SlideShare una empresa de Scribd logo
1 de 3
Descargar para leer sin conexión
---------c==---- C_R_O_N_IC_A~) ~~--------------- 
Prof. BELEN DEL ROCIO MORENO 
Psicóloga-Psicoanalista 
Universidad Nacional de Colombia 
PANCRATIUM L. 
P. trisnthum Herbert 
Amaryllidaceae 
Zonas caudas y tropicales de Afrlc2 " ASia 
! I 
/--~ 
I texto de Roger Caillois Los juegos y los hombres relieva decidida-mente 
el valor cultural de los juegos, allí donde la opinión solía con-siderarlos 
actividades frívolas, gratuitas y desprovistas de importancia 
para la civilización. A partir de una definición del juego que resulta 
lo suficientemente amplia para considerar sus múltiples manifesta-ciones, 
y a la vez, lo necesariamente precisa para situar sus carácteres 
esenciales, establece una clasificación que desemboca en una socio-logía 
de los juegos. Comienza, entonces, por definir al juego como 
una actividad libre en cuanto que el jugador elige participar en ella; 
separada en tanto se halla delimitada espacial y temporalmente; in-cierta 
porque la duda sobre el resultado se prolonga hasta el final 
de la partida improductiva por no crear bienes ni riqueza -a lo sumo 
los desplaza-; reglamentada por hallarse sometida a convenciones 
y, ficticia respecto de la consciencia que acompaña el transcurrir de 
la vida corriente. Este es el fundamento que le permite establecer 
una clasificación de los juegos en cuatro categorías según predomine 
el papel de la competencia, del azar, del simulacro o del vértigo. 
Al primer grupo pertenecen aquellos juegos en que los con-trincantes 
se enfrentan y ponen a prueba una condición respecto 
de la cual rivalizan. A final de la partida, el ganador se considera 
el mejor en el tipo de proezas implicadas, la práctica de estos juegos 
supone el entrenamiento, la disciplina, la perseverancia, la voluntad 
de vencer. El competidor cuenta con sus recursos a los que lleva 
al máximo de rendimiento, por ello, lo que así manifiesta es su mérito 
personal. 
El segundo grupo comprende los juegos de azar en los que 
el jugador cuenta con todo menos consigo mismo; se libra, en cam-bio, 
al ciego veredicto de la suerte sobre el cual no puede tener 
la menor influencia. Con esta categoría denominada alea por Caillois, 
queda incluida una serie de juegos que Huizinga en Horno Ludens 
Roger, Caillois. Los juegos y los hombres. La máscara y el vértigo, México, D.F., Fondo de Cultura 
Económica, 1986. 
REVISTI 
COLOMBIANA 
DE PSICOLOGIA 161
CRONICAS 
no había tomado en consideración. Alea niega la regula-ridad 
del entrenamiento, la habilidad, el valor profesio-nal, 
el ahorro, las privaciones para labrarse un mejor 
futuro, en fin, todas aquellas condiciones necesarias en 
un mundo aplicado al acrecentamiento de los bienes. Se 
concede que este tipo de juegos ha dado lugar al desa-rrollo 
del cálculo de probabilidades, a la topología y a la 
teoría de los juegos estratégicos. A la vez se reconoce 
su escasa presencia en el funcionamiento institucional. 
Sólo los primeros teóricos de la democracia considera-ban 
al azar como el procedimiento igualitario por exce-lencia; 
las elecciones eran tenidas por un subterfugio o 
un mal menor de raigambre aristocrática. 
En Atenas se sorteaban casi todos los magistrados 
salvo los generales y funcionarios de hacienda, esto 
es, los técnicos. De otra parte, los juegos de azar ponen 
en vilo al ser puesto que comportan un goce bajo la 
forma de una espera inmóvil y estremecida de la decisión 
de la suerte. 
En tercer lugar están los juegos de simulacro en 
los cuales el participante se conduce temporalmente 
como un personaje ilusorio; el sujeto juega a creer 
y hacer creer a los demás que es distinto a sí mismo; 
para ello, se sirve de la máscara y el disfraz. 
Por último, los juegos de vértigo apuntan a destruir 
por un instante el equilibrio y la estabilidad de la per-cepción, 
intentando convocar la sensación de un pánico 
voluptuoso. Allí se ubican, por ejemplo, los ejercicios 
de los bailadores derviches y los voladores mexicanos. 
Sin embargo, el vértigo como categoría de juego, sólo 
ingresa cabalmente en la era industrial; es entonces 
cuando se hace posible probar velocidades extremas 
y producir calculadamente sensaciones de vacío y terror 
con máquinas diseñadas para tal fin. No se trata en 
absoluto de una distracción, puesto que, el goce que 
se impone está más próximo al espasmo que al placer 
de la diversión. Esa búsqueda del desconcierto físico 
se manifiesta tempranamente en algunos juegos infan-tiles 
que pronto se precipitan en un frenesí incontenible; 
vértigo comparable con el gusto habitualmente repri-mido 
por el desorden y la destrucción. En estos casos 
el sujeto se eclipsa tras la solicitación desmesurada de 
una seducción funesta que lo despoja del habitual silencio 
de órganos. Pero el vértigo no es sólo una categoría 
de juego es, a la vez, la condición fundamental del 
ritmo de vida en las sociedades industriales. Para atem-perar 
el vértigo de la vida cotidiana se suele pasar "de 
los prontos efectos de la física a los poderes sospechosos 
y confusos de la química" (pág. 98). Entonces se busca 
en las drogas o el alcohol la excitación anhelada o el 
pánico voluptuoso que otorgan de manera contundente 
las máquinas de la feria. Pero en este caso, nos hallamos 
en las antípodas del juego, tal como fue definido arriba. 
162 No. 4 AÑO MCMXCV 
u. NACIONAL DE COLOMBIA 
BOGOTA, D.C. 
La adicción tanto más inamovible se torna, cuanto más 
se aleja el umbral a partir del cual se logra el desconcierto 
buscado. Así el repetido gesto del adicto se funda en 
el fallido hallazgo de un límite que siempre termina 
