5. Introducción
El entorno natural de los habitantes prehispánicos
de Coahuila
Antecedentes arqueológicos en Coahuila
Los antiguos habitantes del desierto de Coahuila
La arqueoastronomía
Metodología
Los sitios arqueológicos
Análisis de las pictografías
Conclusiones
Bibliografía
7
11
15
25
31
37
43
89
125
131
7. 7
Introducción
Desde los primeros tiempos, el hombre ha fijado su vista en
el firmamento. Muy probablemente en distintos niveles evolu-
tivos en la familia de los homínidos y seguramente en especies
como el hommo neanderthalis, el cro-magnon y el hommo sapiens
temprano, los fenómenos astronómicos impactaron de diversas
formas y niveles la vida de estos seres. Es difícil imaginar que
fenómenos tan cotidianos como la salida y puesta del sol, las
fases de la luna, el movimiento regular diario de las estrellas, y
las estrellas fugaces o meteoritos, además de otros no tan coti-
dianos, como eclipses y cometas, no fueran observados y gene-
raran algún tipo de sentimiento, emoción o reflexión en estos
individuos. Ellos no dejaron monumentales expresiones dedi-
cadas a la astronomía como en sociedades antiguas, los egip-
cios, los mayas o los incas, por ejemplo, pero de que observaron
el firmamento y algo generó en ellos, no hay duda.
En las sociedades antiguas del mundo, los ejemplos de la
observación, estudio y previsión de fenómenos astronómicos
simples y complejos existen y están representados en una di-
versidad de formas, que van desde construcciones dedicadas
específicamente para la observación de un fenómeno particular,
como en los templos mayas, hasta la representación de conste-
laciones en la tierra a través de pirámides, como es el caso de
las pirámides de Giza y la constelación de Orión, pasando por
8. 8
un sinfín de representaciones, como manifestaciones gráfico
rupestres, marcadores, estelas, cerámicos e incluso códices.
En América, las sociedades prehispánicas que se desarro-
llaron a lo largo del continente cuentan también con una gran
cantidad de vestigios arqueológicos que muestran, de forma
evidente, que los fenómenos astronómicos estaban íntima-
mente relacionados con la cosmogonía de estos pueblos. Así
podemos hablar de las líneas de Nazca, la cámara de observa-
ción solar de Xochicalco, Chaco Canyon en Nuevo México,
que está dedicado a la observación del tránsito solar, además
de tener representaciones gráfico rupestres de una supernova,
así como de un gran número de edificios y construcciones en el
continente orientados de acuerdo con algún fenómeno astro-
nómico. Estos ejemplos son solamente una parte mínima de la
gran cantidad y variedad de vestigios arqueológicos relaciona-
dos con fenómenos astronómicos.
Los grupos de cazadores-recolectores y pescadores del
norte de México también observaron el cielo y los eventos en
el firmamento, impactando en su forma de concebir el mundo.
Evidencia de ello son las representaciones gráficas que remiten
a estos fenómenos y a los astros en los diversos lugares y espa-
cios que ocuparon en épocas pasadas.
En general, la investigación arqueológica en el norte de
México, particularmente en la región desértica de Coahuila, ha
sido escasa si se compara con la gran cantidad de estudios y la
variedad de temas y aspectos que han sido investigados en las
sociedades prehispánicas del centro, sur y sureste de México.
Como consecuencia, el estudio del impacto de los astros en los
grupos que habitaron el desierto, es mínimo.
9. 9
El objetivo principal de esta investigación es el estudio de
los motivos astronómicos,sus posibles interpretaciones y su in-
serción en la cosmovisión de los grupos que las produjeron.
Confiamos en que esta investigación ayude a comprender me-
jor a las sociedades de cazadores-recolectores y pescadores de
Coahuila y del norte de México.
Los años de trabajo en el Centro INAH Coahuila nos han
permitido al acercamiento y el registro de primera mano de los
sitios donde se encuentran los diversos vestigios arqueológi-
cos que pudieran representar astros. La experiencia de poder
apreciar de forma sin igual los contextos arqueológicos junto
a su impresionante entorno natural, además, por supuesto, del
interés y admiración personal que desde pequeño generaron en
mí el firmamento y sus ocupantes, han inspirado este trabajo.
La información ha sido recabada a lo largo de varias tem-
poradas en campo.Las inspecciones personales de los sitios y el
levantamiento sistemático de la información fueron realizadas
a través de los años, , lo que ha sido fundamental para finalizar
esta investigación.
11. 11
El entorno natural de los habitantes
prehispánicos de Coahuila
El estado de Coahuila de Zaragoza ocupa la parte central de
la franja de entidades continentales que hacen frontera al nor-
te del país con Estados Unidos de América. Es la tercera en
extensión de las entidades del territorio nacional por su su-
perficie de 151, 578.37 km2, o sea, 7.8% del total nacional. Se
localiza entre los 24°32’13” y los 29°52’47” de latitud norte; y
entre los 99°50’30” y los 103°57’03” de longitud oeste. Limita
con Estados Unidos, Texas en particular, por el norte a través
del río Bravo; por el oriente, con Nuevo León; por el sur, con
Zacatecas, y en un vértice, al sureste de la entidad, con San
Luís Potosí; por el suroeste, con Durango; por el poniente, con
Chihuahua.
Coahuila es una entidad con terrenos fundamentalmente
áridos. Los climas secos predominan sobre la mayor parte de
su superficie. Son un factor determinante de muchas caracte-
rísticas del medio físico y, consecuentemente, de la geografía
humana, tanto actual como prehispánica.
El estado de Coahuila está situado, en su mayor parte, en
el oriente de una gran área climática denominada Desierto
de Chihuahua o Desierto del Norte de México. Esta región
se extiende desde las Sierras Transversales de la Sierra Madre
Oriental por todo el centro y oeste de Coahuila, y el oriente
12. 12
chihuahuense, hasta los estados de Texas y Nuevo México, en
Estados Unidos.
Mapa: Localización de Coahuila
Las plantas de Coahuila
En el estado de Coahuila, el Matorral Desértico Chihuahuen-
se es el tipo de vegetación más abundante y está integrado por
las comunidades de matorral pequeño, cactáceas y algunos ár-
boles como el huizache y el mezquite.
De la vegetación anteriormente mencionada, las más utili-
zadas por los habitantes del desierto fueron la lechuguilla (Agave
lechuguilla),el mezquite (Prosopis pallida) y el peyote (Lophopho-
ra williamsii), este último tenía una alta connotación ritual.
13. 13
Los animales del desierto
La relación entre la fauna del desierto y los antiguos habitantes
es de fundamental importancia. Las sociedades que habitaron
estas regiones dependían de los ciclos de la naturaleza, entre
ellos,el de los animales,haciendo que estos tuvieran un espacio
privilegiado en la cosmovisión y simbolismo de dichas socieda-
des, siendo, sin duda, el venado (Odocoileus hemionus crooki) y la
serpiente de cascabel (Crotalus atrox) los más representativos.
Pocos mamíferos son considerados como característicos
de esta región, entre los cuales se encuentra el puma (Puma
concolor), el venado bura (Odocoileus hemionus crooki), el coyote
(Canis latranis), la rata canguro (Dipodomys merriami) y el co-
nejo cola de algodón del desierto (Sylvilagus auduboni); entre
las aves, encontramos el característico correcaminos (Geococcyx
californianus), el halcón cola roja (Cernícalo americano), el teco-
lote o búho (Athene cunicularia) y el gorrión gorjinegro (Am-
phispiza bilineata).
La herpetofauna del desierto chihuahuense es más visible.
Se pueden encontrar la culebra cabeza negra texana (Tantilla
atriceps) y las culebras chirrioneras (Masticophis taeniatus y M.
flagellum lineatus), la cascabel de Mohave (Crotalus scutulatus),
junto con la de diamantes (Crotalus atrox),son las serpientes de
cascabel más comunes en la zona y ambas extienden su distri-
bución mucho más allá del desierto chihuahuense.
La geología de Coahuila
El territorio coahuilense se constituye en su mayor extensión
de rocas sedimentarias, marinas y continentales con edades
14. 14
que datan del Paleozoico hasta el Cuaternario. Las más típi-
cas son las calizas del Mesozoico. Precisamente, en estos con-
textos geológicos es donde podemos encontrar la roca que fue
mayormente utilizada por los antiguos habitantes del desierto
para la manufactura de artefactos: el sílex, también conocido
como pedernal.
Mapa: Rangos altitudinales de Coahuila.
15. 15
Antecedentes arqueológicos en Coahuila
El interés por los sitios arqueológicos y sus materiales exis-
tentes en el norteño estado de Coahuila, es añejo. No se sabe a
ciencia cierta cuándo o quiénes fueron los primeros en visitar
y saquear las cuevas del desierto en busca de vestigios arqueo-
lógicos.
A finales del siglo XIX, el botánico inglés Edward Pal-
mer es propiamente el pionero en hacer investigaciones de tipo
arqueológicas en la región de forma más o menos seria, por
encargo especial del Peabody Museum, que buscaba material
arqueológico americano para sus galerías. En 1880, Palmer ex-
ploró por primera vez el desierto coahuilense, particularmen-
te el área de La Laguna, aunque también recorrió la zona de
Monclova. Se dedicó principalmente a las cuevas con restos
óseos humanos o “cuevas mortuorias”, obteniendo una gran
cantidad de restos óseos y varios bultos mortuorios completos.
Sus trabajos fueron prácticamente en cuatro cuevas: la cueva
de San Lorenzo, la cueva de Coyote, la cueva de Acatita y la
cueva de Monclova (González Arratia, 2006). A pesar de ser
los primeros relatos de vestigios arqueológicos en el estado de
Coahuila, Palmer encontró saqueados muchos de los sitios que
visitó. Durante la primera mitad del siglo XX, los materiales
que extrajo fueron estudiados por un novel arqueólogo en ese
momento: Walter W.Taylor.
16. 16
En 1939,casi 60 años después,cuando Alfonso Caso tomó
la dirección del recién creado Instituto Nacional de Antropo-
logía e Historia, uno de sus principales objetivos fue realizar
un Atlas Arqueológico Nacional. El estado de Coahuila formó
parte del proyecto y se incluyeron 11 sitios, algunos de ellos
habían sido trabajados por un investigador estadounidense.“La
fuente de información para la mayoría de estos sitios proviene
del informe de 1936 del arqueólogo J. Alden Mason, enviado a
la Dirección de Monumentos Prehispánicos” (González Arra-
tia, 1999:37).
En aquellos años, el único proyecto que se desarrolló, y que
fue planteado como tal, con las características de la arqueolo-
gía científica por primera vez en el estado, fue “The Coahuila
Project”, dirigido por Walter W. Taylor. Se desarrolló durante
10 años en forma interrumpida o por temporadas. En los años
40 del siglo pasado,Taylor realizó recorridos de superficie y ex-
cavaciones en abrigos rocosos y cuevas donde obtuvo una im-
portante cantidad de material arqueológico. En su momento,
Taylor fue el hombre que más conocía acerca de la arqueología
de Coahuila, particularmente en el área de Cuatro Ciénegas.
