1. CÁNCER
El cáncer es esencialmente una enfermedad de
división celular incontrolada. Su desarrollo y progresión
suelen estar vinculados a una serie de cambios en la
actividad de los reguladores del ciclo celular. Por
ejemplo, los inhibidores del ciclo celular evitan que las
células se dividan cuando las condiciones no son las
adecuadas, por lo que la reducción de la actividad de
estos inhibidores puede promover el cáncer. Del
mismo modo, los reguladores positivos de la división
celular, pueden conducir al cáncer si son demasiado
activos. En la mayoría de los casos, estos cambios en la actividad se deben a mutaciones
en los genes que codifican proteínas reguladoras del ciclo celular.
El cáncer es una enfermedad genética porque pueden rastrearse hasta alteraciones en
genes específicos, pero en la mayor parte de los casos, no es una enfermedad hereditaria.
En una enfermedad hereditaria, el defecto genético se presenta en los cromosomas de los
padres y se transmite al cigoto. Por el contrario, las alteraciones genéticas que ocasionan
la mayor parte de los cánceres se originan en el DNA de las células somáticas durante la
vida del individuo afectado. Por estos cambios genéticos, las células cancerosas se liberan
de muchas de las restricciones a las cuales están sometidas las células. Las células
normales no se dividen a menos que sean estimuladas para hacerlo a través de los
mecanismos son estáticos corporales; no sobreviven si sufren un daño irreparable, ni se
alejan de su tejido original para crear nuevas colonias en otras partes del cuerpo.
Por el contrario, la mayor parte de las células cancerosas experimentan una pérdida de
todas estas influencias reguladoras que protegen al organismo del caos y la
autodestrucción. De mayor importancia, las células cancerosas proliferan de forma
descontrolada, produciendo tumores malignos que invaden los tejidos sanos circundantes.
Siempre y cuando el crecimiento del tumor permanezca localizado, la enfermedad suele ser
susceptible de tratamiento y curación mediante ablación quirúrgica del tumor. Sin embargo,
los tumores malignos tienden a producir metástasis; es decir, se forman células relegadas
que se separan de la masa original de tejidos, que entran a la circulación linfática o vascular
2. y se diseminan a sitios distantes en el cuerpo donde establecen tumores secundarios letales
(metástasis) que ya no son susceptibles de ablación quirúrgica.
Al nivel celular, la característica más importante de la célula cancerosa (ya sea que se
encuentre en el cuerpo o en un medio de cultivo) es su pérdida de control del crecimiento.
La capacidad para el crecimiento y división no es dramáticamente diferente entre las células
cancerosas y la mayor parte de las células normales.
CÉLULAS CANCEROSAS
Las células cancerosas se comportan de manera diferente a las células normales del
cuerpo. Muchas de esas diferencias están relacionadas con el comportamiento de la
división celular.
Por ejemplo, las células cancerosas pueden
multiplicarse en un cultivo (fuera del cuerpo
en una placa) sin que se adicionen factores
de crecimiento, o señales proteicas que
estimulan el crecimiento. Esto contrasta con
células normales, las cuales necesitan
factores de crecimiento para crecer en el
cultivo.
Las células cancerosas pueden crear su propio factor de crecimiento, tener vías de factor
de crecimiento que estén atascadas en posición de "encendido" o, en el contexto del
cuerpo, incluso engañar a células vecinas para que produzcan factores de crecimiento que
las mantengan.
Las células de cáncer también ignoran las señales que deberían detener su división. Por
ejemplo, cuando las células normales cultivadas en una placa están apretadas por vecinos
en todos lados, ya no se dividirán más. Las células de cáncer, en cambio, continúan
dividiéndose y se enciman unas sobre otras en capas abultadas.
El ambiente en una placa es diferente del ambiente en el cuerpo humano, pero los
científicos piensan que la pérdida de inhibición de contacto en las células de cáncer
cultivadas en una placa refleja la pérdida de un mecanismo que normalmente mantiene el
balance del tejido en el cuerpo.