escabulléndose. 
Las actitudes que rigen los juegos -competencia, 
suerte, simulacro y vértigo- suelen combinarse en pro-porciones 
diferentes. Combinándolos de dos en dos 
resultan seis conjunciones posibles, algunas prohibidas, 
otras contingentes y otras más, fundamentales. De estas 
conjunciones es conveniente subrayar la relación entre 
el vértigo y la suerte. Quien se libra a los designios 
del azar, ese dios sin corazón, ni memoria, -según la 
expresión de Poincaré- resulta fácilmente presa del 
vértigo del riesgo y la incertidumbre. 
El jugador reinstala obsesivamente con cada apues-ta 
la incertidumbre: "esta dispuesta a apostar por aquello 
que se le escapa más que por aquello que domina" 
(pág. I 1). La duda sobre el final de la partida es lo 
que sostiene el juego. El ajedrecista dejara de jugar 
cuando advierta que ha perdido la partida, el jugador 
de cartas descubrirá su mano cuando suspenda la va-cilación, 
en uno y otro caso, el juego se abandona cuando 
ya no hay incertidumbre sobre el resultado. Este plan-teamiento 
de Caillois nos conduce a suponer que si 
el jugador busca en cada nueva apuesta reinstaurar la 
incertidumbre es que así reanima una interrogación que 
no le es posible formular de otra manera '1'
CRONICAS 
no había tomado en consideración. Alea niega la regula-ridad 
del entrenamiento, la habilidad, el valor profesio-nal, 
el ahorro, las privaciones para labrarse un mejor 
futuro, en fin, todas aquellas condiciones necesarias en 
un mundo aplicado al acrecentamiento de los bienes. Se 
concede que este tipo de juegos ha dado lugar al desa-rrollo 
del cálculo de probabilidades, a la topología y a la 
teoría de los juegos estratégicos. A la vez se reconoce 
su escasa presencia en el funcionamiento institucional. 
Sólo los primeros teóricos de la democracia considera-ban 
al azar como el procedimiento igualitario por exce-lencia; 
las elecciones eran tenidas por un subterfugio o 
un mal menor de raigambre aristocrática. 
En Atenas se sorteaban casi todos los magistrados 
salvo los generales y funcionarios de hacienda, esto 
es, los técnicos. De otra parte, los juegos de azar ponen 
en vilo al ser puesto que comportan un goce bajo la 
forma de una espera inmóvil y estremecida de la decisión 
de la suerte. 
En tercer lugar están los juegos de simulacro en 
los cuales el participante se conduce temporalmente 
como un personaje ilusorio; el sujeto juega a creer 
y hacer creer a los demás que es distinto a sí mismo; 
para ello, se sirve de la máscara y el disfraz. 
Por último, los juegos de vértigo apuntan a destruir 
por un instante el equilibrio y la estabilidad de la per-cepción, 
intentando convocar la sensación de un pánico 
voluptuoso. Allí se ubican, por ejemplo, los ejercicios 
de los bailadores derviches y los voladores mexicanos. 
Sin embargo, el vértigo como categoría de juego, sólo 
ingresa cabalmente en la era industrial; es entonces 
cuando se hace posible probar velocidades extremas 
y producir calculadamente sensaciones de vacío y terror 
con máquinas diseñadas para tal fin. No se trata en 
absoluto de una distracción, puesto que, el goce que 
se impone está más próximo al espasmo que al placer 
de la diversión. Esa búsqueda del desconcierto físico 
se manifiesta tempranamente en algunos juegos infan-tiles 
que pronto se precipitan en un frenesí incontenible; 
vértigo comparable con el gusto habitualmente repri-mido 
por el desorden y la destrucción. En estos casos 
el sujeto se eclipsa tras la solicitación desmesurada de 
una seducción funesta que lo despoja del habitual silencio 
de órganos. Pero el vértigo no es sólo una categoría 
de juego es, a la vez, la condición fundamental del 
ritmo de vida en las sociedades industriales. Para atem-perar 
el vértigo de la vida cotidiana se suele pasar "de 
los prontos efectos de la física a los poderes sospechosos 
y confusos de la química" (pág. 98). Entonces se busca 
en las drogas o el alcohol la excitación anhelada o el 
pánico voluptuoso que otorgan de manera contundente 
las máquinas de la feria. Pero en este caso, nos hallamos 
en las antípodas del juego, tal como fue definido arriba. 
162 No. 4 AÑO MCMXCV 
u. NACIONAL DE COLOMBIA 
BOGOTA, D.C. 
La adicción tanto más inamovible se torna, cuanto más 
se aleja el umbral a partir del cual se logra el desconcierto 
buscado. Así el repetido gesto del adicto se funda en 
el fallido hallazgo de un límite que siempre termina 
escabulléndose. 
Las actitudes que rigen los juegos -competencia, 
suerte, simulacro y vértigo- suelen combinarse en pro-porciones 
diferentes. Combinándolos de dos en dos 
resultan seis conjunciones posibles, algunas prohibidas, 
otras contingentes y otras más, fundamentales. De estas 
conjunciones es conveniente subrayar la relación entre 
el vértigo y la suerte. Quien se libra a los designios 
del azar, ese dios sin corazón, ni memoria, -según la 
expresión de Poincaré- resulta fácilmente presa del 
vértigo del riesgo y la incertidumbre. 
El jugador reinstala obsesivamente con cada apues-ta 
la incertidumbre: "esta dispuesta a apostar por aquello 
que se le escapa más que por aquello que domina" 
(pág. I 1). La duda sobre el final de la partida es lo 
que sostiene el juego. El ajedrecista dejara de jugar 
cuando advierta que ha perdido la partida, el jugador 
de cartas descubrirá su mano cuando suspenda la va-cilación, 
en uno y otro caso, el juego se abandona cuando 
ya no hay incertidumbre sobre el resultado. Este plan-teamiento 
de Caillois nos conduce a suponer que si 
el jugador busca en cada nueva apuesta reinstaurar la 
incertidumbre es que así reanima una interrogación que 
no le es posible formular de otra manera '1'

