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Eudeba S.E.M.
Fundada por la Universidad de Buenos Aires en 1958
© 1997
Editorial Universitaria de Buenos Aires
Sociedad de Economía Mixta.
Av. Rivadavia ]571173 (1033)
Hecho el depósito que marca la ley 11.723
I.S.B.N. 950-23-0470-5
Impreso en ]a Argentina
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Introducción al Pensamiento
Científico.
Las Ciencias Fácticas
Módulo 2
UNIVERSIDAD DE BUENOS AIRES
Rector Dr. Oscar J. Shuberoff
Vicerrector Dr. Alberto A. Boveris
Secretaria de Asuntos Académicos Prof. Alicia W. de CamiUoni
PROGRAMA UBA XXI
Dirección del Programa Prof. Norma Riccó
Vlcedlrecclón del Programa Prof. Luisa Brodheim de Sommerfleck
Coordinación de Contenidos Prof. Glac:lys Palau
Coordinación de Material Impreso Prof. Luisa Brodheim de Sommerfleck
Autores del Módulo Pro'. Gladys Pa/au
Prof. Alicia GianeUa
Pro'. Manuel Comesalla
Procesamiento Didáctico Prof. Susana Lamboglia
Actividades y Evaluación Uc. Alicia Zamudio
Indice
Pág.
Programa analítico del Módulo 2 ........................................................ 5
Bibliografla obligatoria y complementaria ........................................ 6
Programación. ....................................................................................... 7
Material de lectura y actividades de aprendizaje .............................. 8
Autoevaluación .................................................................................... 40
3
Programa analítico del
Módulo 2
Las Ciencias Fácticas
2.1. Caracterización de las ciencias fácticas
• Fines, objetivos y métodos de las ciencias fácticas.
• La distinción entre ciencias naturales y sociales.
2.2. El objetivo de las ciencias naturales: explicación y predic-
ción
• La explicación nomológico·deductiva. Explicación de hechos y re-
gularidades.
• La explicación estadístico-inductiva.
• Otros tipos de explicación. Explicaciones teleológicas y genéti-
cas.
• Explicación y predicción.
• El papel de las leyes en la explicación científica. Leyes e hipóte·
siso
2.3. Tipos de hipótesis
• Hipótesis fundamentales y derivadas; auxiliares y ad hoc; empíri·
cas y teóricas.
• Hipótesis rivales y experimentos cruciales.
2.4. La puesta a prueba de las hipótesis. Verificación y refuta-
ción
• El esquema lógico de la confirmación y la refutación. Asimetría
entre verificación y refutación.
• Un caso de investigación cientlfica.
2.5. El problema del método de las ciencias emplricas
• El inductivismo.
• El problema de la inducción.
• El refutacionismo. El método hipotético-deductivo.
• Las teorías científicas como sistemas hipotético-deductivos.
5
6
Bibliografía
Bibliografía obligatoria
Hempel, C., Filosofía de la ciencia natural (Madrid, Alianza, 1979).
Caps. 2, 3 Y5 (parágrafos 1 a 4).
Chalmers, A: ¿Qué es esa cosa llamada ciencia?, Madrid, Siglo
XXI, 1964 - Caps. 1,2,3 Y4.
Bibliografla complementaria
Carnap, R., Fundamentación lógica de la flsica (Buenos Aires, Su-
damericana, W69). .
Braithwaite, R., La explicación cientlfica (Madrid, Tecnos;1965).
Bunge, M" La Investigación clentlfica (Barcelona, Ariel, 1969).
Nagel, E., La estructura de la ciencia (Buenos Aires, Paidós, 1968).
Klimovsky, G., "Estructura y validez de las teorlas cientlficas", en
Gaeta y Robles, Nociones de epistemologla (Buenos Aires, Eudeba, 1985).
Popper, K., La lógica de la investigación cientHica (Madrid, Tecnos,
1967).
Las ciencias fácticas
2.0. Introducción
En el Módulo I hemos estudiado el método de las ciencias forma-
les. En éste nos dedicaremos al de las ciencias fácticas o emplricas, es
decir, trataremos de comprender cómo proceden estas últimas para ga-
rantizar la confiabilidad de sus afirmaciones. Pero antes de entrar de "e-
no en el tratamiento de este problema metodológico, que constituirá
nuestro principal interés, nos ha parecido convenienté presentar una ca-
racterización general de las ciencias fácticas a través del examen de sus
finalidades, objetivos principales y posibles clasificaciones.
En la sección siguiente nos Introduciremos plenamente en el estu-
dio de las ciencias fácticas, comenzando por lo que la mayorla de los
epistemólogos contemporáneos consideran el principal objetivo de
dichas disciplinas (en lo que respecta a las ciencias naturales, el acuer-
do sobre este punto es prácticamente unánime): la explicación y la pre-
dicción de los hechos. Aunque trataremos más detalladamente la expli-
cación llamada nomológico-deductiva, también haremos referencia a otros
tipos de explicación como la estadlstica, la teleológica y la genética ya
que hay ciencias que hacen uso frecuente de estas últimas. Nos intere-
sará mostrar, asimismo, la relación entre explicación y predicción, te-
niendo en cuenta que un gran poder predictivo es uno de los mayores
logros que cualquier disciplina cientlfica puede exhibir.
Ya que en las explicaciones desempeñan un papel fundamental las
leyes cientrficas, destinaremos una sección al estudio de los conceptos
de ley y ley cientrfica, destacando que, desde que se admite en forma unáni-
me que la certeza constituye una meta inalcanzable en el terreno del conoci-
miento emplrico, es habitual "amar leyes a las hipótesis confirmadas.
Pasaremos luego a caracterizar distintos Upos de hipótesis yexaminare-
mos también la posibilidad de llevar a cabo los experimentos cruciales,
que permitirán dirimir la competencia entre hipótesis rivales. Introduci-
remos asimismo el problema fundamental de cómo se pone a prueba una
hipótesis mediante su confrontación con la experiencia y caracterizar
los posibles resultados de esta contrastación emplrica, a saber, la verifi·
cación y refutación. A fin de comprender aun más estos procedimientos,
presentaremos los esquemas lógicos a que responden la confirmación y
la ref.utación de hipótesis universales, y relataremos un caso de investi-
gación cientlfica con el propósito de ilustrar las nociones introducidas
hasta ese momento.
Por último, nos dedicaremos a estudiar dos metodologias rivales en
la ciencia emplrica, el inductivismo y el falsacionismo, agregando una
breve referencia al hipotético-deductivismo como una concepción que
incluye al falsacionismo y al inductivismo en su versión confirmacionis-
tao
8
2.1. Caracterizaclon de las ciencias
fácticas
Fines, objetivos y métodos de las ciencias fácticas
Hemos adoptado la clasificación de las ciencias en formales y fác-
ticas, y acabamos de caracterizar, en el módulo anterior, las ciencias for-
males. Corresponde ahora intentar una caracterización de las ciencias
fácticas o empíricas. Un modo de comenzar consiste en tratar de identifi-
car su finalidad, sus objetivos y los métodos que utilizan.
¿Cuáles son los fines de las ciencias fácticas? Hay, en primer lugar,
un fin general común a todas las ciencias, que es el conocimiento. Cada
disciplina cientlfica intenta conocer la porción de la realidad que se ha
adjudicado como su campo de estudio. En el caso de las ciencias fácti-
cas, esa finalidad general se especifica en los siguientes objetivos: la
explicación y la predicción de los hechos. Algunos epistemólogos, espe-
cialmente de las ciencias sociales, agregan como objetivos la interpreta-
ción y la comprensión, de las cuales hablaremos al referirnos a ese tipo
de ciencias.
Se ha considerado también que otra finalidad de la ciencia, ligada ob-
viamente a la primera, es la transformación de la realidad. Según este pun-
to de vista, sobre el cual no existe consenso, la ciencia no se propone so-
lamente conocer la realidad sino también modificarla; su adopción tiene
como consecuencia una Intima relación entre ciencia y técnica, y tecno-
logía, tema que trataremos especialmente en el Módulo 5.
En cuanto al método empleado por las ciencias fácticas, recorde-
mos el rasgo que lo diferencia del método de las ciencias formales:
puesto que las ciencias fácticas hablan acerca del mundo, deben
confrontar sus afirmaciones con la realidad; en otras palabras, deben so-
meter sus enunciados a cierto tipo de control fáctico. También conviene
recordar que las ciencias fácticas, que hacen uso de la deducción, nece-
sitan de las formales. La lógica y sobre todo la matemática son utilizadas
instrumentalmente y presupuestas por las ciencias fácticas. Habrla en es-
te aspecto cierta asimetrla entre los dos tipos de ciencias: las fácticas
necesitan de las formales, pero las formales no parecen necesitar de las
fácticas, aunque, sin éstas, su utilidad se verla considerablemente redu-
cida, ya que dejarlan de contribuir al conocimiento del mundo.
Actividades
1)- Tome como ejemplos de ciencias fácticas la física y la biología;
reflexione sobre los conocimientos que, aunque parCiales y no
rigurosos, usted haya adquiridO sobre ellas y responda:
a) ¿Cuál es la finalidad de cada una de ellas?
b) Formule los objetivos que cada una de tales ciencias se
propone y ejemplifique para cada caso.
La dlstinción entre ciencias naturales y sociales
¿Cuáles son las ciencias fácticas? Su número y variedad son gran-
des. Algunas son muy antiguas, como la flsica, la astronomía y la histo-
ria, cuyos orrgenes se remontan a la antigüedad clásica. Otras surgieron
durante los siglos XVII Y XVIII, como la qulmica y la economla. Otras son
mucho más recientes, como la lingúlstica, la sociologla y la psicología.
En nuestro siglo han surgido, dentro de estas ciencias generales,
muchas ramas nuevas, como especificaciones de sus objetos de estu-
dio; por ejemplo, dentro de la biologla, la genética, la microbiologla y la
inmunologla. Otras ciencias han aparecido como manifestaciones inde-
pendientes, aun cuando se ocupen de campos de estudio que en reali-
dad son interdisciplinarios, como ocurre, por ejemplo, con la ecologla.
La lista de las ciencias fácticas no está terminada. Por un lado sur-
gen disciplinas nuevas o ramas nuevas de disciplina~ viejas; por el otro
se reestructuran disciplinas ya existentes, o algunas ramas son absorbi-
das por otras; a veces también aparecen disciplinas nuevas cuyo campo
de estudio se superpone con el de otras ya existentes. Citaremos algu-
nos ejemplos: la informática y la cibernética nacieron en este siglo; la
genética y la biologla molecular son ramas nuevas de la biologfa; la me-
cánica estadlstica es una reestructuración de la termodinámica clásica
y, por último, el campo de estudio de la ecologia se superpone con el de
disciplinas que existfan desde antes.
Precisamente esta gran cantidad de disciplinas fácticas hace su-
mamente dificil una satisfactoria clasificación de ellas, y son muchas las
distintas clasificaciones que se han propuesto. A titulo de mero ejemplo,
presentamos en el siguiente cuadro una posible subdivisión:
Ciencias fácticas
naturales
flsica
quimica
biologla
psicologla
astronomla
geologla
geografla
sociales historia
{
economia
sociologla
ciencia polltica
lingülstica
Como suele ocurrir con las clasificaciones en algunos casos sur-
gen dudas con respecto a dónde situar determinadas disciplinas o con
respecto a si la clasificación propuesta es exhaustiva, es decir, si no
queda alguna disciplina que no tenga ubicación dentro de ella. La psic~
logia, por ejemplo, tiene aspectos íntimamente relacionados con lo
biológico, pero también otros que son claramente sociales_ Alguien
podrla preguntarse por qué no se han incluido disciplinas tales como la
medicina, la ingenierla, la contabilidad. La razón es que. como veremos
más adelante, se trata de tecnologlas más que de ciencias propiamente
dichas.
10
Lo dicho podría sugerir que no hay una clasificación de las ciencias
aceptada en forma unánime; y, en efecto, es asl, pero de ello no debe in-
ferirse que toda posible clasificación sea inútil. Nosotros adoptaremos
la amplia clasifica..ción que divide las ciencias fácticas en naturales y so-
ciales, y lo haremos porque la tesis de que ambos grupos de ciencias
comparten los mismos métodos y objetivos es discutida por algunos
epistemólogos, de modo que algunas de las caracterlsticas que señala-
remos como propias de las ciencias fácticas estarán ejemplificadas más
claramente en las ciencias naturales. La reflexión sobre la naturaleza de
las ciencias sociales constituye un campo más abierto a discrepancias
tal como lo veremos en el Módulo 4.
Actividades
2)- La clasificación de las ciencias expuesta en el cuadro precedente
incluye a la psicología dentro de las ciencias naturales. Dé buenas
razones que j.Jstifiquen CIOI'lSiderwta cano una ciencia social. (En el
Módulo 1 de la asiwBhR PsicoIogia, que también se dicta por USA
XXI, encontrará los argc.mentos apropiados.)
2.2. El objetivo de las ciencias naturales:
explicación y predicción
Desde los tiempos más remotos, el hombre, al observar los fenóme-
nos de la naturaleza, ha comprobado que éstos presentan repeticiones y
regularidades. Esto le ha permitido prever ciertos cambios en su medio y
controlarlos con fines prácticos. Desde otro punto de vista, puede afir-
marse también que el hombre posee una curiosidad característica, inde-
pendiente de aplicaciones prácticas, que lo lleva a buscar el porqué de
esas repeticiones y regularidades. El dla sigue siempre a la noche, las
estaciones del año se repiten siempre en el mismo orden, los objetos
siempre caen hacia la superficie de la Tierra, los planetas se mantienen
siempre en la misma órbita; todo esto ha motivado que los hombres se
pregunten por qué las cosas suceden de esta manera y no de otra. A ve-
ces, a falta de otras explicaciones más racionales, el hombre ha formula-
do las respuestas a estos porqués en forma de mitos; con el desarrollo
de la ciencia, los mitos fueron cediendo el lugar a concepciones científi-
cas sobre el cómo y el porqué de los fenómenos naturales.
El Objetivo de la presente sección es precisamente hacer compren·
der cuáles son las caracterlsticas fundamentales de las explfcaciones
que brinda la ciencia y, en consecuencia, cuáles explicaciones se deben
considerar cientlficas y. cuáles no. Para alcanzar este objetivo, seguire-
mos la exposición que sobre la explicación cientlfica ha hecho el filóso-
fo de la ciencia Carl Hempel, que desde hace tiempo se ha convertido en
la presentación habitual o estándar del tema. Sin embargo, haremos pri·
mero la siguiente aclaración: Hempel pretende que su manera de "enten·
der las explicaciones cientlficas es aplicable en todas las disciplinas
emplricas, mientras que otros filósofos sostienen que tal esquema no es
aplicable en las ciencias sociales. Pero, aun cuando tuvieran razón estos
últimos, es decir, aun cuando la explicación tal como la entiende Hem-
pel no constituyera el objetivo de todas las ciencias emplricas sino sola-
mente de las naturales, seguirla siendo un tema de gran importancia. Pa·
11
saremos ahora a exponer los requisitos que debe cumplir una explica-
ción para ser considerada cientlfica.
El primer requisito señalado por Hempel es el llamado requisito de
la pertinencia o relevancia explicativa, quepodrla enunciarse asl: la infor-
mación explicativa que la explicación proporciona debe constituir una
buena base para creer que el fenómeno que se trata de explicar tuvo o
tiene lugar. Es decir, se exige que la explicación permita afirmar una tra-
se como la siguiente: "Efectivamente, en circunstancias como éstas ere
de esperar que el fenómeno en cuestión se produjera". El cumplimiento
de este requisito puede ilustrarse mediante la explicación que da la cien-
cia de un arco iris. Esta explicación muestra que el fenómeno del arco
iris sobreviene como resultado de la reflexión y refracción de la luz blan-
ca del Sol en pequeñas gotas de agua como las que están en las nubes.
Apelando a las leyes ópticas pertinentes, este modo de explicar el hecho
nos hace esperar. la aparición de un arco iris cada vez que una nube de
pequeñas gotas de agua es iluminada por una lui blanca fuerte situada
detras del observador.
El segundo requisito es el llamado requisito de contrastabilidad, se-
gún el cual íos enunciados que formen parte de una explicación cientlfi-
ca deben ser susceptibles de contrastación empírica, es decir, debE ser
posible ponerlos a prueba mediante su confrontación con la experiencia.
No satisface este requisito, por ejemplo, la teorla (defendida por algu-
nos) de que la atracción gravitatoria entre los cuerpos flsicos es una ma-
nifestación de tendencias naturales relacionadas con el amor, inheren-
tes a esos cuerpos. Esta concepción es tan imprecisa que no tiene nin-
guna consecuencia observable; por lo tanto, no hay ningún dato empiri-
ca que pueda confirmarla o refutarla, y, en consecuencia, no proporciona
una base para esperar que se produzca el fenómeno de la atracción gravi-
tatoria: no tiene poder explicativo.
12
Actividades
3)- Las siguientes dos experiencias se refieren a la vida intrauterina
que lleva un bebé en su gestación_ Analicelas detenidamente y
determine
a) qué fenómeno se pretende exprlCar en cada una;
b) explique de qué manera se cumplen los requisitos exigidos
porHEMPEL.
1. (...) Hasta ahora se pensaba que la atracción por los
alimentos dulces que posee un niño se fomenta a
partir de ciertos hábitos, sin embargo el doctor
Martlnez ruenta una experiencia cientifica donde se
afirma que ese gusto es algo natural y ajeno a
rualquler mala crianza. -8 bebé está inmerso en el
liquido amniótico y deglute la cantidad que cree
necesaria. Ahora bien. se le han inyectado en la panza
de la madre sustancias dulces que se fueron
mezclando con aquel liquido y se vio, con sorpresa,
que la criatura Ingerla mayor cantidad. Esto
demuestra que el placer por comer algo dulce es
ilnato, es propio.· (...)
2. (...) A pesar de que la teorla tradicional consideraba
que el bebé no percibla nada de lo que sucedla
en el exterior, los cientlficos actuales de-
mostraron lo contrario. Fue asl que se ha
comprobado que las emocionés maternas influ-
yen en él, como por ejemplo la ansiedad. Un ex-
perimento realizado con madres fumadoras a
las que se les quitó el cigarrillo durante 24 horas
lo pudo demostrar. Al dla siguiente, al ofre-
cerles cigarrillos, antes de que los encendieran,
los latidos de sus hijos se hablan incrementado.
Esa ansiedad repercutla en ellos. Del mismo
modo se pudo establecer que la madre al acari-
ciar su propio vientre está tensa, coloca las ma-
nos alrededor de él infundiendo ternura y de ese
modo invita al bebé a "venir hacia ella". Súbita-
mente el vientre se torna elástico, se ha modifi-
cado el tono muscular. Asl se comprueba que el
bebé alojado en el útero está tenso y que no
bien es tocado por esa prolorigación de la cor-
poralidad, inmediatamente se relaja. La explica-
ción es simple: el tacto es el sentido primordial,
no el tacto médico o palpación objetiva, ni el
tacto erótico, se trata del contacto mediante la
afectividad y toda la ternura posible. (...)
(Clarln, Revista 12/3/89)
La explicación nomológico-deductiva. Explicación de
hechos y regularidades
Hempel concibe una explicación científica como un razonamiento
deductivo cuyas premisas son las leyes universales L1, L2, ..., Ln Yciertos
enunciados singulares C1, C2 ..., Cn, que hacen afirmaciones acerca de
hechos concretos y que reciben el nombre de condiciones iniciales, y cu-
ya conclusión es el enunciado E, que describe el fenómeno que se pre-
tende explicar. Al conjunto de leyes y condiciones iniciales, es decir, a
las premisas der razonamiento, se lo llama explanans (lo que explica) y a
la conclusión se la llama explanandum (lo que debe ser explicado). Toda.
explicación de este tipo respondería, entonces, al siguiente esquema:
L1, L2, ...,Ln
texplanans
C1, C2 ...,Cn
E } explanandum
Puesto que entre las premisas figuran leyes generales -enun-
ciados que expresan regularidades y que suelen llamarse enunciados le-
gales o nomológicos (del griego "nomos", ley)- y el explanandum se de-
duce del explanans, a las explicaciones de este tipo se las llama explica-
ciones nomol6gico-deductivas, o se dice que corresponden al modelo no-
mológico-deductivo de explicación. Estas explicaciones deben cumplir
los requisitos que enumeramos a continuación.
1) Las leyes L1, L2, ...,Ln que forman parte del explanans, deben ser
enunciados generales abarcantes, de modo que el hecho que se
pretende explicar quede subsumido o abarcado como un caso de
ellas.
13
2) Las condiciones iniciales C1, C2, ...,Cn son enunciados singula-
res, es decir, se refieren a condiciones particulares, que se dan
en un tiempo y lugar determinados, en las cuales se produce el
fenómeno E (o sea, el fenómeno descripto por el enunciado E).
3) Tanto las leyes como las condiciones iniciales deben ser enun-
ciados verdaderos.
4) Tanto las leyes como las condiciones iniciales deben tener con-
tenido empírico (es decir, deben ser contrastables, requisito que
ya se mencionó antes como válido para todas las explicaciones
en general, y no sólo para las nomológico-deductivas).
5) El explanans debe contener al menos una ley que sea necesaria
para la deducción del explanandum, es decir, una ley cuya elimi-
nación convertirla al razonamiento en uno inválido.
6) También debe contener condiciones iniciales, puesto que para
poder deducir el explanans un enunciado singular como el expla-
nandum, y teniendo en cuenta que las leyes son enunciados ge-
nerales, resulta necesario que haya enunciados singulares entre
las premisas.
7) El explanandum se deduce del explanans.
Puede ocurrir que el explanandum no sea un fenómeno particular,
como un arco iris, sino un enunciado también general pero menos abar-
cativo que las leyes que aparecen en el explanans, es decir, puede ocurrir
que sea una ley de menor poder explicativo. Por ejemplo, a partir de las
leyes de Newton del movimiento y de la gravitación es posible explicar
uniformidades expresadas por leyes emplricas, como las de Galileo o las
de Kepler.
Es común que las explicaciones omitan la formulación explicita de
las leyes involucradas, pero eso no quiere decir que se pueda prescindir
realmente de tales leyes sino sólo que es posible y cómodo utilizarlas de
manera tácita. Citando un ejemplo de Rudolf Carnap, puede ocurrir que,
al preguntarle a un profesor de fisica por qué la barra de hierro que hasta
hace un momento encajaba perfectamente en el orificio ya no entra más,
él responda: "Porque mientras usted no estaba en la habitación yo calen-
té la barra", dando por sentado que el alumno conoce la ley según la cual
todos los metales se dilatan al ser calentados y no considerando necesa-
rio invocarla en forma explicita.
Actividades
4)- Dadas las siguientes explicaciones nomológico-
deductivas
a) senale el explanandum y el explanans.
b) senale la ley o leyes involucradas.
c) senale cuáles son las condiciones iniciales.
1. Neil Annstrong pudo dar saltos en la superfICie de la Luna 6
veces mayores de los que daba en la TIeITa porque la gravedad
lunar es 1/6 de la terrestre.
2. Este trozo de hilo se rompió porque tenía una resistencia a la
tracción de 1/2 kilo y le aplicamos un peso de 1 kilo.
5)- En las siguientes explicaciones nomológico-deductivas
a) set'ale cuál es el explanans y cuál el explanandum
b) determine si el explanandum es una regularidad o un
hecho singular.
