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Don José -Ives [imantoul"
DonJosé Ivcs limanloUI
por un aprendiz de retratista
Edición privada de cien ejemplares numerados
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• 'a '.1 l.' 'V' l. l. t. l.' '.1 e. l.' .. .... ... -S. 'V_ 'VI '.' ..... .. 'V' .,., '.1
1
E Xisteunaescuelamoderna que sostiene no hay que
conceder importancia ni valer á la historia
ad 'l.ltsum puerorum que se enseña en los colegios, y que
más sirve y prueba más el conocimiento de la tasa del
interés y del precio del trigo en una época determina-
da, que la relación de una gran batalla ó la de un ma-
trimonio de príncipes. Si tal cosa es cierta, ¡qué interés
encierra el estudio de la historia de la hacienda rnexi-
cana y las vicisitudes de ese ramo importantísimo en
que se ha reflejado, como en espejo fidelísimo, el bienes-
tar ó el malestar del país!
La leyenda de la riqueza mexicana, de esa riqueza
inagotable que podía haber bastado "á cubrir los presu-
puestos de la pobre y hambrienta Europa y á .. .. hacer
la dicha del Asia agotada y venida á menos de su pri-
mitivo esplendor," esa leyenda fué para México una tú-
nica de Neso que le corroyó las carnes sin darle un día
de vida. En las Memorias de Hacienda, inextricables sel-
vas de papeles en que no hay orden, ni concierto, ni
verdad, ni si tema preconcebido, ni orientación ni nada,
se puede ver lo que era el país en los tiempos que si-
-7-
guieron á la emancipación. })on Lorenzo de Zavaln ~e
espantaba de la confusión innlensa de expedient s del
desorden en las rentas, deudas, préstamos, adelantos y
atrasos de los sueldos. Comisarías, aduanas y tesorería
eran la inlagen del caos; no había dinero; el erario es-
taba cOlllprometido por los anticipos hechos; se debía
sueldos al ejército y á los empleados y era imposible dar
un paso en tan tortuoso sendero sin exponerse á nue a
y más tremendas caídas..... .
En esas lIemorias se adivinan los convites de Santa
Anna; el vino de á veinte pesos botella; la nlinuta del
banquete discutida como si fuera el plan de una batalla;
los primores de una cocina sabia; la musa ronca de al-
gún poetastro cantando la gloria y las grandezas d 1r/-
gilnen; los agiotistas ofreciendo dinero con el noventa
por ciento de interés; el pronuncianliento espiando la
pobreza y ofreciendo la abundancia; la agricultura p re-
ciendo por sobra de impuestos y por falta de brazos; el
maíz á catorce pesos la carga; el premio d 1 numerario
á un tipo desconocido antes; la riqueza territorial en ma-
nos de las órdenes religiosas; los empleados pereci ndo
de hambre; la escasez .) el despilfarro; el peculado .Y
el ansia de no pagar; los nifios ignorantes; las costa ' in-
¡;;;alubres; el ejército desleal; todo, todo nuestro pa..ado
tornlentoso, aflictivo, lleno de miserias, de caida , de de-
saeiertos y de hunlillaciones está allí, en ese monUm de
papeles viejos, ratonados, trunco y in cohesión. "Hoy,
dice un curioso de la época, e-,tanlO,' de buenas: con mo-
tivo del baile que el cOfHercio ofrecif> á S. E. no.. han da-
do una quincena de la diez y ..ei.' que no,' deben. Señala-
r/ el día con piedra blanca, conlO he ..eñalado tanto on
piedras negra.3." " ~i allnenos tuyiera, exclalDa un mi-
ni tro, un producto senwnario de cien n1i1peso , de cien
mil pe o .eguros, podría pensar en la lnanera de suplir
y mejorar las otras re nta~; pero este combate eterno pa-
ra pro'eer n, las necesidades diarias me in1pide pensar
en nada que no sea la enlergencia del Illomento......... "
" ~o había fondos, escribe Iturbide; los funcionarios pú-
1>1ico no estaban pagados; no podían negociarse présta-
mo l'n el paí:3." "Las rentas públicas han desaparecido,
exclamaba el mi nistro de Hacienda en mayo de 1829;
no ha podido nacer el crédito en los momentos en que
los temore hacen tesaurizar las existencias numerarias,
y debilitándose este resorte de la fuerza social , se relajan
los hon1bres, las co as, la resolución, el valor y hasta las
virtudes. Las renta.' del Estado se hallan destruidas, el
erario vacío, la fuerza pública. sin recursos ..... "
Pero se ignoraba que la hacienda mexicana estaba
contaminada de pecado original: la guerra de la in-
dependencia había destruido todas las fuentes legítin1as
de riqueza y todo el plan hacendario que la colonia ha-
bía experimentado con gran fruto. Restando brazos á
la agricultura y á la luinería para obligar á agricultores
y Inineros á engrosar las filas de insurrectos y realistas,
arruinando fábricas y plantíos, causando un déficit ca-
da día nlayor en las rentas públicas, la nación recién ve-
nida á la luz tUYO que aceptar sin beneficio de inventa-
rio una herencia de eterna ruina y de perpetuo é inaca-
bable apuro.
El prin1er enenligo de la hacienda mexicana fue el
doctrinarislllo. Había que abolir todas las rentas que pro-
porcionaban vida á los gobiernos: é ta por antieconó-
- 9- 2
nlica; aquella porque afectal,a ~()l u á un ~rup det rnn -
nado' la de nlá allá porque entorp C'Ín t'l cOlnerci ex-
terior-y la que hacía daño al giro del hllligo la ue lW )'-
judicaba al con1padre Ó al elect r ó al partidario. por-
que no debían cobrarse. Los peri odi ~t(L de uno y otro
bando desperdiciaban ti nta y papel pidiendo 10 uno:,
ilin1itada y absoluta libertad en n onl1 re de 1 ;:: S(~tiS I/IIIS
y de las .L:Í J'ii"t ún1aS de Bastiat: solicitando l o ~ otro~ pro-
tección con tante y luaniatauora en nonlbre de la.
industria del paí . Según que el productor fu ra amigo
ó enemigo el arancel se alzaba ó se re tringía, -.e empt'-
queñecía ó se agrandaba: era á n10do d aqu 1la piel de
zapa con que Balzac , in1boliz6 la ,-ida humana' p ro ,-
ta piel no e taba curtida ni adobada, j no 11 na de snn-
gre, palpitante y con. er,-ando todayía la inlpre~i ó n d 1
hermoso cuerpo que la había lleyado.
Como el n1inisterio de hacienda yenía á ,el' no Ull
pu .. to que r quiriera preparación y ~tudi o . , ino una
granjería que r compensaba lo sen-i cio del com} il1('11(:'
que había ayudado á la hora oe la reyuelta. pa~aro n por
ese de pa ho la nlá insigne;:: nledianía y ha;::tn] a m(¡:--
desa tro a nulidade". )1inistro hubo que d cono '¡ ran
la cuatro realas; nlini tros q ue n ce. itaran con'encer:-:é
exp rinlentaln1ente n1idiendo tela y ('¡nta. de que la
"ara y el m etro se correspondían en tal proporci(m ; 111i-
ni~tro que "e lin1itaran á firnlar lo que le presentaban
lo ~ oficiales 111ayores y que pasaran en una admirah] "
incon ci(-'ncia por la... antesalas del departam nto. 'Allá
con P alacios" " Yean á P alacios" eran l a~ mul till a~ de
un ex c 1 nte '- nj eto que tUYOen SlL nlano:-: la 'artera por
un período hastante largo...... S nec ~ it(, liC¡l1iclar la
-10-
dptICla in g lt':-;a (-'n lH-J-2 y no 'e encont)'c', <¡uil'n pudi >fa
ha~ r operaci(m tan sencilla: fu e n1en e te)' l' currir á
don Luca ' .Alamán , que por entonce ' era el brujo d la
tribu, para que defini(~ra cuá.nto debíamo, .) n qué t('1'-
1l1ino lo d ebíamos.. , ...
(,Iaro está que la ignorancia no era iempre indepen-
di ente de la pi cardía: desde el fanlO o Ion ~Iariano ~Ii­
chel na, que, según Zayala, fu e el prinl r oncu ionario
m xicano, hasta don Franci, co de P, César, el 11lclito
arreglador d 1 negocio .Jeck pl', que en di nero y e peci "
consiguió a -ar del 111ini 'terio un llledio millón de du-
ros, abundaron !:ji 111pre en lIéxico lo ' ministro qu
aprovecharon la hacienda Pl¡!JIica COJno hacienda pri va-
da.
¿Y qué arreglo, ni qu é nH lida, ni qué prccisi6n po-
dían existir cuando no había presupue to, ni cuell ta, ni
e sabía el rendimi ento de las contribuciones, ni en qué
pudieran invertirse é tas?
Los j efes de la revolución tri u nfante con ideraban el
erario como su peculio particular; unos lo di tribuían
entre sus comilitones, alnigo ' y valedor s que habían
contribuido á la realización del glorioso movimiento;
otros lo gastaban en sus propias atenciones, COlno el Em-
perador ~Iaximiliano, que recibía cinco n1il pesos dia-
rio de la Aduana de 1!Iéxico é in vertía el producto de
la lnarítilnas en lnejorar los palacios que . 11. po-
eía en las ribera. del Adriático ..... .
Como siguen "el eco al ruido y el dolor al golpe" se-
guían el deficiente y la ruina á la organización recién
planteada: un ociólogo mexicano pudo sentar una ley
que nunca llegó á fallar: si el deficiente era inferior al
-11-
yei n ticinco por ciento del i111por e d 1 pre"';ll pll ,too 1.,1
gobierno podía. o ten er~e ; cuando el dehciel1t ra 'u-
perior á. la cuarta parte de lo q ue ~e ga ~ ta La. Y1.'11 ía la
re olución de tru) endo la riqueza púLlic:a y la pri"C1da.
in1pidiendo la recaudación de inlpu e.;;to~, ~e (rrep:al1clo
provincias enteras á la obedienc:ia del gol ie1'no y derri-
bando lo eXl tente por un fenónleno n1á que político,
mecánico: por la fuerza de la inercia.
Entonces e necesitaba recurrir á lo.;; r rll edio~ heroi-
cos, á. los remedio dese..perados á lo ~ grandes rel11 édi o.. ;
pero estos re:5ultaban ieDlpre DluchísÍlllO peore~ que
la más terrible enfermedad: lo lJegocio,,- (como :.;
llamaba por alltífra~is á las n1á tenebrosa combina-
ciones usuraria , del rni .. n10 nlodo que se apellidaba hellr-
volas álas Furias y ben~ficCl s á la hl.·chi ceras) los neo·ocio.
- el din e1'o de los otros, corno dijo quien lo sabla- 11 ~1 ~­
tían en la entrega de una cantidad corta. lo rllá ' corta
posible, en dinero ó en género ,y de otra en pa p le á
cambio de órdene que las aduanas marítima. habían
de recibir en yez de numerario. El negocio era ll1ejor
mientras má.s insignificante fuera la cantidad de din ero
entregada, y peor i había que tefaccioll((/', :-; de 'ir, <¡lI
dar alguna suma chica ó grande .. obre la contrata-
da primitivamente; si el gobierno 'enía abaj o hahía Cj U
poner el cr"dito en nOl11bre de un extranjero ó qu lla-
turalizarse inglé"" e pañol ó francés para obtener el pa-
go: así fue con10 se extranjerizaron m uchí inlO que hoy
alardean de mexicanismo rabioso, y como obtu 'i ron
grande fortunas á cambio de metamorfo ear e n1ú ' q11
protagoni ta de cornedia de enredo,
En cuanto á los extranjeros auténti 'o , la <lifi 'ultad
-12-
('ra mnyor. ( 'it'rta (, fal~a la l li~t()l'i a de lo pa::::tele del
año tn·illta y oc}¡o. la Yt'rdad t·S iue los alit'nígenas eran
l1ut'.~tr() azut."; 10.' mini ....tros dip}U1l15t ico repartían tiro
entre quienes mi raban de mala n1anera á su caballos;
golpeaban á los func ionari o ~ del paí::::; in trud ucían géne-
ro. de con trabando; faOoreéÍan picarcHav ca1ifi cada~, co-
mo la del bellaco padre "JI01'Ú n; protegían reclan1aciones
como la de aquel .Jarneson, que pidió ~50,()OO por haber
dado un consejo al n1inistro; r0111praban créditos para
hacerlos ingresar á la con OelJc:iones y hacían el papel
de TenoriO ' y de "JIat;.lL10ros de 111enti l'ij iIlas, para reti-
rarse á sus paíse declnrando entre n1eneos de cabeza y
g tos de e~cán dal o, que 10 nlex icanos n o tenían reme-
dio; que eran incapaces de sacramento; que los que no
eran ignorante eran lnal ·a<.1os y que esto era sólo de-
sorden , confusión, trahns y mala fe ......
lIa todo el mundo nliraba que aquel estado de cosas
no podía prolongar e n1ás tien1 po: n o había para el go-
bierno garan tía. de duración, ni probabilidades de éxito,
ni seguridad de recaudar in1puestos, ni posibilidad de
tener vida cuerda y pacífica: se reformaban y se refun-
dían la leye , se celebraban fi estas de la paz y se canta-
ba en églogas yirgilianas el n1ayor de los bienes de que
pueden di frutar los humanos; pero eso no obstaba para
que, al día siguiente, un motín , una asonada, un pronun-
cian1iento que enarbolaran un nuevo pendón y alzaran
'obre el payés á un nueyo capitanejo, aparecieran de-
jando feos arbitrios, reformas, intenciones y ditiram-
bo ......
Los discretos, que eran muchos, cCHllprendían que pa-
ra tener paz, se necesitaba tener dinero; que para tener
-13-
dinero, era n1enester ten r trabajo organizado; que para
ten l' trabajo organizado, e re tuería capital: que para
tener capital, era preci o tener créd1to y qu panl ten r
crédito, urgía conquistar la paz ¡l írculo 'icio o del cual
no era po ible salir ni alejarse un punto~ Paz y crédit :
en eso estribaban las esperanza3 de nuestra redención ,
y no era posible obtenerlas 111ientra no se nlodificaran
sustancialnlente las condicione del 111edio,
Vino entonces la guerra de Refornla, que ~ e diferen-
cia de cuantas hemos tenido en que fueron su razón le
ser no, COl110 se creía erroneamente, el pred0111illlO de
una confesi0n determinada, el deseo de en1anci par la ~
conciencias ó el de in1plantar un i:;tenla lJolítico e...pe-
cial, sino el afán de una distribución lnejor de la pro-
piedad estancada y paral izada, el de eo de biene tar, en
una palabra, la mantenencia de cuerpo, que hn bía dado
el viejo Juan Ruiz conlO uno de los ll1ó'iles de todas la
acciones humanas , .. ,
¿Por qué no aprovechó la Refonnft los 111illones de la
desamortización, para sacar al paí <le u'- ahogos finan-
cieros? No es de e te lugar el decidirlo; quizá no tuvo
tiempo; quizás no pensó ino en con eguir pro (,lito que
le ayudaran contra la reacción; quizás no pudo abarcar
en su progran1a tanta cosas al parecer tan <li..ímil " Bú,'-
teles á aquello yiejos jacobinos, rectos como una colum-
na griega y seyeros C01110 una entencia de 'hamfort, la
gloria de no haberse apoderado d un ...010 centa'0 de
los millone que produjo la nacionalización: de e o re-
formi 'tas í que podía decirse que no tenían mancha de
oro ni de sangre en sus lnano._, ni tacha de tornadizo. en
su hi torias, ni roedor de "illan ía en u,' conCl ncJa ·.. ,.. ,
-H-
El ro1¡re ~IaxillJilian o, que ~p con. agró r. ga ·tar en
c:oc:lH's, libreas, . i11 O~, c:uad ros y ren~i 011 e las n1i llona-
da~ qu e la labia de )I. FouId sac(¡ de las h((s de luine de
las porterRs france. as, 1Iaxillliliano no hizo n1á que
ah on lar el abismo, aumentar el desorden y contribuir
á la desn10ralir,ación. 1I. Langlais, que no tardó en con-
vencerse de que no era posible obtener aquí nada que
no fuera peor de lo que había, pereció al engolfarse
en el piélago de papeles que formaban la lamentable
historia de nuestra hacienda, .y dejó la tarea á un
meXJcano del lllás subido luél'ito, que después de
luchar al lado de J uál'ez durante la guerra, volvía á ha-
cerl e po ible la existencia en los tielupos de paz. Pocas,
pero importantes en SUlno grado, fueron las reformas que
logró hacer efectivas el sellor don José llaría Iglesias,
tiue al fi n se retiró tarnbién enfernlo y si n fuerzas...... .
