SlideShare una empresa de Scribd logo
1 de 186
Descargar para leer sin conexión
1
Remedios Florales de Bach
FORMA Y FUNCIÓN
Por JULIAN BARNARD
Contenido
A los lectores de la edición en castellano 1
Prefacio del Autor 2
Prefacio a la Edición Americana 2
Introducción 3
1 Una Sensibilidad Creciente 7
2 Por la Orilla del Río 14
3 El Método Solar 29
4 Cúrate a Ti Mismo—Libérate a Ti Mismo 36
5 El Remedio Incorrecto 43
6 Cromer 47
7 Los Últimos de los Doce Primeros 65
8 La Arquitectura de los Doce Sanadores 73
9 Los Cuatro Ayudantes 77
10 Los Siete Ayudantes 92
11 Los Primeros de los Segundos Diecinueve 100
12 El Método de Ebullición 107
13 Resistiéndonos a Participar en la Vida 110
14 Desaprobación del Mundo a Nuestro Alrededor 117
15 ¿Qué ha entrado en tí? 122
16 La Llegada de la Luz 130
17 Haciendo el Patrón, Rompiendo el Patrón 134
18 Apatía, Depresión y Desesperación 145
19 El Patrón en la Práctica 152
Apéndices
i La Historia de los Viajeros 157
ii Doce Maneras de No Estar Bien 160
iii ¿Qué Plantas Vienen de Donde? 161
iv Homeopatía, Diluciones y Juego de Números 163
v Cronología desde 1886 hasta 2002. 167
vi Construyendo un repertorio de Gestos de las Plantas 169
Notas finales 174
A los lectores de la edición en castellano
Este breve texto de agradecimiento es para dar las gracias a todos aquellos de entre vosotros que
habéis ayudado en la traducción y en la publicación de "Forma y Función"—del que hablaré más en
un momento—y para dejar por escrito unas palabras de bienvenida para todos cuantos leáis la
edición en castellano. Aunque Edward Bach era inglés y nunca viajó fuera del Reino Unido, sus
ideas y sus remedios florales han viajado por todo el mundo y las semillas fruto de aquellos años de
2
descubrimientos, en los años 30, nunca han encontrado un terreno tan fértil como en los países
latinos. Y tú, amable lector, eres parte de una generación que comparte la inspiración de miles, de
cientos de miles de personas tanto en Centro y Sudamérica como en España. Bach esperó que sus
colegas británicos asumiesen la oportunidad de trabajar con sus ideas, pero no lo hicieron. Tú si lo
has hecho. Por todo ello, tiene sentido, al menos a los ojos del autor, haber llevado a cabo esta
traducción en Cuba: una voz del nuevo mundo. Por tanto te agradezco muy sinceramente a ti, María
Teresa Cornide. Eres una científica y, aunque algunas de las ideas pueden haberte sonado dudosas,
has sido lo suficientemente amable como para respetar este libro como un intento de describir un
nuevo tipo de ciencia. La idea de publicar el libro en México surgió de la hermosa amistad con tu
sobrina Diana Arús y con Antonio Duek y su familia. Gracias a todos por vuestra calidez, vuestra
generosidad y vuestra amabilidad. Probablemente Eduardo H. Grecco tiene más conexiones
Bachianas en las Américas que ninguna otra persona, y ha contribuido a la traducción: muchas
gracias, Eduardo, por tu apoyo y por tu asistencia. Y ya en casa, ha tenido lugar el meritorio trabajo
de mi buen amigo Ricardo Mateos Sáinz de Medrano, que ha revisado y corregido el texto: gracias
de nuevo, Ricardo. También gracias renovadas a Glenn Storhaug por el cuidadoso y atento trabajo
de maquetación y de edición. Todos vosotros habéis mostrado vuestro amor y vuestra amabilidad y
yo sólo puedo ofreceros mi amor y mi gratitud en justa correspondencia.
Finalmente, dejadme volver a todas aquellas personas con quienes me he ido encontrando a lo largo
de los años cuando hemos compartido nuestra experiencia y nuestro uso de los remedios de Bach.
Pido disculpas por no haber aprendido español nunca, pero siempre he sentido en vosotros el afecto
y el interés profundos en nuestra admiración compartida por el Dr. Bach y su trabajo. Os deseo toda
alegría y toda felicidad en este manteneros en este camino.
Prefacio del Autor
Al escribir la introducción de Las Plantas Sanadoras de Edward Bach {The Healing Herbs of
Edward Bach), en 1988, sugerí que ese libro representaba más un punto de partida que cualquier
lugar de llegada. Han pasado catorce años para llegar a este punto—un largo tiempo para desarrollar
una idea. Pero, para mí, la propuesta central sigue siendo la misma: el gesto de la planta y el gesto
de la persona son equivalentes. La gran fortaleza y la sólida estatura del Roble (Oak), son un reflejo
de la condición emocional en la que se encuentra una persona en el estado Oak; así mismo, el
refinamiento y el distanciamiento del tipo Water Violet son la contrapartida de la delicadeza y de la
gracia de la planta. Por tanto, lo que Bach descubrió acerca de las propiedades de aquellas flores
que utilizó como remedios, todavía puede ser descubierto en nuestros días. Sólo tenemos que
mirarlas de cerca para llevar a cabo esa misma observación.
La observación del gesto de las plantas es útil para aquellos que aprenden acerca de los remedios de
Bach, pues nos informa sobre los distintos estados emocionales. Así, una descripción basada en una
flor es tan valiosa como una descripción basada en una persona. Ambas son necesarias. Pero los
implícitos que surgen del análisis de ese material, que retrata la forma y la función de las flores de
Bach, pueden extenderse más allá de la mera aplicación inmediata en el diagnóstico y en la terapia.
Si los remedios trabajan realmente—y yo, al igual que muchos otros, he experimentado su acción—
entonces debe de haber un significado real en el modo en el que crece una planta, porque la idea que
instruye la forma no puede basarse en el azar. Como Bach diría, detrás del mundo físico de los seres
vivos subyace un Gran Diseño. Un gran diseño y un gran diseñador, y este libro es un intento de
representar aspectos de dicho diseño en acción.
Mayo de 2002
Prefacio a la Edición Americana
La Ciencia y la Tecnología dominan nuestras vidas; son las gemelas despóticas del materialismo,
que nos ciegan a una existencia que está más allá del mundo físico, y en ningún lugar es esto más
evidente que en el mundo contemporáneo de la investigación genética. Las tablas de probabilidad
determinan la verosimilitud de la enfermedad. El paro cardíaco, o los trastornos renales, o
cerebrales, pueden pronosticarse mediante lo que ha venido en llamarse un horóscopo científico
3
para el cuerpo físico. Así, la genética sostiene poder explicar hasta la mentalidad del individuo, pues
debe de haber un gen para la creencia teológica y el ateísmo. Pero, mientras que un horóscopo
astrológico detecta la influencia de lo invisible, de las fuerzas extraterrestres, el horóscopo genético
mira a través del otro lado de la lente: observa la influencia de lo micro más que la de lo macro.
¿Qué es lo correcto? De hecho, ambas miradas ilustran el potencial para los conflictos y las
dificultades en la vida. La genética mira hacia lo físico, la astrología, hacia lo metafísico.
Pero aquel sistema que se anote el mejor resultado no deberá darnos simplemente una explicación
"científica" de lo que le ocurre a las especies, sino que debe de decirnos algo más acerca del
significado de nuestra vida individual. Porque, a fin de cuentas, eso es lo que buscamos— una
explicación. El estudio de la obra y de los descubrimientos del Dr. Edward Bach me ha llevado
hacia el significado y la explicación. Ahí he encontrado un medio de reconciliar la ciencia y la
metafísica—las teorías evolutivas de Darwin con la creencia en un divino creador—mediante el
poder postular que existe una evolución de la conciencia, que es coaxial con la evolución física de
toda especie, pues el acto primario de la creación tuvo lugar en el seno de un conjunto potencial
para las formas vivas, y para la conciencia de sí mismas. La genética, por consiguiente, describe
más un proceso total que unas acciones físicas. En este libro he tratado con detalle las relaciones
existentes entre las personas y las plantas, pues ambas comparten el reino de la naturaleza. Bach
dijo que algunas plantas habían sido "divinamente enriquecidas", pero está claro que toda forma de
vida está enriquecida divinamente, aunque no podamos verlo. Este es el problema para el científico:
cómo ver lo invisible. Por ello, quizá deberíamos comenzar a mirar con un ojo atento.
Julián Barnard Walterstone, Hereford, Diciembre de 2003
Introducción
LA EXPRESIÓN "Remedios Florales de Bach" significa cosas distintas para diferentes personas. Siete
jueces británicos han sido de la opinión que "remedios florales de Bach" es una forma, tanto
adecuada como segura, de describir los descubrimientos del Dr. Edward Bach. Ellos mismos
señalaron que esa es la única manera de evitar la paráfrasis 'un remedio floral preparado según las
instrucciones originales del Dr. Edward Bach'. Dijeron que 'remedio floral de Bach' es la
denominación genérica — el tipo, la clase de remedio — como sucede con las expresiones
'remedios de plantas' o 'remedios homeopáticos'; y que el sustantivo 'Bach' no puede ni debe
utilizarse para identificar los productos de un fabricante en particular. En otras palabras, 'Bach' no
puede ser una marca comercial válida. Eso es lo que han dicho los jueces: uno en la Corte Suprema,
tres en la Corte de Apelación y tres en la Corte más alta de este país: la Cámara de los Lores. Ello
ayuda a definir aquello que son los remedios florales de Bach.1
Alguien podrá pensar que esta es
una manera extraña de comenzar un libro, pero se ha dado un énfasis indebido a la citada expresión
por parte de aquellos que desean asociarla a una marca específica con propósitos comerciales. Por
tanto, se hace necesario definir las palabras una vez que éstas han sido mal utilizadas, y gran parte
del plan de esta obra es sugerir una redefinición del trabajo y de la obra del Dr. Bach, así como de
su descubrimiento de los remedios florales. Se han escrito muchos libros sobre los remedios de
Bach, pero la mayoría se han concentrado en los efectos terapéuticos de la toma de las esencias.
Ciertamente ese es un valioso intercambio de experiencias, pero ya es tiempo de una nueva
evaluación. Se cumplen ahora setenta y cinco años desde que el Dr. Bach encontró Impatiens
creciendo en las orillas del río Usk, en el pueblecito de Crickhowell, allá por los confines de
Inglaterra junto a la frontera del País de Gales. A lo largo de los años, la atención siempre se ha
dirigido hacia los remedios florales o hacia el propio Bach, pero poco se ha hecho por ubicar su
trabajo en un contexto más amplio. Nadie ha considerado de forma apropiada cómo es que el Dr.
Bach realizó esos descubrimientos, por qué los remedios se preparan así, o por qué tienen esas
propiedades particulares. Es como si se hubiera olvidado el por qué los remedios florales de Bach se
preparan a partir de flores. Del mismo modo, tampoco se han considerado las implicaciones
filosóficas de su obra, que no han sido completamente exploradas. Ha habido una tendencia a
utilizar los remedios y a olvidar la filosofía, como sucede con frecuencia. Pero esto es incorrecto.
4
En una conferencia dictada poco antes de su muerte,2
el Dr. Bach planteó que el propósito real de
los remedios que había encontrado era 'acercarnos a la Divinidad interior', a esa 'Divinidad interior
que es la que nos cura'. Para él, toda filosofía apuntaba en esa dirección, hacia esa 'Verdad Única
que ha sido mayormente olvidada'. En toda su obra, Bach intentó mostrar cómo salud y enfermedad
están íntimamente ligadas a la manera en que la persona vive y a la necesidad de hacer cambios en
el modo de vida. No separaba persona de enfermedad (la suya era una visión holística), creyendo
que lo que ocurría en el cuerpo físico estaba directamente relacionado con la forma de pensar del
paciente, y con sus circunstancias espirituales y emocionales. En esa misma línea de pensamiento,
señaló la importancia de aprender a responsabilizarnos de nuestra salud de forma individual. Por
ello, los remedios de Bach ayudan y apoyan el proceso de cambio, pero tomar un remedio sin
comprender la fuente de la que emana su capacidad curativa es perder de vista el contexto del
aprendizaje ofrecido.
El contexto del trabajo de Bach puede entenderse a partir de sus escritos.3
Para él, la medicina
fallaba porque se manejaba con los resultados físicos y no con las causas reales de la enfermedad.
Hasta un tratamiento aparentemente exitoso 'no es—en sus palabras—más que un alivio temporal, a
menos que se elimine la causa real'.4
Dicha causa real, al igual que la curación real, no se origina en
el nivel físico pues la enfermedad es el resultado del conflicto entre 'alma y mente'. Bach hizo poco
por definir estos términos, pero sí apuntó a un conflicto entre la personalidad individual y el ser
superior de cada quien, que vinculó a una dimensión espiritual desde la cual procede la curación. Y
si las plantas ayudan a curar, eso es porque también están vinculadas a dicha dimensión espiritual,
por ser una expresión de las fuerzas divinas que trabajan en la naturaleza, por ser parte de un mundo
sagrado.5
La medicina científica es responsable de esa visión según la cual el cuerpo humano no es
más que una máquina en la que uno habita, pero Bach lo contempló más bien como un templo del
espíritu. Por ello, sus ideas fueron el principal obstáculo para la aceptación de sus remedios. Esa es
la razón por la cual Bach ha permanecido fuera de los cánones de la medicina, que coloca la acción
humana, y no tanto la "Chispa Divina", en el tablero de operaciones.6
Este es el material inflexible con el cual trabajar. Lee lo que Bach dijo y verás como no jugó con
marionetas pues, si bien pudo modificar sus términos y sus palabras en función de la audiencia, el
mensaje permaneció siendo el mismo. La erradicación de los síntomas de la enfermedad es un
respiro temporal si no se reconoce y se trata la causa de la enfermedad; y eso no ocurre únicamente
en el nivel físico. Sin embargo, debemos llegar a alguna síntesis entre ciencia y religión, entre
tratamiento médico y autocuración a través del espíritu, entre la aceptación de la ayuda y la
asunción de la responsabilidad individual. Bach puede ubicarse en la corriente general de las
terapias alternativas y complementarias, sin que por ello quede comprometida la integridad de su
mensaje. Millones de personas utilizan remedios florales y creen que funcionan, a pesar de que
pueda ser difícil explicar el cómo y el por qué. Existe una separación entre la práctica y la teoría, y
el problema radica en las inadecuaciones del lenguaje y en la falta de un contexto que permita una
explicación. No existe una estructura en las ciencias físicas que posibilite la explicación de aquello
que no es físico, y pocos estarán dispuestos a una escucha imparcial a menos que la evidencia se
obtenga mediante estudios convencionales. Este es el dilema clásico: cómo probar científicamente
algo que no se ajusta a la estructura del pensamiento científico. Se han hecho intentos, pero la
evidencia ha sido ignorada y mal interpretada.7
Pero, si existe un grado de realidad en los
descubrimientos del Dr. Bach, entonces deberá, de forma inevitable, producirse un cambio en la
perspectiva desde la que contemplamos nuestro mundo y aquello que es la vida. La experiencia
práctica debe modificar la teoría científica. Debe reconsiderarse la relación entre las personas y las
plantas. Las plantas son formas conscientes de vida, responden a su medio ambiente; pueden sentir,
reaccionar y moverse. Tienen conciencia. Las investigaciones realizadas en el Instituto Bose, de
Calcuta, en los años 20 del siglo XX, demostraron que las plantas están dotadas de ' un sistema
nervioso.8
Sir Jagadis Chunder Bose (1858-1937) diseñó un equipo sensible que registraba las
reacciones de las plantas ante un estímulo, y experimentos en USA, usando el polígrafo (el detector
de mentiras), demostraron que las plantas reaccionan ante el pensamiento humano.9
Bach descubrió
que determinadas plantas son capaces de aliviar o de contrarrestar los problemas emocionales
5
humanos: así, Impatiens ayuda a aliviar el dolor y la irritación; Mimulus a sobreponerse al miedo;
Scleranthus, a resolver la vacilación y la indecisión. Y ello no se basa en la química física de hojas
y flores, sino en las propiedades de una cierta energía sutil existente en el interior de la planta — un
tipo de espíritu, o conciencia de la planta, que hemos olvidado o con el que hemos perdido contacto.
Las teorías de la evolución, desarrolladas por Charles Darwin, hacen referencia únicamente a la
forma física de las especies. El postuló que debe de producirse una adaptación de las especies a las
influencias ambientales, a través de la supervivencia de aquellos individuos más capaces para
adaptarse.10
La conciencia no forma parte de esta historia y, sin embargo, es lógico pensar que, al
igual que la forma física se ha adaptado y evolucionado, así también lo ha hecho la conciencia.
Supongamos que la conciencia es consustancial a la vida y que, de alguna forma limitada, estuvo
presente desde los orígenes. Así, a medida que las formas vivientes evolucionaron y crecieron en
complejidad, también lo hizo la conciencia. Del mismo modo que todas las formas físicas se
relacionan a través de antepasados comunes, las formas de conciencia también lo están. Los
descubrimientos del proyecto del genoma humano demuestran que los humanos comparten el
noventa y ocho por ciento de su ADN con los chimpancés, el cincuenta por ciento con los plátanos,
y el treinta y ocho por ciento con un narciso.11
De ahí que haya razones para establecer la hipótesis
de que chimpancés, plátanos y narcisos compartan algo de la conciencia humana.
Esta idea se hace difícil para los occidentales debido a la atmósfera cultural en la que hemos
respirado durante tanto tiempo. Se nos ha enseñado que el Homo sapiens ha evolucionado como la
especie dominante sobre la tierra en virtud de su inteligencia, su astucia y su superioridad moral, un
problema que comenzó con el Libro del Génesis y la historia del Jardín del Edén. Según el Génesis,
en el sexto día Dios dijo a Adán que tenía dominio sobre todas las criaturas y que podía hacer lo que
quisiera con las plantas {Génesis I, 28-30). Después le encomendó la tarea de dar nombre a los
animales y a las plantas {Génesis 2, 19), comenzando ahí esa idea de que los humanos eran distintos
y superiores al resto de la creación. En términos teológicos esto originó la noción de que solamente
la humanidad tiene un alma y que todas las otras formas vivas le están subordinadas, por estar
carentes de significado. Dar nombre a las especies fue el primer paso hacia la separación entre el
hombre y el resto de la naturaleza. La ciencia se fue desarrollando mediante el proceso de nombrar
distintas partes, pues su foco era el mundo físico y, en ese sentido, Adán fue el primer científico. La
estrechez de miras de esta ciencia se ha hecho evidente, tan llena de hechos y tan vacía de
significados. Pero es difícil encontrar una alternativa que vaya más allá de la esperanza y la
especulación. El deseo no conduce necesariamente a la realidad; la experiencia de una persona
puede no ser compartida por los demás. ¿Y qué si el Dr. Bach vio fantasmas, luces, patrones de
energía, o formas de pensamiento? ¿Fue sólo imaginación? ¿Y qué si sintió cosas que no son el
resultado de las fuerzas físicas? Es probable que tú, lector, simpatices con esas ideas, pero no te
pido que aceptes lo que aquí está escrito sin crítica alguna, por mera simpatía. Trata, por favor, de
aplicar alguna ciencia a las propuestas que aquí se hacen, pues sólo si algo puede ser demostrado
como consistentemente cierto para cualquier observador, queda entonces científicamente aprobado.
Por tanto, observa si una idea puede ser validada, si se ajusta a criterios objetivos de observación. Y
luego, si es así, podrá entonces comenzar el proceso de redefinir nuestra ciencia y nuestra
percepción de la realidad. ¿Qué es lo que estoy pidiendo en realidad? Considerar lo siguiente: que
una esencia preparada a partir de una de las flores de Bach modifica una emoción en particular. Y si
la forma en la que una planta crece puede darnos una información objetiva acerca de una emoción,
entonces se hace necesario reconsiderar la ciencia. Consecuentemente, si Linneo ideó un sistema de
taxonomías botánicas basado en el sistema reproductivo de la flor, un sistema ulterior podría
basarse en la cualidad del gesto de la planta: su raíz, su tallo, su hoja, su flor, su semilla, y su modo
de crecimiento. Las observaciones podrían utilizarse para fijar un nuevo lenguaje evaluativo que
describa los estados emocionales (miedo, ira, duda, resentimiento) en términos precisos y
consistentes que se reflejen en el gesto de la planta.
6
Una esencia floral de Gorse (Aulaga) actúa sobre una persona que se encuentra en un estado mental
particular (desesperada y sin esperanza), operando como un acicate para la renovación y la
primavera de una nueva vida. Esa idea de acicate y de primavera se encuentra representada
gráficamente en el gesto de la planta. De modo semejante, las espinas del tallo de Wild Rose (Rosa
Silvestre) ilustran esa necesidad de un estímulo para poder sobreponernos a la apatía propia del
estado que el remedio trata. Así mismo, el hecho de que Water Violet (Violeta de Agua) crezca
flotando en el agua, sin raíces fuertes que la anclen al suelo, demuestra el desapego propio de este
tipo de persona; o el temperamento explosivo del tipo Impatiens se refleja en las explosivas vainas
que contienen las semillas de la planta. Reduciéndolo a un significado sencillo, también podemos
decir que las flores amarillas comparten ciertas ideas; que las plantas con hojas pilosas tienen
atributos comunes; o que la estructura de un arbusto, o de un árbol, nos hablan de la idea que
subyace en el interior del cuerpo físico y vibratorio de la especie vegetal. Todo ello forma parte de
la identidad de la planta. Podría argumentarse que dichas observaciones son demasiado subjetivas
como para tener algún valor pero, en ese caso, yo formularía la siguiente pregunta: ¿podrías intentar
llevar a cabo un experimento? Toma un grupo de personas y comienza a hacer con ellos
observaciones en torno a una planta o un árbol. Observa lo que dicen. Mirad al Aspen (Álamo
Temblón), al Impatiens, al Gorse (Aulaga), o a cualquiera de las otras plantas que son remedios de
Bach y, después de un rato, leed lo que aquí se ha escrito sobre esa flor en particular. Observad si
hay cosas en común, recoged si comienza a conformarse un lenguaje objetivo: un lenguaje de raíz,
de tallo, de hoja, de flor y de semilla. He hecho esto con muchos grupos de personas y he
encontrado que las observaciones son siempre consistentes y directamente relevantes con la
descripción del estado emocional que Bach asoció con el remedio. Y, curiosamente, en cada
ocasión alguien ha encontrado algo nuevo que decir, ha aportado una nueva observación sobre la
planta. Cada uno de los treinta y ocho remedios de Bach contiene información de este tipo. Es decir,
que el gesto de la planta ilustra el estado emocional de la persona que necesita ese remedio. Por lo
tanto, la forma y la función se extienden mas allá de los confines de la botánica convencional, para
incluir un nivel más amplio de estudio. En primer lugar existe una información basada en los
atributos físicos de la planta; luego, existe una información sobre su gesto, sobre la idea que
expresa. Este segundo nivel incluye al primero, pero tiene en cuenta una imagen más amplia. En ese
sentido, las espinas de Wild Rose ilustran este punto. Una visión funcional sugeriría que las rosas
tienen espinas para su protección pero, alternativamente, las espinas también sirven a un propósito
evolutivo al dar sostén a los tallos. Darwin observó que las plantas trepadoras utilizan las espinas
para agarrarse a sus vecinos, del mismo modo en que otras plantas trepadoras Utilizan los
zarcillos.13
Pero este aspecto simbólico de la rosa y sus espinas que hemos mencionado, abre nuevas
posibilidades de comprensión que no quedan limitadas a la ciencia física. Desarrolla esta idea y se
te evidenciará que en el estudio de las plantas puede encontrarse una ciencia de la metafísica y de
7
un significado interior. El descubrimiento por parte de Bach de los remedios florales nos da una
clave para la comprensión de ese significado.
1 - Una Sensibilidad Creciente
TODA NARRACIÓN EN TORNO A LOS REMEDIOS FLORALES DE BACH debe comenzar
justamente con el hombre que los descubrió: el Dr. Edward Bach. Los hechos esenciales de su
historia nos los aporta Nora Weeks en su obra Los Descubrimientos del Dr. Edward Bach,
publicada por primera vez en 1940, cuatro años después de la muerte de él. Si bien podríamos
querer saber algo más acerca del drama personal de la vida del Dr. Bach, y pudiéramos leer dicha
obra más como una hagiografía que como una investigación biográfica incisiva, el libro relata los
acontecimientos básicos. Posteriormente, esa misma información ha sido repetida por la mayoría de
autores que han tratado el tema. Otras investigaciones ulteriores que se han llevado a cabo llaman,
al menos, a cuestionarnos algo del brillo con el que se ha adornado la vida de Bach, pero hasta el
momento dichas investigaciones no se han publicado. Si Bach estuviera hoy aquí, sería instructivo
hacerle algunas preguntas sobre esos temas en los que Weeks permanece extrañamente silenciosa
— ¿Qué hay de su familia, de sus dos esposas, de su hija? — pero hay sospechas que apuntan a
pensar que dicha entrevista no llegaría muy lejos. Quizá la vida privada de Bach fue justamente así.
Sin embargo, una parte de la historia de Bach es esencial para nuestra comprensión de los treinta y
ocho remedios florales que encontró. Los acontecimientos que, en 1930, le llevaron a tomar la
decisión de abandonar Londres y buscar nuevos remedios florales dicen mucho acerca del hombre y
del proceso de descubrimiento. Y esto, a su vez, nos informa sobre los remedios florales. Edward
Bach completó su formación básica en medicina en 1912., a la edad de veintiséis años. Al año
siguiente trabajó con personas accidentadas, manejando la sangre y las tripas de la medicina. Estaba
comenzando por el nivel más físico, ese nivel en el que, a pesar de lo brillante que sea un cirujano,
la aguja y el bisturí son los instrumentos de emergencia y de último recurso. Cortar y abrir el cuerpo
físico sigue siendo la forma más cruda de la intervención médica, y Bach se movió rápidamente
hacia formas más sutiles de tratamiento, comenzando a trabajar como bacteriólogo utilizando el
microscopio en un laboratorio para estudiar los diferentes tipos de bacterias que habitan el intestino
humano. La presencia de estas bacterias es perfectamente natural en una persona sana pero, en
aquellas que están crónicamente enfermas, altas poblaciones de esas bacterias pueden ser una
indicación del desequilibrio del cuerpo, pudiendo llegar a envenenar el sistema. Este estudio de
Bach se conoce con el título de toxaemia intestinal y sus investigaciones llevaron al desarrollo de
vacunas, la forma nueva y muy popular de tratamiento médico en aquel tiempo. Bach nació en
1886, poco después de que Pasteur desarrollara la vacuna contra la rabia. A finales del siglo XIX, la
inmunología y la terapia con vacunas estaban al frente de la investigación médica y, del mismo
modo en que la industria farmacéutica de fines del siglo XX ha estado dominada por la ingeniería
genética y la biotecnología, los pioneros del laboratorio de hace cien años estaban convencidos de
que las vacunas y la inmunología tenían la clave de la salud mundial y del futuro de la medicina.
Por Nora Weeks sabemos que Edward Bach, siendo todavía un niño, estaba cierto de querer ser
médico. ¿Qué podía inspirarlo más que el trabajo de Pasteur, de Koch (cuyo alumno Petri dio
nombre a las placas Petri) y sus colegas? Aquel era un tiempo de cambio en la historia, con
hombres del mundo de la medicina que alcanzaban una gran reputación al revelar los secretos de la
enfermedad. El bacteriólogo alemán Roben Koch, había aislado el agente causante del ántrax en
1876 y el bacilo de la tuberculosis en 1882; y posteriormente continuó con la investigación del
cólera, y de las vacunas de la peste bovina y de la malaria. Sincrónicamente, las principales
enfermedades contagiosas como el tifus, la difteria y la polio se abrieron súbitamente al estudio y al
tratamiento por una nueva vía. La ciencia estaba ampliando las fronteras del conocimiento, y con
los beneficios probados de los antisépticos de Lister parecía que los microbios eran el enemigo de la
salud y de la humanidad. El campo de batalla era la célula, que tenía amigos y adversarios —
poderosos ejércitos de fagocitos y de amenazantes gérmenes infecciosos. El trabajo de Pasteur había
establecido lo que, en los años 8o de aquel siglo, se conoció como la 'teoría del germen': la idea de
que la enfermedad es el resultado de gérmenes que invaden el cuerpo. Estos gérmenes, aunque
8
microscópicos, eran poderosos; los asesinos no vistos, el enemigo invisible. Los gérmenes eran los
agentes que lograban vencer a los ejércitos marcianos que habían conquistado todo el planeta en el
relato de ciencia-ficción de H. G. Wells, La Guerra de los Mundos, publicado en 1898. Al tanto de
la ciencia contemporánea, Wells permitió a sus lectores suspirar con alivio al contemplar como el
hecho científico salvaba al planeta de la fantasía científica. La fuerza marciana invasora era
portadora de extraños y poderosos rayos de calor, de armas de destrucción masiva ante las que la
humanidad estaba indefensa. Pero, irónicamente, fueron los gérmenes, esos mismos organismos que
parecían retarnos con mayor firmeza, los que terminaron salvando el día para la humanidad: los
marcianos fueron abatidos por las bacterias patógenas contra las cuales sus sistemas corporales no
estaban preparados y se mostraban indefensos. Sin entrar al detalle en los resultados alcanzados por
estos avances de la medicina, es interesante tener una idea de sus implicaciones. Detrás de la
inmunología se esconde una agradable simplicidad: el cuerpo posee una defensa integral (el sistema
inmunológico) que luchará contra los invasores. Es posible aislar al invasor potencial, la bacteria o
el virus, que causa el problema. Una vez aislada, la bacteria puede hacerse crecer en un cultivo,
hacerse inactiva y, posteriormente, liberarse en el torrente sanguíneo de un animal o de un ser
humano. A continuación, el sistema inmunológico 'lee' la vacuna como la cosa real e inicia la
producción de anticuerpos para defenderse a sí mismo. Así, una vez que los anticuerpos están
presentes, si un invasor activo de ese mismo tipo llega al cuerpo, éste estará preparado con
antitoxinas para neutralizar la infección. Esto es un simple esbozo, pues el tema es complejo y hay
muchas variantes en esta cuestión básica de la reacción antígeno-anticuerpo. Entonces como ahora
se produjeron vacunas de este tipo, utilizando vacas y caballos como huéspedes para generar
anticuerpos que después son transferidos a los humanos. Ese fue el proceso iniciado por Jenner con
su uso del virus vacuno (vaccinio) para inocular o vacunar contra la viruela (1796). Hacia 1900
aquello se había convertido en una industria y se necesitaban investigadores para aislar los agentes
patógenos que caracterizaban las enfermedades individuales, así como para desarrollar vacunas que
pudieran contrarrestarlos. La investigación podía dirigirse a una enfermedad específica, o a algo
más general, buscando información sobre la forma en la que trabaja el sistema inmunológico. Como
joven graduado en medicina, el Dr. Bach debió de consultar con sus colegas y profesores donde
encontrar la vía de entrada a nuevas investigaciones, pues un proyecto atrayente era el intentar
descubrir alguna nueva vacuna, o algún novedoso método de tratamiento, que pudiese llevar su
nombre, y ese fue justamente su caso, pues él descubrió los nosodes de Bach. (Los Nosodes son
remedios homeopáticos preparados a partir de descargas de una enfermedad.)
El Dr. Bach comenzó a investigar en el campo de lo que hasta entonces se había considerado como
una clase sin importancia de bacilos asociados con la enfermedad crónica que, como no eran los
causantes directos de ninguna enfermedad específica, habían sido ignorados. Sin embargo, su
presencia “en tan alto porcentaje de casos, en situaciones en las que ningún otro organismo
patógeno o anormal podía ser aislado'' abría una nueva línea de investigación. Tomando una
muestra de las deposiciones del paciente era posible hacer crecer un cultivo de las bacterias
presentes en las heces fecales que, posteriormente, podían identificarse al microscopio. Mas tarde,
las bacterias predominantes eran utilizadas para preparar una vacuna que se readministraba al
paciente, cuyo efecto era el estimular una respuesta en éste que cambiase tanto la población
bacteriana como la salud general de la persona. Hacia 1919 Bach había ocupado un puesto en el
Hospital Homeopático de Londres (el London Homoeopathic Hospital), donde aún trabajaba en
bacteriología, como patólogo, no como homeópata. Pero su contacto con los escritos de Hahnemann
y con los médicos homeópatas del hospital orientaron su investigación en una nueva dirección. Si
