Resumen del Libro Como ganar amigos e influir en las personas
1. COMO GANAR AMIGOS E INFLUIR SOBRE LAS PERSONAS
En el libro Cómo Ganar Amigos e Influir sobre las Personas aprenderás:
- Hacer amigos rápida y fácilmente.
- Lograr que los demás piensen como tú.
- Incrementar tu influencia, prestigio, habilidad de lograr que las tareas
se realicen.
- Proceder ante las quejas, evitar discusiones, preservar sus relaciones
humanas afables y agradables.
- Convertirte en un mejor orador, un conversador más jovial.
El libro Como Ganar Amigos e Influir sobre las Personas escrito por Dale
Carnegie, vendido por más de 15 millones de copias en todo el mundo, saca a
relucir los principios de las relaciones humanas que muchas veces
descuidamos, y que son de vital importancia en muchos campos de nuestra
vida, con estos principios podrás repotenciarte en tus relaciones con los
demás.
Primera parte
Técnicas fundamentales para tratar con el prójimo
Regla 1: No critique, no condene, ni se queje
La crítica es inútil porque pone a la otra persona en la defensiva, y
generalmente hace que esa persona trate de justificarse. En si es peligrosa
porque lastima el orgullo, hiere su sentido de importancia y despierta un
resentimiento.
2. El resentimiento que produce la crítica puede desmoralizar colaboradores,
miembros de la familia y amigos, y aun así no corrige la situación que se ha
criticado. En mil páginas de la historia se encuentran ejemplos de la inutilidad
de la crítica.
En lugar de censurar a la gente, trata de comprenderla. Eso es mucho más
provechoso e interesante que la crítica, y de ello surge la simpatía, la
tolerancia y la bondad.
Regla 2: Demuestre aprecio honrado y sincero
Existe un único medio para conseguir que alguien haga algo. Y ese es hacer
que esa persona quiera hacerlo.
Todo lo que hacemos surge de 2 motivos: el impulso sexual y el deseo de ser
grande. El impulso más profundo de la naturaleza humana es el deseo de ser
importante.
El principio más profundo del carácter es el anhelo de ser apreciado. Eso es
una sed humana infalible, y los pocos que satisfacen honestamente esa sed
del corazón podrán tener a los demás en palma de la mano.
Todas las personas trabajan mejor y hacen mayores esfuerzos en un espíritu
de cooperación que en uno de crítica.
Cuando quieras apreciar honestamente a alguien deberás tener cuidado de
no caer en la adulación. La diferencia entre la apreciación y la adulación es
simple. Una es sincera y la otra no. Una procede del corazón, la otra sale de
la boca. Una es altruista, la otra egoísta. En pocas palabras la adulación es un
elogio barato.
Todas las personas están hambrientas de apreciación. Trata de pensar en las
buenas cualidades de los demás. Borra la adulación. Da una apreciación
honrada y sincera. Se caluroso en tu aprobación y generoso en tus elogios,
con eso las personas acogerán con cariño tus palabras y las guardara,
repitiéndolas durante toda su vida.
3. Regla 3: Despierte en los demás un deseo vehemente
Hablarles a los demás de lo que tú necesitas o deseas, es infantil y absurdo,
ya que eso solo te interesa a ti. A los demás les interesa lo que ellos desean o
necesitan.
El único medio del cual dispones para influir en las personas es hablar acerca
de lo que ellos quieren, y enseñarle como conseguirlo. El mejor consejo para
los que quieran ser persuasivos es: primero, despertar en la otra persona un
franco deseo. Quien puede hacerlo tiene al mundo consigo.
Si existe un secreto sobre el éxito, este radica en la capacidad de apreciar el
punto de vista de los demás y ver las cosas desde ese punto de vista así como
el propio.
No pierdas el tiempo hablando de tus problemas, es mejor tratar de
comprender el punto de vista de la otra persona y ve las cosas desde ese
punto de vista así como el tuyo.
La expresión del yo es la necesidad dominante en el carácter humano.
