trato de
imaginar l as fascinantes creaciones que existirán
detrás de esas paredes de concreto forradas por
follaje a punto de morir.
9. SIETE 9
Impresiones Colectivo
Cada vez que el sol sale y sus rayos rozan mis mejillas
me pregunto por qué siempre visto de blanco. Odio
el b lanco. Debe ser una tendencia absurda de un
país desarrollado porque los vecinos también visten
igual. A lguien me acosa con s us o jos, pero yo n o
la conozco. Es extraña, de cabello alborotado, pasos
de cemento y senos caídos. No me gusta su aspecto,
pero no la repudio porque se viste como yo.
10. SIETE 10
Impresiones Colectivo
Me levanto, vuelvo a tronar mi cuello y avanzo hasta el bebedero. Un ave se ha posado sobre el caño, me mira y sonríe. ¿Las
aves sonríen? Esta no solo sonríe sino también habla. ¿Qué dices ave de alas blancas? Parece que se asustó, ya no quiere
hablar más. Extiende sus alas, las agita un par de veces antes de alzar vuelo. El Sol es piadoso pues parece no quemarla, sino
más bien amarla.
14. SIETE 14
Impresiones Colectivo
De pronto aparece él, ese hombre siempre me sigue. Nunca está de blanco, debe ser extranjero. Se acerca a mí lentamente
mientras bebo el agua empozada del bebedero. Toma mi cintura y con lágrimas en los ojos susurra en mis oídos que me ama.
Creo que gusta de mí, aunque es mucho menor que yo. Debo confesar, sin temor al qué dirán, que podría ser mi hijo. Toma
mi mano y de un tirón me lleva dentro de la casa.
15. SIETE 15
Impresiones Colectivo
Los vecinos entran y salen de mi morada, todos de
blanco, como s i la p uerta estuviera abierta. Tomo
la cabeza del hombre suavemente, él se emociona,
y le digo que cierre las puertas y ventanas pues los
vecinos invaden mi privacidad. ¿Por qué él no viste
de blanco? Con un tono de compasión me dice:
‘Ya, mamá’.
16. SIETE 16
Impresiones Colectivo
Un b eso en l a frente y nuestro a mor está s ellado.
Desaparece entre la multitud y la brillante luz. Su
movimiento me recuerda a a lguien. De pie en un
rincón de la sala pienso si debería alcanzarlo, pero
creo que lo mejor es no ilusionarlo. Pobre hombre,
iluso animal, quiero q ue sea f eliz, p ero no puedo
entender el porqué.
A mi mente viene una frase: ‘Un hombre no
está a legre si antes no ha sentido el dolor’. Sabio
Rubinstein que me permite tomar sus palabras
como ejemplo para causarle dolor a aquel sujeto que
cada s ábado v iene a v erme. No quiero l astimarlo,
pero pronto estará bien.
17. SIETE 17
Impresiones Colectivo
Otra vez la voz, esa enorme y corpulenta voz que me
aterra. ‘Señores es hora de volver a sus habitaciones,
la medicina de las 3 de la tarde será repartida’. Los
de blanco arrastramos los pies y vamos a nuestras
camas. Creo que no t ienen casa p orque cada d ía
descubro que viven en la mía. Les cuento un
secreto… creo que todos están locos.
18. 18 SIETE
Impresiones Colectivo
Escritor:
Aramís Castro Ramos
Participa en los sitios de información:
corresponsales.pe, universidadcoherente.org, y en diario Perú16
www.doscarillas.wordpress.com
acastro@corresponsales.pe
arcara7@hotmail.com
Ilustrador:
Omar Allca (Psicop)
Estudiante de escultura.
Escuela Nacional de Bellas Artes del Perú.
Promoción 2014.
Es conocida su trayectoria como creador de comics en iniciativas al interior de la
ENSABAP, además de algunos proyectos de fanzine realizados colectivamete fuera de
ella.
www.facebook.com/psicop
www.facebook.com/BellasArtesInSituTuTu
23. 23 SIETE
Impresiones Colectivo
Por la apariencia del carro quizás s ea
del año 65 de color blanco y con una
carrocería d e metal puro, las llantas
apenas se observan pues el modelo está
diseñado d e esa f orma, la muchacha
le e xpresa al joven que estos autos
recorren c ortas distancias dado a su
antiguo tanque, él se asombra pues
desconoce lo mencionado.
