1. CRECIM¡ENTO No. 4
CLASE No. 7
LOS "
DONES DEL ESPIRITU SANTO (2)
DON DEL TEMOR DE DIOS
En el Salmo 34:12, leemos: "Venid, hijos, oidme, el Temor de
Yahvéh voy a enseñaros". Es así como comienza en nosotros el tra'
bajo del Espíritu Santo por medio de los dones: nos enseña el temor
al Señor, que es la veneración de un hijo por su papá, porque El
es bueno, porque dio la vida por nosotros, porque nos perdonó nues'
tras faltas. No es miedo por el castigo, ya que Dios no es un tirano,
sino temor amoroso de que podamos ofender a nuestro Padre. Ese
temor nos da equilibrio en todo, el cual produce conformidad, alegría,
paz y esperanza de verlo en el cielo, y con esto hace que seamos
desprendidos, aún de nuestras opiniones y sentimientos. Este don
se relaciona especialmente con la humildad, la esperanza y la tem-
planza. Produce en nosotros horror al pecado, adoración profunda a
Dios y desprendimiento de todo. Su bienaventuranza es: Bienaven-
turados los pobres, porque de ellos es el reino de los cielos.
La soberbia y el orgullo se oponen totalmente a este don, y nos
disponemos a que el Espíritu Santo actúe en nosotros por medio de
é1, pensando en la grandeza cle Dios, tratándole con confianza, y
dándonos cuenta de lo triste que es ofenderlo por el pecado.
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DON DE FORTALEZA
Nos da fuerza para buscar a Dios: "Yahvéh es mi fuerza" (lsaias
l2:2), nos hace constantes para luchar contra nuestras debilidades,
nos da la fuerza divina, infinita, hasta hacernos decir: "Todo lo puedo
en aquel que me conforta" (Fil.4:13), y eso nos da paz. Nos hace
tener hambre y sed de Dios, de santidad, con una invencible confian'
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za que nos hace llegar a las virtudes heroicas, sabiendo que es Dios
quien lo hace todo. Su virtud es la fortaleza, que es semeiante al don,
pero nos deja con cierta ansiedad y temblor por nuestra debilidad,
es decir, tiene el modo humano, en lugar del modo divino que nos da
seguridad y confianza. Su bienaventuranza es Bienaventurados los
que tienen hambre y sed de justicia, porque ellos serán hartos, que
es una hadura de goces espirituales intensisimos con que Dios llena.
Los vicios que se le oponen son la flojera, el miedo desordenado, la
timidez. (ll Tim. l:7). Se fomenta cumpliendo el deber aurlque nos
cueste, pidiéndole a Dios nos dé su fuerza para llevar la cruz alegre'
mente, con mortificaciones voiuntarias y con la Eucaristía, pan de
vida y fuerza de Dios.
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DON DE PIEDAD
Sinrplifica nuestras relaciones con Dios, haciendo que nos sin-
tamos realmente hijos suyos, (Rom. 8:16) y por eso sentimos que
los clemás son nuestrcs hermanos. Nos hace entregarnos a Dios y
a los denrás con generosidad y amor, quitando dificultades en nuestro
trato con los otros, haciéndonos mansos y humildes. Sus principa-
les cfectos son: gran ternura hacia Dios nuestro Padre, abandonarnos
tranquilos en sus brazos, y affiar al préjimo como hermano. Su vir-
tud es todo lo que es culto a Dios, o sea la de Religión, y Ia Justicia;
su bienaventuranza principal es: bienaventurados los mansos, porque
poseerán la tierra. Es la bienaventuranza de la dulzura.
lmpedimos el desarrolJo de este don con la dureza de corazón,
la incredulidad, impiedad, etc. Se fomenta cultivando el amor de hi-
los hacia Dios, y el anlor a todas las cosas ccmo pertenecientes a la
casa del Padre, con total abandono en brazos de Dios. Además, tra.
tando a todos como a hermanos amados, hijos del mismo Padre.
DON DE CONSEJO
El Espíritu Santo les enseñará todo y les recordará lo que les
dije (Jn. L4:26). Este don nos hace entender la voz íntima de Dios,
ayudándonos a actuar prudentemente, pero con decisiones rápidas.
seguras, como si nos asomáramos a la mente divina y allá viésemos
cómo debemos portarnos y cómo se deben portar los demás. Co-
rresponde al carisma de discernimiento, pero siendo un hábito en
nosotros.
"Habla Señor, que tu Siervo escucha" (l Samuel 3:10). Es el
Con que más necesitan los que gobiernan algo, un país, una lglesia,
una Comunidad. Su virtud es la Prudencia y su bienave¡rturanza es:
Elienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarán miseri-
cordia, porque nos enseña que seremos juzgados como juzguemos a
los demás, perdonados como perdonamos, etc.