Entonces vino un luchador que estaba cubierto con
la triple coraza del primer navegante: era austero como
un puritano y trabajador como un benedictino; se con-
taba que escribía un tonlO por semana, que velaba h3s-
ta la media noche, que llevaba publicados no sé cuán-
tos libros de letra luenuda, una verdadera biblioteca en
que habia rnás ciencia y mús habilidad que en todo cuan-
to se conocía de los dernás autores......¿Por qué, pues,
don lHatías Romero, resultaba tan lnaltratado, tan ve-
jado, tan insultado? La prensa le satirizaba; el Congre-
o de atendia sus propuestas; los pensionistas le aborre-
cian y los contribuyentes llegaron á quemarle en efigie:
era el hombre más impopular que hubiera habido en llé-
xico de de la independencia al año setenta del siglo pasa-
do.
-15-
Como para ju tificar la fama de 1116n tru que le ha-
bía precedido, su primera oura fue un trabajo 111( ll'~­
truoso: el título, conlO aq uel del doctor N"are. , contien
tanta lectura COlTIO un prólogo, la introducción como un
libro, el libro corno una biblioteca; produce el efecto que
le produjeron al capitán Gulliver, en Brobdignac, la."
espigas de trigo C01110 encinas, los deda1e como cubos
y los jilgueros conlO pavos. Yo no sé de nadie que se ha-
ya echado á cuestas ese trabajo colosal, y creo C]ue si se
les propusiera la lectura como connlutación de p na, lo
n1ás en1pedernidos criminales yacilarían y concluirian
por pedir que se les yolviera á sus celdas. Y el trabajo
de la lectura no consiste sólo en la exten ión: el estilo
es tan crespo y enmarañado, tan lleno de rocallosidades,
tan apretado de superfetaciones de idea, que parece le
brotan escarnas á cada período. Puede deci r e de "e e. -
tilo lo que el más ilustre de los crítico francese dice
del de algún filósofo de la época dAla Re tau raci6n: el
autor debe de haber tenido muy firn1e la cabeza, cuan-
do no la perdió leyéndose á sí lui n10.
Pero don lIatla Ronlero, adeluá. de er inteligente,
laborioso, fuerte y ano de cuerpo y aln1a, po.~eía algo
que le hacía un hom bre necesario: tenía juicio, era hon-
radísin10 y no se de anin1aba por ob táculo.. Trabaj6
sin descanso y sin reCOlTIpenSa, pero tu vo la amargura de
que ninguna de sus n1edidas fuera aceptada, ninguna de
sus iniciativas comprendida, ninguna de us oplnlOne '
considerada por quien podía serlo. Queriéndolo ó no,
don lIatías vin o á el' el justo kantiano, seguro y ti rme
sólo en el cunlplimiento del deber metafí ico ......
La re·olución de Tuxtepec había tri unfado; II vaba
-1 0-
ocho año. en él podér y había traído la paz, pero aún
no había conquü;taclo el crédito; para éSO era menestér
probarle. á lo extranjeros que la naci6n calavera y de-
rrochadora de lo ' antiguos tielnpos se había transforma-
d en la nación seria y honrada que deseaba le hicieran
itio los pueblos bien aceptadns y correct03; que el don
Juan de Jlañara, que había gastado su hacienda en va-
nidade y fe tiné~, era él oon Juan de ~Iañara que levan-
taba a..i]o al arrepentimiento y al bien obrar.
Entollce e reconoció la deuda, se contrataron en1prés-
titos  . emprendió el c~l1nino que se pensaba había de
conducir á la nleta deseada; pero el día meno pensado,
muerto el 111i11istro que guiaba aq uella situación, se vi6
qUé ,e vivía de prestado, que no había tal prospéridad
financiera y que estábulnos al borde de un abisrno .... .
El general Díaz debe de haberse irritado contra aquel
sistema de mentiras, de cont81uporizaciones, de distin-
gos y de medias medidas; llamó al viejo don lIatías,
que corno los profetas hebreos rUlniaba desde Washing-
ton anatemas cálidos con10 las lágrinlas y amargos co-
1110 el acíbar; y don 1Iatías VÜ10 armado de sus nÚlne-
ro , de . us datos, de sus cúlculos y de sus d81nostracio-
nes, y con , u furia de puritano y con su impetuosidad de
hombre honrado y con su fuerza de sqruatter de.shizo el cas-
tillo de naipes y de nuevo se marchó á sus soledades n1e-
nos huraño, menos hosco, n1enos agrio que otras veces...
Había comprendido que lIéxico estaba ya en sazón pa-
ra probar el manjar acre pero substancioso de la verdad
(que ólo alimenta á los fuertes) y que no había para
que tenerle sumido en el sopor que producen los narcó-
tico , ni consolarle con las vanas alucinaciones que aca-
rrean las solanaceas.
-17- 3
11.
'Bien , Se lijo el país' ya con zCo torla la exten5i l')J) dl'
D1i de~ racia; ya ~é qUt de na la n1e han -a lid m1~ ~a-
'rificios: ya sé que no tienen fin ni tf rInillO lni ~ pena:--:
pero t ú (d irigiéndose al Caudillo que le ha guiado al tra-
Yé~ del desierto y que le ha de lle-ar á la t¡PITa prIJIlW-
tida ) tú puedes hallar el fenledio. t lÍ pu de.;; curar con
hierro y con fuego e~tas horribl es llagas que no ~e ch-jan
manejar con aceite ni con bálsan1o:3: Cl! ra me. clÍ rame
...... -:Iira que mi mal e de muerte ..... .,.
y Porfirio Díaz, que había pennan cid .;;el'en( y fir-
me dirigió la mirada á su derre lor y pre en t() un llOl11-
bre ooooo.Era un hon1bre de treinta y o ·h añ~. culto~
como un inglé educado en Etoll. lll'ban y com did.
como un parL iense, ri co conlO un nababo. aust r y rígi-
d o como una operación aritn1ética. _. _
P ero el paí frunci ó el ceño: ;.cón10 i:í a luella hora en
que se necesitaba deu o ~-.lberto Jlagl10 lue tra:,mutara 11
metale preciosos los guijarr05 de} camino. ó el un Jl i-
das que conyi rtiera en oro cuanto tocara. ú aq u Ila ho-
ra de crisi tremenda se }e pre...entaba C01110 sah -ador á
un rico que debía de tener l a~ lacn1s le t d s lo ~ rico
. .) ) }
m eXIcano ...... .. ue sp marc 1ara. qII ~e mar'hara á
Europa á ejercer de ~01'¡f "U (di('(. á ga ~tar } pi n lie r n -
dimiento de sus capitales co~teando funcion e::: religi ..:a:-:
en la -:Iagdalena atisfaciendo capricho de bailarina.
y haciendo el papel de í'a~·t( r¡0/1ti'f'; que no.;; dejara con
nuevtro ahogo con nuestro apuros con nu ~ tro__ do-
lores con nue....tras mi. erias, con nuestra.' pena~: q lIe no
le pidiera nada á su patria como nada le piden los otros
ricos su... col ega~ ' que se contentara con un título P Oll -
tificio yano y rÍ111bombante y que . e limitara á ex ·la-
- 1&-
mar, como lo. deln ás que este país e~taba dejado de la
mallO de Dio ' é incapacitado de remedio, sin u~ar si-
quiera de la dulce filosofía de aquel cura que encontra-
ba bueno i Dios cuando se comía las gachas tiernas y
'abrosas... ...
Pero aquí, donde lus ricos de abolengo, por rudeza,
por necedad, por estrechez de espíritu no han hecho na-
da, no han sido nada, no sirven para nada, un rico, don
.J osé Ives Limantour iba á ayudar grandement~ á la sa1-
yación del país. ¿Quién era Linlantour?
Era di putado, era profesor de economía política, se
había dado á conocer por algunos trabajos econ6micos
que indicaban discreción y buen iuicio; no se sabía rnás
de 61. Llegó sonriente y sereno al puesto que habían
ilustrado Lerdo con su atnplitud de 1niras; Igle~ius con
su instrucción colosal; Prieto con su honradez; y que ha-
bían deslustrado tantos otros con su avaricia, su igno-
rancia, su picardía y su desorden .....
El puesto no era envidiable en verdad: acababan de
perderse las cosechas; el metal blanco, que por los feli-
ces días que nos visitó el barón de Humboldt era el rey,
ó por lo nlenos el virrey del universo, empezaba á ba-
jar de un modo alarmante: cada peso valía como sesen-
ta y cinco centavos, y el dinero, por lo menos en una de
sus forulas, dejaba de ser el poderoso caballero que ha-
bía ensalzado el satírico........Si á esto se añadían la de-
presión industrial, la ausencia de numerario y el rnales-
tar que se experimentaba en todas las esferas, se com-
prenderá por qué fue recibido el nuevo Secretario de Ha-
cienda con sonrisas de escepticismo, de conmiseración
y hasta de burla.
-19-
No acéfalos in ipientes, como dt'cía el pedantt>, SIIHl
hOlnbres ilu tres encaneci clo~ en los nego i ~ , re onWll-
daban á Limantour una nueva ~ u pen iún de pngo~.
"Aproveche usted, le d cíán la bu na acog'idn qlIe tell-
drí~ esa providencia por parte de la opinión plÍbl ica y
libre al país de esa carga de Sisifo que acabará por l1W-
tarle." "Convierta usted, le decían otros nue tnr obli-
gaciones oro en obligaciones plata; de plata e la nlone-
da del país y nosotr03 no tenenlO la cul pa d que e
deprecie en el extranjero."
La cuestión de la plata se  01 vió de actualidad y ~a­
bias é ignorantes tenían á. gala discurrir obre la alza ú
la caída del metal blanco, como la marqu' a ' d 1ti lll-
po de Lui XVI hablaban del cornpte-rcudu y de la~
medidas de Necker. Quién quería que se acuñara Ull pe-
so monstruo, an1algamado de cobre, plata y oro, para
que si un componente bajaba subiera el otro y si é~te
descendía subiera el contrario; quién que e fabri cara
un peso internacional para el uso exclu 'ivo dl' los paí-
ses hi pano-americanas-algo conlO la unión latina ca-
sera;-quién trataba de que ... e dejara de 'omprar g(IH'-
ros de fuera, retrotrayéndono. á lo felie . tiempo ' U('
Xólot1') quién, por fin, que le impu.'iéramos á los x-
tranjeros, manl~ rnilituri, la adopción de nue tro ' inm '-
¡orable peso de plata, despreciado::; por artería.' de '11('-
migos que nos querían mal.
Todo el mundo hablaba, todo el Inundo e..cril>ía, to-
do el Inundo c0111entaba, y ante aquella ola d di..para-
te~, de negra tinta y de odio aún mú negro, .:610 P ')'-
n1anecía inconn10'ible un hornbr : aquel contra qui '11
iban lo ti ros a 1uel que era objeto de la ..úti ra.. aq lIvl
-20-
ú quiell iban (' nd e rezado~ lo C'on..ejo : oía, tral ajaba, au-
lllentalm lo ingreso:-i.Y hacía se"era conomía. ".....
Pero ni creía nadie en las eCOn0111Ía (Bulne lleg6 á
(;Olll pararlas ú la po ada.., que en1piezan co tando cin-
cuenta entavo y acaban 'aliendo :¡uinientos pesos por
noche) ni la econonlías pueden hacerse más allá de
cierto Jí111ite: en la ociedades modernas, la privación
de cierto ga 'to que significan cultura, nl0ralidad, au-
mento de la vida humana, seguridad de la persona y de
ll:-; intere. e~, no se pueden suprimer ni disminuir sin
qU1::' el pueblo que tul haga se exponga á un boycot re -
pecto de la delná elltidades que gozan de la vida civi-
lizada......
Al año iguiellte 'oh, sorpresa! los gasto se haelan
COIJ ab 01 uta regularidad, resultaba posible añadir cier-
tos extras á la desnledrada n1in uta de la cOluida nacio-
nal , se equili braban los presupuesto, se cerraba el ejer-
cicio fiscal con un excedente considerable, y nuestro pa-
pel, que había fluctuado en las bolsas extranjeras por
1110do alarmante. ganaba un lugar que nunca había te-
nido y q 11e no han llegado á con eguir después para su
'alore la otras repúblicas hispano-americanas.
Error cornún á-todos nuestros ministros de hacienda
había , ido el 'reer que cuanto se gastara en el país tenla
qlIe alir del pre~upuesto ordil1ario de egresos: su byencio-
nes á ferrocarriles, saneamiento de ciudade , canalización
.Y 11leiora de puerto ,construcción de hospitales y manico-
mio, erección de n10numento públicos, todo, todo se
qu ría Racar del debilitado presu pue ~to de egresos.
¿Qué re ultaba de allí? Una cosa: que ni e levantaran
lo rnonumentos ni se pagara á los acreedores del Esta-
do, ni se llegaran á. conclui r las obra de recreo y orna-
-21-
to, ni se pagara neldo á los en1 pleado , ni hubiera ti 11'
ta para lo oficina, ni e hi ciera nada cabal ni en for-
ma. Limantonr destruyó esa anon1alía di ponipnoo la
contratación de empréstitos destinado" á pagar Os (jas-
tos extraordinarios: así, ni se desmelllbra el pre upll e~­
to, ni se hace pagar á las generaciones en cuya épOCH.'e
ejecutan esa~ obras, el importe de lo que gozarán los qu
vengan después. Los jacobinos, que hace mucho ti n1-
po desempeñaban en nuestro organislllo social el papel
que des(~mpeñan en el organismo hl.lln ano los órgano
desaparecidos ó sin función , como el apéndice intesti-
nal, e espantaron al saber que se contrataban nueyo.
empréstitos; pero esos rezagado de Ayutla q u de ~e­
guro habrían hecho pagar á Dafne el inlporte de la pe-
ras que produciría el peral que plantaba y cuyo~ fruto~
saborearían sus nietos, no fueron oídos 1or nad ie en el
,-
pals.
E xistían aquí papeles de todos lo' colores, de todos
los orígenes, de todas las denominaciones, y cranando
todo los réditos imaginables; el empré tito d : 8H, el em-
préRtito de 90, el en1préstito de 93, el en1prú tito de Te-
huantepec, la deuda interior consolidada ele ;) P6, la
deuda flotante, los certificado de alcance y má. d diez
clases de bonos por subyenciones á ferrocarril es forma-
ban un laberinto en que no bastaban toda la ci 'ncia ni
toda la habilidad del mundo para orientar e.
Limantour tu'. o un rasgo genial: e propu. o trazar l
límite entre nuestra nueva orientación económica, en-
tre la estrecha y caduca ley de iloisés y la am plia y ..al-
yadora de Cristo, entre el ~léx ico insol 'ente y el ~I éx i­
co con crédito, é introducir el orden y la unidad entf(J
-22-
tan ta~ co..~. · inconexa. Por las leye de 6 de septienl-
ure de ]804 tod o.' aquellos créditos, todos aquellos bo-
nos, todos nqueJ]o ' papele , todo aquel embrollo con ex-
cepci6n de los bono oro de 1888, 90 .Y 93 Y de los de
Tehuantepec quedaron unificados con ventaja para la
naci61l , que p~ga réditos lnucho menores y sabe cuánto,
cómo y á quién debe. El 30 de junio de 1896 quedó cp-
rrado el ciclo vergonzoso, triste, degradante é innoble
de nu e~ tra hi toria y relegadas al olvido las humilla-
ciont's de 11 ue tro pasado. La prescri pción acabó con to-
das la reclamaciones que antes no habían sido presen-
tadas, ó que presentadas no habínn podido ser compro-
})ada. .
