El término identidad de género se refiere a la conciencia de una persona de sentir pertenencia al sexo masculino o femenino. Es decir, una persona puede sentir una identidad de género distinta de sus características fisiológicas innatas.
1. República Bolivariana de Venezuela
Universidad Bicentenaria de Aragua
Vicerrectorado Académico
Facultad de Ciencias Administrativa y Sociales
Escuela de Psicología
Psicología Clínica II. Unidad III. Ensayo 25%
Facilitadora:
Participante:
Lcda. Jessy Guerra Gamboa, Ana Gabriela.
C.I. 13.153.580. (VLP)
Valle de La Pascua. Marzo- 2018
2. La identidad de género, ¿Innata o aprendida?
-Diferencias del significado de sexo y género
El sexo de una persona se determina al nacer. Es su condición biológica.
Hombre o mujer. Está asociado principalmente por atributos físicos como
cromosomas, hormonas y anatomía interna y externa. El género, además, se
refiere a roles construidos socialmente, comportamientos, actividades y atributos
que una sociedad considera apropiados para niños y hombres, o niñas y
mujeres. Estos roles influyen en la forma en que las personas interactúan y en
cómo se sienten consigo mismas. A pesar que el sexo biológico es el mismo en
todas las culturas, los aspectos del género pueden diferir.
-La Orientación sexual versus identidad de género
El término 'orientación sexual' se refiere al sexo hacia el que una persona
se siente atraída en el plano emotivo, romántico, sexual y afectivo. Si a una
persona le atrae romántica y físicamente un miembro del sexo opuesto, entonces
es heterosexual. Y si por el contrario, si siente atraída por una persona del mismo
sexo, entonces es homosexual. Pero la orientación sexual no es absoluta.
También existe la bisexualidad cuando a una persona le atraen miembros de
ambos sexos.
El término identidad de género se refiere a la conciencia de una persona de
sentir pertenencia al sexo masculino o femenino. Es decir, una persona puede
sentir una identidad de género distinta de sus características fisiológicas
innatas. Por lo tanto una persona puede sentirse mujer aunque haya nacido con el
sexo masculino, o puede sentirse hombre, aunque haya nacido con el sexo
femenino. Sea cual sea nuestro género, orientación e identificación, lo más
importante es que todos somos principalmente personas, y como tal, merecedoras
de respeto y de libertad para elegir cómo queremos vivir nuestra vida.
3. Una de las más dañinas convicciones en ciencias sociales es que la
identidad de género se aprende. Basados en esa convicción, los servicios médicos
se resisten a cambiar el sexo de personas que sienten “estar en el cuerpo
equivocado” y recetan tratamiento psicológico de autoaceptación en vez de la
cirugía y el tratamiento hormonal solicitados por la persona. Tampoco se tiene
muy claro el motivo de que algunas, y sólo algunas personas sientan que tienen el
cuerpo equivocado. Es algo muy diverso a la homosexualidad.
“Según revisión publicada en Endocrine Practice hay creciente evidencia de una
base biológica para la identidad de género que puede cambiar la perspectiva
médica respecto a las personas transgénero y mejorar su atención a la salud”.
Los conocidos como “desórdenes en la identidad de género” afectan a una
en 100 personas. Un porcentaje, el 1%, inesperadamente alto. El estudio fue
conducido por investigadores de la Boston University School of Medicine.
Una precisión: no se trata de población homosexual, que se define como la
que prefiere a su propio sexo en las relaciones sexuales y, sobre todo, en el amor.
Esta última acotación resulta importante porque, sobre todo entre hombres, hay
quienes aceptan una relación con otro hombre como sustitución a falta de
mujeres, o como complemento al ingreso económico. De ahí que Kinsey, en 1949,
haya hecho una clasificación en donde hay cuatro sombras de gris, además del
blanco y el negro, seis tipos. Pero es sin duda homosexual el hombre que se
enamora de otro hombre, no el que tiene una relación casual. Como no es
heterosexual quien tiene una relación casual con el sexo opuesto.
Aceptar el propio sexo y buscar el mismo para relaciones sexuales o
enamorarse de quien pertenece al mismo sexo, ocurre con frecuencia tan alta, en
hombres, como un 10 a 12%. Menos en mujeres. El hallazgo de Boston es que
una minoría de esa minoría siente que desde la infancia le fue mal asignado su
género.
4. “Los investigadores condujeron una revisión bibliográfica que mostró de
forma positiva bases biológicas en la identidad de género”. Hubo casos con
desórdenes en el desarrollo sexual, como agénesis peneana (cuando no se forma
por completo un pene) y diferencias neuroanatómicas, otras en cuanto a genes
asociados con los receptores de hormonas sexuales: esto es, las hormonas se
producen, pero no hay receptores que las traduzcan en efectos propios de esas
hormonas.
Siendo este artículo “la primera revisión amplia de la evidencia científica
acerca de que la identidad de género es un fenómeno biológico”, explica uno de
los autores, Joshua D. Safer. “Como tal, nos provee de uno de los más
convincentes argumentos a la fecha, para todos los proveedores de servicios
médicos, para que la medicina desarrolle las técnicas necesarias para el buen
cuidado de estas personas”, añade.