Más contenido relacionado

Similar a Roger caillois. los juegos y los hombres, la máscara y el vértigo

Síntesis Homo Ludens de Johan Huizinga
Síntesis Homo Ludens de Johan HuizingaSíntesis Homo Ludens de Johan Huizinga
Síntesis Homo Ludens de Johan HuizingaDavid Alcántara
 
Edgar Allan Poe - El Crimen de la Rue Morgue - edicion dislexia.pdf
Edgar Allan Poe - El Crimen de la Rue Morgue - edicion dislexia.pdfEdgar Allan Poe - El Crimen de la Rue Morgue - edicion dislexia.pdf
Edgar Allan Poe - El Crimen de la Rue Morgue - edicion dislexia.pdfSilviaCoraliaPortero
 
los-crc3admenes-de-la-calle-morgue.pdfsm
los-crc3admenes-de-la-calle-morgue.pdfsmlos-crc3admenes-de-la-calle-morgue.pdfsm
los-crc3admenes-de-la-calle-morgue.pdfsmmaribelcastillog5
 
Resumen de la Charla: EL PLACER DE DESCUBRIR Y LA REIFICACIÓN INHERENTE A LOS...
Resumen de la Charla: EL PLACER DE DESCUBRIR Y LA REIFICACIÓN INHERENTE A LOS...Resumen de la Charla: EL PLACER DE DESCUBRIR Y LA REIFICACIÓN INHERENTE A LOS...
Resumen de la Charla: EL PLACER DE DESCUBRIR Y LA REIFICACIÓN INHERENTE A LOS...SOCIEDAD JULIO GARAVITO
 

Similar a Roger caillois. los juegos y los hombres, la máscara y el vértigo (8)

Síntesis Homo Ludens de Johan Huizinga
Síntesis Homo Ludens de Johan HuizingaSíntesis Homo Ludens de Johan Huizinga
Síntesis Homo Ludens de Johan Huizinga
 
U py d, el aguafiestas
U py d, el aguafiestasU py d, el aguafiestas
U py d, el aguafiestas
 
Edgar Allan Poe - El Crimen de la Rue Morgue - edicion dislexia.pdf
Edgar Allan Poe - El Crimen de la Rue Morgue - edicion dislexia.pdfEdgar Allan Poe - El Crimen de la Rue Morgue - edicion dislexia.pdf
Edgar Allan Poe - El Crimen de la Rue Morgue - edicion dislexia.pdf
 
Reflexion juego y vida
Reflexion juego y vidaReflexion juego y vida
Reflexion juego y vida
 