Trabajan juntos solo un poco para abrir
la puerta, pero la llave es hallada en la
misma cerradura del copiloto. Abren
las puertas con cautela y no la cierran,
pues hará bulla, le quitan el freno
de m ano y lo e mpujan h asta h acerlo
llegar a la pista, pensando ambos al
mismo tiempo, sin saber lo que piensa
el otro, si es que el árbol sembrado no
se volvería a caer, una vez en el carro y
a una distancia prudente lo consiguen
dirección…
24. 24 SIETE
Impresiones Colectivo
Nadie se percata del hecho a pesar de que el coche
se e ncuentra frente a u na casa que parece estar
preocupada por los cuidados de los autos antiguos,
por no decir de colección…
25. 25 SIETE
Impresiones Colectivo
La c iudad está o scura, s e escucha el a ndar d e un
auto del año 65, de color blanco, de carrocería de
metal puro, llantas que apenas se observan pues el
modelo está diseñado para que den la impresión de
ser medias lunas. El conductor nota que la gasolina
ya se ha terminado. Y le expresa a su acompañante
que detesta esos autos porque solo recorren cortas
distancias dado a su antiguo tanque... el carro sigue
andando, c ruzan una esquina solitaria y antes de
alejarse de aquella esquina los jóvenes se detienen y
se miran al mismo tiempo, el joven le pregunta a la
muchacha: ¿lo abandonamos?, ella responde que sí,
toma la llave del arrancador y la coloca en la puerta
del copiloto, luego deciden caminar sin dirección…
26. 26 SIETE
Impresiones Colectivo
A la distancia dos jóvenes que deambulan sin
dirección en la calle durante la noche observan a 6
metros de ellos en el suelo un pequeño árbol que ha
sido desenterrado…
27. 27 SIETE
Impresiones Colectivo
Escritor:
Carlo Gallese
Egresado de la Facultad de Literatura
Universidad Nacional Federico Villareal
carlo.gallessi@gmail.com
Ilustrador:
Renzo Gallese
Estudiante de grabado.
Escuela Nacional de Bellas Artes
Ramesvar Das Grabador
renzogallesse@gmail.com
www.facebook.com/renzogallesse
29. SIETE 29
Impresiones Colectivo
Pones la punta de tu l engua
en el ombligo alargado de
Carito, que yace desnuda
delante de ti.
Más abajo, sus pies pequeños
y tiernos te provocan un
estremecimiento, t ragas
la saliva con un dolor
placentero.
30. SIETE 30
Impresiones Colectivo
Sus pezones enhiestos, negrísimos, humedecen t u
boca, te v uelven l oco. P ero cuando te abalanzas
dispuesto a devorarlos,
31. SIETE 31
Impresiones Colectivo
Reaccionas.
A tu lado, Carito tira de tu brazo, medio asustada.
Te pregunta por qué te quedaste callado y mirándola
como idiota de un momento a otro.
32. SIETE 32
Impresiones Colectivo
Reconoces el lugar. Están en la exposición de huacos
que a ella y a ti les tocó cubrir para su práctica de
Taller de periodismo II. Frente a ustedes, sobre un
pedestal, hay una cerámica Moche que representa
una cópula brutal entre dos indios rojos.
Sorry, me distraje…, te excusas, rascas tu cabeza.
Ay, cuándo no…, te riñe ella, risueña.
33. SIETE 33
Impresiones Colectivo
Luego se dirige hacia otro estante con cerámicas incas,
recomendándote que no te distraigas para que puedas redactar un
buen artículo. Tú la sigues, pero al contemplar su cuerpo perfecto
en movimiento, a pesar de sus prendas, eres capaz de imaginarla
desnuda.
Piensas que, a unque la conoces poco, apenas dos semestres incluyendo
éste, quizá no sea mala idea invitarla a salir un día; es una chica tan linda…
34. 34 SIETE
Impresiones Colectivo
Escritor:
Jorge Quiñones (Trujillo, 1980)
Licenciado en Ciencias de la comunicación por la Universidad Privada
Antenor Orrego. Su cuento “Suerte” obtuvo el Trofeo Libro de Plata
por ocupar el 2do. puesto en el Concurso Nacional Juvenil de Cuento
organizado por el Centro de Promoción Cultural Trujillo (CEPROCUT),
en el año 2011.
jorge_qv@hotmail.com
Ilustrador:
Magali Landaveri (Lima, 1980)
Egresada de la Especialidad de Conservación y Restauración.
Escuela Nacional de Bellas Artes del Perú. Promoción 2012.