En sus investigaciones llegó a resultados interesantes: unos
de ellos fue el fechamiento de carbono 14 que obtuvo en una
cueva habitacional donde existía, según Taylor, una secuencia
estratigráfica que va desde los 10,000 a los 1,500 años antes de
Cristo. Entre sus aportes importantes al estudio arqueológico
de la región, destacan el planteamiento de tres grandes com-
plejos: el complejo Ciénegas, que es el más antiguo: va desde el
10,000 hasta el 8,500 antes de Cristo; el complejo Coahuila,de
los 9,500 a los 500 antes de Cristo y el Complejo Mayrán-Jora
17. 17
del 500 antes de Cristo hasta la llegada de los españoles. Ade-
más, propone dos formas de subsistencia a lo largo de estos
complejos, sumando también la hipótesis de que el desarrollo
de los grupos de cazadores recolectores fue preferentemente
alrededor de los manantiales que proveían el agua.“[…] Taylor
propone, de hecho, dos modos de subsistencia en esta misma
área: el más antiguo, apoyado principalmente en la cacería y el
más reciente basado principalmente en la recolección”(Gonzá-
lez Arratia, 1999: 77). Varias de las investigaciones de Taylor
se publicaron años más tarde en el Handbook of Middle Ame-
rican Indians. Aunque, en realidad, la producción bibliográfica
de Taylor no fue tan productiva como se esperaba y ha sido a
través de otros investigadores que muchos de sus datos inéditos
han conocido la luz.
El proyecto de la Cueva de la Candelaria marcó un partea-
guas en la investigación arqueológica en el estado, ya que fue
el primero que realizó el INAH en la región, y prácticamente
el impulsor del interés en la arqueología de Coahuila. El pro-
yecto obtuvo importantes resultados respecto a la recuperación
de material y a la publicación de sus investigaciones. En este
estudio se incluyó el trabajo en dos sitios más: la Poza Salada y
la Cueva de la Paila. Estos trabajos fueron dirigidos, en princi-
pio, por Pablo Martínez del Río y después quedaron a cargo de
Luis Aveleyra Arroyo de Anda, de los cuales se desprenden las
siguientes conclusiones:
• Que los antiguos habitantes subsistían principalmente
de la caza.
• Propone el patrón cultural candelaria al que le da una
antigüedad de alrededor de los 1,200 años después
18. 18
de Cristo, gracias al fechamiento de un fragmento de
hueso y un pedazo de textil.
• A través del análisis del material lítico, propone la in-
dustria de la candelaria.
• Interpreta las cuevas con restos mortuorios como una
acumulación de cadáveres a través de los siglos.
• Otro de los logros atribuibles al proyecto, es la publi-
cación de los libros La Cueva de la Candelaria por Luis
Aveleyra y Los textiles de la Cueva de la Candelaria por
Irmgard L. Johnson y otros más.
En 1958, debido a la construcción de una presa en la desem-
bocadura del río Diablo, ubicada en el fronterizo río Bravo,
se planeó un rescate arqueológico en los territorios de Méxi-
co y Estados Unidos, ya que una importante superficie sería
inundada con la construcción de la presa. Por el lado mexica-
no fueron encargados para este proyecto Walter W. Taylor y
Francisco González Rul,este último realizó la mayoría de estos
trabajos y los publicó en el libro Reconocimiento arqueológico en
la parte mexicana de la Presa de la Amistad. Entre los alcances de
este proyecto,se resaltó que “ Se reconocieron 68 sitios,los cua-
les se dividen en: abrigos grandes,cuatro; abrigos medianos,12;
abrigos pequeños, 11; abrigos no clasificados, 14; mezcaleros,
16; y abrigos desechados tanto por su pequeño tamaño como
por no tener estrato fértil ni huella de ocupación humana, 11”
(González Rul, 1990:133).
Durante la década de los 60, las investigaciones arqueo-
lógicas fueron hechas mayormente por investigadores esta-
dounidenses que se interesaron en estudiar el sur de Texas y
19. 19
Coahuila,entre los que destacan el “The Northeast México Ar-
chaeological Project”y el “The Gateway Project”, dirigidos por
Jeremiah F. Epstein y Richard E. W. Adams respectivamente.
En 1976,con la creación del Centro Regional Centro-Nor-
te y el Museo Regional de la Laguna, y teniendo la dirección
del maestro Luís Aveleyra, se realizaron trabajos de campo y se
registraron muchos sitios con pintura rupestre y petrograba-
dos.“Durante su gestión en el Centro Regional inicia Aveleyra
un proyecto de recopilación sistemática de datos y fotografías
de 56 sitios arqueológicos con pictografías y petroglifos, de los
cual queda constancia en las hojas de registro enviadas al Con-
sejo de Arqueología” (González Arratia, 1999:77).
A partir de 1979, los trabajos arqueológicos tomaron regu-
laridad, siendo que desde ese año y hasta la actualidad, no han
cesado las investigaciones y otras labores. Es en ese año que
inició el “Proyecto Arqueológico Bolsón de Mapimí”, dirigido
por la arqueóloga Leticia González Arratia,en el que uno de sus
objetivos primarios era establecer un patrón de asentamiento
para los cazadores recolectores nómadas del desierto. Se desa-
rrolló en la zona declarada Área Natural Protegida Reserva de
la Biósfera del Bolsón de Mapimí, territorio que se encuentra
al suroeste del estado de Coahuila, compartiendo terrenos con
los estados de Chihuahua y Durango. Es aquí donde se abordó
por primera vez el problema de la metodología de la arqueolo-
gía del desierto, nació el concepto de “Unidad Geomorfológica
Mínima”,que era el territorio o espacio natural que compartían
una cantidad o serie de vestigios arqueológicos y que estaba
determinada por este contexto natural; con el cual propuso la
forma de subdividir el área para un mejor estudio y que en
20. 20
adelante se utilizaría en los proyectos que ella dirigía. Propuso
también un modelo de análisis de material lítico, además de
proyectos de arqueología experimental en el desierto. Durante
este proyecto, sólo se trabajaron sitios al aire libre en los valles.
Su principal aporte fue, sin duda, en la cuestión metodológica,
ya que era esencial para la arqueología de Coahuila.
Bajo una iniciativa gubernamental,en 1996 se inició el pro-
grama INAH-PROCEDE a nivel nacional. En Coahuila fue
dirigido por la arqueóloga Leticia González. En este proyecto,
el Instituto estableció acuerdos con los gobiernos federales y
estatales. Se trabajó en la delimitación de los terrenos ejidales
del estado, así como la localización de sitios arqueológicos en
los terrenos de los ejidos. El Proyecto PROCEDE1
terminó en
el año 2000.
En este tiempo se inició el proyecto “Historia de la Arqueo-
logía en Coahuila”, dirigido también por Leticia González, que
tenía como objetivo recabar y rescatar toda la información ar-
queológica que se refería al estado de Coahuila. Los resultados
fueron excelentes ya que se publicó un libro con la bibliografía
al respecto, además del rescate de valiosa información en docu-
mentos inéditos. Actualmente este proyecto sigue su curso.
1
Programa de Certificación de Derechos Ejidales y Titulación de Solares Urbanos.
Es un programa del Gobierno Federal que tiende a regular la propiedad de la tierra,
sobre todo en tierras ejidales, comunales y en las colonias agrícolas y ganaderas. La
participación del INAH es para normar la protección de los vestigios de sociedades
pasadas, en terrenos ejidales o comunales, siendo una prioridad para el Instituto la
delimitación y el registro del Patrimonio Arqueológico Nacional que se localiza en
las extensiones de tierra susceptibles de certificación, garantizando su protección y
conservación.
21. 21
En el año 2001, y gracias a una denuncia de saqueo de ma-
terial arqueológico, se inició el “Proyecto Arqueológico Cuatro
Ciénegas: una aproximación a contextos alterados”, dirigido
una vez más por la arqueóloga Leticia González. En el proyec-
to planteó la forma de cómo investigar este tipo de contextos
arqueológicos. Los objetivos iniciales fueron la localización y
registro de los sitios arqueológicos aledaños a la cabecera mu-
nicipal conocidos por la comunidad y que presentaban un alto
grado de alteración por los saqueadores.
Los aportes a la arqueología de Cuatro Ciénegas, y de
Coahuila en general, que ha dejado este proyecto han sido sig-
nificativos. Entre los resultados tenemos la presencia perma-
nente de dos arqueólogos en la cabecera municipal, el registro
sistemático de más de 50 sitios,la excavación de un abrigo mor-
tuorio en tres temporadas distintas, el registro de colecciones
de artefactos arqueológicos, además, la publicación de textos y
la presentación de ponencias y conferencias en distintos foros.
En los años 2003 y 2004 se llevaron a cabo salvamentos ar-
queológicos en coordinación con otras dependencias federales.
El primero de ellos en coordinación con la Secretaría de Co-
municaciones y Transportes. Se efectuó la renovación de varios
tramos en el trayecto de la carretera 57. Durante este proyecto,
en los tramos correspondientes a las poblaciones de Paredón
y de El Forlón, se efectuó el registro y salvamento de un gran
número de petrograbados. En los primeros meses de 2004,
en coordinación con la Comisión Federal de Electricidad, se
llevó a cabo el rescate arqueológico que generó la construc-
ción de una línea de transmisión eléctrica entre las ciudades
fronterizas de Piedras Negras y Cd. Acuña. En este proyecto,
22. 22
se localizaron y registraron muchos sitios arqueológicos, sobre
todo campamentos al aire libre, además de que se recuperó una
gran cantidad de material lítico.
A partir del año 2005, el Centro INAH Coahuila, a través
de su “Proyecto de Protección Técnica y Legal del Patrimonio
Arqueológico del Estado de Coahuila”, ha venido diseñando y
realizando una serie de estrategias referentes a la conservación,
protección, registro, difusión e investigación del patrimonio
arqueológico del estado. En este proyecto los resultados han
sido muy positivos. Se han atendido una gran cantidad de de-
nuncias. Se registraron sistemáticamente numerosos sitios. Se
llevó a cabo el registro de colecciones de artefactos arqueológi-
cos en posesión de particulares y museos comunitarios, además
de la realización de talleres y conferencias con el objetivo de
sensibilizar a diversos sectores de la sociedad con respecto a
su patrimonio arqueológico. Uno de los resultados de mayor
significado fue que se integró el expediente técnico para que
Cuatro Ciénegas fuera declarado Patrimonio de la Humanidad
por la UNESCO en la categoría de Bien Mixto y recientemen-
te se publicó la lista indicativa donde ya se incluye la propuesta
de Cuatro Ciénegas. Actualmente, este proyecto continúa con
sus labores.
Durante el año 2008, se llevaron a cabo dos proyectos de
salvamento arqueológico, ambos generados por obras públicas
en el estado. El primero se generó a raíz de la construcción de
una nueva autopista de cuota entre las ciudades de Saltillo y
Monterrey. En este proyecto se localizaron diversos sitios ar-
queológicos, principalmente sitios con petrograbados. El otro
de ellos se desarrolló gracias a la construcción de varias líneas
23. 23
de transmisión eléctrica en la zona de La Laguna, particular-
mente en la Sierra de las Noas. Lamentablemente en este pro-
yecto no se localizaron vestigios arqueológicos.
A partir del año 2008, y hasta la fecha de esta publicación,
se han generado diversas investigaciones tanto en el “Proyecto
de Protección Técnica y Legal de Coahuila”, como en “Salva-
mentos y proyectos de investigación”, incluyendo registro de
sitios arqueológicos, registro de colecciones arqueológicas tan-
to de museos como de recorridos, fechamiento de materiales y
otras actividades académicas.