SEGUNDA PARTE
SEIS MANERAS DE AGRADAR A LOS DEMÁS
Regla 1: Interésese sinceramente por los demás
Tú podrás ganar más amigos en menos tiempo, interesándote honestamente
en los demás. Ya que los demás no se interesan en ti, se interesan en sí
mismos las 24 horas del día.
4. Las personas que no se interesan por los demás, son aquellas que tienen las
mayores dificultades en la vida y de ellos es que proceden todos los fracasos.
Si quieres conseguir amigos de verdad, dedícate a hacer cosas para los
demás, cosas que requieran tiempo, energía, altruismo. Si quieres hacer
amigos, saluda a los demás con ánimo y entusiasmo.
Mostrar un interés genuino en los demás, no solo dará amigos, también
puede crear lealtad por parte de los clientes hacia una organización.
Regla 2: Sonría
Uno de los factores más cautivadores de una personalidad es una sonrisa.
La sonrisa crea felicidad en el hogar, alienta la buena voluntad en los
negocios y es la clave de los amigos.
Tienes que disfrutar cuando te encuentras con la gente, si esperas que los
demás lo pasen bien cuando se encuentran contigo.
Regla 3: Recuerde que para toda persona, su nombre es el sonido más dulce
e importante en cualquier idioma.
Todas las personas se interesan más por su propio nombre que por todos los
demás de la tierra. Si recuerdas ese nombre y lo pronuncias con frecuencia,
te has rendido a su deño un halago sutil y efectivo.
Uno de los medio más simples, para conquistar la buena voluntad es el de
recordar nombres y hacer que los demás se sientan importantes.
Ten presente la magia que existe en un nombre. El nombre hace sentir a las
personas únicas entre todas las demás. El nombre obrara milagros cuando
trates con la gente.
Regla 4: Sea un buen oyente. Anime a los demás a que hablen de sí mismos
5. Dale Carnegie sostiene que todas las personas quieren un oyente interesado,
para poder revelar su yo y narrar todas sus experiencias. Por lo tanto es
importante que sepas escuchar con atención. Escucha teniendo un gran
interés en lo que dice tu interlocutor.
Muchas personas no consiguen causar buena impresión ya que no saben
escuchar con atención. Todas las personas ya sean famosas o gente común
quieren tener buenos oyentes.
De forma que si quieres ser un buen conversador, tienes que convertirte en
un oyente atento. Para ser interesante hay que interesarse. Pregunta cosas
que la otra persona se complacerá en responder. Alienta a los demás a que
hablen de sí mismos y de sus experiencias.
Ten presente siempre que, la persona con quien hablas esta cien veces más
interesada en sí misma, en sus necesidades y en sus problemas que en ti.
Regla 5: Hable siempre de lo que interesa a los demás
Dale Carnegie recomienda hablar de las cosas que sabes que le importan y
agradan a tu interlocutor. Así que investiga que es lo que atrae y entusiasma
a las personas.
Hablar en términos de los intereses de la otra persona es beneficioso para ti y
para tu interlocutor.
Regla 6: Haga que la otra persona se sienta importante y hágalo
sinceramente
Dale Carnegie nos comparte esta ley que si la seguimos, lograremos amigos y
felicidad, la cual es: “Trata siempre de que la otra persona se siente
importante. El deseo de ser importante es el impulso más profundo que
anima el carácter de las personas”
Obedece esa regla de oro, y da a los demás lo que quieres que ellos te den a
ti. Realízalo siempre en todas partes.
6. Tan grande es el poder de la apreciación sincera, que basta para cambiarle la
vida a cualquier persona, ya que en todos nosotros existe un deseo de
sentirnos importantes.
La mayoría de las personas con quienes interactúas se sienten superiores a ti
en algún sentido, y una forma de llegarles al corazón es hacerles entender, de
algún modo sutil, que tú reconoces su importancia y la reconoces
sinceramente.
Así que hable a los demás de ellos mismos y te escucharan por horas.
Tercera Parte
Logre que los demás piensen como usted
Regla 1: La única forma de salir ganando una discusión es evitándola.
