Este documento resume las críticas de varias instituciones, incluida la Iglesia Católica, al reciente Protocolo de Aborto Terapéutico del Perú. Argumenta que el protocolo contiene mentiras como que sólo se aplicaría en pocos casos al año y que busca proteger la vida de la madre y el niño, cuando en realidad prioriza el aborto y no establece cómo salvar ambas vidas. También dice que grandes organizaciones médicas rechazan el protocolo porque va en contra de salvar vidas y que la Iglesia busca proteger
1. Arzobispado de Arequipa
Domingo
20 Julio
2014
LA COLUMNA
De Mons. Javier Del Río Alba
Varias instituciones se han pronunciado contra el
recientemente publicado Protocolo de Aborto
Terapéutico. La primera fue la Conferencia
Episcopal Peruana, tanto a través de un
comunicado hecho público a nivel nacional,
como mediante la voz de cada obispo en su
propia diócesis. Pese a que la oposición de la
Iglesia se basa en argumentos jurídicos y de las
ciencias de la salud, los promotores del aborto
han intentado desautorizarnos y hacer creer a la
población que sólo son argumentos religiosos y
no científicos. Pero, como bien se dice, “la
mentira tiene piernas cortas” y, por tanto, no
puede llegar muy lejos. Así que la verdad ha
salido a la luz rápidamente y ha quedado
comprobado que los argumentos de la Iglesia
son los mismos por los cuales la gran mayoría de
los médicos del Perú y otras instituciones de la
sociedad civil han pedido públicamente que el
Protocolo se deje sin efecto.
Por ejemplo, el Presidente de la Federación
Médica del Perú ha dicho que el Protocolo “no
sirve para nada”; el jefe del Sindicato de Médicos
del Seguro Social ha dicho que el Protocolo
impide a los médicos ejercer bien su profesión,
que debe estar siempre orientada a salvar vidas y
no a destruirlas; la Sociedad Peruana de
Derecho Médico ha dicho que se trata de un
documento totalmente inconstitucional, porque el
artículo segundo de la Constitución Política del
Perú establece con claridad que todo ser humano
tiene derecho a la vida y que el concebido es
sujeto de derechos en todo lo que le favorece. En
términos similares se han expresado el Colegio
Médico del Perú, el Consejo Regional Médico de
Arequipa y ONGs como Médicos por la Vida,
Ética y Derecho, etc.
A través de esos pronunciamientos ha quedado
de manifiesto que el Protocolo de Aborto
Terapéutico contiene muchísimos elementos que
demuestran que los principales beneficiados con
esa norma son los que tienen intereses, sean
ideológicos o económicos, en promover el aborto
en el Perú. La primera mentira que ha salido a la
luz es la afirmación de que a través del Protocolo
el Estado desea proteger la vida de la madre y del
niño. Enorme mentira, porque el Protocolo en
ningún momento establece que los médicos
deben intentar salvar las dos vidas ni dice cómo
hacerlo. Únicamente dice cómo matar al niño. La
segunda mentira, enorme también, es que se
oculta que las situaciones en las que se quiere
obligar a los médicos a aplicar el Protocolo, son
situaciones que, gracias a los adelantos de la
ciencia y la tecnología, pueden ser afrontadas
con éxito y salvar tanto la vida de la madre como
la del niño. La tercera gran mentira es que en todo
el documento se oculta que en el seno de la mujer
gestante hay un ser humano; en ningún momento
lo dice sino que, por el contrario, lo llama
contenido uterino, como si fuera una cosa y no
una persona. La cuarta gran mentira es que el
Protocolo no se preocupa ni siquiera de la salud
de la madre, porque no establece ningún
procedimiento para curarla sino solamente el
procedimiento para matar al bebe. Quinta gran
mentira, la ministra de Salud dijo que este
protocolo se aplicaría solamente de 15 a 20
casos al año, pero las ONG feministas, es decir
las que están de acuerdo con el Protocolo y han
apoyado a la ministra para que lo emita, ya han
dicho que eso no es verdad y que con el
Protocolo se realizarán miles de abortos cada
año.
Pero la mentira más grande consiste en acusar a
la Iglesia de que sólo piensa en la vida del niño y
no en la de la madre. La verdad es otra. La
Iglesia, al igual que los principales gremios
médicos afirma que es deber del Estado proteger
las DOS vidas. No priorizamos la vida del niño por
encima de la madre, pero tampoco la vida de la
madre por encima de la del niño. Hay que salvar
las dos vidas, los actuales adelantos de la
ciencia médica así lo permiten.
+ Javier Del Río Alba
Arzobispo de Arequipa
EL PROTOCOLO DE LAS MENTIRAS