En el transcurso de todas estas investigaciones y desarro-
llos de proyectos, no existe una que haya sido dirigida particu-
larmente hacia el estudio de las representaciones astronómicas
que dejaron los antiguos habitantes del desierto. Sin duda, esta
investigación será un pequeño avance en la comprensión de las
representaciones y sus relaciones con la cosmovisión de aque-
llas personas.
25. 25
Los antiguos habitantes del desierto de Coahuila
En general, para la región desértica del norte de México y
del suroeste de Estados Unidos, los sitios arqueológicos, los
materiales encontrados en ellos, las referencias históricas y las
investigaciones que se han hecho por distintos autores, tan-
to mexicanos como extranjeros, indican que este desierto fue
habitado en tiempos prehispánicos, probablemente desde que
llegaron las primeras migraciones al continente americano, por
grupos de recolectores-cazadores-pescadores nómadas que re-
corrían el desierto estacionalmente aprovechando los recursos
que el desierto les brindaba.
Particularmente para el estado de Coahuila, en el que gran
parte de su territorio se ubica dentro de la región geográfica
conocida como el Gran Desierto Chihuahuense, los grupos
humanos que vivieron exitosamente en la región desarrollaron
lo que la arqueóloga Leticia González Arratia ha denominado
como “la cultura del desierto”:
La interrelación entre los aspectos materiales de subsisten-
cia y las manifestaciones de índole simbólica en un esce-
nario como el desierto, las denomino cultura del desierto.
Incluye la serie de artefactos, marcas en el desierto y la
tecnología derivada de la capacidad de los grupos de ca-
zadores recolectores pescadores para seleccionar y ordenar
26. 26
conceptualmente los elementos naturales y transformarlos
por medio de diferentes procesos,de tal manera que les per-
mitiera sobrevivir.
Circunscribo el término cultura del desierto al material
arqueológico manufacturado en su mayor parte y utilizado
por grupos humanos organizado en torno a la formación
social de cazadores,recolectores,pescadores que vivieron en
y de los productos que ofrece el desierto; que ocuparon el
espacio geográfico más amplio que se conoce en las socieda-
des prehispánicas y cuya gran profundidad temporal (8,000
años cuando menos de reproducirse como tales) también es
el más extenso (Taylor, 1996, citado en González Arratia,
2004:370).
Estos grupos vivieron exitosamente durante miles de años en
una completa interrelación con su entorno natural, sostenién-
dose principalmente de la recolección de determinadas espe-
cies vegetales, de la cacería de especies animales pequeñas y
grandes, además de la pesca de peces y tal vez algunos crustá-
ceos en los ríos, lagunas temporales y pozas que existen en el
desierto de Coahuila. Estos recursos fueron aprovechados en la
dieta de las personas y como materia prima para la manufactu-
ración de artefactos, herramientas, instrumentos, vestimentas y
objetos ornamentales. Este desarrollo de la cultura del desier-
to generó una eficaz industria lítica, textil, de madera y otros
materiales con eficiente nivel tecnológico y un alto grado de
habilidad para producir tecnología de apropiación. Se movían
por las distintas regiones desérticas según los recursos natura-
les y su disponibilidad. Estos recursos, como dependían a su
vez de los ciclos naturales, tanto de flora y fauna como de los
27. 27
climáticos, se daban en estas regiones y determinaban la tem-
poralidad espacial en la que los prehispánicos se desplazaban.
La adaptación a su entorno natural fue sumamente exitosa. En
términos prácticos, vivieron en el desierto desde las primeras
etapas de poblamiento hasta que fueron exterminados por los
españoles a mediados del siglo XVIII.
En el ámbito intelectual, los humanos que habitaron el de-
sierto desarrollaron un complejo sistema de experiencias,cono-
cimientos, ideas y formas de concebir el mundo a su alrededor
y su interacción con él, en eventos tanto cotidianos como ex-
traordinarios, una cosmogonía particular desarrollada durante
miles de años por la gente del desierto. Leticia González lo
explica de la siguiente manera:
Cabe añadir que todas sus actividades tanto de producción
como sociales incluyeron la construcción intelectual de un
mundo de seres y eventos sobrenaturales. Desarrollaron
una cosmogonía que se refleja en el material arqueológico
(González, 1997:77-78) y me permite avanzar la hipóte-
sis de que expresaron material y espiritualmente sus ideas,
creencias y religión,mediante cultos y una serie de activida-
des rituales que en algunos casos dejaron como testimonio
distintos tipos de restos arqueológicos.
Construyeron todo un universo conceptual que reba-
saba los fenómenos naturales en sí para explicar y comple-
mentar los diferentes factores y elementos de la cotidianei-
dad (González Arratia, 2004:368-369).
Los grupos que se desarrollaron en el desierto tenían una ínti-
ma relación con el medio natural en el que vivían,no solamente
28. 28
derivada de la apropiación y aprovechamiento de los recursos:
ellos explicaban el mundo, su medio y su existencia a través
de los elementos naturales con los que convivían diariamente,
dígase fauna, flora, agua, lluvia, trueno, rayo, montañas, cielo...
Todos los fenómenos naturales tenían cabida en el mundo con-
ceptual e intelectual de los habitantes del desierto, en mayor o
menor grado de significación. El alto grado de especialización
al que llegaron y el amplio conocimiento de su entorno natural
hicieron que esta relación fuera indisoluble. Rendían culto al
rayo, al sol, al venado, tenían ritos de paso para consagrarse
como cazadores.
Es por ello que el culto a los elementos naturales fuera
parte elemental de la cosmovisión de los prehispánicos.En este
plano, la relación de los hombres con el firmamento y sus fe-
nómenos celestes es una de las que más claramente está repre-
sentada en la gráfica rupestre que dejaron los hombres, ya que
la referencia visual que existe entre los astros y las pictografías,
particularmente de la luna y el sol, es innegable.
La forma en la que el plano celeste impactó la vida de los
habitantes prehispánicos del desierto debió ser muy profun-
da, la claridad del cielo en estas latitudes, el hecho de estar al
aire libre todos los días, o en lugares “abiertos”, como abrigos
rocosos y algunas cavidades, con la posibilidad de contemplar
el cielo, la espectacularidad de algunos fenómenos astronómi-
cos singulares como los eclipses, tanto solares como lunares, la
aparición de cometas, supernovas, estrellas fugaces, el errante
movimiento de los planetas, además, por supuesto, de los fenó-
menos regulares como la salida y puesta del sol, las fases de la
luna, el movimiento diario de la bóveda celeste, influyeron para
29. 29
que los fenómenos astronómicos formaran parte esencial del
cuerpo de su cosmovisión.
Autores como Andrés Pérez de Ribas y, actualmente, in-
vestigadores como Leticia González, Moisés Valadez y Carlos
Viramontes, han establecido, a través del ejercicio de la inter-
pretación de las manifestaciones gráfico rupestres, que los pre-
hispánicos rendían culto a varias cosas,entre ellas a los muertos
y al agua, pero en lo que coinciden es en el culto a los astros.
Leticia González se refiere a Pérez de Ribas:
A partir de la evidencia arqueológica y documental del
momento del contacto entre los españoles y las sociedades
de cazadores recolectores del desierto mexicano, es posible
plantear la hipótesis de la existencia pues, de cuando menos
cuatro cultos religiosos: a los muertos, al venado, al peyote
y a los astros como los cometas el sol la luna y las estrellas
(Pérez de Ribas,1994,tomo III: 248,273,citado en Gonzá-
lez Arratia, 2004:369).
Es justo en el ámbito del culto a los astros donde se inscriben
las manifestaciones gráfico rupestres con carácter astronómico.
La propuesta en esta investigación es que estas manifestacio-
nes son el resultado y se integran de manera fundamental a los
ritos y prácticas ceremoniales que los habitantes prehispánicos
del desierto en Coahuila tenían y realizaban como parte su-
mamente importante de su vida espiritual, ligada íntimamente
con su entorno natural, los astros y sus fenómenos. Todo ello
según la cosmovisión de los recolectores-cazadores-pescadores
del desierto.
31. 31
La arqueoastronomía
En ese sentido, el estudio de las manifestaciones gráfico ru-
pestres se considerará desde el marco de la arqueoastronomía.
En el desarrollo de esta investigación, adoptaré algunos de los
conceptos de esta disciplina, que nos ayudarán a comprender el
fenómeno arqueológico desde un punto de vista diferente, en
este caso, observar el firmamento en los sitios arqueológicos y
establecer una relación entre el contexto natural, el o los con-
textos arqueológicos y el contexto celeste.
La fascinación e interés que los humanos hemos puesto
en el cielo es sumamente añeja, probablemente desde el origen
como hommo sapiens sapiens y, tal vez, más atrás, aunque, claro,
se ha transformado de gran manera a lo largo de los miles de
años de existencia de nuestra especie, gracias a los conocimien-
tos largamente adquiridos por milenios y recientemente por los
avances de la ciencia y la tecnología.
Desde los antecesores del hombre moderno, el cielo y sus
fenómenos cautivaron a los grupos que migraron de África
para poblar el mundo, así, el hombre del paleolítico ya obser-
vaba y registraba los movimientos y fases de la luna, dejando
muestra de ello en las cuevas francesas ocupadas en este perio-
do, como nos lo refiere Alexander Marschack, que interpretó
32. 32
representaciones paleolíticas, muebles encontradas en el sitio
Abri Blanchard (Sergeac), como calendarios lunares.2
Las milenarias culturas de la antigüedad en el mundo no
escaparon a la observación celeste y al cuidadoso registro de lo
que veían y que con ello daban origen a un sinfín de interpreta-
ciones acerca de los fenómenos que ocurrían en el firmamento
y la incidencia directa en sus vidas, manifestándolo de diversas
formas,como en los jeroglíficos egipcios,los calendarios chinos
y las predicciones catastróficas de diversos pueblos. Estos fue-
ron los principios de la ciencia de la astronomía que, a lo largo
de la historia, ha tenido puntos claves, como la creación del
telescopio y, posteriormente, la observación a través de satélites
y telescopios espaciales.
Durante muchos años, los que investigaron las antiguas
formas de hacer astronomía fueron algunas veces astrónomos
o historiadores de la astronomía; otras, filósofos de la ciencia;
y otras más arqueólogos, pero siempre por separado y cada
uno de ellos con un enfoque desde su muy particular punto de
vista, dependiendo de su formación y tema de investigación.
Hace apenas unas décadas que empezó a haber nuevos tipos
de investigaciones dirigidas a resolver o cuando menos acer-
carse a problemas de este tipo, que involucran a los astros y los
vestigios arqueológicos, con una nueva herramienta que es la
arqueoastronomía: pues tiene elementos de la astronomía, de
la arqueología, la geografía y, en ocasiones, la etnografía. Esta
nueva disciplina tiene sus orígenes en Inglaterra, en los años
70 y 80, cuando en el sitio megalítico de Stonehenge se hizo
2
The roots of civilization: the cognitive beginnings of man’s first art, symbol, and
notation. Alexander Marschak, 1971.
