Clase de conversación - Infoxicación: Atentos a todo y a nada
Padeces la enfermedad de la red: hiperactividad cognitiva
1. Me voy a leer un artículo del periódico que me han dicho que es muy interesante.
Anda, tengo mensajes, voy a responder.
Antes, aprovecho, contesto a este wassap y mientras hablamos por Skype.
Ya que estoy con el móvil, debo actualizar mi perfil de Facebook y voy a escribir en
twitter..
Me están entrando correos, luego leo el artículo…
Parece evidente que vivimos crónicamente distraídos. Somos drogadictos del zapping
informativo. Tenemos adicción a los mensajes cortos y a las noticias constantes…. Que
no superan algunos minutos.
Aunque aparentemente estamos atareados en múltiples actividades intelectuales, con
esa “costumbre” que hemos adquirido de estar permanentemente conectados a las
redes sociales, en verdad sucede que no dedicamos a ninguna de ellas la suficiente
concentración. Nuestra existencia digital nos ha convertido en internautas realizando
multitareas y comunicándonos por medio de micromensajes. Al repartir la atención
entre todas ellas producimos en fenómeno contrario, es decir, nos convertimos en
ineptos para precisar la atención en alguna.
La hiperactividad física es la enfermedad de finales del siglo XX y consiste en la
vehemencia y la inquietud constante en el comportamiento, sin fijar la atención. En
realidad, las personas hiperactivas están siempre en movimiento. La hiperactividad
cognitiva consiste en ser incapaz de concentrar la atención que se encuentra sometida
a continuos estímulos. Este nuevo trastorno nos obliga a pasar de un texto a otro sin
pararnos el tiempo necesario para interiorizar la información.
Ha sido el filósofo José Antonio Marina quien ha definido el concepto y ha nombrado el
término "hiperactividad cognitiva" . Con esta expresión alude «el deseo continuo de
nueva información, el aburrimiento por cualquier información que dura más allá de un
par de minutos, el zapping como estilo de vida » y muestra sencillamente los obstáculos
que encontramos las personas para centrar la atención en un asunto concreto debido
a los constantes “ruidos” producidos por la tecnología y las redes sociales.
Esta nueva forma de relación comunicativa estaría incluida en el concepto emergente
de “economía de la atención”. Clarificador para bucear en la historia de este concepto
resulta este artículo: Economía de la atención: “la abundancia de la información da
lugar a la pobreza de la atención” de Javier Velilla. Pues bien, este interesante término
ahonda en el fenómeno de la captación de la atención entendido como un recurso
escaso y viene a evidenciar como la proliferación y exposición informativa en realidad
tiene un efecto paradójico en sus consumidores al producir carestía e insuficiencia de
aquello que la información exige: la atención de sus receptores.
2. Es una nueva dolencia que se expande sin control. Pero en este escenario….. ¿lo
consideramos enfermedad emergente o hábito social? Mientras nos debatimos en su
catalogación, surgen meditaciones que intentan hacernos reflexionar sobre esta nueva
realidad. NICHOLAS G. CARR en su libro SUPERFICIALES: ¿QUE ESTA HACIENDO
INTERNET CON NUESTRASMENTES? nos advierte sobre este acontecimiento.Según
este autor, las redes sociales nos inducen a la distracción a límites excesivos.
Parafraseando sus ideas, el “uso o abuso” de internet nos conduce a la multitarea y “
nos aleja de formas de pensamiento que requieren reflexión y contemplación, nos
convierte en seres más eficientes procesando información pero menos capaces para
profundizar en esa información y al hacerlo no solo nos deshumanizan un poco sino que
nos uniformizan".
En realidad, lo que ambos pensadores nos transfieren y coinciden en considerar es que
con Internet, la inmensa mayoría de las ocasiones, picoteamos información,
complaciéndonos de la distracción y esto nos aleja del pensamiento profundo porque
aunque, gracias a las tecnologías de la información y la comunicación, recibimos flases
continuos de información como nunca antes se había producido, esta disposición de la
web nos predispone a buscar pero no a reflexionar.
Seguramente ambos escritores estén de acuerdo con Antonio Damasio, neurólogo
portugués y PREMIO PRÍNCIPE DE ASTURIAS DE INVESTIGACIÓN CIENTÍFICA Y
TÉCNICA 2005, cuando asegura que «la tecnología nos hace más rápidos y menos
reflexivos».
Prestemos atención y mantengamos la concentración!!!
La receta preventiva para esta dolencia es ser conscientes de ello.