Dedicada actualmente a la Conservación del Patrimonio
y proyectos de ilustración con fines culturales y educativos.
www.facebook.com/maga.landaveri
36. SIETE 36
Impresiones Colectivo
Convertido en superhéroe
Sin permiso de mamá
No hay villano que se escape
Si me pongo mi capa
37. SIETE 37
Impresiones Colectivo
Nunca he perdido batallas
Contra ningún malhechor
38. SIETE 38
Impresiones Colectivo
Es la fuerza que me ha dado
Tomar leche en polvo anchor
39. SIETE 39
Impresiones Colectivo
Dónde están esos días que no volverán
Donde poco costaba volar
O dragones salir a cazar
40. SIETE 40
Impresiones Colectivo
Dónde están esos días que no volverán
Donde poco costaba volar
Y era más fuerte que Superman
41. 41 SIETE
Impresiones Colectivo
- ¿Dónde dejaste la manta
que dejé en este sillón?
42. SIETE 42
Impresiones Colectivo
-Ya te he dicho que te ubiques. Nunca serás superman.
43. 43 SIETE
Impresiones Colectivo
-Es un actor de película
Y ese vuelo es efecto especial
44. SIETE 44
Impresiones Colectivo
Dónde están esos días que no volverán
Donde poco costaba soñar
Que a los malos iba a exterminar
Donde poco costaba soñar
Que a la tierra la iba a salvar
46. SIETE 46
Impresiones Colectivo
Mi madre ya me ha soltado
Está orgullosa de mí
Y mis sueños soterrados
Duermen muy dentro de mí…
47. 47 SIETE
Impresiones Colectivo
Autor:
Renzo Villar
Es miembro de la banda musical “Y los demás”.
http://www.reverbnation.com/ylosdemás Ilustrador:
Alicia Ugaz
Egresada de Bellas Artes.
Medalla de Plata en la Especialidad de grabado.
Año 2013.
Se desempeña activamente en el diseño, grabado y arte gráfico.
www.facebook.com/aliciaugaz.artista
49. SIETE 49
Impresiones Colectivo
2 Sincronización
Si estos fueran otros tiempos, yo mediría poco más
de un metro ochenta y tendría barba extrañamente
despeinada, como l as p ersonas que nunca vieron
rasuradoras más que en la tevé.
50. SIETE 50
Impresiones Colectivo
De s er a sí, viviría en un t ranquilo lugar d e Lima,
los á rboles, c erca a u na a venida principal poco
concurrida, donde las noches s ean propicias para
caminar sin necesidad de ser reconocido por algún
incauto que conociste hace un tiempo y ahora
pretende saludar. Usaría bicicleta, además, y me
colocaría audífonos con alto volumen de la música.
51. SIETE 51
Impresiones Colectivo
Si fueran o tros t iempos, v iviría en uno de los
y usaría las escaleras para llegar a mi piso, no
importa cuántas sean. Entraría a un departamento
de decoración f ría, con apenas la esencia de unos
colores invernales y cuadros de retratos de personas
que nunca verás y que existen sólo para adornar una
sala cuya mejor vista la tiene tras la ventana.
52. SIETE 52
Impresiones Colectivo
5 Sincronización
En otros tiempos, aunque también en estos, m e
apoyaría sobre la ventana a observar la calle con sus
desinteresadas personas andando sobre las aceras,
sus humeantes y viejos vehículos, aquellos insectos
coprófagos que existen desde siempre, coleópteros
que debieron s urcar los p arques a ntes que f ueran
parques, antes que fueran vida.
53. SIETE 53
Impresiones Colectivo
En una de esas,
podría observar
uno de los departamentos
A través de la ventana,
pude observar que ella dormía
profundamente
en uno de los muebles de la sala,
descalza y con el cabello ruloso
someramente peinado.
La situación es irónica.
54. SIETE 54
Impresiones Colectivo
Yo sin dormir por días y ella con un sueño ligero de
sutileza de los sueños, la complejidad de embarcarse
en miles de aventuras sin moverse siquiera.
55. SIETE 55
Impresiones Colectivo
10 Sincronización
Y lucía liviana y tranquila. Como el océano más
hermoso de todos, dormido por tantos siglos
pasados e n minutos. N i el café que quizá a lguna
vez reposó en la taza, cerca a ella, pudo alejarla de
dormir.