Ludopatía
LudopatíaLudopatía
Ludopatía
 
Reflexión estetica y modernidad
Reflexión estetica y modernidadReflexión estetica y modernidad
Reflexión estetica y modernidad
 
los-crc3admenes-de-la-calle-morgue.pdfsm
los-crc3admenes-de-la-calle-morgue.pdfsmlos-crc3admenes-de-la-calle-morgue.pdfsm
los-crc3admenes-de-la-calle-morgue.pdfsm
 
Resumen de la Charla: EL PLACER DE DESCUBRIR Y LA REIFICACIÓN INHERENTE A LOS...
Resumen de la Charla: EL PLACER DE DESCUBRIR Y LA REIFICACIÓN INHERENTE A LOS...Resumen de la Charla: EL PLACER DE DESCUBRIR Y LA REIFICACIÓN INHERENTE A LOS...
Resumen de la Charla: EL PLACER DE DESCUBRIR Y LA REIFICACIÓN INHERENTE A LOS...
 

Último

Ensayo ENRICH (sesión clínica, Servicio de Neurología HUCA)
Ensayo ENRICH (sesión clínica, Servicio de Neurología HUCA)Ensayo ENRICH (sesión clínica, Servicio de Neurología HUCA)
Ensayo ENRICH (sesión clínica, Servicio de Neurología HUCA)s.calleja
 
Piccato, P. - Historia mínima de la violencia en México [2022].pdf
Piccato, P. - Historia mínima de la violencia en México [2022].pdfPiccato, P. - Historia mínima de la violencia en México [2022].pdf
Piccato, P. - Historia mínima de la violencia en México [2022].pdffrank0071
 
Tema 1. Generalidades de Microbiologia Universidad de Oriente
Tema 1. Generalidades de Microbiologia Universidad de OrienteTema 1. Generalidades de Microbiologia Universidad de Oriente
Tema 1. Generalidades de Microbiologia Universidad de OrienteUnaLuzParaLasNacione
 
Mata, S. - Kriegsmarine. La flota de Hitler [2017].pdf
Mata, S. - Kriegsmarine. La flota de Hitler [2017].pdfMata, S. - Kriegsmarine. La flota de Hitler [2017].pdf
Mata, S. - Kriegsmarine. La flota de Hitler [2017].pdffrank0071
 
Gribbin, John. - Historia de la ciencia, 1543-2001 [EPL-FS] [2019].pdf
Gribbin, John. - Historia de la ciencia, 1543-2001 [EPL-FS] [2019].pdfGribbin, John. - Historia de la ciencia, 1543-2001 [EPL-FS] [2019].pdf
Gribbin, John. - Historia de la ciencia, 1543-2001 [EPL-FS] [2019].pdffrank0071
 
DESPOTISMO ILUSTRADOO - copia - copia - copia - copia.pdf
DESPOTISMO ILUSTRADOO - copia - copia - copia - copia.pdfDESPOTISMO ILUSTRADOO - copia - copia - copia - copia.pdf
DESPOTISMO ILUSTRADOO - copia - copia - copia - copia.pdfssuser6a4120
 
Un repaso de los ensayos recientes de historia de la ciencia y la tecnología ...
Un repaso de los ensayos recientes de historia de la ciencia y la tecnología ...Un repaso de los ensayos recientes de historia de la ciencia y la tecnología ...
Un repaso de los ensayos recientes de historia de la ciencia y la tecnología ...Juan Carlos Fonseca Mata
 
Harvey, David. - Paris capital de la modernidad [2008].pdf
Harvey, David. - Paris capital de la modernidad [2008].pdfHarvey, David. - Paris capital de la modernidad [2008].pdf
Harvey, David. - Paris capital de la modernidad [2008].pdffrank0071
 
PAE ARTITRIS- ENFERMERIA GERIATRICA.pptx
PAE ARTITRIS- ENFERMERIA GERIATRICA.pptxPAE ARTITRIS- ENFERMERIA GERIATRICA.pptx
PAE ARTITRIS- ENFERMERIA GERIATRICA.pptxrenegon1213
 
AA.VV. - Reinvención de la metrópoli: 1920-1940 [2024].pdf
AA.VV. - Reinvención de la metrópoli: 1920-1940 [2024].pdfAA.VV. - Reinvención de la metrópoli: 1920-1940 [2024].pdf
AA.VV. - Reinvención de la metrópoli: 1920-1940 [2024].pdffrank0071
 