Otra característica distintiva de las células cancerosas es su "inmortalidad replicativa", un
término elegante para el hecho de que pueden dividirse muchas más veces que una célula
somática normal. En general, las células humanas pueden experimentar de 40 a 60 rondas
de división antes de perder la capacidad de dividirse, "envejecer" y finalmente morir. Las
células de cáncer pueden dividirse muchas más veces, en gran parte porque expresan una
enzima llamada telomerasa, que invierte el desgaste de los extremos del cromosoma que
sucede normalmente durante cada división celular.
3. DESARROLLO DEL CÁNCER
Las células tienen muchos mecanismos diferentes para restringir la división celular, reparar
los daños en el ADN y evitar el desarrollo de cáncer. Debido a esto, se piensa que el cáncer
se desarrolla en un proceso de varias etapas, en el que múltiples mecanismos deben fallar
antes de que se alcance una masa crítica y las células se vuelvan cancerosas.
Específicamente, la mayoría de los cánceres emergen cuando las células adquieren una
serie de mutaciones (cambios en el ADN) que hacen que se dividan más rápidamente,
evadan controles de división internos y externos, y eviten la muerte celular programada.
¿Cómo podría funcionar este proceso? En
un ejemplo hipotético, una célula podría
primero perder la actividad de un inhibidor del
ciclo celular, un evento que haría que las
descendientes de la célula se dividan un poco
más rápidamente. Es poco probable que sean
cancerosas, pero pueden formar un tumor
benigno, una masa de células que se dividen
demasiado, pero no tienen el potencial de
invadir otros tejidos (metastatizar).
Conforme pasa el tiempo, puede ocurrir una
mutación en alguna de las descendientes de
las células, lo que causa un aumento en la actividad de un regulador positivo del ciclo
celular. La mutación puede no causar el cáncer por sí misma tampoco, pero la descendiente
de esta célula se dividiría incluso más rápidamente, lo que crea un grupo más grande de
células en las cuales podría ocurrir una tercera mutación. Con el tiempo, una célula podría
tener suficientes mutaciones para adquirir las características de una célula cancerosa y dar
lugar a un tumor maligno, un grupo de células que se dividen excesivamente y pueden
invadir otros tejidos.
A medida que progresa un tumor, sus células típicamente adquieren cada vez más
mutaciones. Los cánceres en etapas avanzadas pueden tener cambios importantes en sus
genomas, que incluyen mutaciones a gran escala, tales como la pérdida o la duplicación de
cromosomas enteros. ¿Cómo surgen estos cambios? Por lo menos en algunos casos,
parece que se deben a la inactivación de mutaciones en los mismos genes que mantienen
estable al genoma (es decir, los genes que previenen que ocurran o se transmitan las
mutaciones). Estos genes codifican las proteínas que detectan y reparan el daño del ADN,
interceptan agentes químicos que se unen al ADN, mantienen las tapas de telómero en los
extremos de los cromosomas y juegan otros roles de mantenimiento importantes. Si uno de
estos genes muta y no funciona, otras mutaciones pueden acumularse rápidamente. Así
pues, si una célula tiene un factor de estabilidad del genoma no funcional, sus
descendientes pueden alcanzar la masa crítica de mutaciones necesarias para el cáncer
mucho más rápidamente que las células normales.
4. LOS REGULADORES DEL CICLO CELULAR Y EL CÁNCER
Diferentes tipos de cáncer involucran diferentes tipos de mutaciones y cada tumor individual
tiene un conjunto de alteraciones genéticas únicas. Sin embargo, en general las mutaciones
de dos tipos de reguladores del ciclo celular pueden promover la evolución del cáncer: los
reguladores positivos podrían sobre activarse (volverse oncogénicos), mientras que los
reguladores negativos, también llamados supresores tumorales, podrían inactivarse.
ONCOGENES
Los reguladores positivos del ciclo celular pueden estar sobre activos en el cáncer. Por
ejemplo, un receptor del factor de crecimiento podría enviar señales incluso cuando no hay
factores de crecimiento o una ciclina podría expresarse en niveles anormalmente altos. Las
formas sobre activas (que promueven el cáncer) de estos genes se llaman oncogenes,
mientras que las formas normales, que aún no mutan, se llaman protooncogenes. Este
sistema de nomenclatura refleja que un protooncogén normal puede convertirse en un
oncogén si muta en una forma que aumente su actividad.