Todavía má : ilnportaba descargar al pais de una par-
te de lo que anualmente pagaba por réditos de su deuda
en oro, haciendo tangibles al mismo ti8mpo las ventajas
del crédito de que disfrutábamos. Aprovechando una
coyuntura por extremo favorable, el señor Limantour
se trasladó al extranjero y logró, tras habilísimas ges-
tione , que los cuatro empréstitos de 1888, 1890, 1893 Y
el de Teh uantepec se unificasen y convirtiesen en un
5 pg amortizable que nos eolocó de derecho entre los
pueblos que por su crédito y solidez pagan corto rédito
por sus deud~s, libertó de hi poteca al ferrocarril de Te-
huantepec y dejó sin gravámenes muchas y muy sanea-
das rentas Flfectadas por los arreglos anteriores.
La operación tu vo el siguiente resultado:
"Al cerrarse el plazo para la conversión de los cuatro
empréstitos oro al precio de 99, señalado á los nuevos
títulos 5 pg , resultó que, á pesar de que los banqueros
solo tomaron en fiflne, de conformidad con el contrato,
f: 13.000.000 del nuevo empréstito, se presentaron á con-
- -23-
yersión f:15.000,000 de título an ti guos, de los eua les
f:2.300,O( °fueron de bonos hipotecarios del ferrocarril
de Tehuantepec de ;) pg y adelnels '3 ub~c ribié ron se ......
f:2.000,OOO en efecti '0 Resultado tan brillante pu-:n Ú
los banqueros en la disyuntiva de ue"o1'er al púLlico
el excedente de títulos sobre f 13.000,00 tOll1ados en fi l'-
me ó de levantar la opción por los f0.700,000 re tantes
para realizar la conversión total de los cuatro enlpr6 ~­
titos." "Los banqueros optaron por e~te líltiIno extremo
que puso de resalto el gran crécli'l:o que disfrutaba la na-
ción. Hay que advertir que los títulos de la opci6n COt'-
taron más caros á los banqueros, y que leyantando la
opción renunciaron á las grandes per~ pecti 'as de Ye11-
del' más tarde al pú blico los títu los cOl'respondientes á
mejor precio del fijado par1- la con Yer~i(Hl ......,
y los hombre~ que e~to lograron , Díaz y Lilnantollr,
el uno con su inmenso genio político, el otro con su i11-
menso genio hacendario, eran lus que habían ~a­
bido resistir á todas las sugestiones, deshacer todo~ l o~
espejismo, conser'arse serenos y fuertes en u ' ~endos
papeles, cOlnprendiendo y haciendo comprender á todo
el mundo que lo que cuadra lnejor á hombre,' y á pue-
blos es la honrooez,-la honradez á la cual ~ dan por
añadidura la prosperidad y el crédito......
¡Qué lejano vemos ahora la convellcion ,lo permi-
sos del algodón, las licencias para la extracción de me-
tales preciosos y todo nuestro pa aclo financiero! Y ~in
elllbargo, ¡cuán presente debemos tenerl e no para detu r-
parle destempladalnente, sino para consagrar todo el
agradecimiento que le debemo el lo hombres que no.'
han traído al estado d ahora.
- :24-
Desde el doctor )Iora hasta don Guillermo PrietD, to-
dos los hon1brcs de la escuela liberal mexicana habían
trollado contra la existt->ncia de las aduanas interiores.
No se necesita ser ·jejo para recordar aquellas garitas,
aq uellos guardas y aquel1a~ recaudaciones que habían
venido á. substituir al castillo feudal de la edad Inedia.
Cuando t->l pobre call1inallte llegaba mojado por la lIu-
'ia, apaleado por los ladrones, despeado por las piedras
de los fe-mentidos calninos, llevando consigo toda su ha-
cienda como el cÍnicl), aparecía (personificación necesa-
ria del espíritu colonüd, todavía no extinto) el guarda-
garita altivo, grosero, regañón, montado en un vil ro-
cín, armado de una legislación que mal año para la le-
gislación védica, y cargaba con el pobre arriero hasta la
moderna torre del homenaje. A11í se le exigían los pa-
ses, g'U.Ja8, tornaguías, excepciones y eontra-excepcione.sque
pudieran amparar el tránsito del pobre cargamento; se
registraba éste al derecho y al revés pinchándole, tan ·
teándole, abriéndole y deshaciéndole y cuando, adre-
de ó sin saberlo, resultaba violada alguna de las leyes,
circulares, dec}'(:tos, bandos, reglamentos, aclaraciones,
interpretaciones y distingos de los cien mil aplicables
al caso, el arriero mojado, 'despeado y apaleado se veía
en la obligación de satisfacer dobles, tri pIes ó cuádruples
derechos, cuando no- de ir á la cárcel á responder del es-
pantoso d(~lito de traficar usando de la libertad jacobina,
tan parecida á la libertad del monólogo ele Fígaro..... .
El artículo 124 de la Constitución quedaba como una
bella mentira para el país y como un horrible remordi-
miento para todos los gobiernos. Congresos iban y con-
gresos venían y la prometida abolición de las alcabalas
-25- 4
quedaba tan pronletida como Silem pI'. ~las III l)'l'nern1
Díaz, qu alcanzaba in esfuerzo ninguno que todos lo~
ideales por él perseguidos y todo~ los sa<..'riticios heeho:-;
por la nación para construir ferrocarri lts y procura r~ll
conlunicaciones cónlodas y baratas, quedarían nugato-
rios si continuaba aquel estado de cosas, ordene') 1.. CO Il ·
vocación de dos congre os des tinados ú procurar la ma-
nera de abolir las alcabalas. El prin1ero confirnlú el de-
gradante estado económico que se trataba de de trui r ;
. el que le sucedió trató de sujetar la federación y lo~ t'~­
tados á un modr¿¿s 'l¡ü'encl!: que resultaba inlpnH'ticnbh·,
por teórico y por insignificante.
Lilnantour, que había consultado en lH9G, á la ~ saJll­
blea convocada por elluinistro Dublán, un proyecto muy
discreto y bien concebido, apenas llegó al lnini terio y
pronl0vió nuevamente el tra"'cendentalísimo neo'ocio de
la abolición de las alcabalas. Su plan era encillo.Y prác-
tico, y el Congreso no tardó en aceptarle con Len }pláci-
to de toda la nación. ~1edia docena de gobernadores quc
encontraron propicia aquella oportunidad pura politi-
q uear en grande, ocurrieron con el Presidente á proba r-
le que su E tados se arruinaban si e llegaba á implan-
tar ese sistema. El general Díaz, que ti ne fe ('iega 111
su nlinistro .Y que 'abe apo,) al' con la fuerza d ,'u 111-
men o carúcter toda reforma amplia y de resul tado, pro-
babl , ren1itió á lo de contento con Limantour u j I ','
seiial()]a fuente de riqueza qne podían gravar ..in men-
gua de la ley recién pronlulgada. Si no tuviera el pa-
triota n1ini tro nlá~ título que este ú la consideraci(J11
del país, él le bastaría para granjear,'e el agrade 'imif'l1-
to nacjonal.
-26-
ella (le las tarea~ de] s(:'ñor Linlantour, tan pronto
corno pudo deshaeer~e de los lazos con que le sujetaba
la ley de la necesidad, fu e procurar el rescate de las ca-
sas de rnoneda. Como reliquül del gobierno colonial y
como resultado de nuestra vieja y antes no re111ediada
pobreza, 10._gobiernos todo se habían visto obligados á,
arH'ndar (¡qué euf(:'n¡ismo tan bien traído!) la casas de
mon =>da, que con tituían uno de nue tros principales re-
eur 'os. Pero, sucedía que apenas e t.aba á punto de expi-
rar (:'1 término del arri(:'ndo los negociantes se prebeJ~­
taban ante nuestros lnalldatarios, no haciendo desfilar á
:-iU vera todos los imperios y todos los tesorus del mun-
do, como Satanás ante Jesús, sino unos cuantos miles
de peso , que caían en las arcas del tesoro como las pri-
meras gotas de agua en la tierra sedienta; y la a't¿n~ sa-
cru,fa.nu~s era tanta, que nunca se llegó á saber que se
rechazaran aquellas proposiciones que significaban uno.
cuantos días de holgura á carnbio de muchos afios de
humillación, de descrédito y de ruina.
El señor Li mantour convoe6 á los arrendatario y leS
propuso la rescisión de los contratos vigentes, qlle esta-
ban hechos con todos los requisitos y seguridades que
habría exigido el más concienzudo de los tinterillos.
Cerdearon los usureros, insistió el ministro amenazánda-
les con poner el asunto en manos de los tribunales, y al
fin , no sin protestas, se allanaron á dejar la víctinla que
habían explotado por décadas enteras. A í pudo Liman-
tour sacar aquella riquísima fuente de productos de las
manos de los judíos, que deben de haberla d~jado salir
con el dolor con que el 111alo uele abandonar la presa que
-2i-
consideraba segura. llerced rl e~te paso logró nlllll'-
tro reducir el núnlero d las casa::": el 11l0neda. di:'l11i-
Huir los derechos de arnonedaci(m. dar un aran impul-
so á la nlinería y hacer t'ntrar al te oro públi coalgunl~':-;
millone ' que solían queJar e en los bol i3ill o~ de los C011-
tratistas.
El país pidió al moyilniento que 11e ó al poder a1gl~­
neral Díaz, la expansión de sus intere es nlateriale-- y
el amplio uso del derecho que le a istía para entnri3t' al
lado de los otros pueblos cultos el participar de la 'e11-
tajas de la ciyilización. La fuente se hallaba seca, la ca-
ñería estaba tomada de orín la yegetación cercana ca-
recía de brío y de yigor; pero se abrió la e, pita yel agua
entro regurgitando por los tubos, subió por las gárgola~
de yiejo tallado, ascendió por el aire en chorros agudo~
como puilale::, cual si tratara de dardear al cielo, y Ja-
jó esparciendo el yigor y la yida á II derr lor......... ,
Ya no había quien quisiese poner el desi rto entrt' la
debilidad y la fuerza; ya no había quien tt'miera el la
cultura; ya había quien creye e que la política l1W-
jor consistía no en el ai lamiento, in o en la difu ¡{¡n,
Entonces yinipron las peticiones para el e"table iIII ien-
to de líneas de ferrocarril, se construyeron la prim ra:-;,
pero el país pedía más, más sin cesar. porque su ed no
se extinguía con una poca del agua que había elllpeza-
do á fertilizar el suelo cercano al manan tia!. ... .La pri-
nlera administración del general Díaz, la del general
González .Y to'das la del actual Pre idente que 'i nieron
de pués, fueron esencialnlente constructora:' de ferroca-
rriles' se daban concesiones á quien la pedía, rara cllal-
-2 -
ljui r línl'a, ('on anchura yarial)lc, . in ."ubyenclól1, con
sul)'encif>n cn)}, i tente en dinero, en yales d tierras na-
cionales, en bonos al seis por ciento, con derecho de re-
yer i(m de la 'ía al país en plazo de cincuenta, de ochen-
ta, de nOYellta y nueye año~. llás de ciento cincuenta 111i-
llones de pesos lle'all recibido las enl presas de ferrocarri-
leF3 y por lo luellOS la mitad de lo cuatrocientos lllillone '
( .1e debe el país se han aplicado á la con. trucción de 'ías
férreas: ¿ha ido conven iente tal cosa? Sí, y nlil 'ece ' sí.
Por los ferrocarriles enlpezanlos á formar parte de la
h.1111anidad que yi'e y trabaja; por los ferrocarriles hi-
ci mo fructíferos desiertos en que ólo Ee escuchaba el
alarido del illdio leyantisco y por los ferrocarriles aca-
hanlos con el caudillaje inlpidiendo que se levantaran
contra el gobierno nacional á la hora que les viniera en
Jlliente , el general descontento, el gobernador intrigan-
te, el cacique suspicaz y el alubicioso de cualquier lina-
je () denomiuación. Los ferrocarriles nos han redimido,
nos han enriquecido, nos han civilizado y han hecho la
unidad nlexicana.
Pero pasados los prilneros años había que poner coto
á aquel afán de subvenciones. El señor Limantour, des-
pués de reflexionarlo larga y maduramente, presentó en
consejo de ministro una sesuda exposición sobre el caso,
en que se contentan estos puntos principales: subven-
cionar sólo líneas que unan el centro del país con Guay-
lnas Ó Topolobampo, con lIanzanillo, Acapulco ó Zi-
huatanejo, á fin de tener COlTI unicaciones directas con
el oceáno Pacífico; la que acerque ~Iéxico á Guatemala
y la que ponga en contacto l"Iéxico y Tampico; se-
fíalar reglas para la caducidad, para la concesión de
-2'1-
nueva"' líneas, y para lndícarrlllllbo y 10<:<1 í() 1l dt) t~ ta~_
De lo pnnclplo que :::;entó el lllini,-.tro en ~ll 1111-
<..:iativa salió la nueva ley gJneral de ft'lTocarriles, <¡tI
sirviór como dice uno d~ los 111ás entendido 111 ex¡ca-
nos Que han tratado este asnntoy para calcular la inI11E11-
~a di.stancia recorrida, lo que nos faltaba por haeel' y
cómo debían10s llevarlo á cabo dentro de los lineamien-
tos bien definidos de un plan racional.
Pero algo más que esto le debe el país al seilor 1.i-
mantour en materia de ferrocarriles: haber cOlnprelldi-
do que debían servirnos no sólo para nuestro desarrollo
económico y so(:ial , sino proporciona1'no,' la -'egllridad
de que no serían nunca obstáculos para e~e lni -' mo de:-=a-
rrollo y que resarcirían un poco de 10 que han costado.
Por una impreyisiún (perfectalnente explicable en la.
época en que se expidieren las conce ion s ferrocarril e-
ras, en que apenas eran conocidos los trusb) '.. dejú in-
vívito á las conlpañías el derecho de coludirse para al-
zar los fletes y poner al comercio en un terrible pl'(<li-
cam ento. Dos poderosas organizacione ferro arri l ra~,
la Standard Oil COlnpany y peyer y Compañía, toma-
ron los ferrocarril e mexicanos como cam po ue lucha
financiera. La Standard emp zó por adqu irir gran Illí-
nlero de accione en el Ferroearril e ntral Illientra ' la
otra se adueñaba del Ferrocarril ~acio ll al .Y trataba de
asegurar el donlÍnio del Interocéallico. ~li entras la lu-
cha existiera todo marcharía bien: la con) peten<'ia ..el'-
yiría grandeluente á todas las actiyidade , ana; pero (1
la hora que lo competidores llegaran (y llegarían pron-
to) á una inteligencia nlás Ó rn eno ' perfecta, 1 .. habría
sido dable imponer la ley á ~léxico, que t ndría qu
-30-
<l(~jar en su.' n1unos presente y pon"enir, elementos aé-
tllal e. y futuro ', cuanto e .Y cuanto puede llegar á ~er.
El gobierno mexicano comprendi() que la única 1nane-
ra de impedir que las cOlupañías rivales llegaran á un
.arreglo consistía en captar la nlayoría de ~as acciones
<I(-Il1,'erl'oéarril Interocéanico Ú d 1 lIexic:.lno de Vera-
crU7, llneas de que tenía absoluta uecesidad la casa
8peyer si quería seguir ]a contienda iniciada con el Cen-
tral , que cuenta con los puertos de Tanlpico y lVlanzani-
)Jo.
