El gobierno peruano y organizaciones religiosas acordaron una apertura gradual de iglesias y centros de culto en dos etapas. A partir del 15 de noviembre, los fieles podrán ir a las iglesias a rezar individualmente o asistir a ritos especiales con aforo limitado, siguiendo protocolos de seguridad. En una segunda etapa, se permitirán misas y cultos, dependiendo de cada religión.