1. Ul plomada de un albai'iI se mantiene vertic~1 P9f'Que el peso
que tiene en uno de sus extremos es. atrafdo por la gravedad
hacia el centro de la Tierra y la calda hacia la Tierra es vertical.
2. Los peces que viven en las profundidades del mar no sienten
el peso del agua debido a que la presión en el interior de sus
cuerpos es igual a la presión del agua que los rodea
6)- Explique por qué las dos explicaciones del ejercicio anterior,
pese a ser nomológico-deductivas, no contienen condiciones
iniciales.
7)- Reformule las cuatro explicaciones anteriores según el esquema
de la explicación nomológico-deductiva salvo las condiciones
iniciales cuando no las hubiere.
La explicación estadistica-inductiva
A veces no podemos dar explicaciones basadas en leyes universa-
les porque no disponemos de tales leyes sino sólo de leyes estadísticas
o probabilísticas. Estas últimas dan lugar a explicaciones estadistico-
inductivas, que tienen varias diferencias con las nomológico-deductivas.
a saber:
1) Como acabamos de decir, las leyes que forman parte del expla-
nans son ahora leyes probabillsticas.
2) El explanandum no se deduce del explanans sino que se sigue de
él con un alto grado de probabilidad.
3) Por lo tanto, el explanandum puede ser falso aun cuando sean ver-
daderos todos los enunciados que componen el explanans.
Por ejemplo. el hecho de que Juancito haya contraído el sarampión
puede explicarse diciendo que se lo contagió su hermano, que lo tuvo
unos dlas antes. Pero esta conexión entre los dos sucesos -el explanan-
dum y la exposición de Juancito al contagio- no se puede expresar por
medio de una ley universal porque no en todos los casos de exposición
al contagio se contrae efectivamente la enfermedad. Lo único que se
puede afirmar es que las personas expuestas al contagio tienen una pro-
babilidad muy alta de contraer la enfermedad, es decir, que la contraen en
un porcentaje muy elevado de los casos. El esquema de una explicación
como ésta es:
15
16
L1, L2, ...,Ln (leyes estadlsticas)
C1, C2, ...,Cn (se sigue con un alto grado de probabilidad)
E
La raya doble utilizada en este esquema indica que el explanandum
no se deduce del explanans sino que, como se anota entre paréntesis, se
sigue de él con un alto grado de probabilidad, a diferencia de le que
ocurrfa en el esquema nomológico-deductivo presentado antes, en el
que la conclusión estaba separada de las premisas por una sola raya,
que se emplea habitualmente en los razonamientos deductivos para indi-
car que la. conclusión se deduce de las premisas.
Citaremos a continuación algunos ejemplos de explicaciones
extraidos del libro de Emest Nagel La estructura de la ciencia.
1) Comencemos por un caso en el que se desea explicar un hecho
singular. Alguien pOdrfa preguntar lo siguiente: ¿Por qué ayer, cuando se
llenó el vaso de agua helada, su parte exterior se cubrió de humedad? En
lineas generales, la explicación podrla ser ésta: la temperatura del vaso,
después de llenarlo de agua helada, era considerablementE: inferior a
la temperatura de aire circundante; el aire entra en contacto con una su-
perficie suficientemente fria. Se trata de una explicación nomológico-de-
ductiva, aunque las premisas no están formuladas de manera completa.
2) En este caso no se quiere explicar un hecho singular sino una re-
gularidad expresada mediante una ley universal: ¿Por qué el hielo flota
en el agua? Comúnmente se explica esta ley mostrando que se deduce
de otras, como la ley de que la densidad del hielo es menor que la del
agua, la ley de Arqulmedes según la cual un fluido empuja hacia arriba a
un cuerpo sumergido en él con una fuerza igual al peso de la cantidad de
fluido desplazado por el cuerpo, y otras leyes referentes a las condi-
ciones en las cuales están en equilibrio los cuerpos sometidos a fuerzas.
3) Se trata nuevamente de explicar un hecho singular: ¿Por qU€ Ca-
sio tramó la muerte de César? Según Plutarco, porque tenía un odio inna-
to hacia los tiranos. Sin embargo, esta respuesta es obviamente in-
completa y supone tácitamente otras afirmaciones sobre la manera en
que se manifiesta el odio en determinada cultura entre personas de cier-
to rango social. Pero tales suposiciones adicionales no pueden ser for-
muladas de modo verosimil como leyes universales sino sólo como gP.-
neralizaciones estadfsticas; se puede afirmar, por ejemplo, que, en deter-
minadas sociedades, la mayoria de los hombres de cierto tipo se com-
porta de determinada manera. Por lo tanto, puesto que la premisa expli-
cativa fundamental es estadfstica y el explanandum es un hecho singular,
éste no se deduce del explanans sino que solamente se hace probable en
virtud de este último. Formulada de manera más explicita, la explicación
adopta la siguiente forma: en la antigua Roma, la probabilidad de que un
individuo perteneciente a las capas superiores de la sociedad y poseido
por un gran odio hacia la tiranla tramara la muerte de hombres que esta-
ban en situación de adquirir un pOder tiránico era elevada. Casio era una
de esos romanos y César un tirano potencial. Por consiguiente, aunque
de lo anterior no se deduce que Casio tramara la muerte de César, se si-
gue con uro alto grado de probabilidad que lo hizo.
Actividades
8)- Explique por qué las siguientes explicaciones son estadfstico-
inductivas.
1. N.N. se accidentó porque había ingerido bebidas alcohólicas
inmediatamente antes de viajar y es sabido que el alcohol, aun
en pequenas cantidades, afecta desfavorablemente a los
conductores.
2. María tiene ojos castancs porque sus padres son personas
heterocigotas de ojos también castanos.
3. N.N. contrajo fiebre amarilla en América Central porque fue
picado por el mosquito Aedes Aegypti, transmisor del virus.
9)- Explique por qué en las explicaciones estadístico-inductivas el
explanandum E puede ser falso.
Otros tipos de explicación. Explicaciones
teleológicas y genéticas
Podemos preguntarnos si los modelos de explicación que hemos
considerado hasta ahora resultan satisfactorios en todas las ciencias. A
muchos epistemólogos les parece problemático que en ciertos campos
sea así. En la biologla yen las ciencias sociales las explicaciones suelen
consistir en indicar las funciones que una unidad cumple para mantener
ciertas características del sistema al cual pertenece. Así, si nos pregun·
tamos por qué los seres humanos tienen pulmones, la respuesta usual
alude al papel que desempeñan los pulmones al transportar el oxígeno
del aire a la sangre, etc., asegurando de este modo el mantenimiento de
la vida del organismo. También se explican 105 esfuerzos de Enrique VII
por anular su matrimonio con Catalina de Aragón citando el hecho de
que ella no le daba ningún hijo y señalando que obedeclan al propósito
de tener un heredero masculino. A estas explicaciones se las llama, en el
primer caso, explicaciones funcionales,y teleológicas (del griego "telos",
fin), en el segundo.
En otros casos se explica el estado actual de un objeto o sistema
describiendo cómo ha evolucionado a partir de alguna etapa anterior.
Una explicación de este tipo podrla responder, por ejemplo, a la pregunta
"¿Por qué en algunas capas de la sociedad argentina se habla lunfardo?"
A estas explicaciones se las llama explicaciones genéticas, y su tarea
consiste en determinar la sucesión de hechos a través de 105 cuales un
sistema se ha transformado en otro. Las premisas de tales explicaciones
contienen enunciados singulares acerca de acontecimientos pasados y
suposiciones generales (con frecuencia tácitas) relativas al tipo de suce·
sos que tienen importancia causal para el desarrollo del sistema.
Actividades
10)-Examine las siguientes explicaciones y responda:
a) qué tipo de explicación es y por qué
b) ~nale el explanandum y el explanans
17
18
1. La babosa se protege del sol y vive en lugares oscuros
para mantener la humedad que necesita su cuerpo, ya
que no tiene caparazón y es de cuerpo blando.
2. El Papa convocó un concilio en Trento Otalia) con el fin
de refonnar la Iglesia. Se determinaron las creencias y
dogmas de la doctrina católica y se acordó que la
disciplina del clero deberfa ser ejemplar.
3. Los huesos, músculos, articulaciones y ligamentos
sirven para que el cuerpo humano se mantenga erguido.
4. El corazón late sólo porque la parte del encéfalo
llamada médula determina su ritmo y su fuerza.
5. El Tribunal de la Santa InqUisición empleó diversos
procedimientos para hacer confesar a la gente sus
creencias. A los hereIeS que no abjuraban de ellas se
los llevaba a la hoguera. Estos actos se llamaban Uautos
defe-,
6. En 1860 estalló la lucha entre franceses y británicos en
canadá porque las tierras pertenecientes a la compaflía
Inglesa de la Bahía de Hudson en Canadá y las 13
colonias en América se vieron separadas por las
colonias francesas y creció la rivalidad entre ellos.
7. A medida que los primeros árboles y animales morían y
quedaban enterrados en pantanos, creclan otros que, al
igual que los anteriores, se iban enterrando en el fango.
Las capas de tierra, el agua y los nuevos árboles que
iban surgiendo hacían peso sobre los que ,a habían
muerto, enterrándolos cada vez más. Ese peso y el
calor, cada vez mayores, iban convirtiendo los restos de
los árboles muertos en carbón. Así se formó el carbón
de piedra al cabo de miles de aflos.
8. En 1883, y a fin de servir las demandas del mercado
Inglés, se instalaron los primeros frigoríficos argentinos
que al poco tiempo fueron superados por los que se
crearon con capitales británicos.
11)-Dé una explicación funcional del siguiente hecho: las
golondrinas emigran en otono.
12)-Dé una explicación genética del siguiente hecho: el miedo
de Juanclto a la pecera.
13)-Dé una explicación teleológica del siguiente hecho: El
desacondicionamiento del objeto fóbico en" Juancito.
Para"resolver las dos últlr!!as actividades lea él párrafo: U8
problema de" las emociones· (pág. 25) incluido en el
M6dulo 2 de Pslcologfa y la actividad NO.1 del mismo
Módulo (pág. 42). .
Explicación y predicción
Dijimos antes que los objetivos fundamentales de las ciencias fác-
ticas eran la explicación y la predicción, yen los últimos parágrafos nos
hemos ocupada sucintamente de la explicación. En éste diremos unas
pocas palabras sobre la predicción.
Desde el punto de vista lógico, la explicación y la predicción res-
ponden al mismo esquema, especialmente cuando se trata del caso tlpi-
ca de explicación, o sea, la explicación nomológico-deductiva de un
hecho singular. La diferencia entre ambas reside en que, en el caso de la
explicación, el explanandum es un hecho conocido, mientras que en la
predicción es un hecho que todavía no ocurrió o uno que ya ocurrió pero
que todavía no conocemos.
Los autores que hemos citado hasta ahora, Rudolf Carnap y Carl
Hempel, ponen el acento en el análisis lógico de la ciencia y no dan im-
portancia a otros posibles enfoques. Por eso, no se limitan a sostener
que, desde el punto de vista lógico, no hay diferencia entre explicación y
predicción (lo cual es cierto, al menos en lo que concierne a las explica-
ciones nomológico-deductivas de hechos singulares) sino que además
creen que ese punto de vista es el único que tiene importancia epistemo·
lógica. Así, en lo que respecta a la confirmación de las hipótesis, sos-
tienen que el apoyo que recibe una hipótesis procedente de una predico
ción exitosa es igual al que brinda la explicación de un hecho conocido
de antemano, tesis rechazada por otros filósofos de la ciencia.
Actividades
14)-Determine si la predicción de Halley a la Que hace
referencia el texto siguiente avala la tesis de Camap y
Hempel. Justifique su respuesta.
El aporte más significativo al estudio de los cometas
se efectuó en la época de Newton. Este, con su ley
de gravitación universal provee la teorla para
explicarlos: su movimiento se debe a la fuerza
gravitatoria del Sol, y sus órbitas son en principio
ellpticas. Un astrónomo amigo de Newton, E. Halley
(1656-1742) hizo una contribución significativa.
Observó el gran cometa que lleva su nombre, en
Parls en 1680 y halló su órbita. Tras haber estudiado
la similitud de los recorridos de los cometas
aparecidos en 1456, 1531, 1607 Y 1682 llegó a
afirmar que se trataba de un mismo cometa, y
predijo una nueva aparición para 1758. El
cumplimiento de esta predicción fue considerado
por los flslcos y astrónomos no sólo una
corroboración de lo afirmado por Halley, sino
también un fuerte aval a la teorla de Newton.
(De R. Tamom, Causalidad y Accidentalidad de
los Descubrimientos Cientlflcos.)
19
20
El papel de las leyes en la explicación cientifica.
Leyes e hipótesis
Los principales objetivos de la ciencia son la explicación y la pre-
dicción, y ésta"s requieren -si no en todos los casos, al menos en
muchos- el empleo de leyes. Ahora bien, ¿qué caracterrsticas debe te-
ner un enunciado para ser considerado una ley? Podrramos decir, en pri-
mer lugar, que tiene que ser verdadero; esto no sólo es, como hemos vis-
to, un requisito que deben cumplir las explicaciones nomológico-deduc-
tivas, sino que forma parte de lo que entendemos por "ley": normalmen-
te no hablarlamos de leyes falsas de la naturaleza. Sin embargo, como
veremos más adelante, no es posible probar la verdad de un enunciado
legal o nomológico (es decir, de uno que pueda aspirar al rango de ley, de
uno que seria una ley si fuera verdadero), de modo que, si se observara rí-
gidamente el requisito que nos ocupa, ninguna afirmación podrla ser
considerada una ley. Por esta razón, lo más común es hacer un uso más
liberal de la palabra "ley", empleándola como sinónima de "hipótesis no-
mológica confirmada"_ Por su parte. una hipótesis es un enunciado cuyo
valor de verdad se ignora pero que se supone-verdadero.
En segundo término, para ser considerado una ley un enunciado
tiene que ser universal, es decir, tiene que ser una afirmación acerca de
todos los miembros de una clase. Esta condición es necesaria pero no
suficiente; sólo ciertas afirmaciones universales se consideran como po-
sibles leyes cientlficas, a saber, las que se refieren a un número indefini-
do -y que, por lo tanto, en principio podria ser infinito- de individuos
("individuos" en el sentido de objetos individuales: no sólo personas si-
no también caranchos, trozos de metal, etc.), como "Todos los ca-
ranchos son pardos" o "Todos los metales se dilatan al ser calentados"
Con el posible agregado de otros requisitos que todavía son motivo de
polémica, son éstos los enunciados universales que se califican de lega-
les o nomológicos para distinguirlos de los universales accidentales, co-
mo "Todos los tornillos del auto de Pérez están oxidados", que se re-
fieren a un número finito de individuos (se refieren a todos los elementos
de una clase -por eso son universales-, pero dicha clase es finita).
Asi como el tema de la explicación nos condujo a examinar el con-
cepto de ley, vemos ahora que este último se vincula de modo muy
estrecho con la noción de hipótesis. En lo que sigue nos ocuparemos de
las hipótesis, sus diferentes tipos y los problemas que surgen cuando se
pretende confirmarlas.
Actividades
15)-Determlne cuáles de los siguientes enunciados generales
(universales) pueden considerarse leyes científicas.
Justifique.
1. Todos los cisnes tienen cuello largo.
2. Toda persona de tamano norm~ recibe un peso de aire
equivalente a 21 toneladas.
3. Todos los nlnos lloran al nacer.
4. Todos los días en Mar del Plata sopla bri;sa del mar.
5. Todos los mecánicos de Buenos Aires son ingeniosos.
6. A grandes alturas el agua hierve a menos grados Que a
nivel del mar.
7. La leche. materna protege a los recién nacidos de las
enfermedades.
8. Todos los nacidos en el af'lo 1958 fueron exceptuados
del servicio militar.
2.3. Tipos de hipótesis
Hipótesis fundamentales y derivadas, auxiliares y ad
hoc, emplricas y teóricas
Una hipótesis es, como acabamos de decir, una afirmación que
el cientlfico propone sin tener la certeza de que sea verdadera, pero que
provisionalmente considera como tal. Cuando la hipótesis no se deriva
de otras se la llama hipótesis fundamental; y de ella se desprenden otras,
que se denominan hipótesis derivadas. También se suele llamar hipóte-
sis preliminar a la que se formula inicialmente de manera imprecisa e in-
completa y que luego se perfeCCiona y ajusta a la luz de nuevos datos,
experiencias y otros elementos de juicio.
Es importante señalar que no existe ningún método o procedimiento
mecánico que permita descubrir buenas hipótesis. Las fuentes de las
que surgen las hipótesis son el ingenio, la imaginación y la intuición de
los cientlficos. La corriente metodológica conocida como inductivismo
-de la que hablaremos más adelante, en el parágrafo 3.4.3.- creyó duo
rante mucho tiempo en la existencia de tales procedimientos mecáni-
cos. Los métodos de Stuart Mili, por ejemplo, suponlan que realizando
gran número de observaciones serIa posible hacer generalizaciones a
partir de ellas y llegar asi, en un camino ascendente, a las teorlas. Actual-
mente se sostiene lo contrario: no hay recetas que permitan pasar auto·
máticamente de la observación de los hechos a la formulación de leyes y
teorlas.
La tarea que sigue a la formulación de una hipótesis consiste en
contrastarla, es decir, en ponerla a prueba mediante su confrontación
con la experiencia, lo cual es un requisito fundamental e ineludible en to-
da ciencia fáctica. Se trata de arbitrar los medios para conseguir que la
experiencia nos suministre información acerca de la verdad o falsedad
de la hipótesis. Los procedimientos que se utilizan para obtener esta in-
formación emplrica favorable o desfavorable respecto de la hipótesis
suelen ser complejos e indirectos. En estos casos las ciencias fácticas
hacen uso de las ciencias formales para derivar lógicamente consecuen-
cias de las hipótesis fundamentales. Los enunciados que se obtienen en
este proceso deductivo son también hipótesis, que se suelen denomi-
nar, como ya dijimos, hipótesis derivadas. Ellas serán, a su vez, premisas
de nuevas deducciones, que continuarán hasta llegar a ciertos enun-
ciados que se llaman enunciados observacionales, o también, por haber-
se deducido de otros, consecuencias observacionales.
Cuando se intenta derivar consecuencias observacionales a partir
de hipótesis fundamentales, es necesario hacer uso de suposiciones
21
adicionales; las hipótesis fundamentales por si solas no son en general
suficientes y requieren que se las ponga en conjunción con otras que
tienen carácter instrumental o auxiliar. A estas últimas se las denomina
precisamente hipótesis auxiliares. Se eligen para cumplir esta función
hipótesis que h~n sido contrastadas con anterioridad, o que al menos
'pueden ser contrastadas con independencia de la hipótesis fundamen-
tal, y que desempenan el papel de premisas adicionales; pueden perte-
necer o no a la diSCiplina a la que pertenece la hipótesis fundamental.
Una hipótesis auxiliar se considera ad hoc cuando no puede ser contras-
tada en forma independiente y cumple la función de salvar a una hipóte-
sis fundamental que corre el riesgo de ser refutada.
Hay hipótesis teóricas, emplricas y mixtas. El criterio que permite
establecer esta división es la presencia de cierto tipo de términos: los
términos teóricos y los emplricos u observacionales. (Conviene aclarar
que, por tratarse de un uso común, en el presente contexto empleamos
el adjetivo "emplrico" en un sentido restringido, como sinónimo de "ob-
servacional ú obtenido por generalización de datos observacionales" y
como antónimo de "teórico" -entendido este úHimo, a su vez, en un
sentido especial que enseguida explicaremos-, mientras que en gene-
ral -por ejemplo, cuando decimos "ciencia emplrica" o "contrastabili-
dad emplrica"- le damos un sentido más amplio, conforme al cual cali-
ficamos de emplricos, no sólo a los enunciados observacionales y a las
generalizaciones basadas en ellos, sino también a aquellos enunciados
teóricos que tienen consecuencias observacionales, aun cuando éstas
se obtengan de manera compleja e indirecta, con el auxilio de suposi·
ciones adicionales y reglas de correspondencia.) Los términos se clasifi-
can, en primer lugar, en lógicos y no lógicos o descriptivos. Términos ló-
gicos son, por ejemplo, "todos", "algunos", "no", "y", "o". Términos no
lógicos o descriptivos son, por ejemplo, "hombre", "cabeza", "célula",
"átomo", "electrón", "inteligencia". Estos últimos -los términos
descripUvos- se subdMden en observacionales y teóricos. Términos
observaclonales son los que se refieren a algo observable, o directamen-
te observable, y términos teóricos son los que se refieren a algo que no
puede ser observado. Pero el limite entre lo observable y lo no obser-
vable puede trazarse en distintos lugares; siguiendo a Carnap, menciona-
remos tres de esos lugares. Algunos filosófos consideran directamente
observables solamente a los datos sensoriales; en este sentido, una me-
sa, por ejemplo, no serIa directamente observable; serIa algo que inferi-
mos a partir de nuestros datos sensoriales. Este sentido de la palabra
"observable", por ser demasiado estrecho, no parece el más adecuado
para los fines de la ciencia. Tenemos un sentido más amplio cuando con-
sideramos observables, no sólo los datos sensoriales, sino también los
Objetos flsicos ordinarios, como las mesas, las personas, etc. Pero tam-
bién este sentido le parece a Carnap demasiado estrecho y prefiere
incluir entre las cosas observables, además de las mencionadas, las
magnitudes que, como la longitud o el peso, se pueden medir mediante
un procedimiento sencillo y directo. Aun cuando adoptemos este último
sentido, cosa que nos parece razonable, sigue habiendo entidades inob-
servables, como por ejemplo los átomos o la inteligencia y, en conse-
cuencia, sigue habiendo términos teóricos.
Se denominan hipóteSiS teóricas aquellas que contienen términos
teóricos -al menos uno- e hipótesis emplricas aquellas que no los
contienen, o sea, que contienen solamente términos observacionales
(en ambos casos, aparte de los términos lógicos, que son imprescin-
dibles para la formulación de cualquier enunciado, sea teórico u observa-
22
cional). Las hipótesis teóricas se subdividen en puras y mixtas. Hipóte-
sis teóricas puras son las que contienen solamente términos teóricos
(repetimos: además de los lógicos), es decir, las que no Gontienen nin-
gún término observacional; e hipótesis teóricas mixtas SOl) las que, ade-
más de términos teóricos, contienen también términos observacionales
-al menos uno-o
La ley de Boyle según la cual,si se mantiene constante la tempera-
tura de un gas contenido en un recipiente, el producto del volumen por la
presión también es constante, es una ley emplrica -ya que, de acuerdo
con el sentido amplio que decidimos dar a la palabra "observable", todas
las magnitudes involucradas en la ley se consideran observables-. En
cambio, la teoría cinética de los gases, según la cual un gas es un con-
junto de moléculas en agitación constante, es teórica (e el sentido que
ahora estamos dando a esta palabra, es decir, en el sentico de no empiri-
ca). Sin embargo, con la ayuda de ciertos enunciados t.~óricos mixtos,
llamados reglas de correspondencia, la teoria cinética de los gases
explica la ley de Boyle. Una de esas reglas de correspondencia dice que
la temperatura del gas corresponde a la energra cinética media de las
moléculas; otra vincula la presión del gas con el choque de las molécu·
las contra las paredes del recipiente.
