Viviana Bilotti es una ilustradora argentina que comparte su experiencia encontrando su voz como ilustradora. Explica que descubrió su pasión por la ilustración editorial a través de talleres y que ha trabajado ilustrando varias publicaciones. Describe su enfoque al ilustrar textos, que incluye leer el texto, interpretarlo y decidir cómo abordarlo visualmente considerando factores como el mensaje, formato y condicionantes. Finalmente, reflexiona sobre cómo ha construido su lugar en el mercado editorial siendo fiel a su
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Vivi Bilotti (apuntes)
1. Apuntes
Texto compartido dentro del 2do Encuentro de Escritores e ilustradores de la
región, organizado por la Cámara Uruguaya del Libro. Florencia Gattari
(Escritora Argentina), Viviana Bilotti (Ilustradora Argentina), Evelyn Ugalde
(Escritora Costa Rica), Malí Guzmán (Escritora Uruguay), Fernando González
(Escritor e ilustrador Uruguay) Coordinador: Germán Machado (Escritor
Uruguay) Dentro de la 13ª Feria del Libro Infantil y Juvenil, Montevideo-
Uruguay (24-5-2013)
El camino de la voz propia y mi lugar en “el mercado”
Presentación
Hace casi 10 años que estoy trabajando en ilustración. Cuando era chica estudié
en una escuela con orientación artística, donde fui aprendiendo dibujo,
composición, color; ahí aprendí a encuadernar y restaurar libros -ese fue mi primer
oficio y lo seguí haciendo con diferentes intensidades hasta el día de hoy.
Después cursé en la escuela de Bellas Artes, la extinta Prilidiano Pueyrredón de
Buenos Aires, y me recibí como profesora de Pintura. Trabajé de todo un poco y
varios años en talleres de realización de escenografía -como dice una amiga: “que
no exista el menor peligro de ganar dinero, eso jamás!”.
Seguí buscando, hasta que di con la ilustración editorial gracias a dos talleres.
Primero el de Elena Homs (directora de arte editorial); ahí me picó fuerte el bichito,
¡tres meses dibujando sapos! Y luego, ese mismo año, con el gran Istvan
(ilustrador, para quienes no lo conozcan; en la Argentina es un gran promotor del
libro álbum e impulsor de la figura de ilustrador como autor). Fue fundamental para
mí, sentí que había encontrado algo grande, lo que me gustaría hacer en la vida.
En Buenos Aires no hay escuelas o carreras formales para estudiar Ilustración
editorial, eso hace que cada uno arme el camino a su modo y aprenda sobre la
marcha.
Empecé en una época en que había mucho trabajo. Así fue como experimenté en
distintas publicaciones, como revistas, suplementos de diarios, libros de texto
(manuales escolares) y en literatura infantil, novelas, libros de cuentos, poesía,
etc.
Me interesa contarles esto porque viendo el recorrido, puedo contarles cómo
pienso este oficio y de alguna manera de cómo fui encontrando mi voz.
Ilustrar Hace unos años armé un taller de clases de Ilustración Editorial, eso me
obligó a pensar, escribir lo que pienso sobre esto de ilustrar y sobre el oficio. Se
aprende mucho de algo cuando una quiere enseñarlo, cuando se siente la
necesidad de trasmitirlo. Dar mi propia receta no tenía sentido, si es que podemos
hablar de “recetas” en un proceso orgánico y tan personal como es el acto
creativo.
Después de acomodar y revisar la cantidad de conceptos y partes, lo primero que
descubrí es que tenía un método, una manera de abordar este trabajo y esa
2. manera hablaba de cómo lo pensaba. Son muchas las partes que intervienen en
esto de ilustrar, y felizmente las logré acomodar en tres grandes ejes.
Abordaje del texto
La lectura y contacto con el texto a trabajar será siempre diferente en cada
ocasión. Es la instancia de interpretación y pensar un método, un cómo
abordarlo.
Leo, pienso, siento, descubro lo que se desprende del texto; me documento,
después elijo dónde me paro para contar o decir desde la imagen. Tomo una
postura acerca de lo que quiero generar o provocar con la imagen: educar, ampliar
información, sumar sentido, ofrecer otra mirada, jugar, detenerme y profundizar un
concepto del texto, etc.
Recurso Visual
Este eje tiene que ver con la imagen propiamente dicha. Bocetar esta plataforma,
luego podemos crear con mayor libertad y soltura. Los personajes, las voces, el
contexto, los climas, el ritmo o planteo compositivo, los encuadres, la técnica, etc.
Elegir en función del relato.
Condicionantes
Este es el eje que define ilustrar como oficio. Hay límites, condiciones, formatos,
medidas, necesidades y algunas problemáticas propias de este trabajo.
Reconocerlos y saber cuáles son me sirve para no frustrarme al final del recorrido,
que es la publicación de la imagen creada.
