Las comunicaciones de Madrid con el resto de España y con el mundo fueron siempre muy importantes. La situación estratégica de la ciudad en el centro de la Península Ibérica habría de condicionar desde sus orígenes un cada vez mayor y más fluida intercomunicación. Las estaciones de tren, de metro, autobuses o aeropuerto se construyeron como grandes ejemplos del progreso y el avance tecnológico en un mundo cambiante. Hoy son auténticos modelos que unen la belleza formal con la máxima eficacia en su función comunicadora. Algunas han sido reconvertidas para dotarles de nuevos usos: jardín botánico, museo, centro comercial y de restauración, etc.