anteriormente había preparado una vacuna a partir de las bacterias de un paciente individual y la
había administrado en forma líquida con una jeringa hipodérmica, desde entonces comenzó a usar
los métodos homeopáticos para preparar vacunas en forma de tabletas, administradas por vía oral.
Así, una vez más vemos como Bach se estaba moviendo hacia formas más sensibles y más sutiles
de tratamiento, que eran menos dañinas para la persona, evitando la aguja de la jeringa hipodérmica
porque pinchaba la piel e invadía el cuerpo. En un trabajo escrito en 1920, propuso que la terapia
con vacunas estaba más próxima a la homeopatía que a la medicina alopática: La semejanza entre la
9
terapia con vacunas y la homeopatía es muy estrecha; tan estrecha que tendría sentido hacerse una
pregunta: ¿no son idénticas?2
En el caso de sus propias vacunas, Bach presentó evidencias de que
su preparación, su dosificación, y su acción terapéutica eran claramente homeopáticas y, sin duda
alguna pensando que aquello que él estaba descubriendo también sería descubierto por otros en
busca de la verdad, creyó que toda la medicina pronto giraría hacia la homeopatía:
A día de hoy, la actitud de la. profesión médica en general es tener en cuenta la homeopatía; pero
cuando, como ocurrirá en breve, se reconozca y se aprecie de forma generalizada que toda la
investigación moderna en manos de los alópatas está rápidamente experimentando y derivando en
la dirección de las leyes de Hahnemann, entonces la homeopatía será reconocida como esa
maravillosa ciencia que es.3
Es extraordinario que Bach fuera tan optimista en aquel tiempo, pues contempló la medicina
alopática y la homeopatía como caminando en una vía convergente de respeto mutuo y de
reconocimiento; ése mismo camino que él pensó que estaba transitando. En 1918, la peor epidemia
de gripe de la historia, la llamada "gripe española", mató a más de veinte millones de personas en
todo el mundo y afectó a una cantidad de población cincuenta veces mayor. Solamente en Inglaterra
y el país de Gales murieron 200.000 personas y las vacunas parecían ofrecer la única perspectiva
real de tratamiento o de prevención. Nora Weeks nos dice que Bach 'fue autorizado
extraoficialmente para inocular con sus vacunas a las tropas (británicas) de ciertos campamentos
salvando varios miles de vidas'4
. Sin evidencias claras, se hace difícil saber qué hacer con esta
afirmación. Sin embargo, si que era demostrable que un individuo que padeciese una forma leve de
la infección podía sobrevivir y permanecer inmune, de modo que la epidemia ilustró el principio de
la terapia con vacunas, al tiempo que posibilitó el preguntarse: ¿Qué es lo que hace a una persona
susceptible a la infección? ¿Por qué si tantos individuos se infectaron, algunos quedaron exentos de
ella? Bach debió hacerse a sí mismo dichas preguntas, pues su experiencia clínica le había mostrado
como en una sala llena de personas con una misma enfermedad éstas manifestaban, en términos
emocionales, distintas actitudes tanto en relación consigo mismas como con relación a su estado. El
estado emocional del paciente influía en la prognosis, y el miedo era el gran asesino. Por tanto, el
hecho de que la homeopatía también contemplara el estado mental de un paciente la convertía, de
pronto, en una perspectiva llamativa para Bach. La homeopatía ofrecía una imagen más completa de
la salud y de la enfermedad humanas. Durante los años 20 Bach continuó su trabajo con éxito
creciente y escribió un libro — Chronic Disease, a workinghypothesis ("La enfermedad crónica,
una hipótesis de trabajo") — en conjunto con el Dr. Charles E. Wheeler. Dicha obra versaba sobre
la terapia con vacunas y en ella es notable la defensa que los autores hacen de una dieta alimentaria
cruda como forma de apoyo en el tratamiento del cáncer. Esto, en 1925.5
Bach había llegado a la
conclusión de que la dieta era un factor vital en la ecuación puesto que influía en el pH (grado de
acidez) de los intestinos y, por consiguiente, en la población bacteriana del colon. La lectura de su
libro ilustra de manera muy gráfica cuales son los distintos aspectos implicados en un estudio
bacteriológico del tracto gastro-intestinal, en el que las heces son el vehículo portador de los
pequeños individuos objeto de estudio desde el paciente hasta el laboratorio, por así decirlo.
Posteriormente, Bach se sentiría atraído hacia las flores por sus cualidades sanadoras y curativas.
Curiosamente, y como contraste, dedicó la mitad de su vida laboral trabajando con desechos fecales
y cultivos de bacterias creciendo en cápsulas de Petri. Tiempo más tarde habría de expresar su
deseo de trabajar, no con el producto de la enfermedad, sino con los 'remedios del campo y de la
Naturaleza'.6
Como suele ocurrir, investigaciones similares sobre la dieta han estado llevándose a cabo
recientemente en el Hospital de Addenbrooke, en Cambridge, Inglaterra, y parecen apuntar a la
misma conclusión a la que Bach llegó hace más de setenta anos, aquello que él denominó 'errores
de la dieta' causantes de múltiples problemas. Si nos alimentamos de modo inadecuado, la
consecuencia será un déficit en los nutrientes necesarios para la salud. También careceremos de
sustancias que alimentan a las bacterias útiles, que mantienen el tracto intestinal íntegro y proveen
de un revestimiento saludable para los intestinos. Recíprocamente, una dieta errada estimulará la
proliferación de las bacterias que forman toxinas que pueden ser absorbidas por el cuerpo a través
10
de la pared intestinal. Además, las toxinas producidas por una alimentación inadecuada, y en
particular aquellas producidas por la carne cocinada, envenenan el sistema. El Dr. Bach pensaba
que el problema se centraba en el equilibrio ácido-alcalino de las heces dentro del colon, que
pensaba que debía ser ácido.7
Un pH neutro o alcalino estimula el crecimiento de la flora intestinal
dañina y el problema es casi siempre crónico y el resultado de hábitos dietéticos pobres a lo largo de
muchos años, probablemente desde la niñez. Bach extrajo sus conclusiones del examen de pacientes
que padecían enfermedad desde largo tiempo atrás, personas que a menudo estaban en fase
terminal. Sin embargo, el proceso es aplicable a todos nosotros, sin importar la edad o el estado de
salud.
Entonces, ¿en qué consiste, según Bach, una buena dieta? Los principios esenciales son una
alimentación natural abundante: frutas, frutos secos, cereales y vegetales. A pesar de que una dieta
vegetariana puede parecer preferible, si los alimentos están cocinados no es mucho más beneficiosa
que las dietas a base de carne o de pescado. Más importante es, quizá, eliminar los alimentos
procesados o conservados, un hecho que, afirma Bach, reduciría los malos hábitos de alimentación
de la sociedad occidental moderna. El propósito era obtener unas heces fecales inodoras y de color
amarillo claro, indicativas de un colon saludable. El problema que él identificó, en la mayoría de
nosotros, fue unas heces fecales oscuras, malolientes, y procedentes de unos intestinos donde se
producen putrefacción y toxinas. Dichos problemas dietéticos están asociados a síntomas claros,
que varían en función del tipo de bacteria implicada, y Bach hizo referencia a dolores de cabeza,
cansancio, fatiga, y ansiedad. Sin embargo, y por lo general, la toxemia intestinal provoca "de forma
gradual e insidiosa, una disminución de la vitalidad del individuo y eleva la susceptibilidad a las
enfermedades agudas y crónicas".8
El Dr. Bach mantuvo una práctica médica exitosa y un grupo de técnicos de laboratorio que, sin
duda, llevaron a cabo la mayor parte del trabajo rutinario examinando la condición bacteriana de los
pacientes. Desarrolló siete vacunas bacterianas o nosodes (los nosodes de Bach), que fueron
utilizadas con éxito para tratar varios tipos de enfermedades. A lo largo de ese proceso, Bach
observó que había "tipos" característicos, tanto físicos como mentales, que se correspondían con
una u otra de las siete vacunas. De hecho, a menudo era capaz de detectar cual de los siete grupos
bacteriológicos correspondía al paciente, simplemente reuniéndose con éste y observándolo. En ese
sentido, ya estaba moviéndose hacia una forma de trabajar más centrada en la persona y menos en
los detalles patológicos evidenciados en las pruebas de laboratorio.
En fechas tan tempranas como 1920, Bach ya estaba describiendo el comportamiento característico
asociado con ciertas bacterias: Por lo tanto, los individuos que tienen temores poco usuales, tales
como miedo al fuego, las alturas, las multitudes, o el tráfico, tienen, casi invariablemente, un
organismo del tipo del grupo de bacilos paratifoideos?
O bien, como otro ejemplo, la persona "muy tensa, nerviosa, con expresión ansiosa", a menudo
tiene bacterias del grupo Proteus. Así mismo, el paciente que parece estar en perfecta salud y, sin
embargo, tiene una enfermedad crónica subyacente es del tipo de Coli mutable; o, las personas que
se lastiman fácilmente son del tipo Disentería. Así, Proteus, Coli mutable y Disentería son tres de
los siete grupos bacterianos. En esta etapa, describía sus observaciones tomadas en su libreta de
notas, pero aún no formulaba una hipótesis completa. Sin embargo, ya había una idea emergente: la
asociación entre la personalidad y algunos factores físicos que predisponen hacia la enfermedad.
En este punto Bach seguía a los homeópatas y sus "retratos de medicamentos", que describían una
imagen más amplia de síntomas, tanto físicos como mentales. No se contentaba con hacer un
diagnóstico y nombrar la enfermedad, prescribir un medicamento y luego esperar los resultados.
Deseaba entender a la persona como un todo, las distintas influencias que afectaban a su salud y,
sobre todo, la causa de la enfermedad. "Nuestro objetivo", decía, "no es curar el cáncer, nuestro
propósito es prevenirlo".10
Después de tratar a personas que estaban enfermas crónicamente,
observó que la enfermedad del cuerpo físico era, a menudo, el resultado de un proceso de larga
duración. Por tanto, deseaba poner el énfasis en la forma en la que nos enfermamos, y no
simplemente en atacar con armas a la enfermedad, con la esperanza de que así pudieran destruirse
los agentes patógenos. Aquí aparece el proceso de diferenciación entre la corriente seguida por la
11
medicina establecida y la vía hacia la que el propio Dr. Bach se dirigía. Hahnemann había sido muy
explícito sobre el modo de observar la conducta de un paciente: "Cuando el médico ha terminado de
anotar sus frases, entonces toma nota de lo que percibe... Ejemplos de las observaciones de un
médico:
1. ¿Cómo gesticula el paciente durante la visita?
2. ¿Está molesto, es agresivo, está apurado, con ganas de llorar, ansioso, desesperado, triste, o está
reconfortado, calmado, etc.?
3. ¿Está somnoliento o confuso, en general?
4. ¿Habla de modo exigente, muy débilmente, inapropiadamente, o de otra forma?
5. ¿Descansa el paciente con la cabeza inclinada hacia atrás? ¿Con la boca semiabierta o abierta...?
6. ¿Con cuánto esfuerzo se endereza el paciente? Organon ofthe Medical Art del Dr. Samuel
Hahnemann, editado por Wenda Brewster 0'Reilly, traducido por Steven Decker; Birdcage Books,
Washington, USA, 1996; pp. I34-I35.
Para su visión de la salud, fue fundamental que el cuerpo no se convirtiese en un campo de batalla
para la medicina. Si la teoría del germen veía al paciente como invadido por la enfermedad, algunos
pensaron que la labor de la medicina era contraatacar con productos farmacéuticos capaces de
vencer al enemigo, y aún en la actualidad esta analogía militar nos viene enseguida a la mente con
expresiones como analgésicos, batalla contra el SIDA, O lucha contra el cáncer. Bach se inclinaba
hacia un enfoque distinto, pero también cayó en el lenguaje de la guerra para explicar el por qué:
La principal razón para el fallo de la ciencia médica moderna esta en que trata los resultados y no
las causas. Durante muchos siglos la verdadera naturaleza de la enfermedad estuvo marcada por
el materialismo, y así se le dio a la enfermedad todas las oportunidades para extender sus daños,
puesto que no fue atacada en su origen. La situación es similar a la de un enemigo fuertemente
fortificado en las lomas, continuamente enviando guerrillas al campo circundante, en tanto que el
pueblo, ignorando la guarnición fortificada, se contenta con reparar las casas dañadas y con
enterrar a los muertos, que son el resultado de los ataques de los merodeadores. Esta es, hablando
de manera general, la situación de la medicina a día de hoy, solamente colocando parches a los
ataques, y enterrando a los que caen, sin dedicar un pensamiento a la fortaleza real.11
Por tanto,
trate la causa de la enfermedad y no maneje solamente los síntomas. Pero la causa no se hallará
mirando desde la óptica puramente materialista de la ciencia moderna. De forma clara, Bach había
obtenido algún éxito con las vacunas, pero podía detectarse en él una tensión entre el deseo de
efectuar un cambio en favor del paciente, y el conocimiento de que dicho cambio podía ser más
sintomático que fundamental.
Algunos de los puntos de vista de Bach sobre la terapia con vacunas pueden deducirse del trabajo
que leyó ante la Sociedad Homeopática (la "Homoeopathic Society") en 1920. En él, comienza con
una crítica abierta al modo en que se emplean las vacunas: "hablando en sentido amplio, son un
fallo sin esperanza comparadas con lo que debieran ser ...".12
Las razones aludidas eran, en primer
lugar, la calidad, y, en segundo lugar, la ignorancia de los profesionales sobre la metodología
apropiada. La cuestión de la calidad surgía del hecho que las "grandes empresas" estaban
produciendo vacunas "a gran escala" y, para maximizar el rendimiento, hicieron crecer y volver a
crecer los cultivos, de modo que éstos ya no incorporaban el organismo original. Por otra parte, los
profesionales deseaban remedios directos que fueran fáciles de prescribir, en tanto que los
fabricantes deseaban remedios que pudieran producirse de forma masiva, y sin variación, a partir de
un original. En muchos sentidos, nos encontramos con problemas similares en la actualidad.
En su crítica, Bach se alineaba con los homeópatas y seguía a Hahnemann. Al dirigirse a la
Sociedad Homeopática en 1929,13
Bach hizo un recuento de su trabajo en la década anterior y del
desarrollo de sus nosodes, haciendo toda una serie de observaciones acerca de Hahnemann y de su
Organon of the Art of Healing (publicado en Alemania, en 1810).14
Aparentemente, Hahnemann
utilizaba los productos de la enfermedad para preparar sus remedios homeopáticos, y Bach hizo lo
mismo con sus nosodes. Bach estableció un paralelismo entre la toxemia intestinal y la psora de
Hahnemann, y citó el principio de Hahnemann según el cual cada epidemia y cada enfermedad
colectiva son diferentes y se manifestarán de manera distinta y con síntomas individuales en el
12
paciente. También resaltó la necesidad de una administración apropiada de las dosis repetidas,
basada en la respuesta del paciente: "una ley con la que todos los homeópatas están familiarizados,
pero que a los alópatas les llevará mucho tiempo poder apreciar".15
Lo que quería transmitir en
relación con la ley de la repetición correcta de la dosis, apuntaba directamente a la ignorancia de los
profesionales médicos que estaban utilizando homeopatía.
Siguiendo con su lista de preocupaciones, el Dr. Bach sugirió que para su terapia de nosodes
pudiera ser necesario establecer un registro de profesionales correctamente entrenados. Su
experiencia le había demostrado que la forma en la que se administraba la medicina era tan
importante como el tratamiento en sí mismo. Pero, en ese punto, había dos opciones posibles: o bien
Bach se inclinaba hacia una forma más técnica de tratamiento, que requería de una mayor
experiencia y entrenamiento; o bien tomaba un camino diferente, hacia la sencillez y la auto
administración del remedio. Hubo, por tanto, un hito para su propuesta ulterior de un sistema de
medicina en el cual "todo pueda hacerse por las propias personas, incluidos, si quisieran, la
búsqueda de las plantas y la elaboración de los remedios".16
Esto ya anticipaba el descubrimiento de
aquellos nuevos remedios que aún aguardaban en el cosmos. En aquella etapa Bach estaba todavía
supeditado a la homeopatía.
De forma clara, de la lectura de los escritos publicados por Bach y de la lectura del Organon de
Hahnemann se desprende que este tratado sobre homeopatía tuvo una enorme influencia sobre su
pensamiento. Si Hahnemann era "un gigante sin igual en el ámbito de la medicina",17
¿qué aprendió
el Dr. Bach de su lectura? Los primeros capítulos del Organon eran una intensa crítica a la medicina
del siglo XIX, aquello que Hahnemann llamó "la vieja escuela" y que condenó totalmente por
tratarse, esencialmente, de una mala práctica. La medicina alopática, decía Hahnemann, trabaja
sobre la supresión de los síntomas y, aunque las medicinas supresivas son populares entre los
pacientes, son mortales porque, aunque la enfermedad quede suprimida, no desaparece sino que
empeora en un lugar más crítico.
Contrariamente, Hahnemann habló de llevar a cabo la cura mediante la estimulación de la fuerza
vital (Lebenskraft) del paciente, que se activa como respuesta a la medicina homeopática, algo que
parecía muy próximo a la terapia con vacunas del Dr. Bach, que había estimulado el sistema
inmunológico del paciente mediante la reintroducción en el cuerpo de las bacterias intestinales. Así
pues, su propia experiencia en medicina abrió a Bach a las ideas del Organon.
Hahnemann, quizá haciendo gala de un cierro humor negro, hizo referencia a ese supuesto
reconocimiento de una enfermedad que deriva únicamente del pronunciar su nombre
(preferiblemente en griego), como si por el mero hecho de nombrarla, el médico alópata pudiese
reconocerla y tratarla como si de una vieja conocida se tratase. (La gran pretensión de nuestra forma
contemporánea de diagnosis es similiar: el paciente va al hospital para hacerse una prueba tras otra
para que, finalmente, se le dé el nombre de una enfermedad y el caso se declare sin esperanzas).
Bach, por el contrario, decía que "es al paciente al que hay que tratar y no la enfermedad"18
; que "en
la curación verdadera el nombre y la naturaleza de la enfermedad física no tienen consecuencia"19
;
o, de nuevo, que "no importa cuál es la enfermedad, pues es el estado de ánimo el que debe tratarse
únicamente".20
Hahnemann también escribió sobre la necesidad de ver a cada paciente como a un
individuo y puso el énfasis en proceder "tomando el caso", y escuchando el relato del paciente sobre
cómo se siente y sobre cómo la enfermedad le afecta de forma individual. Esto se convirtió en la
base de la forma en la que Bach prescribiera sus nosodes intestinales y sus remedios florales.
Hahnemann escribió sobre la necesidad de ensayar y de probar las medicinas y los tratamientos
sobre uno mismo. Estas "auto-pruebas", como se conocen en el lenguaje homeopático, implican que
el profesional sea buen conocedor del patrón físico y mental de la enfermedad, a través de la
reacción a la sustancia física que se convertirá en medicina una vez preparada en forma
homeopática. Esta propuesta aparecía a medio camino en el texto del Organon, en el párrafo 119 y
es, quizá, el punto crucial de todo el libro. Trabajar con la curación de otros, sin trabajar la curación
sobre uno mismo, es trabajar en la ignorancia y no puede ser una curación real. Aquí hallamos los
ecos del Apóstol San Lucas, el doctor del Nuevo Testamento, quien pone en boca de Jesús las
palabras del proverbio: "médico, cúrate a ti mismo"21
. Un proverbio que Bach retomó más tarde
13
como título de su libro: Cúrate a ti mismo (Heal Thyselfi. Más allá de lo que podamos pensar sobre
Hahnemann y la homeopatía, puede caber poca duda de que fue él quien inspiró a Bach con la idea
de que la primera persona que debe tratarse con una nueva forma de medicina ha de ser, justamente,
aquel que la descubrió. En otras palabras: médico, cúrate a ti mismo.
Una nota al pie de uno de los párrafos de Hahnemann sobre el conocimiento de las medicinas
pudiera ser lo más significativo de todo cuanto Bach leyó en el Organon. En el párrafo 117,
escribiendo en torno a las "personas idiosincrásicas" y, como ilustración, Hahnemann se refiere al
Emperador Alexis, que se recuperó de un desmayo cuando fue rociado con agua de rosas, lo cual
pudiera ser una temprana referencia al uso de la terapia floral. Las gotas de agua de rosa se
utilizaron para ayudar al inconsciente Alexis, del mismo modo en el que más tarde Bach emplearía
Clematis y Wild Rose. En el siguiente párrafo (118), Hahnemann menciona que debe haber
cualidades ocultas en las plantas que tienen un efecto curativo, y cita a Albrecht von Huller (1708-
1777), profesor de medicina de la Universidad de Gotinga:
... una gran diversidad de fuerza se encuentra oculta en estas plantas, cuyas características
externas hemos conocido por largo tiempo, pero cuyas almas, por así decirlo, y cualquiera que sea
el elemento divino que posean, nosotros no hemos percibido aún.22
Este supuesto poder que emana de las plantas guarda un estrecho parecido con los descubrimientos
que Bach iba a hacer.
Otro párrafo del Organon puede también haber tenido un significado particular para Bach, cuando
Hahnemann habla de la preparación de las medicinas y declara que es correcto para el profesional
no sólo administrar la medicina homeopática, sino prepararla por si mismo.23
Esta afirmación de
Hahnemann iba a costarle mucho, pues la auto preparación lo llevó a conflictos con el gremio de
Boticarios, que lo llevó a los tribunales y consiguió que su licencia de médico le fuese revocada.24
¿Qué decir? Allí estaban las compañías farmacéuticas de mediados del siglo XIX luchando contra
un profesional que amenazaba su monopolio. También Bach iba a chocar con esos intereses creados
y mantuvo una amplia correspondencia con el Consejo Médico General (el "General Medical
Council") ¿Su ofensa? Anunciar nuevos remedios, nuevos usos.
Los tradicionalistas de la época de Hahnemann permanecieron impenetrables a la idea del Organon.
Cuando Bach se dirigió a la Sociedad Británica de Homeopatía (la "British Homoeopathic Society")
en 1928, terminó citando sus propias palabras de 1920—"la actitud de la profesión hoy en día es la
de respeto hacia la homeopatía25
—pero el sentido era más irónico que esperanzado. Aunque su
trabajo con la terapia con vacunas continuó hasta 1929, Bach no logró ganarse el apoyo y la
aceptación de los alópatas por el trabajo esencialmente homeopático que estaba realizando, lo cual
debió serle desconcertante. Un trabajo suyo publicado en la edición de enero del Medical World
(Mundo Médico)26
fue el último intento de Bach por interesar a sus colegas alópatas en la teoría
nosódica. Su tono es seguro; la información es detallada y precisa; la metodología está simplificada
(había desarrollado vacunas polivalentes que eran más universales en su aplicación); y la totalidad
del planteamiento está diseñada para atraer al profesional que podía diagnosticar y prescribir de un
modo directo. Pero aquel ensayo fue tomado como el trabajo de un homeópata brindando una
lección a los miembros de la escuela alopática, una lección que escogieron ignorar.
Aquellos fueron los años de expansión y de descubrimiento para el Dr. Edward Bach, el tiempo en
que se confirmaron sus ideas y sus intuiciones. El camino que le condujo al descubrimiento de los
remedios florales fue triple. En primer lugar, se sentía crecientemente insatisfecho con la medicina
ortodoxa. En segundo lugar, estaba intelectualmente convencido por la homeopatía. Por último,
estaba siguiendo las percepciones de su desarrollo espiritual personal.
Entonces como ahora, la medicina ortodoxa veía únicamente el mundo material: su ciencia era
materialista. Consideraba al ser humano como un mecanismo cuyo funcionamiento podía ser
descubierto a través de la ciencia de la enfermedad (patología). Se suponía que el estudio del cuerpo
enfermo enseñaba acerca de la salud, así como se suponía que el estudio del cuerpo muerto
(necropsia) conduciría a los descubrimientos sobre la vida. Al buscar la causa de la enfermedad, se
contemplaban solamente sus agentes materiales: gérmenes, bacterias y virus, infecciones físicas.
Pero, si bien el conocimiento de las bacterias podía ser útil, Bach pensó que éste simplemente
14
originaba temor en las personas pues éstas se creían susceptibles a fuerzas invasoras. De ello habló
ampliamente en Heal Thyself, haciendo notar que "el materialismo olvida que existe un factor por
encima del plano físico".27
El paso del año 1927 a 1928 fue la encrucijada para Bach. Se encontraba resolviendo ideas y a
punto de dirigir sus pasos finales más allá de la corriente principal de la medicina. En la misma
época en que Alexander Fleming estaba trabajando en la escuela médica londinense del Hospital de
Santa María (el Saint Mary's Hospital) y a punto de descubrir la penicilina, Bach estaba esque-
matizando su primer borrador sobre sus nuevos remedios. Una coincidencia significativa. El trabajo
de Fleming, que conocemos muy bien, iba abrir la nueva corriente en la terapia antimicrobiana, que
condujo directamente a los antibióticos, empleados universalmente en la actualidad. ¿Ofreció Bach
una alternativa a los antibióticos? Esta es una pregunta que no necesita respuesta. El miraba hacia
una imagen más amplia y más compleja de la vida humana.
En segundo lugar, la homeopatía fue inmediatamente atractiva para Bach, que desarrolló nuevas
técnicas para preparar sus nosodes utilizando principios homeopáticos. Según Weeks, fue durante
una cena cuando Bach observó cómo la gente podía ser agrupada según su personalidad y su
comportamiento, más que en base a sus enfermedades.28
Un momento de inspiración ya legendario
en los círculos de Bach, que ilustra nítidamente el modo en que un observador hábil puede
comprender a una persona a través de los gestos de su cuerpo: tu cuerpo habla sobre tu mente. Pero,
en esencia, es una idea prestada de Hahnemann, quien observó tanto al paciente como a la
enfermedad.
En cuanto al tercer aspecto de ese triple camino—la propia búsqueda vital y el desarrollo espiritual
de Bach—muy poco puede decirse con equidad, pues fue cuidadoso de evitar referencias
específicas a religión o filosofía alguna. Abrazó una enseñanza espiritual universal que incluye a
Buda, la Madre India, Cristo, los Grandes Maestros, y el gran grupo de la Fraternidad de la
Hermandad Blanca. Sus referencias al "Ser Superior", el "Guía Divino", la "Vida Inmortal", el
"Alma", y el "Gran Arquitecto", pueden dar claves sobre la escuela exacta o tradición a la que
pertenecía. Algunos se preguntan si se encontró con Rudolf Steiner. Otros ven una conexión con los
teósofos. Nos han dicho que tenía una fuerte conexión con la Francmasonería. Pero incluso un
análisis minucioso de sus escritos no logra dar una indicación definitiva de su adscripción. Sin
embargo, las afirmaciones están ahí, en casi cada párrafo, indicando que el foco principal de su
pensamiento era el contexto espiritual de la vida humana.
El Dr. Bach estaba a punto de dejar Londres y de abandonar su carrera médica, estableciendo una
nueva ruta en su vida. Como hubiera hecho cualquier explorador, había examinado mapas, había
estudiado los informes del pasado, y había aprendido lo que pudo del terreno que tenía frente a él.
Pero, como se dice, el camino no comienza con libros sino con un primer paso hacia el camino. Nos
queda una fuerte sensación de que Bach estaba comenzando el viaje real de su vida: el viaje del
propósito de su alma, el viaje de la realización de su destino.
Mirando hacia el desarrollo de las ideas de Bach, desde sus comienzos en la escuela médica, a
través de los años de trabajo hospitalario, y hasta sus investigaciones posteriores, hay una cosa que
queda patente: transitó por un camino de sensibilidad creciente. Desde la cirugía, a través de la
bacteriología y la inmunología, a la homeopatía y los remedios florales. A Esculapio, el dios griego
de la sanación, hijo de Apolo, se le atribuye el siguiente aforismo: primero la palabra, luego la
planta y, finalmente, la cuchilla. Bach comenzó con la última de éstas, con la cirugía. Pero llegó a
afirmar la primacía del espíritu sobre la materia. Para él, el camino debía de llevar, justamente, a ese
lugar en el que la medicina del materialismo quedase abandonada en aras de los sanadores vegetales
de la naturaleza. Sin embargo, ambas se abandonan en favor de la palabra, del logos del Espíritu.
2 - Por la Orilla del Río
A FINES DE SEPTIEMBRE DE 1928, el Dr. Edward Bach caminaba por la orilla del río Usk, entre
Abergavenny y Crickhowell, en Gales del Sur. Podría haber sido el día de su cumpleaños, el 24 de
septiembre. Había dejado Londres siguiendo un "impulso súbito"1
y, ya sin las presiones del trabajo
en los Laboratorios de Park Crescent, pasó algún tiempo en el campo. Seguía con sus
15
investigaciones sobre plantas y había llevado consigo el único laboratorio que necesitaba en
aquellos momentos: a él mismo. Sabemos que ya había formulado el esbozo de los tipos
emocionales para su nuevo esquema. Todo había comenzado después de una cena masónica de la
cual nos da cuenta Nora Weeks,2
en la que el Dr. Bach reconoció los diferentes gestos y
comportamientos de las personas que le rodeaban. Mientras observaba a los demás comensales, se
dio cuenta que algunos compartían las mismas maneras, como si perteneciesen a una misma familia.
Había tipos de personas relacionadas emocionalmente por sus miedos en común, su irritabilidad,
sus indecisiones, o su indiferencia. Así, al combinar aquellas observaciones con su idea de que las
enfermedades tenían su origen más en problemas emocionales que en el plano físico, reconoció los
componentes de sus nuevos remedios. Ahora tendría que tratar de encontrar plantas que fuesen
equivalentes a esos tipos humanos.
Cuando investigamos, la mayoría de nosotros comenzamos revisando todo material importante
publicado anteriormente, pero para Bach no había ninguno. Los herbarios y las farmacopeas, por
igual, hablaban sólo de los efectos físicos de las medicinas de plantas, del cómo poder utilizar una
sustancia particular para una enfermedad concreta. Pero Bach buscaba un efecto sobre el
comportamiento emocional o mental de la persona. Solamente este hecho podría explicar por qué
no llevaba a cabo sus investigaciones en bibliotecas, sino en el campo; no en la farmacia, sino
dentro de él mismo. Pero no fue únicamente la falta de información previa lo que le condujo a
caminar por los campos en busca de nuevas ideas. También modificó la atención de su mirada,
pasando de las causas y los efectos externos a las causas y los efectos internos. Ello significa que
miraba a la persona y no a la enfermedad. Y no a cualquier persona, sino a sí mismo. Bach no pasó
por alto el hecho de que si cada persona actúa en una forma característica, como él suponía, ya
fuese temerosa o soñadora, impaciente o indecisa, entonces, también él debía actuar de manera
semejante. Si todos pertenecían a alguna categoría, también Edward Bach tendría la suya. De ese
modo, tomó la decisión de comenzar a buscar un remedio para sí mismo.
¿Qué tipo de hombre era Edward Bach? Lo que sabemos de él nos llega a través de Nora Weeks3
y,
aunque queda claro que ella lo amaba, nos dice poco sobre él en términos personales. Sin embargo,
en su obra hay ciertos atisbos. Bach prefería trabajar solo, tenía claros sus objetivos en la vida, y le
desagradaban tanto el "fijar horas para el trabajo, como las reglas y las normas".4
Tenía gran energía
y le gustaba hacer las cosas por sí mismo (construir sus propios muebles); no era una persona fácil y
sociable, sino más bien era un solitario, seguro de sí mismo e impulsivo, determinado, y con
convicciones fuertes. Era rápido para tomar decisiones y creía ser capaz de decir el tipo nosódico de
un paciente que atravesaba la consulta para tomar asiento. El tipo corporal y la forma de caminar,
los gestos de la persona, le daban de inmediato las claves de su tipología. Observa una fotografía de
Bach y pregúntate ¿qué podemos detectar acerca de su tipología?
Dos médicos, C.E. y E J. Wheeler, y el buen colega de Bach, Víctor Bullen, nos aportan
impresiones más personales.5
Ellos escriben que tenía una mente rápida y original, era valiente,
temerario, altruista y generoso. Todo de la mejor clase. Pero mucho más significativo, quizá, resulta
ser el hecho de que se irritaba por tener que usar sombrero y que daba "pequeños tirones y
empujones inconscientes"6
como tratando de quitárselo. E J. Wheeler dijo que era directo y que
rehusaba discutir o convencer a los demás de sus razonamientos. Era rápido para tomar decisiones,
rápido para actuar y rápido para perder la calma; algunas veces era impaciente ante la lentitud de los
demás. Bullen también menciona su rapidez para encolerizarse, que pasaba rápido, pero subrayó su
compasión, su amabilidad, y su capacidad para inspirar confianza.
A partir de esta información ahora sería muy sencillo afirmar que Bach era un tipo Impatiens, con
