Factores ecosistemas: interacciones, energia y dinamica
Tema 2. la prehistoria y la edad antigua.
1. TEMA 2. LA PREHISTORIA Y LA EDAD ANTIGUA
2.1. El proceso de hominización en la Península Ibérica: nuevos
hallazgos.
Se entiende por hominización el proceso evolutivo experimentado por el ser
humano consistente en la adquisición de rasgos como el bipedismo, la
encefalización, el lenguaje articulado o el alargamiento de la infancia. Ha
sido en la P.Ibérica, en el yacimiento de Atapuerca (Burgos) donde se han
encontrado los restos más antiguos del género Homo en Europa (800.000
años). Se trata de descendientes del Homo ergaster, el conocido como
Homo antecessor, con una capacidad craneal de unos 1000 cc y practicante
del canibalismo.
Descendiente europeo del Homo antecessor, el Homo heildebergensis es el
protagonista del yacimiento de la Sima de los Huesos, también en Atapuerca,
y de unos 300.000 años de antigüedad. Este homo evolucionará al Homo
neanderthalensis, del que tenemos yacimientos con prácticas funerarias. Los
Homo antecessor que permanecieron en África dieron lugar al Homo
rodhesiensis y este a su vez, dio lugar a nuestra especie, el Homo sapiens.
Siguiendo la teoría de la Eva Africana, una mutación del ADN mitocondrial
señala su aparición en África oriental hace unos 200.000 años. Su llegada a
Europa hace unos 50.000 años supuso la competencia de este con el Homo
neanderthalensis. Este desapareció definitivamente hace unos 30.000 años,
siendo la P. Ibérica su último refugio (yacimiento de Gorham´s Cave en
Gibraltar), siendo muy discutida la posibilidad de la presencia de genes
neandertales en los actuales europeos.
2.2. Pueblos prerromanos. Colonizaciones históricas: fenicios,
griegos y cartagineses.
2. TEMA 2. LA PREHISTORIA Y LA EDAD ANTIGUA
En la primera mitad del primer milenio a.c, la Península Ibérica entra en
la protohistoria y sobre ella confluyen las oleadas de pueblos
indoeuropeos, las colonizaciones fenicia, griega y cartaginesa y la aparición
de Tartessos, del que las fuentes griegas insisten en su antigüedad y
riqueza. Nombrado a veces como reino y otras como región (Geografía de
Estrabón), los límites de Tartessos según Polibio iban de Huelva a
Cartagena. En el otro extremo de la Península Ibérica, pueblos
indoeuropeos entran por los Pirineos hacia el final del II milenio
asentándose en el nordeste.
Hacia el año 750 a.c otra nueva oleada indoeuropea, ya específicamente
celta en la Península Ibérica, introducirá la metalurgia del hierro y se
asentará en el norte y la Meseta, pero con una organización política,
económica y social menos desarrollada que en la zona mediterránea.
Al mismo tiempo a la costa mediterránea llegan los pueblos
colonizadores: fenicios (estableciendo enclaves en el sur como Gadir -
800 a.c-, Malaka, Sexi o Abdera) y griegos (que fundaron en el norte
colonias como Rhode y Emporion y posiblemente Hemeroskopeion o
Mainake) con intenciones comerciales. Los cartagineses, en cambio,
tuvieron una política de ocupación militar del territorio (Cartago Nova).
De esta manera en vísperas de la conquista romana, en el siglo III a.c, y
siguiendo la Geografía de Estrabón, Iberia queda dividida en dos áreas:
el área ibérica (sur y levante) más avanzado social y políticamente
(moneda, fuerte diferenciación social, organización estatal) y un área
celta,en la que podemos incluir también a los celtíberos y a pueblos no
indoeuropeos como los vascones, más aislada y con estructuras sociales y
3. TEMA 2. LA PREHISTORIA Y LA EDAD ANTIGUA
políticas más primitivas (comercio escaso, pillaje, estructuras sociales
basadas en el parentesco -clanes- y organización política preestatal).
2.3.Conquista y romanización: la pervivencia del legado cultural
romano en la cultura hispánica.
Los antecedentes de la conquista de Roma de la Península hay que
buscarlos en la llegada de los cartagineses para afrontar sus pérdidas tras
la Primera guerra púnica con la fundación de Akra Leuke y de
Cartago Nova. El ataque de Aníbal a Sagunto, aliada de Roma, fue el
pretexto de Roma para iniciar la Segunda guerra Púnica (218-201 a.c). La
llegada a Hispania de los romanos en el contexto de la guerra fue el inicio de
una larga conquista primero, y una larga asimilación al mundo romano
después. Esta conquista fue un proceso de doscientos años que se puede
dividir en varios períodos: La segunda guerra púnica y la ocupación
del área ibérica (218-197 a.c); las guerras celtibero-lusitanas (154-
133 a.c) con los episodios de resistencia de Viriato y la ciudad celtíbera de
Numancia que supusieron la incorporación del centro y oeste peninsular y
las guerras cántabro-astures, dirigidas por el emperador Augusto que
terminaron la conquista romana de Hispania.