Hipótesis rivales y experimentos cruciales
A través de la historia de la ciencia, han existido en distintas dis-
ciplinas teorias e hipótesis rivales. Se trata de hipótesis que tienen simio
lar poder explicativo y que han salido airosas de las contrastaciones a
que fueron sometidas, pero que no pueden ser aceptadas las dos porque
son incompatibles y, por lo tanto, si una de ellas es verdadera, ta otra
tiene que ser falsa. Fueron rivales, por ejemplo, en la flsica, las hipótesis
acerca de la naturaleza de la luz. La concepción ondulatoria sostenía que
la luz consiste en ondas transversales, mientras que, según la teoría cor-
puscular, la luz se compone de partfculas extremadamElnte pequeñas.
También fueron rivales las teorlas de Tolomeo y Copérnico respecto de
si el Sol gira alrededor de la Tierra o a la inversa, las afirmaciones de que
la Tierra es plana o esférica y las hipótesis a favor y en contra de la gene-
ración espontánea, que analizaremos más adelante.
Para dirimir estas competencias, los cientificos diseñan en algunas
ocasiones ciertos experimentos que se denominan experimentos cru·
ciales, es decir, pretenden crear condiciones experimentales "que permi-
ten decidir entre las dos hipótesis rivales: refutada ul')a de el.las, podrá
considerarse verdadera la otra. Pero estas experiencias s:.Jelen ser difi-
cultosas desde el punto de vista técnico. Además, sus resultados no son
concluyentes ni definitivos, como veremos enseguida. No obstante,
puede considerarse que proporcionan importante información acerca de
las hipótesis rivales.
En términos generales, el procedimiento para llevar a cabo un expe-
rimento crucial consiste en derivar consecuencias observacionélles de
cada una de las hipótesis: E1 de H1y E2 de H2, tales que, si se verifica E1
queda refutada E2. Tomemos el ejemplo sencillo de hipótesis rivales
acerca de la forma de la Tierra que analiza Copi en su Introducción a la ló-
gica (y citado en la bibliografla de los módulos anteriores).
De la hipótesis H1, según la cual la Tierra es esférica, se desprende
la siguiente consecuencia observacional E1: si se observa desde la costa
un barco que se aleja mar adentro, dejará de verse primero la parte infe-
23
.24
rior del barco y paulatinamente parecerá hundirse en el horizonte hasta
desaparecer..
De H2, que afirma que la Tierra es plana, se desprende E2: el barco
se percibirá en su totalidad, pero cada vez más pequeño, hasta que se de-
je de verlo.
De ambas consecuencias observacionales, la que queda confirma-
da es la primera, resultado que ya era citado por Copérnico en su argu·
mentación a favor de la hipótesis de la forma esférica de la Tierra. Al
quedar verificado E1 y refutado E2, pOdrla pensarse que estos resulte.dos
pueden extenderse igualmente a las respectivas hipótesis. Pero no es
así. Ya hemos señalado que para derivar consecuencias de una hipótesis
es necesario usar otras como premisas adicionales. En el ejemplo consi·
derado, a pesar de su sencillez, podemos reconocer la presencia de hipó·
tesis auxiliares. En particular, la hipótesis de la propagación rectilínea
de ia luz. Copi esquematiza as! la inferencia:
La Tierra es plana.
Los rayos de luz siguen un camino rectillneo.
La cubierta de un barco que se aleja no desaparece de la vista antes
que el mástil.
Como la conclusión es falsa, y se ha razonado correctamente, algu-
na de las premisas debe ser falsa. Pero no tenemos derecho a sospechar
solamente de la primera; bien podrla ser falsa la segunda. Podemos se-
guir defendiendo la posibilidad de que la primera premisa sea verdadera
si estamos dispuestos a rechazar la segunda. Si reemplazamos esta últi·
ma por la hipótesis contraria de que los rayos de luz siguen un camino
curvo, se obtendrá la misma conclusión que se obtenía de H1, a saber,
que se verá desaparecer primero la parte inferior del barco. La Tierra,
aunque plana, impedirla la visión de la parte inferior del barco a medida
que éste se alejara.
~
"'-..-.... - ---.;-
"'-- ---------:;-~~:J
" .-
Esta nueva hipótesis es ad hoc, pero no es eso lo que ahora nos in-
teresa; lo que queremos mostrar es el hecho de que no queda refutada
una hipótesis en particular sino un conjunto de hipótesis. Las pretendi-
das experiencias cruciales no son en realidad definitivas debido a que no
es posible determinar con seguridad cuál de las hipótesis intervinientes
es la responsable de que se haya producido un resultado refutatorio.
Hempel, en su libro Filoso'la de la ciencia natural, ilustra la misma si-
tuación al analizar el experimento reaiizado por Foucault para decidir
entre la concepción ondulatoria de la luz, propuesta por Huygens, y la
concepción corpuscular de Newton. Ambas concepciones explicaban
fenómenos como la propagación rectillnea, la reflexión y la refracción.
Pero de la teorla ondulatoria se derivaba además la afirmación de que la
luz viaja con mayor rapidez en el aire que en el agua, mientras que la teo-
ría corpuscular llevaba a la conclusión opuesta En 1850 Foucault realizó
un ingenioso experimento que permitirla determinar en cuál de los dos
medios era mayor la velocidad de la luz. El resultado fue que era ma-
yor en el aire, como se derivaba de la teorla ondulatoria. En ese momento
se creyó que la experiencia daba por tierra definitivamente con la con-
cepción corpuscular, pero un análisis posterior más cuidadoso hizo ver
que no se habla refutado la afirmación de que la luz se compone de partl-
culas, porque de ella sola no se sigue que su velocidad es mayor en el agua
que en el aire, sine todo un conjunto de hipótesis que inclulasuposi-
ciones relativas al movimiento de los corpúsculos en disHntosmedios.
Tampoco en este caso era posible determinar cuál de las hipótesis habla
quedado refutada.
En 1905 Einstein propuso una nueva versión de la concepción cor-
puscular en su teorla de los fotones, que se apoya en un experimento rea-
lizado por Lenard en 1903 y considerado por Einstein como un segundo
experimento crucial. Pero, nuevamente, tampoco esos resultados
pueden ser considerados como elementos de juicio concluyentes en fa-
vor de la nueva teoría corpuscular. Como dice Hempel (op. cit., p. 50), "las
hipótesis y teorías cientlficas no pueden ser probadas de un modo
concluyente por ningún conjunto de datos disponibles, por muy preci-
sos y amplios que sean".
2.4. La puesta a prueba de las hipótesis.
Verificación y refutación
Hemos dicho ya que, después de formular una hipótesis, es nece-
sario contrastarla emplricamente y que, para ello, es necesario hacer de-
ducciones hasta obtener consecuencias observacionales de la hipótesis
en cuestión. Una vez obtenidas tales consecuencias observacionales, el
paso siguiente consistirá en realizar las observaciones pertinentes para
determinar si son verdaderas o falsas. En algunos casos es posible apli-
car el método experimental, que consiste en crear artificialmente las
condiciones de contrastación; cuando esto no es posible, hay que limi-
tarse a la observación no experimental, es decir, hay que esperar que
esas condiciones se produzcan de manera espontánea. En otras oca-
siones se utilizan métodos estadlsticos, y en las ciencias sociales tam-
bién los tests, las entrevistas y los cuestionarios.
25
26
Sabemos que un enunciado puede ser verdadero o falso. Se deno-
mina verificación a la prueba de que un enunciado es verdadero y refuta-
ción a la prueba de que es falso. Una vez-que se ha logrado verificar o re-
futar enunciados observacionales (suponiendo que eso sea posible, co-
sa que no nos interesa discutir en este momento) que se derivan de una
hipótesis, resta saber qué puede inferirse acerca de esta hipótesis. Co-
mo este problema requiere un análisis cuidadoso, lo vamos a considerar
por separado en el parágrafo siguiente, en el cual nos ocuparemos de los
esquemas lógicos a que responden la refutación y la confirmación de hi-
pótesis.
El esquema lógico de la confirmación y la
refutación.
Asimetrla entre verificación y refutación
Suponiendo, como ya dijimos, que sea posible tanto verificar como
refutar enunciados observacionales, tenemos que preguntarnos qué
puede inferirse sobre el valor de verdad de una hipótesis cuando alguna
de sus consecuencias resulta verificada o refutada.
Consideremos primero el segundo caso, es decir, el caso en que la
experiencia refuta un enunciado observacional, y analicemos su es-
quema; si de H se deduce O, y O es falso, eso implica que H también es
falsa, en virtud de una regla de inferencia llamada modus toUans. Pode-
mos entonces decir que, por razones lógicas, la refutación de un enun-
ciado observacional derivado de una hipótesis refuta también esta hipó-
tesis. Volveremos enseguida al papel que desempeñan en este proceso
las hipótesis auxiliares. Pero consideremos antes la situación que se
plantea en el caso opuesto; si la consecuencia observacional resulta ver-
dadera, el cientlfico puede sentirse satisfecho por haber obtenido el re-
sultado que esperaba, pero, ¿prueba este hecho la verdad de la hipóte-
sis? Examinemos el esquema lógico de esta situación; si de H se deduce
O, y O resulta verdadera, eso no implica que H sea verdadera; H no queda
verificada al verificarse una consecuencia suya. Si en esta situación, in-
ferimos que H es verdadera, estaremos cometiendo la falacia de afirma-
ción del consecuente:
Si H, entonces O
O
H
A esta situación se la ha denominado de asimetrfa entre verifica-
ción y refutación; mientras que en principio puede probarse la falsedad
de una hipótesis, no es posible en cambio probar su verdad.· En la filoso-
fía de la ciencia contemporánea, la corriente llamada refutacionismo (o
falsacionismo) y liderada por Karl Popper ha dado gran importancia a es-
ta asimetrla. Pero la situación no es tan desesperada como inicialmente
podría pensarse; lo que significa e.s que ninguna hipótesis puede quedar
probada; no hay en las ciencias fácticas verdades definitivamente es-
tablecidas, mientras que en principio parecerla que puede haber falseda-
des definitivas.
La situación se torna aún más compleja si volvemos a tener en
cuenta el papel ya adjudicada a las hipótesis auxiliares. La derivación ló-
gica de consecuencias observacionales no tiene como premisa sola-
mente a la hipótesis fundamental sino también a la auxiliar; el esquerna
seria el siguiente: si H y A, entonces O. En caso de que O sea refutado, lo
que en realidad se obtiene es la refutación de la afirmación conjunta de H
y A, o sea, "No (H y A)". Esta negación es lógicamente equivalente a "No
H o no A"; quiere decir que al menos una de las dos es falsa, y es posible
"que ambas lo sean, pero no tenemos garant1Záda la falsedad de H. Podria
ocurrir que el resultado adverso (la refutación de O) obedeciera a la false-
dad de la hipótesis auxiliar. Históricamente, muchas investigaciones ad-
mitieron la refutación de ciertas hipótesis debido a la falsedad de hipóte-
sis auxiliares que no se consideraban cuestionables.
Volvamos ahora al caso en que la consecuencia observacional ha
resultado verdadera. Dijimos antes que este resultado no permite inferir
q~e la hipótesis sea verdadera -ni ella ni las hipótesis auxiliares que
puedieran haber íntervenido-. ¿Qué puede decirse, entonces, respecto
de la hipótesis? Se han dado distintas respuestas. Según una de ellas, si
se reiteran las experiencias y se obtiene un gran número de consecuen-
cias observacionales verdaderas, puede afirmarse, por inducción, que la
hipótesis es probablemente verdadera, es decir, que hay una alto grado
de probabilidad de que lo sea, y ese grado de probabilidad puede medir-
se. En tal caso suele decirse que la hipótesis ha quedado confirmada.
Adhieren a este punto de vista pensadores como Carnap y Hempel. Se
opone a él, en cambio, el refutacionismo de Popper.
Un caso de investigación cientifica
Consideraremos a continuación un ejemplo de investigación cient!-
fica que ilustra varias de las nociones hasta ahora examinadas.
Según la llamada teorla de la generación espontánea, algunos se-
res vivos nacen espontáneamente de la materia orgánica en descompo-
sición, o bien de la materia mineral cuando ésta se encuentra en determi-
nadas condiciones. Los defensores de esta teoría alegaban observa-
ciones cotidianas: los gusanos nacen en la tierra o en "el barro, las mos·
cas en la carne en descomposición, los ratones en la basura, etc.
Francesco Redi (siglo XVII) disenó un sencillo experimento consis-
tente en dejar durante varios dlas trozos de carne en frascos, algunos de
ellos destapados y otros herméticamente cerrados mediante un perga-
mino. Al cabo de dos dlas, pudo observar que en la carne de los frascos
abiertos hablan aparecido gusanos, tal como lo proponla la teoría de la
generación espontánea; sin embargo, contradiciendo dicha teorla, en los
frascos cerrados no aparecla ninguna forma de vida.
Algunos sostuvieron que los animales no hablan aparecido sobre la
carne de los frascos tapados debido a la falta de aereación. Redí repitió
el experimento, agregando a frascos como los anteriores otros que se
hallaban cubiertos por muselina napolitana, tela muy tupida pero que
permitla el paso del aire. Tampoco en estos frascos apareció signo de vi-
c;ta alguno. Observando los gusanos que hablan aparecido en los frascos
destapados, Redi descubrió que no eran otra cosa que larvas de las mos-
cas que durante el experimento hablan revoloteado alrededor de los fras-
cos. Su conclusión fue que los gusanos provenlan de los huevos que las
moscas hablan depositado sobre la carne, y que no era ésta su origen.
27
28
Pocos anos después, Anton Van Leeuwenhoeck descubrió con la
ayuda de lupas gran cantidad de· seres microscópicos desconocidos,
que denominó "animallculos". Luego de las investigaciones de Redi,
Van Leeuwenhoeck y otras similares, los defensores de la generación es-
pontánea admitfan que los animales no minúsculos no nacen
espontáneamente de materia en descomposición, pero mantenran esta
teorra para los "animaUculos".
En el siglo XIX, Louis Pasteur refutó la teorra. Primero confirmó la
existencia de microorganismos en el aire y luego mostró que ellos eran
la causa de la descomposición de los Uquidos orgánicos y no su resulta-
do. El experimento consisUa básicamente en poner Uqu!dos orgánicos
en contacto con aire estéril (esto es, con aire sin microorganismos). El
resultado era que estos· Uquidos no se alteraban ni se producran en su
seno génesis espontáneas de organismos. Esta experimentación dio ori-
gen a lo que se denomina esterilización. Perfeccionadas experiencias
posteriores corroboraron que la vida sólo procede de otra vida preexis-
tente.
Una lectura atenta del relato precedente permite advertir varias co-
sas:
1) La hipótesis fundamental de la teorla es la siguiente afirmación: "Algu-
nos seres vivos nacen espontáneamente de la materia orgánica en
descomposición, o bien de la materia mineral cuando ésta se en-
cuentra en determinadas condiciones".
2) La afirmación de que en los frascos aparecerian organismos era una con-
secuencia observaclonal de la teorra, que, en principio, debra valer para
todos los frascos, tanto para los abiertos como para los cerrados.
3) Sin embargo, se vio que en los frascos cerrados no aparecra ninguna
forma de vida, con Jo cual la mencionada consecuencia observacional
quedaba refutada, lo mismo que la hipótesis fundamental de la cual se
la habra deducido (conforme al esquema lógico de la refutación).
4) Los defensores de la teorla alegaron lo siguiente: "En los frascos
cerrados no se produjo la generación espontánea debido a la falta de
ventilación". Esta afirmación parece ad hoc, ya que seguramente fue
formulada con el propÓSito de salvar la teorla; sin embargo, se la debe
considerar una hipótesis auxiliar Ucita debido a que es contrastable. En
efecto, con el agregado de esta hipótesis auxiliar, la teorra tiene la si-
guiente consecuencia observacional: "En frascos cerrados con una ta-
pa que permita el paso del aire se producirá la generación espontánea
de organismos", consecuencia que resultó igualmente refutada.
5) Frente al hecho de que en los casos observados no habla generación
espontánea de vida, los defensores de la teorra adujeron la hipótesis ad
hoc de que tal generación sr se producra en los casos no observables,
es decir, en los casos de los "animaUculos".
6) Louis Pasteur propuso una hipótesis rival según la cual los microorga-
nismos que se encuentran en el aire son la causa, y no la consecuen-
cia, de la descomposición de los Uquidos orgánicos.
7) Diseñó y llevó a cabo un experimento, que podrla ser considerado cru-
cial, y que tuvo como resultado la refutación de la teorra de la genera-
ción espontánea y la confirmación de su propia hipótesis.
8) Estos trabajos de Pasteur produjeron también una importante Innova-
ción tecnológica: la esterilización.
Actividades
16)-En el siguiente texto se narra otro caso de investigación
científica.
Analicelo detenidamente y responda.las preguntas que a
continuación se formulan.
La COIT'posici6n de la luz natLraI eeg(.n Newtcn
La kJz del sol es blanca. OÉIspJés de pasa' por LIl prisma rruestra todos
los colores que existen en el mundo visible. La naturaleza misma
reprodJoe ese fenómeno en la hermosa gama de ooIc:res del arco iis. Las
pretensiones de expIIar este fen{meno tienen larga elata. la referencia
bIbIica de que el arco H$ es la tima de Dios a tri oonvenIo hecho con el
hombre no explca satisfac:torimente por qué se repite el arco iis de
tiempo en tiempoy por(JJé aparece cJespués deLIl8lN1a.
Un extremo lateral del arco iis es sIem~ rojo Y el otro violeta. Entre
ambos se dislri~ todos los otros coloras. He aq.d la explicación que
da Newtal del fen6ma1o: cada 1II'lO de los ooIa'es del arco i'is ya existe
en la kJz blanca: Todos)mtos atraviesan el espacio y la atmósfera y
prodJoen el efecto de la kJz blanca que es lIl8 mezcla de cap·1SO IIos de
distintas clases pertaleCi...tes a los disthtos colores. Newtal logró
sepanr los ociaras por medio de un prisma; cada oorp)saJo recibe LIl8
fuerza dfaente de8CUB'doasu propio color, lo queJo.obligaacambiarsu
trayectorB: la fuErza es máxina para el violetaYmhima para el rojo. Cada
ooIorsete6'actaa lo largo de. una trayectoria dIsthta que sesepara de los
otros ociaras al emerger del prBna. En el casodellI'COiis.Sallas gotitas
de BgJB las que hacen el papel del rñrna. la serie de colores en la luz
blanca del Sol rewIada por el expErimento de Newtal se lBna -especb'o
visible-.
Los o%res separados del espectro deben poder mezclarse nueYamente
mecflanle lJ'l ~ prisma colocado en posición conveniente, p.J8S de
lo contrario la explicación serfa errónea. Este poooeso es jJstamente el
hverso al anterior y debe obtenerse en conseaJenCia lIz blanca de los
colores previamente separados. Newton demostró expermentamente
que es efectivamente posible obten&" Uz blanca de su espec:lro, y de ésta
porsegLJ1da vez el espec1ro, y aslsucesMmente.
Supongamos qJe sucede repenlirwnente lIlB cosa muy extraña: qJe el
Sol oomenzara a emitir únicamente lJZ homogéI tea de ...l determhado
cola: por ejemplo amarillo. la gran vartedad de coIor8s qJ8 observamos
en la tierra, desaparecerla inmediatamente. ¡Todas las cosas se
presentarfan amarillas o negrasl Su validez puede confiTnarse por medio
de un experimento. 8 experimento serta el siguiente: en una pieza sólo
ilurnhada con luz de sodio (s6Jo Y pafeclamenle amarIla) se ve todo
amariDo o nego.
la riqueza de colores de nuestro mundo es reflejo de la variedad de
colores que componen la luz natlnl (blanca) dado ""e los cuerPos
opacos (los que no ~ lJZ ~ sólo reftejan BqJeIos coloras qJ8
menos absorben al ser ilmInados.
ExtraIdo de EINSTEN • 1NFEl.D. LB "*"lIII8IJtrIa dsIpenstmIento,
8s.A5., lDsada.
1. ¿Cuál es el problema que dio origen a la investigación?
2. ¿De qué conocimientos se disponfa en el momento de
formular la hipótesis fundamental? .
3. ¿Qué hipótesis fundamental se formuló?
29
4. ¿Existe alguna hipótesis derivada? ¿Cuál?
5. ¿Qué procedimiento se propuso para constatar la
hipótesis?
6 ¿Se recurre al uso de hipótesis auxiliares? ¿Cuáles?
7. ¿Hay alguna hipótesis ad hoc?
8. ¿Qué tipo de hipótesis (teórica o emplrica) es la
hipótesis fundamental?
9. ¿Qué consecuencias observacionales se deducen a
partir de la hipótesis fundamental y de la auxiliar si la
hubiere?
10. Si las consecuencias observacionales resultaron
verdaderas, ¿qué se puede inferir acerca del valor de
verdad de la hipótesis fundamental?
11. ¿Cuál es el esquema lógico del razonamiento por el
cual se determinó el valor de verdad de la hipótesis
fundamental?
12. Ya sea en la hipótesis fundamental, en las derMDIs o en las
auxiliares, ¿hay algÚ1 téfTniro que uste:I du:Je en clasifica'
como te6rto u observcr::ionaI? ¿QJáIesy por rpé?
13. ¿Se aplicaron procedimientos inductivos en alguna
etapa de la investigación? ¿Cuál?
14. ¿Qué otra consecuencia posibilita el descubrimiento
relatado?
15. Sobre la base de la investigación relatada construya
una explicación nomológico-deductiva del arco Iris.
17)- Analice el ejemplo de investigación CientífICa respecto al
origen de la fiebre puerperal que relata HEMPEL en el
cap. 2 de su libro Filosofía de la ciencia natural y
responda las preguntas anteriores (a excepción de la 15).
2.5. El problema del método de las
.. , .
CienCias emplrlcas
El inductivismo
La ciencia empírica (o fáctica) plantea importantes problemas filo-
sóticos; en primer lugar, la pregunta "¿qué es la ciencia?", que engloba a
todas las demás, y otras como las siguientes: ¿en qué se distingue la
ciencia de otras formas de conocimiento o de discurso (problema de la
demarcación)?, ¿cuál es su objetivo?, ¿cuál es el valor cognoscitivo de
las teorías cientfficas?, ¿progresa la ciencia? Entre estas preguntas
estrechamente vinculadas unas con otras, ocupa un lugar central la si-
guiente: ¿cuál es el método de la ciencia emplrica? A tal punto es ésta
una pregunta central que la denominación "metodología de la ciencia"
suele emplearse como más o menos sinónima de "epistemología" o de
"filosofía de la ciencia"
De esta cuestión (¿cuál es el método de la ciencia empírica?) nos
30
ocuparemos ahora, comenzando por senalar que se la puede entender de
dos maneras, a saber: 1) ¿cómo se descubren (o se inventan) las hipóte-
sis y teorlas -sistemas de hipótesis-?; 2) ¿cómo se justifican, o, al me-
nos, como se ponen a prueba, cómo se contrastan empfricamente, esas
hipótesis y teorlas? Aceptaremos provisional}Tlente la tesis de que a la
metodologla de la ciencia, o a la epistemotogla, le interesa solamente el
segundo de estos problemas; veremos en el próximo módulo que esta te-
sis ha sido discutida por autores como Kuhn. Por el· momento nos pre-
guntaremos, entonces, cuál es el método de justificación o de contrasta-
ción que se emplea en la ciencia empfrica.
Lo que hay que justificar es la aceptación de ciertas afirmaciones
universales nomológicas como las ya mencionadas: "Todos los ca-
ranchos son pardos" y "Todos los metales se dilatan al ser calentados".