56. SIETE 56
Impresiones Colectivo
Me quedé hasta su despertar, aunque realmente
no estuviera a s u lado. Estiró los brazos como el
mar estira sus olas. Abrió los ojos y sentí como un
pequeño amanecer. Se levantó y desapareció entre
las paredes c laras de su sala, regresó sintiéndose
observada, alguien s e habría acercado a ella e ntre
sueños desde u na ventana y le prometió dulces
besos en tardes mustias, llevarla de la mano entre
avenidas.
57. SIETE 57
Impresiones Colectivo
Tomarla de la cintura y aparecer en la agonía de los
días más f elices q ue comienzan siempre con una
extraña sonrisa.
Alguien le había prometido estar cuando despertara
y la observo llorar sin lágrimas por aquel desplante
en esta Lima de otros tiempos, cuatro y quince de
saldrá y bajo corriendo a darle el alcance.
58. SIETE 58
Impresiones Colectivo
13 Sincronización
Solo el alma me acompañaba. Nunca supe su
nombre, nunca pensé en cómo llamarla.
Desde la p arte m ás b aja de la ciudad, observo su
ventana. Ella ha salido y sonríe.
Entonces, Ella me mira.
59. 59 SIETE
Impresiones Colectivo
Escritor:
Gianfranco Languasco Bellido (Lima, 1988)
Periodista y escritor. Textos suyos han aparecido en las revistas BASH MAG,
DEDOMEDIO y ASIA SUR. Ha sido ganador del primer puesto en los
Juegos Florales USMP 2010 y en La III Feria del Libro de Huancayo 2011,
ambos en la categoría Cuento. Gracias a este último premio, Bisagra Editores
lanzó la antología “El Tanatonauta” con los cuentos ganadores y finalistas,
que incluye su obra ganadora. Ha publicado el libro de relatos
Dirty Sexy Money (Editorial Casatomada, 2012).
gianfranch@gmail.com
Ilustrador:
Omar Allca (Psicop)
Estudiante de escultura.
Escuela Nacional de Bellas Artes del Perú.
Promoción 2014.
Dedicado, entre sus deberes académicos, a la difusión del cómic al interior de
Bellas artes y en proyectos particulares de fanzine e historietas.
www.facebook.com/psicop
www.facebook.com/BellasArtesInSituTuTu
62. 62 SIETE
Impresiones Colectivo
Cuando estaba en la oficina, el Contador era un
individuo sin luz propia. Su trabajo, el mismo desde
hacía un lustro, lo encadenaba al escritorio durante
sesenta o más horas a la semana. El trajín era repeti-tivo,
como el de una máquina incapaz de desgastar-se.
En la primera etapa del día revisaba las cuentas
(manipulaba el deber y el haber como fichas de un
rompecabezas) hasta que, cuando ya bostezaba,
ponía su firma en los libros contables y los cerraba
de un golpe. Mientras tomaba su refrigerio, que
consistía casi siempre en una hamburguesa y una ga-seosa
oscura, conversaba con sus compañeros sobre
nimiedades (aventuras de fin de semana, partidos de
fútbol y asuntos profesionales).
Por supuesto, nadie hablaba sobre temas agudos.
Se temía ser visto como un alborotador. En la tarde,
luego de trazar escritos y enviar el despacho, se reu-nía
con su jefe para comentarle sus avances.
– ¿Cómo está, señor? Aquí le traigo mis archivos.
–De mí no te preocupes, carajo. Deja esas hueva-das
en la mesa. Y regresa tu culo a su silla.
Al final de la jornada, el Contador le echaba llave
a sus cajones y se despedía de sus compañeros. Era
el momento en que comenzaba a iluminarse su
vida. Dentro del ascensor sentía un alborozo que
se originaba en sus entrañas y se reflejaba en su
rostro con una enorme sonrisa.
Era como si, después de años de lucha, se hubiera
liberado de unos fuertes grilletes. En la cochera se
quitaba el saco, encendía la radio a todo volumen
y arrancaba el auto. A diferencia de sus colegas, el
Contador no se dirigía a casa, ni a una reunión con
amigos, ni mucho menos al gimnasio. Desajustán-dose
la corbata, emprendía un breve viaje hacia el
mar.
64. 64 SIETE
Impresiones Colectivo
Luego de recorrer varias avenidas, bajo un cielo
que anunciaba el ocaso con heridas naranjas y
grises, tomaba la carretera hacia el sur de la ciu-dad.
