3 diferencias entre un cantante profesional y un cantante aficionado y 1 similitud
1. 3 diferencias entre un cantante profesional y un cantante aficionado y
1 similitud
Dentro de todo cantante profesional hay un cantante aficionado y viceversa.
Pero hay algunos puntos que los hacen diferentes.
Hay cantantes que tienen muy claro que para ellos cantar es simplemente un
hobby.
Eso está muy bien, aunque a veces les hace perder el norte sobre lo que
realmente debería ser importante como cantantes, aún aficionados.
Mientras, hay otros que sueñan con ser cantantes profesionales, pero que no
saben todo lo que se esconde detrás de eso.
Y es que la vida de las personas es como un iceberg.
Hay una parte que se muestra a la superficie y que todos podemos ver, pero
nunca sabremos cómo es realmente esa persona, porque la mayor parte de lo
que es está oculta bajo el mar.
El caso de los cantantes profesionales no es diferente.
Se puede ver la parte superficial que es que viven de lo que les gusta.
Y además es cantar, que es algo hermoso y que libera el alma.
Sin embargo, hay muchas cosas que se esconden bajo el agua gélida: sacrificios
incontables, presión, estrés…
Vamos a ver algunas diferencias entre los cantantes profesionales y los cantantes
aficionados para que sepas realmente si quieres ser uno o el otro:
#1: El cantante profesional necesita resultados rápido
El tiempo vuela en esta industria y el que tarda más que el resto se queda atrás.
Así que si tienes algo que mejorar en tu voz no puedes permitirte el lujo de no
dedicarle el tiempo suficiente.
Es más: siempre hay algo que mejorar.
2. Si eres cantante profesional no te puedes conformar con lo que tienes, tienes
que trabajar para hacerlo mejor.
Si tú no das la talla van a elegir a otro en tu lugar, así que no puedes irte de
bares con tus amigos en lugar de quedarte practicando en casa.
El cantante aficionado no tiene prisa porque nadie le tiene que contratar, y
tampoco es su meta.
No tiene que grabar un disco en tres semanas o una canción en una tarde.
Puede ir a su ritmo, así que si un día no le apetece quedarse en casa practicando,
nadie le va a decir nada porque se vaya al bar.
#2: El cantante profesional debe cuidar su aspecto y su dieta
Parece un cliché, pero el aspecto es muy importante en un cantante, porque está
dirigiéndose a un público.
No quiero decir que para ser cantante profesional tengas que ser guapo, ni mucho
menos.
Pero sí tienes que cuidarte un poco: no ir desaliñado o sucio (aunque depende
del estilo que hagas eso puede llegar a ser una exigencia).
El caso es que tienes que tener un aspecto con el que tu público se sienta
identificado, más que nada para que el mensaje que transmites llegue y no se
distraigan con otros menesteres.
De hecho, muchas veces, cuando te busquen para un trabajo, van a fijarse en tu
aspecto y si encajas en la imagen que tienen de lo que están buscando.
En cambio, el cantante aficionado no tiene que preocuparse de esas cosas. Puede
ir como quiera sin tener que rendir cuentas a nadie. Y a quien no le guste, que
no mire.
#3: Si eres cantante profesional debes hacer ciertos sacrificios
La música es tu vida y eso va a ser lo más importante para ti.
Porque es tu trabajo y de él vas a depender.
3. Y hay un componente muy importante de relaciones públicas, pero para ti, la
prioridad es cuidar tu voz, así que si tienes que elegir entre ir a un bar atiborrado
de humo a hablar casi gritando con otras personas o quedarte en casa guardando
reposo para tu voz, debes elegir lo segundo.
No puedes permitirte tener malos hábitos como el tabaco o el alcohol.
Tampoco puedes permitirte si eres propenso a sufrir de reflujo comer lo que te
apetezca.
Tienes que cuidarte mucho para que tu voz esté sana.
Es como si permanentemente fueras una futura mamá, que tiene que cuidar su
cuerpo para que su bebé crezca sano en su interior.
Y no te equivoques, que no estoy diciendo que el cantante aficionado pueda tener
todos esos malos hábitos.
Para nada.
La diferencia entre ambos es que el cantante aficionado no pone en juego su
medio de vida por culpa de sus malos hábitos, simplemente si esos malos hábitos
le afectan los asume y ya está.
Si eres cantante aficionado y no sabías que el tabaco, el alcohol o el reflujo son
malos para la voz, ahora sí lo sabes, así que si a pesar de saberlo decides seguir
con esos malos hábitos conscientemente, estás asumiendo las consecuencias que
puedan traerte.
Ahora me dirás que hay un montón de cantantes que fuman, beben y no cuidan
para nada su voz.
Y yo te diré que también hay personas que arriesgan todo lo que tienen en los
casinos. Hay veces que lo pierden todo y veces que no.
Que a veces no pierdan todo no las convierte en modelos a seguir.
¿Cuál es la similitud entre un cantante profesional y un aficionado?
Que sí o sí tienes que entrenar tu voz si quieres mejorar o si quieres mantenerla
libre de daños.
4. El hecho de ser un cantante aficionado no te hace inmune a los pólipos, nódulos
o edemas.
Si fuerzas tu voz, te dediques a ello o no, vas a pagar las consecuencias físicas.
Por eso la forma de trabajar tu voz para cantar ha de ser similar.
Porque quizás no se ve afectada tu vida laboral si te fastidias la voz, o quizás sí,
porque hay muchos empleos que dependen de la voz, no sólo el de ser cantante
profesional.
En cualquier caso, a nadie le gusta tener daños vocales y no poder cantar.
Porque aunque no te ganes la vida con ello, en muchos casos sí te da la vida
poder cantar y perder eso puede ser un bajón importante.
Porque una cosa es que quieras ser profesional y vivir de ello.
En ese caso, está claro que tienes que trabajar y entrenar tu voz a diario, porque
necesitas mejoras en tu voz, necesitas tenerlas rápido y necesitas proteger tu
voz.
También un deportista profesional tiene que hacer ejercicio todos los días, por
los mismos motivos.
Si no quieres ser profesional, tal vez no tengas que practicar cada día, pero lo
que está claro es que seas profesional o no, si no practicas no mejoras y si no
tienes cuidado con tu voz no la proteges.
Así que ya sabes: tanto si quieres ser profesional como si quieres ser
aficionado, no puedes olvidarte de que tienes que cuidar tu voz.