La pregunta acerca de cuál es el método de justificación empleado en la
ciencia emplrica puede, entonces, ser reformulada del siguiente modo:
¿cómo se justifica la aceptación de afirmaciones universales nomológi-
cas? Una respuesta consiste en sostener que tal aceptación queda justi-
ficada al presentar dichas afirmaciones como conclusiones de razona-
mientos inductivos cuyas premisas son enunciados singulares referen-
tes a hechos observados, tesis ésta que por razones obvias ha recibido el
nombre de Inductlvismo_ Para comprender cuáles son las dificul-
tades que esta concepción tiene que enfrentar, debemos recordar que
-como ya lo hemos senalado en el módulo 1- los razonamientos in-
ductivos lÍo son razonamientos deductivos y, en consecuencia, no con-
servan la verdad, no garantizan la transmisión de la verdad de premisas a
conclusión, es decir, admiten la posibilidad de que las premisas sean to-
das verdaderas y la conclusión falsa. Un caso Upico de razonamiento in-
ductivo (aunque sus premisas no son singulares) es el siguiente, ya con-
siderado en el módulo anterior:
El oro se dilata con el calor, el cobre se dilata con el calor, la plata
se dilata con el calor, el bronce se dilata con el calor, luego, todos los me-
tales se dilatan con el calor.
Podemos ver que las premisas son verdaderas y que la conclusión
podrla no serlo; otros metales podrlan no dilatarse al ser calentados y en
ese caso serIa falsa.
Se han defendido distintas versiones del inductivismo. La más radi-
cal sostiene que es posible verificar (probar que son verdaderos) enun-
ciados observacionales (es decir, enunciados singulares acerca de
hechos observables) de manera directa, mediante la observación de los
hechos a los cuales se refieren esos enunciados; y que, tomando como
premisa esos enunciados observacionaJes verificados, es pOSible verifi-
car también, mediante razonamientos inductivos, enunciados universa-
les nomológicos. De ahl que a esta variedad de inductivismo se la llame
veriflcaclonlsmo. De acuerdo con esta concepción, el conocimiento cien-
tlfico es conocimiento probado; consta de afirmaciones cuya verdad ha
sido demostrada, es decir, de leyes establecidas de modo definitivo, no
sujetas ya a ninguna revisión ulterior.
La idea es que si hemos examinado un número suficientemente
grande de caranchos y todos han resultado pardos, la inducción nos ga-
rantiza que todos los caranchos son pardos. Dicho asf, esto es claramen-
te falso. Acabamos de recordar, en efecto, que los razonamientos induc-
tivos no conservan la verdad (si la conservaran serfan por definición, de-
ductivos) y, por lo tanto, no son capaces de garantizar que todos los ca-
ranchos sean pardos; es perfectamente posible que el próximo carancho
31
32
no sea pardo o que el próximo trozo de metal no se dilate al ser calen-
tado.
Pero, si esto es asf, si la inducción no conserva la verdad, ¿por qué
muchos han insistido en asignarle un papel fundamental en el conoci-
miento empírico? ¿Por qué no se han conformado con los razonamientos
deductivos? Porque solamente en los razonamientos inductivos la
conclusión dice más que las premisas -precisamente por eso puede ser
falsa aunque las premisas sean todas verdaderas-o La deducción con-
serva la verdad, pero lo hace al precio de no agregar nada a lo que ya es-
taba,contenido, al menos impllcitamente, en las premisas; se limita a
afirmar de modo explicito alguna parte de ese contenido. Puesto que
nunca podemos llegar a disponer de infinitas premisas, la deducción no
nos sirve cuando queremos justificar la aceptación de presuntas leyes,
que cubren un número potencialmenté infinito de casos. Podemos resu-
mir esto diciendo que la deducción es infalible (en la conservación de la
verdad) pero no incrementa el contenido de las afirmaciones que trans-
forma, mientras que la inducción aumenta dicho contenido pero es fa-
lible.
El problema de la inducción
El verificacionismo, al sostener que la inducción asegura un
aumento infalible del contenido, quiere tener las dos ventajas a la vez.
Como esto en principio no es posible, por las razones que acabamos de
ver, se enfrenta con lo que se ha llamado el problema de la inducción. A
este problema se lo ha planteado de diversas maneras; desde el punto de
vista metodológico, nos interesa una formulación como la siguiente: si
lo que justifica las afirmaciones universales de la ciencia -las leyes
cientificas- es la inducción, y la inducción es falible, ¿qué valor tiene
esa justificación?
Se ha intentado resolver este problema apelando a un principio de la
inducción. Este principio es un enunciado tal que si se lo agrega, como
una premisa más, a cualquier razonamiento inductivo, lo convierte en de-
ductivo. ¿Qué tiene que decir un enunciado para poseer semejante capa-
cidad? Puede decir, por ejemplo, que el futuro será semejante al pasado
(en cuyo caso los caranchos todavla no examinados serán también par-
dos, todos los trozos de metal se dilatarán al ser calentados, etc.) o que
la naturaleza es uniforme (principio de uniformidad de la naturaleza) o
que causas semejantes prOducen efectos semejantes. En su libro ¿Qué
es esa cosa llamada ciencia? (pp. 16 Y27), Alan F_ Chalmers lo formula de
la siguiente manera: "Si en una gran variedad de condiciones se observa
una gran cantidad de A y todos los A observados poseen sin excepción
la propiedad B, entonces todos los A tienen la propiedad B". (Este princi-
pio que estamos considerando no debe ser confundido con el quinto
postulado de la axiomática de Peana, citado en el módulo 1, que recibe
el nombre de postulada de inducción completa y que da lugar a una regla
de inferencia utilizada en ciertas demostraciones.)
Si se acepta el principio de la inducción, el problema de la induc-
ción queda resuelto; aceptarla equivale, en efecto, a considerarlo
incluido, como una premisa adicional tácita, en todos los razonamientos
induc-tivos, que con este agregado se convertirlan en deductivos. Pero,
¿cómo se justifica la aceptación del principio? Al principio lo necesita-
mos -lo necesitan los inductivistas- para justificar la aceptación de
enunciados universales, pero él mismo es, en cualquiera de sus ver-
siones, uno de esos enunciados universales; en consecuencia, no se lo
deberla aceptar sin justificación, es decir, en el contexto del verifica-
cionismo, sin una prueba de su verdad.
Si el principio de la inducción fuera un enunciado verdadero perte-
neciente a la lógica o a la matemática, no seria dificil demostrar su ver-
dad aplicando los métodos de estas ciencias formales, mencionados en
el módulo 1. Pero seguramente no es asl, puesto que, si este principio
fuera una verdad formal, el problema de la inducción no existirla, y esto
por la sencilla razón de que no habrla inducción: todos los razonamien-
tos serian deductivos.
Tampoco podemos justificar la aceptación de este principio alegan-
do que su verdad es evidente. Desde hace más de un siglo, la idea de que
la evidencia pueda servir como criterio de verdad es rechazada por los
epistemólogos en forma prácticamente unánime y por buenas razones:
lo que es evidente para una persona puede no serlo para otra y hay afir-
maciones incompatibles que son ambas evidentes.
Si el principio de la inducción no es una verdad formal y no admiti-
mos la evidencia como criterio de verdad, la única posibilidad que queda
es que sea un enunciado emplrico. Puesto que, además, es un enun-
ciado universal, sólo mediante la inducción podrlamos probar que es ver-
dadero. Una prueba inductiva de su verdad seria un razonamiento induc-
tivo cuyas premisas dirlan por ejemplo, "En tal ocasión causas semejan·
tes produjeron efectos semejantes" o "En tal caso el futuro fue semejan-
te al pasado" y cuya conclusión seria el principio que nos ocupa en algu-
na de sus versiones. Pero, para que tal razonamiento garantizara la ver-
dad del principio, éste tendrla que figurar también entre las premisas, co-
mo en todos los razonamientos inductivos, con lo cual la prueba resulta-
ría inadmisiblemente circular.
Las tres posibilidades que hemos considerado y desechado -que
el principio de la inducción sea una verdad formal, que sea una verdad
evidente y que se pueda probar inductivamente su verdad- son todas
las que hay, de modo que no es posible probar que el principio de la in-
ducción es verdadero y, en consecuencia, para el verificacionismo, tam-
poco es posible justificar su aceptación_
Esta concepción no puede, entonces, resolver el llamado problema
de la inducción. Y no es ésta la única dificultad que no puede superar. Di-
jimos antes que, según esta versión del inductivismo, es posible verifi-
car de manera directa, mediante la observación, enuncia~os observa-
cionales -que son los que van a figurar como premisas en los razona-
mientos inductivos-; tal observación tendrla que ser anterior a la acep-
tación de cualquier teorla, es decir, tendrla que tratarse de una observa-
ción pura, no contaminada de teorla, cuya existencia consideran impo-
sible, en forma casi unánime y seguramente con razón, tanto los psicólo-
gos de la percepción como los epistemólogos. Además, el verificacionis-
mo sostiene que la inducción es, no sólo el método de justificación, sino
también el método de descubrimiento empleado en la ciencia emplrica,
es decir, sostiene que la ciencia comienza con observaciones y a partir
de ellas descubre inductivamente las leyes, cosa que indudablemente
no puede haber ocurrido en el caso de leyes que se refieren a entidades
inobservables, como los átomos o la inteligencia.
En una versión más refinada, el inductivismo no se ocupa de lo que
pueda ocurrir en el llamado contexto de descubrimiento, es decir, se li-
mita a tratar de resolver el problema de cómo se justifica la aceptación
de afirmaciones universales nomológicas, sin preguntarse cómo se des-
33
34
cubren o se inventan tales afirmaciones. Tampoco sostiene la existencia
de una observación pura que permita la verificación directa de enun-
ciados observacionales; se conforma con que haya un conjunto de enun-
ciados observacionales aceptados (no importa si son puros o están con-
taminados de teorla ni si se los ha verificado o sólo admitido por el mo-
mento, a titulo de conjeturas provisionales) capaces de servir como ele-
mentos de juicio en la evaluación de hipótesis universales nomológicas.
Y, por último, este inductivismo refinado no pretende que se pueda pro-
bar la verdad de tales hipótesis universales sino que es posible asig-
narles alguna probabilidad o algún grado de confirmación sobre la base
de los elementos de juicio -es decir, los enunciados observacionales-
disponibles. De ahl que a esta variedad de inductivismo se la llame pro-
babilismo o confirmacionlsmo. De acuerdo con esta concepción, el cono-
cimiento cientlfico no es conocimiento probado sino conocimiento pro-
bable.
En' principio, el confirmacionismo enfrenta dificultades semejantes
a las que"hemos examinado a propósito del verificacíonismo. Si el con-
junto de los caranchos tiene un número indefinido y potencialmente infi-
nito de elementos, ninguna cantidad de caranchos comprobadamente
pardos permitirá asignar una probabilidad distinta de cero a la hipótesis
"Todos los caranchos son pardos"_ Necesitaríamos adoptar, en este ca-
so, un principio de la inducción convenientemente modificado, que dije-
ra, por ejemplo, "Es probable que el futuro sea semejante al pasado"; y,
al igual que en el caso anterior y por razones análogas, no podríamos jus·
tificar la aceptación de este principio demostrando su verdad -ni si-
Quiera pOdríamos demostrar que es probable, esto es, ni siquiera
podríamos asignarle alguna probabilidad o grado de confirmación-o
A pesar de todos los inconvenientes señalados, no debe concluirse
que el inductivismo sea una postura metodológica definitivamente supe-
rdda. No es así, en primer lugar, porque se trata de un programa en el
cual se ha seguido trabajando. En segundo término, las teorlas Que com-
piten con el inductivismo (a continuación nos ocuparemos de una de
ellas: el refutacionismo) tropiezan también con graves dificultades, de
modo Que el problema metodológico -el problema de cuál es el método
de la ciencia emplrica- sigue siendo objeto de una polémica todavla
abierta. Y parece razonable admitir que la metodologla de la ciencia em-
pírica no puede prescindir de alguna dosis de inductivismo.
Actividades
18)~¿Qué ~elación hay entre el llamado problema de la
indUCCIón y la invalidez lógicas de las inferencias
inductivas, tal como fue explicada en el Módulo 1?
19)-Compare la versión veriflcaclonlsta esbozada en este
Módulo con la posición llamada por Hempellnductlvlsmo
estrecho en el texto citado_
20)-Mencione las razones que esgrime HEMPEL en el caprtulo
2 del mismo libro. a fin de sostener que no es posible
esperar que algún dia se descubra un procedimiento
mecánico para inferir en forma inductiva y válida el valor
de verdad de una hipótesis.
21)-¿Por qué el confirmacionismo es considerado una variedad
del inductivismo?
22)-Lea detenidamente el último parágrafo del capítulo 1 del
libro de HEMPEL, que comienza con la frase: ·As~ pues,
como hemos visto, al conocimiento científico no se
llega..." y mencione las razones que esgrime allf el autor
para defender una poSición confirmacionista de la ciencia.
23)-En el capítulo 3 del mismo libro, HEMPEL caracteriza las
llamadas contrastaciones experimentales. Relacione el
esquema lógico de estas contrastaciones con el esquema
lógico de la falacia de afirmar el consecuente tratado en el
parágrafo 2.4. de este Módulo a los efectos de probar la
pOSición confirmacionista de HEMPEL.
El refutacionismo. Método hipotético-deductivo
Una alternativa a la metodología inductivista es el refutacionismo
cuyo más conspicuo defensor es Karl Popper. La concepción popperiana
de la ciencia tiene como punto de partida el rechazo del inductivismo en
todas sus versiones. Las razones que aduce Popper para fundamentar
este rechazo coinciden, en lineas generales, con las objeciones que ya
hemos formulado al inductivismo. Popper "soluciona" el problema de la
inducción sosteniendo que los razonamientos inductivos no desempe·
ñan ningún papel en la justificación de las afirmaciones universales de la
~iencia; más aún, sostiene que no es posible justificar la aceptación de
3sas afirmaciones; al menos si por "justificar" se entiende demostrar
=lue son verdaderas -verificar- o asignarles alguna probabilidad
-confirmar-o Mientras que el inductivismo, en cualquiera de sus ver·
siones, es justificacionista, el refutacionismo popperiano pretende no
serlo.
Si nos siguiéramos preguntando, como lo veníamos haciendo hasta
ahora, cuál es el método de justificación que se emplea en la ciencia em-
pírica, la respuesta de Popper seria, de acuerdo con lo que acabamos de
decir, que semejante método no existe. Admite la existencia de un méto-
do científico, pero no lo considera un método de justificación, ya que
cree que no es pOSible justificar de ninguna manera la aceptación de hi-
pótesis universales. Según él, el método de la ciencia empírica es el con-
junto de las reglas que gobiernan la aceptación y rechazo de hipótesis y
teorlas (sistemas de hipótesis); no es un método de justificación pero si
un método de testeo. Veamos un poco en qué consiste.
No es posible verificar una afirmación universal ni asignarle proba-
bilidad alguna; pero si es posible, en cambio, refutarla (probar que es fal-
sa): basta para ello un contraejemplo. Ningún número finito de ca-
ranchos pardos prueba que todos los caranchos sean pardos, pero uno
verde prueba que no lo son. Popper se refiere a esta situación diciendo
que hay una asimetrla entre verificabilidad y refutabilidad.
Ahora bien, si una teorla no puede ser verificada ni confirmada,
¿qué razones podemos tener para aceptarla? Una teorla puede ser acep-
tada -provisionalmente- si ha pasado con éxito la confrontación con
la experiencia, la contrastación emplrica. Contrastar emplricamente una
teorla o una hipótesis es, para Popper, tratar de refutarla; si no se lo
logra, la teorla queda "corroborada" (término que Popper emplea para
destacar el hecho de que no se trata de una confirmación inductiva) y
35
'35
puede ser aceptada provisionalmente. La corroboración sólo puede pro-
ceder, entonces, de los intentos frustrados de refutación; es esta última
la más fundamental, la que está primero. A Popper se lo clasifica como
refutacionista d~bido a esta primacla otorgada a la refutación.
El esquema lógico de la refutación es el modus tollens. Si la teoría T
implica que en la condiciones C se producirá el fenómeno E, y no se pro·
duce, entonces T ha sido refutada y debemos abandonarla. Los enun·
ciados que pueden figurar como premisas en los razonamientos refuta-
dores son los "enunciados básicos". Estos enunciados básicos tienen
que ser enunciados existenciales singulares acerca de hechos obser·
vables como, por ejemplo, "Hay una familia de caranchos verdes en el
zoológico de Pehuajó".
Popper sostiene que no es posible verificar ningún enunciado; to-
dos son hipótesis o conjeturas, incluso los enunciados singulares que
describen hechos observables, y nunca dejan de serlo. Como conse-
cuencia de su carácter hipotético, todos los enunciados cientlficos de·
ben ser contrastables; pero no todos pueden ser contrastados, ya que
para contrastar un enunciado es necesario aceptar otros y las contrasta-
ciones no pueden prolongarse ad inflnitum. Popper supera esta dificultad
admitiendo que ciertos enunciados singulares, los enunciados básicos,
se aceptan sin haber sido contrastados; "se aceptan -dice- como re-
sultado de una decisión o acuerdo" entre los miembros de la comunidad
cientlfica. En esto consiste el convencionalismo o,como también se lo
llama, el "decisionismo" popperiano_ Hay que recalcar, sin embargo, que
esto sólo vale para la aceptación de enunciadós básicos y de ningún mo-
do se aplica -a diferencia de lo que ocurre en otros casos de conven·
cionalismo epistemológico- a la aceptación de las hipótesis universa·
les que constítuyen, al menos para Popper, la parte más significativa de
la ciencia. Por otra parte, esos enunciados básicos se aceptan provi-
sionalmente sin contrastación porque no se los considera problemáti·
cos, pero pueden ser puestos a prueba si llega a parecer necesario.
Para que una contrastación emplrica sea, como quiere Popper, un
intento de refutación, hay que preferir las hipótesis más "audaces". Esto
quiere decir lo siguiente: entre dos hipótesis rivales que en todo lo de-
más tengan el mismo éxito, hay que preferir la que resulte más impro-
bable a la luz del conocimiento básico -que es todo el conocimiento
aceptado en el momento de que' se trate-. Hay que preferir la hipótesis
más audaz porque, en caso de que sea falsa, ofrece más oportunidades
de descubrir que lo es; es decir, se arriesga más, se expone más a la refu-
tación, es más refutable.
Popper ha insistido mucho en que la refutabilldad de una teoría es
un mérito; más alln, la ha propuesto como criterio para trazar una línea
de demarcación entre la ciencia emplrica y todo lo que no es ciencia em·
pírica; de acuerdo con este criterio de demarcación, una teorla irrefu-
t~ble no puede pertenecer a la ciencia emplrica. Así, la irrefutabilidad,
contra lo que podrla parecer a primera vista, no es una virtud sino un de-
fecto inadmisible. Esto último no es sólo una tesis de Popper; se admite
en general que, para tener contenido emplrico, una teoría tiene que ser
refutable, es decir, tiene que haber algún hecho o situación posible tal
que, si realmente se produjera, la refutarla.
El hipotético-deductlvismo es la tesis de que el método de la ciencia
emplrica es el hipotético-deductivo, o sea, es la tesis de que la ciencia
empírica, en la aceptación de hipótesis y teorias, no sigue la vla señalada
por el verificacionismo, es decir, no induce leyes a partir de enunciados
observacionales verificados, sino que formula hipótesis y de ellas dedu-
ce consecuencias observacionales. Se trata, entonces, de una concep-
ción que incluye al refutacionismo como una de sus variantes pero tam-
bién al confirmacionismo. A continuación representamos estas rela-
ciones en un cuadro, agregando el consensualismo, corriente metodoló-
gica a la que nos referiremos en el Módulo 3.
{
verificacionismo
inductivismo
confirmacionismo
Metodologfas
de la refutacionismo.. ,......... .
ciencia emplrica
consensualismo
Actividades
hipotético-
deductivismo
24)-Lea detenidamente los argumentos que apoyan al
falsacionismo, según los expone CJ-W..MERS en el capítulo 4
de su libro ¿Qué es esa cosa llamada ciencia?,caracterice
el argumento fundamental y relaci6nelo con el esquema
lógico de la refutación explicado en este módulo.
25)-Analice la noción de falsable y dé ejemplos de enunciados
falsables que puedan ser verdaderos.
26)-Determine cuáles de las siguientes afirmaciones son
verdaderas. Justifique:
1. Si un enunciado es falso, entonces es falsable.
2. Si un enunciado es falsable, entonces es verdadero o
falso.
3. Si un enunciado es verdadero, entonces es falsable.
4. Si un enunciado es falsable, entonces es verdadero
5. Un enunciado falsable, no es ni verdadero ni falso.
27)-Sintetice las razones que da CHALMERS en el capítulo
citado para afirmar que la teoría de Newton es 'más·
falsable que la teorla de Kepler.
28)-Explique por qué la teoría de Pasteur sobre la existencia
de microorganismos y la teoría de la descomposición de la
luz blanca, ambas explicadas en este módulo, son
ejemplos de teorlas falsables, aun cuando hayan sido
confirmadas.
37
29}-Explique por qué el confirmacionismo y el reMacioni~o o
falsacionismo comparten el método hipotético-deductIVo.
30)-¿Qué relación hay entre las hipótesis ad hoc y la falsación
o refutación de una teoria? Responda sobre la base de lo
que afirma CHALMERS en el capítulo 5 respecto del
descubrimiento del planeta Urano.
Las teorias cientificas como sistemas hipotético-
deductivos
A fin de explicar mejor lo que entendemos por "teoría científica",
reiteraremos nociones ya presentadas en párrafos anteriores y las in-
tegraremos de una manera algo especial, redefiniendo incluso algunas
de ellas.
En su articulo "Estructura y validez de las teorías científicas", Gre-
gorio Klimovsky define "base emplrica" como el conjunto de las entida-
des cuyo conocimiento se considera directo en la disciplina de que se
trate. En este sentido, la base empírica de una leorla es el conjunto de
las entidades directamente observables a las que se refiere dicha teoría
(en 3.3.1. explicamos, siguiendo a Carnap, lo que puede entenderse por
"directamente observable"). En otro sentido, asociado con el anterior, la
base empírica de una teorla es el conjunto de sus enunciados observa-
cionales. Para Popper, en cambio, la base emplrica de una teoría no per-
tenece a la teoría, ya que es el conjunto de los enunciados básicos capa-
ces de contradecirla -el conjunto de los refutadores potenciales de la
teoría-o
Pero, en cualquiera de los sentidos mencionados y tanto para el in-
ductivismo como para el refutacionismo, la base. emplrica cumple
siempre la función de hacer posible el control de las hipótesis cientlfi-
cas; sirve, como suele decirse, de "piedra de toque" para ponerlas a
prueba, para contrastarlas y, según los resultados de la confrontación,
aceptarlas o rechazarlas.
Es pOSible establecer una escala de niveles entre los enunciados
que integran una teorla cientrfica según la "distancia" que guarden res-
pecto de la base emplrica. Asl, los enunciados observacionales pueden
ser considerados de nivel 1. Al nivel 2 corresponderlan las generaliza-
ciones empíricas, del tipo de "Todos los metales se dilatan con el calor".
En el nivel 3 se ubicarlan los enunciados teóricos, que, como ya se ha
dicho, pueden ser de dos clases: puros y mixtos; estos últimos suelen
llamarse reglas de correspondencia y cumplen la función de conectar los
enunciados teóricos puros con la base emplrica.