Según Carnegie existe solo una forma de sacar la mejor parte de una
discusión y esa es: evitándola.
No se puede ganar una discusión. Si se pierde, ya está perdida, y si se gana,
se pierde de todas formas, porque si triunfas sobre tu rival destruyendo sus
argumentos, le aras sentirse inferior. Has lastimado su orgullo, Has hecho
que le duela ver que triunfas.
Si discutes y contradices, lo único que conseguirás serán triunfos vacíos,
porque jamás lograras la buena voluntad del contrincante.
7. Un malentendido no se soluciona por medio de una discusión sino por el
tacto, la diplomacia, la conciliación, y un sincero deseo de apreciar el punto
de vista de los demás.
Regla 2: Demuestre respeto por las opiniones ajenas, jamás diga a una
persona que esta equivocada
Si vas a demostrar algo, que no lo sepa nadie. Hazlo sutilmente, con tal
destreza que nadie piense que lo estás haciendo.
Nunca te verás en aprietos por admitir que quizá te equivoques. Eso
detendrá todas las discusiones y le dará a la otra persona el deseo de ser tan
justo y ecuánime como tú. Le hará admitir que también él puede
equivocarse.
Cuando cometemos un error, a veces lo admitimos para nuestros adentros. Y
si se nos sabe llevar, con suavidad y tacto, quizá lo admitamos ante los demás
y acaso lleguemos a enorgullecernos de nuestra franqueza y ecuanimidad en
tal caso. Pero no ocurre así cuando otra persona nos dice de golpe que
estamos en un error.
Regla 3: Si usted está equivocado, admítalo rápida y enfáticamente
Di tú mismo todas las cosas derogatorias que sabes que está pensando la
otra persona, o quiere decir, o se proponer decir, y dilas antes de que el haya
tenido una oportunidad de formularlas, y le quitaras la razón de hablar. Lo
más probable es que su contendor, asuma una actitud generosa, de perdón,
y trate de restar importancia al error que cometiste.
Si te criticas prontamente, antes de que tu oponente lo haga, le quitaras las
ganas de pelear.
Aquellas personas que admiten con nobleza y exaltación sus propios errores
están por encima de los tontos que solo saben defenderse de sus errores.
8. Cuando te equivoques, admítelo rápidamente y con entusiasmo el error que
cometiste. Criticarte en esas circunstancias será mucho más divertido y
beneficioso que tratar de defenderte.
Regla 4: Empiece en forma amigable
A nadie es posible obligar a que convenga contigo. Pero es posible llevar a
otra persona a ello, si somos suaves y amables.
Si quieres ganar a alguien a tu causa, debes convencerlo primero de que eres
un amigo sincero. La suavidad y la amistad son más poderosas que la furia y
la fuerza.
La bondad, amabilidad y la apreciación con los demás pueden hacerlos
cambiar de parecer más rápido que todos los regaños y amenazas del
mundo.
Regla 5: Consiga que la otra persona diga “si, si” inmediatamente
Cuando hables con una persona, no inicies discutiendo las cosas en que no
concuerdas con el. Comienza resaltando y sigue resaltando las cosas en que
están de acuerdo. Continua, y déjale ver que los dos tienen el mismo fin y
que la única diferencia es de método y no de propósito.
Has que la otra persona diga “Si, si”, desde un comienzo. Evita que la otra
persona diga “No”. Ya que cuando una persona dice “No”, todo el orgullo que
hay en su personalidad exige que sea consecuente consigo mismo. Así que,
es de suma importancia que llevemos a una persona en la dirección
afirmativa.
El orador hábil consigue desde un inicio una serie de síes, como respuesta.
Con ello consigue, poner en la ruta afirmativa los procesos psicológicos de
quienes lo escuchan. Por lo tanto, cuando más “Si” logres desde el inicio, mas
probable que logres captar la atención de tu interlocutor para tu proposición
final.