33. 33
estudios acerca de posibles alineaciones astronómicas de los
megalitos con el horizonte local y se llegó a la conclusión de
que eran parte de un calendario. Uno de sus precursores y difu-
sor es el astrónomo Anthony F. Aveni, que la define así:
Un término alternativo, el de arqueoastronomía, incluye el
estudio del alcance y la práctica de la astronomía en las ci-
vilizaciones antiguas. […] Hallándose un poco menos con-
finada por la tradición y con frecuencia en desventaja por
la parquedad de un registro escrito, la arqueoastronomía se
ha desarrollado como una interdisciplina más general que
trabaja con testimonios tanto escritos como arqueológicos
e iconográficos (Aveni, 1980:15).
La arqueoastronomía incorpora metodologías de la astronomía
en cuanto al registro de fenómenos celestes y las complementa
con el registro e interpretaciones arqueológicas y, en algunos
casos, etnográficas. Hay que recalcar que la astronomía mo-
derna tiene métodos y técnicas que se alejan mucho de las que
pudieron tener en su momento los antiguos pobladores del de-
sierto, que principalmente se valían de la observación sistemá-
tica con el ojo desnudo, el profundo conocimiento de los ciclos
astrales, y, sobre todo, la visión, el enfoque y el bagaje cultural
que la astronomía antigua significaba y que estaban ligados in-
disolublemente a la religión,la magia y lo ritual.Normalmente,
en este tipo de investigaciones las herramientas que se utilizan
son la astronomía posicional y la observación con el ojo des-
nudo de los horizontes locales, asociándolos a algún fenómeno
astronómico como solsticios, equinoccios, o la salida o puesta
en el firmamento de alguna estrella, constelación o planeta. El
34. 34
entorno y la posible relación de fenómenos celestes con el sitio
y sus elementos es de lo que se va a ocupar el análisis arqueo-
lógico, para lo cual se requiere estar plenamente familiarizado
con el entorno cultural y natural que rodea al contexto.
El alcance de estos estudios se espera llegue a la compren-
sión de los distintos contextos arqueológicos relacionados con
los diferentes aspectos de la vida y desarrollo de los antiguos
humanos y, en nuestro caso, para formular hipótesis acerca de
la cosmovisión de las culturas del pasado que existieron y deja-
ron vestigios arqueológicos relacionados con los fenómenos del
firmamento. Es en ese sentido que Johanna Broda manifiesta
lo siguiente:
Sólo este enfoque nos permite situar la problemática por
estudiar dentro de una perspectiva histórica, y analizar así
los conocimientos científicos de un pueblo en su contexto
sociocultural.En esta perspectiva es posible analizar no sólo
la relación entre estos conocimientos y la observación de la
naturaleza sino también su estrecho vínculo con la cosmo-
visión, la religión y la ideología.
Por observación de la naturaleza entendemos la obser-
vación sistemática y repetida a través del tiempo de los fe-
nómenos naturales del medio ambiente que permite hacer
predicciones y orientar el comportamiento social de acuer-
do con estos conocimientos.
Por cosmovisión entendemos la visión estructurada en
la cual los antiguos mesoamericanos combinaban de mane-
ra coherente sus nociones sobre el medio ambiente en que
vivían,y sobre el cosmos en que situaban la vida del hombre
(Broda, 1991:462).
35. 35
Cabe aclarar que Broda se refiere a los contextos mesoameri-
canos porque son los que más ha trabajado y mejor conoce. Me
parece que el concepto es claramente aplicable a los grupos de
recolectores-cazadores-pescadores que habitaron las regiones
desérticas del norte de México, ya que es un concepto que va
más allá de los límites y definiciones territoriales.
Así pues, es posible que el enfoque que la arqueoastrono-
mía da al estudio de las culturas antiguas y su relación con los
fenómenos naturales, particularmente los celestes, pueda apor-
tar mucha información para la construcción del conocimiento
arqueológico y, en nuestro caso particular, avanzar en la com-
prensión de una parte de la cosmovisión de los antiguos reco-
lectores-cazadores-pescadores de Coahuila expresada a través
de las manifestaciones gráfico rupestres.
Esencialmente utilizando la astronomía posicional a ojo
desnudo en los sitios arqueológicos y utilizando las cartas as-
tronómicas como referencia en el campo, se puede tener una
idea clara del cielo que veían los antiguos pobladores en los
sitios con figuras astronómicas,de esta forma comprenderemos
mejor el impacto del firmamento en la mente de estas personas.
37. 37
Metodología
La presente investigación tiene como objetivo principal la
identificación y clasificación de posibles motivos astronómicos
en la gráfica rupestre de Coahuila. Bajo la hipótesis de que
los habitantes prehispánicos del desierto observaban el cielo
de forma sistemática, que los fenómenos astronómicos impac-
taban y formaban parte de su cosmovisión, y que fenómenos
astronómicos particulares fueron representados en pictografías
y grabados realizados en ritos y ceremonias. Se analizarán seis
sitios arqueológicos donde existen diferentes manifestaciones
gráfico rupestres que pudieran ser de carácter astronómico.
En esta investigación no ahondaremos en la interpretación
general de los paneles donde se encuentran las figuras. Este
ejercicio es un primer acercamiento en la identificación y cla-
sificación de las pictografías que pudieran ser identificadas
como astros. Además, pienso que es el principio para poder
estudiar, catalogar y finalmente interpretar las diversas figu-
ras que componen un panel en general y que, seguramente,
en muchos casos abarcan no solamente temas astronómicos,
sino que están dentro de una cosmovisión mucho más amplia
y que está representada en las pictografías que dejaron los
recolectores-cazadores.
38. 38
Los objetivos particulares de la investigación fueron:
• Recorrer e identificar de primera mano sitios arqueo-
lógicos con posibles manifestaciones prehispánicas
gráfico rupestres de carácter astronómico.
• El registro de los sitios para su análisis.
• La identificación de motivos astronómicos en las ma-
nifestaciones gráfico rupestres.
• Catalogación de los motivos astronómicos y su corres-
pondiente análisis y síntesis.
• Sentar las bases pare en el futuro poder identificar y
conjuntar características particulares y generales de los
sitios arqueológicos con motivos astronómicos.
Es importante puntualizar la necesidad de producir informa-
ción básica, sistematizada, explícita, unificada y de fácil acceso
para que otros investigadores puedan utilizar los datos y formar
su propia síntesis arqueológica.
Para encontrar las respuestas a las preguntas e hipótesis de
esta investigación, fue necesario diseñar y emplear técnicas y
métodos de investigación arqueológica acordes a las particula-
res características del área de estudio, en este caso, el desierto
chihuahuense, donde los contextos arqueológicos normalmen-
te se encuentran en cavidades naturales.
Dadas las particularidades y problemática del registro de
este tipo de contextos,fue necesario que el registro fuera lo más
meticuloso posible en relación a las prioridades y a los objetivos
de los proyectos para los cuales se registraron los sitios, y de
las particulares situaciones de registro de cada lugar. Mientras
39. 39
que en algunos fue posible regresar varias veces y hacer un re-
gistro más detallado, en otros sólo fue posible estar en el sitio
una cuantas horas por la dificultad para llegar debido al entor-
no natural y/o la complicación de que algunos de estos sitios
se encuentran en ranchos particulares donde difícilmente hay
acceso. Para ello se utilizaron diversas técnicas y métodos de
investigación arqueológica:
Prospección:
a) Técnicas de localización de sitios arqueológicos: con-
sultando y analizando las cartas topográficas (diversas
escalas), así como la fotografía aérea correspondiente
al área.
b) Entrevistas: realizar entrevistas a los habitantes de la
región, esto con el fin de enriquecer la información
arqueológica, ubicar posibles sitios y registrar saqueos
arqueológicos antiguos y recientes.
c) Recorrer sistemáticamente los lugares donde se sabe
de la existencia de sitios arqueológicos para una total
localización de elementos, según las condiciones geo-
morfológicas particulares de los sitios.
El registro arqueológico de los sitios
Como se mencionó anteriormente, el contexto natural hace
que el registro arqueológico sea muy particular. Los sitios se
encuentran en lugares como acantilados, cañones y cuevas. Por
lo tanto,el registro,incluyendo el levantamiento topográfico de
40. 40
los sitios y el registro de los elementos arqueológicos, se llevó a
cabo de la siguiente manera:
1. Levantamiento. Dadas las condiciones geomorfoló-
gicas de cada lugar, se elaboraron dibujos de alzado,
planta y corte, utilizando para ello cinta métrica, brú-
jula,flexómetros,tomando puntos de referencia para el
dibujo cada 20 cm. En donde fue necesario, se acentuó
el detalle.
2. Dibujo de pictografías. En donde la geomorfología y
el tiempo lo permitieron, las manifestaciones gráfico
rupestres fueron dibujadas en su totalidad a escala, mi-
diendo directamente las pictografías y dibujándolas en
papel milimétrico.
3. El registro fotográfico. El registro fotográfico es fun-
damental en el trabajo arqueológico como apoyo al
dibujo, y como base de datos utilizable en futuras in-
vestigaciones. Fotografiar sitios y elementos arqueoló-
gicos en el paisaje desértico no es tarea sencilla, ya que
son muy similares entre sí las topoformas, la vegeta-
ción y, en general, el paisaje alrededor de los sitios. Es
muy fácil confundirlos, por lo que, si se piensa en una
relocalización de los sitios con una o dos fotos, no es
suficiente. En esta ocasión se llegó a un completo re-
gistro fotográfico.Se tomaron los sitios desde distintos
puntos,de los lugares y de los elementos arqueológicos,
pensando sobre todo en su fácil relocalización e identi-
ficación. Por todo lo anterior, se hicieron las siguientes
tomas: panorámica, general, específica, detalle de las
41. 41
evidencias arqueológicas, foto mural en los casos don-
de fue posible.
El análisis e interpretación de la información
obtenida en campo
Habiendo recabado la información en los sitios, el análisis de
la información consta de la identificación a través de la com-
paración gráfica de cada una de las pictografías que potencial-
mente pudieran representar astros,y los mismos,y de la posible
relación visual y posicional existente en el sitio con el astro en
particular identificado.
43. 43
Los sitios arqueológicos
A continuación, se presenta una descripción general de los si-
tios arqueológicos de los cuales se trabajó en esta investigación.
Se presentan de forma cronológica según fueron registra-
dos. Tres de estos sitios, Junco I, Junco II y La Espantosa fue-
ron registrados bajo los trabajos del “Proyecto Arqueológico
Cuatro Ciénegas”en la temporada 2001,dirigido por la Leticia
González, arqueóloga del INAH adscrita al Museo Regional
de la Laguna y tres más: Cueva de la Estrella (2006), Mesa
de Cartujanos I y Petrograbados del Huizachal (2008), fueron
registrados en los trabajos del “Proyecto de Protección Técnica
y Legal del Patrimonio Arqueológico de Coahuila”, teniendo
como responsable en primera instancia a Francisco Martínez
Pérez y después a Héctor Jaime Treviño Villarreal, ambos, en
su momento, directores del Centro INAH Coahuila. En los
tres primeros sitios mencionados, el trabajo de campo y la di-
gitalización de la información obtenida, incluida la elaboración
de mapas, fotos, dibujos, etcétera, fueron realizados por el que
presenta el actual documento en conjunto con la arqueóloga
Elvira Ochoa González; en los otros tres casos, la totalidad del
trabajo fue realizada por el autor.
