Hablar del Machu Picchu es hablar de historia, de arquitectura, de ingeniería, de urbanismo, de naturaleza, de religión, de etnografía, de paisajismo pero también de leyenda: es un lugar único en el mundo porque además tiene la gran particularidad de poder ser visto desde casi 360 grados a su alrededor, paseando por las terrazas y bancales, y por los senderos de las montañas próximas lo que permite verlo, también, desde lo alto. Realmente faltan los adjetivos para describirlo: magnífico, espléndido, mágico. Éstos se quedan cortos para transmitir lo que uno siente allí, la energía, la naturaleza y la belleza creada por el hombre en una ciudadela, templo y palacio incomparables.