los aspectos positivos: amable, equilibrado y relajado. Pero, ¿qué hay de la otra parte de su
personalidad? Sí, tenso, irritable e impaciente. Así es que si Bach buscaba su propio remedio, tenía
que comenzar por el perfil de su lado humano. En ese caso, ¿cuál sería el perfil de la planta?
Edward Bach comenzó realmente con la observación detallada de las plantas. Nora Weeks nos
informa de que "pasaba todo el día examinando una gran variedad de plantas, anotando dónde
crecían, qué suelo escogían para crecer, el color, la forma y el número de sus pétalos, si se
diseminaban mediante tubérculos, raíces o semillas . . ." 7
Pasaba horas sentado para estudiar "los
16
hábitos y las características de cada flor, planta y árbol" y le había dicho a ella que debía de
aprender a reconocer cada una de las plantas que servían como remedio en cada uno de sus estadios
de su crecimiento, aunque los trabajos que publicó no dejan claro cual fue el uso que Bach hizo de
sus observaciones.
No hay duda alguna de que Bach era intuitivo.8
Puede que fuera un psíquico clarividente. En su
biografía, Nora Weeks escribió: 'Bach, con sus poderes de visión altamente desarrollados, pudo ver
el espíritu del hombre que flotaba sobre el cuerpo...' (The Medical Discoveries of Edward Bach
Physician), pág. 109. Sin embargo, el psiquismo simplemente desplaza a otro nivel la cuestión de
cómo, ya fuese Bach o su guía espiritual, pudo dar con aquella planta cuyas cualidades buscaba: la
contrapartida de la tipología, o grupo emocional, a la que él pertenecía. No nos importa si fue otro
ser quien dio a Bach las respuestas; hoy en día es imposible preguntárselo. Así es que solamente
podemos colocarnos frente a la planta y hacerle la pregunta, pues aquello que él que pudo reconocer
en el nivel sutil e invisible, también debe de manifestarse en la forma física y viceversa, en una
especie de correspondencia perfecta. En ese sentido, creo que andamos con los mismos zapatos de
Bach, cuando caminaba por las orillas del río allá por 1928. Aquí el hombre, aquí la planta: ¿cómo
se corresponden?
Impatiens glandulifera, o Impatiens roylei (roylei por Royle, profesor de botánica),9
como se le
denominó originalmente, es una planta anual. Cada « año brota a partir de las semillas, y germina en
primavera. En julio, y si las condiciones son favorables, ya puede alcanzar más de dos metros de
altura. Le gusta el suelo suelto y húmedo, junto al agua, y prospera con todo tipo de fertilizantes.
Las semillas son fuertes y permanecen alojadas en los bancos de cieno después
de las crecidas de invierno. Luego, una vez que germinan, cubren el suelo
desnudo con un crecimiento vigoroso, de manera que se desarrolla una notable
colonia de plantas, que ahoga a todos los otros competidores por su mayor
crecimiento y su superioridad numérica.
Impatiens es una planta balsámica del Himalaya, introducida en
Gran Bretaña en 1839. Su colonización de las vías acuáticas
británicas es la historia de un éxito impresionante, pues esta es
una de las plantas exóticas que más ha proliferado entre la flora británica. Aunque
existen otras variedades de Impatiens que se han naturalizado en Europa, ninguna ha
sido tan exitosa como /. glandulifera. En el Himalaya, a alturas de entre 1.800 y 4.000
metros (una altura considerable) es igualmente dominante. El autor E S. Smythe en
The Valley of Flowers (El Valle de las Flores 1938) escribió que, una vez que estas
plantas "se apoderan del suelo, los pastizales quedan arruinados definitivamente".10
Esta balsámica cubre acres y acres de tierra creando una cobertura de flores—un mar
de plantas florecidas. Pero Impatiens no es una planta popular en Gran
Bretaña puesto que domina a las especies locales, que crecen en las
orillas de ríos y canales. Un anuncio de hace unos años en el The
Hereford Times solicitaba voluntarios para recorrer las riberas del río
Wye con el fin de arrancar y destruir las plantas de Impatiens. Y, en
Worcestershire, una organización local en favor del medio ambiente
también se dedica a eliminar esta balsámica en las reservas de los
pantanales.11
En una ocasión, un vecino se coló de noche en el jardín de
una casa particular de Essex para destruir el Impatiens que crecía allí.
¡Esta es una planta ante la cual la gente reacciona!
Comparada con la mayoría de otras plantas anuales, su crecimiento es
rápido, de aproximadamente veinticinco milímetros por día, de manera
que en ella la velocidad es una cualidad muy notoria. La estructura de la
planta es sencilla. El tallo, que recuerda al del bambú, está organizado en
segmentos que cuentan con anillos estructurales, que lo refuerzan
dándole fortaleza. La planta es carnosa y hueca, como sucede en toda especie cargada de agua. Si se
corta, o se daña, el tallo cae rápidamente y entra en colapso. Los tallos están tintados de rojo,
17
mostrando un tono bronce cobrizo que denota la presencia de metales. Las hojas son de color verde
oscuro y ricas en clorofila. Los tallos laterales forman ángulos de sesenta grados en relación con el
tallo central, que es redondo, como la caña de una lanza. Las hojas son elegantes, grandes y
lanceoladas (en forma de lanza), con un ancho nervio central. El patrón de crecimiento es erguido,
cardinal, dirigido, y fuertemente estructurado. Sobre el tallo principal, y en la superficie, pueden
observarse dibujadas las líneas de energía, como músculos extendidos que lo mantienen erguido.
A partir de todo esto, que es describir la planta en un lenguaje que se corresponde con el estado
humano, ya tenemos información sobre ella. Ahora, vamos a seleccionar algunas palabras claves:
rápida, velocidad, fuerza, caña de lanza, estructura, tensión. Y comienza a conformarse una imagen,
lo cual nos sugiere que el lenguaje utilizado en la descripción de la planta nos da información
acerca de su gesto. Yendo más allá, el retrato de una planta es equivalente al de un estado
emocional humano. Así, tenemos el gesto de la persona: el gesto de la planta.
En el extremo superior de los tallos se ven flores que cuelgan de tallos individuales (pedúnculos).
Dichas flores tienen una forma exótica y extraña que da origen a sus nombres comunes de "casco de
policía" ("policeman's helmet") y "orquídea de los pobres" ("poor man's orchid"). Las flores tienen
cinco pétalos, pero no se percibe porque están fusionados para formar la boca abierta del casco (¿o
bonete?), en la que entran las abejas en busca del néctar. Cada flor cuelga libremente, sujeta en la
parte superior, en el punto de equilibrio. Cuando una abeja llega, acarrea consigo el polen que ha
quedado depositado en su lomo piloso. Al posarse, la flor se inclina
empujando el pistilo hacia abajo para tocar con él el lomo de la abeja.
De esta forma se transfiere el polen, siendo éste un buen dispositivo que
asegura la polinización cruzada. En parte, este mismo dispositivo es el
que garantiza casi el cien por cien de polinización, hecho que explica el
éxito de esta especie. El proceso de polinización completo tiene lugar en
el protegido refugio del interior de la flor individual.
Esta descripción enfatiza la singularidad e individualidad del tipo
Impatiens, tan distinto de las formas comunes de las flores, y de las
personas. El equilibrio de la flor, cuando cuelga del tallo, nos habla de
esa tranquilidad y de esa gracia que son partes del carácter Impatiens,
representadas en la amabilidad, la compasión, y la inspiradora confianza
de Bach. Todo ello contrasta, de forma general, con el gesto bastante tenso y angular de la planta, y,
más específicamente, con la tensión que vemos en las hinchadas vainas que contienen las semillas,
que aparecen dentro de la flor cuando los pétalos caen. Suave y brillante, la vaina se extiende
perpendicular al tallo, mostrando líneas de tensión visibles a lo largo de sus lados. Ahora bien, algo
extraño sucede con la planta de Impatiens. Cuando las vainas están maduras, las semillas son
expulsadas de la planta con una fuerza explosiva, como las balas de un rifle. Esto puede observarse
con sólo tocar las vainas, o si algún movimiento cercano las dispara. Los lados de la vaina se abren,
recogiéndose hacia atrás como un muelle enroscado, y lo hacen con tal fuerza (acción y reacción
son iguales y opuestas) que las semillas pueden ser disparadas a varios metros de distancia. Puede
escucharse como impactan, como piezas de plomo, sobre las hojas cercanas. Esta tensión explosiva
es muy ilustrativa del tipo Impatiens. ¿Recuerdan el comentario de Bullen sobre Bach—"rápido
para encolerizarse, rápidamente apaciguado"? Esta es la chispeante irritabilidad de Impatiens, que
se muestra en inesperadas explosiones de energía. Los clarividentes capaces de ver las auras, hablan
de las constantes explosiones chispeantes de irritación y de tensión en esas personas: pequeños
estallidos de fuego que acompañan esa irritación del "¡Por amor de Dios! Si no puedes hacerlo bien,
deja que lo haga yo".
Es posible que Bach no viese todo esto al detalle mientras caminaba junto al río en aquel decisivo
día de septiembre de 1928, aunque con toda seguridad que encontró Impatiens. Pero, ¿qué le
condujo a la planta? Volvamos por un momento a su intuición.12
Intuición es el proceso de captar
algo sin razonarlo, encontrando una respuesta a partir de datos incompletos o, incluso, erróneos.13
En el peor de los casos, es un glorificado trabajo de adivinación; en el mejor, una inspiración, el uso
de alguna función mental desconocida, procedente de la parte no racional del cerebro. Pero existe
18
un proceso más directo para dar una explicación a este asunto sin el recurso al misticismo ni a
teorías sobre el hemisferio derecho o izquierdo del cerebro. Todos los seres vivos poseen una
capacidad de resonancia; pueden vibrar con un patrón particular de energía. Dos cuerpos
cualesquiera que porten un mismo patrón vibratorio, resuenan conjuntamente (como la resonancia
acústica de un violín, que recoge la vibración de otro instrumento tocado en el mismo tono). Bach
llevaba en sí el parrón vibratorio del estado mental Impatiens; había una resonancia natural entre él,
el hombre, e Impatiens, la planta. Bach la reconoció.
Tenemos el relato de este proceso en acción cuando Nora Weeks describe el momento en que Bach
encontró otra planta como remedio: la Water Violet. Era junio de 1931, y él estaba completando el
conjunto de los primeros doce remedios, que él denominó Los Doce Sanadores. La descripción que
ella nos da comienza con el planteamiento de que a Bach "le fue mostrado" el remedio.14
¿Pero
cómo ocurrió esto? Durante la mañana, Bach se había comportado en la forma de Water Violet
(tranquilo, distante, retirado) y, entonces, anunció que iban a encontrar la flor que pudiera ayudar a
ese tipo de persona. Dijo que él estaba preparando trituraciones homeopáticas clásicas, (una
trituración homeopática implica triturar la materia vegetal en un mortero con sacch. lac., o
sacarosa-lactosa.) "con sacch. lac., a mano, durante veintiún minutos, en un mortero de cristal y
mano de mortero también de vidrio". 17
En términos estrictos, esto era un remedio homeopático y
no lo que ahora llamaríamos un remedio de flores de Bach. Un remedio de flores de Bach no es
homeopático, sino que se prepara mediante el método solar, descubierto en mayo de 1930.
Una vez preparado su remedio homeopático de Impatiens, Bach regresó a Londres y comenzó a
utilizarlo con sus pacientes. Si realmente se tomaba en serio a Hahnemann, entonces debemos de
pensar que él fue el primero en administrarse el remedio. Este es el proceso básico de auto-
comprobación y era imposible que Bach no estuviese familiarizado con él.
Por tanto, su primer escrito sobre el remedio, publicado en febrero de 1930, mostraba cómo él lo
experimentó entonces. Aquella descripción mantenía cierta distancia con la descripción ya completa
de la tipología Impatiens que daría en 1936. En cada uno de los diecinueve primeros remedios, la
descripción que Bach hace del estado emocional se va desarrollando; cambia según van cambiando
sus ideas. El relato de 1930 enfatizaba que Impatiens era un remedio para el dolor agudo: "dolor
agudo de tipo nervioso", "dolores de cabeza intensos, ciáticas, neuralgias agudas, tic douloureux, así
como dolor agudo en enfermedad maligna".18
Esto podría parecer contrario a la idea de un tipo de
persona, o de un estado emocional, tal y como él los había concebido en el transcurso de la cena
masónica, y también contrapuesto a la idea de que Bach habría buscado un remedio para sí mismo.
¡Pero no es así!
Bach aún estaba comenzando su exploración acerca de qué podía significar un remedio tipo. En
todo caso, ¿qué tipo de persona era él? El se consideraba a sí mismo como una persona con dolor.
Conversando con Nora Weeks, dijo: "durante toda mi vida mi cuerpo ha sufrido de alguna forma de
dolor, de incomodidad, y de aflicción".19
Ella comentó que lo había visto caminar millas con gran
dolor a causa de las úlceras de las piernas, los dolores de cabeza y los tics douloureux. Esto último,
generalmente conocido en la actualidad como neuralgia de trigémino, es un severo dolor facial.
Bach lo menciona específicamente en la descripción de Impatiens antes citada, porque él lo había
padecido. En 1935, escribió algunas notas para un ensayo sobre el dolor20
y Weeks informa que
decía: "para alcanzar una comprensión de lo que otros sufren . . . debo saber lo que es el dolor".21
Hay un pasaje en el que explica cómo todo líder ha de ser un experto en su ámbito del
conocimiento, y quizá una parte del particular conocimiento de Bach era el dolor, tanto físico como
emocional.22
Por tanto, Bach buscaba un remedio para si mismo, algo que pudiera testar en sí
mismo y comprobar si funcionaba. Andaba en pos de algo para aliviar el dolor. E Impatiens, lo
hacía. Su descripción más temprana de Impatiens dice: "la indicación de uso es un dolor penosísimo
y muy agudo, no importa la causa...".23
Podríamos preguntarnos por qué el remedio que más tarde,
en 1934, describiría como "para los irritables, malhumorados, displicentes, impacientes"24
podía
aliviar el dolor. Ello es porque el dolor físico está asociado con la tensión y el dolor emocionales.
Alivie la tensión y el dolor emocional, y ello aliviará el dolor físico. Aquí comienza la teoría de
Cúrate a ti mismo (Heal Thyself).
19
Las etapas a través de las cuales el Dr. Bach desarrolló los remedios florales constituyen una
historia fascinante, y es fácil seguirla en sus Obras Completas a través de las distintas versiones
publicadas.25
Rastrear la secuencia para un remedio ilustra este punto. Así, en 1930, en Nuevos
Remedios y Nuevos Usos (Some New Remedies and New Uses) tenemos:
IMPA TIENS ROYLEI
Endémica de Cachemira, rara vez se encuentra en estado silvestre en las Islas Británicas. Sólo se
utilizan las flores de color malva.
Se han preparado tres series diferentes: dos en fechas distintas en septiembre de 1928, y otra en
septiembre de 1929. Aunque todas han sido efectivas, la más activa es la última, que es la que está
disponible en Nelson y Compañía.
Se indica en casos de dolor agudo del tipo nervioso, y a menudo no sólo brinda un rápido alivio,
sino que, aparentemente, en muchas ocasiones efectúa una cura de la condición nerviosa. También
tiene una acción benéfica, y con frecuencia los pacientes relatan que, además de sentirse aliviados
de los síntomas, registran una notable mejoría en su estado mental con desaparición de la
depresión y de los miedos, alcanzándose, por lo general, una perspectiva más luminosa.
Entre los casos tratados con éxito pueden mencionarse dolores de cabeza intensos, ciáticas,
neuralgias agudas, tic douloureux y dolor agudo en enfermedades malignas.
La indicación para su uso es un dolor penosísimo y muy agudo, no importa la causa; en algunos
casos ha sido de alivio allí donde la morfina ha fracasado.
En Algunas Consideraciones Fundamentales sobre la Enfermedad y la Curación (Some
Fundamental Considerations ofDisease and Cure), en 1930:
IMPATIENS EL ENTUSIASTA
Este remedio es para. el dolor agudo, sin importar la causa: la indicación es la severidad del
dolor. En algunos casos ha proporcionado alivio allí donde la morfina ha fracasado.
También es para el sufrimiento mental agudo; una vez más, la intensidad es la guía.
Es útil en aquellas personas que (sin importar su estado aparente) están haciendo un gran esfuerzo
por sobreponerse a alguna situación adversa: de ahí la intensidad del sufrimiento cuando temen
fracasar.
Además, el remedio aporta paz y una elevación mental definitiva de la que los pacientes son, por lo
general, muy conscientes.
En Libérate a ti mismo (Free Thyself), en 1932:
IMPATIENS
IMPACIENCIA PERDÓN
¿Eres uno de aquellos que saben que, en lo profundo de su naturaleza, aún queda algún rastro de
crueldad? ¿Cuándo te maltratan o te vapulean, se te hace difícil no albergar un poco de malicia?
¿Todavía existe, dentro de ti, el deseo de utilizar la fuerza para conducir al otro hacia tu forma de
pensar? ¿Eres impaciente y esa impaciencia te hace, a veces, ser cruel? ¿Queda en tu naturaleza
algún rastro del inquisidor?
Si es así, estás esforzándote por alcanzar una amabilidad y un perdón exquisitos, y esta bella flor
de color malva, Impatiens, que crece junto a corrientes de algunos arroyos de Gales, te ayudará
con sus bendiciones a lo largo del camino.
En Doce Grandes Remedios (Twelve Great Remedies), en 1933:
id. Cuando hay impaciencia, dolor severo, inquietud por reponerse rápidamente, ansiedad por
levantarse y ponerse en marcha, o impaciencia frente a aquellos que nos rodean, suministra
IMPATIENS.
20
En Doce Sanadores (Twelve healers), en 1933:
IMPA TIENS es dolor del tipo severo causado por el bloqueo de un canal que debería estar
recibiendo la luz espiritual y la verdad. A menudo lo que lo provoca es algún tipo de crueldad en la
propia naturaleza.
En Los Doce Sanadores y Cuatro Ayudantes (The Twelve Healers &Four Helpers), en 1934:
IMPATIENS IMPACIENCIA
En todos los casos en los que hay impaciencia. Impaciencia para con uno mismo, deseo de apurar
las cosas, deseo de hacer las cosas rápidamente, deseo de estar bien enseguida, de estar afuera y
en marcha de nuevo. Impaciencia con los otros, irritabilidad por las pequeñas cosas, con dificultad
para controlar el temperamento. No poder esperar. Este es un estado común y, a menudo, es un
buen signo durante una convalecencia; la quietud que este remedio brinda acelera la recuperación.
Con frecuencia, se da una impaciencia ante un dolor severo, en cuyo caso Impatiens es de gran
valor en esos momentos para aliviar el dolor y calmar al paciente.
En Los Doce Sanadores y Siete Ayudantes (The Twelve Healers & Seven Helpers), en 1934:
IMPATIENS
Para los irritables, malhumorados, displicentes, impacientes.
En Los Doce Sanadores y Otros Remedios ('The Twelve Healers & Other Remedies), en 1936:
IMPATIENS
Aquellos que son rápidos de pensamiento y de acción y que desean que todas las cosas sean hechas
sin vacilación o retraso. Cuando están enfermos, ansían una rápida recuperación.
Encuentran muy difícil el ser pacientes con las personas que son lentas, porque consideran que eso
es errado, además de una pérdida de tiempo, y se esfuerzan para hacer que
dichas personas sean más rápidas en todo.
Con frecuencia prefieren trabajar y pensar en solitario, de modo que puedan
hacerlo todo a su propia velocidad.
Desde 1936 otros han desarrollado y ampliado las ideas de lo que constituye un
tipo Impatiens. Naturalmente, quienes utilizan los remedios de Bach han
confirmado estos hallazgos sobre la base de casos de estudio, en los que se ha
registrado la mentalidad de la persona. En algunos casos, ello ha conducido a
perfiles psicológicos excesivamente elaborados, en los que largas listas de
comportamientos reemplazan una comprensión empalica del individuo. Sin
embargo, la observación de la persona es solamente la mitad de la ecuación.
La observación de la planta aporta la otra mitad. Con mucha frecuencia, y en
lo tocante al estudio de los remedios florales de Bach, las personas han
puesto su mirada en el Dr. Bach, en sus remedios, y en su acción, pero han
olvidado mirar a las flores. Pero, para comprender de forma más plena los
remedios de Bach, debemos regresar a las flores.
Ir hacia las flores fue el primer paso esencial dado por Bach. En la
actualidad, Impatiens glandulifera continua creciendo a lo largo de las
riberas del Río Usk, allí donde fue encontrado en 1928. Ya no se da aquello
de "raro de encontrar creciendo de forma silvestre en las Islas Británicas",26
puesto que se ha convertido en una de las flores silvestres más comunes. Probablemente existe una
conexión entre la creciente población de esta especie y el aumento en las tensiones de la vida
contemporánea, eso que generalmente llamamos "estrés". Ya hemos apuntado la eficacia de la
planta en el proceso de polinización, así como la fuerza explosiva con que las semillas son
expulsadas para asegurar una propagación exitosa. Pero aún podemos aprender más sobre el
remedio Impatiens mediante la comparación directa del gesto de la planta y del gesto de la persona.
21
Las personas Impatiens guían con la cabeza, se levantan de la silla y salen tan pronto como tienen la
idea de moverse. Su naturaleza es no estar relajados, sino estar tensos, siempre en el borde de la
silla, siempre brincando. Como una serpiente enroscada, están siempre listas para saltar. Ese sentido
de anticipación, de energía cinética, está en la planta. Hay pocas plantas que puedan desencadenar
respuestas físicas de ese modo; la mayoría son pasivas. Esto es emblemático de la naturaleza
reactiva de las personas Impatiens, que utilizan su energía para actuar sobre el mundo exterior. No
son receptivas ni sensibles por naturaleza. Y, sin embargo, esa cualidad delicada y equilibrada que
aflojaría la tensión está también presente en las flores.
Esta es una cualidad ilustrada por contrastes: compara la relajación fácil de un gato, que quizá
duerme estirado al sol, y la tensa vigilia de un perro, listo para ladrar si un carro pasa. Eso mismo
puede verse en las personas. Si a alguien se le pide que se relaje, cualquiera realmente relajado
caería al suelo como cuando se desmaya. Lo vemos en las personas que no pueden sentarse
tranquilamente, que tienen comezón, que se remueven, que están tensas, inquietas. Son personas
que parecen estables, pero que podrían saltar en cualquier momento: toca las vainas de Impatiens y
no podrás asegurar cual de ellas explotará.
El contraste también se muestra en las flores: algunas son de color clarete-carmesí, otras de un
malva pálido, casi blanco. Bach fue específico, justo desde el principio: sólo las flores malva pálido
deben ser seleccionadas por su calidad terapéutica, no las rojas, a pesar de que las rojas son más
numerosas que las malva en una proporción de diez a una. Considera esto únicamente desde el
punto de vista del color, y te parecerá más probable que las flores rojas sean ardientes y las malva
refrescantes. El rojo carmesí aparece en el rostro de estas personas, es el color del fuego, de la
sangre, de la pimienta y de las alarmas. El malva de estas flores tiene la tranquilidad de la amatista,
la distancia de la bruma y de la atmósfera, la quietud de la edad; es suave y calmante. Las respuestas
individuales al color pueden ser subjetivas, pero imagínate una habitación pintada en malva pálido,
y luego otra pintada de rojo, y pregúntate cómo el color pudiera afectar tus sentimientos.
Hasta ahora, solamente hemos realizado comentarios sobre lo que puede verse y sentirse en
Impatiens. Pero el impacto del remedio vegetal sobre la conciencia es mayor, pues se extiende a los
cinco sentidos y aún más allá. Tocar la planta conduce al descubrimiento de las semillas que
explotan, pero también podemos tocar las flores, las hojas, y los tallos, para obtener una mayor
información. La suavidad de la "piel" es muy sorprendente. Por estar llenos de agua, los tallos de
Impatiens son fríos al tacto. Y, sin embargo, a pesar de toda la audacia de su crecimiento, las
plantas son más bien delicadas y fáciles de aplastar. Impatiens gana protección al crecer en masa, y
carece de la fibra y de la fortaleza leñosa de otras plantas. ¿Apuntará esto a la necesidad del tipo
Impatiens de vivir y trabajar en solitario, evitando el reto hiriente de otras personas?
El olor de Impatiens se torna más fuerte cuando se toca la planta. La suya es una fragancia inusual:
más fuerte y penetrante que dulce, como un alquitrán especiado; no es desagradable, pero sí más
defensiva que atractiva. Una vez más, en la fragancia aparece más una sensación de aislamiento que
de unión, a medida que la esencia domina el área. El olor parece estar en toda la planta y no parece
estar producido por una glándula en particular. Se supone que su nombre en latín, glandulifera, hace
referencia a las glándulas que segregan la fragancia. Pero, dado que la palabra latina glans significa
"fruto seco" o "bala", glandulifera pudiera interpretarse como la portadora de balas, si tenemos en
cuenta las semillas.
Impatiens no llama al contacto. Los animales no comen sus hojas y probarla es razón suficiente para
conocer el porqué. El borde serrado de las hojas es antagonista. Los bordes, con dientes de sierra,
parecen que pudieran cortar, como una amenaza visual para mantenernos al margen. Busca el
sonido de la planta (caprichoso, quizá); las hojas así lo sugieren: áspero, seco, o rasgueante como el
ruido rasgoso de los raspadores de piel antiguamente utilizados para el baño. O, mejor aún, como el
chirrido rasposo del arco del violín, cuando presiona en exceso sobre las cuerdas tensas.27
Aplasta
los tallos y estos producirán un sonido como el crujir de una cana, un dolor hueco a medida que las
fibras se desgarran.
Detalles como estos confirman la imagen de la planta y su relación con el retrato de la persona
Impatiens. Visto en comparación con el comportamiento de otras plantas sanadoras, la diferencia se
22
torna aún más pronunciada. El pone muy erguido de Impatiens contrasta con la flojera informal de
Clematis y con la miopía de Scleranthus, que se agarra a la tierra. En el detalle del gesto puede
leerse el carácter. Pero más allá de los cinco sentidos físicos por los que uno ve, toca, oye, huele y
saborea, existe un sexto sentido, la capacidad de percibir la cualidad invisible de una planta. Ello
puede hablarnos directamente del patrón de fuerza vital que informa lo físico. Retornando a Bach y
a su uso de la resonancia empática—captar la resonancia del estado emocional de la persona para
luego tratar de hacerla corresponder con el patrón vibratorio de la planta—podemos aprender de la
planta al resonar con ella. De ese modo, aprendemos cosas sobre ella que no pueden explicarse en
términos de la comprensión común. Aquella mujer que pensó que la montaña cubierta de Heather
era la visión más bella, haciéndole creer que era posible que exista un Dios, supo de esa bendición
de calma y de alivio que las flores ponen de manifiesto en el mundo.
Pero, ¿qué ocurre con Impatiens? Estar en compañía de la planta es sentir el suave relajamiento de
la mente, la paz del perdón, el descanso, la liberación de las desesperaciones y de las tensiones
mentales, la posibilidad de admitir la luz espiritual y la verdad; frases, todas ellas, que describen
aquello que Bach sintió con relación al remedio en su estado positivo. El aspecto positivo, a
menudo olvidado entre la masa de implicaciones negativas, es justamente lo que
la planta muestra de sí misma. Es la conciencia de la planta, percibida por
nuestro sexto sentido.
Sin el claro registro del Dr. Bach no podríamos estar seguros de a qué remedio
llegó después de Impatiens. Pudiera haber sido Mimulus o Clematis. Ambos
crecen a lo largo de la ribera del río, entre Abergavenny y Crickhowell. Nora
Weeks nos dice que Bach preparó Clematis a. partir de las semillas, algo más
tarde, todavía en 1928, pero ello no significa que no hubiera encontrado las
flores en septiembre. Bach escribe que hizo 'tres preparaciones separadas' de
Clematis, tal como hizo con Impatiens.28
Pero, simplemente, no es posible estar
seguros de qué es lo que sucedió y cuándo, y sería errado dar una excesiva significación a este
asunto en un sentido u otro. De forma clara Bach realizó varias visitas a Abergavenny en esos
primeros años, y fue allí que encontró los remedios Heather y Rock Water. En la actualidad, si
seguimos el camino a lo largo del río, entre Abergavenny y Crickhowell, podernos ver Clematis
silvestre creciendo entre los árboles, esparciéndose sobre el seto y las cercas, tal y como lo hacía en
1928. Curiosamente crece únicamente allí, en un área limitada donde el suelo es más alcalino a
causa de la producción local de piedra caliza. Bach anotó que crecía sobre arcilla y en esto estaba en
lo cierto ya que, de forma natural, prefiere el suelo calcáreo. (Por si mismas las plantas actúan como
buenos indicadores a la hora de apreciar si el suelo es calcáreo o no ... de entre las plantas más
notables mi experiencia sugiere el Traveller's Joy (la "Alegría del Viajero"), Clematis vitalba .. .'.
Wild Flowers ofChalk and Limestone, Lousely, J. E., Collins New Naturalist, 1950) Es por esa
razón por la que, con posterioridad, volvió a preparar este remedio cuando se encontraba en
Norfolk, en el tardío verano de 1930. Pero la visión más importante de esta planta, cuando por
primera vez reconoció su gesto, fue en el otoño de 1928, a unas pocas millas de Abergavenny.
Clematis es la clara antítesis de Impatiens. Si bien Bach estaba buscando su propio tipo de remedio
en Impatiens, quizá sea una indicación de su genialidad el que, al mismo tiempo, pudiera
imaginarse algo tan diferente en un mismo momento en el tiempo. Puede que Bach fuera un
soñador porque imaginó un futuro mejor, una vida más fácil. Pero, aparentemente, no estaba tocado
por los atributos negativos del tipo Clematis, que describió como 'con poco deseo de vivir',29
necesitando de muchas horas de sueño en la noche, y con una constitución perezosa y un color de
piel pálido y fangoso. Bach vivía de acuerdo a esa máxima de 'tiempo de darse la vuelta, tiempo de
levantarse' y, como Impatiens, ansiaba la llegada del día y lo que éste pudiera traer. Justamente lo
opuesto de los tipos Clematis cuando los describe como 'deseosos de que no hubiera otro día al que
enfrentarse..., cuan bueno sería irse a dormir'.31
Sin embargo, y presumiblemente, se había formado
una imagen clara del tipo de persona que pudiera necesitar este remedio. Su más temprana
descripción de Clematis así lo evidencia, puesto que está casi completamente terminada y todos los
Forma y Funcion
Forma y Funcion
Forma y Funcion
Forma y Funcion
Forma y Funcion
Forma y Funcion
Forma y Funcion
Forma y Funcion
Forma y Funcion
Forma y Funcion
Forma y Funcion
Forma y Funcion
Forma y Funcion
Forma y Funcion
Forma y Funcion
Forma y Funcion
Forma y Funcion
Forma y Funcion
Forma y Funcion
Forma y Funcion
Forma y Funcion
Forma y Funcion
Forma y Funcion
Forma y Funcion
Forma y Funcion
Forma y Funcion
Forma y Funcion
Forma y Funcion
Forma y Funcion
Forma y Funcion
Forma y Funcion
Forma y Funcion
Forma y Funcion
Forma y Funcion
Forma y Funcion
Forma y Funcion
Forma y Funcion
Forma y Funcion
Forma y Funcion
Forma y Funcion
Forma y Funcion
Forma y Funcion
Forma y Funcion
Forma y Funcion
Forma y Funcion
Forma y Funcion
Forma y Funcion
Forma y Funcion
Forma y Funcion
Forma y Funcion
Forma y Funcion
Forma y Funcion
Forma y Funcion
Forma y Funcion
Forma y Funcion
Forma y Funcion
Forma y Funcion
Forma y Funcion
Forma y Funcion
Forma y Funcion
Forma y Funcion
Forma y Funcion
Forma y Funcion
Forma y Funcion
Forma y Funcion
Forma y Funcion
Forma y Funcion
Forma y Funcion
Forma y Funcion
Forma y Funcion
Forma y Funcion
Forma y Funcion
Forma y Funcion
Forma y Funcion
Forma y Funcion
Forma y Funcion
Forma y Funcion
Forma y Funcion
Forma y Funcion
Forma y Funcion
Forma y Funcion
Forma y Funcion
Forma y Funcion
Forma y Funcion
Forma y Funcion
Forma y Funcion
Forma y Funcion
Forma y Funcion
Forma y Funcion
Forma y Funcion
Forma y Funcion
Forma y Funcion
Forma y Funcion
Forma y Funcion
Forma y Funcion
Forma y Funcion
Forma y Funcion
Forma y Funcion
Forma y Funcion
Forma y Funcion
Forma y Funcion
Forma y Funcion
Forma y Funcion
Forma y Funcion
Forma y Funcion
Forma y Funcion
Forma y Funcion
Forma y Funcion
Forma y Funcion
Forma y Funcion
Forma y Funcion
Forma y Funcion
Forma y Funcion
Forma y Funcion
Forma y Funcion
Forma y Funcion
Forma y Funcion
Forma y Funcion
Forma y Funcion
Forma y Funcion
Forma y Funcion
Forma y Funcion
Forma y Funcion
Forma y Funcion
Forma y Funcion
Forma y Funcion
Forma y Funcion
Forma y Funcion
Forma y Funcion
Forma y Funcion
Forma y Funcion
Forma y Funcion
Forma y Funcion
Forma y Funcion
Forma y Funcion
Forma y Funcion
Forma y Funcion
Forma y Funcion
Forma y Funcion
Forma y Funcion
Forma y Funcion
Forma y Funcion
Forma y Funcion
Forma y Funcion
Forma y Funcion
Forma y Funcion
Forma y Funcion
Forma y Funcion
Forma y Funcion
Forma y Funcion
Forma y Funcion
Forma y Funcion
Forma y Funcion
Forma y Funcion
Forma y Funcion
Forma y Funcion
Forma y Funcion
Forma y Funcion
Forma y Funcion
Forma y Funcion
Forma y Funcion
Forma y Funcion
Forma y Funcion
Forma y Funcion