Nos oponemos a él con la precipitación, la temeridad, la con.
tianza en las propias fuerzas. Se fomenta por la humildad, la refle-
xión, el silencio para escuchar a Dios y nuestra docilidad hacia los
que Dios nos pone como superiores.
DON DE CIENCIA
Dios condujo al justo por caminos rectos y le mostró el Reino:
de Dios y le comunicó la CIENCIA DE LOS SANTOS. (Sab. 10:f0).
Esa ciencia de los santos, es el Don de Ciencia, que nos hace reco-
nocer el verdadero valor de las criaturas. "¿De qué aprovecha ganar
todo el mundo si pierde su alma? (Luc. 9:25) Todo lo crea:lo cs
frágil e inestable, pero nos eievará a Dios si pensamos que fue hecho
por El, y que tiene como el reflejo de su belleza infinita. Nos impirlsa
al desprendimiento total, aún de nosotros mismos, a la aceptación de
I'rumillaciones y sufrimientos porque nos asernejan a Jesús, despre.
r:iándonos a nosotros rnismos por nuestra nada y nuestra tcndencia
al mal, pero sin perder nunca nuestra conciencia de hijos clc Dios, lo
cual nos da gran dignidad hunrana y ncs lleva a amarnos a nosotros
mismos, para poder asi amar a los demás como a nosotros. tlay
muchos ejemplos entre los santos de cómo actúa estc don, como San
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lrancisco cle Asís, San Juan de la Cruz, (Mil gracias derramando...),
r:tc. Este clon nos enseña a iuzgar rectamente, nos guía en lo que
clebemos creer, nos muestra el estado de nuestra vida espiritual, nos
clesprende cle todo. Sr¡s virludes son el conocimiento de Dios y la
Fe.'Su bienaventuranza: Bienaventurados los que lloran, porque ellos
serán consolados. Este llanto es por nuestros errores y faltas, por
los del mundo entero, por los sufrimientos de los hermanos.
Lo contrario es la ignorancia culpable y la presunción en la cien'
cia lrumana. "Gracias te doy, Padre, porque ocultaste estas cosas
a los sabios y prudentes y las revelaste a los pequeños" (Mt, 11.25)'
§e fomenta considerancjo la vanidacl de las cosas terrenas, relacio'
nando todo con Dios, oponiéndose al espiritu del mundo, procuran'
do la limpieza constante en el corazón, sin faltas voluntarias, pero
ta¡.nbién quitando el sentimiento de culpabilidad, seguros de la sal'
vación del Señor.
DOt'¡ DE ENTENDIMIENTO
For este don, nuestra inteligencia, por la acción del Espíritu Santo,
corTlo que penetra en las verdades reveladas. Es como levantar el
velo, como ver lo que ni el ojo vio, ni el oido oyó, etc. (l Cor 2:9'12).
Es como una intuición de las cosas divinas, y aún de las naturales:
es el don de la intuición. Se funda én Ia fe, que es obscura, pero
por el don cle entendimiento como que se iluminan las cosas divinas,
como que podemos separar lo verdadero de lo falso' Conrprendemos
tarnbién lo c¡ue los símbolos de la Biblia significan, nos ayuda en la
oración hasta llegar a la Contemplación clue es la luz de los que
aman a Dios. Hay momentos en que entendernos cosas de Dios que
antes no habiamos comprendido, y es por ei don de Entendirniento'
Nos hace conocer a Cristo, r¡ue estarnr:s salvados, cómo y por qué,
que estamos sellados por el Espíritu Santo, ete. Está íntin'lamente
unido a la virtud de la FE, que por este don llega a ser heroica. Hace
que, en cierto modo, poclamos ver a Dios, que tengamos el verdadero
sentido cle cristo (l c6r. 2:16), es decir su pensamiento. su bienaven-
turanza es "Bienaventurados los lirnpios de conazÓn, porque ellos
verán a Dios", porque nos linipia la mente y el corazón, quitando las
basuras, los errores contra la fe, y hace que entendamos rnás a Dios.
Sus vicios contrarios son la ceguera espiritual, y la miopía espi"
ritual, provocados generalmpnte por la lujuria y la gula, pues nada
ímpide tanto que el entendlmiento vuele, como la materialidad exce'
siv'a. Se fomenta viviendo de fe, procurando la pureza de alma y
cuerpo, con silencio interior ,fidelidad a las inspiraciones del Es'
píritu Santo y llamando con frecuencia a este Divino Espiritu, recor'
dando a Jesús su promesa de enviárnoslo.
