El documento discute los mitos falsos sobre el juego y las razones para utilizar el juego como una herramienta educativa. Argumenta que el juego no es solo entretenimiento sino que también puede ser una actividad social y de acción que facilita el aprendizaje a través de la participación activa. Finalmente, plantea la pregunta de si el juego debería utilizarse como un recurso educativo dado sus ventajas o si tiene desventajas significativas.