En el kilómetro ciento veinte, en medio de
un desierto ondulante, ingresaba a un pequeño
balneario que parecía la manifestación concreta
de la nostalgia. Con lentitud, iba por las calles
pavimentadas de arena y cruzaba la plaza princi-pal,
en la que una iglesia en ruinas acompañaba al
municipio y otras edificaciones carcomidas por la
brisa. Rodeado de niños que jugaban a la pelota,
se detenía por algunos minutos en el malecón y
contemplaba los postes oxidados. Desde peque-ño
había fantaseado que eran ancianos raquíticos
que, debido a un hechizo misterioso, se habían
momificado justo cuando doblaban las espaldas.
También apreciaba las casas de revoques carco-midos,
jardines secos, pero balcones con celosías
intactas. “¡Qué chismosos somos!”, pensaba.
Finalmente, seguía a las gaviotas que tomaban
vuelos sinuosos y que, de un momento a otro, se
hundían en el agua para pescar. “¡Eso es libertad!”,
se decía y se imaginaba como un ave planeadora
que soltaba una blanquecina caquita sobre la ca-beza
de su jefe. El Contador suspiraba conmovido
y bajaba a la playa.
65. 65 SIETE
Impresiones Colectivo
Estacionado sobre la arena, con el viento empujando los te-chos
de paja de las sombrillas, el Contador abría la maletera y
sacaba un disfraz de dinosaurio de espuma de vidrio (para ser
preciso, de Tyrannosaurus rex teñido con diversas variaciones
del color violeta). Ante los ojos sorprendidos de algunos ba-ñistas,
se lo ponía lentamente y, dentro de esa piel grotesca, se
dirigía a un espigón.
Mientras silbaba un tema melancólico, avanzaba calculando
cada uno de sus pasos, como si realizara una ceremonia sa-grada.
Y, cuando llegaba a la punta, en donde reventaban las
olas con furia y se originaba una minúscula lluvia salada, se
sentaba sobre una roca y observaba cómo se hundía el sol en
el océano.
66. 66 SIETE
Impresiones Colectivo
Una mañana, cuando se relajaba en su
departamento, el Contador fue dominado
por un impulso. Su cuerpo le exigió salir a la
calle, pero no vestido del modo tradicional,
sino disfrazado de dinosaurio. Pese a que
intentó contenerse, la fuerza que nacía de su
médula lo sometió. Minutos después, se vio
a sí mismo bajando por las escaleras con su
extraño ropaje. El portero se sorprendió. Sin
embargo, como tenía ordenado no molestar
a ningún propietario, se quedó en silencio
como una roca. “Total”, reflexionó, “lo im-portante
es que me paguen a fin de mes”.
En el cuerpo del dinosaurio, el Contador
recorrió varias zonas de la ciudad. La vereda
se prolongaba ante sus ojos y una libertad
indescifrable le recorría de pies a cabeza.
67. 67 SIETE
Impresiones Colectivo
Era un éxtasis que, como si fuera producto de un
rayo, le hacía sentir una electricidad fulgurante.
Primero, llegó a un parque de olivos y persiguió
mariposas. Cuando estaba por atrapar una muy
colorida, cayó con estrépito en la laguna artifi-cial.
Las personas se reían de su aspecto y tor-peza.
–No se burlen –decía él, con voz grave–. Que
siempre estamos disfrazados.
Luego se detuvo en una esquina concurrida.
Bajo el semáforo en rojo, cruzó la pista bailando
un ritmo desaforado. Los conductores tocaron
sus cláxones y él se animó a dirigir el tráfico por
unos instantes.
–¡Avancen sin cuidado! –gritaba, haciendo el
sonido de un pito con los labios–. ¡Que golpe
avisa y enseña!
En la puerta de una farmacia, saludó a los clientes
y, cuando quisieron echarlo los guardias de seguri-dad,
saltó como un canguro con fiebres.
–La locura es la mejor medicina –recomendaba,
envuelto en su trance–. O la muerte, que lo iguala
todo.
Por último, subió a un puente, se pegó a la baranda
y lanzó besos volados a los carros.
–¡Los adoro! –gritaba–. ¡Porque la vida es viaje y
viajar es vivir!
Al final de la jornada estaba cansado y sudoroso
como si hubiera participado en una maratón. La
noche comenzaba a expandir sus dominios y los
objetos se entregaban a una penumbra enrarecida.
68. 68 SIETE
Impresiones Colectivo
El Dinosaurio se dirigió a su casa sa-boreando
el placer de haber cumplido
un acto sin parangón. No obstante,
a ratos se preguntaba: “Pero, ¿qué he
hecho?”. Y lo inundaba la vergüenza.