44. 44
La cronología de los sitios
El fechamiento de los sitios arqueológicos con manifestacio-
nes gráfico rupestres, en general, es muy difícil y subjetivo
aún. Aunque se han logrado fechar elementos arqueológicos
a través de distintas técnicas, relacionados o asociados a pic-
tografías y petrograbados, siempre queda la duda si estos ma-
teriales corresponden a un mismo tiempo o tienen que ver
con eventos completamente diferentes en un lugar común.
Las técnicas para fechar directamente las pinturas y las rocas
aún nos están completamente desarrolladas y en algunos ca-
sos son muy costosas.
En el caso de los habitantes del desierto de Coahuila, con
base en materiales encontrados en los contextos mortuorios
como textiles y materiales líticos, Leticia González (Gon-
zález, 2004) ha propuesto una cronología tentativa para los
grupos nómadas que habitaron el desierto, y la expone en el
siguiente cuadro:
45. 45
Años Periodo
1550 d. C –
1600 d. C
La descripción
documental de
los habitantes del
desierto (tradición
española)
Exterminio de los cazadores
recolectores del desierto y
de la Cultura del Desierto.
Nuevos pobladores del
desierto del Norte de
México: los indígenas
del centro de México, los
españoles y negros
1450 d. C –
1550 d. C
La descripción
de los códices
(tradición
mexicana) de los
habitantes del
desierto
1200 d. C –
1450 d. C
Lo clásico de
la Cultura del
Desierto: Cuevas
mortuorias y
contactos extra
locales
2275 a. C –
1200 d. C
Lo distintivo de
la Cultura del
Desierto
5100 a. C –
2275 a. C
Consolidación
de la Cultura del
Desierto
En el caso de los sitios arqueológicos que se presentan a con-
tinuación, bajo el cuadro cronológico anterior, y según las
hipótesis y referencias existentes, estos sitios se inscribirían
46. 46
probablemente desde de la consolidación hasta lo clásico de la
cultura del desierto.
Algunos investigadores utilizan otra cronología para sus
investigaciones. Aquí presentamos el siguiente cuadro crono-
lógico donde los sitios referentes a esta investigación se encon-
trarían a finales del Arcaico hasta el periodo Clásico.
Años Periodo
1000-1500 AP Posclásico
1700-1000 AP Clásico
3,500-1700 AP Formativo
10,000-3500 AP Arcaico
40,000 – 10,000 AP Paleoindio
Recientemente, debido a diversas coyunturas y como parte de
un proyecto de una nueva museografía en la Casa de la Cultura
de Cuatro Ciénegas, se realizaron, en conjunto con el “Proyec-
to del Hombre Temprano en México”, dirigido por José Con-
cepción Jiménez, de la Dirección de Antropología Física del
INAH,una serie de estudios a los materiales que se encuentran
en la sala de arqueología de este recinto y que provienen de
cuevas del área de Cuatro Ciénegas.De estos estudios destacan
un par de fechamientos por carbono 14, efectuados por el La-
boratorio de Espectrografía de Masas de la UNAM, realizados
a un hilado puesto a una cornamenta de venado y una red te-
jida con fibras vegetales, que presumiblemente provienen de la
misma cueva, y que con estos resultados podemos confirmarlo,
47. 47
arrojaron una temporalidad de cerca de 4,000 años (De la Rosa
et. al., 2016). Esta cueva se encuentra en una de las sierras del
valle de Cuatro Ciénegas, a una relativamente corta distancia
de los sitios que se analizan en este trabajo. El más alejado de
ellos se encuentra a una distancia lineal de aproximadamente
200 kilómetros, y el más cercano a una distancia de 30, por lo
que no es difícil suponer que los sitios trabajados en el presente
trabajo pudieran estar en esos rangos cronológicos.
Sitio: El Junco I (PACC 15.1)
Municipio de Cuatro Ciénegas
Antecedentes
El área de la Sierra de la Fragua fue recorrida por Walter W.
Taylor entre 1939 y 1947.Detectó seis sitios: tres en su extremo
noroeste; dos en su extremo sureste; y uno en la parte media.
Este último corresponde al Cañón del Junco.Presumiblemente
el mismo cañón que aquí se reporta.
El sitio
Se trata de un abrigo rocoso con pictografías e incisiones, ubi-
cado a la entrada de un pequeño ramal de cañón en su pared
sur justo donde el cañón desemboca a la llanura creando una
especie de lengüeta que forma la sierra para dividir la entrada
de este cañón de la de El Junco. Aún quedan vestigios de an-
tiguas y angostas terrazas fluviales que bordean la pared del
abrigo de tal manera que se ubica un metro arriba de la terraza
misma. Mientras que el lecho del arroyo queda a más de dos
metros abajo del abrigo.
48. 48
En este abrigo se encuentran 36 figuras que abarcan una
extensión de seis metros y que se distribuyen particularmente
en el techo del mismo. En la mayoría se utilizaron colores ne-
gro y rojo, la mayoría de las figuras (27) están pintadas de ne-
gro, y tres figuras en color gris. 16 son de línea cerrada como
círculos con apéndices al exterior de su perímetro o líneas al
interior o rellenos, cuadrángulos, figuras elipsoidales. 20 son
de línea abierta, particularmente líneas rectas individuales o
en grupo, como verticales, diagonales, transectas y formando
ángulos. Las incisiones en alto número cubren una parte del
suelo rocoso.
Mapa: Ubicación del sitio El Junco I.
50. 50
Sitio El Junco I. Pictografías.
Dibujo de pictografías. Sitio El Junco I.
51. 51
Sitio: El Junco II (PACC 16)
Municipio de Cuatro Ciénegas
Antecedentes
El área de la Sierra de la Fragua, fue recorrida por Walter W.
Taylor entre 1939 y 1947. En sus registros no dejó fotografías
y no es claro si son los sitios que trabajó.
El sitio
Se trata de un abrigo y de un frente rocoso que de manera con-
tinua muestran pictografías. El abrigo mide aproximadamente
15 metros de frente, seis de altura y dos de profundidad. El
frente rocoso mide 35 metros de longitud.
Las figuras al interior del abrigo rocoso lo integran 311
figuras: 187 de color rojo, 38 negras, tres amarillas, 41 blan-
cas y dos de colores combinados. Se componen de líneas tanto
abiertas como cerradas,rectas horizontales,verticales,diagona-
les individuales y en grupo; horizontales en combinación con
varias verticales y líneas verticales cortadas por líneas horizon-
tales. Hay presencia de líneas curvas abiertas y cerradas, curvas
y rectas combinadas, zigzags, rombos, triángulos, cuadrados
líneas radiales, grecas, rectángulos, retículas, círculos, concén-
tricos, puntos aislados. La línea muestra diferente grosor.
A lo largo del frente rocoso se distribuyen 16 figuras,todas
ellas de color rojo.10 son de línea abierta y seis de línea cerrada.
Las de línea abierta son rectas verticales, algunas combinadas
con líneas perpendiculares horizontales en combinaciones de
una o dos horizontales; las figuras de línea cerrada son círculos
individuales o en grupos, así como figuras de forma irregular.
52. 52
Mapa: Ubicación del sitio El Junco II.
Panorámica: Cañón de El Junco y sitio El Junco II.
53. 53
Sitio El Junco II. Abrigo rocoso donde se encuentran
las pictografías visto de sureste a noroeste.
Ubicación de abrigo con pictografías.
57. 57
Sitio: Cueva La Espantosa
Municipio de Cuatro Ciénegas, Coahuila
Antecedentes
Este sitio fue recorrido y excavado por Walter W. Taylor en
los años 40. Algunos datos de la excavación y de los artefac-
tos obtenidos, aparecen en su libro Contributions to Coahuila
Archaeology y en el artículo “Archaic Cultures Adjacent to the
Northeastern Frontiers of Mesoamérica”.
El sitio
Se trata de una cueva denominada localmente como La Es-
pantosa. La nomenclatura que usó Taylor es CM-68. Excavó
la mayor parte del piso de la cueva que seguramente no tapó
una vez que terminó su temporada de campo,pues actualmente
hay restos de excavación. Mide 9.50 metros de frente por 44
de profundidad y aproximadamente ocho de altura. En super-
ficie no se encuentra material arqueológico ya que es un sitio
muy conocido por los saqueadores y aficionados locales. Este
sitio ha sido saqueado cuando menos desde hace casi 60 años,
si no es que antes, pues en 1941, Taylor reportó un pozo de
saqueo. El piso de la cueva se encuentra excavado en la mitad
de la cueva; en la mitad no excavada, se puede apreciar material
arqueológico en el perfil.
También hay 52 manifestaciones gráfico rupestres divididas
en cinco conjuntos, tres en la pared suroeste y cuatro en la pared
noreste, de colores rojo, negro y amarillo. Las formas se constru-
yeron con base en líneas abiertas, rectas y onduladas; particular-
mente cruces, rectángulos, círculos y líneas intersecadas.
58. 58
Cronología
Walter W. Taylor fechó por radiocarbono una serie de mues-
tras que proporcionaron una larga secuencia de ocupación que
se inició en 9,540 antes del presente y terminó en 1,770 antes
del presente. Se trata, además, de uno de los pocos sitios habi-
tacionales reportados en el área de cañones que muestra algu-
nas pictografías. Su ubicación y contenido, correlacionado con
otros sitios de la misma sierra y la región, proporcionarán datos
sobre la geografía arqueológica del área marcada por cuevas
mortuorias, abrigos con pictografías y otro tipo de sitios.
Mapa: localización Cueva La Espantosa.
63. 63
Sitio: Cueva de La Estrella
Municipio de Cuatro Ciénegas, Coahuila
Antecedentes
No se tienen antecedentes de trabajos arqueológicos en este
sitio.
El sitio
Se trata de una pequeña cueva de 5.8 metros de ancho en la
boca, 4.2 de alto y ocho de profundidad. Tiene dos pequeños
nichos, uno de cada lado, a nivel del suelo cada uno de ellos
de 50 centímetros de fondo por 70 de ancho. En el sitio exis-
ten 17 pictografías de color rojo, distribuidas en las paredes
de la cueva. Se pueden dividir en dos grupos: el primero con
13 figuras en la pared suroeste de la cavidad; el segundo, con
cuatro figuras en la pared noreste.Todas ellas son geométricas,
tratándose de líneas rectas, líneas onduladas, cuadros y líneas
en zigzag. Una de las figuras parece ser la representación de un
astro, de allí que localmente se le conozca como la Cueva de
La Estrella. El sitio presenta un hoyo y un montículo de tierra,
ambos producto del saqueo.
El sitio se encuentra saqueado.En ese sentido no podemos
saber a qué grado ha llegado la afectación, pues no se conoce
el contexto original. Las pictografías se encuentran de regular
a mal estado de conservación, ya que muchas presentan grafitis
encima.
64. 64
Mapa: ubicación de la Cueva de La Estrella.
Cañón el Rosillo, donde se encuentra la Cueva de La Estrella.
65. 65
Ubicación Cueva de La Estrella en la ladera noroeste del cañón.
Ubicación de pictografías.