]~mpezó en efecto sus arreglos por ese can1ino, tenien-
do ell cuenta lo propicio de la situación, pues la conl-
pañía del InterocAánico acabttba de ernitir los títulos
~ 1econcl Debent¿~re Stock, J ya daba por segura 12 realiza-
ción de sus planes, cuando el sefior Lünantour hizo pro-
puestas para adq ui rir la totalidad de las nuevas accio-
nes. Respondió la compañía que acababa de recibir
igual Insinuación de la casa Speyer, y que parecién-
dole innoble establecer una puja entre dos compradores
igualmente respetables cedería los Deben,(tu.;re á quien hi-
ciera mejores propuestas en determinado día y hora, me-
diante la consignación de las condiciones en pliego ce-
rrado. En caso de igualdad, el gobierno llevaba la pri-
111acÍa. Aceptaron tanto Speyer C01no el gobierno, y el
señor Limantour, como término de lo acordado, telegra-
fió á nuestro Agente Financiero en Londres que hiciera
la operación á 98; mas por una maravillosa intuición,
que nunca se alabará bastante, el ministro, momentos
después de haber firmado el despacho, reformó lo escri-
to y ordenó que se ofreciera 98 . Al abrirse los pliegos se
yió que Speyer ofrecía también 98 y que sin el feliz
-31-
pre entílníento del 8ei"ior Línwntoll r, la 0r raci{)) ha-
bría quedado concluida en fa 'or de <lU ien tenb fO),IllIl-
]aela las prÍlneras propue8tas,
~Iediante el arreglo, el gobierno rnex ieal:@ di ~ pon Ía
de 500,000 sobre los R5-!,OOO yotos que pueden ngurnr
en las Asambleas generales. Spe) el' tenia uno d dO:5 en-
minos: ó entenderse con la Standard Oí] realizando t'l
trnst antes de tiempo, ó tratar con el Gobierno méxica-
no ofreciéndole sus elen1entos. Se decidió por el ..eglll-
do extremo con gran satisfacción del paí~, que yió á po-
co seguir la primera y peligro~a operación, d ]a con1pra.
de una buena cantidad de acciones ele lo ~ ferrocarrile::;
Nacional é Internacional, con1pra que ha asegurado á
:Nléxico de una catástrofe que habría equi 'alido á]a pér-
dida de los enorrnes sacrificios h echo~ para tener ferro-
C'arriles.
Al concluirse la segunda operación, el n1illistro ~il1-
tetizaba as! las ventajas que obtenía el paí. con la com-
pra ejecutarla: "El Gobierno dispondrá d doce millo-
nes de pesos aproxiroadarnente, para la pros cucifm de
obras públicas, y á la vez ha obtenido en nHly poco tiem-
po y de una manpra radical , la situación lnoral -' P Cll-
niaria que ambicionaba alcanzar en ]a ' tI' 1)) pI' SH.'
del ferrocarril Naciona], de] ferrocarril Internacional y
del ferrocarril Interoceánico: ha robustecido la acción
del poder público re pecto á las demá::; línea. férrea.,'y
ha alejado para siempre el peligro de una formidabl
consolidación de intereses particular . que no amena-
zaba. Estos resultados se han asegurado mediante la emi-
sión de obligaciones del Tesoro por valor de ]2.5UO,0
dollal's, que por el rédito bajo qu tienen n 1111 r 'a<1o,
-3~-
han afirmado todavía lnú el ('rédito de la nación, y cu-
yo servicio de rédito:::;, lo mismo que el de anlortizaci(m ,
es de esperarse fundadan1ente que se haga, en gran par-
te, con las utilidades pecuniarias que proporcione al Go-
bierno el capital in vertido en la compra de títulos de
ferrocarril. "
Si los ministros de nuestra epoca anárquica hubie-
ran oído hablar de las hazañas de Linlantour, quizás pen-
saran que ó se trataba de un cuento lisonjero pero abso-
lutamente de. tituido de verdad, ó que el autor de ta-
le prodigios era un soplador á lo Nicolás Flan1el, hábil
para transmutar en oro los metales más viles.
Tras el rescate de las líneas férreas vinieron la contra-
tación de obligaciones del Tesoro con 4~ pg de interés,
y por 18.500,000 dólares, y la de un empréstito por......
40.000,000 de dólares en condiciones excepcionalmente
favorables; pero tales cosas eran sólo á manera de pre-
liminares de la obra más importante y fundamental que
pudiera acometer ministro alguno.
A principios de 1903 se averiguó que el gobierno co-
misionaba á don Enrique C. Creel para que tratara el
asunto monetario ante el gobierno de los Estados Uni-
dos. Engañados muchos con el fantasü1a de los benefi-
cios que nos traía la baja de la plata, y seguros de que
ni leyes ni gobiernos conseguirían nada cont-ra hechos
económicos incontrastables, creyeron que 110 alcanza-
ría eco ni trascendencia la comisión de que se encargaba
al señor Creel.
¿Qué iba á hacerse, decían todos, cuando estaba
comprobado que la producción anual de plata excedía
-33-
[)
con 111ucho ú u co nSU lno; cuando lo~ golJit'rn ... el 1-15
naciones lnás fuerte y rica:-: habían d monetizado el~
n1etal hlanco y no irían seguralnente Ú de~hac l' oTandt':-:
y profunda combinaciones por c0111placer á un pní:-: qUl'
no les inlportaba cosa?
Pero, Limantour pl'il11erO y despué" su. :-:ahio" cola-
boradores, no querían tanto: contentaron con dl'-
n10strar que e taba en el interés dI-' lo ~:ran le... pUt'-
blos r gularizar sus compras de plata para l) pro-
d ucir bruscas yariacione en el p~'ecio de e~te metal; COIl
darle á la moneda un valor fijo en oro para lo efu·to:,
del cambio exterior; y con probar científicalnente qllt
la producción de plata había aumentado nHl} poc de~­
de 189;) mientra que el con un10 ~ hahía el yado al
niyel de la producción- lo cual había de traer una alza
en el valor del m etal hlanco, y lo que es n1ú aún, una
reacción en el criterio de los gobierno y de lo ~ CO Il()-
mistas acerca del por'enir de e e 111ed io d cambio, qUl'
pronto ha de reconqui:·:tar su 'alor en 1111e1" ado .Y ~1I
poder adqui. iti'o con10 moneda,
¿,CÓ1110 ~e lnanejaron Linlantour y ~u anl1go.' para (:0 11-
1110ver y conyencer prin1el'O al Presid nt le lo E..tado,'
Unidos y ú la en1peratriz de China, ' luego á to lo lo.
hOlnbres de e tado, ecollOl11ista:-:, gobernant ' te:-:ta: coro-
nada..., lit rato:-: y e peculadore eu ropeo~, ha. ta ha 'erlt·:-:
c n 'enir n aqu 1plan tan encillo y unte:-:: tan i notú'! 1)i-
fíc:il ...ería relatarlo en poca:-:: línea:-::: pero 110 e:-: que ('n' 1,
que fué á Europa encabezando ]a conlÍsit.m debe de ha-
ber entido, cuando ....e acogía con tan1afio,' honore: Ú lú:-,
l' presentante' del Jlf xico antai1 0 befado {. in 'ultadq, lo
-3-1-
ql1 sin ti(, el cisné de .Il dersen al eleyarse por los aire "
bt'llo, galano y D1ajestuo 'o despups de haber sido visto
nada IUÚ c¡ ue como un pato feo, a:3troso y desarrapado.
LUt'go vino la ('Olnisi(m -:Ionetaria, que trabaj<'> con
grandbimo fruto y llegó ú conclusiones netanlente cien-
tíficas, alejándo e cien leguas y ascendiendo mil codos
sobre la antiguas convenciones de puro politiqueo, y
por fin se prt'sentó la iniciativa para reform ar nuestro
si.tema monetario, que viene á ponernos prácticanlente
f:obre la base del patrón de oro.
Como por arte nlágica hizo irrupción un río de oro, un
Pactolo auténtico que in undó al país; y el metal 110ble,
que hacía tantos años no asornaba por estas tierras, vino á
ser conocido de los jóvenes, añorado por los viejos, con-
fesado por los escépticos, guardado por los rof'íosos, dI-
sipado por los pródigos y por todo el mundo buscado,
so]ieitado y admirado.
Creen algunos, que no saben córno explicarse esta
tl'ansfonnación maravillosa de nuestro medio, que todo
lo que pasa se debe á que el General Díaz tiene mny
hllena snerte. Si suerte es calcular lo que ha de venir
con rnatemátiea exactitud, facilitar el Inedio de que ocu-
rra y valerse de quien nlejor que nadie puede llevarlo á
cabo, uno de los rasgos de la bnena suerte de nuestro
grande hombre ha sido conocer, aceptar y recibir con
regocijo las salvadoras ideas del "nlás rico de nuestros
sabios y del más sabio de nuestro. ricos."
Quien lea estas cosas se figurará que Lünantour es al-
gún financiero á todo trapo, para quien no hay más li-
bro que el Statesnl(~n r ear B ook, ni luás poenla que las
-35-
tablas de logarittnos de Callet. No hay tal. Poca g n-
te existen en ~léxico nlá culta, 111;1S di~cretas) mÍls
anlplianlente dotadas en todo género de di ciplinas que
este hombre sereno y equilibrado que par ce un árbol
lozano y sien1pre verde por cuyo ranlaje corriera la sa-
via con igual vigor, con el n1isnlo ritnlo, con idéntica
intensidad. No hay manifestación científica artí tica
literaria ó política que no siga con surno inleré::; e te
gran curioso, que lo mismo busca y ama las noticia~ so-
bre descubrimientos recientes, que la música 6 la litera-
tura 6 las teorías nuevas acerca de 'eso que llalnun ra-
zón de estado y modos de gobierno."
Alto, pálido, delgado, elegante, parece (continuando
la comparación con el árbol) tallado en el tronco de un
cedro airoso y fino. El rostro lo tiene severo, p ro los
ojos expresan bondad y sencillez. La cabeza es fuerte,
la frente ancha, la barba bien dibujada, la voz grata y
serena-serena sobre todo, COlTIO si tuviera fornlada ya,
acerca de hombres y cosas, una opinión difícil de calll-
biarse. Cuando habla en la tribuna se mueve sobria y
reposadamente, y lo que escribe, aparte de .tar 'iviii-
cado por la médula de león de las ciencia exactas, fí~i­
cas y naturales, está expresado con prinl0r y ] gancia.
Cuantos le tratan le reconocen un def cto: u frial-
dad, su dominio absoluto sobre los refl ejos, al grado que
su rostro nunca llegar á traicionar la elnoción que le
domina. Tanto mejor; para administrar no e necesita d ·
nerviosos ni de imaginati ,TOS; baota con gente~ -·eria.
que busquen el bien y la yerdad por las endas honra-
das, y Linlantour es e 0, la honradez, el método, la re-
flexión y el e tudio.
-J6-
E. te hombre que, dueilo de una fortuna privada gu
)e haría pa.'ar por acaudalado en cualquier lugar del
mundo, se ded ica á labrar la prosperidad de su paí ; que
duplicaría y cuadruplicaría sus caudales si aplicara á
hacerles aurnentar sólo un poco del empello que aplica
para engrandecer la hacienda pública; que por la dicha
y el crédito de ~Iéxico ha expuesto el bienestar y la salud,
¿no es un gran patriota? ¿no es un gran altruista? ¿no
encierra en su aparente frialdad un espíritu vivo, ar-
diente y entusiasta, como las tunlbas etruscas suelen en-
cerrar una lámpara perenne que no se consume con el
transcurso del tiempo, ni se apaga con el soplo de las
rachas de aire, porque lleva en el interior un alünento
lnaravillo~o, que no puede extinguirse nunca?
Quizás repudiará mis elogios el señor Limantour; pa-
ra su significación vendrían mejor las frases autorizadas
de uno de sus pares-un Creel, un Macedo, un Casasús,
un Pineda,-y no las expresiones de un simple es-
critor sin atisbos científicos; pero yo, que por costumbre
busco en las obras humanas algo que las señale é indi-
vidualice, en la de este creador de riqueza veo algo que
me la hace interesantísima: veo obra de arte, veo obra
una, veo obra sintética y transformadora, de tal modo,
que sus trabajos se me figuran un poema en que sube el
interés desde el principio al fin, un ejército en correc-
ta formación que obra conforme á un plan alto, delibe-
rado y sabio.
Por eso he buscado la oportunidad de estudiar á un
hombre en quien considero no un simple removedor de
caudales, sino algo de eso que constituye la inspiración
en el poeta, el fuego en el orador, la intuición en el ge-
-37-
neral y n 1 ahio la facu ltad dt' il1'.'ntar. El t!1.'1l1O.
(H~al o n nI);l. palabra,
11I.
El paí.::, que no s()lo atepta. :,in que:.1 lmira y lwndi-
ce la obra del general Díaz. e tá "pguro de qu e la ha
rornpl 111entao granel. h rrn su y <lignam nt II p':.1Il-
do á ::: U lado á Li n1(nton r que ha yenid( cuan lo dpLía
yenir cuando la paz y el progre~o l1"l<1 terial hacía 11 po-
ible el progre. o económico.
y el paí e ha sentido rec 11 fortado al 'er que Hl
gran gobernante po ee no .;;;ólo la habilidad n e('e~aria pa-
ra elegir al hOlubre que la ~ ituaci()n r qu ría, ~ino la
magnani rnidad bastante para estar .,eguro d que su m('-
rito no resultará opacado ni di ~ minuid(), ino al cOlltra-
rio, aquilatado y sublin1ado, manteni end o e"'rea d · ~í Ú,
quien h a contri hu ido ú escl'i1>ir una de las J>;ígi na lll:'~
bella de la obra colo:-;al que Díaz yiene huriland() hacl'
lnucho año. ,
El parti<lo liberal n1e::lCano e un heroi co ' nolJle St'-
ln111e1' de donde ha ~a lid() cuanto d mús meritorio '
lnús grande ha honrad al país, ( '0 1110 }-:sparta enviaha
un e partano por todo auxilie) ú la ~ nacion s débiles ()
afligida, a í el partido li1> raL en las allgl1:-;tia,~ de la
patria, ha diputado iempre un mienlbro . uyo que :,e ha
llalnad ()n1eZ FarÍa.::. n la lu ·ha contra lo pri'il -
gio~ ; Degollado en la 1ucha contra el clero reb Id ;.J U(l-
rez en la lucha contra el extranj ro' Díaz n la 11 ·11a
por la O'randeza de la patri a, Y ahora al lado del nohle
atleta !lIe to la 'Ía e"tú listo y 'un el arn1a al brazo dé~­
taca á Lin1untour. ...eñalánclole '01110 d cía el apf,..tol ,
-38-
la laLor que cOJ'respond áSll hora y la tarea que aguar-
da de ,'u per.'ona de. puC>.' del innH~ll.-'O trabajo que lleva
t>j 'tU tado.
('ierto periódico dijo en mese pasados, qu un re-
lJorle,. in terrogó al señor Linlantollr ol)re cómo había
podido hac r tantas cosa .Y atender á tantos asuntos .Y
tan di ver o ; y que el interrogado conte, t6: " iendo mi-
nj"tro catorce años."
Tiene razón 111il vece el seilor Limantour; i]e hu-
biera tocado el' ministro en una de esas organizaciones
parlanlentaria en que los ministerios se mudan cada
tre mese.' y en que nada se puede ya no plantear, pero
ni iquiera en ayar con fruto, nada habría hecho, ni
empezado, ni siquiera acometido. La obra genial, una
y maravillosa pertenece, pues, al señor Limantour; pe-
ro el amplio concurso, la ayuda generosa, el apoyo fran-
co, leal y sin alnbajes ha sido del Gra1. Díaz, que siente
en su nlano la. pulsación de la mano del pueblo, y que
hace lo que el pueblo quiere ó necesita.
y lVléxico tiene tal confianza en su jefe, que no pue-
do menos de traer á cuento un rasgo de la historia del
primer Napoleón. En 1814, después de las terribles de-
rrotas que la coalición infligió al César, éste reunió en
Fontaillebleau á toda su vieja guardia. Le hizo presen-
te lo apretado de la situación, la necesidad de correr á
Parí y la confianza que tenía en sus colaboradores.