Las mutaciones que convierten los protooncogenes en oncogenes pueden tomar una
variedad de formas diferentes. Algunos cambian la secuencia de aminoácidos de la
proteína, lo que altera su forma y la atrapan en un estado "siempre activo". Otros implican
amplificación, en la que la célula adquiere copias extra de un gen y, por lo tanto, comienza
a producir demasiada proteína. En otros casos, un error en la reparación del ADN puede
fijar protooncogenes a la parte de un gen diferente y producir una proteína "combo" con
actividad no regulada.
Muchas de las proteínas que transmiten señales del factor de crecimiento son codificadas
por protooncogenes. Normalmente, estas proteínas conducen la progresión del ciclo celular
solamente cuando están disponibles los factores de crecimiento. Sin embargo, si una de
las proteínas se vuelve sobreactiva debido a mutación, puede transmitir señales aun
cuando no hay factor de crecimiento. En el diagrama anterior, el receptor del factor de
5. crecimiento, la proteína Ras, y la enzima señalizadora Raf son codificadas por
protooncogenes.
Las formas sobreactivas de estas proteínas, a menudo se encuentran en células
cancerosas. Por ejemplo, las mutaciones oncogénicas de Ras se encuentran en aprox. 90%
de los cánceres pancreáticos. Ras es una proteína G, lo que significa alterna entre una
forma inactiva (fijada a la pequeña molécula GDP) y una forma activa (fijada a la molécula
similar GTP). Las mutaciones que causan cáncer a menudo cambian la estructura de Ras
de modo que ya no pueda cambiar a su forma inactiva, o puede hacerlo solo muy
lentamente, lo cual deja a la proteína atascada en el estado de "encendido" (ve la historieta
anterior).
SUPRESORES TUMORALES
Los reguladores negativos del ciclo celular podrían ser menos activos (o incluso
completamente inactivos) en las células cancerosas. Por ejemplo, una proteína que detiene
la progresión del ciclo celular en respuesta al daño del ADN podría dejar de detectar el daño
o desencadenar una respuesta. Los genes que normalmente bloquean la progresión del
ciclo celular son conocidos como supresores tumorales. Los supresores tumorales evitan
la formación de tumores cancerosos cuando trabajan correctamente, y cuando estos mutan
y por lo tanto no funcionan, se pueden formar tumores.
Uno de los supresores de tumores más importante es la proteína tumoral p53, que
desempeña un papel clave en la respuesta celular al daño del ADN. p53 actúa
principalmente en el punto de control G1 (controla la transición de G1 a S), donde bloquea
la progresión del ciclo celular en respuesta al ADN dañado y otras condiciones no
favorables.
Cuando el ADN de una célula está dañado, una proteína sensora activa a p53, que detiene
el ciclo celular en el punto de control
G1 al activar la producción de un
inhibidor del ciclo celular. Esta pausa
gana tiempo para la reparación del
ADN, que también depende de p53,
cuyo segundo trabajo es activar las
enzimas de reparación del ADN. Si el
daño es reparado, p53 liberará a la
célula, lo que le permite continuar a
través del ciclo celular. Si el daño no
es reparable, p53 desempeñará su
tercer y último papel: activar la
apoptosis (muerte celular
programada) para que el ADN
dañado no sea heredado.
6. En las células de cáncer, p53 a menudo falta, no es funcional o es menos activa que lo
normal. Por ejemplo, muchos tumores cancerosos tienen una forma mutante de p53 que ya
no puede unirse al ADN. Puesto que p53 actúa al unirse a los genes objetivo y activar su
transcripción, la proteína mutante que no se une no puede hacer su trabajo. Cuando p53
es defectuoso, una célula con el ADN dañado puede proceder con la división celular. Las
células hijas de tal división probablemente heredarán las mutaciones debido al ADN no
reparado de la célula madre. A lo largo de las generaciones, las células con p53 defectuoso
tienden a acumular mutaciones, algunas de las cuales pueden convertir protooncogenes en
oncogenes o inactivar a otros supresores tumorales.