68. 68
Sitio Mesa de Cartujanos I
Municipio de Candela, Coahuila
Antecedentes
La Mesa de Cartujanos es ampliamente conocida en el ámbito
local. Los pobladores de Candela la mencionan con frecuencia
como un lugar extraordinario, con sitios arqueológicos. No se
tienen antecedentes de investigación en el lugar. En 1999 se
efectuó una visita de la Texas Historical Comission, en la que
nombraron a Mesa de Cartujanos como un “sitio arqueológi-
co significante”, haciendo algunas comparaciones con cultura y
arqueología de los márgenes del Río Pecos, pero sin hacer una
investigación o desarrollo de proyecto arqueológico alguno. En
la Mesa existen varios sitios arqueológicos; en este trabajo nos
referimos sólo a uno de ellos.
El sitio
El sitio se encuentra en un abrigo rocoso de aproximadamente
120 metros de largo y unos ocho de ancho. El lugar donde se
encuentran las pictografías se extiende a lo largo de 80 metros,
encontrándose en el lugar una gran cantidad de grandes blo-
ques de piedra que se han desprendido tanto del techo como
de las paredes por la erosión. En el lugar se encuentran 857 fi-
guras divididas por comodidad para el registro en siete paneles,
según la geomorfología del lugar, encontrándose el panel uno
en la zona más al suroeste,siguiendo consecutivamente hacia el
noreste por el abrigo, hasta el panel siete. De estas 857 figuras,
439 son líneas verticales, de entre cuatro y 10 centímetros.
Panel uno. Se encuentra en la parte más al suroeste, de cinco
69. 69
metros de largo. Aquí podríamos decir que “empieza” la zona
de las pictografías. En este panel se encuentran 23, todas en
color rojo, de ellas una parece zoomorfa (venado), el resto con-
sisten en figuras geométricas como líneas rectas y curvas, líneas
en zigzag, cuadrados y cuadrados con líneas en el interior.
Panel dos. De ocho metros de largo, en este panel se encuen-
tran 12 pictografías, una en rojo y amarillo, y el resto en rojo.
Aquí se encuentran figuras como líneas con triángulos, líneas
cruzadas, líneas en zigzag y algunos rombos unidos en forma
vertical.
Panel tres. De 15 metros de largo, en este panel se encuentran
312 pictografías, 12 en amarillo y rojo, 24 solamente en amari-
llo y el resto en rojo. De estas, 206 son líneas rectas verticales y
alineadas una tras otra; cuatro son claramente antropomorfas,
encontrándose un alacrán o vinagrillo, un ave, una tortuga y
una araña; las cuatro en rojo. Las demás pictografías se com-
ponen de figuras geométricas como líneas, líneas compuestas,
cuadros con líneas en el interior, algunos cuadros con rombos y
líneas zigzag en el interior y algunos rombos.
Panel cuatro. De seis metros de largo, en este panel se encuen-
tran 168 líneas verticales dispuestas una junto a la otra a lo
largo de la pared del abrigo, todas ellas en color rojo.
Panel cinco.De 15 metros de largo,en este panel se encuentran
146 pictografías, de ellas, nueve en color rojo y amarillo, una
amarilla y el resto en color rojo. 65 son líneas rectas verticales
70. 70
dispuestas una junto a la otra a lo largo del panel, cuatro son
manos humanas en positivo y el resto se componen de figuras
geométricas como líneas, líneas compuestas, líneas en zigzag,
cuadros y rectángulos con líneas y figuras en el interior y algu-
nos rombos.Lamentablemente en este panel se encuentran dos
figuras de grafiti, imitando los colores y el estilo de las picto-
grafías prehispánicas.Estas figuras son un escudo nacional,con
el águila y la serpiente posadas en un nopal; la otra es un barco
con la leyenda “Santiago” en su interior.
Panel siete. De 10 metros de largo, en este panel se encuentran
161 pictografías, 12 en rojo y amarillo, dos amarillas y el resto
en rojo. Aquí existen al menos dos figuras de carácter astro-
nómico en forma de luna creciente, también hay una gran va-
riedad de figuras geométricas como líneas, líneas compuestas,
líneas en zigzag horizontales y verticales, líneas cruzadas per-
pendicularmente, líneas cruzadas en diagonal, triángulos, rom-
bos,cuadrados,rectángulos y círculos.Existen también cuadros
y rectángulos con líneas y figuras en el interior, algunas con
líneas rectas compuestas, otros con zigzags, otras con rombos,
otras dividas por la mitad formando rectángulos en el interior,
algunos rellenos de color rojo y otros sin color.
Panel siete.De cuatro metros de largo,en este panel se encuen-
tran 35 pictografías, una de ellas en rojo y amarillo y otra más
en amarillo solamente; el resto de está en color rojo.Las figuras
se componen principalmente de cuadro, rectángulos y círculos
con figuras y líneas en su interior, algunos con cuadros y rom-
bos y otras con líneas compuestas y en zigzag. Una de ellas es
71. 71
una figura de 50 centímetros de ancho y 40 de alto, en color
rojo con parecido a una letra “A”.
En general, el estado de conservación es regular, ya que el
sitio, de forma natural, presenta un deterioro considerable a
causa de los derrumbes de roca que se producen en el techo y
las paredes del abrigo. Las pictografías se encuentran en buen
estado, aunque lamentablemente existen algunos grafitis sobre
ellas.Afortunadamente el difícil acceso al sitio lo ha resguarda-
do de forma natural de los saqueadores y vándalos que en otros
sitios de fácil acceso han destruido y vandalizado los sitios ar-
queológicos de Coahuila. El principal problema que pudiera
llevar a la destrucción del sitio, y que seguramente sucederá en
un futuro,es la erosión natural de las paredes y techo del abrigo
El sitio reúne características muy singulares, desde el lu-
gar geográfico donde está hasta las pictografías que en él se
encuentran, ya que aquí existen varios “estilos” de pictografías
que pudieran interpretarse como de distintas cronologías o que
fueron hechas por distintos grupos, según la corriente teórica
que se siga en la investigación; de cualquier forma, el sitio, por
la riqueza y variedad de los vestigios arqueológicos, reviste una
gran importancia, además de que se anexa al catálogo general
de sitios con pictografías en Coahuila y las figuras se suman
al universo conocido de figuras y formas existentes en el sitios
con este tipo de manifestaciones.
82. 82
Sitio: Petrograbados del Huizachal
Municipio de Candela
Antecedentes
No se tienen antecedentes de registro o de reportes de este
sitio arqueológico.En el momento de la denuncia por parte del
Municipio de Candela, se sabe que este sitio es visitado por el
público en general y los pobladores del ejido reportan el van-
dalismo y saqueo de los petrograbados.
El sitio
El sitio comprende la parte superior o cresta de una loma de
aproximadamente 400 metros de largo y unos 80 de ancho,con
casi 15 de altura en la parte más alta de la loma. Los petrogra-
bados están distribuidos en la parte superior de la formación
natural, a lo largo de toda ella, desde las partes bajas hasta las
partes altas. Casi todos ellos están orientados hacia el sur.
En total existen 94 rocas con grabados en, al menos, una
de sus caras, algunos en dos o más de ellas, en total son 193
figuras distribuidas en las 94 rocas. En el menor de los casos
existen rocas con una sola figura, de tal forma que la mayoría
de ellas tiene dos o más figuras. Los motivos que se aprecian
en las rocas consisten en formas geométricas como líneas rec-
tas y curvas, líneas en zigzag, líneas cruzadas, puntos, círculos,
círculos concéntricos y rombos, también existen motivos que
pudieran considerarse como astronómicos como lunas, soles y
estrellas. En muy pocos casos se cuenta con figuras antropo-
morfas o zoomorfas. La técnica con la que fueron hechos es de
picoteado con cincel y percutor.
83. 83
El estado de conservación de los petrograbados es muy va-
riado, en general se encuentran bien, con las huellas naturales
de la erosión. Lamentablemente existen casos en los que algu-
nos petrograbados se encuentran fragmentados, lo más pro-
bable es que por acción humana con la intención de moverlos
de su lugar y llevárselos, en algunos se encuentran marcas de
cinceles que evidencian esta acción; en otros casos, las rocas
se encuentran grafiteadas, ya que en la superficie de las rocas
existen nombres y fechas de reciente manufactura, en algunos
casos imitando al técnica de los cazadores-recolectores y en
otros tallando rayas con alguna roca a manera de gis.
Mapa: Petrograbados del Huizachal.
89. 89
Análisis de las pictografías
La interpretación de las manifestaciones gráfico rupestres en
general es un ejercicio complejo, y requiere un alto grado de
sistematización, análisis y comparación de las figuras, que tiene
que ver no sólo con la forma sino con todo el contexto arqueo-
lógico en el que se encuentran, de tal forma que todos los as-
pectos pueden llegar a ser variables en la interpretación, como
son la ubicación de cada una de las pictografías y sus asociacio-
nes con otras dentro del mismo panel y del sitio arqueológico,
los colores, la ubicación y características del sitio arqueológico
y demás características.
Investigadores como Rubén Manzanilla y Arturo Talavera
piensan que este ejercicio es posible mediante las herramientas
adecuadas:
A pesar de que algunos investigadores de las manifestacio-
nes gráfico rupestres piensan que su significado no es acce-
sible y que su interpretación es más un ejercicio de especu-
lación pensamos que buscar interpretaciones lógicas y ra-
zonables, basadas en el registro sistemático, la comparación
con fuentes arqueológicas, históricas y etnológicas, permite
abrir el camino a un conocimiento más convincente del lla-
mado arte rupestre (Manzanilla,Talavera, 2008:13).
90. 90
Sin embargo, aún con la adecuada sistematización de la infor-
mación y su registro, este ejercicio no deja de ser meramente
subjetivo y este carácter subjetivo de la naturaleza de las picto-
grafías hace que la interpretación se convierta en un ejercicio
también completamente subjetivo y que depende del enfoque
de cada investigador al realizar su estudio, como lo resume
Carlos Viramontes: “Hay que recordar que los motivos no son
sólo formas, sino que cada forma contiene en sí misma un sig-
nificado, aunque en ocasiones este escape de una identificación
precisa” (Viramontes 2005:87).
Diversos investigadores han desarrollado muchos méto-
dos para el análisis e interpretación de las figuras en la gráfi-
ca rupestre, dando un enfoque diferente a sus investigaciones,
pero la mayoría coincide que se desenvuelven en el plano de
lo sagrado. Las representaciones gráfico rupestres tienen que
ver con la vida ritual de los autores de las pictografías. Carlos
Viramontes lo explica del siguiente modo:
Aún cuando estamos conscientes que la gráfica rupestre
tiene motivaciones y derivaciones múltiples, consideramos
que una de las vertientes más relevantes es su carácter ritual.
En ese sentido, la concentración de sitios con manifesta-
ciones gráfico rupestres en ciertos lugares específicos, como
pueden ser las inmediaciones del Pinal del Zamorano, nos
hace proponer que estos lugares participaron en la cosmovi-
sión de los grupos de recolectores cazadores como paisajes
sagrados (Viramontes 2005:182).
Los recolectores-cazadores están plasmando ideas, situaciones
y vivencias de carácter religioso en las pictografías. Las figuras
91. 91
o dibujos, para el caso de Coahuila, son de carácter ideográfico,
es decir,en un plano meramente subjetivo,las figuras plasmadas
en la roca representan ideas o pensamientos con un significado
íntimamente relacionado con la experiencia personal del que lo
plasma y para nuestro caso, aplica también para el investigador
que lo interpreta.Los prehispánicos del desierto hicieron pocas
representaciones figurativas como animales o plantas, en esta
parte del desierto chihuahuense existen más representaciones
no figurativas de tipo esquemático y de carácter geométrico
como líneas, círculos y otros más.