Cuando el "corso de rala cabellera" esperaba un vítor,
los vieu:c tlp la Ivieille, aq uellos "gruñones que solían re-
zongar, pero que iban sien1pre tras de su jefe" que-
-39-
daron silencio os y sin movinliento. El Emperad r,
inquieto y sorprendido preguntó entonce: ·¿'l" ng ra-
zón?" Todos gritaron á una voz: 'Yiya el En1p rad r
........A París. A Paris!" "Habían p rrnanecido calla os
dice el historiador del gran ej~rcito, porque juzgaban
inútil responderle á su capitán lo que él sabía bien: qu
siempre estarían á su lado......" Y ~léxico, aunqu á
veces no responda~ está siempre al lado de su caudillo.
-40-
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Don Jose Ives Limantour

  • 1.
  • 2.
  • 3.
  • 5. ) ~J~ a~~. ~ rl/Ué--' {'M e::(¿' r All'~U/?"l¿ ' L~~~ , ~ .. . C/(~ ~ Don José -Ives [imantoul"
  • 6.
  • 7.
  • 8. DonJosé Ivcs limanloUI por un aprendiz de retratista Edición privada de cien ejemplares numerados
  • 9.
  • 10. · ' k-k ,., ,t, d, ,*, ,., -, .a .-, ,t, .:t, ,:te .. ,ta .. ,t.. ,·a a· ,.,... t, ,-a , •• • 'a '.1 l.' 'V' l. l. t. l.' '.1 e. l.' .. .... ... -S. 'V_ 'VI '.' ..... .. 'V' .,., '.1 1 E Xisteunaescuelamoderna que sostiene no hay que conceder importancia ni valer á la historia ad 'l.ltsum puerorum que se enseña en los colegios, y que más sirve y prueba más el conocimiento de la tasa del interés y del precio del trigo en una época determina- da, que la relación de una gran batalla ó la de un ma- trimonio de príncipes. Si tal cosa es cierta, ¡qué interés encierra el estudio de la historia de la hacienda rnexi- cana y las vicisitudes de ese ramo importantísimo en que se ha reflejado, como en espejo fidelísimo, el bienes- tar ó el malestar del país! La leyenda de la riqueza mexicana, de esa riqueza inagotable que podía haber bastado "á cubrir los presu- puestos de la pobre y hambrienta Europa y á .. .. hacer la dicha del Asia agotada y venida á menos de su pri- mitivo esplendor," esa leyenda fué para México una tú- nica de Neso que le corroyó las carnes sin darle un día de vida. En las Memorias de Hacienda, inextricables sel- vas de papeles en que no hay orden, ni concierto, ni verdad, ni si tema preconcebido, ni orientación ni nada, se puede ver lo que era el país en los tiempos que si- -7-
  • 11. guieron á la emancipación. })on Lorenzo de Zavaln ~e espantaba de la confusión innlensa de expedient s del desorden en las rentas, deudas, préstamos, adelantos y atrasos de los sueldos. Comisarías, aduanas y tesorería eran la inlagen del caos; no había dinero; el erario es- taba cOlllprometido por los anticipos hechos; se debía sueldos al ejército y á los empleados y era imposible dar un paso en tan tortuoso sendero sin exponerse á nue a y más tremendas caídas..... . En esas lIemorias se adivinan los convites de Santa Anna; el vino de á veinte pesos botella; la nlinuta del banquete discutida como si fuera el plan de una batalla; los primores de una cocina sabia; la musa ronca de al- gún poetastro cantando la gloria y las grandezas d 1r/- gilnen; los agiotistas ofreciendo dinero con el noventa por ciento de interés; el pronuncianliento espiando la pobreza y ofreciendo la abundancia; la agricultura p re- ciendo por sobra de impuestos y por falta de brazos; el maíz á catorce pesos la carga; el premio d 1 numerario á un tipo desconocido antes; la riqueza territorial en ma- nos de las órdenes religiosas; los empleados pereci ndo de hambre; la escasez .) el despilfarro; el peculado .Y el ansia de no pagar; los nifios ignorantes; las costa ' in- ¡;;;alubres; el ejército desleal; todo, todo nuestro pa..ado tornlentoso, aflictivo, lleno de miserias, de caida , de de- saeiertos y de hunlillaciones está allí, en ese monUm de papeles viejos, ratonados, trunco y in cohesión. "Hoy, dice un curioso de la época, e-,tanlO,' de buenas: con mo- tivo del baile que el cOfHercio ofrecif> á S. E. no.. han da- do una quincena de la diez y ..ei.' que no,' deben. Señala- r/ el día con piedra blanca, conlO he ..eñalado tanto on
  • 12. piedras negra.3." " ~i allnenos tuyiera, exclalDa un mi- ni tro, un producto senwnario de cien n1i1peso , de cien mil pe o .eguros, podría pensar en la lnanera de suplir y mejorar las otras re nta~; pero este combate eterno pa- ra pro'eer n, las necesidades diarias me in1pide pensar en nada que no sea la enlergencia del Illomento......... " " ~o había fondos, escribe Iturbide; los funcionarios pú- 1>1ico no estaban pagados; no podían negociarse présta- mo l'n el paí:3." "Las rentas públicas han desaparecido, exclamaba el mi nistro de Hacienda en mayo de 1829; no ha podido nacer el crédito en los momentos en que los temore hacen tesaurizar las existencias numerarias, y debilitándose este resorte de la fuerza social , se relajan los hon1bres, las co as, la resolución, el valor y hasta las virtudes. Las renta.' del Estado se hallan destruidas, el erario vacío, la fuerza pública. sin recursos ..... " Pero se ignoraba que la hacienda mexicana estaba contaminada de pecado original: la guerra de la in- dependencia había destruido todas las fuentes legítin1as de riqueza y todo el plan hacendario que la colonia ha- bía experimentado con gran fruto. Restando brazos á la agricultura y á la luinería para obligar á agricultores y Inineros á engrosar las filas de insurrectos y realistas, arruinando fábricas y plantíos, causando un déficit ca- da día nlayor en las rentas públicas, la nación recién ve- nida á la luz tUYO que aceptar sin beneficio de inventa- rio una herencia de eterna ruina y de perpetuo é inaca- bable apuro. El prin1er enenligo de la hacienda mexicana fue el doctrinarislllo. Había que abolir todas las rentas que pro- porcionaban vida á los gobiernos: é ta por antieconó- - 9- 2
  • 13. nlica; aquella porque afectal,a ~()l u á un ~rup det rnn - nado' la de nlá allá porque entorp C'Ín t'l cOlnerci ex- terior-y la que hacía daño al giro del hllligo la ue lW )'- judicaba al con1padre Ó al elect r ó al partidario. por- que no debían cobrarse. Los peri odi ~t(L de uno y otro bando desperdiciaban ti nta y papel pidiendo 10 uno:, ilin1itada y absoluta libertad en n onl1 re de 1 ;:: S(~tiS I/IIIS y de las .L:Í J'ii"t ún1aS de Bastiat: solicitando l o ~ otro~ pro- tección con tante y luaniatauora en nonlbre de la. industria del paí . Según que el productor fu ra amigo ó enemigo el arancel se alzaba ó se re tringía, -.e empt'- queñecía ó se agrandaba: era á n10do d aqu 1la piel de zapa con que Balzac , in1boliz6 la ,-ida humana' p ro ,- ta piel no e taba curtida ni adobada, j no 11 na de snn- gre, palpitante y con. er,-ando todayía la inlpre~i ó n d 1 hermoso cuerpo que la había lleyado. Como el n1inisterio de hacienda yenía á ,el' no Ull pu .. to que r quiriera preparación y ~tudi o . , ino una granjería que r compensaba lo sen-i cio del com} il1('11(:' que había ayudado á la hora oe la reyuelta. pa~aro n por ese de pa ho la nlá insigne;:: nledianía y ha;::tn] a m(¡:-- desa tro a nulidade". )1inistro hubo que d cono '¡ ran la cuatro realas; nlini tros q ue n ce. itaran con'encer:-:é exp rinlentaln1ente n1idiendo tela y ('¡nta. de que la "ara y el m etro se correspondían en tal proporci(m ; 111i- ni~tro que "e lin1itaran á firnlar lo que le presentaban lo ~ oficiales 111ayores y que pasaran en una admirah] " incon ci(-'ncia por la... antesalas del departam nto. 'Allá con P alacios" " Yean á P alacios" eran l a~ mul till a~ de un ex c 1 nte '- nj eto que tUYOen SlL nlano:-: la 'artera por un período hastante largo...... S nec ~ it(, liC¡l1iclar la -10-
  • 14. dptICla in g lt':-;a (-'n lH-J-2 y no 'e encont)'c', <¡uil'n pudi >fa ha~ r operaci(m tan sencilla: fu e n1en e te)' l' currir á don Luca ' .Alamán , que por entonce ' era el brujo d la tribu, para que defini(~ra cuá.nto debíamo, .) n qué t('1'- 1l1ino lo d ebíamos.. , ... (,Iaro está que la ignorancia no era iempre indepen- di ente de la pi cardía: desde el fanlO o Ion ~Iariano ~Ii­ chel na, que, según Zayala, fu e el prinl r oncu ionario m xicano, hasta don Franci, co de P, César, el 11lclito arreglador d 1 negocio .Jeck pl', que en di nero y e peci " consiguió a -ar del 111ini 'terio un llledio millón de du- ros, abundaron !:ji 111pre en lIéxico lo ' ministro qu aprovecharon la hacienda Pl¡!JIica COJno hacienda pri va- da. ¿Y qué arreglo, ni qu é nH lida, ni qué prccisi6n po- dían existir cuando no había presupue to, ni cuell ta, ni e sabía el rendimi ento de las contribuciones, ni en qué pudieran invertirse é tas? Los j efes de la revolución tri u nfante con ideraban el erario como su peculio particular; unos lo di tribuían entre sus comilitones, alnigo ' y valedor s que habían contribuido á la realización del glorioso movimiento; otros lo gastaban en sus propias atenciones, COlno el Em- perador ~Iaximiliano, que recibía cinco n1il pesos dia- rio de la Aduana de 1!Iéxico é in vertía el producto de la lnarítilnas en lnejorar los palacios que . 11. po- eía en las ribera. del Adriático ..... . Como siguen "el eco al ruido y el dolor al golpe" se- guían el deficiente y la ruina á la organización recién planteada: un ociólogo mexicano pudo sentar una ley que nunca llegó á fallar: si el deficiente era inferior al -11-
  • 15. yei n ticinco por ciento del i111por e d 1 pre"';ll pll ,too 1.,1 gobierno podía. o ten er~e ; cuando el dehciel1t ra 'u- perior á. la cuarta parte de lo q ue ~e ga ~ ta La. Y1.'11 ía la re olución de tru) endo la riqueza púLlic:a y la pri"C1da. in1pidiendo la recaudación de inlpu e.;;to~, ~e (rrep:al1clo provincias enteras á la obedienc:ia del gol ie1'no y derri- bando lo eXl tente por un fenónleno n1á que político, mecánico: por la fuerza de la inercia. Entonces e necesitaba recurrir á lo.;; r rll edio~ heroi- cos, á. los remedio dese..perados á lo ~ grandes rel11 édi o.. ; pero estos re:5ultaban ieDlpre DluchísÍlllO peore~ que la más terrible enfermedad: lo lJegocio,,- (como :.; llamaba por alltífra~is á las n1á tenebrosa combina- ciones usuraria , del rni .. n10 nlodo que se apellidaba hellr- volas álas Furias y ben~ficCl s á la hl.·chi ceras) los neo·ocio. - el din e1'o de los otros, corno dijo quien lo sabla- 11 ~1 ~­ tían en la entrega de una cantidad corta. lo rllá ' corta posible, en dinero ó en género ,y de otra en pa p le á cambio de órdene que las aduanas marítima. habían de recibir en yez de numerario. El negocio era ll1ejor mientras má.s insignificante fuera la cantidad de din ero entregada, y peor i había que tefaccioll((/', :-; de 'ir, <¡lI dar alguna suma chica ó grande .. obre la contrata- da primitivamente; si el gobierno 'enía abaj o hahía Cj U poner el cr"dito en nOl11bre de un extranjero ó qu lla- turalizarse inglé"" e pañol ó francés para obtener el pa- go: así fue con10 se extranjerizaron m uchí inlO que hoy alardean de mexicanismo rabioso, y como obtu 'i ron grande fortunas á cambio de metamorfo ear e n1ú ' q11 protagoni ta de cornedia de enredo, En cuanto á los extranjeros auténti 'o , la <lifi 'ultad -12-
  • 16. ('ra mnyor. ( 'it'rta (, fal~a la l li~t()l'i a de lo pa::::tele del año tn·illta y oc}¡o. la Yt'rdad t·S iue los alit'nígenas eran l1ut'.~tr() azut."; 10.' mini ....tros dip}U1l15t ico repartían tiro entre quienes mi raban de mala n1anera á su caballos; golpeaban á los func ionari o ~ del paí::::; in trud ucían géne- ro. de con trabando; faOoreéÍan picarcHav ca1ifi cada~, co- mo la del bellaco padre "JI01'Ú n; protegían reclan1aciones como la de aquel .Jarneson, que pidió ~50,()OO por haber dado un consejo al n1inistro; r0111praban créditos para hacerlos ingresar á la con OelJc:iones y hacían el papel de TenoriO ' y de "JIat;.lL10ros de 111enti l'ij iIlas, para reti- rarse á sus paíse declnrando entre n1eneos de cabeza y g tos de e~cán dal o, que 10 nlex icanos n o tenían reme- dio; que eran incapaces de sacramento; que los que no eran ignorante eran lnal ·a<.1os y que esto era sólo de- sorden , confusión, trahns y mala fe ...... lIa todo el mundo nliraba que aquel estado de cosas no podía prolongar e n1ás tien1 po: n o había para el go- bierno garan tía. de duración, ni probabilidades de éxito, ni seguridad de recaudar in1puestos, ni posibilidad de tener vida cuerda y pacífica: se reformaban y se refun- dían la leye , se celebraban fi estas de la paz y se canta- ba en églogas yirgilianas el n1ayor de los bienes de que pueden di frutar los humanos; pero eso no obstaba para que, al día siguiente, un motín , una asonada, un pronun- cian1iento que enarbolaran un nuevo pendón y alzaran 'obre el payés á un nueyo capitanejo, aparecieran de- jando feos arbitrios, reformas, intenciones y ditiram- bo ...... Los discretos, que eran muchos, cCHllprendían que pa- ra tener paz, se necesitaba tener dinero; que para tener -13-
  • 17. dinero, era n1enester ten r trabajo organizado; que para ten l' trabajo organizado, e re tuería capital: que para tener capital, era preci o tener créd1to y qu panl ten r crédito, urgía conquistar la paz ¡l írculo 'icio o del cual no era po ible salir ni alejarse un punto~ Paz y crédit : en eso estribaban las esperanza3 de nuestra redención , y no era posible obtenerlas 111ientra no se nlodificaran sustancialnlente las condicione del 111edio, Vino entonces la guerra de Refornla, que ~ e diferen- cia de cuantas hemos tenido en que fueron su razón le ser no, COl110 se creía erroneamente, el pred0111illlO de una confesi0n determinada, el deseo de en1anci par la ~ conciencias ó el de in1plantar un i:;tenla lJolítico e...pe- cial, sino el afán de una distribución lnejor de la pro- piedad estancada y paral izada, el de eo de biene tar, en una palabra, la mantenencia de cuerpo, que hn bía dado el viejo Juan Ruiz conlO uno de los ll1ó'iles de todas la acciones humanas , .. , ¿Por qué no aprovechó la Refonnft los 111illones de la desamortización, para sacar al paí <le u'- ahogos finan- cieros? No es de e te lugar el decidirlo; quizá no tuvo tiempo; quizás no pensó ino en con eguir pro (,lito que le ayudaran contra la reacción; quizás no pudo abarcar en su progran1a tanta cosas al parecer tan <li..ímil " Bú,'- teles á aquello yiejos jacobinos, rectos como una colum- na griega y seyeros C01110 una entencia de 'hamfort, la gloria de no haberse apoderado d un ...010 centa'0 de los millone que produjo la nacionalización: de e o re- formi 'tas í que podía decirse que no tenían mancha de oro ni de sangre en sus lnano._, ni tacha de tornadizo. en su hi torias, ni roedor de "illan ía en u,' conCl ncJa ·.. ,.. , -H-
