1. Publicado en: Observatorio de Recursos Humanos y Relaciones Laborales, Nº 46, mayo 2010
Foto:Baharri
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Efrén Martín, gerente de y profesor de la Universidad de Deusto
www.fvmartin.net
“-Patronio, como bien sabéis, yo ya no soy joven
y, además, he pasado muchos trabajos y
dificultades en mi vida. Sinceramente os digo
que ahora querría descansar…olvidándome de
preocupaciones y tareas más pesadas.
-Señor conde -dijo Patronio-, aunque no os falta
razón en lo que me decís... sucedería como dice
el antiguo refrán: «Murió el hombre y murió su
nombre». Mas si, por el contrario, queremos
olvidar las comodidades y nos esforzamos por
defender este joven reino y acrecentar nuestra
honra, dirán cuando muramos: «Murió el
hombre, pero no murió su nombre». Y como
hemos de morir, felices o desgraciados, no me
parece que sea bueno dejar de hacer, por
preferir el descanso y los placeres, lo que
después de muertos mantiene viva la buena
fama de nuestros hechos y gestas”.
(El Conde Lucanor)
Vivir es actuar y descansar, para volver a
actuar, de forma que podamos estar satisfechos
de nuestros logros. Pero al desconectar el
disfrute del trabajo y conectarlo sólo con el ocio,
buena parte de la sociedad no encontrará
satisfacción con ninguna fórmula de conciliación
de vida familiar y laboral.
Podemos elegir entre cuatro productos de
la gastronomía porcina motivacional:
Grasa. Adictos al trabajo. Una locura tóxica
que suele agotar la eficacia, la satisfacción y
la salud; ya que el exceso de estrés impide
la perspectiva correcta y una mente que no
descansa se torna obtusa.
Carne. Adictos al ocio. Descansar sin
trabajar, cuando hay capacidad para hacerlo,
es otra forma de embotarse además de
convertir a personas útiles en parásitos
sociales. Vivir de rentas -propias o ajenas-,
sin pegar un palo al agua, se presenta como
la mayor aspiración en una sociedad donde
la felicidad se pierde o degenera.
Serrano. Estricta separación de
componentes –grasa y carne- que lleva a
pasar de un trabajo continuo a vacaciones
continuas, tras las que es fácil experimentar
depresión post-vacacional. Situación habitual
en asalariados que no encontraron su
verdadera vocación y que reclaman
integrarse en el grupo anterior.
Pata Negra. Vetas de grasa infiltrada entre
la carne indican la máxima calidad del mejor
jamón. Igualmente, cabe la posibilidad de
relajarse en tiempo laboral y esforzarse en
vacación, siendo en esta circunstancia
donde surge la inspiración.
Ya Schopenhauer era partidario de no caer
en la disyuntiva del todo o nada: “La felicidad
de los hombres comunes consiste en
alternar entre el trabajo y el entretenimiento;
en mi caso, estas dos cosas se sobreponen
la una a la otra”. Pero -sobre todo- no
aspiremos a enterrarnos antes de tiempo, ni
a que nuestro esfuerzo quede en nada:
YYaa ddeessccaannssaarreemmooss,, yyaa,, bbaajjoo llaass mmaallvvaass.