Los significados de estas representaciones, en general sue-
len estar vinculados con distintos temas o “textos”como los lla-
ma Leticia González en un concepto que los define muy bien:
[...] introduzco como premisa que las figuras representa-
das −en algunos casos de manera individual, en otros en
combinación con otras figuras− dan cuenta de uno o varios
textos, cada texto reflejando en sí un concepto en torno al
cual giraría la selección de las figuras, [y] la técnica aplica-
da [...] En el caso de sitios con alta densidad de figuras, el
mismo texto repetido [...] podría representar diferentes mo-
mentos históricos y/o tecnológicos y /o a diferentes etnias
(González, 1992:40-41).
Es así como Leticia González identifica tres temas que pu-
dieran estar identificados en las figuras: el chamán, los astros y
las cuentas (González, 2005); Moisés Valadez identifica cuatro
temas: el paisaje, los astros, el agua y la cacería y, finalmente,
los objetos rituales y los personajes míticos (Valadez, 2005).
Carlos Viramontes señala el agua, la fertilidad, la caza y los
92. 92
astros, incluyendo también los registros históricos y los mar-
cadores territoriales (Viramontes, 2005). Es posible ver que en
los diferentes temas que estos investigadores han señalado, se
encuentran los astros,y como señalé en capítulos anteriores,los
astros tuvieron un papel significativo en la vida de los grupos
de recolectores-cazadores- pescadores nómadas del desierto, y
en general en las distintas culturas antiguas del mundo.
Existen una gran cantidad de objetos y fenómenos astro-
nómicos observables a simple vista, que con los principios bá-
sicos de astronomía posicional y una observación constante
y sistemática del cielo –como seguramente fue el caso de los
grupos humanos del desierto de Coahuila− es posible iden-
tificar, como la salida y puesta del sol, las fases de la luna,
el movimiento del firmamento, las constelaciones, los movi-
mientos errantes de los planetas, las conjunciones planetarias,
los eclipses, tanto lunares como solares, los meteoritos, los co-
metas y las supernovas.
El caso particular que nos ocupa en el estudio de las pic-
tografías de seis sitios arqueológicos de distinta índole en
Coahuila, es el que hemos podido identificar en cinco tipos de
objetos celestes y dos fenómenos astronómicos. Se analizaron
un total 1,331 figuras presentes en los seis sitios, de las cuales,
al menos 27 se pueden identificar como de carácter astronómi-
co, quedando de forma muy clara la proporción en el siguiente
cuadro:
93. 93
Proporción de las figuras.
Estas figuras, a su vez, las identificamos como los siguientes
objetos o fenómenos celestes:
• Lunas
• Soles
• Estrellas o planetas
• Cometas
• Constelaciones
• Meteoritos
También se da el caso particular de que la composición de dos
figuras resulta en manifestación de un fenómeno en particular,
como es la supernova del año 1054 d. C. y que veremos en de-
talle más adelante.
En el siguiente cuadro, podemos ver de forma clara cómo
es la distribución de estas figuras:
Otros temas
Astronómicas
2%
98%
94. 94
Lunas
Soles
Estrellas o planetas
Cometas
Constelaciones
Meteoritos
#
Lunas
Soles
Estrellas o planetas
Cometas
Constelaciones
Meteoritos
#
Objetos celestes identificados.
Para realizar esta identificación, en esta investigación se han
establecido las siguientes bases y características como una pro-
puesta, en un ejercicio subjetivo, para identificar cada objeto o
fenómeno celeste:
Lunas. Dos líneas curvas, con distinta curvatura que se juntan
en los extremos de las mismas, representando las distintas fases
de la luna.
Soles. Círculos concéntricos y círculos ya sean vacíos o llenos
en el interior, con líneas uniformes, regulares, simétricas o de
similar tamaño representando los rayos solares. En este caso, se
toman las líneas de similar tamaño como representaciones de
los rayos solares,ya que a simple vista así lucen estos,uniformes
o regulares a diferencia de las estrellas.
Astros
Lunas
Soles
Estrellas o planetas
Cometas
Constelaciones
Meteoritos
1
1
8
8
8
1
95. 95
Estrellas o planetas.Círculos con líneas o rayos de tamaño dife-
rente y dispuestos en forma no siempre simétrica, líneas rectas
intersecadas entre sí. El efecto que da la luz de las estrellas al
observarse a simple vista es muy particular: “titilan”, por lo que
los rayos de luz que salen de dichos astros parecieran moverse
y es por eso que estas figuras las relaciono con ellas. El caso de
los planetas es particular también, en principio podrían parecer
una estrella más, una detallada observación daría cuenta de que
no es así, pero su representación, probablemente en muchos
casos fue similar a la de las estrellas por la posición aparente
que ocupan en el firmamento.
Cometas. Círculos con líneas rectas o curvas largas y de poca
curvatura “saliendo de ellos”. En apariencia un cometa es un
objeto estático,que no se desplaza de posición en el corto tiem-
po, el movimiento de un cometa apenas se nota tras varias se-
manas o meses de observación,es por eso que las líneas rectas o
de poca curvatura representarían la cola de los cometas.
Constelaciones. Figuras asociadas a otros astros y que pudieran
representar las constelaciones más representativas del firma-
mento en el hemisferio norte. Existen constelaciones prácti-
camente universales y que han sido reconocidas por diversas
culturas antiguas (aunque las figuras que representan varían se-
gún cada cultura) por su inconfundible forma, es el caso de las
que actualmente llamamos Orión, La Osa Mayor, Cassiopeia,
Escorpión y las Pléyades, por mencionar solamente las más fa-
mosas y reconocibles a simple vista.
96. 96
Meteoritos. Círculos con líneas onduladas “saliendo” de ellos.
Los meteoritos o estrellas fugaces son fenómenos astronómicos
sumamente espectaculares y que duran unos pocos segundos,
sin duda el movimiento es una parte esencial de estos, es por
ello que los relaciono directamente con las líneas onduladas, ya
que ellas dan esa sensación de movimiento que caracteriza los
meteoritos.
Figuras astronómicas identificadas
Lunas
Luna, sitio El Junco II.
Luna, sitio El Junco II.
97. 97
Luna, sitio El Junco II.
Luna, sitio Cartujanos I.
Luna, sitio Huizachal.
107. 107
Los motivos astronómicos de cada sitio en particular y
sus posibles correlaciones celestes
De acuerdo a las condiciones geográficas de cada sitio, los pa-
neles completos y los lugares donde se insertan los motivos
astronómicos, las figuras encontradas y los posibles paisajes as-
tronómicos en los sitios, nos llevan a proponer las siguientes
hipótesis de posibles eventos astronómicos que pudieran ha-
ber sido representados en las manifestaciones gráfico rupestres
existentes en los sitios.
El Junco I
En este sitio se encuentran 36 figuras. Pienso que al menos
cinco son de carácter astronómico, dos estrellas, una luna, una
constelación y un planeta. La ubicación geográfica donde se
encuentra este sitio, en la boca de entrada a un gran cañón,
hace que la vista sea hacia el noreste. La figura interpretada
como constelación podría ser una representación de la conste-
lación de la Osa Mayor, visible en esa dirección al menos seis
meses durante un año.
En el panel aparecen otras pictografías como círculos que
pudieran ser interpretados como una conjunción de planetas.
Una parte del panel pudiera ser el caso de un paisaje del cie-
lo en determinado momento y que pudiera representar varios
días, los días que el cometa estuviera en el firmamento visible
a simple vista. Es posible que la aparición de un cometa haya
marcado algún momento particular de la vida de algún perso-
naje o grupo, y hayan decidido pintarlo realizando algún rito o
ceremonia.
110. 110
El Junco II
El sitio arqueológico está compuesto por un gran mural con
327 figuras, de ellas la propuesta es que al menos cinco son de
carácter astronómico. El panel donde se encuentran las figuras
astronómicas de este sitio es muy particular y muy comple-
jo, seguramente fue un lugar de relevancia en la cosmovisión
de los prehispánicos del desierto. Pareciera que se tratara de
una gran historia, seguramente realizado a lo largo de muchas
generaciones de grupos nómadas. A su vez, en el sitio se en-
cuentran una gran variedad de figuras y formas dispuestas de
tal forma que posiblemente los temas que se encuentran en las
figuras del lugar son muchos.
La ubicación de los posibles motivos astronómicos en
principio pudiera parecer azarosa ya que están distribuidos a lo
largo del panel y relacionados con una gran cantidad de figuras
más. Pero el caso particular de un astro en lo que pareciera ser
el contorno o perfil de una sierra o paisaje nos hace pensar,par-
ticularmente, que ese sea el planeta Venus, en cualquiera de sus
dos modalidades,ya sea como “estrella de la tarde”o “estrella de
la mañana”en algún lugar del horizonte. El mismo caso se pre-
senta con un par de lunas representadas en la parte superior del
panel y que podrían estar relacionadas con línea del paisaje y la
posición de las fases de la luna en un momento determinado.
113. 113
Cueva de La Espantosa
La Cueva de La Espantosa es un sitio que fue una cueva habi-
tacional. Las excavaciones realizadas y el material encontrado
en ella así lo demuestran. La ubicación de esta cueva, en la
parte alta de un cañón, hace que las condiciones de observa-
ción sean inmejorables. En este caso, la composición de dos
figuras, así como la posición que guardan respectivamente una
con la otra, pudieran ser la representación de la aparición de
la supernova del Cangrejo en el año 1054 después de Cristo.
La supernova del 1054 fue un fenómeno celeste observado en
todo el hemisferio norte en ese año. La magnitud del evento
hizo que la supernova se viera incluso de día. El día que este
fenómeno sorprendió al mundo, el paisaje celeste presentaba la
luna muy cerca de la supernova, además de la constelación de
Cassiopeia, caracterizada o parecida a una letra w. El evento
fue registrado por varias culturas de la antigüedad, como los
chinos,que tenían una astronomía muy avanzada para la época.
En América del norte, los Puebloans, en Chaco Canyon re-
gistraron el evento en una manifestación gráfico rupestre muy
parecida al caso que nos ocupa. Seguramente un evento de tal
magnitud no pasó desapercibido por los nómadas de Coahuila
y su aparición misma en el firmamento ya lo hace especial y
fuera de lo común con un significado de alta influencia en la
cosmovisión de los recolectores cazadores.
114. 114
Estrella y luna.
Posible representación de súper nova
del Cangrejo en el año 1054 d. C.
Pictografías en Chaco Canyon
que fueron interpretadas como la supernova del año 1054 d. C.
115. 115
Cueva de La Estrella
La Cueva de La Estrella se encuentra en la parte central de
un gran cañón. En este sitio sólo se localiza una figura que
pudiera ser de carácter astronómico y en general pocas figuras.
Tal vez esta figura es la representación de un planeta, por las
características, la uniformidad en sus rayos y la intensidad con
la que parece brillar semeja a un planeta durante alguno de sus
tránsitos cercanos a la Tierra, probablemente Júpiter.
Pictografía Cueva de La Estrella,
probablemente Júpiter.