Más contenido relacionado

La actualidad más candente (13)

Obras completas del Dr. Bach
Obras completas del Dr. BachObras completas del Dr. Bach
Obras completas del Dr. Bach
 
Elixires florales y gestalt
Elixires florales y gestaltElixires florales y gestalt
Elixires florales y gestalt
 
Bach, Edward Los Remedios Florales
Bach, Edward   Los Remedios FloralesBach, Edward   Los Remedios Florales
Bach, Edward Los Remedios Florales
 
20012659 g-u-r-u-d-a-s-el-libro-de-las-esencia-florales
20012659 g-u-r-u-d-a-s-el-libro-de-las-esencia-florales20012659 g-u-r-u-d-a-s-el-libro-de-las-esencia-florales
20012659 g-u-r-u-d-a-s-el-libro-de-las-esencia-florales
 
Los remedios-florales-edward-bach
Los remedios-florales-edward-bachLos remedios-florales-edward-bach
Los remedios-florales-edward-bach
 
Flores de California
Flores de CaliforniaFlores de California
Flores de California
 
Ix Chel Flores de Bach de nueva generación
Ix Chel Flores de Bach de nueva generaciónIx Chel Flores de Bach de nueva generación
Ix Chel Flores de Bach de nueva generación
 
"Liberate a ti mismo" Edward Bach
"Liberate a ti mismo" Edward Bach"Liberate a ti mismo" Edward Bach
"Liberate a ti mismo" Edward Bach
 
Terapia floral del Dr. Bach
Terapia floral del Dr. BachTerapia floral del Dr. Bach
Terapia floral del Dr. Bach
 
Manual practico de flores de bach malena lede
Manual practico de flores de bach   malena ledeManual practico de flores de bach   malena lede
Manual practico de flores de bach malena lede
 
Flores bach.
Flores bach.Flores bach.
Flores bach.
 
Guia para la curación con flores de Bach
Guia para la curación con flores de BachGuia para la curación con flores de Bach
Guia para la curación con flores de Bach
 
Libro de los Mandalas de las Flores de Bach
Libro de los Mandalas de las Flores de BachLibro de los Mandalas de las Flores de Bach
Libro de los Mandalas de las Flores de Bach
 

Similar a Forma y Funcion

El nuevo-manual-de-diagnostico-diferencial-de-las-flores-de-bach-141203133416...
El nuevo-manual-de-diagnostico-diferencial-de-las-flores-de-bach-141203133416...El nuevo-manual-de-diagnostico-diferencial-de-las-flores-de-bach-141203133416...
El nuevo-manual-de-diagnostico-diferencial-de-las-flores-de-bach-141203133416...Dra.Josefina Labastida Núñez
 
Eneagrama y Flores de Bach (un metodo seguro para el diagnostico y la cura)
Eneagrama y Flores de Bach (un metodo seguro para el diagnostico y la cura)Eneagrama y Flores de Bach (un metodo seguro para el diagnostico y la cura)
Eneagrama y Flores de Bach (un metodo seguro para el diagnostico y la cura)Prema Perez
 
Metodo de anacion empleadoAsi curaban ellos_daniel_meuroisgivaudan
Metodo de anacion empleadoAsi curaban ellos_daniel_meuroisgivaudanMetodo de anacion empleadoAsi curaban ellos_daniel_meuroisgivaudan
Metodo de anacion empleadoAsi curaban ellos_daniel_meuroisgivaudanMargarita Flores
 
Richard-Gerbe La Curación Energética
Richard-Gerbe La Curación EnergéticaRichard-Gerbe La Curación Energética
Richard-Gerbe La Curación EnergéticaHelena Gonzalez
 
La enfermedad como_camino
La enfermedad como_caminoLa enfermedad como_camino
La enfermedad como_caminoDiana Paulina
 
Brennan Barbara Ann Manos Que Curan Pdf
Brennan Barbara Ann Manos Que Curan PdfBrennan Barbara Ann Manos Que Curan Pdf
Brennan Barbara Ann Manos Que Curan PdfOlga López
 
libro-manos-que-curamn-pdf.pdf manos que curan
libro-manos-que-curamn-pdf.pdf manos que curanlibro-manos-que-curamn-pdf.pdf manos que curan
libro-manos-que-curamn-pdf.pdf manos que curansanzmar360
 
dokumen.tips_flores-de-bach-terapias-con-esencias-florales-reconocidas-por-la...
dokumen.tips_flores-de-bach-terapias-con-esencias-florales-reconocidas-por-la...dokumen.tips_flores-de-bach-terapias-con-esencias-florales-reconocidas-por-la...
dokumen.tips_flores-de-bach-terapias-con-esencias-florales-reconocidas-por-la...DIANISGAMARRA
 

Similar a Forma y Funcion (20)

Manual de terapeutas avanzados
Manual de terapeutas avanzados Manual de terapeutas avanzados
Manual de terapeutas avanzados
 
Libro de las Esencias Florales
Libro de las Esencias FloralesLibro de las Esencias Florales
Libro de las Esencias Florales
 
Gurudas, el libro de las esencia florales
Gurudas, el libro de las esencia floralesGurudas, el libro de las esencia florales
Gurudas, el libro de las esencia florales
 
Elixires florales y gestalt
Elixires florales y gestaltElixires florales y gestalt
Elixires florales y gestalt
 
El nuevo-manual-de-diagnostico-diferencial-de-las-flores-de-bach-141203133416...
El nuevo-manual-de-diagnostico-diferencial-de-las-flores-de-bach-141203133416...El nuevo-manual-de-diagnostico-diferencial-de-las-flores-de-bach-141203133416...
El nuevo-manual-de-diagnostico-diferencial-de-las-flores-de-bach-141203133416...
 
Florales bach
Florales bachFlorales bach
Florales bach
 
05 06 09 flores de bach www.gftaognosticaespiritual.org
05 06 09 flores de bach www.gftaognosticaespiritual.org05 06 09 flores de bach www.gftaognosticaespiritual.org
05 06 09 flores de bach www.gftaognosticaespiritual.org
 
Obras completas del Dr. Bach
Obras completas del Dr. Bach Obras completas del Dr. Bach
Obras completas del Dr. Bach
 
Eneagrama y Flores de Bach (un metodo seguro para el diagnostico y la cura)
Eneagrama y Flores de Bach (un metodo seguro para el diagnostico y la cura)Eneagrama y Flores de Bach (un metodo seguro para el diagnostico y la cura)
Eneagrama y Flores de Bach (un metodo seguro para el diagnostico y la cura)
 
Pdf shalom mayo (plantilla)
Pdf shalom mayo (plantilla)Pdf shalom mayo (plantilla)
Pdf shalom mayo (plantilla)
 
Radiestesia cuantica
Radiestesia cuanticaRadiestesia cuantica
Radiestesia cuantica
 
Metodo de anacion empleadoAsi curaban ellos_daniel_meuroisgivaudan
Metodo de anacion empleadoAsi curaban ellos_daniel_meuroisgivaudanMetodo de anacion empleadoAsi curaban ellos_daniel_meuroisgivaudan
Metodo de anacion empleadoAsi curaban ellos_daniel_meuroisgivaudan
 
05 01 05 del incienso a la osmoterapia maestro huiracocha krumm heller www.g...
05 01 05 del incienso a la osmoterapia maestro huiracocha krumm heller  www.g...05 01 05 del incienso a la osmoterapia maestro huiracocha krumm heller  www.g...
05 01 05 del incienso a la osmoterapia maestro huiracocha krumm heller www.g...
 
Asi curaban ellos
Asi curaban ellosAsi curaban ellos
Asi curaban ellos
 
Richard-Gerbe La Curación Energética
Richard-Gerbe La Curación EnergéticaRichard-Gerbe La Curación Energética
Richard-Gerbe La Curación Energética
 
La enfermedad como_camino
La enfermedad como_caminoLa enfermedad como_camino
La enfermedad como_camino
 
Brennan Barbara Ann Manos Que Curan Pdf
Brennan Barbara Ann Manos Que Curan PdfBrennan Barbara Ann Manos Que Curan Pdf
Brennan Barbara Ann Manos Que Curan Pdf
 
libro-manos-que-curamn-pdf.pdf manos que curan
libro-manos-que-curamn-pdf.pdf manos que curanlibro-manos-que-curamn-pdf.pdf manos que curan
libro-manos-que-curamn-pdf.pdf manos que curan
 
Curso flores de bach
Curso flores de bachCurso flores de bach
Curso flores de bach
 
dokumen.tips_flores-de-bach-terapias-con-esencias-florales-reconocidas-por-la...
dokumen.tips_flores-de-bach-terapias-con-esencias-florales-reconocidas-por-la...dokumen.tips_flores-de-bach-terapias-con-esencias-florales-reconocidas-por-la...
dokumen.tips_flores-de-bach-terapias-con-esencias-florales-reconocidas-por-la...
 