9. El método socrático, se basaba en obtener una respuesta de sí, sí. Hacia
preguntas con las cuales convenía con su interlocutor. Seguía ganando una
afirmación tras otra, hasta que tenía una cantidad de síes a su favor. Seguía
preguntando hasta que por fin, casi sin darse cuenta, su adversario se veía
llegando a una conclusión que pocos minutos antes habría rechazado
enérgicamente.
Regla 6: Permita que la otra persona hable más
Casi todos nosotros solemos hablar demasiado cuando tratamos de atraer a
los demás a nuestro modo de pensar. Deja que la otra persona hable más.
Ella sabe más que tu acerca de sus negocios y problemas. Hazle preguntas.
Permítele que nos explique unas cuantas cosas.
No interrumpas a tu interlocutor cuando se esta expresando. Es peligroso. No
te prestara atención mientras tenga aun una cantidad de ideas propias que
exclaman expresión. Escucha con paciencia y con ecuanimidad. Sé sincero.
Aliéntalo a expresar todas sus ideas.
Lo cierto es que hasta nuestros amigos prefieren hablarnos de sus hazañas,
antes que escucharnos a nosotros hablar de las nuestras.
Regla 7: Permita que la otra persona sienta que la idea es de ella
A nadie le gusta sentir que se le quiere obligar a que compre o haga una cosa
determinada. Todos preferimos pensar que compramos lo que se nos antoja
y aplicamos nuestras ideas. Nos gusta que se nos consulte sobre nuestros
deseos, necesidades e ideas.
Deja que la otra persona sienta que la idea es suya, esto sirve en los
negocios, la política y en la vida familiar.
Regla 8: Trate honradamente de ver las cosas desde el punto de vista de la
otra persona.
10. Las otras personas pueden estar equivocadas. Pero ellos no lo creen asi. No
los censures, por el contrario, trata de comprenderlas. Solo las personas
sagaces, tolerantes, excepcionales, tratan de proceder así.
Trata de ponerte en el lugar de la otra persona. Si llegaras a decirte: “¿Qué
pensaría, como reaccionaria si yo estuviera en su lugar?” habrás ahorrado
mucho tiempo e irritación, y habrás incrementado notablemente tu habilidad
para tratar con las personas.
Trata de verlo todo desde el punto de vista de los demás. Preguntate : ¿Por
qué esta persona va a querer hacerlo? Es cierto que te tomara tiempo, pero
te ayudara a ganar amigos y lograr mejores resultados.
Regla 9: Muestre simpatía por las ideas y deseos de la otra persona
Empieza diciéndote: “Yo no lo puedo culpar por sentirse como se siente. Si yo
estuviera en su lugar, no hay duda de que me sentiría de la misma manera:”
La mayoría de la gente con quienes te cruzaras más adelante, tienen sed de
simpatía. Dales esa simpatía, y te tendrán cariño.
Todas las personas desean universalmente la simpatía. Así que si quieres que
los demás piensen como tú, pon en práctica la regla 9
Regla 10: Apele a los motivos más nobles
Todas las personas con quienes te cruzas, tienen un alto concepto de ellas
mismas, y quieren ser nobles y altruistas para su propio juicio.
Generalmente, las personas tienen 2 razones para hacer algo: una razón que
parece buen y digna y la otra, la verdadera razón.
Cada uno piensa en su razón verdadera. Todos somos idealistas, queremos
pensar en los motivos que parecen buenos. Así pues, a fin de modificar a la
gente, apelemos a sus motivos más nobles.
Cuarta parte
11. Sea un líder: Como cambiar a los demás sin ofenderlos ni despertar
resentimientos
Regla 1: Empiece con elogio y aprecio sincero
Si tiene Usted que encontrar defectos, esta es la manera de empezar
Siempre es más fácil escuchar cosas desagradables después de haber oído
algún elogio. Podrías decirlo como hico Lincoln: “Hay ciertas cosas a cuyo
respecto no estoy del todo satisfecho con usted”. Eso es tacto y diplomacia.
Comenzar con elogios es como insensibilizar al dolor, antes de lanzar la
afirmación de corrección.
