1. Arzobispado de Arequipa
Domingo
06 Julio
2014
LA COLUMNA
De Mons. Javier Del Río Alba
Añadiendo un error más a su ya criticadísima
gestión, la Ministra de Salud ha promulgado lo
que comúnmente se conoce como “Protocolo de
Aborto Terapéutico”, a través del cual se dan las
pautas para, en ciertas circunstancias, matar de
modo directo a niños de hasta más de cinco
meses de gestación. Los obispos del Perú, así
como diversos gremios de médicos, abogados y
otras instituciones representativas de la
sociedad civil, hemos expresado nuestro total
rechazo a esta norma que pretende dar
apariencia de legalidad al asesinato de una vida
humana inocente en el vientre de su propia
madre. Se trata de una norma claramente
inconstitucional, porque el artículo 1° de la
Constitución Política del Perú declara que “la
defensa de la persona humana y el respeto de su
dignidad son el fin supremo de la sociedad y el
Estado”; y el artículo 2° de la misma Carta Magna
reconoce que toda persona tiene derecho a la
vida y que “el concebido es sujeto de derecho en
todo cuanto le favorece”. Esto significa que, en el
ordenamiento constitucional peruano, tanto la
madre gestante como el niño concebido tienen el
mismo derecho a la vida, así como a ser
defendidos por el Estado y respetados en su
dignidad.
Los defensores del “Protocolo” dicen que a
través de él se está reglamentando un derecho
contenido en el Código Penal. La verdad es otra.
El Código Penal Peruano establece claramente
que el aborto es un delito, y si bien en ciertos
casos dicho delito no es punible, es decir no se
aplica la pena a quien lo cometa, eso no significa
que deje de ser delito ni que el Código otorgue el
derecho a cometerlo. Los defensores del
“Protocolo” dicen también que a través de él se
está limitando y dando seguridad para que no se
cometan abortos ilegales, ya que el “Protocolo”
establece sólo once casos en los que se puede
realizar un aborto. Sin embargo, ocultan que la
causa número once es “cualquier otra” que, a
juicio unos pocos médicos, “ponga en riesgo la
vida de la gestante o genere en su salud un mal
grave y permanente”. Ocultan también que,
como lo han afirmado representantes de los
gremios médicos, en nuestros días las ciencias
de la salud permiten resguardar la vida y la salud
de la madre sin que necesariamente se tenga
que asesinar a su hijo.
El “Protocolo” dice que su criterio fundamental es
la protección de la vida y la salud de la madre
gestante y del niño que lleva en su seno, pero no
contiene absolutamente ninguna indicación para
proteger a ese niño. Por el contrario, dice
expresamente que “la atención en general y la
orientación/consejería” deben realizarse en un
marco “que requiere poner en el centro las
necesidades de las mujeres”. Al niño ni lo
menciona, pese a que todo el “Protocolo”
reglamenta cómo proceder para matarlo. La total
falta de respeto a la dignidad y al reconocimiento
de la vida humana queda también de manifiesto
cuando al referirse al niño lo llaman
despectivamente “contenido uterino”, pese a que
se trata ya de un ser humano con manos, pies,
ojos, nariz, cabeza, etc. como puede verse en
cualquier ecografía.
Así pues, la Ministra de Salud pretende que a los
niños por nacer se les considere como algo
descartable y que su existencia esté sujeta a la
decisión de la madre y de una junta de médicos
cuya imparcialidad nadie puede garantizar.
Como hace pocas semanas dijo el Papa
Francisco, una sociedad que no acoge a los
niños es una sociedad enferma. De esta manera,
el Gobierno no sólo incumple su deber de velar
por la salud de los ciudadanos, ya bastante
maltratados por la falta de atención del sector
Salud, sino que, por el contrario, añade una
nueva enfermedad al país!
+ Javier Del Río Alba
Arzobispo de Arequipa
UN CRIMEN ABOMINABLE