El presente artículo muestra,
dentro de una hermenéutica del pensamiento
del filósofo francés Michel Foucault, cómo la
genealogía del sujeto moderno obedece a una
serie de procesos que pasan por la
construcción de una tecnología disciplinaria y
una ciencia social normativa; procesos que se
reflejan en las diferentes transformaciones del
derecho penal como discurso y como práctica
discursiva, especialmente en las formas del
castigo al delincuente y de prevención del
delito. Fenómeno que inicia su definitiva
transformación con la reforma humanista del
siglo XVIII, pero que se consolida con la
detención normalizadora y el nacimiento de la
prisión como paradigma de castigo y de
rehabilitación del delincuente en la sociedad
moderna occidental. Todo esto enmarcado
dentro del contexto social y cultural de la
sociedad capitalista disciplinaria y de control,
que ha construido un hombre dócil y
productivo; fenómeno que trae como efecto
cultural, el nacimiento y consolidación de las
ciencias sociales y humanas que han
objetivado al ser humano y han producido todo
un hipertexto sobre él.
🦄💫4° SEM32 WORD PLANEACIÓN PROYECTOS DARUKEL 23-24.docx
El derecho y el poder en la construccion del sujeto moderno
1. R e v i s t a
Revista científica del sistema de investigación del Instituto Manuel Zapata Olivella - No. 02 - Año 01
2. EDITORIAL
ntregamos a la comunidad estudiantes, docentes,
organizaciones de base, consejos comunitarios, grupos
Ejuveniles, mujeres y desplazados, este segundo número de la
revista que recoge artículos variados y diversos en correspondencia
con las líneas temáticas de la convocatoria realizada.
En ese orden el Lic. Luis Rodríguez, destaca el papel del movimiento
social afrocolombiano como escenario de reivindicación de los
derechos étnicos-culturales de esta colectividad. El artículo resalta el
papel del cimarronismo, al igual que la participación en las luchas de
independencia, son referentes fundamentales, en la década de los 70
del siglo veinte, para el emerger del Movimiento SocialAfrocolombiano,
desde sus diversas organizaciones de base, desde donde soplan
vientos de unidad para asumir los grandes desafíos que demanda el
siglo XXI.
El profesor William Mina visibiliza y enfatiza en los aportes
intelectuales, artísticos, deportivos sociales y económicos de la
población afrocolombiana, como fundamento de reconocimiento y
cumplimiento de sus derechos a partir de referentes como la
constitución nacional, la ley 70 de 1993 y las conquistas históricas de
esta colectividad étnica diferenciada.
Los investigadores Leobardo Rocha Román, John Del Toro Martínez,
Arturo Carballo Herrera, analizan las técnica apropiada de
conservación permite que las frutas conserven sus propiedades o
disminuyan el descenso en los niveles de las mismas. Para tales
propósitos examinan la metodología de conservación de alimentos es
una herramienta de seguridad alimentaria al propender por el acceso,
disponibilidad e inocuidad del alimento.
Rubén D Hernández Cassiani, desde la pluralidad paradigmática de las
ciencias sociales, analiza los impactos de la globalización en el
ordenamiento democrático de las sociedades latinoamericanas, sus
retos y desafíos futuro de cara a la preservación del mundo de la vida
como patrimonio de la humanidad y el planeta.
Luis Marrugo Fruto, describe las implicaciones socioculturales y
económicas presentes en el proceso de transición desde la
construcción de las culturas populares a la inserción a las culturas de
masas de una comunidad histórica y étnicamente diferenciada como
lo es San Basilio de Palenque en el departamento de Bolívar, Caribe
Colombiano.