PARES CRANEALES. ORIGEN REAL Y APARENTE, TRAYECTO E INERVACIÓN. CLASIFICACIÓN...
PARES CRANEALES. ORIGEN REAL Y APARENTE, TRAYECTO E INERVACIÓN. CLASIFICACIÓN...PARES CRANEALES. ORIGEN REAL Y APARENTE, TRAYECTO E INERVACIÓN. CLASIFICACIÓN...
PARES CRANEALES. ORIGEN REAL Y APARENTE, TRAYECTO E INERVACIÓN. CLASIFICACIÓN...ocanajuanpablo0
 
tecnica de necropsia en bovinos rum.pptx
tecnica de necropsia en bovinos rum.pptxtecnica de necropsia en bovinos rum.pptx
tecnica de necropsia en bovinos rum.pptxJESUSDANIELYONGOLIVE
 
cgm medicina interna clinica delgado.pdf
cgm medicina interna clinica delgado.pdfcgm medicina interna clinica delgado.pdf
cgm medicina interna clinica delgado.pdfSergioSanto4
 
Patologias del quiasma optico .pptxxxxxx
Patologias del quiasma optico .pptxxxxxxPatologias del quiasma optico .pptxxxxxx
Patologias del quiasma optico .pptxxxxxxFranciscaValentinaGa1
 
Fresas y sistemas de pulido en odontología
Fresas y sistemas de pulido en odontologíaFresas y sistemas de pulido en odontología
Fresas y sistemas de pulido en odontologíaDanyAguayo1
 
Informe Aemet Tornados Sabado Santo Marchena Paradas
Informe Aemet Tornados Sabado Santo Marchena ParadasInforme Aemet Tornados Sabado Santo Marchena Paradas
Informe Aemet Tornados Sabado Santo Marchena ParadasRevista Saber Mas
 
Glándulas Salivales.pptx................
Glándulas Salivales.pptx................Glándulas Salivales.pptx................
Glándulas Salivales.pptx................sebascarr467
 
Perfiles NEUROPSI Atención y Memoria 6 a 85 Años (AyM).pdf
Perfiles NEUROPSI Atención y Memoria 6 a 85 Años (AyM).pdfPerfiles NEUROPSI Atención y Memoria 6 a 85 Años (AyM).pdf
Perfiles NEUROPSI Atención y Memoria 6 a 85 Años (AyM).pdfPieroalex1
 
inspeccion del pescado.pdfMedicinaveteri
inspeccion del pescado.pdfMedicinaveteriinspeccion del pescado.pdfMedicinaveteri
inspeccion del pescado.pdfMedicinaveteriManrriquezLujanYasbe
 
TEMA: ULTRASONOGRAFIA EN NUTRICION
TEMA:         ULTRASONOGRAFIA EN NUTRICIONTEMA:         ULTRASONOGRAFIA EN NUTRICION
TEMA: ULTRASONOGRAFIA EN NUTRICIONClaudiaIsabel36
 

Último (20)

Ensayo ENRICH (sesión clínica, Servicio de Neurología HUCA)
Ensayo ENRICH (sesión clínica, Servicio de Neurología HUCA)Ensayo ENRICH (sesión clínica, Servicio de Neurología HUCA)
Ensayo ENRICH (sesión clínica, Servicio de Neurología HUCA)
 
Piccato, P. - Historia mínima de la violencia en México [2022].pdf
Piccato, P. - Historia mínima de la violencia en México [2022].pdfPiccato, P. - Historia mínima de la violencia en México [2022].pdf
Piccato, P. - Historia mínima de la violencia en México [2022].pdf
 
Tema 1. Generalidades de Microbiologia Universidad de Oriente
Tema 1. Generalidades de Microbiologia Universidad de OrienteTema 1. Generalidades de Microbiologia Universidad de Oriente
Tema 1. Generalidades de Microbiologia Universidad de Oriente
 
Mata, S. - Kriegsmarine. La flota de Hitler [2017].pdf
Mata, S. - Kriegsmarine. La flota de Hitler [2017].pdfMata, S. - Kriegsmarine. La flota de Hitler [2017].pdf
Mata, S. - Kriegsmarine. La flota de Hitler [2017].pdf
 
Gribbin, John. - Historia de la ciencia, 1543-2001 [EPL-FS] [2019].pdf
Gribbin, John. - Historia de la ciencia, 1543-2001 [EPL-FS] [2019].pdfGribbin, John. - Historia de la ciencia, 1543-2001 [EPL-FS] [2019].pdf
Gribbin, John. - Historia de la ciencia, 1543-2001 [EPL-FS] [2019].pdf
 
DESPOTISMO ILUSTRADOO - copia - copia - copia - copia.pdf
DESPOTISMO ILUSTRADOO - copia - copia - copia - copia.pdfDESPOTISMO ILUSTRADOO - copia - copia - copia - copia.pdf
DESPOTISMO ILUSTRADOO - copia - copia - copia - copia.pdf
 
Un repaso de los ensayos recientes de historia de la ciencia y la tecnología ...
Un repaso de los ensayos recientes de historia de la ciencia y la tecnología ...Un repaso de los ensayos recientes de historia de la ciencia y la tecnología ...
Un repaso de los ensayos recientes de historia de la ciencia y la tecnología ...
 
