El documento analiza cómo la sociedad actual se ha convertido en una "sociedad de la ignorancia" en lugar de una "sociedad del conocimiento". Se afirma que los jóvenes muestran poco interés por el conocimiento teórico y que la sociedad valora lo pragmático sobre el conocimiento por sí mismo. Aunque la tecnología ha facilitado el surgimiento de la Sociedad de la Información, el autor argumenta que el acceso a más información no necesariamente convierte a las personas en más informadas si carecen de los procesos mentales para comprender el mundo.
1. Internet, las comunicaciones también pueden ser en forma de “todos con todos”. Este
hecho es solo uno de tantas cosas que han cambiado en pocos años. La sociedad ha
cambiado y está cambiado a un ritmo muy acelerado y en este libro cada uno de los
autores a tratado de analizar estos cambios para concluir que eso de la sociedad del
conocimiento es totalmente falso y que alarmantemente nos encontramos en la situación
contraria… en una sociedad de la ignorancia/ desconocimiento/incultura.
Antoni Brey afirma que “el número de jóvenes que experimentan el deseo de estudiar
y entender la teoría de la Relatividad general se puede contar con los dedos de una
mano”. Y continúa diciendo “la elección de los jóvenes no es más que el reflejo de las
prioridades de la sociedad”. Todo esto nos lleva, según Brey, a poner de manifiesto una
“inclinación colectiva creciente hacia lo pragmático y un desinterés por el conocimiento
como fin en sí mismo” y concluye, con un carácter un tanto entre pesimista y realista,
“La sociedad del Conocimiento se ha convertido en una nueva utopía, en una esperanza
para tiempos desesperados, casi en la única expectativa colectiva que nos permite mirar
hacia el futuro con cierta ilusión”.
Lo que sí está claro es que la tecnología ha propiciado el surgimiento de la Sociedad
de la Información. Pero según afirma Antoni Brey, el discurso actual da por sentado que
las nuevas herramientas para acceder y manipular la información nos van a convertir en
personas más informadas, con más opinión propia, más independientes y más capaces de
entender el mundo que nos rodea. Pero no debemos olvidar que el conocimiento reside
en nuestro cerebro y es el fruto de los procesos mentales humanos, mientras que todo lo
que proviene del exterior es, simplemente, información.