Para saber qué Constitución tiene el país y cuál debe tener, se debe clarificar la idea de Constitución; examinar su esencia y observar su proceso histórico. Este libro refleja la historia en el proceso constitucional mediante un modelo metodológico revisionista del pasado nacional, con un análisis histórico documentado y moderno que permite la observación precisa de la Constitución “real”, y la presencia de factores internos y externos que la conforman, los que fueron delineando la interpretación y aplicación de la Constitución “escrita”. Se debe tener presente la correlación que existe entre la Constitución “real” y la Constitución “escrita”, pues en su integridad la Constitución es una estructura multidimensional: cultural-económica en la base (Constitución “real”) y jurídico institucional en el vértice (Constitución “formal”). Es necesario superar el falso dilema de encarar a la Constitución sólo como un instrumento jurídico y no entenderla como un elevado documento político que institucionaliza un Proyecto de Nación. Hablar de la Constitución es encontrarse en el plano político, y recíprocamente cuando se adopta una actitud política o una decisión institucional, se aplica un criterio de interpretación constitucional acorde con determinados intereses.
Posiciones del IDH a nivel global en México (1982-2024).pdf
Revisionismo histórico constitucional. Proyecto nacional y Constitución
1. 168
JORGE F. CHOLVIS
Revisionismo histórico constitucional. Proyecto nacional y
Constitución
Ediciones Fabro
Para saber qué Constitución tiene el país y cuál debe tener, se debe
clarificar la idea de Constitución; examinar su esencia y observar su
proceso histórico. Este libro refleja la historia en el proceso constitucio-
nal mediante un modelo metodológico revisionista del pasado nacional,
con un análisis histórico documentado y moderno que permite la obser-
vación precisa de la Constitución “real”, y la presencia de factores inter-
nos y externos que la conforman, los que fueron delineando la interpre-
tación y aplicación de la Constitución “escrita”. Se debe tener presente
la correlación que existe entre la Constitución “real” y la Constitución
“escrita”, pues en su integridad la Constitución es una estructura multi-
dimensional: cultural-económica en la base (Constitución “real”) y jurídi-
co institucional en el vértice (Constitución “formal”). Es necesario supe-
rar el falso dilema de encarar a la Constitución sólo como un instru-
mento jurídico y no entenderla como un elevado documento político que
institucionaliza un Proyecto de Nación. Hablar de la Constitución es
encontrarse en el plano político, y recíprocamente cuando se adopta
una actitud política o una decisión institucional, se aplica un criterio de
interpretación constitucional acorde con determinados intereses.
2. 169Galera de corrección
Prólogo
Conozco al Dr. Jorge Francisco Cholvis desde 1973, cuando nos
incorporamos a la cátedra de Derecho Constitucional en la Facultad de
3. 170 realidad económica 291 1° de abril/15 de mayo de 2015
Derecho de la UBA, convocados por el eminente constitucionalista Dr.
Arturo E. Sampay, maestro que recién entonces volvía a los claustros
de la universidad pública tras su exilio y posterior silenciamiento por su
brillante actuación en la Convención Constituyente de 1949 y su per-
manente defensa de la Constitución Nacional de ese año, que en 1956
fue abrogada por el dictador Aramburu.
Tanto el ilustre Sampay como Cholvis y yo fuimos destituidos de la cá-
tedra el 24 de marzo de 1976, cuando otra dictadura accedió al poder
y provocó la etapa más negra de la historia argentina.
Han pasado cuatro décadas y durante ellas hemos podido consolidar
con Cholvis no sólo amistad, sino convicciones en materia constitu-
cional iluminada por el pensamiento siempre vigente de Sampay, que
hemos mantenido a costa de discriminaciones y desprecios de “juristas”
(sic) y personajes mediáticos que se dedican a la materia defendiendo
intereses poderosos en detrimento de la soberanía popular.
De allí que recién en el año 2013 Cholvis haya podido dar a conocer
cuatro valiosos libros sobre dilemas del constitucionalismo argentino
que recopilan y ordenan cronológicamente escritos sobre temas históri-
cos, económicos y sociales de la política constitucional. Es que su voz
y su ponderada opinión nunca estuvieron ausentes; simplemente
fueron silenciadas.
Ahora, que es momento de “impulsar y legitimar una nueva etapa
constitucional” (como él dice), dejando atrás el arcaico liberalismo de
1853 y decadentes concepciones que en 1994 fueron consecuentes al
Consenso de Washington, Cholvis postula un “revisionismo” en materia
constitucional, como hicieron años atrás los historiadores que final-
mente consiguieron consagrar verdades históricas también silenciadas.
Así como los revisionistas de la Historia hicieron justicia en torno del
Pacto Federal de 1831, los revisionistas del Derecho harán justicia a la
Constitución de 1949, prolijamente ignorada en las aulas y en los
medios como manera de ignorar la Nación justa, libre y soberana.
Sobre esa base de sinceramiento podremos edificar la nueva
Constitución argentina.
Felicito al Dr. Cholvis por esta iniciativa patriótica, que todos debemos
imitar, principalmente las nuevas generaciones, a las que tenemos el
deber de dejar como legado convicciones que nuestra generación no
pudo concretar en los difíciles tiempos que nos tocó vivir.
Alberto González Arzac
Director del Instituto de Historia del Derecho del Colegio Público de
Abogados de la Capital Federal.