El profesor Wilson Márquez, muestra, dentro de una hermenéutica del
pensamiento del filósofo francés Michel Foucault, cómo la genealogía
del sujeto moderno obedece a una serie de procesos que pasan por la
construcción de una tecnología disciplinaria y una ciencia social
normativa; procesos que se reflejan en las diferentes transformaciones
3
6
ISSN 2357-6022
COMITÉ EDITORIAL
DIRECTOR
Arturo Carballo Herrera
Ruben Hernández Cassiani
Sandra Ruiz Díaz
Jesús Natividad Pérez Palomino
Nurys Senior Narvaez
Luis Rodríguez
Luis Marrugo
Carlos Zapata
COMITÉ CIENTÍFICO ASESOR
Diana V. Picotti. Argentina
Clara Inés Guerrero. Colombia
Eduardo Restrepo. Colombia
Agustín Laos. Puerto Rico
Farides Pitre Redondo
FOTOGRAFIA
Nurys Senior Narvaez
Jesús Natividad Pérez Palomino
DIAGRAMACIÓN
Glenia Rodríguez Ballesteros
IMPRESIÓN
Máster Impresores
Diciembre 2014
Revista científica del Sistema
de Investigación del Instituto
Manuel Zapata Olivella
Publicación
No. 2
Revista Tumbutú es una publicación dedicada a la
promoción del conocimiento profundo de la cultura
material y espiritual afrocaribeña e indígena y otras
colectividades, valorando su saber como parte del
mundo cultural étnico y del entramado social del cual
es parte, contribuyendo al desarrollo del mundo
científico y al mejoramiento de la calidad de vida de
las comunidades.
Tumbutú es una ciudad (apodada «la de los 333
santos») cercana al río Níger (a 7 km de distancia del
río), en la región del mismo nombre, en la República
de Malí.
Algunos africanistas cuentan que en Tumbutú
funcionó una de las prestigiosas universidades del
siglo XIV. Estudiosos locales y coleccionistas cuentan
aún con una impresionante colección de antiguos
textos griegos de aquella época, y en el siglo XIV
fueron escritos y copiados importantes libros,
estableciendo la ciudad como centro de una
importante tradición escrita en África.
Los artículos, resultados de investigaciones, textos de
estudio y reflexión están sujetos a los criterios
definidos por el Comité Editorial y a la validación de
los pares científicos.
Todas las expresiones y elementos gráficos no son
responsabilidad de la Revista ni del Instituto Manuel
Zapata Olivella.
INSTITUTO MANUEL ZAPATA OLIVELLA
Barrio Chiquinquirá Av. Pedro de Heredia Calle 31
Institución Educativa Nuestra Señora de El Carmen
Email: institutomanuelzapataolivella@gmail.com
www.imzo.edu.co
Teléfonos: 3165359393 – Fijo: 6436754
3. EDITORIAL AUTORES
4
del derecho penal como discurso y como práctica discursiva,
especialmente en las formas del castigo al delincuente y de prevención
del delito.
El Historiador Maico Pitalua, hace una aproximación intercultural
sobre algunos aspectos de la práctica médica, el artículo toma como
pretexto de análisis el tratamiento y las acciones realizadas sobre la
epidemia de la viruela que hizo presencia en el antiguo Estado
Soberano de Bolívar entre 1871 y 1872.
Desde unas perspectivas etnoeducativaAlberto Verón y Raúl Gutiérrez
Caro, cuestionar la labor del etnoeducador como simple agente del
Estado y renuncia actuar desde una postura crítica como
transformador de la realidad capaz de articular el pensar y el hacer.
Wilmer y Ernel Villa insisten en su ensayo en la necesidad de una
semiótica cultural para responder al interrogante ¿Qué referentes
inciden en la representación del potencial no incluido por la modernidad
y cuáles son sus posibilidades desde el hecho de asumir los procesos
de producción cultural que se afirman desde lo local, esto sin olvidar
que lo global actúa en la experiencia de producción de lo comunitario?.
Daniel Garcés examina los impactos del primer congreso nacional de
pueblos afrocolombianos, negros, raizales y palenqueros en el destino
y suerte del plan de vida de estas comunidades y los retos que tiene el
movimiento social para avanzar en el cumplimiento de sus derechos
sociales, económicos, políticos, territoriales y ambientales.
Estos artículos y el ensayo ayudan muchísimo a la comprensión de los
procesos históricos- sociales participativos del pueblo
afrocolombiano y otras colectividades étnicas en la afirmación de sus
derechos, impactados por la globalización y los mecanismos de
control del Estado en el ámbito nacional y local.