A partir de mi experiencia, reconozco dos grandes partes en la ilustración editorial.
Una parte objetiva que tiene que ver con lo efectivo: la ilustración tiene una meta
y algo puntual que debe cumplir, algo que nos viene dado desde el afuera, o por el
producto o por la línea editorial. Y por otro lado una subjetiva: en donde está todo
lo que uno le pone, la mirada la opinión, lo que yo quiero que diga, la elección de
las formas, técnicas, el tono, incluso darle lugar a desafíos o metas personales
que convivan con el trabajo pedido. Está en uno saber encontrar la manera y las
oportunidades de distinguir y potenciar esto.
El mercado Como les pasa a los escritores también, este trabajo es muy solitario,
y una de mis grandes compañeras del taller es la radio. Mientras que pensaba y
escribía en qué compartir en este encuentro, escuché una charla de dos artistas
de los medios de comunicación y caí en la cuenta de que el problema del mercado
para las creaciones artísticas es para todos. Ahí me dije: ¡no estamos tan solos!
De alguna manera, algo de esto le pasa a un programa de tv, de radio, a un
músico y a un libro por nombrar algunos.
Delante de Florencia, me pregunté en voz alta: los que ponen la primera piedra
son los escritores… ¿ellos son los que pautan o mandan en el mercado? Ella me
disparó un NO rotundo y a partir de ahí me puse a ver qué era lo que yo hacía en
este sentido.
No me levanto todos los días pensando ¿qué haré hoy para cambiar este sistema
capitalista opresor? ¿Cómo hago yo para modificar el mercado editorial? No,
quédense tranquilos que no, eso no sucede.
3. Sin embargo, empecé a revisar y ver dentro del camino que venía haciendo. Estar
atenta y en constante creación de una voz propia que no es la mejor pero sí es la
mía, desde donde puedo decir y crear sentido. Una manera de despegarse; que
no sea lo mismo mi imagen que la de otro colega. Todos tenemos un recorrido y la
posibilidad de escuchar esa voz. Dentro del oficio, ni mejores ni peores sino
diferentes lenguajes o estéticas.
Pensé en mi campo de acción, hice dos listas. Una tiene que ver con mi acción
por afuera, y la otra, mi acción por dentro del tablero.
Afuera
este es un espacio que se construye, no está dado esperándonos
-ir dándole una forma personal, a partir de lo que quiero o necesito
-amoldar ese espacio así él no me amolda a mí, o me deforma a su necesidad
-mostrar lo uno quiere hacer, en donde se siente cómodo, mostrarse pero sin
venderse como mercancía; blog, web, redes, charlas (nos cuesta y hay una
mirada peyorativa)
-ganarle de mano, elegir con quiénes trabajar, y no quedarse quieto a la espera
-pequeñas editoriales, donde el espacio para el diálogo es más cercano y flexible
y donde podemos proponer nuevas formas o colecciones, etc.
-elegir con qué escritores y textos trabajar
-trato profesional o de respeto, en nuestra manera de trabajar y de la autoría de la
imagen
-buenas condiciones, tiempos, pagos, dinámicas de trabajo, publicaciones,
imprenta, etc.
Adentro
-no subestimar al lector
-no darle la imagen servida, hacerlo trabajar en relación con el texto o que tenga
alguna complejidad desde lo plástico (como redescubrir una forma más sintética,
abstracta, planos rebatidos, la parte por el todo, guiños con los padres, etc.)
-elegir la imagen que, si bien haga pie en la interpretación o lo que necesita el
texto, sea fiel a mi elección personal
-ser concientes de los estereotipos e intentar esquivarlos, de las tendencias o
modas, etc.
4. -intentar estar atenta a estereotipos propios, nos acomodamos o aferramos a
veces a formas que se convierten en formulas propias repetidas
-saltar la primera imagen que me dispara el texto, bucear, y proponer con alguna
imagen que genere tensión entre imagen-texto, que te obliga a leer los dos
lenguajes
-conservar los lugares de documentación, acopio; me sirve esa instancia no solo
para ampliar la información, sino ampliar otros mundos, eso le da veracidad y me
sirve como fuente de estímulo
-saber estar atentos a los textos que saquen lo mejor de mí, donde yo pueda
poner mi mundo personal, mi vivencia. Me apropio de una manera especial del
relato, o la historia, desde un lugar de pertenencia.
Así se va construyendo mi lugar en el mercado de los libros, para encajar, a veces
subsistir, y otras respirar y ser feliz. Con mi voz propia, que no siempre es la
misma. Con mi formación previa, con los textos que me marcaron, me
atravesarony me modificaron. Con las oportunidades y también con las malas
experiencias. Con los otros, con quienes pienso este trabajo, colegas, escritores,
editores y amigos de los que aprendo en el día a día.
Salu!
Viviana