Una teoría cientlfica puede ser definida como un sistema
hipotético-deductivo que contiene hipótesis de algunos de los niveles
mencionados; es decir, puede ser definida como un conjunto T de enun-
ciados tal que: 1) T contiene enunciados de nivel 1 (observacionales); 2) T
contiene también algunas hipótesis de nivel 2 (ya que no se llama teoría
a un conjunto de enunciados observacionales); 3) T puede contener o no
hipótesis teóricas, y 4) en T existen relaciones de deducibilidad desde
las hipótesis de nivel superior hacia las de nivel inferior. Si T carece de
hipótesis teóricas, diremos que es una teorla emplrica,mientras que si
las inCluye. como lo hace la teorla de la relatividad, la teorla cuántica,
38
etc., tendremos que decir que es una teorla teórica, que deberá contener
también reglas de correspondencia que vinculen su parte teórica con la
base empirica. La mayorla de las teorlas cientlficas actuales son de este
último tipo.
Actividades
31)-Cuando en el Móduio 1 expncamos el carácter sistemático
de la ciencia prese1tamos un ejemplo que tenia
enunciados generales de tres niveles distintos. Analice
nuevamente tal ejemplo y
a) clasifique dichos enunciados en niveles según su
Mdistancia- de la base empirica;
b) determine si ellos son enunciaods teóricos o mixtos;
c) determine la relación de deducibU'dad entre ellos;
d) relacione el carácter sistemático de .Ia ciencia ya
explicado con la versión hipotétíco-deductiva de la
ciencia.
39
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  • 1. • Eudeba S.E.M. Fundada por la Universidad de Buenos Aires en 1958 © 1997 Editorial Universitaria de Buenos Aires Sociedad de Economía Mixta. Av. Rivadavia ]571173 (1033) Hecho el depósito que marca la ley 11.723 I.S.B.N. 950-23-0470-5 Impreso en ]a Argentina Esta edición se terminó de imprimir en PRINTING BOOK'S Carhué 856. Temperley, en el mes de febrero de 1997 Introducción al Pensamiento Científico. Las Ciencias Fácticas Módulo 2 UNIVERSIDAD DE BUENOS AIRES Rector Dr. Oscar J. Shuberoff Vicerrector Dr. Alberto A. Boveris Secretaria de Asuntos Académicos Prof. Alicia W. de CamiUoni PROGRAMA UBA XXI Dirección del Programa Prof. Norma Riccó Vlcedlrecclón del Programa Prof. Luisa Brodheim de Sommerfleck Coordinación de Contenidos Prof. Glac:lys Palau Coordinación de Material Impreso Prof. Luisa Brodheim de Sommerfleck Autores del Módulo Pro'. Gladys Pa/au Prof. Alicia GianeUa Pro'. Manuel Comesalla Procesamiento Didáctico Prof. Susana Lamboglia Actividades y Evaluación Uc. Alicia Zamudio
  • 2.
  • 3. Indice Pág. Programa analítico del Módulo 2 ........................................................ 5 Bibliografla obligatoria y complementaria ........................................ 6 Programación. ....................................................................................... 7 Material de lectura y actividades de aprendizaje .............................. 8 Autoevaluación .................................................................................... 40 3 Programa analítico del Módulo 2 Las Ciencias Fácticas 2.1. Caracterización de las ciencias fácticas • Fines, objetivos y métodos de las ciencias fácticas. • La distinción entre ciencias naturales y sociales. 2.2. El objetivo de las ciencias naturales: explicación y predic- ción • La explicación nomológico·deductiva. Explicación de hechos y re- gularidades. • La explicación estadístico-inductiva. • Otros tipos de explicación. Explicaciones teleológicas y genéti- cas. • Explicación y predicción. • El papel de las leyes en la explicación científica. Leyes e hipóte· siso 2.3. Tipos de hipótesis • Hipótesis fundamentales y derivadas; auxiliares y ad hoc; empíri· cas y teóricas. • Hipótesis rivales y experimentos cruciales. 2.4. La puesta a prueba de las hipótesis. Verificación y refuta- ción • El esquema lógico de la confirmación y la refutación. Asimetría entre verificación y refutación. • Un caso de investigación cientlfica. 2.5. El problema del método de las ciencias emplricas • El inductivismo. • El problema de la inducción. • El refutacionismo. El método hipotético-deductivo. • Las teorías científicas como sistemas hipotético-deductivos. 5
  • 4. 6 Bibliografía Bibliografía obligatoria Hempel, C., Filosofía de la ciencia natural (Madrid, Alianza, 1979). Caps. 2, 3 Y5 (parágrafos 1 a 4). Chalmers, A: ¿Qué es esa cosa llamada ciencia?, Madrid, Siglo XXI, 1964 - Caps. 1,2,3 Y4. Bibliografla complementaria Carnap, R., Fundamentación lógica de la flsica (Buenos Aires, Su- damericana, W69). . Braithwaite, R., La explicación cientlfica (Madrid, Tecnos;1965). Bunge, M" La Investigación clentlfica (Barcelona, Ariel, 1969). Nagel, E., La estructura de la ciencia (Buenos Aires, Paidós, 1968). Klimovsky, G., "Estructura y validez de las teorlas cientlficas", en Gaeta y Robles, Nociones de epistemologla (Buenos Aires, Eudeba, 1985). Popper, K., La lógica de la investigación cientHica (Madrid, Tecnos, 1967).
  • 5. Las ciencias fácticas 2.0. Introducción En el Módulo I hemos estudiado el método de las ciencias forma- les. En éste nos dedicaremos al de las ciencias fácticas o emplricas, es decir, trataremos de comprender cómo proceden estas últimas para ga- rantizar la confiabilidad de sus afirmaciones. Pero antes de entrar de "e- no en el tratamiento de este problema metodológico, que constituirá nuestro principal interés, nos ha parecido convenienté presentar una ca- racterización general de las ciencias fácticas a través del examen de sus finalidades, objetivos principales y posibles clasificaciones. En la sección siguiente nos Introduciremos plenamente en el estu- dio de las ciencias fácticas, comenzando por lo que la mayorla de los epistemólogos contemporáneos consideran el principal objetivo de dichas disciplinas (en lo que respecta a las ciencias naturales, el acuer- do sobre este punto es prácticamente unánime): la explicación y la pre- dicción de los hechos. Aunque trataremos más detalladamente la expli- cación llamada nomológico-deductiva, también haremos referencia a otros tipos de explicación como la estadlstica, la teleológica y la genética ya que hay ciencias que hacen uso frecuente de estas últimas. Nos intere- sará mostrar, asimismo, la relación entre explicación y predicción, te- niendo en cuenta que un gran poder predictivo es uno de los mayores logros que cualquier disciplina cientlfica puede exhibir. Ya que en las explicaciones desempeñan un papel fundamental las leyes cientrficas, destinaremos una sección al estudio de los conceptos de ley y ley cientrfica, destacando que, desde que se admite en forma unáni- me que la certeza constituye una meta inalcanzable en el terreno del conoci- miento emplrico, es habitual "amar leyes a las hipótesis confirmadas. Pasaremos luego a caracterizar distintos Upos de hipótesis yexaminare- mos también la posibilidad de llevar a cabo los experimentos cruciales, que permitirán dirimir la competencia entre hipótesis rivales. Introduci- remos asimismo el problema fundamental de cómo se pone a prueba una hipótesis mediante su confrontación con la experiencia y caracterizar los posibles resultados de esta contrastación emplrica, a saber, la verifi· cación y refutación. A fin de comprender aun más estos procedimientos, presentaremos los esquemas lógicos a que responden la confirmación y la ref.utación de hipótesis universales, y relataremos un caso de investi- gación cientlfica con el propósito de ilustrar las nociones introducidas hasta ese momento. Por último, nos dedicaremos a estudiar dos metodologias rivales en la ciencia emplrica, el inductivismo y el falsacionismo, agregando una breve referencia al hipotético-deductivismo como una concepción que incluye al falsacionismo y al inductivismo en su versión confirmacionis- tao 8 2.1. Caracterizaclon de las ciencias fácticas Fines, objetivos y métodos de las ciencias fácticas Hemos adoptado la clasificación de las ciencias en formales y fác- ticas, y acabamos de caracterizar, en el módulo anterior, las ciencias for- males. Corresponde ahora intentar una caracterización de las ciencias fácticas o empíricas. Un modo de comenzar consiste en tratar de identifi- car su finalidad, sus objetivos y los métodos que utilizan. ¿Cuáles son los fines de las ciencias fácticas? Hay, en primer lugar, un fin general común a todas las ciencias, que es el conocimiento. Cada disciplina cientlfica intenta conocer la porción de la realidad que se ha adjudicado como su campo de estudio. En el caso de las ciencias fácti- cas, esa finalidad general se especifica en los siguientes objetivos: la explicación y la predicción de los hechos. Algunos epistemólogos, espe- cialmente de las ciencias sociales, agregan como objetivos la interpreta- ción y la comprensión, de las cuales hablaremos al referirnos a ese tipo de ciencias. Se ha considerado también que otra finalidad de la ciencia, ligada ob- viamente a la primera, es la transformación de la realidad. Según este pun- to de vista, sobre el cual no existe consenso, la ciencia no se propone so- lamente conocer la realidad sino también modificarla; su adopción tiene como consecuencia una Intima relación entre ciencia y técnica, y tecno- logía, tema que trataremos especialmente en el Módulo 5. En cuanto al método empleado por las ciencias fácticas, recorde- mos el rasgo que lo diferencia del método de las ciencias formales: puesto que las ciencias fácticas hablan acerca del mundo, deben confrontar sus afirmaciones con la realidad; en otras palabras, deben so- meter sus enunciados a cierto tipo de control fáctico. También conviene recordar que las ciencias fácticas, que hacen uso de la deducción, nece- sitan de las formales. La lógica y sobre todo la matemática son utilizadas instrumentalmente y presupuestas por las ciencias fácticas. Habrla en es- te aspecto cierta asimetrla entre los dos tipos de ciencias: las fácticas necesitan de las formales, pero las formales no parecen necesitar de las fácticas, aunque, sin éstas, su utilidad se verla considerablemente redu- cida, ya que dejarlan de contribuir al conocimiento del mundo. Actividades 1)- Tome como ejemplos de ciencias fácticas la física y la biología; reflexione sobre los conocimientos que, aunque parCiales y no rigurosos, usted haya adquiridO sobre ellas y responda: a) ¿Cuál es la finalidad de cada una de ellas? b) Formule los objetivos que cada una de tales ciencias se propone y ejemplifique para cada caso.
  • 6. La dlstinción entre ciencias naturales y sociales ¿Cuáles son las ciencias fácticas? Su número y variedad son gran- des. Algunas son muy antiguas, como la flsica, la astronomía y la histo- ria, cuyos orrgenes se remontan a la antigüedad clásica. Otras surgieron durante los siglos XVII Y XVIII, como la qulmica y la economla. Otras son mucho más recientes, como la lingúlstica, la sociologla y la psicología. En nuestro siglo han surgido, dentro de estas ciencias generales, muchas ramas nuevas, como especificaciones de sus objetos de estu- dio; por ejemplo, dentro de la biologla, la genética, la microbiologla y la inmunologla. Otras ciencias han aparecido como manifestaciones inde- pendientes, aun cuando se ocupen de campos de estudio que en reali- dad son interdisciplinarios, como ocurre, por ejemplo, con la ecologla. La lista de las ciencias fácticas no está terminada. Por un lado sur- gen disciplinas nuevas o ramas nuevas de disciplina~ viejas; por el otro se reestructuran disciplinas ya existentes, o algunas ramas son absorbi- das por otras; a veces también aparecen disciplinas nuevas cuyo campo de estudio se superpone con el de otras ya existentes. Citaremos algu- nos ejemplos: la informática y la cibernética nacieron en este siglo; la genética y la biologla molecular son ramas nuevas de la biologfa; la me- cánica estadlstica es una reestructuración de la termodinámica clásica y, por último, el campo de estudio de la ecologia se superpone con el de disciplinas que existfan desde antes. Precisamente esta gran cantidad de disciplinas fácticas hace su- mamente dificil una satisfactoria clasificación de ellas, y son muchas las distintas clasificaciones que se han propuesto. A titulo de mero ejemplo, presentamos en el siguiente cuadro una posible subdivisión: Ciencias fácticas naturales flsica quimica biologla psicologla astronomla geologla geografla sociales historia { economia sociologla ciencia polltica lingülstica Como suele ocurrir con las clasificaciones en algunos casos sur- gen dudas con respecto a dónde situar determinadas disciplinas o con respecto a si la clasificación propuesta es exhaustiva, es decir, si no queda alguna disciplina que no tenga ubicación dentro de ella. La psic~ logia, por ejemplo, tiene aspectos íntimamente relacionados con lo biológico, pero también otros que son claramente sociales_ Alguien podrla preguntarse por qué no se han incluido disciplinas tales como la medicina, la ingenierla, la contabilidad. La razón es que. como veremos más adelante, se trata de tecnologlas más que de ciencias propiamente dichas. 10 Lo dicho podría sugerir que no hay una clasificación de las ciencias aceptada en forma unánime; y, en efecto, es asl, pero de ello no debe in- ferirse que toda posible clasificación sea inútil. Nosotros adoptaremos la amplia clasifica..ción que divide las ciencias fácticas en naturales y so- ciales, y lo haremos porque la tesis de que ambos grupos de ciencias comparten los mismos métodos y objetivos es discutida por algunos epistemólogos, de modo que algunas de las caracterlsticas que señala- remos como propias de las ciencias fácticas estarán ejemplificadas más claramente en las ciencias naturales. La reflexión sobre la naturaleza de las ciencias sociales constituye un campo más abierto a discrepancias tal como lo veremos en el Módulo 4. Actividades 2)- La clasificación de las ciencias expuesta en el cuadro precedente incluye a la psicología dentro de las ciencias naturales. Dé buenas razones que j.Jstifiquen CIOI'lSiderwta cano una ciencia social. (En el Módulo 1 de la asiwBhR PsicoIogia, que también se dicta por USA XXI, encontrará los argc.mentos apropiados.) 2.2. El objetivo de las ciencias naturales: explicación y predicción Desde los tiempos más remotos, el hombre, al observar los fenóme- nos de la naturaleza, ha comprobado que éstos presentan repeticiones y regularidades. Esto le ha permitido prever ciertos cambios en su medio y controlarlos con fines prácticos. Desde otro punto de vista, puede afir- marse también que el hombre posee una curiosidad característica, inde- pendiente de aplicaciones prácticas, que lo lleva a buscar el porqué de esas repeticiones y regularidades. El dla sigue siempre a la noche, las estaciones del año se repiten siempre en el mismo orden, los objetos siempre caen hacia la superficie de la Tierra, los planetas se mantienen siempre en la misma órbita; todo esto ha motivado que los hombres se pregunten por qué las cosas suceden de esta manera y no de otra. A ve- ces, a falta de otras explicaciones más racionales, el hombre ha formula- do las respuestas a estos porqués en forma de mitos; con el desarrollo de la ciencia, los mitos fueron cediendo el lugar a concepciones científi- cas sobre el cómo y el porqué de los fenómenos naturales. El Objetivo de la presente sección es precisamente hacer compren· der cuáles son las caracterlsticas fundamentales de las explfcaciones que brinda la ciencia y, en consecuencia, cuáles explicaciones se deben considerar cientlficas y. cuáles no. Para alcanzar este objetivo, seguire- mos la exposición que sobre la explicación cientlfica ha hecho el filóso- fo de la ciencia Carl Hempel, que desde hace tiempo se ha convertido en la presentación habitual o estándar del tema. Sin embargo, haremos pri· mero la siguiente aclaración: Hempel pretende que su manera de "enten· der las explicaciones cientlficas es aplicable en todas las disciplinas emplricas, mientras que otros filósofos sostienen que tal esquema no es aplicable en las ciencias sociales. Pero, aun cuando tuvieran razón estos últimos, es decir, aun cuando la explicación tal como la entiende Hem- pel no constituyera el objetivo de todas las ciencias emplricas sino sola- mente de las naturales, seguirla siendo un tema de gran importancia. Pa· 11
  • 7. saremos ahora a exponer los requisitos que debe cumplir una explica- ción para ser considerada cientlfica. El primer requisito señalado por Hempel es el llamado requisito de la pertinencia o relevancia explicativa, quepodrla enunciarse asl: la infor- mación explicativa que la explicación proporciona debe constituir una buena base para creer que el fenómeno que se trata de explicar tuvo o tiene lugar. Es decir, se exige que la explicación permita afirmar una tra- se como la siguiente: "Efectivamente, en circunstancias como éstas ere de esperar que el fenómeno en cuestión se produjera". El cumplimiento de este requisito puede ilustrarse mediante la explicación que da la cien- cia de un arco iris. Esta explicación muestra que el fenómeno del arco iris sobreviene como resultado de la reflexión y refracción de la luz blan- ca del Sol en pequeñas gotas de agua como las que están en las nubes. Apelando a las leyes ópticas pertinentes, este modo de explicar el hecho nos hace esperar. la aparición de un arco iris cada vez que una nube de pequeñas gotas de agua es iluminada por una lui blanca fuerte situada detras del observador. El segundo requisito es el llamado requisito de contrastabilidad, se- gún el cual íos enunciados que formen parte de una explicación cientlfi- ca deben ser susceptibles de contrastación empírica, es decir, debE ser posible ponerlos a prueba mediante su confrontación con la experiencia. No satisface este requisito, por ejemplo, la teorla (defendida por algu- nos) de que la atracción gravitatoria entre los cuerpos flsicos es una ma- nifestación de tendencias naturales relacionadas con el amor, inheren- tes a esos cuerpos. Esta concepción es tan imprecisa que no tiene nin- guna consecuencia observable; por lo tanto, no hay ningún dato empiri- ca que pueda confirmarla o refutarla, y, en consecuencia, no proporciona una base para esperar que se produzca el fenómeno de la atracción gravi- tatoria: no tiene poder explicativo. 12 Actividades 3)- Las siguientes dos experiencias se refieren a la vida intrauterina que lleva un bebé en su gestación_ Analicelas detenidamente y determine a) qué fenómeno se pretende exprlCar en cada una; b) explique de qué manera se cumplen los requisitos exigidos porHEMPEL. 1. (...) Hasta ahora se pensaba que la atracción por los alimentos dulces que posee un niño se fomenta a partir de ciertos hábitos, sin embargo el doctor Martlnez ruenta una experiencia cientifica donde se afirma que ese gusto es algo natural y ajeno a rualquler mala crianza. -8 bebé está inmerso en el liquido amniótico y deglute la cantidad que cree necesaria. Ahora bien. se le han inyectado en la panza de la madre sustancias dulces que se fueron mezclando con aquel liquido y se vio, con sorpresa, que la criatura Ingerla mayor cantidad. Esto demuestra que el placer por comer algo dulce es ilnato, es propio.· (...) 2. (...) A pesar de que la teorla tradicional consideraba que el bebé no percibla nada de lo que sucedla en el exterior, los cientlficos actuales de- mostraron lo contrario. Fue asl que se ha comprobado que las emocionés maternas influ- yen en él, como por ejemplo la ansiedad. Un ex- perimento realizado con madres fumadoras a las que se les quitó el cigarrillo durante 24 horas lo pudo demostrar. Al dla siguiente, al ofre- cerles cigarrillos, antes de que los encendieran, los latidos de sus hijos se hablan incrementado. Esa ansiedad repercutla en ellos. Del mismo modo se pudo establecer que la madre al acari- ciar su propio vientre está tensa, coloca las ma- nos alrededor de él infundiendo ternura y de ese modo invita al bebé a "venir hacia ella". Súbita- mente el vientre se torna elástico, se ha modifi- cado el tono muscular. Asl se comprueba que el bebé alojado en el útero está tenso y que no bien es tocado por esa prolorigación de la cor- poralidad, inmediatamente se relaja. La explica- ción es simple: el tacto es el sentido primordial, no el tacto médico o palpación objetiva, ni el tacto erótico, se trata del contacto mediante la afectividad y toda la ternura posible. (...) (Clarln, Revista 12/3/89) La explicación nomológico-deductiva. Explicación de hechos y regularidades Hempel concibe una explicación científica como un razonamiento deductivo cuyas premisas son las leyes universales L1, L2, ..., Ln Yciertos enunciados singulares C1, C2 ..., Cn, que hacen afirmaciones acerca de hechos concretos y que reciben el nombre de condiciones iniciales, y cu- ya conclusión es el enunciado E, que describe el fenómeno que se pre- tende explicar. Al conjunto de leyes y condiciones iniciales, es decir, a las premisas der razonamiento, se lo llama explanans (lo que explica) y a la conclusión se la llama explanandum (lo que debe ser explicado). Toda. explicación de este tipo respondería, entonces, al siguiente esquema: L1, L2, ...,Ln texplanans C1, C2 ...,Cn E } explanandum Puesto que entre las premisas figuran leyes generales -enun- ciados que expresan regularidades y que suelen llamarse enunciados le- gales o nomológicos (del griego "nomos", ley)- y el explanandum se de- duce del explanans, a las explicaciones de este tipo se las llama explica- ciones nomol6gico-deductivas, o se dice que corresponden al modelo no- mológico-deductivo de explicación. Estas explicaciones deben cumplir los requisitos que enumeramos a continuación. 1) Las leyes L1, L2, ...,Ln que forman parte del explanans, deben ser enunciados generales abarcantes, de modo que el hecho que se pretende explicar quede subsumido o abarcado como un caso de ellas. 13
