La violencia no es simplemente una conducta o respuesta emocional, sino una estrategia psicológica para alcanzar un objetivo. La peligrosidad se refiere a las características personales que justifican el riesgo de comportamientos violentos futuros. La valoración del riesgo permite ajustar los procedimientos de control al pronóstico más probable. Los factores de riesgo, como antecedentes violentos o actitudes antisociales, se asocian con la conducta violenta de forma compleja e impredecible.
2. Hoy los
profesionales dela Psicología sonrequeridos paraactuartambiénen la prevención,para
evitarla ocurrenciay el mantenimientode
cualquiertipode violencia
Las técnicas de predicción de la violencia forman parte de las estrategias de prevención y
gestión
del riesgo de violencia.
De esta definición se deduce que la violencia no es simplemente una conducta, ni una
respuesta emocional, un síntoma psicopatológico, un instinto o impulso irrefrenable, ni
una respuesta simple y automática o irreflexiva. La violencia es una estrategia psicológica
para alcanzar un fin determinado. Esto significa que la violencia requiere, por parte del
sujeto que la ejerce, la utilización de diferentes recursos y procesos que convertirán
deliberada Mente esta estrategia en un comportamiento o serie de comportamientos
dirigidos a lograr un objetivo
3. La peligrosidad se introduce por primera vez en el contexto “lombrosiano” de la criminología de
finales del siglo XIX. Deriva del concepto de “temibilitá” propuesto por Rafaelle Garofalo (Garrido,
et al. 2006) según el cual la peligrosidad se sustenta en las características y atributos personales
del sujeto que justifican el riesgo de futuros comportamientos violentos. En su significado original
la peligrosidad hacía referencia a “la perversidad constante y activa del delincuente y la cantidad
de mal previsto que hay que temer por parte del mismo” (Garofalo, 1893, citado en Garrido, et al.
2006).
La valoración del riesgo amplía las posibilidades de intervención porque permite ajustar los
procedimientos de control y minimización del riesgo a los niveles individuales y contextuales del
mismo con lo que se generan muchas posibilidades de intervención proporcionadas al pronóstico
más probable
4. Conducta antisocial, delincuencia y violencia infanto-juvenil
▪ Hablar de delincuencia y de violencia juvenil con precisión no es fácil.
Comúnmente nos referimos a las actividades delictivas de los menores de
edad en función de las definiciones legales, pero éstas son cambiantes,
incluso los términos “menor” o “joven” son poco precisos. En términos
legales la edad de responsabilidad penal en Latinoamérica oscila entre 12 y
los 18 años aunque con variaciones notables en función de la legislación
vigente en cada país.
▪ Hay comportamientos infanto-juveniles que sin ser delictivos son la
antesala de la delincuencia futura, es el caso por ejemplo del mal
comportamiento y el absentismoescolar, los actos de gamberrismo, la
crueldad con los animales, las peleas callejeras, losenfrentamientos
grupales asociados a protestas o eventos deportivos o el consumo colectivo
de alcohol y drogas.
5. • Hay comportamientos infanto-juveniles que sin ser delictivos son la antesala de la delincuencia
futura, es el caso por ejemplo del mal comportamiento y el absentismo escolar, los actos de
gamberrismo, la crueldad con los animales, las peleas callejeras, los enfrentamientos grupales
asociados a protestas o eventos deportivos o el consumo colectivo de alcohol y drogas.
• Según el informe de la Organización Mundial de la Salud sobre el estado mundial de la relación
entre Violencia y Salud (Krug, Dahlberg, Mercy, Zwi, & Lozano, 2002) los varones jóvenes son
tanto los principales perpetradores como las principales víctimas de los homicidios a nivel
mundial.
• Los jóvenes recurren a la violencia como una estrategia de resolución de conflictos, al igual que
los adultos. Esto se debe a una relativa escasez de recursos disponibles, y una falta de experiencia
para resolver problemas porque en general son novedosos para ellos.
• La no-intervención en el grupo más reducido de delincuentes juveniles crónicos favorece la
continuidad de sus trayectorias delictivas a etapas posteriores del desarrollo personal como es la
adultez, y por lo tanto deberían ser el principal objetivo de las políticas de control y de prevención
no sólo de la delincuencia juvenil, sino también de la delincuencia en adultos.
6. Factores de riesgo y protección de la
conducta violenta en jóvenes
• La clave de la evaluación del riesgo de violencia recae en conocer los factores que más
fuertemente se asocian con la conducta violenta.Los antecedentes de una conducta violenta
pueden ser múltiples factores encadenados en una secuencia interactiva compleja.
• Factores de riesgo estáticos: acontecieron en un tiempo pasado y sus efectos ya no son
modificables aunque mantienen su influencia sobre la probabilidad de ocurrencia de la conducta
violenta. La historia delictiva de la familia de origen olos antecedentes violentos de la persona
pertenecen a esta categoría..
• Factores de riesgo dinámicos agudos: actúan de forma inmediata, brusca y son pasajeros en su
efecto sobre la aparición de la conducta delictiva, pueden cambiar en el lapso de horas o días. La
intoxicación alcohólica, el síndrome de abstinencia a opiáceos o la aparición de ciertos síntomas
psicóticos son algunos ejemplos..
• Factores de riesgo dinámicos estables: actúan de forma habitual, generalmentecon poca
intensidad. Es improbable que cambien en cortos períodos de tiempo,pero pueden cambiar
gradualmente. Son ejemplos en esta categoría las actitudes antisociales y los rasgos de
impulsividad u hostilidad
7. Conclusion:
• La relación entre los factores de riesgo, los factores de protección y la conducta violenta es
compleja, en el sentido de que es difícil determinar las vías de influencia de unos factores sobre
otros y de éstos sobre el resultado. No obstante, existe un acuerdo relativamente amplio en que
ningún factor de riesgo, conexión o combinación de factores puede predecir con total precisión
quien será violento en un futuro.
• El proceso de evaluación y los datos para contemplar variará en función de los objetivos que se
persigan. Por ejemplo, previamente a la sentencia se espera que la evaluación esté disponible
rápidamente después de la detención y los datos más probablemente provendrán de los registros
juveniles existentes, de una entrevista breve y tal vez de alguna herramienta de cribado. En
momentos posteriores se deberá profundizar en la evaluación y complejizar las fuentes de datos
consultadas.
• Los procedimientos de valoración del riesgo de violencia actuariales se caracterizan
esencialmente por basarse en un registro cuidadoso y detallado de todos los datos relevantes de
la historia personal del sujeto, especialmente aquellas informaciones que se relacionan
empíricamente con el comportamiento o criterio a predecir.
• En este caso la credibilidad de la valoración se deriva de las credenciales y experiencia del clínico
que realiza la valoración