116. 116
Mesa de Cartujanos I
En el lugar existen 857 figuras, de las cuales, al perecer sólo
dos pudieran ser de carácter astronómico; particularmente dos
lunas.Este sitio reúne varias características que lo hacen espec-
tacular. Está ubicado en la parte alta de una “mesa”, justo en la
parte de los acantilados, en la orilla. Hay gran riqueza de pic-
tografías y variedad de estilos. Con una vista inigualable hacia
el sur, en el sitio es posible ver el tránsito de la esfera celeste a
lo largo de una noche completo. Las fases de la luna pueden
ser perfectamente observadas desde este lugar. El sitio segura-
mente fue lugar de ritos y ceremonias de diversa índole, pero
particularmente debido al hecho de que existan esas represen-
taciones lunares asociadas a otras figuras con alguna relación
numérica entre el número siete, el 28 y sus múltiplos, pienso
que el lugar fue especial, entre otras cosas, para la observación
de las fases de la luna y el conteo de los ciclos lunares.
118. 118
Petrograbados del Huizachal
Este sitio, dada la naturaleza del mismo y de los elementos
arqueológicos, es un caso diferente. Los petrograbados encon-
trados en él, particularmente los que pudieran ser de carácter
astronómico, están relacionados más directamente con el pai-
saje del sitio y sus posibles relaciones con el horizonte.
Es uno de los muchos sitios con petrograbados en el estado
de Coahuila. La mayoría de ellos contiene rocas con figuras de
carácter celeste. El hecho de que la mayoría de las lomas donde
se encuentran los petrograbados estén orientadas este-oeste y
la posición que guardan las rocas hace que estos sitios sean
ideales para la astronomía del sol. En este lugar se pudieron
identificar una serie de figuras directamente relacionadas con
el sol y la posición de las rocas en las que están, hace pensar
directamente en las direcciones en el horizonte, de fenómenos
como los solsticios y equinoccios. Incluso uno de ellos está in-
tersecado por una línea recta que podría señalar directamente
el rumbo de uno de estos fenómenos. Lo mismo sucede con el
caso de la luna representada en una roca. En otro caso particu-
lar, pareciera que otra figura está “entrando” al círculo solar en
lo que parecería una representación de un eclipse. En el lugar
existe también una figura que pudiera ser identificada como la
representación de un meteorito o estrella fugaz que posible-
mente fue observada durante algún evento o ceremonia en los
petrograbados y que el grabador, debido a su espectacularidad,
plasmó, asociándola a algún evento particular en ese momento
y lugar.
125. 125
Conclusiones
Estas conclusiones no pueden ser tomadas de forma definitiva
en la investigación de los motivos astronómicos de la gráfica
rupestre de Coahuila. Son el resultado de un primer análisis
de apenas seis sitios arqueológicos con este tipo de pictografías
de los muchos que existen en la región desértica. La identifica-
ción de estas figuras como representaciones celestes también es
apenas un primer acercamiento en la interpretación de forma
más amplia de los paneles con pictografías en los sitios arqueo-
lógicos de la región.
Es claro que los recolectores-cazadores-pescadores del de-
sierto coahuilense están representando diversos astros en dife-
rentes situaciones, seguramente cada uno de ellos asociado a
algún aspecto de la cosmovisión de los grupos nómadas.Tam-
bién es claro que la selección de los lugares para pintar o grabar
es resultado de un perfecto conocimiento del entorno natural
donde se desarrollaban y del carácter sagrado de los sitios y su
especial selección.
De este primer análisis se deduce que cada unos de los
astros representados fue hecho con un motivo especial y par-
ticular, sin cuestiones azarosas. Dentro del culto a los astros
que varios investigadores identifican, en las representaciones
analizadas pudieran haber cuando menos dos caracteres par-
ticulares: el sol y la luna; también es posible que existan otras
126. 126
más que se representan algunos fenómenos más particulares y
asociados a diversos eventos especiales. Se puede explicar de la
siguiente forma.
El sol. El caso de las pictografías que representan soles, la pro-
puesta es que están en lugares específicamente ligados a los
eventos del horizonte,como lo son los sitios con petrograbados
y se puede pensar en la hipótesis de que estos sitios fueron lu-
gares particularmente utilizados para el culto al sol. El hecho
de no haber identificado figuras solares en los paneles con pic-
tografías pintadas en cuevas o abrigos rocosos y únicamente en
las lomas con petrograbados, además de la posición de las rocas
en los mismos hace pensar y reflexionar en ello. Muchas cultu-
ras a lo largo y ancho del planeta, y durante miles de años, han
sido adoradoras del sol y han consagrado una gran cantidad de
espacios al culto del astro rey.
La luna. Las fases de la luna y el conteo de los ciclos lunares
seguramente que fueron uno de los eventos astronómicos más
observados y registrados por los nómadas del desierto. Ellos
estaban contando esos ciclos y probablemente los relaciona-
ban con la fertilidad, con la menstruación femenina y tal vez
también con la movilidad de los grupos a través del desierto.
Se propone en este caso que hubieron lugares específicamente
designados para ello, sobre todo los sitios en las partes altas de
las sierras, donde la observación astronómica a simple vista es
de lo mejor.
Este par de astros, el sol y la luna, son básicamente los
que sobresalen de todos lo demás, tanto en la vida actual como
127. 127
en la cosmovisión de los grupos de recolectores-cazadores del
desierto.
El sol y la luna significan la seguridad de los ciclos regu-
lares de la vida. No es posible saber exactamente cuándo va a
llover, si caerá un trueno, si habrá buena o mala cacería, ni el
momento exacto de un nacimiento o una muerte, pero exis-
te algo 100% seguro al menos durante muchos miles de años
próximos, que es que el sol saldrá al otro día, y que en la noche
cada 28 días en cielo, la luna habrá de nacer, crecer, menguar y
desaparecer. Estos factores y muchos otros debieron inspirar y
generar muchas ceremonias o ritos dedicados especialmente a
ellos, relacionados con cuestiones de renacimiento, fertilidad y
relaciones cíclicas entre otras más. Actualmente estamos muy
desnaturalizados respecto a nuestro entorno celeste,el hecho de
habitar en espacios cerrados y en mayor medida la iluminación
artificial en las noches, además de la pérdida de la observación
del firmamento por un sinfín de causas, nos hace perder la re-
lación con el firmamento y sus astros. En las calientes noches
del desierto con los cielos despejados por atmósferas limpias
en los tiempos prehispánicos, y aún en tiempos actuales, en
muchos parajes desérticos es imposible no sentirse influido por
la majestuosa luna. Para los grupos nómadas, la luna debió te-
ner una gran carga de simbolismo. Por otro lado, el astro rey, el
sol, su impecable paso diario por la bóveda celeste, su aparente
movimiento en el horizonte y lo implacable que suele ser en el
desierto fue sin duda una parte importante de la cosmovisión
de estos humanos.
Otro tipo de objetos y fenómenos celestes fueron impor-
tantes, pero no al grado del sol y la luna. Las hipótesis y los
128. 128
resultados de la investigación indican que las estrellas y las
constelaciones tuvieron un papel diferente a los demás astros,
sirviendo más como referencia, tal vez geográfica, como los
marinos de la antigüedad, tal vez calendárica, como el zodiaco,
o tal vez relacionada con eventos particulares en la vida de los
personajes de las sociedades recolectoras que en su momento
coincidieran con alguna constelación o estrella. El movimiento
errante en el firmamento, pero regular en sus tiempos, hace a
los planetas objetos celestes especiales.Tenemos la hipótesis de
que sus representaciones tienen que ver con eventos particula-
res, como una buena cacería, una batalla ganada, el nacimiento
de un miembro del grupo, en coincidencia con la presencia de
algún planeta en el cielo y que podría tener varias interpreta-
ciones tanto positivas como negativas (mala cacería, sequías,
derrotas, escases de recursos, entre otras).
Los fenómenos “inesperados” como los eclipses, los come-
tas, los meteoritos y las supernovas, por sí mismos, su especta-
cularidad y su belleza merecen admiración. Actualmente aún
existen muchas creencias en diferentes lugares del planeta res-
pecto a los eclipses y los cometas, en algunas sociedades existen
mitos y creencias relacionadas con las mujeres embarazadas y
los eclipses que pudieran remitirnos a viejas creencias o mitos
desarrollados por los antiguos pobladores.Estos fenómenos for-
maron parte del plano sobrenatural en la cosmovisión indígena.
Muchos de ellos seguramente fueron tomados como señales de
buen y mal agüero para la vida de los nómadas, relacionados
con eventos pasados y futuros en coincidencia con la presencia
y aparición de estos fenómenos celestes, ocupando un lugar im-
portante en la cosmovisión de los indígenas de Coahuila.
129. 129
Como consideraciones finales, se puede afirmar que los
astros, como el sol y la luna, en mayor medida, y las estrellas,
constelaciones, cometas, meteoros, etcétera, en menor medida,
tuvieron un gran impacto en las vidas de los recolectores-ca-
zadores-pescadores del estado de Coahuila durante miles de
años, en el desarrollo de la cultura del desierto. Estos formaron
una parte esencial y un papel fundamental en su cosmovisión,
el hecho de que hayan representado objetos y fenómenos ce-
lestes en lugares sagrados así nos lo indica. No podemos afir-
mar con certeza qué estaban representando en cada caso o sitio
en particular, lo que sí puedo afirmar es que están plasmando
ideas, experiencias, sucesos y momentos espacio temporales re-
lacionados directa e indirectamente con la bóveda celeste y sus
miembros, a través de ritos o ceremonias y que las manifesta-
ciones gráfico rupestres son el resultado; y en muchos casos, la
única evidencia material con la que contamos los arqueólogos
para tratar de reconstruir y comprender uno de los aspectos
fundamentales de la vida de las personas que habitaron el de-
sierto: su cosmovisión.
En general, las diversas culturas a lo largo de la historia,
a su manera, de acuerdo a su cosmovisión y con los recursos
particulares de cada una de ellas, representaron y dedicaron
espacios a los astros. La forma de representar los fenómenos
celestes y el espacio dedicado a este tipo de manifestaciones
está ligado íntimamente al contexto natural, geográfico e his-
tórico que cada sociedad vivía en el momento de realizar las
expresiones que perduran en los contextos arqueológicos de
hoy,de tal forma,los habitantes nómadas prehispánicos del de-
sierto, que tenían una íntima relación con el contexto natural
130. 130
donde desarrollaron tan exitosa cultura, plasmaron las posibles
representaciones de fenómenos tan fuertemente ligados con la
naturaleza como son los celestes en los soportes naturales del
desierto de Coahuila como son la rocas.
El hecho de conocer el pensamiento, la cultura y la cos-
movisión de los habitantes prehispánicos del desierto es uno
de los objetivos científicos de la arqueología que desarrollamos
en el Centro INAH Coahuila para poder escribir y relatar a
nuestras generaciones cómo era la vida entonces. Otro de los
aspectos fundamentales en nuestra labor como científicos y
como uno de los objetivos elementales del INAH, es la conser-
vación y protección patrimonial de estos vestigios del pasado,
en ese sentido, conocer los sitios arqueológicos, registrarlos, e
interpretarlos, es la punta de lanza para su protección. Nadie
protege lo que no conoce.
131. 131
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