1. Las relaciones humanas y el conectivismo.
Una lectura importante
Según George Siemens el conectivismo presenta un modelo de aprendizaje que reconoce los
movimientos tectónicos en una sociedad en donde el aprendizaje ha dejado de ser una actividad interna
e individual. La forma en la cual trabajan y funcionan las personas se altera cuando se usan nuevas
herramientas.
Que tal si nos acercamos a la manera en que nos capacitamos para ser tecnológicos, para aprender de
los procesos que disponemos como usuarios, si finalmente cultivamos las conversaciones pedagógicas
a nivel digital, ¿que será de nuestras construcciones propias y colectivas como educadores?
La verdad que la era digital es llamativa dentro del caos, dentro de los que nos ofrece el modelo,
dentro de lo que conocemos como información rápida y precisa.
Cuando pensamos que todo es más fácil puede ser que lo sea, nos entregan todo ya ideado, lo que no
nos impide fortalecernos y poder contrarrestar todos nuestros ideales, puesto la tecnología avanzan y
nuestros saberes también.
Todo parece florecer dentro de esta era, todo es sustentable cuando nos proponemos aprender de este
nuevo enfoque de aprendizaje, sólo que esta habilidad es necesaria cuando la requerimos dentro de
nuestros quehaceres diarios.
Cuando nos proponemos ser felices y sociales, es cuando nos preguntamos ¿es realmente necesaria la
actitud de tener todo ya organizado?, ¿será pertinente organizarnos bajo esta propuesta de aprendizaje?
Par difundir la información, la tecnología es oportuna, precisa, rápida y clara, ¿pero para
relacionarnos?, para esto necesitamos de la creatividad social, las decisiones humanas, no obstante la
digitalización nos permite comunicarnos, conocernos de una manera diferente, y por que no enfrentar
este movimiento que tanto nos atrae, si la modernidad nos arrastra a la diversidad de opiniones y
propuestas.
Finalmente alguna vez podremos aprender a construir nuestra propia era educativa sin que nos
idealicen como seres humanos, o nos hagan competir o depender de ofertas que no hemos creado, de
las cuales no nos podríamos sentir plenamente cautivados y apropiados.
Roberto Aravena Rojas.