Es una oportunidad más para enriquecer el quehacer académico del
instituto y fortalecer la actividad educativa e investigativa al interior de
la institución y de las comunidades afrocolombianas, raizales,
palenqueras e indígenas de la región Caribe.
Jesús Natividad Pérez Palomino
Comite Editorial
RevistaTumbutú
5
WILIAM MINA ARAGÓN: Profesor titular
universidad del cauca. Doctor en Ciencias
Politicas y Sociologia de la Universidad
Complutense de Madrid.
José Wilson Márquez Estrada. Abogado
Universidad de Cartagena, Magister en
Historia. Universidad Nacional de Colombia.
Director del Programa de Historia
Universidad de Cartagena. Email:
jmarqueze@unicartagena.edu.co
Wilmer Villa. Profesor Proyecto Curricular
Licenciatura en Educación Básica con
Énfasis en Humanidades y Lengua
Castellana y Maestría en Investigación
Social Interdisciplinaria de la Universidad
Distrital Francisco José de Caldas.
Candidato a Doctor en estudios Culturales
Latinoamericano Universidad Andina Simón
B o l í v a r S e d e E c u a d o r. E - m a i l :
villaw@hotmail.com
Ernell Villa. Profesor de la Universidad de
Facultad de Educación Departamento de
Etnoeducación de la Universidad de la
Guajira. Doctor en Educación línea en
Estudios Interculturales de la Universidad de
A n t i o q u i a , M e d e l l í n . E - m a i l :
villaernell@hotmail.com
Luis Francisco Rodríguez Manotas. Lic. en
Ciencias Sociales, Especialista en Gestión
en Centros Educativos. Expedicionario de las
rutas Afrocolombianas U. Pedagógica.
Doctorando en Cultura y Educación en
América Latina, Universidad de Arte y
Ciencias Sociales (UARCIS) de Santiago de
chile. Presidente de la Asociación de
Etnoeducadores de Comunidades
Afrocaribeñas -ASETCOAFRO.
Luis Marrugo Fruto. Etnoeducador. Lic. en
Educación especialidad Biología y Química.
Especialista en Gerencia Educativa con
énfasis en Elaboración de proyectos.
Doctorando en Cultura y Educación en
América Latina, Universidad de Arte y
Ciencias Sociales (UARCIS) de Santiago de
chile. Docente de la Fundación Instituto
Manuel Zapata Olivella. Representante Legal
de la Asociación de Gestores Ambientales
(ASOGAFROBOL).
Rubén Hernández Cassiani. Historiador, Es-
pecialista en Educación, Énfasis Filosofía
Colombiana, Magister en Filosofía
Latinoamericana, Doctorando en Ciencias
Sociales, mención gerencia, Universidad del
Zulia. Director de la Fundación Instituto de
educación e investigación “Manuel Zapata
Olivella. Publicaciones relacionadas:
Genealogía de la Identidad cultural
palenquera y su impacto en el movimiento
social afrocolombiano. Movimiento social,
identidad y sujetos de poder. Identidad cultural
palenquera y democracia. Experiencia
docente 15 años en varias Universidades del
Caribe continental colombiano.
Leobardo Rocha Román. IngenieroAgrícola,
Universidad de Sucre. Magister en Ciencias
ambientales, Universidad de Cartagena.
Especialista en Ingenieria Sanitaria,
Universidad de Cartagena. Especialista en
Docencia Universitaria Universidad del
Bosque. Especialista en Ingenieria Sanitaria y
Ambiental. Universidad de Cartagena.
Diplomado en Gestión social y convivencia
ciudadana, Círculo de Obreros San Pedro
Claver.
John Jairo Del Toro Martínez. Ingeniero
Mecánico. Candidato a Magíster en Ingeniería
Ambiental,Universidad de Cartagena
(Colombia). Email: john.deltoro@ymail.com
Arturo Rafael Carballo Herrera. Candidato a
Magíster en Educación Superior. Especialista
en Gestión de Centros Educativos,
Universidad de Cartagena. Email:
artucarba@yahoo.com
Alberto Verón. Profesor Asociado
4. 7
CONTENIDO
CONTENIDO
3
9
16
26
45
62
Universidad Tecnológica de Pereira. Docente
de planta de la licenciatura en Etnoeducación
y Desarrollo Comunitario de esta universidad.