Harvey, David. - Paris capital de la modernidad [2008].pdf
Harvey, David. - Paris capital de la modernidad [2008].pdfHarvey, David. - Paris capital de la modernidad [2008].pdf
Harvey, David. - Paris capital de la modernidad [2008].pdf
 
PAE ARTITRIS- ENFERMERIA GERIATRICA.pptx
PAE ARTITRIS- ENFERMERIA GERIATRICA.pptxPAE ARTITRIS- ENFERMERIA GERIATRICA.pptx
PAE ARTITRIS- ENFERMERIA GERIATRICA.pptx
 
AA.VV. - Reinvención de la metrópoli: 1920-1940 [2024].pdf
AA.VV. - Reinvención de la metrópoli: 1920-1940 [2024].pdfAA.VV. - Reinvención de la metrópoli: 1920-1940 [2024].pdf
AA.VV. - Reinvención de la metrópoli: 1920-1940 [2024].pdf
 
PARES CRANEALES. ORIGEN REAL Y APARENTE, TRAYECTO E INERVACIÓN. CLASIFICACIÓN...
PARES CRANEALES. ORIGEN REAL Y APARENTE, TRAYECTO E INERVACIÓN. CLASIFICACIÓN...PARES CRANEALES. ORIGEN REAL Y APARENTE, TRAYECTO E INERVACIÓN. CLASIFICACIÓN...
PARES CRANEALES. ORIGEN REAL Y APARENTE, TRAYECTO E INERVACIÓN. CLASIFICACIÓN...
 
tecnica de necropsia en bovinos rum.pptx
tecnica de necropsia en bovinos rum.pptxtecnica de necropsia en bovinos rum.pptx
tecnica de necropsia en bovinos rum.pptx
 
cgm medicina interna clinica delgado.pdf
cgm medicina interna clinica delgado.pdfcgm medicina interna clinica delgado.pdf
cgm medicina interna clinica delgado.pdf
 
Patologias del quiasma optico .pptxxxxxx
Patologias del quiasma optico .pptxxxxxxPatologias del quiasma optico .pptxxxxxx
Patologias del quiasma optico .pptxxxxxx
 
Fresas y sistemas de pulido en odontología
Fresas y sistemas de pulido en odontologíaFresas y sistemas de pulido en odontología
Fresas y sistemas de pulido en odontología
 
Informe Aemet Tornados Sabado Santo Marchena Paradas
Informe Aemet Tornados Sabado Santo Marchena ParadasInforme Aemet Tornados Sabado Santo Marchena Paradas
Informe Aemet Tornados Sabado Santo Marchena Paradas
 
Glándulas Salivales.pptx................
Glándulas Salivales.pptx................Glándulas Salivales.pptx................
Glándulas Salivales.pptx................
 
Perfiles NEUROPSI Atención y Memoria 6 a 85 Años (AyM).pdf
Perfiles NEUROPSI Atención y Memoria 6 a 85 Años (AyM).pdfPerfiles NEUROPSI Atención y Memoria 6 a 85 Años (AyM).pdf
Perfiles NEUROPSI Atención y Memoria 6 a 85 Años (AyM).pdf
 
inspeccion del pescado.pdfMedicinaveteri
inspeccion del pescado.pdfMedicinaveteriinspeccion del pescado.pdfMedicinaveteri
inspeccion del pescado.pdfMedicinaveteri
 
TEMA: ULTRASONOGRAFIA EN NUTRICION
TEMA:         ULTRASONOGRAFIA EN NUTRICIONTEMA:         ULTRASONOGRAFIA EN NUTRICION
TEMA: ULTRASONOGRAFIA EN NUTRICION
 

