La fe, la esperanza y la caridad son las tres virtudes teologales que tienen a Dios como objeto directo. La Encarnación fortalece estas virtudes: la fe se hace más segura al creer que Dios se hizo hombre, la esperanza aumenta al darse el socorro divino en forma de gracia a través de Cristo, y la caridad se ve mayormente fortalecida dado que no hay mayor prueba de amor que dar la vida por los hombres como hizo Cristo en la cruz. De estas tres virtudes, la más importante es la caridad.
LA PARÁBOLA DEL HIJO PRÓDIGO: CLAVES PARA LA REFLEXIÓN.pptx
Las tres virtudes teologales
1. Las tres virtudes teologales
Son llamadas teologales porque tienen a Dios por objeto de modo inmediato. Por la fe se
adhiere a lo que Él reveló; por la esperanza se tiende a Dios y se apoya en su socorro para
llegar a poseerlo un día y verlo caraa cara; por la caridad se ama a Dios sobrenaturalmente
más que a todas las cosas.
Las virtudes más altas
La Fe, la Esperanza y la Caridad son las virtudes más elevadas porque permiten perfeccionar
las otras virtudes morales que no alcanzan el fin último del hombre, pero sí los medios para
llegar a este fin.
Fortalecimiento de la Fe en virtud de la Encarnación
La fe es la autoridad de Dios que revela las verdades que se deben creer. Dios es infalible,
no puede equivocarse ni permire equivocaciones. El primer hombre, después de la caída,
creyó en el Salvador que vendría, Abraham creyó en el Mesías que nacería de su
descendencia y los profetas creyeron que Él vendría para la salvación del mundo. Pero, la
fe se torna mucho más segura por el hecho de creer en Dios que vino sensiblemente a
hablarle a los hombres.
Fortalecimiento de la esperanza en virtud de la Encarnación del Verbo
La Encarnación no apenas confirma y fortalece la fe, sino que también excita la esperanza. Por
esta virtud los hombres desean y esperan el Bien supremo , pues el objeto propio de la
esperanza es "un bien futuro difícil de alcanzar.
"El misterio de la Encarnación viene precisamente a levantar la confianza, pues da no solo el
socorro divino de la gracia, sino el propio Autor de la gracia, Él es el motivo de la esperanza
que permanecerá con los hombres hasta la consumación de los siglos."
Fortalecimiento de la caridad en virtud de la Encarnación
Tal vez sea la caridad la virtud más fortalecida por la Encarnación, pues no podría recibirse
mayor prueba de amor de parte de Dios que ver al Señor morir por los hombres en una Cruz.
Él que es la felicidad en substancia, no precisaba haber creado; después de haber creado al
hombre en gracia y haberlo visto pecar en el Paraíso Terrestre, podría abandonarlo a merced
del destino. Entretanto, Él amó tanto al hombre que envió a su propio Hijo. Se diría que ese
Hijo vendría para ser proclamado rey, ser servido y adorado, hacer de toda la humanidad sus
esclavos de derecho "El misterio de la Encarnación debe, en fin, excitar al más alto grado el
amor de Dios Por la caridad infundida en los hombres en el momento del bautismo, se debe
amar a Dios con un amor sobrenatural, debe amarse como a un gran Amigo. La caridad (el
amor) es paciente, servicial y sin envidia. No quiere aparentar ni se hace el importante. No
actúa con bajeza, ni busca su propio interés. La caridad (el amor) no se deja llevar por la ira,
sino que olvida las ofensas y perdona. Nunca se alegra de algo injusto y siempre le agrada la
verdad. La caridad (el amor) nunca pasará. Pasarán las profecías, callarán las lenguas y se
perderá el conocimiento. Porque el conocimiento, igual que las profecías, no son cosas
acabadas. Y, cuando llegue lo perfecto, lo imperfecto desaparecerá. Cuando yo era niño,
pensaba y razonaba como niño, pero cuando ya fui hombre, dejé atrás las cosas del niño.
Del mismo modo, al presente, vemos como un mal espejo y en forma confusa, pero entonces
será cara a cara. Ahora tenemos la fe, esperanza y la caridad (el amor), los tres. Pero el mayor
de los tres es la caridad (el amor).
No hay caridad (amor) auténtico sin fe y sin esperanza.