1. Una jovencita puertorriqueña
Había una vez una jovencita puertorriqueña muy trabajadora. Ella hacía todas las
tareas de la casa, pero lo que más le gustaba era limpiar y cuidar el jardín. Cada
mañana y cada tarde la jovencita sacaba las hojas secas, regaba las plantas y
hablaba con ellas. Parecía otra flor en el jardín.
Una tarde la jovencita vio un zumbador rondando sobre su cabeza y le dijo:
---- ¿Qué quieres? ¿Qué buscas en mi cabeza?
El zumbador no contestó y se alejó volando.
---- Voy adentro, voy a comer; tengo ¡mucha hambre¡
La jovencita puertorriqueña salió del jardín y entró a su casa a comer.
El zumbador, cuando se alejó del jardín, se encontró con una abeja y le comentó:
---- Amiga abaje ---- estoy sorprendido. Parece que estoy sonando despierto.
La abeja se acercó al zumbador y le preguntó:
---- ¿Qué te pasó? ¿Por qué estás sorprendido?
---- Estoy sorprendido porque en ese jardín he visto la flor más hermosa del
universo. Ven conmigo y verás que te sucederá lo mismo.
El zumbador y la abeja volaron hasta llegar al jardín. Pero ahora la sorpresa fue
mayor. La planta de la flor más hermosa no estaba en el mismo lugar.
2. La abeja le preguntó:
---- ¿Dónde está la hermosa flor?
El zumbador exclamó:
---- ¡No está en el mismo lugar! Ahora está en el lado derecho. ¡ Es una flor
encantada!
---- ¡No, no, no puede ser! ---- dijo la abeja.
La jovencita puertorriqueña escuchó el cuchicheo y prestó atención. Soltó una
carcajada, ¡ja, ja, ja! y dijo:
---- zumbador, abejita ---- están equivocados; no soy una flor, no estoy encantada.
Soy una jovencita puertorriqueña que me dedica a limpiar y cuidar el jardín.
---- Mi nombre es Flor Violeta.
---- ¡No es una flor, no es una flor! --- gritó el zumbador.
---- Pero tiene nombre de flor y es más hermosa que todas las flores ---- dijo la
abeja.
La jovencita, Flor Violeta, el zumbador y la abeja se hicieron amigos. Esa tarde
hubo fiesta en el jardín. Rieron y bailaron de alegría.
---- Flor Violeta siguió siendo la reina de las flores para el zumbador y la abeja.