Regla 2: Llame la atención sobre los errores de los demás indirectamente
Llamar la atención indirectamente sobre los errores obra maravillas sobre
personas sensibles que pueden resentirse ante una crítica directa.
La mejor forma de criticar es haciéndolo indirectamente sin que la persona se
dé cuenta que realmente se le está diciendo, haciéndolo de un modo sutil
esta se dará cuenta por si misma de su error.
Regla 3: Hable de sus propios errores antes de criticar los de los demás
12. No es muy difícil escuchar una lista de los defectos propios si el que la hace
empieza admitiendo humildemente que también él está lejos de la
perfección.
Admitir los errores propios, aun cuando uno no los haya corregido, puede
ayudar a convencer al otro de la conveniencia de cambiar su conducta.
Regla 4: Haga preguntas en vez de dar ordenes
Procura en lo posible dar indicaciones, no órdenes.
El resentimiento originado por una orden violenta puede durar mucho
tiempo, aun cuando la orden haya sido dada para corregir una situación
evidentemente mala.
Hacer preguntas no sólo vuelve mas aceptables las ordenes, sino que con
frecuencia estimula la creatividad de la persona a quien se le pregunta. Es
más probable que la gente acepte con gusto una orden si ha tomado parte en
la decisión de la cual emano la orden.
Regla 5: Permita que la otra persona salve su propio prestigio
Salvar el prestigio es algo de muchísimo valor, pero muy pocos se detienen a
pensarlo. Pisoteamos los sentimientos de los demás, para seguir nuestro
camino, descubrimos defectos, preferimos amenazas, criticamos a un niño o
colaborador delante de los demás, sin darnos cuenta que hemos herido su
orgullo. Y unos momentos de pensar, una o dos palabras de consideración,
una comprensión autentica de la actitud de la otra persona contribuirán
poderosamente a aligerar la herida.
Aun cuando tengas la razón y la otra persona esté totalmente equivocada,
solo harás daño si le haces perder prestigio.
Regla 6: Elogie el más pequeño progreso y, además, cada progreso. Sea
caluroso en su aprobación y generoso en sus elogios.
Si elogias hasta la más mínima mejora. Conseguirás que los demás quieran
seguir mejorando.
Elogiando un logro específico, en lugar de hacer una alabanza generalizada,
conseguirás que el elogio se convierta en algo más significativo para la
13. persona a quien se lo dirige. A todos nos gusta ser elogiados, pero cuando el
elogio es especifico, se lo recibe como sincero, no algo que la otra persona
puede estar diciendo solo para hacernos sentir bien.
Si tú inspiras a aquellos con quienes interactúas, para que comprendan las
habilidades ocultas que poseen, podrás hacer mucho más que cambiarlos,
podrás transformarlos, literalmente.
Regla 7: Atribuya a la otra persona una buena reputación para que se
interese en mantenerla.
Si quieres que una persona mejore en cierto sentido, procede como si ese
rasgo particular fuera una de sus cualidades sobresalientes. Dale un
reputación, y se le vera hacer esfuerzos prodigiosos antes de desmentirla.
Si quieres lograr buenos resultados en la misión de cambiar la actitud o
conducta de los demás recuerda la regla 7.
Regla 8: Aliente a la otra persona. Haga que los errores parezcan fáciles de
corregir
Si le dices a un niño, conyugue, o a un colaborador, que no sirve en ciertas
cosas, que no tiene dotes para lograrlo o que las realiza mal, y abras
destruido todo incentivo para que trate de mejorar. Pero si empleas la
técnica contraria; si eres liberal en tu forma de alentar, si haces que las cosas
parezcan fáciles de realizar, si le das a entender a esa persona que tienes fe
en sus capacidades para lograrlas, la veras practicar hasta superarse.
Regla 9: Procure que la otra persona se sienta satisfecha de hacer lo que
usted quiere
Cuando sugieras a una persona que haga algo, asegúrate que tanto tu como
la otra persona obtengan beneficios, de esta forma se sentirá interesado por
aquello que deseas que haga.
14. PD: Si te ha servido el resumen, puedes compartirlo con tus amigos o
familiares.
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