“Ni Ángel, ni Demonio”
Si deseamos gozar de salud mental tenemos que aprender en primer lugar a entender cuáles son nuestras
necesidades.
Esto sólo podremos conseguirlo si conectamos con nuestros deseos y somos capaces de identificar qué es lo
que nos daña y qué lo que nos hace bien, para evitar y/o aceptar lo primero e ir potenciando de lo segundo.
Es fundamental también entender que para tener equilibrio emocional es necesario gozar de buena salud física,
puesto que nuestro cuerpo es el que recibe los estímulos del entorno y responde a ellos y sólo puede hacer bien
su trabajo si se encuentra en equilibrio.
Expresar lo que pensamos es otra condicional esencial para gozar de equilibrio emocional. Si aceptamos la
relevancia de aquello que nos sucede o de nuestras opiniones podremos disfrutar de una mayor salud mental y
experimentaremos la importancia de la convivencia.
Sin duda, la salud mental absoluta no es posible, no obstante con algunos buenos hábitos es posible alcanzar
un equilibrio emocional que nos permita disfrutar más de la vida, pero podemos aprender, modificar y
adaptarnos.
Aspectos de mi Persona
(Positivos y Negativos)
¿De qué manera ha influido
o impactado en mí, y los
demás?
¿Qué he hecho para
mejorar o modificar
ese aspecto?
¿Qué me impide
lograr ese cambio?
¿Qué estrategias puedo
utilizar para empezar a
generar un cambio
significativo?