“Por suerte no me ha visto nadie.
¿O sí?”.
69. 69 SIETE
Impresiones Colectivo
De pronto, se encontró en la boca de un
pasaje y, gracias al reflejo de un poste
de luz, logró ver una silueta llamativa.
Cuidadosamente, avanzó unos pasos
y emergió una mujer (pues sus piernas
finas así lo indicaban) disfrazada de ga-lleta
con relleno de fresa. El Dinosaurio
se sorprendió: había alguien más con su
afición. La Galleta, que llevaba un ángu-lo
mordido, partió con prisa y se perdió
entre las sombras. El Dinosaurio, con
una mano (o más bien una garra) en el
corazón, hizo un descubrimiento que le
trastocó la existencia: la Galleta era ma-ravillosa
y debía encontrarla.
70. 70 SIETE
Impresiones Colectivo
El Dinosaurio anduvo por todos los lugares
que conocía, tratando de ubicar a la Galleta.
Fue por los caminos desiertos y silenciosos, y
sumó su tristeza a la del ambiente. Atravesó
las aceras llenas, evitando ser empujado por
las mareas de personas que iban y venían sin
ningún norte. Fue a los parques y los centros
comerciales, y los adultos lo confundieron con
un espectáculo para niños. Se introdujo en las
cantinas de mala muerte y tuvo que soportar
las bromas pesadas de los parroquianos.
Desesperado, preguntó en la comisaría y, luego
de ser calificado de demente, lo invitaron a sa-lir.
El desánimo lo venció con su peso de reali-dad.
Concluyó que nunca más hallaría a la Ga-lleta,
la cual lo había alterado en lo profundo.
71. 71 SIETE
Impresiones Colectivo
En la oficina, una tarde de cielo des-pejado,
el Contador llamó a la secre-taria
del jefe para darle unos informes
urgentes. Ella se acercó moviendo las
caderas con armonía y el Contador
encontró en esa forma de caminar va-rios
detalles que le inquietaron la me-moria.
“¿Quién camina así?”, pensó.
Como no se le ocurrió nada, volvió a
sus labores. Pero horas después, cuan-do
estaba listo para retirarse, varias
ideas se fusionaron en su cabeza. Ha-bía
hallado la respuesta: ese caminar
se parecía al de la Galleta.
72. 72 SIETE
Impresiones Colectivo
Sacó de una agenda la dirección de la Secre-taria
y salió corriendo. Cerca del lugar se-ñalado,
frenó ante una imagen de ensueño:
en un parque de árboles tupidos, la Galleta
brincaba de un lado a otro mientras arroja-ba
pétalos de flores. Se sentía traspasado por
una angustia creciente. Entró en el disfraz y
persiguió a la Galleta.
El Contador se arrojó sobre el escritorio de
la Secretaria, quien se había marchado ha-cía
unos minutos. Quería encontrar alguna
prueba que confirmara su sospecha. Forzó
la chapa, abrió los cajones y buscó entre los
papeles y sobres. No había ni indicios. “Ton-terías”,
concluyó. “Mejor voy a su casa”.
73. 73 SIETE
Impresiones Colectivo
La correteó por calles re-pletas
de ojos estupefactos.
Luego, por la berma central
de una autopista. Los vehí-culos
pasaban rápidamente
y en los timones se exhibían
rostros de desconcierto. El
Dinosaurio seguía tras la
Galleta: ninguno de los dos
mostraba cansancio. Esta-ban
dispuestos a cruzar sus
límites. Avanzaron cerca de
diez kilómetros.
74. 74 SIETE
Impresiones Colectivo
–Te atraparé –vociferaba el Dino-saurio–.
Te cansarás. Y te atraparé.
Pero, aunque era un buen plan,
eso no sucedió: una patrulla de
policía los detuvo. Los guardias se
los llevaron por promover el desor-den
público.
Rodeado de policías, y en una
habitación iluminada por reflec-tores,
el Contador se hundió en
la vergüenza: se quitó el disfraz
y mostró su rostro taciturno. Los
policías, que no dejaban de reír,
tomaron sus datos y le advirtieron
que era la última vez que lo deja-ban
libre. “¡La próxima te encerra-mos
en el manicomio!”, le dijeron.
Cabizbajo, el Contador se retiró
pensando que debía arrojar a la
basura su traje de dinosaurio.