Más de Ix Chel Esencias Florales de Nueva Generación (11)

Guia para la curacion flores de bach
Guia para la curacion flores de bachGuia para la curacion flores de bach
Guia para la curacion flores de bach
 
Seleccionando esencias florales
Seleccionando esencias floralesSeleccionando esencias florales
Seleccionando esencias florales
 
Terapia floral de ]Dr. Bach
Terapia floral de ]Dr. BachTerapia floral de ]Dr. Bach
Terapia floral de ]Dr. Bach
 
De la oscuridad a la Luz
De la oscuridad a la LuzDe la oscuridad a la Luz
De la oscuridad a la Luz
 
Flores de Bach cartas
Flores de Bach cartasFlores de Bach cartas
Flores de Bach cartas
 
La historia de los viajeros y de otros remedios. Dr. Bach
La historia de los viajeros y de otros remedios. Dr. BachLa historia de los viajeros y de otros remedios. Dr. Bach
La historia de los viajeros y de otros remedios. Dr. Bach
 
Los doce curadores y otros remedios
Los doce curadores y otros remediosLos doce curadores y otros remedios
Los doce curadores y otros remedios
 
Guia de Flores de Bach
Guia de Flores de BachGuia de Flores de Bach
Guia de Flores de Bach
 
Los Doce trabajos de Hércules.
Los Doce trabajos de Hércules. Los Doce trabajos de Hércules.
Los Doce trabajos de Hércules.
 
Plantas sanadoras
Plantas sanadorasPlantas sanadoras
Plantas sanadoras
 
Bach por Bach Dr. Edward Bach
Bach por Bach Dr. Edward BachBach por Bach Dr. Edward Bach
Bach por Bach Dr. Edward Bach
 

Último

"La auto-regulación como concepto esencial para la seguridad de la praxis clí...
"La auto-regulación como concepto esencial para la seguridad de la praxis clí..."La auto-regulación como concepto esencial para la seguridad de la praxis clí...
"La auto-regulación como concepto esencial para la seguridad de la praxis clí...Badalona Serveis Assistencials
 
Clase 10 Artrologia Generalidades Anatomia 2024.pdf
Clase 10 Artrologia Generalidades Anatomia 2024.pdfClase 10 Artrologia Generalidades Anatomia 2024.pdf
Clase 10 Artrologia Generalidades Anatomia 2024.pdfgarrotamara01
 
Tejido muscular- Histologia-Geneser.pptx
Tejido muscular- Histologia-Geneser.pptxTejido muscular- Histologia-Geneser.pptx
Tejido muscular- Histologia-Geneser.pptx Estefa RM9
 
meninges craneales anatomía segundo año Guatemala
meninges craneales anatomía segundo año Guatemalameninges craneales anatomía segundo año Guatemala
meninges craneales anatomía segundo año Guatemala2811436330101
 
A- LIBRO DE GINECOLOGIA Y OBSTRETICIA DE SEGO (2).pdf
A- LIBRO DE GINECOLOGIA Y OBSTRETICIA DE SEGO (2).pdfA- LIBRO DE GINECOLOGIA Y OBSTRETICIA DE SEGO (2).pdf
A- LIBRO DE GINECOLOGIA Y OBSTRETICIA DE SEGO (2).pdfcoloncopias5
 
(2024-04-19). DERMATOSCOPIA EN ATENCIÓN PRIMARIA (PPT)
(2024-04-19). DERMATOSCOPIA EN ATENCIÓN PRIMARIA (PPT)(2024-04-19). DERMATOSCOPIA EN ATENCIÓN PRIMARIA (PPT)
(2024-04-19). DERMATOSCOPIA EN ATENCIÓN PRIMARIA (PPT)UDMAFyC SECTOR ZARAGOZA II
 
Presentacion hipertension arterial sistemica
Presentacion hipertension arterial sistemicaPresentacion hipertension arterial sistemica
Presentacion hipertension arterial sistemicaHectorXavierSalomonR
 
Par craneal 8. nervios craneales.....pdf
Par craneal 8. nervios craneales.....pdfPar craneal 8. nervios craneales.....pdf
Par craneal 8. nervios craneales.....pdf220212253
 
Regulación emocional. Salud mental. Presentaciones en la red. Slideshare. Ens...
Regulación emocional. Salud mental. Presentaciones en la red. Slideshare. Ens...Regulación emocional. Salud mental. Presentaciones en la red. Slideshare. Ens...
Regulación emocional. Salud mental. Presentaciones en la red. Slideshare. Ens...Lorena Avalos M
 
tipos de masajes Ariana, descarga muscular
tipos de masajes Ariana, descarga musculartipos de masajes Ariana, descarga muscular
tipos de masajes Ariana, descarga muscularEsayKceaKim
 
SONDAS, CÁNULAS, CATÉTERES Y DRENAJES Yocelyn F. Feb 17 2011.ppt
SONDAS, CÁNULAS, CATÉTERES Y DRENAJES Yocelyn F. Feb 17 2011.pptSONDAS, CÁNULAS, CATÉTERES Y DRENAJES Yocelyn F. Feb 17 2011.ppt
SONDAS, CÁNULAS, CATÉTERES Y DRENAJES Yocelyn F. Feb 17 2011.pptGeneralTrejo
 
Sarampión alerta sanitaria en 2024 México
Sarampión alerta sanitaria en 2024 MéxicoSarampión alerta sanitaria en 2024 México
Sarampión alerta sanitaria en 2024 Méxicoglobuspalido
 
Perfil-Sensorial-2-Child. Versión actualizada
Perfil-Sensorial-2-Child.  Versión actualizadaPerfil-Sensorial-2-Child.  Versión actualizada
Perfil-Sensorial-2-Child. Versión actualizadaNadiaMocio
 
Acceso venoso periferico, caracteristicas y funciones
Acceso venoso periferico, caracteristicas y funcionesAcceso venoso periferico, caracteristicas y funciones
Acceso venoso periferico, caracteristicas y funcionesDamaryHernandez5
 
ABDOMEN AGUDO Quirúrgico, etiologia.pptx
ABDOMEN AGUDO Quirúrgico, etiologia.pptxABDOMEN AGUDO Quirúrgico, etiologia.pptx
ABDOMEN AGUDO Quirúrgico, etiologia.pptxNikolaiChoqueAlarcn
 
EJERCICIOS DE BUERGUER ALLEN FISIOTERAPIApptx
EJERCICIOS DE BUERGUER ALLEN FISIOTERAPIApptxEJERCICIOS DE BUERGUER ALLEN FISIOTERAPIApptx
EJERCICIOS DE BUERGUER ALLEN FISIOTERAPIApptxMaria969948
 
MTC Reinos mutante MADERA FUEGO TIERRA.pdf
MTC Reinos mutante MADERA FUEGO TIERRA.pdfMTC Reinos mutante MADERA FUEGO TIERRA.pdf
MTC Reinos mutante MADERA FUEGO TIERRA.pdfMelindaSayuri
 
Neumonía intrahospitalaria, generalidades de diagnostico y Tratamiento.pptx
Neumonía intrahospitalaria, generalidades de diagnostico y Tratamiento.pptxNeumonía intrahospitalaria, generalidades de diagnostico y Tratamiento.pptx
Neumonía intrahospitalaria, generalidades de diagnostico y Tratamiento.pptxJoseCarlosAguilarVel
 
Clase 12 Artrología de Columna y Torax 2024.pdf
Clase 12 Artrología de Columna y Torax 2024.pdfClase 12 Artrología de Columna y Torax 2024.pdf
Clase 12 Artrología de Columna y Torax 2024.pdfgarrotamara01
 

Último (20)

"La auto-regulación como concepto esencial para la seguridad de la praxis clí...
"La auto-regulación como concepto esencial para la seguridad de la praxis clí..."La auto-regulación como concepto esencial para la seguridad de la praxis clí...
"La auto-regulación como concepto esencial para la seguridad de la praxis clí...
 
Clase 10 Artrologia Generalidades Anatomia 2024.pdf
Clase 10 Artrologia Generalidades Anatomia 2024.pdfClase 10 Artrologia Generalidades Anatomia 2024.pdf
Clase 10 Artrologia Generalidades Anatomia 2024.pdf
 
Tejido muscular- Histologia-Geneser.pptx
Tejido muscular- Histologia-Geneser.pptxTejido muscular- Histologia-Geneser.pptx
Tejido muscular- Histologia-Geneser.pptx
 
meninges craneales anatomía segundo año Guatemala
meninges craneales anatomía segundo año Guatemalameninges craneales anatomía segundo año Guatemala
meninges craneales anatomía segundo año Guatemala
 
Neumonia complicada en niños y pediatria vrs neumonia grave, gérmenes, nuevas...
Neumonia complicada en niños y pediatria vrs neumonia grave, gérmenes, nuevas...Neumonia complicada en niños y pediatria vrs neumonia grave, gérmenes, nuevas...
Neumonia complicada en niños y pediatria vrs neumonia grave, gérmenes, nuevas...
 
A- LIBRO DE GINECOLOGIA Y OBSTRETICIA DE SEGO (2).pdf
A- LIBRO DE GINECOLOGIA Y OBSTRETICIA DE SEGO (2).pdfA- LIBRO DE GINECOLOGIA Y OBSTRETICIA DE SEGO (2).pdf
A- LIBRO DE GINECOLOGIA Y OBSTRETICIA DE SEGO (2).pdf
 
(2024-04-19). DERMATOSCOPIA EN ATENCIÓN PRIMARIA (PPT)
(2024-04-19). DERMATOSCOPIA EN ATENCIÓN PRIMARIA (PPT)(2024-04-19). DERMATOSCOPIA EN ATENCIÓN PRIMARIA (PPT)
(2024-04-19). DERMATOSCOPIA EN ATENCIÓN PRIMARIA (PPT)
 
Presentacion hipertension arterial sistemica
Presentacion hipertension arterial sistemicaPresentacion hipertension arterial sistemica
Presentacion hipertension arterial sistemica
 
Par craneal 8. nervios craneales.....pdf
Par craneal 8. nervios craneales.....pdfPar craneal 8. nervios craneales.....pdf
Par craneal 8. nervios craneales.....pdf
 
Regulación emocional. Salud mental. Presentaciones en la red. Slideshare. Ens...
Regulación emocional. Salud mental. Presentaciones en la red. Slideshare. Ens...Regulación emocional. Salud mental. Presentaciones en la red. Slideshare. Ens...
Regulación emocional. Salud mental. Presentaciones en la red. Slideshare. Ens...
 
tipos de masajes Ariana, descarga muscular
tipos de masajes Ariana, descarga musculartipos de masajes Ariana, descarga muscular
tipos de masajes Ariana, descarga muscular
 
SONDAS, CÁNULAS, CATÉTERES Y DRENAJES Yocelyn F. Feb 17 2011.ppt
SONDAS, CÁNULAS, CATÉTERES Y DRENAJES Yocelyn F. Feb 17 2011.pptSONDAS, CÁNULAS, CATÉTERES Y DRENAJES Yocelyn F. Feb 17 2011.ppt
SONDAS, CÁNULAS, CATÉTERES Y DRENAJES Yocelyn F. Feb 17 2011.ppt
 
Sarampión alerta sanitaria en 2024 México
Sarampión alerta sanitaria en 2024 MéxicoSarampión alerta sanitaria en 2024 México
Sarampión alerta sanitaria en 2024 México
 
Perfil-Sensorial-2-Child. Versión actualizada
Perfil-Sensorial-2-Child.  Versión actualizadaPerfil-Sensorial-2-Child.  Versión actualizada
Perfil-Sensorial-2-Child. Versión actualizada
 
Acceso venoso periferico, caracteristicas y funciones
Acceso venoso periferico, caracteristicas y funcionesAcceso venoso periferico, caracteristicas y funciones
Acceso venoso periferico, caracteristicas y funciones
 
ABDOMEN AGUDO Quirúrgico, etiologia.pptx
ABDOMEN AGUDO Quirúrgico, etiologia.pptxABDOMEN AGUDO Quirúrgico, etiologia.pptx
ABDOMEN AGUDO Quirúrgico, etiologia.pptx
 
EJERCICIOS DE BUERGUER ALLEN FISIOTERAPIApptx
EJERCICIOS DE BUERGUER ALLEN FISIOTERAPIApptxEJERCICIOS DE BUERGUER ALLEN FISIOTERAPIApptx
EJERCICIOS DE BUERGUER ALLEN FISIOTERAPIApptx
 
MTC Reinos mutante MADERA FUEGO TIERRA.pdf
MTC Reinos mutante MADERA FUEGO TIERRA.pdfMTC Reinos mutante MADERA FUEGO TIERRA.pdf
MTC Reinos mutante MADERA FUEGO TIERRA.pdf
 
Neumonía intrahospitalaria, generalidades de diagnostico y Tratamiento.pptx
Neumonía intrahospitalaria, generalidades de diagnostico y Tratamiento.pptxNeumonía intrahospitalaria, generalidades de diagnostico y Tratamiento.pptx
Neumonía intrahospitalaria, generalidades de diagnostico y Tratamiento.pptx
 
Clase 12 Artrología de Columna y Torax 2024.pdf
Clase 12 Artrología de Columna y Torax 2024.pdfClase 12 Artrología de Columna y Torax 2024.pdf
Clase 12 Artrología de Columna y Torax 2024.pdf
 

