2. Una droga es una sustancia que puede modificar el
pensamiento, las sensaciones y las emociones de la persona
que la consume. Las drogas tiene la capacidad de cambiar
el comportamiento y, a la larga, la manera de ser.
Algunas drogas se consideran legales y otras, ilegales. La
consideración de un tipo de droga como legal (como sucede
con el alcohol o el tabaco) implica tan solo una regulación
diferente de la producción y de la comercialización, y en
ningún caso quiere decir que no sea peligrosa.
Todas las drogas comportan un riesgo y no existe consumo
alguno que pueda considerarse totalmente seguro. El riesgo
resulta de la combinación de tres factores: los efectos que
provoca la sustancia, la manera de utilizarla (dosis, forma de
administrarla, efectos que quieren obtenerse con ella) y la
vulnerabilidad del consumidor.
3.
4. La drogadicción.
Los efectos que provocan las drogas son diferentes sobre nuestro
sistema nervioso según los distintos tipos de drogas consumidas:
unas son excitantes y otras, depresoras; unas aceleran nuestro
funcionamiento mental, con el riesgo de aumentar los errores, y
otras lo lentifican o lo distorsionan; otras producen alucinaciones o
cambios en la percepción de la realidad.
El consumo de drogas tiene consecuencias en el funcionamiento
normal de nuestro sistema nervioso y provoca una serie de efectos
que alteran nuestras capacidades: modifican la manera de pensar,
de funcionar, de relacionarse con los demás y de enfrentarse a los
desafíos de la realidad. En definitiva, nos hacen menos
protagonistas de nuestra vida.
Las drogas producen efectos negativos sobre nuestras
capacidades físicas y mentales. Las consecuencias del consumo
de drogas también pueden ser observadas en animales. Cuando
una araña es expuesta a vapores que contienen LSD, su
capacidad para construir la tela se altera de manera considerable.
El resultado es una tela de mala calidad que no podrá cumplir sus
funciones de atrapar insectos.
5.
6. El alcohol es una droga que deprime el sistema nervioso central, es
decir, que enlentece las funciones del cerebro. El alcohol afecta a
la capacidad de autocontrol, por lo que puede confundirse con un
estimulante.
El principal componente de las bebidas alcohólicas es eletanol o
alcohol etílico, que tienen diferente concentración según su
proceso de elaboración.
Las bebidas alcohólicas pueden ser:
Fermentadas: vino, cerveza y sidra. Estas bebidas tienen una
graduación entre los 4º y los 15º. Se producen por la fermentación
de los azúcares o de los cereales.
Destiladas: son el resultado de la destilación de las bebidas
fermentadas, por lo que tienen mayor concentración de alcohol. El
orujo, el pacharán, el vodka, el whisky, el ron, el brandy o la ginebra
tienen entre 40º y 50º.
7.
8. El alcoholismo.
En el cerebro, el alcohol en exceso inhibe las funciones de la región frontal, por lo
que disminuye la memoria, la capacidad de concentración y el autocontrol.
En el hígado, los efectos de esta metabolización son náuseas, vómitos y dolor de
cabeza.
En el riñón, elimina más agua de la que ingiere y provoca que el organismo la
busque en otros órganos. Esto provoca que las meninges (membranas que cubren el
cerebro) pierdan líquido lo que genera el dolor de cabeza.
En el estómago, el alcohol aumenta las secreciones ricas en ácidos y mejora la
digestión, pero cuando se bebe en exceso causa erosiones en la mucosa del
estómago producidas por el etanol, principal componente del alcohol. El ardor
estomacal será mayor si se mezclan diferentes bebidas, ya que la irritación gástrica
se debe a todos los componentes bebidos.
En la piel, el alcohol aumenta el flujo de sangre, por lo que presenta más
sudoración.
En los pulmones, el alcohol acelera la respiración. Si el alcohol circulante es
demasiado detendrá la respiración.
En el corazón, los efectos del alcohol provocan un aumento en la actividad
cardiaca y aceleración del pulso. Cuando el alcohol llega a la sangre, se produce
una disminución de los azúcares presentes en la circulación, lo que provoca una
sensación de debilidad y agotamiento físico.