La asimilación al mundo romano, la romanización, fue un proceso de
resultados desiguales pudiendo distinguirse tres áreas: la primera, el sur y
levante, plenamente integrada en la civilización romana; el centro y el oeste,
4. TEMA 2. LA PREHISTORIA Y LA EDAD ANTIGUA
y el norte, sin núcleos urbanos y muy débilmente romanizada. En este
proceso de romanización fueron fundamentales la extensión de la vida
urbana, el ejército (Legio VII Gemina) y la fundación de colonias
romanas (Emerita Augusta) y la concesión del derecho de ciudadanía
romana progresiva a los indígenas para atraerse su colaboración.
En cuanto a la administración territorial romana, esta fue variando: en época
republicana, Roma dividió Hispania en dos provincias: la Ulterior y la
Citerior. Durante el Alto Imperio (siglos I-III), Hispania constaba de tres
provincias: Tarraconense, Lusitania (imperiales) y Bética (senatorial).
Con el Bajo Imperio (IV-V) y la crisis del Imperio, la diócesis de
Hispania, integrada en la prefectura de las Galias, quedó dividida en seis
provincias: Bética, Lusitania, Cartaginense, Gallaecia, Tarraconense
y Baleárica. La relación económica de Roma era de tipo colonial, en la que
Hispania exportaba materias primas (trigo, vino, aceite y productos
mineros) e importaba manufacturas.
Sobre el legado cultural romano tenemos que destacar la existencia de
figuras como Séneca, Columela, Quintiliano o Marcial y la construcción de
obras públicas como el teatro de Mérida, anfiteatros como los de Tarragona,
Mérida e Itálica, puentes como el de Alcántara y acueductos como los de
5. TEMA 2. LA PREHISTORIA Y LA EDAD ANTIGUA
Segovia, Mérida y Tarragona. Sin olvidar un hecho de notable importancia
para el futuro: la difusión del cristianismo.
2.4. Las invasiones bárbaras. El reino visigodo: instituciones y
cultura.
En el año 409, tres pueblos germánicos, suevos, vándalos y alanos irrumpen
en la Península. Para contenerlos, Roma ofrece en un pacto (foedus) a un
pueblo germano muy romanizado, los visigodos: tierras para asentarse a los
visigodos a cambio de la expulsión de los invasores. Los suevos quedaron
arrinconados en el noroeste, los vándalos se dirigieron al norte de África y en
cuanto a los alanos simplemente se pierde su rastro. Tras el fin del
Imperio romano de Occidente (476), los visigodos organizan un estado
a caballo entre Hispania y la Galia con capital en Toulouse, hasta que son
derrotados por los francos en Vouillé (507) y se asientan definitivamente en
Hispania, formando un reino con capital en Toledo.
En cuanto a las instituciones del reino visigodo, este era una monarquía
electiva con dos instituciones principales: el Aula Regia, una asamblea
consultiva constituida por magnates que asesoraban al rey y el
OfficiumPalatinum, formado por los magnates más cercanos al monarca.
Los visigodos mantuvieron la división provincial del Bajo Imperio, poniendo
a la cabeza de cada una a un gobernador o duque, lo que si cambiaron fue la
introducción de circunscripciones más pequeñas, los territorios, bajo la
autoridad de un conde o de un juez.
Culturalmente, los visigodos, unos 200.000 frente a 4 millones de
hispanorromanos, son arrianos. Ante el fracaso de atraer al arrianismo a los
6. TEMA 2. LA PREHISTORIA Y LA EDAD ANTIGUA
católicos, Recaredo se convierte al catolicismo en el Tercer Concilio de
Toledo (589). La unión de los dos pueblos se completó con la unificación
jurídica de Recesvinto (654) con el LiberIudiciorum o Fuero Juzgo.
Los visigodos fueron ampliando su poder en la península progresivamente,
anexionándose el reino suevo, aislando y sometiendo a los vascones y
expulsando a los bizantinos. A pesar de estos éxitos, la monarquía visigoda
era débil: debilitada por la Iglesia y la nobleza y por las rivalidades por la
sucesión al trono. Precisamente, fue una de estas disputas lo que provocó la
llegada de los musulmanes en el 711.