P53 ES EL GEN MÁS COMÚNMENTE MUTADO EN CÁNCERES HUMANOS Y LAS CÉLULAS
CANCEROSAS SIN MUTACIONES DE P53, PROBABLEMENTE INACTIVAN P53 A TRAVÉS DE OTROS
MECANISMOS (POR EJEMPLO, AUMENTO EN LA ACTIVIDAD DE LAS PROTEÍNAS QUE CAUSAN QUE
P53 SE RECICLE).
7. Tumor Benigno
Una célula puede perder de primero la actividad de un inhibidor del ciclo celular, lo cual esta célula
tenga demasiados descendientes de la célula se dividirán un poco más rápido y es poco probable que
sean cancerosas, pero forma un tumor benigno lo cual este se divide demasiado pero no tiene el
potencial de invadir otros tejidos.
Pero pueden ser peligrosos si presionan órganos importantes, tales como el cerebro, el corazón, entre
otros.
Tumor Maligno
Un tumor maligno es un proceso de múltiples pasos que se
caracteriza por la progresión de una alteración genética
permanente en una línea celular lo que ocasiona a lo largo
en una evolución de muchas divisiones de los celulares lo
cual pueden tardar décadas para completarse
Cada cambio genético puede desencadenar una
característica particular del estado maligno, como la
protección de la apoptosis, Conforme estos cambios
genéticos ocurren de forma gradual, las células en la línea
presentan una respuesta cada vez menor a los mecanismos
reguladores corporales normales y tiene mayor capacidad
para invadir tejidos normales.
8. Tipos de Cáncer
• Carcinomas. Estos comienzan en la piel o el tejido que cubre la superficie
de los órganos internos y las glándulas. Los carcinomas por lo general
forman tumores sólidos. Son el tipo más frecuente de cáncer. Los ejemplos
de carcinomas incluyen cáncer de próstata, cáncer de mama, cáncer de
pulmón y cáncer colorrectal.
• Sarcomas. Estos comienzan en los tejidos que sostienen y conectan el
cuerpo. Un sarcoma puede desarrollarse en la grasa, los músculos, los
nervios, los tendones, las articulaciones, los vasos sanguíneos, los vasos
linfáticos, los cartílagos o los huesos.
9. • Leucemias. Es cáncer de la sangre. Comienza cuando las células
sanguíneas sanas cambian y proliferan sin control. Los 4 tipos
principales de leucemia son leucemia linfocítica aguda, leucemia
linfocítica crónica, leucemia mieloide aguda y leucemia mieloide crónica.
• Linfomas. Es un cáncer que comienza en el sistema linfático. El sistema
linfático es una red de vasos y glándulas que ayudan a combatir las
infecciones. Hay 2 tipos principales de linfomas: linfoma de
Hodgkin y linfoma no Hodgkin.
10. Oncogenes
Genes supresores
de tumores
Cinética celular
Neoantígenos
Son genes que, cuando se activan, pueden
contribuir al desarrollo del cáncer. Algunos
ejemplos de oncogenes son HER2 (amplificado en
cáncer de mama y gástrico y menos frecuentemente
en cáncer de pulmón) y BCR-ABL1 (un gen
quimérico presente en la leucemia).
Son genes que, cuando se desactivan, pueden
contribuir al desarrollo del cáncer. Estos genes
normalmente ayudan a prevenir la formación de
tumores al controlar el crecimiento y la división
celular. Algunos ejemplos de genes supresores de
tumores son TP53 y BRCA1.
La cinética celular de algunos cánceres es una
consideración importante en el diseño de esquemas
farmacológicos antineoplásicos y puede influir en
los esquemas de tratamiento y en los intervalos de
dosificación. Muchos fármacos antineoplásicos,
como las antimetabolitos, son más eficaces cuando
las células se están dividiendo activamente.
Las células cancerosas a menudo presentan
neoantígenos en su superficie celular.