  • 8. 2) Las condiciones iniciales C1, C2, ...,Cn son enunciados singula- res, es decir, se refieren a condiciones particulares, que se dan en un tiempo y lugar determinados, en las cuales se produce el fenómeno E (o sea, el fenómeno descripto por el enunciado E). 3) Tanto las leyes como las condiciones iniciales deben ser enun- ciados verdaderos. 4) Tanto las leyes como las condiciones iniciales deben tener con- tenido empírico (es decir, deben ser contrastables, requisito que ya se mencionó antes como válido para todas las explicaciones en general, y no sólo para las nomológico-deductivas). 5) El explanans debe contener al menos una ley que sea necesaria para la deducción del explanandum, es decir, una ley cuya elimi- nación convertirla al razonamiento en uno inválido. 6) También debe contener condiciones iniciales, puesto que para poder deducir el explanans un enunciado singular como el expla- nandum, y teniendo en cuenta que las leyes son enunciados ge- nerales, resulta necesario que haya enunciados singulares entre las premisas. 7) El explanandum se deduce del explanans. Puede ocurrir que el explanandum no sea un fenómeno particular, como un arco iris, sino un enunciado también general pero menos abar- cativo que las leyes que aparecen en el explanans, es decir, puede ocurrir que sea una ley de menor poder explicativo. Por ejemplo, a partir de las leyes de Newton del movimiento y de la gravitación es posible explicar uniformidades expresadas por leyes emplricas, como las de Galileo o las de Kepler. Es común que las explicaciones omitan la formulación explicita de las leyes involucradas, pero eso no quiere decir que se pueda prescindir realmente de tales leyes sino sólo que es posible y cómodo utilizarlas de manera tácita. Citando un ejemplo de Rudolf Carnap, puede ocurrir que, al preguntarle a un profesor de fisica por qué la barra de hierro que hasta hace un momento encajaba perfectamente en el orificio ya no entra más, él responda: "Porque mientras usted no estaba en la habitación yo calen- té la barra", dando por sentado que el alumno conoce la ley según la cual todos los metales se dilatan al ser calentados y no considerando necesa- rio invocarla en forma explicita. Actividades 4)- Dadas las siguientes explicaciones nomológico- deductivas a) senale el explanandum y el explanans. b) senale la ley o leyes involucradas. c) senale cuáles son las condiciones iniciales. 1. Neil Annstrong pudo dar saltos en la superfICie de la Luna 6 veces mayores de los que daba en la TIeITa porque la gravedad lunar es 1/6 de la terrestre. 2. Este trozo de hilo se rompió porque tenía una resistencia a la tracción de 1/2 kilo y le aplicamos un peso de 1 kilo. 5)- En las siguientes explicaciones nomológico-deductivas a) set'ale cuál es el explanans y cuál el explanandum b) determine si el explanandum es una regularidad o un hecho singular. 1. Ul plomada de un albai'iI se mantiene vertic~1 P9f'Que el peso que tiene en uno de sus extremos es. atrafdo por la gravedad hacia el centro de la Tierra y la calda hacia la Tierra es vertical. 2. Los peces que viven en las profundidades del mar no sienten el peso del agua debido a que la presión en el interior de sus cuerpos es igual a la presión del agua que los rodea 6)- Explique por qué las dos explicaciones del ejercicio anterior, pese a ser nomológico-deductivas, no contienen condiciones iniciales. 7)- Reformule las cuatro explicaciones anteriores según el esquema de la explicación nomológico-deductiva salvo las condiciones iniciales cuando no las hubiere. La explicación estadistica-inductiva A veces no podemos dar explicaciones basadas en leyes universa- les porque no disponemos de tales leyes sino sólo de leyes estadísticas o probabilísticas. Estas últimas dan lugar a explicaciones estadistico- inductivas, que tienen varias diferencias con las nomológico-deductivas. a saber: 1) Como acabamos de decir, las leyes que forman parte del expla- nans son ahora leyes probabillsticas. 2) El explanandum no se deduce del explanans sino que se sigue de él con un alto grado de probabilidad. 3) Por lo tanto, el explanandum puede ser falso aun cuando sean ver- daderos todos los enunciados que componen el explanans. Por ejemplo. el hecho de que Juancito haya contraído el sarampión puede explicarse diciendo que se lo contagió su hermano, que lo tuvo unos dlas antes. Pero esta conexión entre los dos sucesos -el explanan- dum y la exposición de Juancito al contagio- no se puede expresar por medio de una ley universal porque no en todos los casos de exposición al contagio se contrae efectivamente la enfermedad. Lo único que se puede afirmar es que las personas expuestas al contagio tienen una pro- babilidad muy alta de contraer la enfermedad, es decir, que la contraen en un porcentaje muy elevado de los casos. El esquema de una explicación como ésta es: 15
  • 9. 16 L1, L2, ...,Ln (leyes estadlsticas) C1, C2, ...,Cn (se sigue con un alto grado de probabilidad) E La raya doble utilizada en este esquema indica que el explanandum no se deduce del explanans sino que, como se anota entre paréntesis, se sigue de él con un alto grado de probabilidad, a diferencia de le que ocurrfa en el esquema nomológico-deductivo presentado antes, en el que la conclusión estaba separada de las premisas por una sola raya, que se emplea habitualmente en los razonamientos deductivos para indi- car que la. conclusión se deduce de las premisas. Citaremos a continuación algunos ejemplos de explicaciones extraidos del libro de Emest Nagel La estructura de la ciencia. 1) Comencemos por un caso en el que se desea explicar un hecho singular. Alguien pOdrfa preguntar lo siguiente: ¿Por qué ayer, cuando se llenó el vaso de agua helada, su parte exterior se cubrió de humedad? En lineas generales, la explicación podrla ser ésta: la temperatura del vaso, después de llenarlo de agua helada, era considerablementE: inferior a la temperatura de aire circundante; el aire entra en contacto con una su- perficie suficientemente fria. Se trata de una explicación nomológico-de- ductiva, aunque las premisas no están formuladas de manera completa. 2) En este caso no se quiere explicar un hecho singular sino una re- gularidad expresada mediante una ley universal: ¿Por qué el hielo flota en el agua? Comúnmente se explica esta ley mostrando que se deduce de otras, como la ley de que la densidad del hielo es menor que la del agua, la ley de Arqulmedes según la cual un fluido empuja hacia arriba a un cuerpo sumergido en él con una fuerza igual al peso de la cantidad de fluido desplazado por el cuerpo, y otras leyes referentes a las condi- ciones en las cuales están en equilibrio los cuerpos sometidos a fuerzas. 3) Se trata nuevamente de explicar un hecho singular: ¿Por qU€ Ca- sio tramó la muerte de César? Según Plutarco, porque tenía un odio inna- to hacia los tiranos. Sin embargo, esta respuesta es obviamente in- completa y supone tácitamente otras afirmaciones sobre la manera en que se manifiesta el odio en determinada cultura entre personas de cier- to rango social. Pero tales suposiciones adicionales no pueden ser for- muladas de modo verosimil como leyes universales sino sólo como gP.- neralizaciones estadfsticas; se puede afirmar, por ejemplo, que, en deter- minadas sociedades, la mayoria de los hombres de cierto tipo se com- porta de determinada manera. Por lo tanto, puesto que la premisa expli- cativa fundamental es estadfstica y el explanandum es un hecho singular, éste no se deduce del explanans sino que solamente se hace probable en virtud de este último. Formulada de manera más explicita, la explicación adopta la siguiente forma: en la antigua Roma, la probabilidad de que un individuo perteneciente a las capas superiores de la sociedad y poseido por un gran odio hacia la tiranla tramara la muerte de hombres que esta- ban en situación de adquirir un pOder tiránico era elevada. Casio era una de esos romanos y César un tirano potencial. Por consiguiente, aunque de lo anterior no se deduce que Casio tramara la muerte de César, se si- gue con uro alto grado de probabilidad que lo hizo. Actividades 8)- Explique por qué las siguientes explicaciones son estadfstico- inductivas. 1. N.N. se accidentó porque había ingerido bebidas alcohólicas inmediatamente antes de viajar y es sabido que el alcohol, aun en pequenas cantidades, afecta desfavorablemente a los conductores. 2. María tiene ojos castancs porque sus padres son personas heterocigotas de ojos también castanos. 3. N.N. contrajo fiebre amarilla en América Central porque fue picado por el mosquito Aedes Aegypti, transmisor del virus. 9)- Explique por qué en las explicaciones estadístico-inductivas el explanandum E puede ser falso. Otros tipos de explicación. Explicaciones teleológicas y genéticas Podemos preguntarnos si los modelos de explicación que hemos considerado hasta ahora resultan satisfactorios en todas las ciencias. A muchos epistemólogos les parece problemático que en ciertos campos sea así. En la biologla yen las ciencias sociales las explicaciones suelen consistir en indicar las funciones que una unidad cumple para mantener ciertas características del sistema al cual pertenece. Así, si nos pregun· tamos por qué los seres humanos tienen pulmones, la respuesta usual alude al papel que desempeñan los pulmones al transportar el oxígeno del aire a la sangre, etc., asegurando de este modo el mantenimiento de la vida del organismo. También se explican 105 esfuerzos de Enrique VII por anular su matrimonio con Catalina de Aragón citando el hecho de que ella no le daba ningún hijo y señalando que obedeclan al propósito de tener un heredero masculino. A estas explicaciones se las llama, en el primer caso, explicaciones funcionales,y teleológicas (del griego "telos", fin), en el segundo. En otros casos se explica el estado actual de un objeto o sistema describiendo cómo ha evolucionado a partir de alguna etapa anterior. Una explicación de este tipo podrla responder, por ejemplo, a la pregunta "¿Por qué en algunas capas de la sociedad argentina se habla lunfardo?" A estas explicaciones se las llama explicaciones genéticas, y su tarea consiste en determinar la sucesión de hechos a través de 105 cuales un sistema se ha transformado en otro. Las premisas de tales explicaciones contienen enunciados singulares acerca de acontecimientos pasados y suposiciones generales (con frecuencia tácitas) relativas al tipo de suce· sos que tienen importancia causal para el desarrollo del sistema. Actividades 10)-Examine las siguientes explicaciones y responda: a) qué tipo de explicación es y por qué b) ~nale el explanandum y el explanans 17
  • 10. 18 1. La babosa se protege del sol y vive en lugares oscuros para mantener la humedad que necesita su cuerpo, ya que no tiene caparazón y es de cuerpo blando. 2. El Papa convocó un concilio en Trento Otalia) con el fin de refonnar la Iglesia. Se determinaron las creencias y dogmas de la doctrina católica y se acordó que la disciplina del clero deberfa ser ejemplar. 3. Los huesos, músculos, articulaciones y ligamentos sirven para que el cuerpo humano se mantenga erguido. 4. El corazón late sólo porque la parte del encéfalo llamada médula determina su ritmo y su fuerza. 5. El Tribunal de la Santa InqUisición empleó diversos procedimientos para hacer confesar a la gente sus creencias. A los hereIeS que no abjuraban de ellas se los llevaba a la hoguera. Estos actos se llamaban Uautos defe-, 6. En 1860 estalló la lucha entre franceses y británicos en canadá porque las tierras pertenecientes a la compaflía Inglesa de la Bahía de Hudson en Canadá y las 13 colonias en América se vieron separadas por las colonias francesas y creció la rivalidad entre ellos. 7. A medida que los primeros árboles y animales morían y quedaban enterrados en pantanos, creclan otros que, al igual que los anteriores, se iban enterrando en el fango. Las capas de tierra, el agua y los nuevos árboles que iban surgiendo hacían peso sobre los que ,a habían muerto, enterrándolos cada vez más. Ese peso y el calor, cada vez mayores, iban convirtiendo los restos de los árboles muertos en carbón. Así se formó el carbón de piedra al cabo de miles de aflos. 8. En 1883, y a fin de servir las demandas del mercado Inglés, se instalaron los primeros frigoríficos argentinos que al poco tiempo fueron superados por los que se crearon con capitales británicos. 11)-Dé una explicación funcional del siguiente hecho: las golondrinas emigran en otono. 12)-Dé una explicación genética del siguiente hecho: el miedo de Juanclto a la pecera. 13)-Dé una explicación teleológica del siguiente hecho: El desacondicionamiento del objeto fóbico en" Juancito. Para"resolver las dos últlr!!as actividades lea él párrafo: U8 problema de" las emociones· (pág. 25) incluido en el M6dulo 2 de Pslcologfa y la actividad NO.1 del mismo Módulo (pág. 42). . Explicación y predicción Dijimos antes que los objetivos fundamentales de las ciencias fác- ticas eran la explicación y la predicción, yen los últimos parágrafos nos hemos ocupada sucintamente de la explicación. En éste diremos unas pocas palabras sobre la predicción. Desde el punto de vista lógico, la explicación y la predicción res- ponden al mismo esquema, especialmente cuando se trata del caso tlpi- ca de explicación, o sea, la explicación nomológico-deductiva de un hecho singular. La diferencia entre ambas reside en que, en el caso de la explicación, el explanandum es un hecho conocido, mientras que en la predicción es un hecho que todavía no ocurrió o uno que ya ocurrió pero que todavía no conocemos. Los autores que hemos citado hasta ahora, Rudolf Carnap y Carl Hempel, ponen el acento en el análisis lógico de la ciencia y no dan im- portancia a otros posibles enfoques. Por eso, no se limitan a sostener que, desde el punto de vista lógico, no hay diferencia entre explicación y predicción (lo cual es cierto, al menos en lo que concierne a las explica- ciones nomológico-deductivas de hechos singulares) sino que además creen que ese punto de vista es el único que tiene importancia epistemo· lógica. Así, en lo que respecta a la confirmación de las hipótesis, sos- tienen que el apoyo que recibe una hipótesis procedente de una predico ción exitosa es igual al que brinda la explicación de un hecho conocido de antemano, tesis rechazada por otros filósofos de la ciencia. Actividades 14)-Determine si la predicción de Halley a la Que hace referencia el texto siguiente avala la tesis de Camap y Hempel. Justifique su respuesta. El aporte más significativo al estudio de los cometas se efectuó en la época de Newton. Este, con su ley de gravitación universal provee la teorla para explicarlos: su movimiento se debe a la fuerza gravitatoria del Sol, y sus órbitas son en principio ellpticas. Un astrónomo amigo de Newton, E. Halley (1656-1742) hizo una contribución significativa. Observó el gran cometa que lleva su nombre, en Parls en 1680 y halló su órbita. Tras haber estudiado la similitud de los recorridos de los cometas aparecidos en 1456, 1531, 1607 Y 1682 llegó a afirmar que se trataba de un mismo cometa, y predijo una nueva aparición para 1758. El cumplimiento de esta predicción fue considerado por los flslcos y astrónomos no sólo una corroboración de lo afirmado por Halley, sino también un fuerte aval a la teorla de Newton. (De R. Tamom, Causalidad y Accidentalidad de los Descubrimientos Cientlflcos.) 19
  • 11. 20 El papel de las leyes en la explicación cientifica. Leyes e hipótesis Los principales objetivos de la ciencia son la explicación y la pre- dicción, y ésta"s requieren -si no en todos los casos, al menos en muchos- el empleo de leyes. Ahora bien, ¿qué caracterrsticas debe te- ner un enunciado para ser considerado una ley? Podrramos decir, en pri- mer lugar, que tiene que ser verdadero; esto no sólo es, como hemos vis- to, un requisito que deben cumplir las explicaciones nomológico-deduc- tivas, sino que forma parte de lo que entendemos por "ley": normalmen- te no hablarlamos de leyes falsas de la naturaleza. Sin embargo, como veremos más adelante, no es posible probar la verdad de un enunciado legal o nomológico (es decir, de uno que pueda aspirar al rango de ley, de uno que seria una ley si fuera verdadero), de modo que, si se observara rí- gidamente el requisito que nos ocupa, ninguna afirmación podrla ser considerada una ley. Por esta razón, lo más común es hacer un uso más liberal de la palabra "ley", empleándola como sinónima de "hipótesis no- mológica confirmada"_ Por su parte. una hipótesis es un enunciado cuyo valor de verdad se ignora pero que se supone-verdadero. En segundo término, para ser considerado una ley un enunciado tiene que ser universal, es decir, tiene que ser una afirmación acerca de todos los miembros de una clase. Esta condición es necesaria pero no suficiente; sólo ciertas afirmaciones universales se consideran como po- sibles leyes cientlficas, a saber, las que se refieren a un número indefini- do -y que, por lo tanto, en principio podria ser infinito- de individuos ("individuos" en el sentido de objetos individuales: no sólo personas si- no también caranchos, trozos de metal, etc.), como "Todos los ca- ranchos son pardos" o "Todos los metales se dilatan al ser calentados" Con el posible agregado de otros requisitos que todavía son motivo de polémica, son éstos los enunciados universales que se califican de lega- les o nomológicos para distinguirlos de los universales accidentales, co- mo "Todos los tornillos del auto de Pérez están oxidados", que se re- fieren a un número finito de individuos (se refieren a todos los elementos de una clase -por eso son universales-, pero dicha clase es finita). Asi como el tema de la explicación nos condujo a examinar el con- cepto de ley, vemos ahora que este último se vincula de modo muy estrecho con la noción de hipótesis. En lo que sigue nos ocuparemos de las hipótesis, sus diferentes tipos y los problemas que surgen cuando se pretende confirmarlas. Actividades 15)-Determlne cuáles de los siguientes enunciados generales (universales) pueden considerarse leyes científicas. Justifique. 1. Todos los cisnes tienen cuello largo. 2. Toda persona de tamano norm~ recibe un peso de aire equivalente a 21 toneladas. 3. Todos los nlnos lloran al nacer. 4. Todos los días en Mar del Plata sopla bri;sa del mar. 5. Todos los mecánicos de Buenos Aires son ingeniosos. 6. A grandes alturas el agua hierve a menos grados Que a nivel del mar. 7. La leche. materna protege a los recién nacidos de las enfermedades. 8. Todos los nacidos en el af'lo 1958 fueron exceptuados del servicio militar. 2.3. Tipos de hipótesis Hipótesis fundamentales y derivadas, auxiliares y ad hoc, emplricas y teóricas Una hipótesis es, como acabamos de decir, una afirmación que el cientlfico propone sin tener la certeza de que sea verdadera, pero que provisionalmente considera como tal. Cuando la hipótesis no se deriva de otras se la llama hipótesis fundamental; y de ella se desprenden otras, que se denominan hipótesis derivadas. También se suele llamar hipóte- sis preliminar a la que se formula inicialmente de manera imprecisa e in- completa y que luego se perfeCCiona y ajusta a la luz de nuevos datos, experiencias y otros elementos de juicio. Es importante señalar que no existe ningún método o procedimiento mecánico que permita descubrir buenas hipótesis. Las fuentes de las que surgen las hipótesis son el ingenio, la imaginación y la intuición de los cientlficos. La corriente metodológica conocida como inductivismo -de la que hablaremos más adelante, en el parágrafo 3.4.3.- creyó duo rante mucho tiempo en la existencia de tales procedimientos mecáni- cos. Los métodos de Stuart Mili, por ejemplo, suponlan que realizando gran número de observaciones serIa posible hacer generalizaciones a partir de ellas y llegar asi, en un camino ascendente, a las teorlas. Actual- mente se sostiene lo contrario: no hay recetas que permitan pasar auto· máticamente de la observación de los hechos a la formulación de leyes y teorlas. La tarea que sigue a la formulación de una hipótesis consiste en contrastarla, es decir, en ponerla a prueba mediante su confrontación con la experiencia, lo cual es un requisito fundamental e ineludible en to- da ciencia fáctica. Se trata de arbitrar los medios para conseguir que la experiencia nos suministre información acerca de la verdad o falsedad de la hipótesis. Los procedimientos que se utilizan para obtener esta in- formación emplrica favorable o desfavorable respecto de la hipótesis suelen ser complejos e indirectos. En estos casos las ciencias fácticas hacen uso de las ciencias formales para derivar lógicamente consecuen- cias de las hipótesis fundamentales. Los enunciados que se obtienen en este proceso deductivo son también hipótesis, que se suelen denomi- nar, como ya dijimos, hipótesis derivadas. Ellas serán, a su vez, premisas de nuevas deducciones, que continuarán hasta llegar a ciertos enun- ciados que se llaman enunciados observacionales, o también, por haber- se deducido de otros, consecuencias observacionales. Cuando se intenta derivar consecuencias observacionales a partir de hipótesis fundamentales, es necesario hacer uso de suposiciones 21
  • 12. adicionales; las hipótesis fundamentales por si solas no son en general suficientes y requieren que se las ponga en conjunción con otras que tienen carácter instrumental o auxiliar. A estas últimas se las denomina precisamente hipótesis auxiliares. Se eligen para cumplir esta función hipótesis que h~n sido contrastadas con anterioridad, o que al menos 'pueden ser contrastadas con independencia de la hipótesis fundamen- tal, y que desempenan el papel de premisas adicionales; pueden perte- necer o no a la diSCiplina a la que pertenece la hipótesis fundamental. Una hipótesis auxiliar se considera ad hoc cuando no puede ser contras- tada en forma independiente y cumple la función de salvar a una hipóte- sis fundamental que corre el riesgo de ser refutada. Hay hipótesis teóricas, emplricas y mixtas. El criterio que permite establecer esta división es la presencia de cierto tipo de términos: los términos teóricos y los emplricos u observacionales. (Conviene aclarar que, por tratarse de un uso común, en el presente contexto empleamos el adjetivo "emplrico" en un sentido restringido, como sinónimo de "ob- servacional ú obtenido por generalización de datos observacionales" y como antónimo de "teórico" -entendido este úHimo, a su vez, en un sentido especial que enseguida explicaremos-, mientras que en gene- ral -por ejemplo, cuando decimos "ciencia emplrica" o "contrastabili- dad emplrica"- le damos un sentido más amplio, conforme al cual cali- ficamos de emplricos, no sólo a los enunciados observacionales y a las generalizaciones basadas en ellos, sino también a aquellos enunciados teóricos que tienen consecuencias observacionales, aun cuando éstas se obtengan de manera compleja e indirecta, con el auxilio de suposi· ciones adicionales y reglas de correspondencia.) Los términos se clasifi- can, en primer lugar, en lógicos y no lógicos o descriptivos. Términos ló- gicos son, por ejemplo, "todos", "algunos", "no", "y", "o". Términos no lógicos o descriptivos son, por ejemplo, "hombre", "cabeza", "célula", "átomo", "electrón", "inteligencia". Estos últimos -los términos descripUvos- se subdMden en observacionales y teóricos. Términos observaclonales son los que se refieren a algo observable, o directamen- te observable, y términos teóricos son los que se refieren a algo que no puede ser observado. Pero el limite entre lo observable y lo no obser- vable puede trazarse en distintos lugares; siguiendo a Carnap, menciona- remos tres de esos lugares. Algunos filosófos consideran directamente observables solamente a los datos sensoriales; en este sentido, una me- sa, por ejemplo, no serIa directamente observable; serIa algo que inferi- mos a partir de nuestros datos sensoriales. Este sentido de la palabra "observable", por ser demasiado estrecho, no parece el más adecuado para los fines de la ciencia. Tenemos un sentido más amplio cuando con- sideramos observables, no sólo los datos sensoriales, sino también los Objetos flsicos ordinarios, como las mesas, las personas, etc. Pero tam- bién este sentido le parece a Carnap demasiado estrecho y prefiere incluir entre las cosas observables, además de las mencionadas, las magnitudes que, como la longitud o el peso, se pueden medir mediante un procedimiento sencillo y directo. Aun cuando adoptemos este último sentido, cosa que nos parece razonable, sigue habiendo entidades inob- servables, como por ejemplo los átomos o la inteligencia y, en conse- cuencia, sigue habiendo términos teóricos. Se denominan hipóteSiS teóricas aquellas que contienen términos teóricos -al menos uno- e hipótesis emplricas aquellas que no los contienen, o sea, que contienen solamente términos observacionales (en ambos casos, aparte de los términos lógicos, que son imprescin- dibles para la formulación de cualquier enunciado, sea teórico u observa- 22 cional). Las hipótesis teóricas se subdividen en puras y mixtas. Hipóte- sis teóricas puras son las que contienen solamente términos teóricos (repetimos: además de los lógicos), es decir, las que no Gontienen nin- gún término observacional; e hipótesis teóricas mixtas SOl) las que, ade- más de términos teóricos, contienen también términos observacionales -al menos uno-o La ley de Boyle según la cual,si se mantiene constante la tempera- tura de un gas contenido en un recipiente, el producto del volumen por la presión también es constante, es una ley emplrica -ya que, de acuerdo con el sentido amplio que decidimos dar a la palabra "observable", todas las magnitudes involucradas en la ley se consideran observables-. En cambio, la teoría cinética de los gases, según la cual un gas es un con- junto de moléculas en agitación constante, es teórica (e el sentido que ahora estamos dando a esta palabra, es decir, en el sentico de no empiri- ca). Sin embargo, con la ayuda de ciertos enunciados t.~óricos mixtos, llamados reglas de correspondencia, la teoria cinética de los gases explica la ley de Boyle. Una de esas reglas de correspondencia dice que la temperatura del gas corresponde a la energra cinética media de las moléculas; otra vincula la presión del gas con el choque de las molécu· las contra las paredes del recipiente. Hipótesis rivales y experimentos cruciales A través de la historia de la ciencia, han existido en distintas dis- ciplinas teorias e hipótesis rivales. Se trata de hipótesis que tienen simio lar poder explicativo y que han salido airosas de las contrastaciones a que fueron sometidas, pero que no pueden ser aceptadas las dos porque son incompatibles y, por lo tanto, si una de ellas es verdadera, ta otra tiene que ser falsa. Fueron rivales, por ejemplo, en la flsica, las hipótesis acerca de la naturaleza de la luz. La concepción ondulatoria sostenía que la luz consiste en ondas transversales, mientras que, según la teoría cor- puscular, la luz se compone de partfculas extremadamElnte pequeñas. También fueron rivales las teorlas de Tolomeo y Copérnico respecto de si el Sol gira alrededor de la Tierra o a la inversa, las afirmaciones de que la Tierra es plana o esférica y las hipótesis a favor y en contra de la gene- ración espontánea, que analizaremos más adelante. Para dirimir estas competencias, los cientificos diseñan en algunas ocasiones ciertos experimentos que se denominan experimentos cru· ciales, es decir, pretenden crear condiciones experimentales "que permi- ten decidir entre las dos hipótesis rivales: refutada ul')a de el.las, podrá considerarse verdadera la otra. Pero estas experiencias s:.Jelen ser difi- cultosas desde el punto de vista técnico. Además, sus resultados no son concluyentes ni definitivos, como veremos enseguida. No obstante, puede considerarse que proporcionan importante información acerca de las hipótesis rivales. En términos generales, el procedimiento para llevar a cabo un expe- rimento crucial consiste en derivar consecuencias observacionélles de cada una de las hipótesis: E1 de H1y E2 de H2, tales que, si se verifica E1 queda refutada E2. Tomemos el ejemplo sencillo de hipótesis rivales acerca de la forma de la Tierra que analiza Copi en su Introducción a la ló- gica (y citado en la bibliografla de los módulos anteriores). De la hipótesis H1, según la cual la Tierra es esférica, se desprende la siguiente consecuencia observacional E1: si se observa desde la costa un barco que se aleja mar adentro, dejará de verse primero la parte infe- 23