Forma y Funcion

  • 1. 1 Remedios Florales de Bach FORMA Y FUNCIÓN Por JULIAN BARNARD Contenido A los lectores de la edición en castellano 1 Prefacio del Autor 2 Prefacio a la Edición Americana 2 Introducción 3 1 Una Sensibilidad Creciente 7 2 Por la Orilla del Río 14 3 El Método Solar 29 4 Cúrate a Ti Mismo—Libérate a Ti Mismo 36 5 El Remedio Incorrecto 43 6 Cromer 47 7 Los Últimos de los Doce Primeros 65 8 La Arquitectura de los Doce Sanadores 73 9 Los Cuatro Ayudantes 77 10 Los Siete Ayudantes 92 11 Los Primeros de los Segundos Diecinueve 100 12 El Método de Ebullición 107 13 Resistiéndonos a Participar en la Vida 110 14 Desaprobación del Mundo a Nuestro Alrededor 117 15 ¿Qué ha entrado en tí? 122 16 La Llegada de la Luz 130 17 Haciendo el Patrón, Rompiendo el Patrón 134 18 Apatía, Depresión y Desesperación 145 19 El Patrón en la Práctica 152 Apéndices i La Historia de los Viajeros 157 ii Doce Maneras de No Estar Bien 160 iii ¿Qué Plantas Vienen de Donde? 161 iv Homeopatía, Diluciones y Juego de Números 163 v Cronología desde 1886 hasta 2002. 167 vi Construyendo un repertorio de Gestos de las Plantas 169 Notas finales 174 A los lectores de la edición en castellano Este breve texto de agradecimiento es para dar las gracias a todos aquellos de entre vosotros que habéis ayudado en la traducción y en la publicación de "Forma y Función"—del que hablaré más en un momento—y para dejar por escrito unas palabras de bienvenida para todos cuantos leáis la edición en castellano. Aunque Edward Bach era inglés y nunca viajó fuera del Reino Unido, sus ideas y sus remedios florales han viajado por todo el mundo y las semillas fruto de aquellos años de
  • 2. 2 descubrimientos, en los años 30, nunca han encontrado un terreno tan fértil como en los países latinos. Y tú, amable lector, eres parte de una generación que comparte la inspiración de miles, de cientos de miles de personas tanto en Centro y Sudamérica como en España. Bach esperó que sus colegas británicos asumiesen la oportunidad de trabajar con sus ideas, pero no lo hicieron. Tú si lo has hecho. Por todo ello, tiene sentido, al menos a los ojos del autor, haber llevado a cabo esta traducción en Cuba: una voz del nuevo mundo. Por tanto te agradezco muy sinceramente a ti, María Teresa Cornide. Eres una científica y, aunque algunas de las ideas pueden haberte sonado dudosas, has sido lo suficientemente amable como para respetar este libro como un intento de describir un nuevo tipo de ciencia. La idea de publicar el libro en México surgió de la hermosa amistad con tu sobrina Diana Arús y con Antonio Duek y su familia. Gracias a todos por vuestra calidez, vuestra generosidad y vuestra amabilidad. Probablemente Eduardo H. Grecco tiene más conexiones Bachianas en las Américas que ninguna otra persona, y ha contribuido a la traducción: muchas gracias, Eduardo, por tu apoyo y por tu asistencia. Y ya en casa, ha tenido lugar el meritorio trabajo de mi buen amigo Ricardo Mateos Sáinz de Medrano, que ha revisado y corregido el texto: gracias de nuevo, Ricardo. También gracias renovadas a Glenn Storhaug por el cuidadoso y atento trabajo de maquetación y de edición. Todos vosotros habéis mostrado vuestro amor y vuestra amabilidad y yo sólo puedo ofreceros mi amor y mi gratitud en justa correspondencia. Finalmente, dejadme volver a todas aquellas personas con quienes me he ido encontrando a lo largo de los años cuando hemos compartido nuestra experiencia y nuestro uso de los remedios de Bach. Pido disculpas por no haber aprendido español nunca, pero siempre he sentido en vosotros el afecto y el interés profundos en nuestra admiración compartida por el Dr. Bach y su trabajo. Os deseo toda alegría y toda felicidad en este manteneros en este camino. Prefacio del Autor Al escribir la introducción de Las Plantas Sanadoras de Edward Bach {The Healing Herbs of Edward Bach), en 1988, sugerí que ese libro representaba más un punto de partida que cualquier lugar de llegada. Han pasado catorce años para llegar a este punto—un largo tiempo para desarrollar una idea. Pero, para mí, la propuesta central sigue siendo la misma: el gesto de la planta y el gesto de la persona son equivalentes. La gran fortaleza y la sólida estatura del Roble (Oak), son un reflejo de la condición emocional en la que se encuentra una persona en el estado Oak; así mismo, el refinamiento y el distanciamiento del tipo Water Violet son la contrapartida de la delicadeza y de la gracia de la planta. Por tanto, lo que Bach descubrió acerca de las propiedades de aquellas flores que utilizó como remedios, todavía puede ser descubierto en nuestros días. Sólo tenemos que mirarlas de cerca para llevar a cabo esa misma observación. La observación del gesto de las plantas es útil para aquellos que aprenden acerca de los remedios de Bach, pues nos informa sobre los distintos estados emocionales. Así, una descripción basada en una flor es tan valiosa como una descripción basada en una persona. Ambas son necesarias. Pero los implícitos que surgen del análisis de ese material, que retrata la forma y la función de las flores de Bach, pueden extenderse más allá de la mera aplicación inmediata en el diagnóstico y en la terapia. Si los remedios trabajan realmente—y yo, al igual que muchos otros, he experimentado su acción— entonces debe de haber un significado real en el modo en el que crece una planta, porque la idea que instruye la forma no puede basarse en el azar. Como Bach diría, detrás del mundo físico de los seres vivos subyace un Gran Diseño. Un gran diseño y un gran diseñador, y este libro es un intento de representar aspectos de dicho diseño en acción. Mayo de 2002 Prefacio a la Edición Americana La Ciencia y la Tecnología dominan nuestras vidas; son las gemelas despóticas del materialismo, que nos ciegan a una existencia que está más allá del mundo físico, y en ningún lugar es esto más evidente que en el mundo contemporáneo de la investigación genética. Las tablas de probabilidad determinan la verosimilitud de la enfermedad. El paro cardíaco, o los trastornos renales, o cerebrales, pueden pronosticarse mediante lo que ha venido en llamarse un horóscopo científico
  • 3. 3 para el cuerpo físico. Así, la genética sostiene poder explicar hasta la mentalidad del individuo, pues debe de haber un gen para la creencia teológica y el ateísmo. Pero, mientras que un horóscopo astrológico detecta la influencia de lo invisible, de las fuerzas extraterrestres, el horóscopo genético mira a través del otro lado de la lente: observa la influencia de lo micro más que la de lo macro. ¿Qué es lo correcto? De hecho, ambas miradas ilustran el potencial para los conflictos y las dificultades en la vida. La genética mira hacia lo físico, la astrología, hacia lo metafísico. Pero aquel sistema que se anote el mejor resultado no deberá darnos simplemente una explicación "científica" de lo que le ocurre a las especies, sino que debe de decirnos algo más acerca del significado de nuestra vida individual. Porque, a fin de cuentas, eso es lo que buscamos— una explicación. El estudio de la obra y de los descubrimientos del Dr. Edward Bach me ha llevado hacia el significado y la explicación. Ahí he encontrado un medio de reconciliar la ciencia y la metafísica—las teorías evolutivas de Darwin con la creencia en un divino creador—mediante el poder postular que existe una evolución de la conciencia, que es coaxial con la evolución física de toda especie, pues el acto primario de la creación tuvo lugar en el seno de un conjunto potencial para las formas vivas, y para la conciencia de sí mismas. La genética, por consiguiente, describe más un proceso total que unas acciones físicas. En este libro he tratado con detalle las relaciones existentes entre las personas y las plantas, pues ambas comparten el reino de la naturaleza. Bach dijo que algunas plantas habían sido "divinamente enriquecidas", pero está claro que toda forma de vida está enriquecida divinamente, aunque no podamos verlo. Este es el problema para el científico: cómo ver lo invisible. Por ello, quizá deberíamos comenzar a mirar con un ojo atento. Julián Barnard Walterstone, Hereford, Diciembre de 2003 Introducción LA EXPRESIÓN "Remedios Florales de Bach" significa cosas distintas para diferentes personas. Siete jueces británicos han sido de la opinión que "remedios florales de Bach" es una forma, tanto adecuada como segura, de describir los descubrimientos del Dr. Edward Bach. Ellos mismos señalaron que esa es la única manera de evitar la paráfrasis 'un remedio floral preparado según las instrucciones originales del Dr. Edward Bach'. Dijeron que 'remedio floral de Bach' es la denominación genérica — el tipo, la clase de remedio — como sucede con las expresiones 'remedios de plantas' o 'remedios homeopáticos'; y que el sustantivo 'Bach' no puede ni debe utilizarse para identificar los productos de un fabricante en particular. En otras palabras, 'Bach' no puede ser una marca comercial válida. Eso es lo que han dicho los jueces: uno en la Corte Suprema, tres en la Corte de Apelación y tres en la Corte más alta de este país: la Cámara de los Lores. Ello ayuda a definir aquello que son los remedios florales de Bach.1 Alguien podrá pensar que esta es una manera extraña de comenzar un libro, pero se ha dado un énfasis indebido a la citada expresión por parte de aquellos que desean asociarla a una marca específica con propósitos comerciales. Por tanto, se hace necesario definir las palabras una vez que éstas han sido mal utilizadas, y gran parte del plan de esta obra es sugerir una redefinición del trabajo y de la obra del Dr. Bach, así como de su descubrimiento de los remedios florales. Se han escrito muchos libros sobre los remedios de Bach, pero la mayoría se han concentrado en los efectos terapéuticos de la toma de las esencias. Ciertamente ese es un valioso intercambio de experiencias, pero ya es tiempo de una nueva evaluación. Se cumplen ahora setenta y cinco años desde que el Dr. Bach encontró Impatiens creciendo en las orillas del río Usk, en el pueblecito de Crickhowell, allá por los confines de Inglaterra junto a la frontera del País de Gales. A lo largo de los años, la atención siempre se ha dirigido hacia los remedios florales o hacia el propio Bach, pero poco se ha hecho por ubicar su trabajo en un contexto más amplio. Nadie ha considerado de forma apropiada cómo es que el Dr. Bach realizó esos descubrimientos, por qué los remedios se preparan así, o por qué tienen esas propiedades particulares. Es como si se hubiera olvidado el por qué los remedios florales de Bach se preparan a partir de flores. Del mismo modo, tampoco se han considerado las implicaciones filosóficas de su obra, que no han sido completamente exploradas. Ha habido una tendencia a utilizar los remedios y a olvidar la filosofía, como sucede con frecuencia. Pero esto es incorrecto.
  • 4. 4 En una conferencia dictada poco antes de su muerte,2 el Dr. Bach planteó que el propósito real de los remedios que había encontrado era 'acercarnos a la Divinidad interior', a esa 'Divinidad interior que es la que nos cura'. Para él, toda filosofía apuntaba en esa dirección, hacia esa 'Verdad Única que ha sido mayormente olvidada'. En toda su obra, Bach intentó mostrar cómo salud y enfermedad están íntimamente ligadas a la manera en que la persona vive y a la necesidad de hacer cambios en el modo de vida. No separaba persona de enfermedad (la suya era una visión holística), creyendo que lo que ocurría en el cuerpo físico estaba directamente relacionado con la forma de pensar del paciente, y con sus circunstancias espirituales y emocionales. En esa misma línea de pensamiento, señaló la importancia de aprender a responsabilizarnos de nuestra salud de forma individual. Por ello, los remedios de Bach ayudan y apoyan el proceso de cambio, pero tomar un remedio sin comprender la fuente de la que emana su capacidad curativa es perder de vista el contexto del aprendizaje ofrecido. El contexto del trabajo de Bach puede entenderse a partir de sus escritos.3 Para él, la medicina fallaba porque se manejaba con los resultados físicos y no con las causas reales de la enfermedad. Hasta un tratamiento aparentemente exitoso 'no es—en sus palabras—más que un alivio temporal, a menos que se elimine la causa real'.4 Dicha causa real, al igual que la curación real, no se origina en el nivel físico pues la enfermedad es el resultado del conflicto entre 'alma y mente'. Bach hizo poco por definir estos términos, pero sí apuntó a un conflicto entre la personalidad individual y el ser superior de cada quien, que vinculó a una dimensión espiritual desde la cual procede la curación. Y si las plantas ayudan a curar, eso es porque también están vinculadas a dicha dimensión espiritual, por ser una expresión de las fuerzas divinas que trabajan en la naturaleza, por ser parte de un mundo sagrado.5 La medicina científica es responsable de esa visión según la cual el cuerpo humano no es más que una máquina en la que uno habita, pero Bach lo contempló más bien como un templo del espíritu. Por ello, sus ideas fueron el principal obstáculo para la aceptación de sus remedios. Esa es la razón por la cual Bach ha permanecido fuera de los cánones de la medicina, que coloca la acción humana, y no tanto la "Chispa Divina", en el tablero de operaciones.6 Este es el material inflexible con el cual trabajar. Lee lo que Bach dijo y verás como no jugó con marionetas pues, si bien pudo modificar sus términos y sus palabras en función de la audiencia, el mensaje permaneció siendo el mismo. La erradicación de los síntomas de la enfermedad es un respiro temporal si no se reconoce y se trata la causa de la enfermedad; y eso no ocurre únicamente en el nivel físico. Sin embargo, debemos llegar a alguna síntesis entre ciencia y religión, entre tratamiento médico y autocuración a través del espíritu, entre la aceptación de la ayuda y la asunción de la responsabilidad individual. Bach puede ubicarse en la corriente general de las terapias alternativas y complementarias, sin que por ello quede comprometida la integridad de su mensaje. Millones de personas utilizan remedios florales y creen que funcionan, a pesar de que pueda ser difícil explicar el cómo y el por qué. Existe una separación entre la práctica y la teoría, y el problema radica en las inadecuaciones del lenguaje y en la falta de un contexto que permita una explicación. No existe una estructura en las ciencias físicas que posibilite la explicación de aquello que no es físico, y pocos estarán dispuestos a una escucha imparcial a menos que la evidencia se obtenga mediante estudios convencionales. Este es el dilema clásico: cómo probar científicamente algo que no se ajusta a la estructura del pensamiento científico. Se han hecho intentos, pero la evidencia ha sido ignorada y mal interpretada.7 Pero, si existe un grado de realidad en los descubrimientos del Dr. Bach, entonces deberá, de forma inevitable, producirse un cambio en la perspectiva desde la que contemplamos nuestro mundo y aquello que es la vida. La experiencia práctica debe modificar la teoría científica. Debe reconsiderarse la relación entre las personas y las plantas. Las plantas son formas conscientes de vida, responden a su medio ambiente; pueden sentir, reaccionar y moverse. Tienen conciencia. Las investigaciones realizadas en el Instituto Bose, de Calcuta, en los años 20 del siglo XX, demostraron que las plantas están dotadas de ' un sistema nervioso.8 Sir Jagadis Chunder Bose (1858-1937) diseñó un equipo sensible que registraba las reacciones de las plantas ante un estímulo, y experimentos en USA, usando el polígrafo (el detector de mentiras), demostraron que las plantas reaccionan ante el pensamiento humano.9 Bach descubrió que determinadas plantas son capaces de aliviar o de contrarrestar los problemas emocionales
  • 5. 5 humanos: así, Impatiens ayuda a aliviar el dolor y la irritación; Mimulus a sobreponerse al miedo; Scleranthus, a resolver la vacilación y la indecisión. Y ello no se basa en la química física de hojas y flores, sino en las propiedades de una cierta energía sutil existente en el interior de la planta — un tipo de espíritu, o conciencia de la planta, que hemos olvidado o con el que hemos perdido contacto. Las teorías de la evolución, desarrolladas por Charles Darwin, hacen referencia únicamente a la forma física de las especies. El postuló que debe de producirse una adaptación de las especies a las influencias ambientales, a través de la supervivencia de aquellos individuos más capaces para adaptarse.10 La conciencia no forma parte de esta historia y, sin embargo, es lógico pensar que, al igual que la forma física se ha adaptado y evolucionado, así también lo ha hecho la conciencia. Supongamos que la conciencia es consustancial a la vida y que, de alguna forma limitada, estuvo presente desde los orígenes. Así, a medida que las formas vivientes evolucionaron y crecieron en complejidad, también lo hizo la conciencia. Del mismo modo que todas las formas físicas se relacionan a través de antepasados comunes, las formas de conciencia también lo están. Los descubrimientos del proyecto del genoma humano demuestran que los humanos comparten el noventa y ocho por ciento de su ADN con los chimpancés, el cincuenta por ciento con los plátanos, y el treinta y ocho por ciento con un narciso.11 De ahí que haya razones para establecer la hipótesis de que chimpancés, plátanos y narcisos compartan algo de la conciencia humana. Esta idea se hace difícil para los occidentales debido a la atmósfera cultural en la que hemos respirado durante tanto tiempo. Se nos ha enseñado que el Homo sapiens ha evolucionado como la especie dominante sobre la tierra en virtud de su inteligencia, su astucia y su superioridad moral, un problema que comenzó con el Libro del Génesis y la historia del Jardín del Edén. Según el Génesis, en el sexto día Dios dijo a Adán que tenía dominio sobre todas las criaturas y que podía hacer lo que quisiera con las plantas {Génesis I, 28-30). Después le encomendó la tarea de dar nombre a los animales y a las plantas {Génesis 2, 19), comenzando ahí esa idea de que los humanos eran distintos y superiores al resto de la creación. En términos teológicos esto originó la noción de que solamente la humanidad tiene un alma y que todas las otras formas vivas le están subordinadas, por estar carentes de significado. Dar nombre a las especies fue el primer paso hacia la separación entre el hombre y el resto de la naturaleza. La ciencia se fue desarrollando mediante el proceso de nombrar distintas partes, pues su foco era el mundo físico y, en ese sentido, Adán fue el primer científico. La estrechez de miras de esta ciencia se ha hecho evidente, tan llena de hechos y tan vacía de significados. Pero es difícil encontrar una alternativa que vaya más allá de la esperanza y la especulación. El deseo no conduce necesariamente a la realidad; la experiencia de una persona puede no ser compartida por los demás. ¿Y qué si el Dr. Bach vio fantasmas, luces, patrones de energía, o formas de pensamiento? ¿Fue sólo imaginación? ¿Y qué si sintió cosas que no son el resultado de las fuerzas físicas? Es probable que tú, lector, simpatices con esas ideas, pero no te pido que aceptes lo que aquí está escrito sin crítica alguna, por mera simpatía. Trata, por favor, de aplicar alguna ciencia a las propuestas que aquí se hacen, pues sólo si algo puede ser demostrado como consistentemente cierto para cualquier observador, queda entonces científicamente aprobado. Por tanto, observa si una idea puede ser validada, si se ajusta a criterios objetivos de observación. Y luego, si es así, podrá entonces comenzar el proceso de redefinir nuestra ciencia y nuestra percepción de la realidad. ¿Qué es lo que estoy pidiendo en realidad? Considerar lo siguiente: que una esencia preparada a partir de una de las flores de Bach modifica una emoción en particular. Y si la forma en la que una planta crece puede darnos una información objetiva acerca de una emoción, entonces se hace necesario reconsiderar la ciencia. Consecuentemente, si Linneo ideó un sistema de taxonomías botánicas basado en el sistema reproductivo de la flor, un sistema ulterior podría basarse en la cualidad del gesto de la planta: su raíz, su tallo, su hoja, su flor, su semilla, y su modo de crecimiento. Las observaciones podrían utilizarse para fijar un nuevo lenguaje evaluativo que describa los estados emocionales (miedo, ira, duda, resentimiento) en términos precisos y consistentes que se reflejen en el gesto de la planta.
  • 6. 6 Una esencia floral de Gorse (Aulaga) actúa sobre una persona que se encuentra en un estado mental particular (desesperada y sin esperanza), operando como un acicate para la renovación y la primavera de una nueva vida. Esa idea de acicate y de primavera se encuentra representada gráficamente en el gesto de la planta. De modo semejante, las espinas del tallo de Wild Rose (Rosa Silvestre) ilustran esa necesidad de un estímulo para poder sobreponernos a la apatía propia del estado que el remedio trata. Así mismo, el hecho de que Water Violet (Violeta de Agua) crezca flotando en el agua, sin raíces fuertes que la anclen al suelo, demuestra el desapego propio de este tipo de persona; o el temperamento explosivo del tipo Impatiens se refleja en las explosivas vainas que contienen las semillas de la planta. Reduciéndolo a un significado sencillo, también podemos decir que las flores amarillas comparten ciertas ideas; que las plantas con hojas pilosas tienen atributos comunes; o que la estructura de un arbusto, o de un árbol, nos hablan de la idea que subyace en el interior del cuerpo físico y vibratorio de la especie vegetal. Todo ello forma parte de la identidad de la planta. Podría argumentarse que dichas observaciones son demasiado subjetivas como para tener algún valor pero, en ese caso, yo formularía la siguiente pregunta: ¿podrías intentar llevar a cabo un experimento? Toma un grupo de personas y comienza a hacer con ellos observaciones en torno a una planta o un árbol. Observa lo que dicen. Mirad al Aspen (Álamo Temblón), al Impatiens, al Gorse (Aulaga), o a cualquiera de las otras plantas que son remedios de Bach y, después de un rato, leed lo que aquí se ha escrito sobre esa flor en particular. Observad si hay cosas en común, recoged si comienza a conformarse un lenguaje objetivo: un lenguaje de raíz, de tallo, de hoja, de flor y de semilla. He hecho esto con muchos grupos de personas y he encontrado que las observaciones son siempre consistentes y directamente relevantes con la descripción del estado emocional que Bach asoció con el remedio. Y, curiosamente, en cada ocasión alguien ha encontrado algo nuevo que decir, ha aportado una nueva observación sobre la planta. Cada uno de los treinta y ocho remedios de Bach contiene información de este tipo. Es decir, que el gesto de la planta ilustra el estado emocional de la persona que necesita ese remedio. Por lo tanto, la forma y la función se extienden mas allá de los confines de la botánica convencional, para incluir un nivel más amplio de estudio. En primer lugar existe una información basada en los atributos físicos de la planta; luego, existe una información sobre su gesto, sobre la idea que expresa. Este segundo nivel incluye al primero, pero tiene en cuenta una imagen más amplia. En ese sentido, las espinas de Wild Rose ilustran este punto. Una visión funcional sugeriría que las rosas tienen espinas para su protección pero, alternativamente, las espinas también sirven a un propósito evolutivo al dar sostén a los tallos. Darwin observó que las plantas trepadoras utilizan las espinas para agarrarse a sus vecinos, del mismo modo en que otras plantas trepadoras Utilizan los zarcillos.13 Pero este aspecto simbólico de la rosa y sus espinas que hemos mencionado, abre nuevas posibilidades de comprensión que no quedan limitadas a la ciencia física. Desarrolla esta idea y se te evidenciará que en el estudio de las plantas puede encontrarse una ciencia de la metafísica y de
  • 7. 7 un significado interior. El descubrimiento por parte de Bach de los remedios florales nos da una clave para la comprensión de ese significado. 1 - Una Sensibilidad Creciente TODA NARRACIÓN EN TORNO A LOS REMEDIOS FLORALES DE BACH debe comenzar justamente con el hombre que los descubrió: el Dr. Edward Bach. Los hechos esenciales de su historia nos los aporta Nora Weeks en su obra Los Descubrimientos del Dr. Edward Bach, publicada por primera vez en 1940, cuatro años después de la muerte de él. Si bien podríamos querer saber algo más acerca del drama personal de la vida del Dr. Bach, y pudiéramos leer dicha obra más como una hagiografía que como una investigación biográfica incisiva, el libro relata los acontecimientos básicos. Posteriormente, esa misma información ha sido repetida por la mayoría de autores que han tratado el tema. Otras investigaciones ulteriores que se han llevado a cabo llaman, al menos, a cuestionarnos algo del brillo con el que se ha adornado la vida de Bach, pero hasta el momento dichas investigaciones no se han publicado. Si Bach estuviera hoy aquí, sería instructivo hacerle algunas preguntas sobre esos temas en los que Weeks permanece extrañamente silenciosa — ¿Qué hay de su familia, de sus dos esposas, de su hija? — pero hay sospechas que apuntan a pensar que dicha entrevista no llegaría muy lejos. Quizá la vida privada de Bach fue justamente así. Sin embargo, una parte de la historia de Bach es esencial para nuestra comprensión de los treinta y ocho remedios florales que encontró. Los acontecimientos que, en 1930, le llevaron a tomar la decisión de abandonar Londres y buscar nuevos remedios florales dicen mucho acerca del hombre y del proceso de descubrimiento. Y esto, a su vez, nos informa sobre los remedios florales. Edward Bach completó su formación básica en medicina en 1912., a la edad de veintiséis años. Al año siguiente trabajó con personas accidentadas, manejando la sangre y las tripas de la medicina. Estaba comenzando por el nivel más físico, ese nivel en el que, a pesar de lo brillante que sea un cirujano, la aguja y el bisturí son los instrumentos de emergencia y de último recurso. Cortar y abrir el cuerpo físico sigue siendo la forma más cruda de la intervención médica, y Bach se movió rápidamente hacia formas más sutiles de tratamiento, comenzando a trabajar como bacteriólogo utilizando el microscopio en un laboratorio para estudiar los diferentes tipos de bacterias que habitan el intestino humano. La presencia de estas bacterias es perfectamente natural en una persona sana pero, en aquellas que están crónicamente enfermas, altas poblaciones de esas bacterias pueden ser una indicación del desequilibrio del cuerpo, pudiendo llegar a envenenar el sistema. Este estudio de Bach se conoce con el título de toxaemia intestinal y sus investigaciones llevaron al desarrollo de vacunas, la forma nueva y muy popular de tratamiento médico en aquel tiempo. Bach nació en 1886, poco después de que Pasteur desarrollara la vacuna contra la rabia. A finales del siglo XIX, la inmunología y la terapia con vacunas estaban al frente de la investigación médica y, del mismo modo en que la industria farmacéutica de fines del siglo XX ha estado dominada por la ingeniería genética y la biotecnología, los pioneros del laboratorio de hace cien años estaban convencidos de que las vacunas y la inmunología tenían la clave de la salud mundial y del futuro de la medicina. Por Nora Weeks sabemos que Edward Bach, siendo todavía un niño, estaba cierto de querer ser médico. ¿Qué podía inspirarlo más que el trabajo de Pasteur, de Koch (cuyo alumno Petri dio nombre a las placas Petri) y sus colegas? Aquel era un tiempo de cambio en la historia, con hombres del mundo de la medicina que alcanzaban una gran reputación al revelar los secretos de la enfermedad. El bacteriólogo alemán Roben Koch, había aislado el agente causante del ántrax en 1876 y el bacilo de la tuberculosis en 1882; y posteriormente continuó con la investigación del cólera, y de las vacunas de la peste bovina y de la malaria. Sincrónicamente, las principales enfermedades contagiosas como el tifus, la difteria y la polio se abrieron súbitamente al estudio y al tratamiento por una nueva vía. La ciencia estaba ampliando las fronteras del conocimiento, y con los beneficios probados de los antisépticos de Lister parecía que los microbios eran el enemigo de la salud y de la humanidad. El campo de batalla era la célula, que tenía amigos y adversarios — poderosos ejércitos de fagocitos y de amenazantes gérmenes infecciosos. El trabajo de Pasteur había establecido lo que, en los años 8o de aquel siglo, se conoció como la 'teoría del germen': la idea de que la enfermedad es el resultado de gérmenes que invaden el cuerpo. Estos gérmenes, aunque
  • 8. 8 microscópicos, eran poderosos; los asesinos no vistos, el enemigo invisible. Los gérmenes eran los agentes que lograban vencer a los ejércitos marcianos que habían conquistado todo el planeta en el relato de ciencia-ficción de H. G. Wells, La Guerra de los Mundos, publicado en 1898. Al tanto de la ciencia contemporánea, Wells permitió a sus lectores suspirar con alivio al contemplar como el hecho científico salvaba al planeta de la fantasía científica. La fuerza marciana invasora era portadora de extraños y poderosos rayos de calor, de armas de destrucción masiva ante las que la humanidad estaba indefensa. Pero, irónicamente, fueron los gérmenes, esos mismos organismos que parecían retarnos con mayor firmeza, los que terminaron salvando el día para la humanidad: los marcianos fueron abatidos por las bacterias patógenas contra las cuales sus sistemas corporales no estaban preparados y se mostraban indefensos. Sin entrar al detalle en los resultados alcanzados por estos avances de la medicina, es interesante tener una idea de sus implicaciones. Detrás de la inmunología se esconde una agradable simplicidad: el cuerpo posee una defensa integral (el sistema inmunológico) que luchará contra los invasores. Es posible aislar al invasor potencial, la bacteria o el virus, que causa el problema. Una vez aislada, la bacteria puede hacerse crecer en un cultivo, hacerse inactiva y, posteriormente, liberarse en el torrente sanguíneo de un animal o de un ser humano. A continuación, el sistema inmunológico 'lee' la vacuna como la cosa real e inicia la producción de anticuerpos para defenderse a sí mismo. Así, una vez que los anticuerpos están presentes, si un invasor activo de ese mismo tipo llega al cuerpo, éste estará preparado con antitoxinas para neutralizar la infección. Esto es un simple esbozo, pues el tema es complejo y hay muchas variantes en esta cuestión básica de la reacción antígeno-anticuerpo. Entonces como ahora se produjeron vacunas de este tipo, utilizando vacas y caballos como huéspedes para generar anticuerpos que después son transferidos a los humanos. Ese fue el proceso iniciado por Jenner con su uso del virus vacuno (vaccinio) para inocular o vacunar contra la viruela (1796). Hacia 1900 aquello se había convertido en una industria y se necesitaban investigadores para aislar los agentes patógenos que caracterizaban las enfermedades individuales, así como para desarrollar vacunas que pudieran contrarrestarlos. La investigación podía dirigirse a una enfermedad específica, o a algo más general, buscando información sobre la forma en la que trabaja el sistema inmunológico. Como joven graduado en medicina, el Dr. Bach debió de consultar con sus colegas y profesores donde encontrar la vía de entrada a nuevas investigaciones, pues un proyecto atrayente era el intentar descubrir alguna nueva vacuna, o algún novedoso método de tratamiento, que pudiese llevar su nombre, y ese fue justamente su caso, pues él descubrió los nosodes de Bach. (Los Nosodes son remedios homeopáticos preparados a partir de descargas de una enfermedad.) El Dr. Bach comenzó a investigar en el campo de lo que hasta entonces se había considerado como una clase sin importancia de bacilos asociados con la enfermedad crónica que, como no eran los causantes directos de ninguna enfermedad específica, habían sido ignorados. Sin embargo, su presencia “en tan alto porcentaje de casos, en situaciones en las que ningún otro organismo patógeno o anormal podía ser aislado'' abría una nueva línea de investigación. Tomando una muestra de las deposiciones del paciente era posible hacer crecer un cultivo de las bacterias presentes en las heces fecales que, posteriormente, podían identificarse al microscopio. Mas tarde, las bacterias predominantes eran utilizadas para preparar una vacuna que se readministraba al paciente, cuyo efecto era el estimular una respuesta en éste que cambiase tanto la población bacteriana como la salud general de la persona. Hacia 1919 Bach había ocupado un puesto en el Hospital Homeopático de Londres (el London Homoeopathic Hospital), donde aún trabajaba en bacteriología, como patólogo, no como homeópata. Pero su contacto con los escritos de Hahnemann y con los médicos homeópatas del hospital orientaron su investigación en una nueva dirección. Si anteriormente había preparado una vacuna a partir de las bacterias de un paciente individual y la había administrado en forma líquida con una jeringa hipodérmica, desde entonces comenzó a usar los métodos homeopáticos para preparar vacunas en forma de tabletas, administradas por vía oral. Así, una vez más vemos como Bach se estaba moviendo hacia formas más sensibles y más sutiles de tratamiento, que eran menos dañinas para la persona, evitando la aguja de la jeringa hipodérmica porque pinchaba la piel e invadía el cuerpo. En un trabajo escrito en 1920, propuso que la terapia con vacunas estaba más próxima a la homeopatía que a la medicina alopática: La semejanza entre la
