El documento establece que en un concubinato existe un acuerdo tácito entre las partes para combinar sus recursos y esfuerzos con el fin de lograr un objetivo común. Por lo tanto, cuando finaliza el concubinato, cualquier concubino tiene derecho a solicitar la disolución de la sociedad y recuperar el cincuenta por ciento de los bienes adquiridos durante la relación.