  • 13. .24 rior del barco y paulatinamente parecerá hundirse en el horizonte hasta desaparecer.. De H2, que afirma que la Tierra es plana, se desprende E2: el barco se percibirá en su totalidad, pero cada vez más pequeño, hasta que se de- je de verlo. De ambas consecuencias observacionales, la que queda confirma- da es la primera, resultado que ya era citado por Copérnico en su argu· mentación a favor de la hipótesis de la forma esférica de la Tierra. Al quedar verificado E1 y refutado E2, pOdrla pensarse que estos resulte.dos pueden extenderse igualmente a las respectivas hipótesis. Pero no es así. Ya hemos señalado que para derivar consecuencias de una hipótesis es necesario usar otras como premisas adicionales. En el ejemplo consi· derado, a pesar de su sencillez, podemos reconocer la presencia de hipó· tesis auxiliares. En particular, la hipótesis de la propagación rectilínea de ia luz. Copi esquematiza as! la inferencia: La Tierra es plana. Los rayos de luz siguen un camino rectillneo. La cubierta de un barco que se aleja no desaparece de la vista antes que el mástil. Como la conclusión es falsa, y se ha razonado correctamente, algu- na de las premisas debe ser falsa. Pero no tenemos derecho a sospechar solamente de la primera; bien podrla ser falsa la segunda. Podemos se- guir defendiendo la posibilidad de que la primera premisa sea verdadera si estamos dispuestos a rechazar la segunda. Si reemplazamos esta últi· ma por la hipótesis contraria de que los rayos de luz siguen un camino curvo, se obtendrá la misma conclusión que se obtenía de H1, a saber, que se verá desaparecer primero la parte inferior del barco. La Tierra, aunque plana, impedirla la visión de la parte inferior del barco a medida que éste se alejara. ~ "'-..-.... - ---.;- "'-- ---------:;-~~:J " .- Esta nueva hipótesis es ad hoc, pero no es eso lo que ahora nos in- teresa; lo que queremos mostrar es el hecho de que no queda refutada una hipótesis en particular sino un conjunto de hipótesis. Las pretendi- das experiencias cruciales no son en realidad definitivas debido a que no es posible determinar con seguridad cuál de las hipótesis intervinientes es la responsable de que se haya producido un resultado refutatorio. Hempel, en su libro Filoso'la de la ciencia natural, ilustra la misma si- tuación al analizar el experimento reaiizado por Foucault para decidir entre la concepción ondulatoria de la luz, propuesta por Huygens, y la concepción corpuscular de Newton. Ambas concepciones explicaban fenómenos como la propagación rectillnea, la reflexión y la refracción. Pero de la teorla ondulatoria se derivaba además la afirmación de que la luz viaja con mayor rapidez en el aire que en el agua, mientras que la teo- ría corpuscular llevaba a la conclusión opuesta En 1850 Foucault realizó un ingenioso experimento que permitirla determinar en cuál de los dos medios era mayor la velocidad de la luz. El resultado fue que era ma- yor en el aire, como se derivaba de la teorla ondulatoria. En ese momento se creyó que la experiencia daba por tierra definitivamente con la con- cepción corpuscular, pero un análisis posterior más cuidadoso hizo ver que no se habla refutado la afirmación de que la luz se compone de partl- culas, porque de ella sola no se sigue que su velocidad es mayor en el agua que en el aire, sine todo un conjunto de hipótesis que inclulasuposi- ciones relativas al movimiento de los corpúsculos en disHntosmedios. Tampoco en este caso era posible determinar cuál de las hipótesis habla quedado refutada. En 1905 Einstein propuso una nueva versión de la concepción cor- puscular en su teorla de los fotones, que se apoya en un experimento rea- lizado por Lenard en 1903 y considerado por Einstein como un segundo experimento crucial. Pero, nuevamente, tampoco esos resultados pueden ser considerados como elementos de juicio concluyentes en fa- vor de la nueva teoría corpuscular. Como dice Hempel (op. cit., p. 50), "las hipótesis y teorías cientlficas no pueden ser probadas de un modo concluyente por ningún conjunto de datos disponibles, por muy preci- sos y amplios que sean". 2.4. La puesta a prueba de las hipótesis. Verificación y refutación Hemos dicho ya que, después de formular una hipótesis, es nece- sario contrastarla emplricamente y que, para ello, es necesario hacer de- ducciones hasta obtener consecuencias observacionales de la hipótesis en cuestión. Una vez obtenidas tales consecuencias observacionales, el paso siguiente consistirá en realizar las observaciones pertinentes para determinar si son verdaderas o falsas. En algunos casos es posible apli- car el método experimental, que consiste en crear artificialmente las condiciones de contrastación; cuando esto no es posible, hay que limi- tarse a la observación no experimental, es decir, hay que esperar que esas condiciones se produzcan de manera espontánea. En otras oca- siones se utilizan métodos estadlsticos, y en las ciencias sociales tam- bién los tests, las entrevistas y los cuestionarios. 25
  • 14. 26 Sabemos que un enunciado puede ser verdadero o falso. Se deno- mina verificación a la prueba de que un enunciado es verdadero y refuta- ción a la prueba de que es falso. Una vez-que se ha logrado verificar o re- futar enunciados observacionales (suponiendo que eso sea posible, co- sa que no nos interesa discutir en este momento) que se derivan de una hipótesis, resta saber qué puede inferirse acerca de esta hipótesis. Co- mo este problema requiere un análisis cuidadoso, lo vamos a considerar por separado en el parágrafo siguiente, en el cual nos ocuparemos de los esquemas lógicos a que responden la refutación y la confirmación de hi- pótesis. El esquema lógico de la confirmación y la refutación. Asimetrla entre verificación y refutación Suponiendo, como ya dijimos, que sea posible tanto verificar como refutar enunciados observacionales, tenemos que preguntarnos qué puede inferirse sobre el valor de verdad de una hipótesis cuando alguna de sus consecuencias resulta verificada o refutada. Consideremos primero el segundo caso, es decir, el caso en que la experiencia refuta un enunciado observacional, y analicemos su es- quema; si de H se deduce O, y O es falso, eso implica que H también es falsa, en virtud de una regla de inferencia llamada modus toUans. Pode- mos entonces decir que, por razones lógicas, la refutación de un enun- ciado observacional derivado de una hipótesis refuta también esta hipó- tesis. Volveremos enseguida al papel que desempeñan en este proceso las hipótesis auxiliares. Pero consideremos antes la situación que se plantea en el caso opuesto; si la consecuencia observacional resulta ver- dadera, el cientlfico puede sentirse satisfecho por haber obtenido el re- sultado que esperaba, pero, ¿prueba este hecho la verdad de la hipóte- sis? Examinemos el esquema lógico de esta situación; si de H se deduce O, y O resulta verdadera, eso no implica que H sea verdadera; H no queda verificada al verificarse una consecuencia suya. Si en esta situación, in- ferimos que H es verdadera, estaremos cometiendo la falacia de afirma- ción del consecuente: Si H, entonces O O H A esta situación se la ha denominado de asimetrfa entre verifica- ción y refutación; mientras que en principio puede probarse la falsedad de una hipótesis, no es posible en cambio probar su verdad.· En la filoso- fía de la ciencia contemporánea, la corriente llamada refutacionismo (o falsacionismo) y liderada por Karl Popper ha dado gran importancia a es- ta asimetrla. Pero la situación no es tan desesperada como inicialmente podría pensarse; lo que significa e.s que ninguna hipótesis puede quedar probada; no hay en las ciencias fácticas verdades definitivamente es- tablecidas, mientras que en principio parecerla que puede haber falseda- des definitivas. La situación se torna aún más compleja si volvemos a tener en cuenta el papel ya adjudicada a las hipótesis auxiliares. La derivación ló- gica de consecuencias observacionales no tiene como premisa sola- mente a la hipótesis fundamental sino también a la auxiliar; el esquerna seria el siguiente: si H y A, entonces O. En caso de que O sea refutado, lo que en realidad se obtiene es la refutación de la afirmación conjunta de H y A, o sea, "No (H y A)". Esta negación es lógicamente equivalente a "No H o no A"; quiere decir que al menos una de las dos es falsa, y es posible "que ambas lo sean, pero no tenemos garant1Záda la falsedad de H. Podria ocurrir que el resultado adverso (la refutación de O) obedeciera a la false- dad de la hipótesis auxiliar. Históricamente, muchas investigaciones ad- mitieron la refutación de ciertas hipótesis debido a la falsedad de hipóte- sis auxiliares que no se consideraban cuestionables. Volvamos ahora al caso en que la consecuencia observacional ha resultado verdadera. Dijimos antes que este resultado no permite inferir q~e la hipótesis sea verdadera -ni ella ni las hipótesis auxiliares que puedieran haber íntervenido-. ¿Qué puede decirse, entonces, respecto de la hipótesis? Se han dado distintas respuestas. Según una de ellas, si se reiteran las experiencias y se obtiene un gran número de consecuen- cias observacionales verdaderas, puede afirmarse, por inducción, que la hipótesis es probablemente verdadera, es decir, que hay una alto grado de probabilidad de que lo sea, y ese grado de probabilidad puede medir- se. En tal caso suele decirse que la hipótesis ha quedado confirmada. Adhieren a este punto de vista pensadores como Carnap y Hempel. Se opone a él, en cambio, el refutacionismo de Popper. Un caso de investigación cientifica Consideraremos a continuación un ejemplo de investigación cient!- fica que ilustra varias de las nociones hasta ahora examinadas. Según la llamada teorla de la generación espontánea, algunos se- res vivos nacen espontáneamente de la materia orgánica en descompo- sición, o bien de la materia mineral cuando ésta se encuentra en determi- nadas condiciones. Los defensores de esta teoría alegaban observa- ciones cotidianas: los gusanos nacen en la tierra o en "el barro, las mos· cas en la carne en descomposición, los ratones en la basura, etc. Francesco Redi (siglo XVII) disenó un sencillo experimento consis- tente en dejar durante varios dlas trozos de carne en frascos, algunos de ellos destapados y otros herméticamente cerrados mediante un perga- mino. Al cabo de dos dlas, pudo observar que en la carne de los frascos abiertos hablan aparecido gusanos, tal como lo proponla la teoría de la generación espontánea; sin embargo, contradiciendo dicha teorla, en los frascos cerrados no aparecla ninguna forma de vida. Algunos sostuvieron que los animales no hablan aparecido sobre la carne de los frascos tapados debido a la falta de aereación. Redí repitió el experimento, agregando a frascos como los anteriores otros que se hallaban cubiertos por muselina napolitana, tela muy tupida pero que permitla el paso del aire. Tampoco en estos frascos apareció signo de vi- c;ta alguno. Observando los gusanos que hablan aparecido en los frascos destapados, Redi descubrió que no eran otra cosa que larvas de las mos- cas que durante el experimento hablan revoloteado alrededor de los fras- cos. Su conclusión fue que los gusanos provenlan de los huevos que las moscas hablan depositado sobre la carne, y que no era ésta su origen. 27
  • 15. 28 Pocos anos después, Anton Van Leeuwenhoeck descubrió con la ayuda de lupas gran cantidad de· seres microscópicos desconocidos, que denominó "animallculos". Luego de las investigaciones de Redi, Van Leeuwenhoeck y otras similares, los defensores de la generación es- pontánea admitfan que los animales no minúsculos no nacen espontáneamente de materia en descomposición, pero mantenran esta teorra para los "animaUculos". En el siglo XIX, Louis Pasteur refutó la teorra. Primero confirmó la existencia de microorganismos en el aire y luego mostró que ellos eran la causa de la descomposición de los Uquidos orgánicos y no su resulta- do. El experimento consisUa básicamente en poner Uqu!dos orgánicos en contacto con aire estéril (esto es, con aire sin microorganismos). El resultado era que estos· Uquidos no se alteraban ni se producran en su seno génesis espontáneas de organismos. Esta experimentación dio ori- gen a lo que se denomina esterilización. Perfeccionadas experiencias posteriores corroboraron que la vida sólo procede de otra vida preexis- tente. Una lectura atenta del relato precedente permite advertir varias co- sas: 1) La hipótesis fundamental de la teorla es la siguiente afirmación: "Algu- nos seres vivos nacen espontáneamente de la materia orgánica en descomposición, o bien de la materia mineral cuando ésta se en- cuentra en determinadas condiciones". 2) La afirmación de que en los frascos aparecerian organismos era una con- secuencia observaclonal de la teorra, que, en principio, debra valer para todos los frascos, tanto para los abiertos como para los cerrados. 3) Sin embargo, se vio que en los frascos cerrados no aparecra ninguna forma de vida, con Jo cual la mencionada consecuencia observacional quedaba refutada, lo mismo que la hipótesis fundamental de la cual se la habra deducido (conforme al esquema lógico de la refutación). 4) Los defensores de la teorla alegaron lo siguiente: "En los frascos cerrados no se produjo la generación espontánea debido a la falta de ventilación". Esta afirmación parece ad hoc, ya que seguramente fue formulada con el propÓSito de salvar la teorla; sin embargo, se la debe considerar una hipótesis auxiliar Ucita debido a que es contrastable. En efecto, con el agregado de esta hipótesis auxiliar, la teorra tiene la si- guiente consecuencia observacional: "En frascos cerrados con una ta- pa que permita el paso del aire se producirá la generación espontánea de organismos", consecuencia que resultó igualmente refutada. 5) Frente al hecho de que en los casos observados no habla generación espontánea de vida, los defensores de la teorra adujeron la hipótesis ad hoc de que tal generación sr se producra en los casos no observables, es decir, en los casos de los "animaUculos". 6) Louis Pasteur propuso una hipótesis rival según la cual los microorga- nismos que se encuentran en el aire son la causa, y no la consecuen- cia, de la descomposición de los Uquidos orgánicos. 7) Diseñó y llevó a cabo un experimento, que podrla ser considerado cru- cial, y que tuvo como resultado la refutación de la teorra de la genera- ción espontánea y la confirmación de su propia hipótesis. 8) Estos trabajos de Pasteur produjeron también una importante Innova- ción tecnológica: la esterilización. Actividades 16)-En el siguiente texto se narra otro caso de investigación científica. Analicelo detenidamente y responda.las preguntas que a continuación se formulan. La COIT'posici6n de la luz natLraI eeg(.n Newtcn La kJz del sol es blanca. OÉIspJés de pasa' por LIl prisma rruestra todos los colores que existen en el mundo visible. La naturaleza misma reprodJoe ese fenómeno en la hermosa gama de ooIc:res del arco iis. Las pretensiones de expIIar este fen{meno tienen larga elata. la referencia bIbIica de que el arco H$ es la tima de Dios a tri oonvenIo hecho con el hombre no explca satisfac:torimente por qué se repite el arco iis de tiempo en tiempoy por(JJé aparece cJespués deLIl8lN1a. Un extremo lateral del arco iis es sIem~ rojo Y el otro violeta. Entre ambos se dislri~ todos los otros coloras. He aq.d la explicación que da Newtal del fen6ma1o: cada 1II'lO de los ooIa'es del arco i'is ya existe en la kJz blanca: Todos)mtos atraviesan el espacio y la atmósfera y prodJoen el efecto de la kJz blanca que es lIl8 mezcla de cap·1SO IIos de distintas clases pertaleCi...tes a los disthtos colores. Newtal logró sepanr los ociaras por medio de un prisma; cada oorp)saJo recibe LIl8 fuerza dfaente de8CUB'doasu propio color, lo queJo.obligaacambiarsu trayectorB: la fuErza es máxina para el violetaYmhima para el rojo. Cada ooIorsete6'actaa lo largo de. una trayectoria dIsthta que sesepara de los otros ociaras al emerger del prBna. En el casodellI'COiis.Sallas gotitas de BgJB las que hacen el papel del rñrna. la serie de colores en la luz blanca del Sol rewIada por el expErimento de Newtal se lBna -especb'o visible-. Los o%res separados del espectro deben poder mezclarse nueYamente mecflanle lJ'l ~ prisma colocado en posición conveniente, p.J8S de lo contrario la explicación serfa errónea. Este poooeso es jJstamente el hverso al anterior y debe obtenerse en conseaJenCia lIz blanca de los colores previamente separados. Newton demostró expermentamente que es efectivamente posible obten&" Uz blanca de su espec:lro, y de ésta porsegLJ1da vez el espec1ro, y aslsucesMmente. Supongamos qJe sucede repenlirwnente lIlB cosa muy extraña: qJe el Sol oomenzara a emitir únicamente lJZ homogéI tea de ...l determhado cola: por ejemplo amarillo. la gran vartedad de coIor8s qJ8 observamos en la tierra, desaparecerla inmediatamente. ¡Todas las cosas se presentarfan amarillas o negrasl Su validez puede confiTnarse por medio de un experimento. 8 experimento serta el siguiente: en una pieza sólo ilurnhada con luz de sodio (s6Jo Y pafeclamenle amarIla) se ve todo amariDo o nego. la riqueza de colores de nuestro mundo es reflejo de la variedad de colores que componen la luz natlnl (blanca) dado ""e los cuerPos opacos (los que no ~ lJZ ~ sólo reftejan BqJeIos coloras qJ8 menos absorben al ser ilmInados. ExtraIdo de EINSTEN • 1NFEl.D. LB "*"lIII8IJtrIa dsIpenstmIento, 8s.A5., lDsada. 1. ¿Cuál es el problema que dio origen a la investigación? 2. ¿De qué conocimientos se disponfa en el momento de formular la hipótesis fundamental? . 3. ¿Qué hipótesis fundamental se formuló? 29
  • 16. 4. ¿Existe alguna hipótesis derivada? ¿Cuál? 5. ¿Qué procedimiento se propuso para constatar la hipótesis? 6 ¿Se recurre al uso de hipótesis auxiliares? ¿Cuáles? 7. ¿Hay alguna hipótesis ad hoc? 8. ¿Qué tipo de hipótesis (teórica o emplrica) es la hipótesis fundamental? 9. ¿Qué consecuencias observacionales se deducen a partir de la hipótesis fundamental y de la auxiliar si la hubiere? 10. Si las consecuencias observacionales resultaron verdaderas, ¿qué se puede inferir acerca del valor de verdad de la hipótesis fundamental? 11. ¿Cuál es el esquema lógico del razonamiento por el cual se determinó el valor de verdad de la hipótesis fundamental? 12. Ya sea en la hipótesis fundamental, en las derMDIs o en las auxiliares, ¿hay algÚ1 téfTniro que uste:I du:Je en clasifica' como te6rto u observcr::ionaI? ¿QJáIesy por rpé? 13. ¿Se aplicaron procedimientos inductivos en alguna etapa de la investigación? ¿Cuál? 14. ¿Qué otra consecuencia posibilita el descubrimiento relatado? 15. Sobre la base de la investigación relatada construya una explicación nomológico-deductiva del arco Iris. 17)- Analice el ejemplo de investigación CientífICa respecto al origen de la fiebre puerperal que relata HEMPEL en el cap. 2 de su libro Filosofía de la ciencia natural y responda las preguntas anteriores (a excepción de la 15). 2.5. El problema del método de las .. , . CienCias emplrlcas El inductivismo La ciencia empírica (o fáctica) plantea importantes problemas filo- sóticos; en primer lugar, la pregunta "¿qué es la ciencia?", que engloba a todas las demás, y otras como las siguientes: ¿en qué se distingue la ciencia de otras formas de conocimiento o de discurso (problema de la demarcación)?, ¿cuál es su objetivo?, ¿cuál es el valor cognoscitivo de las teorías cientfficas?, ¿progresa la ciencia? Entre estas preguntas estrechamente vinculadas unas con otras, ocupa un lugar central la si- guiente: ¿cuál es el método de la ciencia emplrica? A tal punto es ésta una pregunta central que la denominación "metodología de la ciencia" suele emplearse como más o menos sinónima de "epistemología" o de "filosofía de la ciencia" De esta cuestión (¿cuál es el método de la ciencia empírica?) nos 30 ocuparemos ahora, comenzando por senalar que se la puede entender de dos maneras, a saber: 1) ¿cómo se descubren (o se inventan) las hipóte- sis y teorlas -sistemas de hipótesis-?; 2) ¿cómo se justifican, o, al me- nos, como se ponen a prueba, cómo se contrastan empfricamente, esas hipótesis y teorlas? Aceptaremos provisional}Tlente la tesis de que a la metodologla de la ciencia, o a la epistemotogla, le interesa solamente el segundo de estos problemas; veremos en el próximo módulo que esta te- sis ha sido discutida por autores como Kuhn. Por el· momento nos pre- guntaremos, entonces, cuál es el método de justificación o de contrasta- ción que se emplea en la ciencia empfrica. Lo que hay que justificar es la aceptación de ciertas afirmaciones universales nomológicas como las ya mencionadas: "Todos los ca- ranchos son pardos" y "Todos los metales se dilatan al ser calentados". La pregunta acerca de cuál es el método de justificación empleado en la ciencia emplrica puede, entonces, ser reformulada del siguiente modo: ¿cómo se justifica la aceptación de afirmaciones universales nomológi- cas? Una respuesta consiste en sostener que tal aceptación queda justi- ficada al presentar dichas afirmaciones como conclusiones de razona- mientos inductivos cuyas premisas son enunciados singulares referen- tes a hechos observados, tesis ésta que por razones obvias ha recibido el nombre de Inductlvismo_ Para comprender cuáles son las dificul- tades que esta concepción tiene que enfrentar, debemos recordar que -como ya lo hemos senalado en el módulo 1- los razonamientos in- ductivos lÍo son razonamientos deductivos y, en consecuencia, no con- servan la verdad, no garantizan la transmisión de la verdad de premisas a conclusión, es decir, admiten la posibilidad de que las premisas sean to- das verdaderas y la conclusión falsa. Un caso Upico de razonamiento in- ductivo (aunque sus premisas no son singulares) es el siguiente, ya con- siderado en el módulo anterior: El oro se dilata con el calor, el cobre se dilata con el calor, la plata se dilata con el calor, el bronce se dilata con el calor, luego, todos los me- tales se dilatan con el calor. Podemos ver que las premisas son verdaderas y que la conclusión podrla no serlo; otros metales podrlan no dilatarse al ser calentados y en ese caso serIa falsa. Se han defendido distintas versiones del inductivismo. La más radi- cal sostiene que es posible verificar (probar que son verdaderos) enun- ciados observacionales (es decir, enunciados singulares acerca de hechos observables) de manera directa, mediante la observación de los hechos a los cuales se refieren esos enunciados; y que, tomando como premisa esos enunciados observacionaJes verificados, es pOSible verifi- car también, mediante razonamientos inductivos, enunciados universa- les nomológicos. De ahl que a esta variedad de inductivismo se la llame veriflcaclonlsmo. De acuerdo con esta concepción, el conocimiento cien- tlfico es conocimiento probado; consta de afirmaciones cuya verdad ha sido demostrada, es decir, de leyes establecidas de modo definitivo, no sujetas ya a ninguna revisión ulterior. La idea es que si hemos examinado un número suficientemente grande de caranchos y todos han resultado pardos, la inducción nos ga- rantiza que todos los caranchos son pardos. Dicho asf, esto es claramen- te falso. Acabamos de recordar, en efecto, que los razonamientos induc- tivos no conservan la verdad (si la conservaran serfan por definición, de- ductivos) y, por lo tanto, no son capaces de garantizar que todos los ca- ranchos sean pardos; es perfectamente posible que el próximo carancho 31