  • 9. 9 terapia con vacunas y la homeopatía es muy estrecha; tan estrecha que tendría sentido hacerse una pregunta: ¿no son idénticas?2 En el caso de sus propias vacunas, Bach presentó evidencias de que su preparación, su dosificación, y su acción terapéutica eran claramente homeopáticas y, sin duda alguna pensando que aquello que él estaba descubriendo también sería descubierto por otros en busca de la verdad, creyó que toda la medicina pronto giraría hacia la homeopatía: A día de hoy, la actitud de la. profesión médica en general es tener en cuenta la homeopatía; pero cuando, como ocurrirá en breve, se reconozca y se aprecie de forma generalizada que toda la investigación moderna en manos de los alópatas está rápidamente experimentando y derivando en la dirección de las leyes de Hahnemann, entonces la homeopatía será reconocida como esa maravillosa ciencia que es.3 Es extraordinario que Bach fuera tan optimista en aquel tiempo, pues contempló la medicina alopática y la homeopatía como caminando en una vía convergente de respeto mutuo y de reconocimiento; ése mismo camino que él pensó que estaba transitando. En 1918, la peor epidemia de gripe de la historia, la llamada "gripe española", mató a más de veinte millones de personas en todo el mundo y afectó a una cantidad de población cincuenta veces mayor. Solamente en Inglaterra y el país de Gales murieron 200.000 personas y las vacunas parecían ofrecer la única perspectiva real de tratamiento o de prevención. Nora Weeks nos dice que Bach 'fue autorizado extraoficialmente para inocular con sus vacunas a las tropas (británicas) de ciertos campamentos salvando varios miles de vidas'4 . Sin evidencias claras, se hace difícil saber qué hacer con esta afirmación. Sin embargo, si que era demostrable que un individuo que padeciese una forma leve de la infección podía sobrevivir y permanecer inmune, de modo que la epidemia ilustró el principio de la terapia con vacunas, al tiempo que posibilitó el preguntarse: ¿Qué es lo que hace a una persona susceptible a la infección? ¿Por qué si tantos individuos se infectaron, algunos quedaron exentos de ella? Bach debió hacerse a sí mismo dichas preguntas, pues su experiencia clínica le había mostrado como en una sala llena de personas con una misma enfermedad éstas manifestaban, en términos emocionales, distintas actitudes tanto en relación consigo mismas como con relación a su estado. El estado emocional del paciente influía en la prognosis, y el miedo era el gran asesino. Por tanto, el hecho de que la homeopatía también contemplara el estado mental de un paciente la convertía, de pronto, en una perspectiva llamativa para Bach. La homeopatía ofrecía una imagen más completa de la salud y de la enfermedad humanas. Durante los años 20 Bach continuó su trabajo con éxito creciente y escribió un libro — Chronic Disease, a workinghypothesis ("La enfermedad crónica, una hipótesis de trabajo") — en conjunto con el Dr. Charles E. Wheeler. Dicha obra versaba sobre la terapia con vacunas y en ella es notable la defensa que los autores hacen de una dieta alimentaria cruda como forma de apoyo en el tratamiento del cáncer. Esto, en 1925.5 Bach había llegado a la conclusión de que la dieta era un factor vital en la ecuación puesto que influía en el pH (grado de acidez) de los intestinos y, por consiguiente, en la población bacteriana del colon. La lectura de su libro ilustra de manera muy gráfica cuales son los distintos aspectos implicados en un estudio bacteriológico del tracto gastro-intestinal, en el que las heces son el vehículo portador de los pequeños individuos objeto de estudio desde el paciente hasta el laboratorio, por así decirlo. Posteriormente, Bach se sentiría atraído hacia las flores por sus cualidades sanadoras y curativas. Curiosamente, y como contraste, dedicó la mitad de su vida laboral trabajando con desechos fecales y cultivos de bacterias creciendo en cápsulas de Petri. Tiempo más tarde habría de expresar su deseo de trabajar, no con el producto de la enfermedad, sino con los 'remedios del campo y de la Naturaleza'.6 Como suele ocurrir, investigaciones similares sobre la dieta han estado llevándose a cabo recientemente en el Hospital de Addenbrooke, en Cambridge, Inglaterra, y parecen apuntar a la misma conclusión a la que Bach llegó hace más de setenta anos, aquello que él denominó 'errores de la dieta' causantes de múltiples problemas. Si nos alimentamos de modo inadecuado, la consecuencia será un déficit en los nutrientes necesarios para la salud. También careceremos de sustancias que alimentan a las bacterias útiles, que mantienen el tracto intestinal íntegro y proveen de un revestimiento saludable para los intestinos. Recíprocamente, una dieta errada estimulará la proliferación de las bacterias que forman toxinas que pueden ser absorbidas por el cuerpo a través
  • 10. 10 de la pared intestinal. Además, las toxinas producidas por una alimentación inadecuada, y en particular aquellas producidas por la carne cocinada, envenenan el sistema. El Dr. Bach pensaba que el problema se centraba en el equilibrio ácido-alcalino de las heces dentro del colon, que pensaba que debía ser ácido.7 Un pH neutro o alcalino estimula el crecimiento de la flora intestinal dañina y el problema es casi siempre crónico y el resultado de hábitos dietéticos pobres a lo largo de muchos años, probablemente desde la niñez. Bach extrajo sus conclusiones del examen de pacientes que padecían enfermedad desde largo tiempo atrás, personas que a menudo estaban en fase terminal. Sin embargo, el proceso es aplicable a todos nosotros, sin importar la edad o el estado de salud. Entonces, ¿en qué consiste, según Bach, una buena dieta? Los principios esenciales son una alimentación natural abundante: frutas, frutos secos, cereales y vegetales. A pesar de que una dieta vegetariana puede parecer preferible, si los alimentos están cocinados no es mucho más beneficiosa que las dietas a base de carne o de pescado. Más importante es, quizá, eliminar los alimentos procesados o conservados, un hecho que, afirma Bach, reduciría los malos hábitos de alimentación de la sociedad occidental moderna. El propósito era obtener unas heces fecales inodoras y de color amarillo claro, indicativas de un colon saludable. El problema que él identificó, en la mayoría de nosotros, fue unas heces fecales oscuras, malolientes, y procedentes de unos intestinos donde se producen putrefacción y toxinas. Dichos problemas dietéticos están asociados a síntomas claros, que varían en función del tipo de bacteria implicada, y Bach hizo referencia a dolores de cabeza, cansancio, fatiga, y ansiedad. Sin embargo, y por lo general, la toxemia intestinal provoca "de forma gradual e insidiosa, una disminución de la vitalidad del individuo y eleva la susceptibilidad a las enfermedades agudas y crónicas".8 El Dr. Bach mantuvo una práctica médica exitosa y un grupo de técnicos de laboratorio que, sin duda, llevaron a cabo la mayor parte del trabajo rutinario examinando la condición bacteriana de los pacientes. Desarrolló siete vacunas bacterianas o nosodes (los nosodes de Bach), que fueron utilizadas con éxito para tratar varios tipos de enfermedades. A lo largo de ese proceso, Bach observó que había "tipos" característicos, tanto físicos como mentales, que se correspondían con una u otra de las siete vacunas. De hecho, a menudo era capaz de detectar cual de los siete grupos bacteriológicos correspondía al paciente, simplemente reuniéndose con éste y observándolo. En ese sentido, ya estaba moviéndose hacia una forma de trabajar más centrada en la persona y menos en los detalles patológicos evidenciados en las pruebas de laboratorio. En fechas tan tempranas como 1920, Bach ya estaba describiendo el comportamiento característico asociado con ciertas bacterias: Por lo tanto, los individuos que tienen temores poco usuales, tales como miedo al fuego, las alturas, las multitudes, o el tráfico, tienen, casi invariablemente, un organismo del tipo del grupo de bacilos paratifoideos? O bien, como otro ejemplo, la persona "muy tensa, nerviosa, con expresión ansiosa", a menudo tiene bacterias del grupo Proteus. Así mismo, el paciente que parece estar en perfecta salud y, sin embargo, tiene una enfermedad crónica subyacente es del tipo de Coli mutable; o, las personas que se lastiman fácilmente son del tipo Disentería. Así, Proteus, Coli mutable y Disentería son tres de los siete grupos bacterianos. En esta etapa, describía sus observaciones tomadas en su libreta de notas, pero aún no formulaba una hipótesis completa. Sin embargo, ya había una idea emergente: la asociación entre la personalidad y algunos factores físicos que predisponen hacia la enfermedad. En este punto Bach seguía a los homeópatas y sus "retratos de medicamentos", que describían una imagen más amplia de síntomas, tanto físicos como mentales. No se contentaba con hacer un diagnóstico y nombrar la enfermedad, prescribir un medicamento y luego esperar los resultados. Deseaba entender a la persona como un todo, las distintas influencias que afectaban a su salud y, sobre todo, la causa de la enfermedad. "Nuestro objetivo", decía, "no es curar el cáncer, nuestro propósito es prevenirlo".10 Después de tratar a personas que estaban enfermas crónicamente, observó que la enfermedad del cuerpo físico era, a menudo, el resultado de un proceso de larga duración. Por tanto, deseaba poner el énfasis en la forma en la que nos enfermamos, y no simplemente en atacar con armas a la enfermedad, con la esperanza de que así pudieran destruirse los agentes patógenos. Aquí aparece el proceso de diferenciación entre la corriente seguida por la
  • 11. 11 medicina establecida y la vía hacia la que el propio Dr. Bach se dirigía. Hahnemann había sido muy explícito sobre el modo de observar la conducta de un paciente: "Cuando el médico ha terminado de anotar sus frases, entonces toma nota de lo que percibe... Ejemplos de las observaciones de un médico: 1. ¿Cómo gesticula el paciente durante la visita? 2. ¿Está molesto, es agresivo, está apurado, con ganas de llorar, ansioso, desesperado, triste, o está reconfortado, calmado, etc.? 3. ¿Está somnoliento o confuso, en general? 4. ¿Habla de modo exigente, muy débilmente, inapropiadamente, o de otra forma? 5. ¿Descansa el paciente con la cabeza inclinada hacia atrás? ¿Con la boca semiabierta o abierta...? 6. ¿Con cuánto esfuerzo se endereza el paciente? Organon ofthe Medical Art del Dr. Samuel Hahnemann, editado por Wenda Brewster 0'Reilly, traducido por Steven Decker; Birdcage Books, Washington, USA, 1996; pp. I34-I35. Para su visión de la salud, fue fundamental que el cuerpo no se convirtiese en un campo de batalla para la medicina. Si la teoría del germen veía al paciente como invadido por la enfermedad, algunos pensaron que la labor de la medicina era contraatacar con productos farmacéuticos capaces de vencer al enemigo, y aún en la actualidad esta analogía militar nos viene enseguida a la mente con expresiones como analgésicos, batalla contra el SIDA, O lucha contra el cáncer. Bach se inclinaba hacia un enfoque distinto, pero también cayó en el lenguaje de la guerra para explicar el por qué: La principal razón para el fallo de la ciencia médica moderna esta en que trata los resultados y no las causas. Durante muchos siglos la verdadera naturaleza de la enfermedad estuvo marcada por el materialismo, y así se le dio a la enfermedad todas las oportunidades para extender sus daños, puesto que no fue atacada en su origen. La situación es similar a la de un enemigo fuertemente fortificado en las lomas, continuamente enviando guerrillas al campo circundante, en tanto que el pueblo, ignorando la guarnición fortificada, se contenta con reparar las casas dañadas y con enterrar a los muertos, que son el resultado de los ataques de los merodeadores. Esta es, hablando de manera general, la situación de la medicina a día de hoy, solamente colocando parches a los ataques, y enterrando a los que caen, sin dedicar un pensamiento a la fortaleza real.11 Por tanto, trate la causa de la enfermedad y no maneje solamente los síntomas. Pero la causa no se hallará mirando desde la óptica puramente materialista de la ciencia moderna. De forma clara, Bach había obtenido algún éxito con las vacunas, pero podía detectarse en él una tensión entre el deseo de efectuar un cambio en favor del paciente, y el conocimiento de que dicho cambio podía ser más sintomático que fundamental. Algunos de los puntos de vista de Bach sobre la terapia con vacunas pueden deducirse del trabajo que leyó ante la Sociedad Homeopática (la "Homoeopathic Society") en 1920. En él, comienza con una crítica abierta al modo en que se emplean las vacunas: "hablando en sentido amplio, son un fallo sin esperanza comparadas con lo que debieran ser ...".12 Las razones aludidas eran, en primer lugar, la calidad, y, en segundo lugar, la ignorancia de los profesionales sobre la metodología apropiada. La cuestión de la calidad surgía del hecho que las "grandes empresas" estaban produciendo vacunas "a gran escala" y, para maximizar el rendimiento, hicieron crecer y volver a crecer los cultivos, de modo que éstos ya no incorporaban el organismo original. Por otra parte, los profesionales deseaban remedios directos que fueran fáciles de prescribir, en tanto que los fabricantes deseaban remedios que pudieran producirse de forma masiva, y sin variación, a partir de un original. En muchos sentidos, nos encontramos con problemas similares en la actualidad. En su crítica, Bach se alineaba con los homeópatas y seguía a Hahnemann. Al dirigirse a la Sociedad Homeopática en 1929,13 Bach hizo un recuento de su trabajo en la década anterior y del desarrollo de sus nosodes, haciendo toda una serie de observaciones acerca de Hahnemann y de su Organon of the Art of Healing (publicado en Alemania, en 1810).14 Aparentemente, Hahnemann utilizaba los productos de la enfermedad para preparar sus remedios homeopáticos, y Bach hizo lo mismo con sus nosodes. Bach estableció un paralelismo entre la toxemia intestinal y la psora de Hahnemann, y citó el principio de Hahnemann según el cual cada epidemia y cada enfermedad colectiva son diferentes y se manifestarán de manera distinta y con síntomas individuales en el
  • 12. 12 paciente. También resaltó la necesidad de una administración apropiada de las dosis repetidas, basada en la respuesta del paciente: "una ley con la que todos los homeópatas están familiarizados, pero que a los alópatas les llevará mucho tiempo poder apreciar".15 Lo que quería transmitir en relación con la ley de la repetición correcta de la dosis, apuntaba directamente a la ignorancia de los profesionales médicos que estaban utilizando homeopatía. Siguiendo con su lista de preocupaciones, el Dr. Bach sugirió que para su terapia de nosodes pudiera ser necesario establecer un registro de profesionales correctamente entrenados. Su experiencia le había demostrado que la forma en la que se administraba la medicina era tan importante como el tratamiento en sí mismo. Pero, en ese punto, había dos opciones posibles: o bien Bach se inclinaba hacia una forma más técnica de tratamiento, que requería de una mayor experiencia y entrenamiento; o bien tomaba un camino diferente, hacia la sencillez y la auto administración del remedio. Hubo, por tanto, un hito para su propuesta ulterior de un sistema de medicina en el cual "todo pueda hacerse por las propias personas, incluidos, si quisieran, la búsqueda de las plantas y la elaboración de los remedios".16 Esto ya anticipaba el descubrimiento de aquellos nuevos remedios que aún aguardaban en el cosmos. En aquella etapa Bach estaba todavía supeditado a la homeopatía. De forma clara, de la lectura de los escritos publicados por Bach y de la lectura del Organon de Hahnemann se desprende que este tratado sobre homeopatía tuvo una enorme influencia sobre su pensamiento. Si Hahnemann era "un gigante sin igual en el ámbito de la medicina",17 ¿qué aprendió el Dr. Bach de su lectura? Los primeros capítulos del Organon eran una intensa crítica a la medicina del siglo XIX, aquello que Hahnemann llamó "la vieja escuela" y que condenó totalmente por tratarse, esencialmente, de una mala práctica. La medicina alopática, decía Hahnemann, trabaja sobre la supresión de los síntomas y, aunque las medicinas supresivas son populares entre los pacientes, son mortales porque, aunque la enfermedad quede suprimida, no desaparece sino que empeora en un lugar más crítico. Contrariamente, Hahnemann habló de llevar a cabo la cura mediante la estimulación de la fuerza vital (Lebenskraft) del paciente, que se activa como respuesta a la medicina homeopática, algo que parecía muy próximo a la terapia con vacunas del Dr. Bach, que había estimulado el sistema inmunológico del paciente mediante la reintroducción en el cuerpo de las bacterias intestinales. Así pues, su propia experiencia en medicina abrió a Bach a las ideas del Organon. Hahnemann, quizá haciendo gala de un cierro humor negro, hizo referencia a ese supuesto reconocimiento de una enfermedad que deriva únicamente del pronunciar su nombre (preferiblemente en griego), como si por el mero hecho de nombrarla, el médico alópata pudiese reconocerla y tratarla como si de una vieja conocida se tratase. (La gran pretensión de nuestra forma contemporánea de diagnosis es similiar: el paciente va al hospital para hacerse una prueba tras otra para que, finalmente, se le dé el nombre de una enfermedad y el caso se declare sin esperanzas). Bach, por el contrario, decía que "es al paciente al que hay que tratar y no la enfermedad"18 ; que "en la curación verdadera el nombre y la naturaleza de la enfermedad física no tienen consecuencia"19 ; o, de nuevo, que "no importa cuál es la enfermedad, pues es el estado de ánimo el que debe tratarse únicamente".20 Hahnemann también escribió sobre la necesidad de ver a cada paciente como a un individuo y puso el énfasis en proceder "tomando el caso", y escuchando el relato del paciente sobre cómo se siente y sobre cómo la enfermedad le afecta de forma individual. Esto se convirtió en la base de la forma en la que Bach prescribiera sus nosodes intestinales y sus remedios florales. Hahnemann escribió sobre la necesidad de ensayar y de probar las medicinas y los tratamientos sobre uno mismo. Estas "auto-pruebas", como se conocen en el lenguaje homeopático, implican que el profesional sea buen conocedor del patrón físico y mental de la enfermedad, a través de la reacción a la sustancia física que se convertirá en medicina una vez preparada en forma homeopática. Esta propuesta aparecía a medio camino en el texto del Organon, en el párrafo 119 y es, quizá, el punto crucial de todo el libro. Trabajar con la curación de otros, sin trabajar la curación sobre uno mismo, es trabajar en la ignorancia y no puede ser una curación real. Aquí hallamos los ecos del Apóstol San Lucas, el doctor del Nuevo Testamento, quien pone en boca de Jesús las palabras del proverbio: "médico, cúrate a ti mismo"21 . Un proverbio que Bach retomó más tarde
  • 13. 13 como título de su libro: Cúrate a ti mismo (Heal Thyselfi. Más allá de lo que podamos pensar sobre Hahnemann y la homeopatía, puede caber poca duda de que fue él quien inspiró a Bach con la idea de que la primera persona que debe tratarse con una nueva forma de medicina ha de ser, justamente, aquel que la descubrió. En otras palabras: médico, cúrate a ti mismo. Una nota al pie de uno de los párrafos de Hahnemann sobre el conocimiento de las medicinas pudiera ser lo más significativo de todo cuanto Bach leyó en el Organon. En el párrafo 117, escribiendo en torno a las "personas idiosincrásicas" y, como ilustración, Hahnemann se refiere al Emperador Alexis, que se recuperó de un desmayo cuando fue rociado con agua de rosas, lo cual pudiera ser una temprana referencia al uso de la terapia floral. Las gotas de agua de rosa se utilizaron para ayudar al inconsciente Alexis, del mismo modo en el que más tarde Bach emplearía Clematis y Wild Rose. En el siguiente párrafo (118), Hahnemann menciona que debe haber cualidades ocultas en las plantas que tienen un efecto curativo, y cita a Albrecht von Huller (1708- 1777), profesor de medicina de la Universidad de Gotinga: ... una gran diversidad de fuerza se encuentra oculta en estas plantas, cuyas características externas hemos conocido por largo tiempo, pero cuyas almas, por así decirlo, y cualquiera que sea el elemento divino que posean, nosotros no hemos percibido aún.22 Este supuesto poder que emana de las plantas guarda un estrecho parecido con los descubrimientos que Bach iba a hacer. Otro párrafo del Organon puede también haber tenido un significado particular para Bach, cuando Hahnemann habla de la preparación de las medicinas y declara que es correcto para el profesional no sólo administrar la medicina homeopática, sino prepararla por si mismo.23 Esta afirmación de Hahnemann iba a costarle mucho, pues la auto preparación lo llevó a conflictos con el gremio de Boticarios, que lo llevó a los tribunales y consiguió que su licencia de médico le fuese revocada.24 ¿Qué decir? Allí estaban las compañías farmacéuticas de mediados del siglo XIX luchando contra un profesional que amenazaba su monopolio. También Bach iba a chocar con esos intereses creados y mantuvo una amplia correspondencia con el Consejo Médico General (el "General Medical Council") ¿Su ofensa? Anunciar nuevos remedios, nuevos usos. Los tradicionalistas de la época de Hahnemann permanecieron impenetrables a la idea del Organon. Cuando Bach se dirigió a la Sociedad Británica de Homeopatía (la "British Homoeopathic Society") en 1928, terminó citando sus propias palabras de 1920—"la actitud de la profesión hoy en día es la de respeto hacia la homeopatía25 —pero el sentido era más irónico que esperanzado. Aunque su trabajo con la terapia con vacunas continuó hasta 1929, Bach no logró ganarse el apoyo y la aceptación de los alópatas por el trabajo esencialmente homeopático que estaba realizando, lo cual debió serle desconcertante. Un trabajo suyo publicado en la edición de enero del Medical World (Mundo Médico)26 fue el último intento de Bach por interesar a sus colegas alópatas en la teoría nosódica. Su tono es seguro; la información es detallada y precisa; la metodología está simplificada (había desarrollado vacunas polivalentes que eran más universales en su aplicación); y la totalidad del planteamiento está diseñada para atraer al profesional que podía diagnosticar y prescribir de un modo directo. Pero aquel ensayo fue tomado como el trabajo de un homeópata brindando una lección a los miembros de la escuela alopática, una lección que escogieron ignorar. Aquellos fueron los años de expansión y de descubrimiento para el Dr. Edward Bach, el tiempo en que se confirmaron sus ideas y sus intuiciones. El camino que le condujo al descubrimiento de los remedios florales fue triple. En primer lugar, se sentía crecientemente insatisfecho con la medicina ortodoxa. En segundo lugar, estaba intelectualmente convencido por la homeopatía. Por último, estaba siguiendo las percepciones de su desarrollo espiritual personal. Entonces como ahora, la medicina ortodoxa veía únicamente el mundo material: su ciencia era materialista. Consideraba al ser humano como un mecanismo cuyo funcionamiento podía ser descubierto a través de la ciencia de la enfermedad (patología). Se suponía que el estudio del cuerpo enfermo enseñaba acerca de la salud, así como se suponía que el estudio del cuerpo muerto (necropsia) conduciría a los descubrimientos sobre la vida. Al buscar la causa de la enfermedad, se contemplaban solamente sus agentes materiales: gérmenes, bacterias y virus, infecciones físicas. Pero, si bien el conocimiento de las bacterias podía ser útil, Bach pensó que éste simplemente
  • 14. 14 originaba temor en las personas pues éstas se creían susceptibles a fuerzas invasoras. De ello habló ampliamente en Heal Thyself, haciendo notar que "el materialismo olvida que existe un factor por encima del plano físico".27 El paso del año 1927 a 1928 fue la encrucijada para Bach. Se encontraba resolviendo ideas y a punto de dirigir sus pasos finales más allá de la corriente principal de la medicina. En la misma época en que Alexander Fleming estaba trabajando en la escuela médica londinense del Hospital de Santa María (el Saint Mary's Hospital) y a punto de descubrir la penicilina, Bach estaba esque- matizando su primer borrador sobre sus nuevos remedios. Una coincidencia significativa. El trabajo de Fleming, que conocemos muy bien, iba abrir la nueva corriente en la terapia antimicrobiana, que condujo directamente a los antibióticos, empleados universalmente en la actualidad. ¿Ofreció Bach una alternativa a los antibióticos? Esta es una pregunta que no necesita respuesta. El miraba hacia una imagen más amplia y más compleja de la vida humana. En segundo lugar, la homeopatía fue inmediatamente atractiva para Bach, que desarrolló nuevas técnicas para preparar sus nosodes utilizando principios homeopáticos. Según Weeks, fue durante una cena cuando Bach observó cómo la gente podía ser agrupada según su personalidad y su comportamiento, más que en base a sus enfermedades.28 Un momento de inspiración ya legendario en los círculos de Bach, que ilustra nítidamente el modo en que un observador hábil puede comprender a una persona a través de los gestos de su cuerpo: tu cuerpo habla sobre tu mente. Pero, en esencia, es una idea prestada de Hahnemann, quien observó tanto al paciente como a la enfermedad. En cuanto al tercer aspecto de ese triple camino—la propia búsqueda vital y el desarrollo espiritual de Bach—muy poco puede decirse con equidad, pues fue cuidadoso de evitar referencias específicas a religión o filosofía alguna. Abrazó una enseñanza espiritual universal que incluye a Buda, la Madre India, Cristo, los Grandes Maestros, y el gran grupo de la Fraternidad de la Hermandad Blanca. Sus referencias al "Ser Superior", el "Guía Divino", la "Vida Inmortal", el "Alma", y el "Gran Arquitecto", pueden dar claves sobre la escuela exacta o tradición a la que pertenecía. Algunos se preguntan si se encontró con Rudolf Steiner. Otros ven una conexión con los teósofos. Nos han dicho que tenía una fuerte conexión con la Francmasonería. Pero incluso un análisis minucioso de sus escritos no logra dar una indicación definitiva de su adscripción. Sin embargo, las afirmaciones están ahí, en casi cada párrafo, indicando que el foco principal de su pensamiento era el contexto espiritual de la vida humana. El Dr. Bach estaba a punto de dejar Londres y de abandonar su carrera médica, estableciendo una nueva ruta en su vida. Como hubiera hecho cualquier explorador, había examinado mapas, había estudiado los informes del pasado, y había aprendido lo que pudo del terreno que tenía frente a él. Pero, como se dice, el camino no comienza con libros sino con un primer paso hacia el camino. Nos queda una fuerte sensación de que Bach estaba comenzando el viaje real de su vida: el viaje del propósito de su alma, el viaje de la realización de su destino. Mirando hacia el desarrollo de las ideas de Bach, desde sus comienzos en la escuela médica, a través de los años de trabajo hospitalario, y hasta sus investigaciones posteriores, hay una cosa que queda patente: transitó por un camino de sensibilidad creciente. Desde la cirugía, a través de la bacteriología y la inmunología, a la homeopatía y los remedios florales. A Esculapio, el dios griego de la sanación, hijo de Apolo, se le atribuye el siguiente aforismo: primero la palabra, luego la planta y, finalmente, la cuchilla. Bach comenzó con la última de éstas, con la cirugía. Pero llegó a afirmar la primacía del espíritu sobre la materia. Para él, el camino debía de llevar, justamente, a ese lugar en el que la medicina del materialismo quedase abandonada en aras de los sanadores vegetales de la naturaleza. Sin embargo, ambas se abandonan en favor de la palabra, del logos del Espíritu. 2 - Por la Orilla del Río A FINES DE SEPTIEMBRE DE 1928, el Dr. Edward Bach caminaba por la orilla del río Usk, entre Abergavenny y Crickhowell, en Gales del Sur. Podría haber sido el día de su cumpleaños, el 24 de septiembre. Había dejado Londres siguiendo un "impulso súbito"1 y, ya sin las presiones del trabajo en los Laboratorios de Park Crescent, pasó algún tiempo en el campo. Seguía con sus
  • 15. 15 investigaciones sobre plantas y había llevado consigo el único laboratorio que necesitaba en aquellos momentos: a él mismo. Sabemos que ya había formulado el esbozo de los tipos emocionales para su nuevo esquema. Todo había comenzado después de una cena masónica de la cual nos da cuenta Nora Weeks,2 en la que el Dr. Bach reconoció los diferentes gestos y comportamientos de las personas que le rodeaban. Mientras observaba a los demás comensales, se dio cuenta que algunos compartían las mismas maneras, como si perteneciesen a una misma familia. Había tipos de personas relacionadas emocionalmente por sus miedos en común, su irritabilidad, sus indecisiones, o su indiferencia. Así, al combinar aquellas observaciones con su idea de que las enfermedades tenían su origen más en problemas emocionales que en el plano físico, reconoció los componentes de sus nuevos remedios. Ahora tendría que tratar de encontrar plantas que fuesen equivalentes a esos tipos humanos. Cuando investigamos, la mayoría de nosotros comenzamos revisando todo material importante publicado anteriormente, pero para Bach no había ninguno. Los herbarios y las farmacopeas, por igual, hablaban sólo de los efectos físicos de las medicinas de plantas, del cómo poder utilizar una sustancia particular para una enfermedad concreta. Pero Bach buscaba un efecto sobre el comportamiento emocional o mental de la persona. Solamente este hecho podría explicar por qué no llevaba a cabo sus investigaciones en bibliotecas, sino en el campo; no en la farmacia, sino dentro de él mismo. Pero no fue únicamente la falta de información previa lo que le condujo a caminar por los campos en busca de nuevas ideas. También modificó la atención de su mirada, pasando de las causas y los efectos externos a las causas y los efectos internos. Ello significa que miraba a la persona y no a la enfermedad. Y no a cualquier persona, sino a sí mismo. Bach no pasó por alto el hecho de que si cada persona actúa en una forma característica, como él suponía, ya fuese temerosa o soñadora, impaciente o indecisa, entonces, también él debía actuar de manera semejante. Si todos pertenecían a alguna categoría, también Edward Bach tendría la suya. De ese modo, tomó la decisión de comenzar a buscar un remedio para sí mismo. ¿Qué tipo de hombre era Edward Bach? Lo que sabemos de él nos llega a través de Nora Weeks3 y, aunque queda claro que ella lo amaba, nos dice poco sobre él en términos personales. Sin embargo, en su obra hay ciertos atisbos. Bach prefería trabajar solo, tenía claros sus objetivos en la vida, y le desagradaban tanto el "fijar horas para el trabajo, como las reglas y las normas".4 Tenía gran energía y le gustaba hacer las cosas por sí mismo (construir sus propios muebles); no era una persona fácil y sociable, sino más bien era un solitario, seguro de sí mismo e impulsivo, determinado, y con convicciones fuertes. Era rápido para tomar decisiones y creía ser capaz de decir el tipo nosódico de un paciente que atravesaba la consulta para tomar asiento. El tipo corporal y la forma de caminar, los gestos de la persona, le daban de inmediato las claves de su tipología. Observa una fotografía de Bach y pregúntate ¿qué podemos detectar acerca de su tipología? Dos médicos, C.E. y E J. Wheeler, y el buen colega de Bach, Víctor Bullen, nos aportan impresiones más personales.5 Ellos escriben que tenía una mente rápida y original, era valiente, temerario, altruista y generoso. Todo de la mejor clase. Pero mucho más significativo, quizá, resulta ser el hecho de que se irritaba por tener que usar sombrero y que daba "pequeños tirones y empujones inconscientes"6 como tratando de quitárselo. E J. Wheeler dijo que era directo y que rehusaba discutir o convencer a los demás de sus razonamientos. Era rápido para tomar decisiones, rápido para actuar y rápido para perder la calma; algunas veces era impaciente ante la lentitud de los demás. Bullen también menciona su rapidez para encolerizarse, que pasaba rápido, pero subrayó su compasión, su amabilidad, y su capacidad para inspirar confianza. A partir de esta información ahora sería muy sencillo afirmar que Bach era un tipo Impatiens, con los aspectos positivos: amable, equilibrado y relajado. Pero, ¿qué hay de la otra parte de su personalidad? Sí, tenso, irritable e impaciente. Así es que si Bach buscaba su propio remedio, tenía que comenzar por el perfil de su lado humano. En ese caso, ¿cuál sería el perfil de la planta? Edward Bach comenzó realmente con la observación detallada de las plantas. Nora Weeks nos informa de que "pasaba todo el día examinando una gran variedad de plantas, anotando dónde crecían, qué suelo escogían para crecer, el color, la forma y el número de sus pétalos, si se diseminaban mediante tubérculos, raíces o semillas . . ." 7 Pasaba horas sentado para estudiar "los