DON DE SABIDURIA
Este don es el más alto, el que lleva a su perfección la caridad
de la cual es inseparable. Nos une a Dios en esa unidad que pidió
Jsús: Tú en Mí y Yo en ellcs, para que sean perfectamente uno (Juan
17:23) y esa unidad con Dios nos hace penetrar como por una expe-
rienciá intima, en Dios mismo. Gustad y ver qué bueno es Yahvéh
(Salmo 34:9). Nos muestra a Dios como la bondad infinita, nos cn-
ieña a ver por los ojos del Amado, por los ojos de Dios. Vemos las
cosas a lo divino.
El don cle Sabiduría abarca todas las cosas de la fe, principal-
rnente a Dios mismo; el don de Entendimiento, comienza a enscñar-
nos la Contemplación, y el de Sabiduria, es el don de la Contempla-
ción, de la oración profunda.
Jesús es la Sabiduría dei Padre, por eso el don de Sabiduria nos
transforma en Jesús. San Pablo, en ll Cor.3:18, nos dice: "Nosotros,
contemplando la gloria de Dios, nos vamos transformando en su
misma imagen de ilaridaci en claridad". Es así, de claridad cn cla'
ridad, corno nos va este don transfornrando en Jesús, y al transfor-
marnos en El, nos da un conocimiento profundo de las cosas divinas-
Podemos considerar a este don, como las alas de la vida espiritual;
hace que la caridad vuele, quitando mezquindades, prudencias hu-
manas y raquíticas, llevándonos a lo que debe ser normal en la vida
cristianá y más en la renovación en el Espíritu Santo: a la vida mis'
tica, que no es más que la vida de unión ccn Dios, de transforma-
ción en Cristo.
Su virtud, es la CARIDAD: su bienaventuranza es: Bienaventura'
dos los pacíficos (o los que trabajan por la paz), poi-que serán llama'
dos hijos de Dios, ya que vivir en Dios es tener su paz y trans-
rnitirla a los demás, deshaciendo agresiones y vir:lencias.
Se oponen a la Sabiduría Ia necedad espiritual, la lujuria y la ira,
la fatuidad, la estupidez voluntaria por sumergirnos en las cosas
terrenas, pues nos dice San Pablo: "El hombre naturalmente no com-
prende las cosas del Espiritu de Dios" (l Cor. 2:'i'4). Se fomenta por
el recoginriento o silencio interior, fidelidad a la gracia o inspiracio
nes, la humildad, Ilamar continuamente al Espíritu Santo, procurar
ver todo desde el punto de vista de Dios, no apegarse a nacla del
mundo, ni aún a las cosas espirituales, sino sólo a Dios, disponernos
para servir a Dios en la sequedad o en la dulzura, como El quiere,
buscando al Dios de los consuelos, y no los consuelcs de Dios.
CONCLUSION
Al estudiar los dones, no queremos llenarnos de conocimienlos,
sino estar concientes del mundo divino que llevamos denlro, rle qtte
bajo el impulso del Espíritu Santo, todo es armonioso, porque torlo es
un canto de amor y ti^ne las dulzuras del amor. Y eso se lratlrrcc en
alabanza.
Pero para entrar en esa armonía de alabanza, hace lalla que
nuestro corazón esté en cada instante listo para abrirse al Espiritu
de Amor, a sus deseos y a su acción; tener corazones dispuestos,
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4. almas atentas, dóciles a sus inspiraciones, para que sea. nuestro San'
r¡ii.á¿or. Si ástá El en el ceniro de nuestras almas, las convertirá
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,na sola alabanza apasionada y armoniosa: la del amor divino.
Y en nuestra Renovación en el Espiritu Santo, debemos gritar,
clamar po.qre toda la lglesia se entregúe a El, y que movida e impul'
sada pdr Ei, sea como un maravilloso concierto de alabanza a nues.
tro Dios.
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CREC¡MIENTO 4
CUESTIONARIO No. 7
Al contestar este cuestionario, utiticen sus propias palabras, no las del cuadro
que se les entregó en la clase anterior.
l.-¿Cómo comienza el Espíritu Santo su trabajo en nosotros por med¡o ds
los dones?
2.-¿En qué consiste el Temor de Dios?
3.-¿Qué efectos produce en nosotros el Don de Fortaleza?
4.-segrin 2a. Tim" 1:7, ¿qué clase de espíritu nos ha dado Dios?
S.-Ei Don de Piedad nos hace sentirnos de Dios y
de los demás.
a) Las palabras
b) Las criaturas
c) Los estudios universitarios"
NosimpulsaaacePtar Y ..
porque nos asemejan a Jesús.
10.-¿Cómo podriamos llamar también al Don de Entendimiento?
11.-El Don de Sabiduría nos lleva a la vida mistica. ¿Qué es la vida nristical
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