Perdido por los pasillos de la
comisaría, le aplastaba la sensación
de estar en un laberinto de tama-ño
continental. De pronto, sobre
una banca de madera, encontró el
motivo de su congoja: el disfraz de
galleta. Aunque intentó controlar-se,
sus ojos resplandecieron y se
acercó a esa piel para acariciarla
con ternura.
Mientras sus manos vibraban, una
energía rara se expandió por su
cuerpo y le hizo sonreír de espe-ranza.
Sin embargo, el momento
cósmico se volvió terrenal cuando
alzó la mirada. Acompañada de
mujeres policías, la Secretaria pa-saba
por su lado. El Contador no
supo qué decir. Un vacío creció en
su estómago y una pesadez con-tundente
se alojó en su garganta.
Quiso articular palabras inteligen-tes
o por lo menos dulces, pero
solo le salió un tímido “hola”.
– Hola –le respondió la Secretaria
y continuó su camino.
75. 75 SIETE
Impresiones Colectivo
En el trabajo, después del incidente con la poli-cía,
el Contador evitó a toda costa la presencia de
la Secretaria. Si tenía que darle algún recado, se
hacía el desentendido o mandaba a que lo hicie-ra
otra persona. Así transcurrieron las semanas
hasta que, a fin de año, cuando se realizaba el ba-lance
general y en la oficina se respiraba oxígeno
con estrés, la Secretaria se acercó a su escritorio.
Llevaba una sonrisa pícara y sus ojos brillaban
con luz propia. Le extendió dos documentos.
–Gra-gra-gracias –dijo el Contador.
La Secretaria se retiró en silencio. El Conta-dor
leyó con expectativa el primer documen-to.
Trataba sobre algunas observaciones, muy
minuciosas, relacionadas a los montos que in-gresaron
antes del cierre de caja. Desanimado,
tomó el otro papel y lo revisó con paciencia. Al
finalizar, una descarga trepidante lo empujó a
un abismo sin gravedad. Era el amor.
77. 77 SIETE
Impresiones Colectivo
Apenas termina la jornada laboral, el
Contador y la Secretaria, que no hablan
nada en la oficina, se marchan con rapi-dez
y se dirigen a su punto de reunión:
la playa.
79. 79 SIETE
Impresiones Colectivo
Envueltos por la brisa, se
ponen sus respectivos disfraces
(el Contador, el de Dinosaurio;
la Secretaria, el de Galleta) y,
abrazados, contemplan cómo el
sol se esconde en el océano.
80. 80 SIETE
Impresiones Colectivo
Escritor:
Julio Meza (Lima)
En el link:
www.elperuano.com.pe/edicion/noticia-escribir-y-ser-libre-19547.aspx#.U6Y5U5R5Mnp
Link de reciente publicación en donde el Diario
El Peruano le dedica unas líneas a su creciente trayectoria literaria
por motivo de la publicación de “Sólo un punto,”
novela publicada en Chile, de la que Julio es autor.
julio.mmd@gmail.com
Ilustradora:
Lillian Benites
Medalla de Oro en la Especialidad de Grabado.
Escuela Nacional de Bellas Artes,
2013
Actualmente se desempeña en gestión cultural y artes gráficas.
www.facebook.com/lillian.stella
83. 83 SIETE
Impresiones Colectivo
7 am .Viernes. Llueve en Lima. Hoy
Arturo salió temprano de casa y fue de
combi en combi cantando a ritmo de
Chacalón, ese ídolo de multitudes, que
escuchó de un CD que su vecino repetía
una y otra vez, el mismo que recopilaba
éxitos del grupo celeste y de la nueva
crema. Esa música no sólo le hace mover
los pies sino que recorre su cuerpo y
toma dominio de su ser hasta esbozarle
una sonrisa en el rostro. Su corazón latía
fuerte, su alma vibraba teniendo el ómni-bus
como escenario.
84. 84 SIETE
Impresiones Colectivo
Así llegó hasta Los Olivos.
Hoy le toca trabajar. Su madre, quien
está gestando, amaneció muy débil.
Además Sthefanie, su hermana me-nor,
está enferma. Han gastado mu-cho
dinero en las medicinas y ya no
hay de dónde sacar más.
Con el dolor de su corazón su madre
le dice que no habrá tiempo para el
colegio pues tiene que traer un poco
de platita a casa o no comerá ningu-no
de los cuatro.