  • 16. 16 hábitos y las características de cada flor, planta y árbol" y le había dicho a ella que debía de aprender a reconocer cada una de las plantas que servían como remedio en cada uno de sus estadios de su crecimiento, aunque los trabajos que publicó no dejan claro cual fue el uso que Bach hizo de sus observaciones. No hay duda alguna de que Bach era intuitivo.8 Puede que fuera un psíquico clarividente. En su biografía, Nora Weeks escribió: 'Bach, con sus poderes de visión altamente desarrollados, pudo ver el espíritu del hombre que flotaba sobre el cuerpo...' (The Medical Discoveries of Edward Bach Physician), pág. 109. Sin embargo, el psiquismo simplemente desplaza a otro nivel la cuestión de cómo, ya fuese Bach o su guía espiritual, pudo dar con aquella planta cuyas cualidades buscaba: la contrapartida de la tipología, o grupo emocional, a la que él pertenecía. No nos importa si fue otro ser quien dio a Bach las respuestas; hoy en día es imposible preguntárselo. Así es que solamente podemos colocarnos frente a la planta y hacerle la pregunta, pues aquello que él que pudo reconocer en el nivel sutil e invisible, también debe de manifestarse en la forma física y viceversa, en una especie de correspondencia perfecta. En ese sentido, creo que andamos con los mismos zapatos de Bach, cuando caminaba por las orillas del río allá por 1928. Aquí el hombre, aquí la planta: ¿cómo se corresponden? Impatiens glandulifera, o Impatiens roylei (roylei por Royle, profesor de botánica),9 como se le denominó originalmente, es una planta anual. Cada « año brota a partir de las semillas, y germina en primavera. En julio, y si las condiciones son favorables, ya puede alcanzar más de dos metros de altura. Le gusta el suelo suelto y húmedo, junto al agua, y prospera con todo tipo de fertilizantes. Las semillas son fuertes y permanecen alojadas en los bancos de cieno después de las crecidas de invierno. Luego, una vez que germinan, cubren el suelo desnudo con un crecimiento vigoroso, de manera que se desarrolla una notable colonia de plantas, que ahoga a todos los otros competidores por su mayor crecimiento y su superioridad numérica. Impatiens es una planta balsámica del Himalaya, introducida en Gran Bretaña en 1839. Su colonización de las vías acuáticas británicas es la historia de un éxito impresionante, pues esta es una de las plantas exóticas que más ha proliferado entre la flora británica. Aunque existen otras variedades de Impatiens que se han naturalizado en Europa, ninguna ha sido tan exitosa como /. glandulifera. En el Himalaya, a alturas de entre 1.800 y 4.000 metros (una altura considerable) es igualmente dominante. El autor E S. Smythe en The Valley of Flowers (El Valle de las Flores 1938) escribió que, una vez que estas plantas "se apoderan del suelo, los pastizales quedan arruinados definitivamente".10 Esta balsámica cubre acres y acres de tierra creando una cobertura de flores—un mar de plantas florecidas. Pero Impatiens no es una planta popular en Gran Bretaña puesto que domina a las especies locales, que crecen en las orillas de ríos y canales. Un anuncio de hace unos años en el The Hereford Times solicitaba voluntarios para recorrer las riberas del río Wye con el fin de arrancar y destruir las plantas de Impatiens. Y, en Worcestershire, una organización local en favor del medio ambiente también se dedica a eliminar esta balsámica en las reservas de los pantanales.11 En una ocasión, un vecino se coló de noche en el jardín de una casa particular de Essex para destruir el Impatiens que crecía allí. ¡Esta es una planta ante la cual la gente reacciona! Comparada con la mayoría de otras plantas anuales, su crecimiento es rápido, de aproximadamente veinticinco milímetros por día, de manera que en ella la velocidad es una cualidad muy notoria. La estructura de la planta es sencilla. El tallo, que recuerda al del bambú, está organizado en segmentos que cuentan con anillos estructurales, que lo refuerzan dándole fortaleza. La planta es carnosa y hueca, como sucede en toda especie cargada de agua. Si se corta, o se daña, el tallo cae rápidamente y entra en colapso. Los tallos están tintados de rojo,
  • 17. 17 mostrando un tono bronce cobrizo que denota la presencia de metales. Las hojas son de color verde oscuro y ricas en clorofila. Los tallos laterales forman ángulos de sesenta grados en relación con el tallo central, que es redondo, como la caña de una lanza. Las hojas son elegantes, grandes y lanceoladas (en forma de lanza), con un ancho nervio central. El patrón de crecimiento es erguido, cardinal, dirigido, y fuertemente estructurado. Sobre el tallo principal, y en la superficie, pueden observarse dibujadas las líneas de energía, como músculos extendidos que lo mantienen erguido. A partir de todo esto, que es describir la planta en un lenguaje que se corresponde con el estado humano, ya tenemos información sobre ella. Ahora, vamos a seleccionar algunas palabras claves: rápida, velocidad, fuerza, caña de lanza, estructura, tensión. Y comienza a conformarse una imagen, lo cual nos sugiere que el lenguaje utilizado en la descripción de la planta nos da información acerca de su gesto. Yendo más allá, el retrato de una planta es equivalente al de un estado emocional humano. Así, tenemos el gesto de la persona: el gesto de la planta. En el extremo superior de los tallos se ven flores que cuelgan de tallos individuales (pedúnculos). Dichas flores tienen una forma exótica y extraña que da origen a sus nombres comunes de "casco de policía" ("policeman's helmet") y "orquídea de los pobres" ("poor man's orchid"). Las flores tienen cinco pétalos, pero no se percibe porque están fusionados para formar la boca abierta del casco (¿o bonete?), en la que entran las abejas en busca del néctar. Cada flor cuelga libremente, sujeta en la parte superior, en el punto de equilibrio. Cuando una abeja llega, acarrea consigo el polen que ha quedado depositado en su lomo piloso. Al posarse, la flor se inclina empujando el pistilo hacia abajo para tocar con él el lomo de la abeja. De esta forma se transfiere el polen, siendo éste un buen dispositivo que asegura la polinización cruzada. En parte, este mismo dispositivo es el que garantiza casi el cien por cien de polinización, hecho que explica el éxito de esta especie. El proceso de polinización completo tiene lugar en el protegido refugio del interior de la flor individual. Esta descripción enfatiza la singularidad e individualidad del tipo Impatiens, tan distinto de las formas comunes de las flores, y de las personas. El equilibrio de la flor, cuando cuelga del tallo, nos habla de esa tranquilidad y de esa gracia que son partes del carácter Impatiens, representadas en la amabilidad, la compasión, y la inspiradora confianza de Bach. Todo ello contrasta, de forma general, con el gesto bastante tenso y angular de la planta, y, más específicamente, con la tensión que vemos en las hinchadas vainas que contienen las semillas, que aparecen dentro de la flor cuando los pétalos caen. Suave y brillante, la vaina se extiende perpendicular al tallo, mostrando líneas de tensión visibles a lo largo de sus lados. Ahora bien, algo extraño sucede con la planta de Impatiens. Cuando las vainas están maduras, las semillas son expulsadas de la planta con una fuerza explosiva, como las balas de un rifle. Esto puede observarse con sólo tocar las vainas, o si algún movimiento cercano las dispara. Los lados de la vaina se abren, recogiéndose hacia atrás como un muelle enroscado, y lo hacen con tal fuerza (acción y reacción son iguales y opuestas) que las semillas pueden ser disparadas a varios metros de distancia. Puede escucharse como impactan, como piezas de plomo, sobre las hojas cercanas. Esta tensión explosiva es muy ilustrativa del tipo Impatiens. ¿Recuerdan el comentario de Bullen sobre Bach—"rápido para encolerizarse, rápidamente apaciguado"? Esta es la chispeante irritabilidad de Impatiens, que se muestra en inesperadas explosiones de energía. Los clarividentes capaces de ver las auras, hablan de las constantes explosiones chispeantes de irritación y de tensión en esas personas: pequeños estallidos de fuego que acompañan esa irritación del "¡Por amor de Dios! Si no puedes hacerlo bien, deja que lo haga yo". Es posible que Bach no viese todo esto al detalle mientras caminaba junto al río en aquel decisivo día de septiembre de 1928, aunque con toda seguridad que encontró Impatiens. Pero, ¿qué le condujo a la planta? Volvamos por un momento a su intuición.12 Intuición es el proceso de captar algo sin razonarlo, encontrando una respuesta a partir de datos incompletos o, incluso, erróneos.13 En el peor de los casos, es un glorificado trabajo de adivinación; en el mejor, una inspiración, el uso de alguna función mental desconocida, procedente de la parte no racional del cerebro. Pero existe
  • 18. 18 un proceso más directo para dar una explicación a este asunto sin el recurso al misticismo ni a teorías sobre el hemisferio derecho o izquierdo del cerebro. Todos los seres vivos poseen una capacidad de resonancia; pueden vibrar con un patrón particular de energía. Dos cuerpos cualesquiera que porten un mismo patrón vibratorio, resuenan conjuntamente (como la resonancia acústica de un violín, que recoge la vibración de otro instrumento tocado en el mismo tono). Bach llevaba en sí el parrón vibratorio del estado mental Impatiens; había una resonancia natural entre él, el hombre, e Impatiens, la planta. Bach la reconoció. Tenemos el relato de este proceso en acción cuando Nora Weeks describe el momento en que Bach encontró otra planta como remedio: la Water Violet. Era junio de 1931, y él estaba completando el conjunto de los primeros doce remedios, que él denominó Los Doce Sanadores. La descripción que ella nos da comienza con el planteamiento de que a Bach "le fue mostrado" el remedio.14 ¿Pero cómo ocurrió esto? Durante la mañana, Bach se había comportado en la forma de Water Violet (tranquilo, distante, retirado) y, entonces, anunció que iban a encontrar la flor que pudiera ayudar a ese tipo de persona. Dijo que él estaba preparando trituraciones homeopáticas clásicas, (una trituración homeopática implica triturar la materia vegetal en un mortero con sacch. lac., o sacarosa-lactosa.) "con sacch. lac., a mano, durante veintiún minutos, en un mortero de cristal y mano de mortero también de vidrio". 17 En términos estrictos, esto era un remedio homeopático y no lo que ahora llamaríamos un remedio de flores de Bach. Un remedio de flores de Bach no es homeopático, sino que se prepara mediante el método solar, descubierto en mayo de 1930. Una vez preparado su remedio homeopático de Impatiens, Bach regresó a Londres y comenzó a utilizarlo con sus pacientes. Si realmente se tomaba en serio a Hahnemann, entonces debemos de pensar que él fue el primero en administrarse el remedio. Este es el proceso básico de auto- comprobación y era imposible que Bach no estuviese familiarizado con él. Por tanto, su primer escrito sobre el remedio, publicado en febrero de 1930, mostraba cómo él lo experimentó entonces. Aquella descripción mantenía cierta distancia con la descripción ya completa de la tipología Impatiens que daría en 1936. En cada uno de los diecinueve primeros remedios, la descripción que Bach hace del estado emocional se va desarrollando; cambia según van cambiando sus ideas. El relato de 1930 enfatizaba que Impatiens era un remedio para el dolor agudo: "dolor agudo de tipo nervioso", "dolores de cabeza intensos, ciáticas, neuralgias agudas, tic douloureux, así como dolor agudo en enfermedad maligna".18 Esto podría parecer contrario a la idea de un tipo de persona, o de un estado emocional, tal y como él los había concebido en el transcurso de la cena masónica, y también contrapuesto a la idea de que Bach habría buscado un remedio para sí mismo. ¡Pero no es así! Bach aún estaba comenzando su exploración acerca de qué podía significar un remedio tipo. En todo caso, ¿qué tipo de persona era él? El se consideraba a sí mismo como una persona con dolor. Conversando con Nora Weeks, dijo: "durante toda mi vida mi cuerpo ha sufrido de alguna forma de dolor, de incomodidad, y de aflicción".19 Ella comentó que lo había visto caminar millas con gran dolor a causa de las úlceras de las piernas, los dolores de cabeza y los tics douloureux. Esto último, generalmente conocido en la actualidad como neuralgia de trigémino, es un severo dolor facial. Bach lo menciona específicamente en la descripción de Impatiens antes citada, porque él lo había padecido. En 1935, escribió algunas notas para un ensayo sobre el dolor20 y Weeks informa que decía: "para alcanzar una comprensión de lo que otros sufren . . . debo saber lo que es el dolor".21 Hay un pasaje en el que explica cómo todo líder ha de ser un experto en su ámbito del conocimiento, y quizá una parte del particular conocimiento de Bach era el dolor, tanto físico como emocional.22 Por tanto, Bach buscaba un remedio para si mismo, algo que pudiera testar en sí mismo y comprobar si funcionaba. Andaba en pos de algo para aliviar el dolor. E Impatiens, lo hacía. Su descripción más temprana de Impatiens dice: "la indicación de uso es un dolor penosísimo y muy agudo, no importa la causa...".23 Podríamos preguntarnos por qué el remedio que más tarde, en 1934, describiría como "para los irritables, malhumorados, displicentes, impacientes"24 podía aliviar el dolor. Ello es porque el dolor físico está asociado con la tensión y el dolor emocionales. Alivie la tensión y el dolor emocional, y ello aliviará el dolor físico. Aquí comienza la teoría de Cúrate a ti mismo (Heal Thyself).
  • 19. 19 Las etapas a través de las cuales el Dr. Bach desarrolló los remedios florales constituyen una historia fascinante, y es fácil seguirla en sus Obras Completas a través de las distintas versiones publicadas.25 Rastrear la secuencia para un remedio ilustra este punto. Así, en 1930, en Nuevos Remedios y Nuevos Usos (Some New Remedies and New Uses) tenemos: IMPA TIENS ROYLEI Endémica de Cachemira, rara vez se encuentra en estado silvestre en las Islas Británicas. Sólo se utilizan las flores de color malva. Se han preparado tres series diferentes: dos en fechas distintas en septiembre de 1928, y otra en septiembre de 1929. Aunque todas han sido efectivas, la más activa es la última, que es la que está disponible en Nelson y Compañía. Se indica en casos de dolor agudo del tipo nervioso, y a menudo no sólo brinda un rápido alivio, sino que, aparentemente, en muchas ocasiones efectúa una cura de la condición nerviosa. También tiene una acción benéfica, y con frecuencia los pacientes relatan que, además de sentirse aliviados de los síntomas, registran una notable mejoría en su estado mental con desaparición de la depresión y de los miedos, alcanzándose, por lo general, una perspectiva más luminosa. Entre los casos tratados con éxito pueden mencionarse dolores de cabeza intensos, ciáticas, neuralgias agudas, tic douloureux y dolor agudo en enfermedades malignas. La indicación para su uso es un dolor penosísimo y muy agudo, no importa la causa; en algunos casos ha sido de alivio allí donde la morfina ha fracasado. En Algunas Consideraciones Fundamentales sobre la Enfermedad y la Curación (Some Fundamental Considerations ofDisease and Cure), en 1930: IMPATIENS EL ENTUSIASTA Este remedio es para. el dolor agudo, sin importar la causa: la indicación es la severidad del dolor. En algunos casos ha proporcionado alivio allí donde la morfina ha fracasado. También es para el sufrimiento mental agudo; una vez más, la intensidad es la guía. Es útil en aquellas personas que (sin importar su estado aparente) están haciendo un gran esfuerzo por sobreponerse a alguna situación adversa: de ahí la intensidad del sufrimiento cuando temen fracasar. Además, el remedio aporta paz y una elevación mental definitiva de la que los pacientes son, por lo general, muy conscientes. En Libérate a ti mismo (Free Thyself), en 1932: IMPATIENS IMPACIENCIA PERDÓN ¿Eres uno de aquellos que saben que, en lo profundo de su naturaleza, aún queda algún rastro de crueldad? ¿Cuándo te maltratan o te vapulean, se te hace difícil no albergar un poco de malicia? ¿Todavía existe, dentro de ti, el deseo de utilizar la fuerza para conducir al otro hacia tu forma de pensar? ¿Eres impaciente y esa impaciencia te hace, a veces, ser cruel? ¿Queda en tu naturaleza algún rastro del inquisidor? Si es así, estás esforzándote por alcanzar una amabilidad y un perdón exquisitos, y esta bella flor de color malva, Impatiens, que crece junto a corrientes de algunos arroyos de Gales, te ayudará con sus bendiciones a lo largo del camino. En Doce Grandes Remedios (Twelve Great Remedies), en 1933: id. Cuando hay impaciencia, dolor severo, inquietud por reponerse rápidamente, ansiedad por levantarse y ponerse en marcha, o impaciencia frente a aquellos que nos rodean, suministra IMPATIENS.
  • 20. 20 En Doce Sanadores (Twelve healers), en 1933: IMPA TIENS es dolor del tipo severo causado por el bloqueo de un canal que debería estar recibiendo la luz espiritual y la verdad. A menudo lo que lo provoca es algún tipo de crueldad en la propia naturaleza. En Los Doce Sanadores y Cuatro Ayudantes (The Twelve Healers &Four Helpers), en 1934: IMPATIENS IMPACIENCIA En todos los casos en los que hay impaciencia. Impaciencia para con uno mismo, deseo de apurar las cosas, deseo de hacer las cosas rápidamente, deseo de estar bien enseguida, de estar afuera y en marcha de nuevo. Impaciencia con los otros, irritabilidad por las pequeñas cosas, con dificultad para controlar el temperamento. No poder esperar. Este es un estado común y, a menudo, es un buen signo durante una convalecencia; la quietud que este remedio brinda acelera la recuperación. Con frecuencia, se da una impaciencia ante un dolor severo, en cuyo caso Impatiens es de gran valor en esos momentos para aliviar el dolor y calmar al paciente. En Los Doce Sanadores y Siete Ayudantes (The Twelve Healers & Seven Helpers), en 1934: IMPATIENS Para los irritables, malhumorados, displicentes, impacientes. En Los Doce Sanadores y Otros Remedios ('The Twelve Healers & Other Remedies), en 1936: IMPATIENS Aquellos que son rápidos de pensamiento y de acción y que desean que todas las cosas sean hechas sin vacilación o retraso. Cuando están enfermos, ansían una rápida recuperación. Encuentran muy difícil el ser pacientes con las personas que son lentas, porque consideran que eso es errado, además de una pérdida de tiempo, y se esfuerzan para hacer que dichas personas sean más rápidas en todo. Con frecuencia prefieren trabajar y pensar en solitario, de modo que puedan hacerlo todo a su propia velocidad. Desde 1936 otros han desarrollado y ampliado las ideas de lo que constituye un tipo Impatiens. Naturalmente, quienes utilizan los remedios de Bach han confirmado estos hallazgos sobre la base de casos de estudio, en los que se ha registrado la mentalidad de la persona. En algunos casos, ello ha conducido a perfiles psicológicos excesivamente elaborados, en los que largas listas de comportamientos reemplazan una comprensión empalica del individuo. Sin embargo, la observación de la persona es solamente la mitad de la ecuación. La observación de la planta aporta la otra mitad. Con mucha frecuencia, y en lo tocante al estudio de los remedios florales de Bach, las personas han puesto su mirada en el Dr. Bach, en sus remedios, y en su acción, pero han olvidado mirar a las flores. Pero, para comprender de forma más plena los remedios de Bach, debemos regresar a las flores. Ir hacia las flores fue el primer paso esencial dado por Bach. En la actualidad, Impatiens glandulifera continua creciendo a lo largo de las riberas del Río Usk, allí donde fue encontrado en 1928. Ya no se da aquello de "raro de encontrar creciendo de forma silvestre en las Islas Británicas",26 puesto que se ha convertido en una de las flores silvestres más comunes. Probablemente existe una conexión entre la creciente población de esta especie y el aumento en las tensiones de la vida contemporánea, eso que generalmente llamamos "estrés". Ya hemos apuntado la eficacia de la planta en el proceso de polinización, así como la fuerza explosiva con que las semillas son expulsadas para asegurar una propagación exitosa. Pero aún podemos aprender más sobre el remedio Impatiens mediante la comparación directa del gesto de la planta y del gesto de la persona.
  • 21. 21 Las personas Impatiens guían con la cabeza, se levantan de la silla y salen tan pronto como tienen la idea de moverse. Su naturaleza es no estar relajados, sino estar tensos, siempre en el borde de la silla, siempre brincando. Como una serpiente enroscada, están siempre listas para saltar. Ese sentido de anticipación, de energía cinética, está en la planta. Hay pocas plantas que puedan desencadenar respuestas físicas de ese modo; la mayoría son pasivas. Esto es emblemático de la naturaleza reactiva de las personas Impatiens, que utilizan su energía para actuar sobre el mundo exterior. No son receptivas ni sensibles por naturaleza. Y, sin embargo, esa cualidad delicada y equilibrada que aflojaría la tensión está también presente en las flores. Esta es una cualidad ilustrada por contrastes: compara la relajación fácil de un gato, que quizá duerme estirado al sol, y la tensa vigilia de un perro, listo para ladrar si un carro pasa. Eso mismo puede verse en las personas. Si a alguien se le pide que se relaje, cualquiera realmente relajado caería al suelo como cuando se desmaya. Lo vemos en las personas que no pueden sentarse tranquilamente, que tienen comezón, que se remueven, que están tensas, inquietas. Son personas que parecen estables, pero que podrían saltar en cualquier momento: toca las vainas de Impatiens y no podrás asegurar cual de ellas explotará. El contraste también se muestra en las flores: algunas son de color clarete-carmesí, otras de un malva pálido, casi blanco. Bach fue específico, justo desde el principio: sólo las flores malva pálido deben ser seleccionadas por su calidad terapéutica, no las rojas, a pesar de que las rojas son más numerosas que las malva en una proporción de diez a una. Considera esto únicamente desde el punto de vista del color, y te parecerá más probable que las flores rojas sean ardientes y las malva refrescantes. El rojo carmesí aparece en el rostro de estas personas, es el color del fuego, de la sangre, de la pimienta y de las alarmas. El malva de estas flores tiene la tranquilidad de la amatista, la distancia de la bruma y de la atmósfera, la quietud de la edad; es suave y calmante. Las respuestas individuales al color pueden ser subjetivas, pero imagínate una habitación pintada en malva pálido, y luego otra pintada de rojo, y pregúntate cómo el color pudiera afectar tus sentimientos. Hasta ahora, solamente hemos realizado comentarios sobre lo que puede verse y sentirse en Impatiens. Pero el impacto del remedio vegetal sobre la conciencia es mayor, pues se extiende a los cinco sentidos y aún más allá. Tocar la planta conduce al descubrimiento de las semillas que explotan, pero también podemos tocar las flores, las hojas, y los tallos, para obtener una mayor información. La suavidad de la "piel" es muy sorprendente. Por estar llenos de agua, los tallos de Impatiens son fríos al tacto. Y, sin embargo, a pesar de toda la audacia de su crecimiento, las plantas son más bien delicadas y fáciles de aplastar. Impatiens gana protección al crecer en masa, y carece de la fibra y de la fortaleza leñosa de otras plantas. ¿Apuntará esto a la necesidad del tipo Impatiens de vivir y trabajar en solitario, evitando el reto hiriente de otras personas? El olor de Impatiens se torna más fuerte cuando se toca la planta. La suya es una fragancia inusual: más fuerte y penetrante que dulce, como un alquitrán especiado; no es desagradable, pero sí más defensiva que atractiva. Una vez más, en la fragancia aparece más una sensación de aislamiento que de unión, a medida que la esencia domina el área. El olor parece estar en toda la planta y no parece estar producido por una glándula en particular. Se supone que su nombre en latín, glandulifera, hace referencia a las glándulas que segregan la fragancia. Pero, dado que la palabra latina glans significa "fruto seco" o "bala", glandulifera pudiera interpretarse como la portadora de balas, si tenemos en cuenta las semillas. Impatiens no llama al contacto. Los animales no comen sus hojas y probarla es razón suficiente para conocer el porqué. El borde serrado de las hojas es antagonista. Los bordes, con dientes de sierra, parecen que pudieran cortar, como una amenaza visual para mantenernos al margen. Busca el sonido de la planta (caprichoso, quizá); las hojas así lo sugieren: áspero, seco, o rasgueante como el ruido rasgoso de los raspadores de piel antiguamente utilizados para el baño. O, mejor aún, como el chirrido rasposo del arco del violín, cuando presiona en exceso sobre las cuerdas tensas.27 Aplasta los tallos y estos producirán un sonido como el crujir de una cana, un dolor hueco a medida que las fibras se desgarran. Detalles como estos confirman la imagen de la planta y su relación con el retrato de la persona Impatiens. Visto en comparación con el comportamiento de otras plantas sanadoras, la diferencia se
  • 22. 22 torna aún más pronunciada. El pone muy erguido de Impatiens contrasta con la flojera informal de Clematis y con la miopía de Scleranthus, que se agarra a la tierra. En el detalle del gesto puede leerse el carácter. Pero más allá de los cinco sentidos físicos por los que uno ve, toca, oye, huele y saborea, existe un sexto sentido, la capacidad de percibir la cualidad invisible de una planta. Ello puede hablarnos directamente del patrón de fuerza vital que informa lo físico. Retornando a Bach y a su uso de la resonancia empática—captar la resonancia del estado emocional de la persona para luego tratar de hacerla corresponder con el patrón vibratorio de la planta—podemos aprender de la planta al resonar con ella. De ese modo, aprendemos cosas sobre ella que no pueden explicarse en términos de la comprensión común. Aquella mujer que pensó que la montaña cubierta de Heather era la visión más bella, haciéndole creer que era posible que exista un Dios, supo de esa bendición de calma y de alivio que las flores ponen de manifiesto en el mundo. Pero, ¿qué ocurre con Impatiens? Estar en compañía de la planta es sentir el suave relajamiento de la mente, la paz del perdón, el descanso, la liberación de las desesperaciones y de las tensiones mentales, la posibilidad de admitir la luz espiritual y la verdad; frases, todas ellas, que describen aquello que Bach sintió con relación al remedio en su estado positivo. El aspecto positivo, a menudo olvidado entre la masa de implicaciones negativas, es justamente lo que la planta muestra de sí misma. Es la conciencia de la planta, percibida por nuestro sexto sentido. Sin el claro registro del Dr. Bach no podríamos estar seguros de a qué remedio llegó después de Impatiens. Pudiera haber sido Mimulus o Clematis. Ambos crecen a lo largo de la ribera del río, entre Abergavenny y Crickhowell. Nora Weeks nos dice que Bach preparó Clematis a. partir de las semillas, algo más tarde, todavía en 1928, pero ello no significa que no hubiera encontrado las flores en septiembre. Bach escribe que hizo 'tres preparaciones separadas' de Clematis, tal como hizo con Impatiens.28 Pero, simplemente, no es posible estar seguros de qué es lo que sucedió y cuándo, y sería errado dar una excesiva significación a este asunto en un sentido u otro. De forma clara Bach realizó varias visitas a Abergavenny en esos primeros años, y fue allí que encontró los remedios Heather y Rock Water. En la actualidad, si seguimos el camino a lo largo del río, entre Abergavenny y Crickhowell, podernos ver Clematis silvestre creciendo entre los árboles, esparciéndose sobre el seto y las cercas, tal y como lo hacía en 1928. Curiosamente crece únicamente allí, en un área limitada donde el suelo es más alcalino a causa de la producción local de piedra caliza. Bach anotó que crecía sobre arcilla y en esto estaba en lo cierto ya que, de forma natural, prefiere el suelo calcáreo. (Por si mismas las plantas actúan como buenos indicadores a la hora de apreciar si el suelo es calcáreo o no ... de entre las plantas más notables mi experiencia sugiere el Traveller's Joy (la "Alegría del Viajero"), Clematis vitalba .. .'. Wild Flowers ofChalk and Limestone, Lousely, J. E., Collins New Naturalist, 1950) Es por esa razón por la que, con posterioridad, volvió a preparar este remedio cuando se encontraba en Norfolk, en el tardío verano de 1930. Pero la visión más importante de esta planta, cuando por primera vez reconoció su gesto, fue en el otoño de 1928, a unas pocas millas de Abergavenny. Clematis es la clara antítesis de Impatiens. Si bien Bach estaba buscando su propio tipo de remedio en Impatiens, quizá sea una indicación de su genialidad el que, al mismo tiempo, pudiera imaginarse algo tan diferente en un mismo momento en el tiempo. Puede que Bach fuera un soñador porque imaginó un futuro mejor, una vida más fácil. Pero, aparentemente, no estaba tocado por los atributos negativos del tipo Clematis, que describió como 'con poco deseo de vivir',29 necesitando de muchas horas de sueño en la noche, y con una constitución perezosa y un color de piel pálido y fangoso. Bach vivía de acuerdo a esa máxima de 'tiempo de darse la vuelta, tiempo de levantarse' y, como Impatiens, ansiaba la llegada del día y lo que éste pudiera traer. Justamente lo opuesto de los tipos Clematis cuando los describe como 'deseosos de que no hubiera otro día al que enfrentarse..., cuan bueno sería irse a dormir'.31 Sin embargo, y presumiblemente, se había formado una imagen clara del tipo de persona que pudiera necesitar este remedio. Su más temprana descripción de Clematis así lo evidencia, puesto que está casi completamente terminada y todos los