  • 17. 32 no sea pardo o que el próximo trozo de metal no se dilate al ser calen- tado. Pero, si esto es asf, si la inducción no conserva la verdad, ¿por qué muchos han insistido en asignarle un papel fundamental en el conoci- miento empírico? ¿Por qué no se han conformado con los razonamientos deductivos? Porque solamente en los razonamientos inductivos la conclusión dice más que las premisas -precisamente por eso puede ser falsa aunque las premisas sean todas verdaderas-o La deducción con- serva la verdad, pero lo hace al precio de no agregar nada a lo que ya es- taba,contenido, al menos impllcitamente, en las premisas; se limita a afirmar de modo explicito alguna parte de ese contenido. Puesto que nunca podemos llegar a disponer de infinitas premisas, la deducción no nos sirve cuando queremos justificar la aceptación de presuntas leyes, que cubren un número potencialmenté infinito de casos. Podemos resu- mir esto diciendo que la deducción es infalible (en la conservación de la verdad) pero no incrementa el contenido de las afirmaciones que trans- forma, mientras que la inducción aumenta dicho contenido pero es fa- lible. El problema de la inducción El verificacionismo, al sostener que la inducción asegura un aumento infalible del contenido, quiere tener las dos ventajas a la vez. Como esto en principio no es posible, por las razones que acabamos de ver, se enfrenta con lo que se ha llamado el problema de la inducción. A este problema se lo ha planteado de diversas maneras; desde el punto de vista metodológico, nos interesa una formulación como la siguiente: si lo que justifica las afirmaciones universales de la ciencia -las leyes cientificas- es la inducción, y la inducción es falible, ¿qué valor tiene esa justificación? Se ha intentado resolver este problema apelando a un principio de la inducción. Este principio es un enunciado tal que si se lo agrega, como una premisa más, a cualquier razonamiento inductivo, lo convierte en de- ductivo. ¿Qué tiene que decir un enunciado para poseer semejante capa- cidad? Puede decir, por ejemplo, que el futuro será semejante al pasado (en cuyo caso los caranchos todavla no examinados serán también par- dos, todos los trozos de metal se dilatarán al ser calentados, etc.) o que la naturaleza es uniforme (principio de uniformidad de la naturaleza) o que causas semejantes prOducen efectos semejantes. En su libro ¿Qué es esa cosa llamada ciencia? (pp. 16 Y27), Alan F_ Chalmers lo formula de la siguiente manera: "Si en una gran variedad de condiciones se observa una gran cantidad de A y todos los A observados poseen sin excepción la propiedad B, entonces todos los A tienen la propiedad B". (Este princi- pio que estamos considerando no debe ser confundido con el quinto postulado de la axiomática de Peana, citado en el módulo 1, que recibe el nombre de postulada de inducción completa y que da lugar a una regla de inferencia utilizada en ciertas demostraciones.) Si se acepta el principio de la inducción, el problema de la induc- ción queda resuelto; aceptarla equivale, en efecto, a considerarlo incluido, como una premisa adicional tácita, en todos los razonamientos induc-tivos, que con este agregado se convertirlan en deductivos. Pero, ¿cómo se justifica la aceptación del principio? Al principio lo necesita- mos -lo necesitan los inductivistas- para justificar la aceptación de enunciados universales, pero él mismo es, en cualquiera de sus ver- siones, uno de esos enunciados universales; en consecuencia, no se lo deberla aceptar sin justificación, es decir, en el contexto del verifica- cionismo, sin una prueba de su verdad. Si el principio de la inducción fuera un enunciado verdadero perte- neciente a la lógica o a la matemática, no seria dificil demostrar su ver- dad aplicando los métodos de estas ciencias formales, mencionados en el módulo 1. Pero seguramente no es asl, puesto que, si este principio fuera una verdad formal, el problema de la inducción no existirla, y esto por la sencilla razón de que no habrla inducción: todos los razonamien- tos serian deductivos. Tampoco podemos justificar la aceptación de este principio alegan- do que su verdad es evidente. Desde hace más de un siglo, la idea de que la evidencia pueda servir como criterio de verdad es rechazada por los epistemólogos en forma prácticamente unánime y por buenas razones: lo que es evidente para una persona puede no serlo para otra y hay afir- maciones incompatibles que son ambas evidentes. Si el principio de la inducción no es una verdad formal y no admiti- mos la evidencia como criterio de verdad, la única posibilidad que queda es que sea un enunciado emplrico. Puesto que, además, es un enun- ciado universal, sólo mediante la inducción podrlamos probar que es ver- dadero. Una prueba inductiva de su verdad seria un razonamiento induc- tivo cuyas premisas dirlan por ejemplo, "En tal ocasión causas semejan· tes produjeron efectos semejantes" o "En tal caso el futuro fue semejan- te al pasado" y cuya conclusión seria el principio que nos ocupa en algu- na de sus versiones. Pero, para que tal razonamiento garantizara la ver- dad del principio, éste tendrla que figurar también entre las premisas, co- mo en todos los razonamientos inductivos, con lo cual la prueba resulta- ría inadmisiblemente circular. Las tres posibilidades que hemos considerado y desechado -que el principio de la inducción sea una verdad formal, que sea una verdad evidente y que se pueda probar inductivamente su verdad- son todas las que hay, de modo que no es posible probar que el principio de la in- ducción es verdadero y, en consecuencia, para el verificacionismo, tam- poco es posible justificar su aceptación_ Esta concepción no puede, entonces, resolver el llamado problema de la inducción. Y no es ésta la única dificultad que no puede superar. Di- jimos antes que, según esta versión del inductivismo, es posible verifi- car de manera directa, mediante la observación, enuncia~os observa- cionales -que son los que van a figurar como premisas en los razona- mientos inductivos-; tal observación tendrla que ser anterior a la acep- tación de cualquier teorla, es decir, tendrla que tratarse de una observa- ción pura, no contaminada de teorla, cuya existencia consideran impo- sible, en forma casi unánime y seguramente con razón, tanto los psicólo- gos de la percepción como los epistemólogos. Además, el verificacionis- mo sostiene que la inducción es, no sólo el método de justificación, sino también el método de descubrimiento empleado en la ciencia emplrica, es decir, sostiene que la ciencia comienza con observaciones y a partir de ellas descubre inductivamente las leyes, cosa que indudablemente no puede haber ocurrido en el caso de leyes que se refieren a entidades inobservables, como los átomos o la inteligencia. En una versión más refinada, el inductivismo no se ocupa de lo que pueda ocurrir en el llamado contexto de descubrimiento, es decir, se li- mita a tratar de resolver el problema de cómo se justifica la aceptación de afirmaciones universales nomológicas, sin preguntarse cómo se des- 33
  • 18. 34 cubren o se inventan tales afirmaciones. Tampoco sostiene la existencia de una observación pura que permita la verificación directa de enun- ciados observacionales; se conforma con que haya un conjunto de enun- ciados observacionales aceptados (no importa si son puros o están con- taminados de teorla ni si se los ha verificado o sólo admitido por el mo- mento, a titulo de conjeturas provisionales) capaces de servir como ele- mentos de juicio en la evaluación de hipótesis universales nomológicas. Y, por último, este inductivismo refinado no pretende que se pueda pro- bar la verdad de tales hipótesis universales sino que es posible asig- narles alguna probabilidad o algún grado de confirmación sobre la base de los elementos de juicio -es decir, los enunciados observacionales- disponibles. De ahl que a esta variedad de inductivismo se la llame pro- babilismo o confirmacionlsmo. De acuerdo con esta concepción, el cono- cimiento cientlfico no es conocimiento probado sino conocimiento pro- bable. En' principio, el confirmacionismo enfrenta dificultades semejantes a las que"hemos examinado a propósito del verificacíonismo. Si el con- junto de los caranchos tiene un número indefinido y potencialmente infi- nito de elementos, ninguna cantidad de caranchos comprobadamente pardos permitirá asignar una probabilidad distinta de cero a la hipótesis "Todos los caranchos son pardos"_ Necesitaríamos adoptar, en este ca- so, un principio de la inducción convenientemente modificado, que dije- ra, por ejemplo, "Es probable que el futuro sea semejante al pasado"; y, al igual que en el caso anterior y por razones análogas, no podríamos jus· tificar la aceptación de este principio demostrando su verdad -ni si- Quiera pOdríamos demostrar que es probable, esto es, ni siquiera podríamos asignarle alguna probabilidad o grado de confirmación-o A pesar de todos los inconvenientes señalados, no debe concluirse que el inductivismo sea una postura metodológica definitivamente supe- rdda. No es así, en primer lugar, porque se trata de un programa en el cual se ha seguido trabajando. En segundo término, las teorlas Que com- piten con el inductivismo (a continuación nos ocuparemos de una de ellas: el refutacionismo) tropiezan también con graves dificultades, de modo Que el problema metodológico -el problema de cuál es el método de la ciencia emplrica- sigue siendo objeto de una polémica todavla abierta. Y parece razonable admitir que la metodologla de la ciencia em- pírica no puede prescindir de alguna dosis de inductivismo. Actividades 18)~¿Qué ~elación hay entre el llamado problema de la indUCCIón y la invalidez lógicas de las inferencias inductivas, tal como fue explicada en el Módulo 1? 19)-Compare la versión veriflcaclonlsta esbozada en este Módulo con la posición llamada por Hempellnductlvlsmo estrecho en el texto citado_ 20)-Mencione las razones que esgrime HEMPEL en el caprtulo 2 del mismo libro. a fin de sostener que no es posible esperar que algún dia se descubra un procedimiento mecánico para inferir en forma inductiva y válida el valor de verdad de una hipótesis. 21)-¿Por qué el confirmacionismo es considerado una variedad del inductivismo? 22)-Lea detenidamente el último parágrafo del capítulo 1 del libro de HEMPEL, que comienza con la frase: ·As~ pues, como hemos visto, al conocimiento científico no se llega..." y mencione las razones que esgrime allf el autor para defender una poSición confirmacionista de la ciencia. 23)-En el capítulo 3 del mismo libro, HEMPEL caracteriza las llamadas contrastaciones experimentales. Relacione el esquema lógico de estas contrastaciones con el esquema lógico de la falacia de afirmar el consecuente tratado en el parágrafo 2.4. de este Módulo a los efectos de probar la pOSición confirmacionista de HEMPEL. El refutacionismo. Método hipotético-deductivo Una alternativa a la metodología inductivista es el refutacionismo cuyo más conspicuo defensor es Karl Popper. La concepción popperiana de la ciencia tiene como punto de partida el rechazo del inductivismo en todas sus versiones. Las razones que aduce Popper para fundamentar este rechazo coinciden, en lineas generales, con las objeciones que ya hemos formulado al inductivismo. Popper "soluciona" el problema de la inducción sosteniendo que los razonamientos inductivos no desempe· ñan ningún papel en la justificación de las afirmaciones universales de la ~iencia; más aún, sostiene que no es posible justificar la aceptación de 3sas afirmaciones; al menos si por "justificar" se entiende demostrar =lue son verdaderas -verificar- o asignarles alguna probabilidad -confirmar-o Mientras que el inductivismo, en cualquiera de sus ver· siones, es justificacionista, el refutacionismo popperiano pretende no serlo. Si nos siguiéramos preguntando, como lo veníamos haciendo hasta ahora, cuál es el método de justificación que se emplea en la ciencia em- pírica, la respuesta de Popper seria, de acuerdo con lo que acabamos de decir, que semejante método no existe. Admite la existencia de un méto- do científico, pero no lo considera un método de justificación, ya que cree que no es pOSible justificar de ninguna manera la aceptación de hi- pótesis universales. Según él, el método de la ciencia empírica es el con- junto de las reglas que gobiernan la aceptación y rechazo de hipótesis y teorlas (sistemas de hipótesis); no es un método de justificación pero si un método de testeo. Veamos un poco en qué consiste. No es posible verificar una afirmación universal ni asignarle proba- bilidad alguna; pero si es posible, en cambio, refutarla (probar que es fal- sa): basta para ello un contraejemplo. Ningún número finito de ca- ranchos pardos prueba que todos los caranchos sean pardos, pero uno verde prueba que no lo son. Popper se refiere a esta situación diciendo que hay una asimetrla entre verificabilidad y refutabilidad. Ahora bien, si una teorla no puede ser verificada ni confirmada, ¿qué razones podemos tener para aceptarla? Una teorla puede ser acep- tada -provisionalmente- si ha pasado con éxito la confrontación con la experiencia, la contrastación emplrica. Contrastar emplricamente una teorla o una hipótesis es, para Popper, tratar de refutarla; si no se lo logra, la teorla queda "corroborada" (término que Popper emplea para destacar el hecho de que no se trata de una confirmación inductiva) y 35
  • 19. '35 puede ser aceptada provisionalmente. La corroboración sólo puede pro- ceder, entonces, de los intentos frustrados de refutación; es esta última la más fundamental, la que está primero. A Popper se lo clasifica como refutacionista d~bido a esta primacla otorgada a la refutación. El esquema lógico de la refutación es el modus tollens. Si la teoría T implica que en la condiciones C se producirá el fenómeno E, y no se pro· duce, entonces T ha sido refutada y debemos abandonarla. Los enun· ciados que pueden figurar como premisas en los razonamientos refuta- dores son los "enunciados básicos". Estos enunciados básicos tienen que ser enunciados existenciales singulares acerca de hechos obser· vables como, por ejemplo, "Hay una familia de caranchos verdes en el zoológico de Pehuajó". Popper sostiene que no es posible verificar ningún enunciado; to- dos son hipótesis o conjeturas, incluso los enunciados singulares que describen hechos observables, y nunca dejan de serlo. Como conse- cuencia de su carácter hipotético, todos los enunciados cientlficos de· ben ser contrastables; pero no todos pueden ser contrastados, ya que para contrastar un enunciado es necesario aceptar otros y las contrasta- ciones no pueden prolongarse ad inflnitum. Popper supera esta dificultad admitiendo que ciertos enunciados singulares, los enunciados básicos, se aceptan sin haber sido contrastados; "se aceptan -dice- como re- sultado de una decisión o acuerdo" entre los miembros de la comunidad cientlfica. En esto consiste el convencionalismo o,como también se lo llama, el "decisionismo" popperiano_ Hay que recalcar, sin embargo, que esto sólo vale para la aceptación de enunciadós básicos y de ningún mo- do se aplica -a diferencia de lo que ocurre en otros casos de conven· cionalismo epistemológico- a la aceptación de las hipótesis universa· les que constítuyen, al menos para Popper, la parte más significativa de la ciencia. Por otra parte, esos enunciados básicos se aceptan provi- sionalmente sin contrastación porque no se los considera problemáti· cos, pero pueden ser puestos a prueba si llega a parecer necesario. Para que una contrastación emplrica sea, como quiere Popper, un intento de refutación, hay que preferir las hipótesis más "audaces". Esto quiere decir lo siguiente: entre dos hipótesis rivales que en todo lo de- más tengan el mismo éxito, hay que preferir la que resulte más impro- bable a la luz del conocimiento básico -que es todo el conocimiento aceptado en el momento de que' se trate-. Hay que preferir la hipótesis más audaz porque, en caso de que sea falsa, ofrece más oportunidades de descubrir que lo es; es decir, se arriesga más, se expone más a la refu- tación, es más refutable. Popper ha insistido mucho en que la refutabilldad de una teoría es un mérito; más alln, la ha propuesto como criterio para trazar una línea de demarcación entre la ciencia emplrica y todo lo que no es ciencia em· pírica; de acuerdo con este criterio de demarcación, una teorla irrefu- t~ble no puede pertenecer a la ciencia emplrica. Así, la irrefutabilidad, contra lo que podrla parecer a primera vista, no es una virtud sino un de- fecto inadmisible. Esto último no es sólo una tesis de Popper; se admite en general que, para tener contenido emplrico, una teoría tiene que ser refutable, es decir, tiene que haber algún hecho o situación posible tal que, si realmente se produjera, la refutarla. El hipotético-deductlvismo es la tesis de que el método de la ciencia emplrica es el hipotético-deductivo, o sea, es la tesis de que la ciencia empírica, en la aceptación de hipótesis y teorias, no sigue la vla señalada por el verificacionismo, es decir, no induce leyes a partir de enunciados observacionales verificados, sino que formula hipótesis y de ellas dedu- ce consecuencias observacionales. Se trata, entonces, de una concep- ción que incluye al refutacionismo como una de sus variantes pero tam- bién al confirmacionismo. A continuación representamos estas rela- ciones en un cuadro, agregando el consensualismo, corriente metodoló- gica a la que nos referiremos en el Módulo 3. { verificacionismo inductivismo confirmacionismo Metodologfas de la refutacionismo.. ,......... . ciencia emplrica consensualismo Actividades hipotético- deductivismo 24)-Lea detenidamente los argumentos que apoyan al falsacionismo, según los expone CJ-W..MERS en el capítulo 4 de su libro ¿Qué es esa cosa llamada ciencia?,caracterice el argumento fundamental y relaci6nelo con el esquema lógico de la refutación explicado en este módulo. 25)-Analice la noción de falsable y dé ejemplos de enunciados falsables que puedan ser verdaderos. 26)-Determine cuáles de las siguientes afirmaciones son verdaderas. Justifique: 1. Si un enunciado es falso, entonces es falsable. 2. Si un enunciado es falsable, entonces es verdadero o falso. 3. Si un enunciado es verdadero, entonces es falsable. 4. Si un enunciado es falsable, entonces es verdadero 5. Un enunciado falsable, no es ni verdadero ni falso. 27)-Sintetice las razones que da CHALMERS en el capítulo citado para afirmar que la teoría de Newton es 'más· falsable que la teorla de Kepler. 28)-Explique por qué la teoría de Pasteur sobre la existencia de microorganismos y la teoría de la descomposición de la luz blanca, ambas explicadas en este módulo, son ejemplos de teorlas falsables, aun cuando hayan sido confirmadas. 37
  • 20. 29}-Explique por qué el confirmacionismo y el reMacioni~o o falsacionismo comparten el método hipotético-deductIVo. 30)-¿Qué relación hay entre las hipótesis ad hoc y la falsación o refutación de una teoria? Responda sobre la base de lo que afirma CHALMERS en el capítulo 5 respecto del descubrimiento del planeta Urano. Las teorias cientificas como sistemas hipotético- deductivos A fin de explicar mejor lo que entendemos por "teoría científica", reiteraremos nociones ya presentadas en párrafos anteriores y las in- tegraremos de una manera algo especial, redefiniendo incluso algunas de ellas. En su articulo "Estructura y validez de las teorías científicas", Gre- gorio Klimovsky define "base emplrica" como el conjunto de las entida- des cuyo conocimiento se considera directo en la disciplina de que se trate. En este sentido, la base empírica de una leorla es el conjunto de las entidades directamente observables a las que se refiere dicha teoría (en 3.3.1. explicamos, siguiendo a Carnap, lo que puede entenderse por "directamente observable"). En otro sentido, asociado con el anterior, la base empírica de una teorla es el conjunto de sus enunciados observa- cionales. Para Popper, en cambio, la base emplrica de una teoría no per- tenece a la teoría, ya que es el conjunto de los enunciados básicos capa- ces de contradecirla -el conjunto de los refutadores potenciales de la teoría-o Pero, en cualquiera de los sentidos mencionados y tanto para el in- ductivismo como para el refutacionismo, la base. emplrica cumple siempre la función de hacer posible el control de las hipótesis cientlfi- cas; sirve, como suele decirse, de "piedra de toque" para ponerlas a prueba, para contrastarlas y, según los resultados de la confrontación, aceptarlas o rechazarlas. Es pOSible establecer una escala de niveles entre los enunciados que integran una teorla cientrfica según la "distancia" que guarden res- pecto de la base emplrica. Asl, los enunciados observacionales pueden ser considerados de nivel 1. Al nivel 2 corresponderlan las generaliza- ciones empíricas, del tipo de "Todos los metales se dilatan con el calor". En el nivel 3 se ubicarlan los enunciados teóricos, que, como ya se ha dicho, pueden ser de dos clases: puros y mixtos; estos últimos suelen llamarse reglas de correspondencia y cumplen la función de conectar los enunciados teóricos puros con la base emplrica. Una teoría cientlfica puede ser definida como un sistema hipotético-deductivo que contiene hipótesis de algunos de los niveles mencionados; es decir, puede ser definida como un conjunto T de enun- ciados tal que: 1) T contiene enunciados de nivel 1 (observacionales); 2) T contiene también algunas hipótesis de nivel 2 (ya que no se llama teoría a un conjunto de enunciados observacionales); 3) T puede contener o no hipótesis teóricas, y 4) en T existen relaciones de deducibilidad desde las hipótesis de nivel superior hacia las de nivel inferior. Si T carece de hipótesis teóricas, diremos que es una teorla emplrica,mientras que si las inCluye. como lo hace la teorla de la relatividad, la teorla cuántica, 38 etc., tendremos que decir que es una teorla teórica, que deberá contener también reglas de correspondencia que vinculen su parte teórica con la base empirica. La mayorla de las teorlas cientlficas actuales son de este último tipo. Actividades 31)-Cuando en el Móduio 1 expncamos el carácter sistemático de la ciencia prese1tamos un ejemplo que tenia enunciados generales de tres niveles distintos. Analice nuevamente tal ejemplo y a) clasifique dichos enunciados en niveles según su Mdistancia- de la base empirica; b) determine si ellos son enunciaods teóricos o mixtos; c) determine la relación de deducibU'dad entre ellos; d) relacione el carácter sistemático de .Ia ciencia ya explicado con la versión hipotétíco-deductiva de la ciencia. 39