  • 18. El ro1¡re ~IaxillJilian o, que ~p con. agró r. ga ·tar en c:oc:lH's, libreas, . i11 O~, c:uad ros y ren~i 011 e las n1i llona- da~ qu e la labia de )I. FouId sac(¡ de las h((s de luine de las porterRs france. as, 1Iaxillliliano no hizo n1á que ah on lar el abismo, aumentar el desorden y contribuir á la desn10ralir,ación. 1I. Langlais, que no tardó en con- vencerse de que no era posible obtener aquí nada que no fuera peor de lo que había, pereció al engolfarse en el piélago de papeles que formaban la lamentable historia de nuestra hacienda, .y dejó la tarea á un meXJcano del lllás subido luél'ito, que después de luchar al lado de J uál'ez durante la guerra, volvía á ha- cerl e po ible la existencia en los tielupos de paz. Pocas, pero importantes en SUlno grado, fueron las reformas que logró hacer efectivas el sellor don José llaría Iglesias, tiue al fi n se retiró tarnbién enfernlo y si n fuerzas...... . Entonces vino un luchador que estaba cubierto con la triple coraza del primer navegante: era austero como un puritano y trabajador como un benedictino; se con- taba que escribía un tonlO por semana, que velaba h3s- ta la media noche, que llevaba publicados no sé cuán- tos libros de letra luenuda, una verdadera biblioteca en que habia rnás ciencia y mús habilidad que en todo cuan- to se conocía de los dernás autores......¿Por qué, pues, don lHatías Romero, resultaba tan lnaltratado, tan ve- jado, tan insultado? La prensa le satirizaba; el Congre- o de atendia sus propuestas; los pensionistas le aborre- cian y los contribuyentes llegaron á quemarle en efigie: era el hombre más impopular que hubiera habido en llé- xico de de la independencia al año setenta del siglo pasa- do. -15-
  • 19. Como para ju tificar la fama de 1116n tru que le ha- bía precedido, su primera oura fue un trabajo 111( ll'~­ truoso: el título, conlO aq uel del doctor N"are. , contien tanta lectura COlTIO un prólogo, la introducción como un libro, el libro corno una biblioteca; produce el efecto que le produjeron al capitán Gulliver, en Brobdignac, la." espigas de trigo C01110 encinas, los deda1e como cubos y los jilgueros conlO pavos. Yo no sé de nadie que se ha- ya echado á cuestas ese trabajo colosal, y creo C]ue si se les propusiera la lectura como connlutación de p na, lo n1ás en1pedernidos criminales yacilarían y concluirian por pedir que se les yolviera á sus celdas. Y el trabajo de la lectura no consiste sólo en la exten ión: el estilo es tan crespo y enmarañado, tan lleno de rocallosidades, tan apretado de superfetaciones de idea, que parece le brotan escarnas á cada período. Puede deci r e de "e e. - tilo lo que el más ilustre de los crítico francese dice del de algún filósofo de la época dAla Re tau raci6n: el autor debe de haber tenido muy firn1e la cabeza, cuan- do no la perdió leyéndose á sí lui n10. Pero don lIatla Ronlero, adeluá. de er inteligente, laborioso, fuerte y ano de cuerpo y aln1a, po.~eía algo que le hacía un hom bre necesario: tenía juicio, era hon- radísin10 y no se de anin1aba por ob táculo.. Trabaj6 sin descanso y sin reCOlTIpenSa, pero tu vo la amargura de que ninguna de sus n1edidas fuera aceptada, ninguna de sus iniciativas comprendida, ninguna de us oplnlOne ' considerada por quien podía serlo. Queriéndolo ó no, don lIatías vin o á el' el justo kantiano, seguro y ti rme sólo en el cunlplimiento del deber metafí ico ...... La re·olución de Tuxtepec había tri unfado; II vaba -1 0-
  • 20. ocho año. en él podér y había traído la paz, pero aún no había conquü;taclo el crédito; para éSO era menestér probarle. á lo extranjeros que la naci6n calavera y de- rrochadora de lo ' antiguos tielnpos se había transforma- d en la nación seria y honrada que deseaba le hicieran itio los pueblos bien aceptadns y correct03; que el don Juan de Jlañara, que había gastado su hacienda en va- nidade y fe tiné~, era él oon Juan de ~Iañara que levan- taba a..i]o al arrepentimiento y al bien obrar. Entollce e reconoció la deuda, se contrataron en1prés- titos . emprendió el c~l1nino que se pensaba había de conducir á la nleta deseada; pero el día meno pensado, muerto el 111i11istro que guiaba aq uella situación, se vi6 qUé ,e vivía de prestado, que no había tal prospéridad financiera y que estábulnos al borde de un abisrno .... . El general Díaz debe de haberse irritado contra aquel sistema de mentiras, de cont81uporizaciones, de distin- gos y de medias medidas; llamó al viejo don lIatías, que corno los profetas hebreos rUlniaba desde Washing- ton anatemas cálidos con10 las lágrinlas y amargos co- 1110 el acíbar; y don 1Iatías VÜ10 armado de sus nÚlne- ro , de . us datos, de sus cúlculos y de sus d81nostracio- nes, y con , u furia de puritano y con su impetuosidad de hombre honrado y con su fuerza de sqruatter de.shizo el cas- tillo de naipes y de nuevo se marchó á sus soledades n1e- nos huraño, menos hosco, n1enos agrio que otras veces... Había comprendido que lIéxico estaba ya en sazón pa- ra probar el manjar acre pero substancioso de la verdad (que ólo alimenta á los fuertes) y que no había para que tenerle sumido en el sopor que producen los narcó- tico , ni consolarle con las vanas alucinaciones que aca- rrean las solanaceas. -17- 3
  • 21. 11. 'Bien , Se lijo el país' ya con zCo torla la exten5i l')J) dl' D1i de~ racia; ya ~é qUt de na la n1e han -a lid m1~ ~a- 'rificios: ya sé que no tienen fin ni tf rInillO lni ~ pena:--: pero t ú (d irigiéndose al Caudillo que le ha guiado al tra- Yé~ del desierto y que le ha de lle-ar á la t¡PITa prIJIlW- tida ) tú puedes hallar el fenledio. t lÍ pu de.;; curar con hierro y con fuego e~tas horribl es llagas que no ~e ch-jan manejar con aceite ni con bálsan1o:3: Cl! ra me. clÍ rame ...... -:Iira que mi mal e de muerte ..... .,. y Porfirio Díaz, que había pennan cid .;;el'en( y fir- me dirigió la mirada á su derre lor y pre en t() un llOl11- bre ooooo.Era un hon1bre de treinta y o ·h añ~. culto~ como un inglé educado en Etoll. lll'ban y com did. como un parL iense, ri co conlO un nababo. aust r y rígi- d o como una operación aritn1ética. _. _ P ero el paí frunci ó el ceño: ;.cón10 i:í a luella hora en que se necesitaba deu o ~-.lberto Jlagl10 lue tra:,mutara 11 metale preciosos los guijarr05 de} camino. ó el un Jl i- das que conyi rtiera en oro cuanto tocara. ú aq u Ila ho- ra de crisi tremenda se }e pre...entaba C01110 sah -ador á un rico que debía de tener l a~ lacn1s le t d s lo ~ rico . .) ) } m eXIcano ...... .. ue sp marc 1ara. qII ~e mar'hara á Europa á ejercer de ~01'¡f "U (di('(. á ga ~tar } pi n lie r n - dimiento de sus capitales co~teando funcion e::: religi ..:a:-: en la -:Iagdalena atisfaciendo capricho de bailarina. y haciendo el papel de í'a~·t( r¡0/1ti'f'; que no.;; dejara con nuevtro ahogo con nuestro apuros con nu ~ tro__ do- lores con nue....tras mi. erias, con nuestra.' pena~: q lIe no le pidiera nada á su patria como nada le piden los otros ricos su... col ega~ ' que se contentara con un título P Oll - tificio yano y rÍ111bombante y que . e limitara á ex ·la- - 1&-
  • 22. mar, como lo. deln ás que este país e~taba dejado de la mallO de Dio ' é incapacitado de remedio, sin u~ar si- quiera de la dulce filosofía de aquel cura que encontra- ba bueno i Dios cuando se comía las gachas tiernas y 'abrosas... ... Pero aquí, donde lus ricos de abolengo, por rudeza, por necedad, por estrechez de espíritu no han hecho na- da, no han sido nada, no sirven para nada, un rico, don .J osé Ives Limantour iba á ayudar grandement~ á la sa1- yación del país. ¿Quién era Linlantour? Era di putado, era profesor de economía política, se había dado á conocer por algunos trabajos econ6micos que indicaban discreción y buen iuicio; no se sabía rnás de 61. Llegó sonriente y sereno al puesto que habían ilustrado Lerdo con su atnplitud de 1niras; Igle~ius con su instrucción colosal; Prieto con su honradez; y que ha- bían deslustrado tantos otros con su avaricia, su igno- rancia, su picardía y su desorden ..... El puesto no era envidiable en verdad: acababan de perderse las cosechas; el metal blanco, que por los feli- ces días que nos visitó el barón de Humboldt era el rey, ó por lo nlenos el virrey del universo, empezaba á ba- jar de un modo alarmante: cada peso valía como sesen- ta y cinco centavos, y el dinero, por lo menos en una de sus forulas, dejaba de ser el poderoso caballero que ha- bía ensalzado el satírico........Si á esto se añadían la de- presión industrial, la ausencia de numerario y el rnales- tar que se experimentaba en todas las esferas, se com- prenderá por qué fue recibido el nuevo Secretario de Ha- cienda con sonrisas de escepticismo, de conmiseración y hasta de burla. -19-
  • 23. No acéfalos in ipientes, como dt'cía el pedantt>, SIIHl hOlnbres ilu tres encaneci clo~ en los nego i ~ , re onWll- daban á Limantour una nueva ~ u pen iún de pngo~. "Aproveche usted, le d cíán la bu na acog'idn qlIe tell- drí~ esa providencia por parte de la opinión plÍbl ica y libre al país de esa carga de Sisifo que acabará por l1W- tarle." "Convierta usted, le decían otros nue tnr obli- gaciones oro en obligaciones plata; de plata e la nlone- da del país y nosotr03 no tenenlO la cul pa d que e deprecie en el extranjero." La cuestión de la plata se 01 vió de actualidad y ~a­ bias é ignorantes tenían á. gala discurrir obre la alza ú la caída del metal blanco, como la marqu' a ' d 1ti lll- po de Lui XVI hablaban del cornpte-rcudu y de la~ medidas de Necker. Quién quería que se acuñara Ull pe- so monstruo, an1algamado de cobre, plata y oro, para que si un componente bajaba subiera el otro y si é~te descendía subiera el contrario; quién que e fabri cara un peso internacional para el uso exclu 'ivo dl' los paí- ses hi pano-americanas-algo conlO la unión latina ca- sera;-quién trataba de que ... e dejara de 'omprar g(IH'- ros de fuera, retrotrayéndono. á lo felie . tiempo ' U(' Xólot1') quién, por fin, que le impu.'iéramos á los x- tranjeros, manl~ rnilituri, la adopción de nue tro ' inm '- ¡orable peso de plata, despreciado::; por artería.' de '11('- migos que nos querían mal. Todo el mundo hablaba, todo el Inundo e..cril>ía, to- do el Inundo c0111entaba, y ante aquella ola d di..para- te~, de negra tinta y de odio aún mú negro, .:610 P ')'- n1anecía inconn10'ible un hornbr : aquel contra qui '11 iban lo ti ros a 1uel que era objeto de la ..úti ra.. aq lIvl -20-
  • 24. ú quiell iban (' nd e rezado~ lo C'on..ejo : oía, tral ajaba, au- lllentalm lo ingreso:-i.Y hacía se"era conomía. "..... Pero ni creía nadie en las eCOn0111Ía (Bulne lleg6 á (;Olll pararlas ú la po ada.., que en1piezan co tando cin- cuenta entavo y acaban 'aliendo :¡uinientos pesos por noche) ni la econonlías pueden hacerse más allá de cierto Jí111ite: en la ociedades modernas, la privación de cierto ga 'to que significan cultura, nl0ralidad, au- mento de la vida humana, seguridad de la persona y de ll:-; intere. e~, no se pueden suprimer ni disminuir sin qU1::' el pueblo que tul haga se exponga á un boycot re - pecto de la delná elltidades que gozan de la vida civi- lizada...... Al año iguiellte 'oh, sorpresa! los gasto se haelan COIJ ab 01 uta regularidad, resultaba posible añadir cier- tos extras á la desnledrada n1in uta de la cOluida nacio- nal , se equili braban los presupuesto, se cerraba el ejer- cicio fiscal con un excedente considerable, y nuestro pa- pel, que había fluctuado en las bolsas extranjeras por 1110do alarmante. ganaba un lugar que nunca había te- nido y q 11e no han llegado á con eguir después para su 'alore la otras repúblicas hispano-americanas. Error cornún á-todos nuestros ministros de hacienda había , ido el 'reer que cuanto se gastara en el país tenla qlIe alir del pre~upuesto ordil1ario de egresos: su byencio- nes á ferrocarriles, saneamiento de ciudade , canalización .Y 11leiora de puerto ,construcción de hospitales y manico- mio, erección de n10numento públicos, todo, todo se qu ría Racar del debilitado presu pue ~to de egresos. ¿Qué re ultaba de allí? Una cosa: que ni e levantaran lo rnonumentos ni se pagara á los acreedores del Esta- do, ni se llegaran á. conclui r las obra de recreo y orna- -21-
  • 25. to, ni se pagara neldo á los en1 pleado , ni hubiera ti 11' ta para lo oficina, ni e hi ciera nada cabal ni en for- ma. Limantonr destruyó esa anon1alía di ponipnoo la contratación de empréstitos destinado" á pagar Os (jas- tos extraordinarios: así, ni se desmelllbra el pre upll e~­ to, ni se hace pagar á las generaciones en cuya épOCH.'e ejecutan esa~ obras, el importe de lo que gozarán los qu vengan después. Los jacobinos, que hace mucho ti n1- po desempeñaban en nuestro organislllo social el papel que des(~mpeñan en el organismo hl.lln ano los órgano desaparecidos ó sin función , como el apéndice intesti- nal, e espantaron al saber que se contrataban nueyo. empréstitos; pero esos rezagado de Ayutla q u de ~e­ guro habrían hecho pagar á Dafne el inlporte de la pe- ras que produciría el peral que plantaba y cuyo~ fruto~ saborearían sus nietos, no fueron oídos 1or nad ie en el ,- pals. E xistían aquí papeles de todos lo' colores, de todos los orígenes, de todas las denominaciones, y cranando todo los réditos imaginables; el empré tito d : 8H, el em- préRtito de 90, el en1préstito de 93, el en1prú tito de Te- huantepec, la deuda interior consolidada ele ;) P6, la deuda flotante, los certificado de alcance y má. d diez clases de bonos por subyenciones á ferrocarril es forma- ban un laberinto en que no bastaban toda la ci 'ncia ni toda la habilidad del mundo para orientar e. Limantour tu'. o un rasgo genial: e propu. o trazar l límite entre nuestra nueva orientación económica, en- tre la estrecha y caduca ley de iloisés y la am plia y ..al- yadora de Cristo, entre el ~léx ico insol 'ente y el ~I éx i­ co con crédito, é introducir el orden y la unidad entf(J -22-