85. 85 SIETE
Impresiones Colectivo
En un cruce peatonal Arturo se pone a hacer
saltos, volatines y muchas otras piruetas, que
a la vez le sirven como calefactor a los 15 gra-dos
de temperatura de Lima donde su cami-seta
de Argentina no le es de mucha ayuda.
Al terminar su número, pasa de carro en
carro estirando la mano para recoger las
monedas que le quieran dar. Toca venta-nas,
mueve la cabeza y busca la mirada de
los conductores, pero parecen no verle.
A medida que avanza a través de la
fila de autos, la sonrisa poco a poco
se le va quebrando como un cristal.
El semáforo cambia a ámbar. Debe
apurarse y cruzar la pista hacia un lu-gar
seguro, pero precisamente al vol-tear
escucha que le gritan por atrás:
”Oe Messi”. Arturo lo duda pero gira
raudamente, después de todo debía
ser él: llevaba puesta la número 10.
Entonces vio a un hombre sonrien-te,
de esos que ven con el corazón.
Toma, le dice. Le da una moneda de 2 so-les
y una polera -No quiero muertos feos.
Además, Messi tiene que estar en el otro
mundial- y riendo reanuda la marcha.
86. 86 SIETE
Impresiones Colectivo
Arturo permaneció
parado como si por
un momento se hubie-ra
detenido el tiempo
pero el semáforo cam-bio
a rojo y el claxon
de los carros lo rein-corporó
a la realidad.
Messi hacía goles de
media cancha, de cha-laca,
de cuchara, era
el ídolo y héroe de
la mitad del planeta
pero para él, ese hom-bre
que le regaló una
sonrisa era su héroe.
87. 87 SIETE
Impresiones Colectivo
Una de la tarde marca el reloj en
las calles de Lima. La gente se pre-para
para uno de los placeres más
grandes y elementales de la vida:
comer. Arturo va caminando y de
repente se ve rodeado de anuncios
de menús. Lee en una pizarra es-crita
con tiza: entrada, papa a la
huancaína; segundo, arroz con po-llo
(seguro más arroz que pollo)
y en el menú ejecutivo:
arroz con leche de postre.
Eso sí: todos, pero to-dos,
vienen con refresco.
Anuncios de combos de
hamburguesas con papas
fritas, un trozo de pizza y
vaso de gaseosa a dos soles
y muchas otras tentadoras
propuestas. Mucha sazón,
mucha variedad y todo a
disposición de la gente,
pero sólo si tienen dinero
con qué intercambiarlo.
Bien dice una canción:
“cuando habrá pa’ todos
algo pa’ comer”.
88. 88 SIETE
Impresiones Colectivo
Buscando la mejor oferta, va al mercado
que le queda más cerca.
--¡Huevo de codorniz. ¡A sol casera lleve
huevo!
- ¡Jugo de naranja, pura vitamina C!...
Arturo vuelve a leer el cartel del combo
de pizza más gaseosa a dos soles. A través
de la vitrina las tajadas se ven grandes
y además le gusta la idea de que venga
con algo de beber, así que corre hacia ese
puesto y ordena una porción sin dudarlo
más: ¡A esquivar el hambre otra vez!
90. 90 SIETE
Impresiones Colectivo
8 de la noche. Muere el día pero el hambre reaparece. Dentro de una pollería una familia come ansiosamente.
Un pollo, papas fritas, un litro de gaseosa y porción de helados para todos. Es mucho más práctico comprar los
combos que promociona la pollería. Así el padre expresa el cariño a sus hijos. Sólo los ve un par de veces a la
semana y quiere darles lo mejor. El mayor de los hijos luce una figura gruesa para su tamaño. ¡Ese es mi hijo,
fuerte como el padre!, piensa éste.
91. 91 SIETE
Impresiones Colectivo
Arturo está por subir a su combi. Pasa
por el restaurant, mira a través del
vidrio a esa familia y luego voltea la
cabeza otra vez.
La combi en la esquina parece espe-rarlo.
Sube y empieza a cantar: Viento,
vuelve a ser como ayer…
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Impresiones Colectivo
Escritora:
Vane Sifuentes
Estudiante de nutrición
Universidad Científica del Sur
vanesifuentes@gmail.com
Ilustradora:
Ana Cecilia Carrasco Quintana
Egresada ENSABAP 2012.
Especialidad de Grabado.
Actualmente se desempeña en el campo de la gestión cultural.
www.facebook.com/ana.cecilia.564
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Primera edición impresa: Lima, 2013
Edición digital: Puno, 2014