1. UNIVERSIDAD DISTRITAL FRANCISCO JOSÉ DE CALDAS
FACULTAD DE CIENCIAS Y EDUCACIÓN
LICENCIATURA EN PEDAGOGÍA INFANTIL
CUARTO SEMESTRE
JUEGO, TECNOLOGÍA Y CONOCIMIENTO INFANTIL
EL ROL DEL DOCENTE EN LOS TIEMPOS DE CAPITALISMO COGNITIVO.
Los procesos de despedagogización (1) de la educación en Colombina han ido
causando una serie de eventos y nuevas concepciones en cuanto a la
percepción que se tiene de educación, el rol del docente, la importancia del
mismo y su función en el aula. En estos tiempos de capitalismo cognitivo y
sociedad tecnológica, se confunde calidad educativa con instrumentalización
tecnológica en las aulas; remitiendo así la función del docente a un mero
instructor del funcionamiento de dichas tecnologías. Estas nuevas funciones
delegadas a la profesión docente han ido trasformando su significación en ámbito
educativo. La labor del este, su formación pedagógica y disciplinar se reduce en
la instrumentación, y su saber y trabajo se encuentra a disposición de la
innovación tecnológica del aula.
Nos encontramos en los tiempos de sociedad del conocimiento, sociedad de la
información, nuevas realidades virtuales y nuevas formas de acceder a la
información, y las clases dominantes buscan establecer sus nuevas formas de
control en estos ámbitos. Como bien es sabido, estas se adaptan y aprovechan
la volatilidad de los cambios de la sociedad en todos sus campos: político,
económico, cultural, educativo, etc. (o producen tal cambio) y renuevan su
accionar, transformando las necesidades y las formas de producción de la
sociedad para constituir su capital. Allí es donde encontramos el capitalismo
cognitivo. El capital se concentra en el conocimiento y el desarrollo tecnológico
y científico, siendo estas las bases del progreso de la humanidad.
La información se encuentra a disposición de cualquier persona, el conocimiento
se ha democratizado, quien tenga acceso a un computador y a la Internet puede
introducirse en un mundo virtual de información de todo tipo. Entonces ¿Cuál
puede ser la función del docente en estos tiempos de libre acceso a la
información? ¿En tiempos de nuevas herramientas tecnológicas? ¿En tiempos
de llegar al conocimiento sin algún tipo de instrucción? Y en estos tiempos de
capitalismo cognitivo ¿Cuál es papel del docente en la sociedad? ¿Cuál es el
uso que el docente le provee a estas nuevas tecnologías y formas de
conocimiento?
En respuesta a algunas de estas preguntas, se puede decir que la figura de
maestro actualmente es pensada desde el punto de vista operativo. El docente
es quien instruye sobre la utilización del artefacto tecnológico. Es un operador
de la enseñanza, visualizado simplemente como alguien que sigue las
instrucciones de uso de las herramientas tecnológicas que tiene a disposición.
Pero no es quien las aprovecha desde el punto de vista disciplinar y pedagógico

2. para construir conocimiento en la escuela. Es por este motivo que el rol del
docente tanto en el contexto educativo como en el social, cultural, profesional,
económico, etc. Se va desdibujando cada vez más, siendo menospreciada la
relevancia de su labor en la sociedad.
Sin embargo, también puede visualizarse que la labor docente es cada vez
menos reflexiva y critica en cuanto a las innovaciones tecnológicas. Se puede
dar prueba fehaciente de que las tecnologías que se encuentran en la escuela y
que están a disposición del docente, se utilizan con un fin puramente utilitario e
instrumental, y no como una herramienta pionera en la construcción del
conocimiento, usada con fines pedagógicos que contribuyan a una apropiación
del conocimiento y hacer de la educación un instrumento de cambio social. En
pocas palabras, el docente se encuentra carente de visión crítica, responsable,
innovadora y pedagógica en cuanto a las posibilidades que le ofrecen las nuevas
tecnologías.
Estas falencias en la práctica docente han causado la desvalorización de su
trabajo. El docente ya no innova, no experimentar, no busca formas de
enseñanza que se adecuen a los retos del siglo XXI, ya no posee una fuerte
formación pedagógica. Este debe hacerse cargo de un número cada vez mayor
de alumnos, explica los contenidos pero no existe una apropiación de la
información, no se construye saber, solo se reproduce. El papel del docente, que
en un inicio se consideraba central para la constitución de ciudadanos y
ciudadanas más capaces, comprometidos y responsables con el futuro del país,
se desplaza progresivamente a una subvaloración de su función interponiéndola
ante la supremacía de la tecnología, la sociedad del conocimiento y la falta de
inversión en calidad educativa.
Desvalorizándose su trascendencia en el campo educativo y la paulatina
despedagogizacion que sufre la educación colombiana, el trabajo docente es
remunerado pobremente, sus procesos y espacios de formación son reducidos,
sobre todo la formación pedagógica; la cual, ya no es completamente necesaria
para que un profesional pueda aspirar a un cargo como docente. Y es aquí en
donde se hayan los artificios de la burocracia, de aquellos que se encuentran en
el poder y buscan declinar la educación: detener la producción de libre
pensamiento
para formar generaciones acríticas, poco analíticas e
irresponsables con el progreso de su nación e independización; buscando que
estas puedan ser dominadas y encaminadas a las vías del consumismo y control
mental, reproduciendo e interiorizando relaciones de poder y arbitrariedades.
De esta forma, se hace necesario suprimir la figura del docente como aquel
capaz de encaminar las nuevas generaciones en vías del progreso, de la
innovación, de la creación, del pensamiento crítico y ser reducida a la
instrumentación, a la reproducción de saberes y artefactos no producidos por
nosotros. Suprimir la importancia que el docente tiene para la sociedad y de las
oportunidades con las que este cuenta para elaborar un trabajo en pro de la
sociedad colombiana y latinoamericana.
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3. Nota
1
Se considera despedagogización a los cambios en cuanto a leyes y reformas educativas que
se han venido implementando a lo largo del tiempo y que han causado una paulatina disminución
de las exigencias pedagógicas a unos mínimos necesarios, aproximándolo más a prácticas de
corte didáctico o prácticas técnicas de las que cualquier profesional (certificado pertinentemente)
puede apropiarse en un tiempo mínimo y ser nombrado como un “maestro” en toda la cabalidad
de su oficio. Estos cambios han reformulado procesos, proyectos y leyes, de las cuales, podemos
traer a colación las siguientes:
a. Las leyes de la descentralización.
b. Las nuevas leyes de educación (122 en el mundo, 25 en América Latina). Ley 715 del 94 en
Colombia.
c. La contrarreforma educativa. Ley 715 en nuestra realidad.