  • 26. tan ta~ co..~. · inconexa. Por las leye de 6 de septienl- ure de ]804 tod o.' aquellos créditos, todos aquellos bo- nos, todos nqueJ]o ' papele , todo aquel embrollo con ex- cepci6n de los bono oro de 1888, 90 .Y 93 Y de los de Tehuantepec quedaron unificados con ventaja para la naci61l , que p~ga réditos lnucho menores y sabe cuánto, cómo y á quién debe. El 30 de junio de 1896 quedó cp- rrado el ciclo vergonzoso, triste, degradante é innoble de nu e~ tra hi toria y relegadas al olvido las humilla- ciont's de 11 ue tro pasado. La prescri pción acabó con to- das la reclamaciones que antes no habían sido presen- tadas, ó que presentadas no habínn podido ser compro- })ada. . Todavía má : ilnportaba descargar al pais de una par- te de lo que anualmente pagaba por réditos de su deuda en oro, haciendo tangibles al mismo ti8mpo las ventajas del crédito de que disfrutábamos. Aprovechando una coyuntura por extremo favorable, el señor Limantour se trasladó al extranjero y logró, tras habilísimas ges- tione , que los cuatro empréstitos de 1888, 1890, 1893 Y el de Teh uantepec se unificasen y convirtiesen en un 5 pg amortizable que nos eolocó de derecho entre los pueblos que por su crédito y solidez pagan corto rédito por sus deud~s, libertó de hi poteca al ferrocarril de Te- huantepec y dejó sin gravámenes muchas y muy sanea- das rentas Flfectadas por los arreglos anteriores. La operación tu vo el siguiente resultado: "Al cerrarse el plazo para la conversión de los cuatro empréstitos oro al precio de 99, señalado á los nuevos títulos 5 pg , resultó que, á pesar de que los banqueros solo tomaron en fiflne, de conformidad con el contrato, f: 13.000.000 del nuevo empréstito, se presentaron á con- - -23-
  • 27. yersión f:15.000,000 de título an ti guos, de los eua les f:2.300,O( °fueron de bonos hipotecarios del ferrocarril de Tehuantepec de ;) pg y adelnels '3 ub~c ribié ron se ...... f:2.000,OOO en efecti '0 Resultado tan brillante pu-:n Ú los banqueros en la disyuntiva de ue"o1'er al púLlico el excedente de títulos sobre f 13.000,00 tOll1ados en fi l'- me ó de levantar la opción por los f0.700,000 re tantes para realizar la conversión total de los cuatro enlpr6 ~­ titos." "Los banqueros optaron por e~te líltiIno extremo que puso de resalto el gran crécli'l:o que disfrutaba la na- ción. Hay que advertir que los títulos de la opci6n COt'- taron más caros á los banqueros, y que leyantando la opción renunciaron á las grandes per~ pecti 'as de Ye11- del' más tarde al pú blico los títu los cOl'respondientes á mejor precio del fijado par1- la con Yer~i(Hl ......, y los hombre~ que e~to lograron , Díaz y Lilnantollr, el uno con su inmenso genio político, el otro con su i11- menso genio hacendario, eran lus que habían ~a­ bido resistir á todas las sugestiones, deshacer todo~ l o~ espejismo, conser'arse serenos y fuertes en u ' ~endos papeles, cOlnprendiendo y haciendo comprender á todo el mundo que lo que cuadra lnejor á hombre,' y á pue- blos es la honrooez,-la honradez á la cual ~ dan por añadidura la prosperidad y el crédito...... ¡Qué lejano vemos ahora la convellcion ,lo permi- sos del algodón, las licencias para la extracción de me- tales preciosos y todo nuestro pa aclo financiero! Y ~in elllbargo, ¡cuán presente debemos tenerl e no para detu r- parle destempladalnente, sino para consagrar todo el agradecimiento que le debemo el lo hombres que no.' han traído al estado d ahora. - :24-
  • 28. Desde el doctor )Iora hasta don Guillermo PrietD, to- dos los hon1brcs de la escuela liberal mexicana habían trollado contra la existt->ncia de las aduanas interiores. No se necesita ser ·jejo para recordar aquellas garitas, aq uellos guardas y aquel1a~ recaudaciones que habían venido á. substituir al castillo feudal de la edad Inedia. Cuando t->l pobre call1inallte llegaba mojado por la lIu- 'ia, apaleado por los ladrones, despeado por las piedras de los fe-mentidos calninos, llevando consigo toda su ha- cienda como el cÍnicl), aparecía (personificación necesa- ria del espíritu colonüd, todavía no extinto) el guarda- garita altivo, grosero, regañón, montado en un vil ro- cín, armado de una legislación que mal año para la le- gislación védica, y cargaba con el pobre arriero hasta la moderna torre del homenaje. A11í se le exigían los pa- ses, g'U.Ja8, tornaguías, excepciones y eontra-excepcione.sque pudieran amparar el tránsito del pobre cargamento; se registraba éste al derecho y al revés pinchándole, tan · teándole, abriéndole y deshaciéndole y cuando, adre- de ó sin saberlo, resultaba violada alguna de las leyes, circulares, dec}'(:tos, bandos, reglamentos, aclaraciones, interpretaciones y distingos de los cien mil aplicables al caso, el arriero mojado, 'despeado y apaleado se veía en la obligación de satisfacer dobles, tri pIes ó cuádruples derechos, cuando no- de ir á la cárcel á responder del es- pantoso d(~lito de traficar usando de la libertad jacobina, tan parecida á la libertad del monólogo ele Fígaro..... . El artículo 124 de la Constitución quedaba como una bella mentira para el país y como un horrible remordi- miento para todos los gobiernos. Congresos iban y con- gresos venían y la prometida abolición de las alcabalas -25- 4
  • 29. quedaba tan pronletida como Silem pI'. ~las III l)'l'nern1 Díaz, qu alcanzaba in esfuerzo ninguno que todos lo~ ideales por él perseguidos y todo~ los sa<..'riticios heeho:-; por la nación para construir ferrocarri lts y procura r~ll conlunicaciones cónlodas y baratas, quedarían nugato- rios si continuaba aquel estado de cosas, ordene') 1.. CO Il · vocación de dos congre os des tinados ú procurar la ma- nera de abolir las alcabalas. El prin1ero confirnlú el de- gradante estado económico que se trataba de de trui r ; . el que le sucedió trató de sujetar la federación y lo~ t'~­ tados á un modr¿¿s 'l¡ü'encl!: que resultaba inlpnH'ticnbh·, por teórico y por insignificante. Lilnantour, que había consultado en lH9G, á la ~ saJll­ blea convocada por elluinistro Dublán, un proyecto muy discreto y bien concebido, apenas llegó al lnini terio y pronl0vió nuevamente el tra"'cendentalísimo neo'ocio de la abolición de las alcabalas. Su plan era encillo.Y prác- tico, y el Congreso no tardó en aceptarle con Len }pláci- to de toda la nación. ~1edia docena de gobernadores quc encontraron propicia aquella oportunidad pura politi- q uear en grande, ocurrieron con el Presidente á proba r- le que su E tados se arruinaban si e llegaba á implan- tar ese sistema. El general Díaz, que ti ne fe ('iega 111 su nlinistro .Y que 'abe apo,) al' con la fuerza d ,'u 111- men o carúcter toda reforma amplia y de resul tado, pro- babl , ren1itió á lo de contento con Limantour u j I ',' seiial()]a fuente de riqueza qne podían gravar ..in men- gua de la ley recién pronlulgada. Si no tuviera el pa- triota n1ini tro nlá~ título que este ú la consideraci(J11 del país, él le bastaría para granjear,'e el agrade 'imif'l1- to nacjonal. -26-
  • 30. ella (le las tarea~ de] s(:'ñor Linlantour, tan pronto corno pudo deshaeer~e de los lazos con que le sujetaba la ley de la necesidad, fu e procurar el rescate de las ca- sas de rnoneda. Como reliquül del gobierno colonial y como resultado de nuestra vieja y antes no re111ediada pobreza, 10._gobiernos todo se habían visto obligados á, arH'ndar (¡qué euf(:'n¡ismo tan bien traído!) la casas de mon =>da, que con tituían uno de nue tros principales re- eur 'os. Pero, sucedía que apenas e t.aba á punto de expi- rar (:'1 término del arri(:'ndo los negociantes se prebeJ~­ taban ante nuestros lnalldatarios, no haciendo desfilar á :-iU vera todos los imperios y todos los tesorus del mun- do, como Satanás ante Jesús, sino unos cuantos miles de peso , que caían en las arcas del tesoro como las pri- meras gotas de agua en la tierra sedienta; y la a't¿n~ sa- cru,fa.nu~s era tanta, que nunca se llegó á saber que se rechazaran aquellas proposiciones que significaban uno. cuantos días de holgura á carnbio de muchos afios de humillación, de descrédito y de ruina. El señor Li mantour convoe6 á los arrendatario y leS propuso la rescisión de los contratos vigentes, qlle esta- ban hechos con todos los requisitos y seguridades que habría exigido el más concienzudo de los tinterillos. Cerdearon los usureros, insistió el ministro amenazánda- les con poner el asunto en manos de los tribunales, y al fin , no sin protestas, se allanaron á dejar la víctinla que habían explotado por décadas enteras. A í pudo Liman- tour sacar aquella riquísima fuente de productos de las manos de los judíos, que deben de haberla d~jado salir con el dolor con que el 111alo uele abandonar la presa que -2i-
  • 31. consideraba segura. llerced rl e~te paso logró nlllll'- tro reducir el núnlero d las casa::": el 11l0neda. di:'l11i- Huir los derechos de arnonedaci(m. dar un aran impul- so á la nlinería y hacer t'ntrar al te oro públi coalgunl~':-; millone ' que solían queJar e en los bol i3ill o~ de los C011- tratistas. El país pidió al moyilniento que 11e ó al poder a1gl~­ neral Díaz, la expansión de sus intere es nlateriale-- y el amplio uso del derecho que le a istía para entnri3t' al lado de los otros pueblos cultos el participar de la 'e11- tajas de la ciyilización. La fuente se hallaba seca, la ca- ñería estaba tomada de orín la yegetación cercana ca- recía de brío y de yigor; pero se abrió la e, pita yel agua entro regurgitando por los tubos, subió por las gárgola~ de yiejo tallado, ascendió por el aire en chorros agudo~ como puilale::, cual si tratara de dardear al cielo, y Ja- jó esparciendo el yigor y la yida á II derr lor......... , Ya no había quien quisiese poner el desi rto entrt' la debilidad y la fuerza; ya no había quien tt'miera el la cultura; ya había quien creye e que la política l1W- jor consistía no en el ai lamiento, in o en la difu ¡{¡n, Entonces yinipron las peticiones para el e"table iIII ien- to de líneas de ferrocarril, se construyeron la prim ra:-;, pero el país pedía más, más sin cesar. porque su ed no se extinguía con una poca del agua que había elllpeza- do á fertilizar el suelo cercano al manan tia!. ... .La pri- nlera administración del general Díaz, la del general González .Y to'das la del actual Pre idente que 'i nieron de pués, fueron esencialnlente constructora:' de ferroca- rriles' se daban concesiones á quien la pedía, rara cllal- -2 -
  • 32. ljui r línl'a, ('on anchura yarial)lc, . in ."ubyenclól1, con sul)'encif>n cn)}, i tente en dinero, en yales d tierras na- cionales, en bonos al seis por ciento, con derecho de re- yer i(m de la 'ía al país en plazo de cincuenta, de ochen- ta, de nOYellta y nueye año~. llás de ciento cincuenta 111i- llones de pesos lle'all recibido las enl presas de ferrocarri- leF3 y por lo luellOS la mitad de lo cuatrocientos lllillone ' ( .1e debe el país se han aplicado á la con. trucción de 'ías férreas: ¿ha ido conven iente tal cosa? Sí, y nlil 'ece ' sí. Por los ferrocarriles enlpezanlos á formar parte de la h.1111anidad que yi'e y trabaja; por los ferrocarriles hi- ci mo fructíferos desiertos en que ólo Ee escuchaba el alarido del illdio leyantisco y por los ferrocarriles aca- hanlos con el caudillaje inlpidiendo que se levantaran contra el gobierno nacional á la hora que les viniera en Jlliente , el general descontento, el gobernador intrigan- te, el cacique suspicaz y el alubicioso de cualquier lina- je () denomiuación. Los ferrocarriles nos han redimido, nos han enriquecido, nos han civilizado y han hecho la unidad nlexicana. Pero pasados los prilneros años había que poner coto á aquel afán de subvenciones. El señor Limantour, des- pués de reflexionarlo larga y maduramente, presentó en consejo de ministro una sesuda exposición sobre el caso, en que se contentan estos puntos principales: subven- cionar sólo líneas que unan el centro del país con Guay- lnas Ó Topolobampo, con lIanzanillo, Acapulco ó Zi- huatanejo, á fin de tener COlTI unicaciones directas con el oceáno Pacífico; la que acerque ~Iéxico á Guatemala y la que ponga en contacto l"Iéxico y Tampico; se- fíalar reglas para la caducidad, para la concesión de -2'1-
  • 33. nueva"' líneas, y para lndícarrlllllbo y 10<:<1 í() 1l dt) t~ ta~_ De lo pnnclplo que :::;entó el lllini,-.tro en ~ll 1111- <..:iativa salió la nueva ley gJneral de ft'lTocarriles, <¡tI sirviór como dice uno d~ los 111ás entendido 111 ex¡ca- nos Que han tratado este asnntoy para calcular la inI11E11- ~a di.stancia recorrida, lo que nos faltaba por haeel' y cómo debían10s llevarlo á cabo dentro de los lineamien- tos bien definidos de un plan racional. Pero algo más que esto le debe el país al seilor 1.i- mantour en materia de ferrocarriles: haber cOlnprelldi- do que debían servirnos no sólo para nuestro desarrollo económico y so(:ial , sino proporciona1'no,' la -'egllridad de que no serían nunca obstáculos para e~e lni -' mo de:-=a- rrollo y que resarcirían un poco de 10 que han costado. Por una impreyisiún (perfectalnente explicable en la. época en que se expidieren las conce ion s ferrocarril e- ras, en que apenas eran conocidos los trusb) '.. dejú in- vívito á las conlpañías el derecho de coludirse para al- zar los fletes y poner al comercio en un terrible pl'(<li- cam ento. Dos poderosas organizacione ferro arri l ra~, la Standard Oil COlnpany y peyer y Compañía, toma- ron los ferrocarril e mexicanos como cam po ue lucha financiera. La Standard emp zó por adqu irir gran Illí- nlero de accione en el Ferroearril e ntral Illientra ' la otra se adueñaba del Ferrocarril ~acio ll al .Y trataba de asegurar el donlÍnio del Interocéallico. ~li entras la lu- cha existiera todo marcharía bien: la con) peten<'ia ..el'- yiría grandeluente á todas las actiyidade , ana; pero (1 la hora que lo competidores llegaran (y llegarían pron- to) á una inteligencia nlás Ó rn eno ' perfecta, 1 .. habría sido dable imponer la ley á ~léxico, que t ndría qu -30-
  • 34. <l(~jar en su.' n1unos presente y pon"enir, elementos aé- tllal e. y futuro ', cuanto e .Y cuanto puede llegar á ~er. El gobierno mexicano comprendi() que la única 1nane- ra de impedir que las cOlupañías rivales llegaran á un .arreglo consistía en captar la nlayoría de ~as acciones <I(-Il1,'erl'oéarril Interocéanico Ú d 1 lIexic:.lno de Vera- crU7, llneas de que tenía absoluta uecesidad la casa 8peyer si quería seguir ]a contienda iniciada con el Cen- tral , que cuenta con los puertos de Tanlpico y lVlanzani- )Jo. ]~mpezó en efecto sus arreglos por ese can1ino, tenien- do ell cuenta lo propicio de la situación, pues la conl- pañía del InterocAánico acabttba de ernitir los títulos ~ 1econcl Debent¿~re Stock, J ya daba por segura 12 realiza- ción de sus planes, cuando el sefior Lünantour hizo pro- puestas para adq ui rir la totalidad de las nuevas accio- nes. Respondió la compañía que acababa de recibir igual Insinuación de la casa Speyer, y que parecién- dole innoble establecer una puja entre dos compradores igualmente respetables cedería los Deben,(tu.;re á quien hi- ciera mejores propuestas en determinado día y hora, me- diante la consignación de las condiciones en pliego ce- rrado. En caso de igualdad, el gobierno llevaba la pri- 111acÍa. Aceptaron tanto Speyer C01no el gobierno, y el señor Limantour, como término de lo acordado, telegra- fió á nuestro Agente Financiero en Londres que hiciera la operación á 98; mas por una maravillosa intuición, que nunca se alabará bastante, el ministro, momentos después de haber firmado el despacho, reformó lo escri- to y ordenó que se ofreciera 98 . Al abrirse los pliegos se yió que Speyer ofrecía también 98 y que sin el feliz -31-