Roger caillois. los juegos y los hombres, la máscara y el vértigo

  • 1. ---------c==---- C_R_O_N_IC_A~) ~~--------------- Prof. BELEN DEL ROCIO MORENO Psicóloga-Psicoanalista Universidad Nacional de Colombia PANCRATIUM L. P. trisnthum Herbert Amaryllidaceae Zonas caudas y tropicales de Afrlc2 " ASia ! I /--~ I texto de Roger Caillois Los juegos y los hombres relieva decidida-mente el valor cultural de los juegos, allí donde la opinión solía con-siderarlos actividades frívolas, gratuitas y desprovistas de importancia para la civilización. A partir de una definición del juego que resulta lo suficientemente amplia para considerar sus múltiples manifesta-ciones, y a la vez, lo necesariamente precisa para situar sus carácteres esenciales, establece una clasificación que desemboca en una socio-logía de los juegos. Comienza, entonces, por definir al juego como una actividad libre en cuanto que el jugador elige participar en ella; separada en tanto se halla delimitada espacial y temporalmente; in-cierta porque la duda sobre el resultado se prolonga hasta el final de la partida improductiva por no crear bienes ni riqueza -a lo sumo los desplaza-; reglamentada por hallarse sometida a convenciones y, ficticia respecto de la consciencia que acompaña el transcurrir de la vida corriente. Este es el fundamento que le permite establecer una clasificación de los juegos en cuatro categorías según predomine el papel de la competencia, del azar, del simulacro o del vértigo. Al primer grupo pertenecen aquellos juegos en que los con-trincantes se enfrentan y ponen a prueba una condición respecto de la cual rivalizan. A final de la partida, el ganador se considera el mejor en el tipo de proezas implicadas, la práctica de estos juegos supone el entrenamiento, la disciplina, la perseverancia, la voluntad de vencer. El competidor cuenta con sus recursos a los que lleva al máximo de rendimiento, por ello, lo que así manifiesta es su mérito personal. El segundo grupo comprende los juegos de azar en los que el jugador cuenta con todo menos consigo mismo; se libra, en cam-bio, al ciego veredicto de la suerte sobre el cual no puede tener la menor influencia. Con esta categoría denominada alea por Caillois, queda incluida una serie de juegos que Huizinga en Horno Ludens Roger, Caillois. Los juegos y los hombres. La máscara y el vértigo, México, D.F., Fondo de Cultura Económica, 1986. REVISTI COLOMBIANA DE PSICOLOGIA 161
  • 2. CRONICAS no había tomado en consideración. Alea niega la regula-ridad del entrenamiento, la habilidad, el valor profesio-nal, el ahorro, las privaciones para labrarse un mejor futuro, en fin, todas aquellas condiciones necesarias en un mundo aplicado al acrecentamiento de los bienes. Se concede que este tipo de juegos ha dado lugar al desa-rrollo del cálculo de probabilidades, a la topología y a la teoría de los juegos estratégicos. A la vez se reconoce su escasa presencia en el funcionamiento institucional. Sólo los primeros teóricos de la democracia considera-ban al azar como el procedimiento igualitario por exce-lencia; las elecciones eran tenidas por un subterfugio o un mal menor de raigambre aristocrática. En Atenas se sorteaban casi todos los magistrados salvo los generales y funcionarios de hacienda, esto es, los técnicos. De otra parte, los juegos de azar ponen en vilo al ser puesto que comportan un goce bajo la forma de una espera inmóvil y estremecida de la decisión de la suerte. En tercer lugar están los juegos de simulacro en los cuales el participante se conduce temporalmente como un personaje ilusorio; el sujeto juega a creer y hacer creer a los demás que es distinto a sí mismo; para ello, se sirve de la máscara y el disfraz. Por último, los juegos de vértigo apuntan a destruir por un instante el equilibrio y la estabilidad de la per-cepción, intentando convocar la sensación de un pánico voluptuoso. Allí se ubican, por ejemplo, los ejercicios de los bailadores derviches y los voladores mexicanos. Sin embargo, el vértigo como categoría de juego, sólo ingresa cabalmente en la era industrial; es entonces cuando se hace posible probar velocidades extremas y producir calculadamente sensaciones de vacío y terror con máquinas diseñadas para tal fin. No se trata en absoluto de una distracción, puesto que, el goce que se impone está más próximo al espasmo que al placer de la diversión. Esa búsqueda del desconcierto físico se manifiesta tempranamente en algunos juegos infan-tiles que pronto se precipitan en un frenesí incontenible; vértigo comparable con el gusto habitualmente repri-mido por el desorden y la destrucción. En estos casos el sujeto se eclipsa tras la solicitación desmesurada de una seducción funesta que lo despoja del habitual silencio de órganos. Pero el vértigo no es sólo una categoría de juego es, a la vez, la condición fundamental del ritmo de vida en las sociedades industriales. Para atem-perar el vértigo de la vida cotidiana se suele pasar "de los prontos efectos de la física a los poderes sospechosos y confusos de la química" (pág. 98). Entonces se busca en las drogas o el alcohol la excitación anhelada o el pánico voluptuoso que otorgan de manera contundente las máquinas de la feria. Pero en este caso, nos hallamos en las antípodas del juego, tal como fue definido arriba. 