Tema 6. Los Reyes Católicos. La construcción del estado moderno.
Epígrafes tema 2 la prehistoria y la edad antigua
1. 2. LA PREHISTORIA Y LA EDAD ANTIGUA
Epígrafe 2.1: Proceso de hominización en la Península Ibérica: nuevos
hallazgos.
La hominización1 tuvo lugar durante el paleolítico y se inició en África.
El primer homínido que habilitó la Península Ibérica fue el Homo Antecessor. Tiene
800.000 años de antigüedad y una capacidad craneal de más de 1.000 cc. En 2007 se
encontraron en el yacimiento de la Sima del Elefante (Atapuerca, Burgos) restos de
una mandíbula humana de más de 1.200.000 de antigüedad, así como restos de una
industria lítica.
Paleolítico Inferior (1.000.000 a.C.): los homínidos de esta etapa, denominados
Homo Antecessor y Homo Erectus, formaban colonias de recolectores y cazadores
(depredadores nómadas), como lo demuestran los hallazgos de Atapuerca. Se han
encontrado igualmente abundantes instrumentos de piedra (lascas, y bifaces), restos
de mamíferos y restos de otros homínidos, más modernos como el Homo
Heildebergensis, de unos 250.000 años de antigüedad.
Paleolítico Medio (100.000-35.000 a.C.): la península Ibérica estaba habitada por el
Homo Neanderthalensis. Los restos más representativos se han encontrado en
Gibraltar y Banyoles. Su antigüedad es de unos 60.000 años. Era depredador y tenía
un desarrollo cerebral próximo al del hombre actual. El clima frío de la última
glaciación le obligó a refugiarse en cuevas. Sus técnicas de caza eran avanzadas. El
enterramiento de Motrín (Cantabria) permite creer en creencias espirituales.
Paleolítico superior (35.000-8.000 a.C.): Homo Sapiens u Hombre de Cromagnon,
antepasado directo del hombre actual. La abundancia de yacimientos hace suponer
un aumento de la población por el progreso en las técnicas de caza y la mejora en la
dieta. Su desarrollo cultural se manifiesta en la variedad y perfección de instrumentos
de piedra, en la aparición de útiles de hueso (azagayas, arpones) y en el progreso
artístico. Los yacimientos más representativos, con restos notables de arte rupestre se
encuentran en Cantabria (Cueva de Altamira), Asturias (Tito Bustillo) y Levante.
Epígrafe 2.2.: Los pueblos pre-romanos. Colonizaciones históricas: fenicios,
griegos y cartagineses.
Se denominan pueblos pre-romanos a los pobladores que vivían en la Península
Ibérica antes de la conquista romana.
Tartesios: procedentes del norte de África, se establecieron durante el siglo VII a.C. en
el oeste de Andalucía y sur de Portugal. Su principal fuente de riqueza era el comercio
de metales como el estaño, oro y plata.
Íberos (turdetanos, layetanos, edetanos): ocupaban el litoral mediterráneo y los valles
del Ebro y del Guadalquivir. Alcanzaron su máximo nivel cultural entre los siglos V y
III a.C. Poseían una lengua común y junto a una abundante cerámica, una rica
tradición artística (damas de Elche y de Baza). Los ajuares funerarios, repletos de
armas, demuestran la existencia de una élite aristocrática y militar.
Celtíberos y otros pueblos del área céltica (vacceos, galaicos, lusitanos): vivían en el
norte y en la meseta. De todos ellos, los más evolucionados eran los celtíberos.
Practicaban una economía agraria pobre, pero conocían la metalurgia del hierro. Se
agrupaban en confederaciones tribales y construían poblados fortificados como los
castos gallegos o ciudades como Numancia.
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Hominización: proceso de trasformaciones biológicas y culturales que posibilitó la evolución de la especie
humana desde sus primeros ancestros hasta el Homo Sapiens actual.
Fuentes: Historia de España, 2º de Bachillerato. Universidades de Madrid. Editorial Coloquio.
Historia de España, Editorales Almadraba y Akal
2. 2. LA PREHISTORIA Y LA EDAD ANTIGUA.
2
Fenicios: llegados durante el primer Milenio a.C., procedentes del Mediterráneo
oriental, se asentaron en la costa andaluza. Su actividad principal eral el comercio de
metales. Desde sus factorías en Gadir (Cádiz) y Málaca (Málaga) comerciaban con los
pueblos mineros del interior, especialmente con los tartesios. Difundieron el uso del
hierro, la conserva en salazón, el torno de alfarero y la escritura alfabética.
Griegos: se extendieron por las costas catalana y levantina. La influencia griega sobre
las tribus ibéricas se aprecia en el arte, en la lengua y en la industria (cultivo de la vid
y del olivo). la colonia más importante fue Ampurias, fundada hacia el año 600 a.C.,
ciudad que mantuvo su prosperidad comercial hasta la época romana.
