2. Es una modalidad terapéutica que utiliza los
beneficios físicos y psicológicos que proporciona el
caballo, con el fin de mejorar la calidad de vida de las
personas.
Se utiliza el movimiento tridimensional y la
temperatura corporal del animal para el tratamiento
de patologías físicas y psicológicas.
A medida que transcurren las sesiones terapéuticas, a
través de actividades cotidianas como el cuidado, la
limpieza y la alimentación del animal, se establece un
vínculo emocional entre el adulto-anciano y el caballo
que se convierte en el eje básico del proceso
terapéutico.
3.
4. El caballo actúa como nexo de unión en las
conversaciones entre terapeuta y paciente; al
mismo tiempo que genera situaciones de
intercambio de roles, que influyen muy
positivamente en el desarrollo de la autoestima y la
autopercepción de las personas mayores.
Por ejemplo, el anciano que habitualmente es
atendido y ayudado, durante la sesión es él el que
asiste y cuida de su caballo.
5. La interacción con animales tiene efectos en la salud
psicológica; disminuye la ansiedad y se ha
demostrado muy útil en el tratamiento de la
depresión.
El caballo, como ser vivo, es capaz de captar la
atención del anciano y motivarlo, por lo que facilita
su implicación y colaboración en las actividades
propuestas por el terapeuta.
El caballo puede motivar al anciano a levantarse de
la silla por el simple hecho de cepillarle o darle una
zanahoria; posiblemente, sin esta motivación no
accedería a levantarse.
6.
7. Acariciar al caballo, cepillarlo y darle de comer son
actividades cotidianas que nos permiten conectar al
anciano con la realidad, le ayudan a olvidar sus
problemas y preocupaciones, fomentan la empatía
y satisface la necesidad de dar y recibir afecto.
Los animales necesitan dar y recibir afecto igual que
las personas, con la particularidad de que de
ninguna forma juzgan a la gente; “a mi caballo le da
igual si voy en silla de ruedas”, “si tengo más de 80
años“, “si tengo Parkinson o Alzheimer“.
8. Al llegar a la vejez el organismo experimenta una serie
de cambios fisiológicos y sensoriales; muchas
personas mayores sufren artritis, osteoporosis y
demás afectaciones físicas que dificultan el
funcionamiento de su sistema muscular y esquelético;
por lo que el ejercicio moderado es el mejor aliado
para mantenerse físicamente sano.
En las sesiones de terapias ecuestres pedimos a los
ancianos que vayan a buscar las zanahorias para su
caballo, que acerquen los cepillos para la higiene
diaria, etc. De esta forma se facilita que el paciente
realice ejercicios de motricidad motivado por la
presencia del animal.