  • 35. pre entílníento del 8ei"ior Línwntoll r, la 0r raci{)) ha- bría quedado concluida en fa 'or de <lU ien tenb fO),IllIl- ]aela las prÍlneras propue8tas, ~Iediante el arreglo, el gobierno rnex ieal:@ di ~ pon Ía de 500,000 sobre los R5-!,OOO yotos que pueden ngurnr en las Asambleas generales. Spe) el' tenia uno d dO:5 en- minos: ó entenderse con la Standard Oí] realizando t'l trnst antes de tiempo, ó tratar con el Gobierno méxica- no ofreciéndole sus elen1entos. Se decidió por el ..eglll- do extremo con gran satisfacción del paí~, que yió á po- co seguir la primera y peligro~a operación, d ]a con1pra. de una buena cantidad de acciones ele lo ~ ferrocarrile::; Nacional é Internacional, con1pra que ha asegurado á :Nléxico de una catástrofe que habría equi 'alido á]a pér- dida de los enorrnes sacrificios h echo~ para tener ferro- C'arriles. Al concluirse la segunda operación, el n1illistro ~il1- tetizaba as! las ventajas que obtenía el paí. con la com- pra ejecutarla: "El Gobierno dispondrá d doce millo- nes de pesos aproxiroadarnente, para la pros cucifm de obras públicas, y á la vez ha obtenido en nHly poco tiem- po y de una manpra radical , la situación lnoral -' P Cll- niaria que ambicionaba alcanzar en ]a ' tI' 1)) pI' SH.' del ferrocarril Naciona], de] ferrocarril Internacional y del ferrocarril Interoceánico: ha robustecido la acción del poder público re pecto á las demá::; línea. férrea.,'y ha alejado para siempre el peligro de una formidabl consolidación de intereses particular . que no amena- zaba. Estos resultados se han asegurado mediante la emi- sión de obligaciones del Tesoro por valor de ]2.5UO,0 dollal's, que por el rédito bajo qu tienen n 1111 r 'a<1o, -3~-
  • 36. han afirmado todavía lnú el ('rédito de la nación, y cu- yo servicio de rédito:::;, lo mismo que el de anlortizaci(m , es de esperarse fundadan1ente que se haga, en gran par- te, con las utilidades pecuniarias que proporcione al Go- bierno el capital in vertido en la compra de títulos de ferrocarril. " Si los ministros de nuestra epoca anárquica hubie- ran oído hablar de las hazañas de Linlantour, quizás pen- saran que ó se trataba de un cuento lisonjero pero abso- lutamente de. tituido de verdad, ó que el autor de ta- le prodigios era un soplador á lo Nicolás Flan1el, hábil para transmutar en oro los metales más viles. Tras el rescate de las líneas férreas vinieron la contra- tación de obligaciones del Tesoro con 4~ pg de interés, y por 18.500,000 dólares, y la de un empréstito por...... 40.000,000 de dólares en condiciones excepcionalmente favorables; pero tales cosas eran sólo á manera de pre- liminares de la obra más importante y fundamental que pudiera acometer ministro alguno. A principios de 1903 se averiguó que el gobierno co- misionaba á don Enrique C. Creel para que tratara el asunto monetario ante el gobierno de los Estados Uni- dos. Engañados muchos con el fantasü1a de los benefi- cios que nos traía la baja de la plata, y seguros de que ni leyes ni gobiernos conseguirían nada cont-ra hechos económicos incontrastables, creyeron que 110 alcanza- ría eco ni trascendencia la comisión de que se encargaba al señor Creel. ¿Qué iba á hacerse, decían todos, cuando estaba comprobado que la producción anual de plata excedía -33- [)
  • 37. con 111ucho ú u co nSU lno; cuando lo~ golJit'rn ... el 1-15 naciones lnás fuerte y rica:-: habían d monetizado el~ n1etal hlanco y no irían seguralnente Ú de~hac l' oTandt':-: y profunda combinaciones por c0111placer á un pní:-: qUl' no les inlportaba cosa? Pero, Limantour pl'il11erO y despué" su. :-:ahio" cola- boradores, no querían tanto: contentaron con dl'- n10strar que e taba en el interés dI-' lo ~:ran le... pUt'- blos r gularizar sus compras de plata para l) pro- d ucir bruscas yariacione en el p~'ecio de e~te metal; COIl darle á la moneda un valor fijo en oro para lo efu·to:, del cambio exterior; y con probar científicalnente qllt la producción de plata había aumentado nHl} poc de~­ de 189;) mientra que el con un10 ~ hahía el yado al niyel de la producción- lo cual había de traer una alza en el valor del m etal hlanco, y lo que es n1ú aún, una reacción en el criterio de los gobierno y de lo ~ CO Il()- mistas acerca del por'enir de e e 111ed io d cambio, qUl' pronto ha de reconqui:·:tar su 'alor en 1111e1" ado .Y ~1I poder adqui. iti'o con10 moneda, ¿,CÓ1110 ~e lnanejaron Linlantour y ~u anl1go.' para (:0 11- 1110ver y conyencer prin1el'O al Presid nt le lo E..tado,' Unidos y ú la en1peratriz de China, ' luego á to lo lo. hOlnbres de e tado, ecollOl11ista:-:, gobernant ' te:-:ta: coro- nada..., lit rato:-: y e peculadore eu ropeo~, ha. ta ha 'erlt·:-: c n 'enir n aqu 1plan tan encillo y unte:-:: tan i notú'! 1)i- fíc:il ...ería relatarlo en poca:-:: línea:-::: pero 110 e:-: que ('n' 1, que fué á Europa encabezando ]a conlÍsit.m debe de ha- ber entido, cuando ....e acogía con tan1afio,' honore: Ú lú:-, l' presentante' del Jlf xico antai1 0 befado {. in 'ultadq, lo -3-1-
  • 38. ql1 sin ti(, el cisné de .Il dersen al eleyarse por los aire " bt'llo, galano y D1ajestuo 'o despups de haber sido visto nada IUÚ c¡ ue como un pato feo, a:3troso y desarrapado. LUt'go vino la ('Olnisi(m -:Ionetaria, que trabaj<'> con grandbimo fruto y llegó ú conclusiones netanlente cien- tíficas, alejándo e cien leguas y ascendiendo mil codos sobre la antiguas convenciones de puro politiqueo, y por fin se prt'sentó la iniciativa para reform ar nuestro si.tema monetario, que viene á ponernos prácticanlente f:obre la base del patrón de oro. Como por arte nlágica hizo irrupción un río de oro, un Pactolo auténtico que in undó al país; y el metal 110ble, que hacía tantos años no asornaba por estas tierras, vino á ser conocido de los jóvenes, añorado por los viejos, con- fesado por los escépticos, guardado por los rof'íosos, dI- sipado por los pródigos y por todo el mundo buscado, so]ieitado y admirado. Creen algunos, que no saben córno explicarse esta tl'ansfonnación maravillosa de nuestro medio, que todo lo que pasa se debe á que el General Díaz tiene mny hllena snerte. Si suerte es calcular lo que ha de venir con rnatemátiea exactitud, facilitar el Inedio de que ocu- rra y valerse de quien nlejor que nadie puede llevarlo á cabo, uno de los rasgos de la bnena suerte de nuestro grande hombre ha sido conocer, aceptar y recibir con regocijo las salvadoras ideas del "nlás rico de nuestros sabios y del más sabio de nuestro. ricos." Quien lea estas cosas se figurará que Lünantour es al- gún financiero á todo trapo, para quien no hay más li- bro que el Statesnl(~n r ear B ook, ni luás poenla que las -35-
  • 39. tablas de logarittnos de Callet. No hay tal. Poca g n- te existen en ~léxico nlá culta, 111;1S di~cretas) mÍls anlplianlente dotadas en todo género de di ciplinas que este hombre sereno y equilibrado que par ce un árbol lozano y sien1pre verde por cuyo ranlaje corriera la sa- via con igual vigor, con el n1isnlo ritnlo, con idéntica intensidad. No hay manifestación científica artí tica literaria ó política que no siga con surno inleré::; e te gran curioso, que lo mismo busca y ama las noticia~ so- bre descubrimientos recientes, que la música 6 la litera- tura 6 las teorías nuevas acerca de 'eso que llalnun ra- zón de estado y modos de gobierno." Alto, pálido, delgado, elegante, parece (continuando la comparación con el árbol) tallado en el tronco de un cedro airoso y fino. El rostro lo tiene severo, p ro los ojos expresan bondad y sencillez. La cabeza es fuerte, la frente ancha, la barba bien dibujada, la voz grata y serena-serena sobre todo, COlTIO si tuviera fornlada ya, acerca de hombres y cosas, una opinión difícil de calll- biarse. Cuando habla en la tribuna se mueve sobria y reposadamente, y lo que escribe, aparte de .tar 'iviii- cado por la médula de león de las ciencia exactas, fí~i­ cas y naturales, está expresado con prinl0r y ] gancia. Cuantos le tratan le reconocen un def cto: u frial- dad, su dominio absoluto sobre los refl ejos, al grado que su rostro nunca llegar á traicionar la elnoción que le domina. Tanto mejor; para administrar no e necesita d · nerviosos ni de imaginati ,TOS; baota con gente~ -·eria. que busquen el bien y la yerdad por las endas honra- das, y Linlantour es e 0, la honradez, el método, la re- flexión y el e tudio. -J6-
  • 40. E. te hombre que, dueilo de una fortuna privada gu )e haría pa.'ar por acaudalado en cualquier lugar del mundo, se ded ica á labrar la prosperidad de su paí ; que duplicaría y cuadruplicaría sus caudales si aplicara á hacerles aurnentar sólo un poco del empello que aplica para engrandecer la hacienda pública; que por la dicha y el crédito de ~Iéxico ha expuesto el bienestar y la salud, ¿no es un gran patriota? ¿no es un gran altruista? ¿no encierra en su aparente frialdad un espíritu vivo, ar- diente y entusiasta, como las tunlbas etruscas suelen en- cerrar una lámpara perenne que no se consume con el transcurso del tiempo, ni se apaga con el soplo de las rachas de aire, porque lleva en el interior un alünento lnaravillo~o, que no puede extinguirse nunca? Quizás repudiará mis elogios el señor Limantour; pa- ra su significación vendrían mejor las frases autorizadas de uno de sus pares-un Creel, un Macedo, un Casasús, un Pineda,-y no las expresiones de un simple es- critor sin atisbos científicos; pero yo, que por costumbre busco en las obras humanas algo que las señale é indi- vidualice, en la de este creador de riqueza veo algo que me la hace interesantísima: veo obra de arte, veo obra una, veo obra sintética y transformadora, de tal modo, que sus trabajos se me figuran un poema en que sube el interés desde el principio al fin, un ejército en correc- ta formación que obra conforme á un plan alto, delibe- rado y sabio. Por eso he buscado la oportunidad de estudiar á un hombre en quien considero no un simple removedor de caudales, sino algo de eso que constituye la inspiración en el poeta, el fuego en el orador, la intuición en el ge- -37-
  • 41. neral y n 1 ahio la facu ltad dt' il1'.'ntar. El t!1.'1l1O. (H~al o n nI);l. palabra, 11I. El paí.::, que no s()lo atepta. :,in que:.1 lmira y lwndi- ce la obra del general Díaz. e tá "pguro de qu e la ha rornpl 111entao granel. h rrn su y <lignam nt II p':.1Il- do á ::: U lado á Li n1(nton r que ha yenid( cuan lo dpLía yenir cuando la paz y el progre~o l1"l<1 terial hacía 11 po- ible el progre. o económico. y el paí e ha sentido rec 11 fortado al 'er que Hl gran gobernante po ee no .;;;ólo la habilidad n e('e~aria pa- ra elegir al hOlubre que la ~ ituaci()n r qu ría, ~ino la magnani rnidad bastante para estar .,eguro d que su m('- rito no resultará opacado ni di ~ minuid(), ino al cOlltra- rio, aquilatado y sublin1ado, manteni end o e"'rea d · ~í Ú, quien h a contri hu ido ú escl'i1>ir una de las J>;ígi na lll:'~ bella de la obra colo:-;al que Díaz yiene huriland() hacl' lnucho año. , El parti<lo liberal n1e::lCano e un heroi co ' nolJle St'- ln111e1' de donde ha ~a lid() cuanto d mús meritorio ' lnús grande ha honrad al país, ( '0 1110 }-:sparta enviaha un e partano por todo auxilie) ú la ~ nacion s débiles () afligida, a í el partido li1> raL en las allgl1:-;tia,~ de la patria, ha diputado iempre un mienlbro . uyo que :,e ha llalnad ()n1eZ FarÍa.::. n la lu ·ha contra lo pri'il - gio~ ; Degollado en la 1ucha contra el clero reb Id ;.J U(l- rez en la lucha contra el extranj ro' Díaz n la 11 ·11a por la O'randeza de la patri a, Y ahora al lado del nohle atleta !lIe to la 'Ía e"tú listo y 'un el arn1a al brazo dé~­ taca á Lin1untour. ...eñalánclole '01110 d cía el apf,..tol , -38-
  • 42. la laLor que cOJ'respond áSll hora y la tarea que aguar- da de ,'u per.'ona de. puC>.' del innH~ll.-'O trabajo que lleva t>j 'tU tado. ('ierto periódico dijo en mese pasados, qu un re- lJorle,. in terrogó al señor Linlantollr ol)re cómo había podido hac r tantas cosa .Y atender á tantos asuntos .Y tan di ver o ; y que el interrogado conte, t6: " iendo mi- nj"tro catorce años." Tiene razón 111il vece el seilor Limantour; i]e hu- biera tocado el' ministro en una de esas organizaciones parlanlentaria en que los ministerios se mudan cada tre mese.' y en que nada se puede ya no plantear, pero ni iquiera en ayar con fruto, nada habría hecho, ni empezado, ni siquiera acometido. La obra genial, una y maravillosa pertenece, pues, al señor Limantour; pe- ro el amplio concurso, la ayuda generosa, el apoyo fran- co, leal y sin alnbajes ha sido del Gra1. Díaz, que siente en su nlano la. pulsación de la mano del pueblo, y que hace lo que el pueblo quiere ó necesita. y lVléxico tiene tal confianza en su jefe, que no pue- do menos de traer á cuento un rasgo de la historia del primer Napoleón. En 1814, después de las terribles de- rrotas que la coalición infligió al César, éste reunió en Fontaillebleau á toda su vieja guardia. Le hizo presen- te lo apretado de la situación, la necesidad de correr á Parí y la confianza que tenía en sus colaboradores. Cuando el "corso de rala cabellera" esperaba un vítor, los vieu:c tlp la Ivieille, aq uellos "gruñones que solían re- zongar, pero que iban sien1pre tras de su jefe" que- -39-
  • 43. daron silencio os y sin movinliento. El Emperad r, inquieto y sorprendido preguntó entonce: ·¿'l" ng ra- zón?" Todos gritaron á una voz: 'Yiya el En1p rad r ........A París. A Paris!" "Habían p rrnanecido calla os dice el historiador del gran ej~rcito, porque juzgaban inútil responderle á su capitán lo que él sabía bien: qu siempre estarían á su lado......" Y ~léxico, aunqu á veces no responda~ está siempre al lado de su caudillo. -40-
  • 44. 1 · , • • ' ci n i i i .L or 1, lu ar .~ 1 f 1 • ~40 je 1 r n • 55/100 . edica ori del ut r . r r 1 • • t s - 1 • n u ieo • rn o •• tudio lit r rios y b'og _