Cartagineses: en el siglo III a.C. fundaron la ciudad de Cartago Nova (Cartagena),
enclave principal en la Península Ibérica. Su objetivo principal, al igual que los
fenicios y los griegos, era el comercio de metales, sobre todo el estaño. En su deseo de
controlar el interior de la península hubieron de enfrentarse al ejército romano, en
plena expansión, en las Guerras Púnicas (237 a 201 a.C.), en las que los cartagineses
fueron derrotados.
Epígrafe 3.3.: Conquista y romanización: la pervivencia del legado cultural
romano en la cultura hispánica.
La conquista de la Península Ibérica por los ejércitos de Roma se inició con la Segunda
Guerra Púnica (219-201) (conquista del este y sur peninsular) siguió la campaña de
Catón en 195 para reprimir las sublevaciones indígenas, la conquista de Numancia en
134 (centro y oeste) y finalizó con las guerras cántabro-astures dirigidas por Augusto y
que finalizaron en el año 19 a.C. (norte).
La romanización es el proceso de asimilación cultural de los modos de vida romanos
por parte de los pueblos indígenas. Los principales focos de romanización fueron las
ciudades; sus principales difusores los soldados y los comerciantes y sus hechos más
destacados:
La lengua latina: se impuso inicialmente en las ciudades y más tarde, en las
zonas rurales, donde se mezcló con las lenguas autóctonas. Aparece así el
denominado latín vulgar, del que derivan las lenguas romances (castellano,
francés, italiano…) En España nacieron filósofos y literatos como Séneca, Lucano
y Quintiliano, cuyo idioma era el latín.
El derecho romano: defendía los derechos de los individuos, especialmente el de
la propiedad.
La religión de Roma, incluido el culto al emperador. A pesar de ello, las
creencias autóctonas no desaparecieron. También llegaron a España religiones
como el cristianismo y otras del Mediterráneo oriental con el culto a Mitra o a Isis.
Las construcciones monumentales: templos como el de Diana en Mérida; foros
y teatros (Mérida y Sagunto); anfiteatros (Itálica y Tarragona); puentes (Alcántara,
sobre el río Tajo o el de Mérida sobre el Guadiana); pantanos (Proserpina, en
Mérida) y acueductos (Segovia y Mérida).
Las calzadas: red de caminos empedrados, construidos por el ejército, que
comunicaban las ciudades y por los que transitaban mercancías, viajeros y
tropas. Las principales rutas eran:
o
Vía Augusta: con ciudades como Tarragona, Cartagena, Sevilla y Cádiz.
o
Vía de la Plata: con ciudades como Astorga, Cáceres y Mérida entre otras.
3. 2. LA PREHISTORIA Y LA EDAD ANTIGUA.
3
Vía de la Plata
Epígrafe 3.4.: Las invasiones bárbaras. El reino visigodo: instituciones y cultura.
En el siglo V la Península Ibérica fue invadida por pueblos venidos del norte de
Europa (suevos, vándalos y alanos), que terminaron con la dominación romana. Los
suevos ocuparon Galicia, los vándalos Andalucía y los alanos Portugal y Cartago Nova.
El reino visigodo de Tolosa, situado al sur de la Galia, llegó a su fin en el año 507,
cuando los francos del rey Clodoveo derrotaron a los visigodos en la batalla de Vouillé.
Como consecuencia los visigodos se asentaron en España y crearon el reino visigodo
de Toledo, al que puso fin la invasión musulmana en el año 711.En un principio los
visigodos se mantuvieron por encima de la población hispano-romana, pero pronto se
llevó a cabo la unificación de ambos pueblos:
Unificación territorial: llevada a cabo por Leovigildo (rey 573-586) tras derrotar
a suevos y bizantinos.
Unificación religiosa: propiciada por Recaredo (rey 586-601) en el III Concilio de
Toledo (589) declarando el catolicismo religión oficial.
Unificación legislativa (654): llevada a cabo por Recesvinto (rey hasta 672) al
promulgar el Fuero Juzgo, único código para ambos pueblos.
La institución visigoda más importante fue la Asamblea de Hombres Libres, donde
residía el poder del reino, que se entregaba a un rey elegido por ellos. El rey gobernaba
con ayuda de un Officium Palatinum, compuesto de dos órganos:
Aula Regia o Consejo Real, órgano asesor del rey
Concilios de Toledo, asambleas legislativas que ratificaban las decisiones reales.
Formaban parte del Officium Palatinum:
Comes: encargados del tesoro real.
Duces: delegados del rey en las provincias.
Comites civitatis, jueces en las ciudades.
Gardingos, jefes militares.
Los visigodos adoptaron y continuaron la tradición latina, cristiana e imperial romana,
pero sobre una sociedad ruralizada2, ya que la vida en las ciudades desapareció. La
cultura se reducía al ámbito religioso. El escritor más destacado fue San Isidoro de
Sevilla, quien en su libro Etimologías, intentó mantener el legado cultural romano.
2
Sociedad ruralizada: aquélla cuya economía se basa fundamentalmente en las actividades agrarias.