162 No. 4 AÑO MCMXCV u. NACIONAL DE COLOMBIA BOGOTA, D.C. La adicción tanto más inamovible se torna, cuanto más se aleja el umbral a partir del cual se logra el desconcierto buscado. Así el repetido gesto del adicto se funda en el fallido hallazgo de un límite que siempre termina escabulléndose. Las actitudes que rigen los juegos -competencia, suerte, simulacro y vértigo- suelen combinarse en pro-porciones diferentes. Combinándolos de dos en dos resultan seis conjunciones posibles, algunas prohibidas, otras contingentes y otras más, fundamentales. De estas conjunciones es conveniente subrayar la relación entre el vértigo y la suerte. Quien se libra a los designios del azar, ese dios sin corazón, ni memoria, -según la expresión de Poincaré- resulta fácilmente presa del vértigo del riesgo y la incertidumbre. El jugador reinstala obsesivamente con cada apues-ta la incertidumbre: "esta dispuesta a apostar por aquello que se le escapa más que por aquello que domina" (pág. I 1). La duda sobre el final de la partida es lo que sostiene el juego. El ajedrecista dejara de jugar cuando advierta que ha perdido la partida, el jugador de cartas descubrirá su mano cuando suspenda la va-cilación, en uno y otro caso, el juego se abandona cuando ya no hay incertidumbre sobre el resultado. Este plan-teamiento de Caillois nos conduce a suponer que si el jugador busca en cada nueva apuesta reinstaurar la incertidumbre es que así reanima una interrogación que no le es posible formular de otra manera '1'
  • 3. CRONICAS no había tomado en consideración. Alea niega la regula-ridad del entrenamiento, la habilidad, el valor profesio-nal, el ahorro, las privaciones para labrarse un mejor futuro, en fin, todas aquellas condiciones necesarias en un mundo aplicado al acrecentamiento de los bienes. Se concede que este tipo de juegos ha dado lugar al desa-rrollo del cálculo de probabilidades, a la topología y a la teoría de los juegos estratégicos. A la vez se reconoce su escasa presencia en el funcionamiento institucional. Sólo los primeros teóricos de la democracia considera-ban al azar como el procedimiento igualitario por exce-lencia; las elecciones eran tenidas por un subterfugio o un mal menor de raigambre aristocrática. En Atenas se sorteaban casi todos los magistrados salvo los generales y funcionarios de hacienda, esto es, los técnicos. De otra parte, los juegos de azar ponen en vilo al ser puesto que comportan un goce bajo la forma de una espera inmóvil y estremecida de la decisión de la suerte. En tercer lugar están los juegos de simulacro en los cuales el participante se conduce temporalmente como un personaje ilusorio; el sujeto juega a creer y hacer creer a los demás que es distinto a sí mismo; para ello, se sirve de la máscara y el disfraz. Por último, los juegos de vértigo apuntan a destruir por un instante el equilibrio y la estabilidad de la per-cepción, intentando convocar la sensación de un pánico voluptuoso. Allí se ubican, por ejemplo, los ejercicios de los bailadores derviches y los voladores mexicanos. Sin embargo, el vértigo como categoría de juego, sólo ingresa cabalmente en la era industrial; es entonces cuando se hace posible probar velocidades extremas y producir calculadamente sensaciones de vacío y terror con máquinas diseñadas para tal fin. No se trata en absoluto de una distracción, puesto que, el goce que se impone está más próximo al espasmo que al placer de la diversión. Esa búsqueda del desconcierto físico se manifiesta tempranamente en algunos juegos infan-tiles que pronto se precipitan en un frenesí incontenible; vértigo comparable con el gusto habitualmente repri-mido por el desorden y la destrucción. En estos casos el sujeto se eclipsa tras la solicitación desmesurada de una seducción funesta que lo despoja del habitual silencio de órganos. Pero el vértigo no es sólo una categoría de juego es, a la vez, la condición fundamental del ritmo de vida en las sociedades industriales. Para atem-perar el vértigo de la vida cotidiana se suele pasar "de los prontos efectos de la física a los poderes sospechosos y confusos de la química" (pág. 98). Entonces se busca en las drogas o el alcohol la excitación anhelada o el pánico voluptuoso que otorgan de manera contundente las máquinas de la feria. Pero en este caso, nos hallamos en las antípodas del juego, tal como fue definido arriba. 162 No. 4 AÑO MCMXCV u. NACIONAL DE COLOMBIA BOGOTA, D.C. La adicción tanto más inamovible se torna, cuanto más se aleja el umbral a partir del cual se logra el desconcierto buscado. Así el repetido gesto del adicto se funda en el fallido hallazgo de un límite que siempre termina escabulléndose. Las actitudes que rigen los juegos -competencia, suerte, simulacro y vértigo- suelen combinarse en pro-porciones diferentes. Combinándolos de dos en dos resultan seis conjunciones posibles, algunas prohibidas, otras contingentes y otras más, fundamentales. De estas conjunciones es conveniente subrayar la relación entre el vértigo y la suerte. Quien se libra a los designios del azar, ese dios sin corazón, ni memoria, -según la expresión de Poincaré- resulta fácilmente presa del vértigo del riesgo y la incertidumbre. El jugador reinstala obsesivamente con cada apues-ta la incertidumbre: "esta dispuesta a apostar por aquello que se le escapa más que por aquello que domina" (pág. I 1). La duda sobre el final de la partida es lo que sostiene el juego. El ajedrecista dejara de jugar cuando advierta que ha perdido la partida, el jugador de cartas descubrirá su mano cuando suspenda la va-cilación, en uno y otro caso, el juego se abandona cuando ya no hay incertidumbre sobre el resultado. Este plan-teamiento de Caillois nos conduce a suponer que si el jugador busca en cada nueva apuesta reinstaurar la incertidumbre es que así reanima una interrogación que no le es posible formular de otra manera '1'