Magister en comunicación educativa. DEA en
Historia de América Latina de la UPO de
Sevilla. Candidato a Doctor en Filosofía.
Director del grupo de investigación “Filosofía y
Memoria” de la UTP. Autor de “Walter
Benjamin, Pensador de la ciudad. Usos y
recepciones en América Latina”. “Filosofía y
Memoria, el regreso de los espectros”. Ha sido
investigador invitado en el Instituto de
Filosofía del CSIC, Madrid.
Maico E. Pitalua Fruto. Historiador egresado
de la Universidad de Cartagena (2011).
Magíster en Estudios de la Cultura Mención
Políticas Culturales de la Universidad Andina
Simón Bolívar-Ecuador (2014). Docente de la
IED Jorge Robledo Ortiz- Barranquilla y de la
Fundación Instituto de Educación e
Investigación Manuel Zapata Olivella María La
Baja-Bolívar. Email: maicoenrique@yahoo.es
AUTORES
EDITORIAL
LOS FRENTES DE LA
CREATIVIDAD AFROCOLOMBIANA
(1991- 2013)
WILIAM MINA ARAGÓN
EL DERECHO Y EL PODER EN LA
CONSTRUCCIÓN DEL SUJETO MODERNO.
UNA MIRADA ARQUEOLÓGICA DESDE
MICHEL FOUCAULT.
JOSÉ WILSON MÁRQUEZ ESTRADA
“EL POTENCIAL NO INCLUIDO POR
LA MODERNIDAD” DESAFIANDO
LOS CENTROS DE REPRESENTACIÓN
WILMER VILLA Y ERNELL VILLA
EL MOVIMIENTO SOCIAL AFROCOLOMBIANO
COMO ESCENARIO DE REIVINDICACIÓN
DE DERECHOS ÉTNICOS Y CULTURALES
LUIS FRANCISCO RODRIGUEZ MANOTAS
SAN BASILIO DE PALENQUE,
IMPLICACIONES SOCIOCULTURALES
Y ECONOMICAS EN LA TRANSICIÓN
DE LA CULTURA POPULAR
A LA CULTURA DE MASAS.
LUIS MANUEL MARRUGO FRUTO
5. 8 9
CONTENIDO
74
92
100
107
Los frentes de la
Creatividad
Afrocolombiana
(1991 - 2013)
Por: WILIAM MINA ARAGÓN
Profesor Titular Universidad del Cauca
Doctor en Ciencias Políticas y Sociología de la Universidad Complutense de Madrid
“Ser “negro”
es leer la
historia de
nuestro pueblo
aguerrido, es
rescatar su
epopeya que
ha quedado en
el olvido.”
Oscar Maturana
“Reitero el argumento de que una de la principales tareas de los movimientos afroamericanos, es
reinventar y reconstituir la larga tradición de los movimientos negros como abanderados de una
radicalización de la democracia, para continuar construyendo la diáspora africana como una fuerza
transformadora en post de futuros alternativos, como una efectiva fuente de esperanza a favor de
la vida y la felicidad, para convertir a todo el planeta en un gran palenque de esperanza y libertad.”
Agustín Laó-Montes.
Mi intención con estas breves reflexiones no
es presentar cifras, estadísticas, informes de
los acontecimientos “negativos” para los afro
colombianos como: el desplazamiento
forzado, la violación de los derechos
humanos, los bajos índices de calidad de
vida de los afro colombianos -todos factores
reprochables e indeseables- sino que
pretendo visibilizar su creatividad y el
elemento imaginario afro entre la
promulgación de la constitución de 1991, la
sanción de la ley 70 de 1993 y el ciclo que se
cierra en el año 2013 con la primera
Asamblea Nacional afro colombiana en
Quibdó y la realización de la tercera cumbre
mundial de mandatarios , lideres y lideresas
de la afro diáspora por la inclusión y el
desarrollo social en Cali y en Cartagena.
Consideramos que lo más relevante de la
carta magna de 1991 para los afros es su
reconocimiento como grupo étnico
diferenciado que le permitió ser pluriétnico y
multicultural ante la ley. La ley de 1993 reflejó
la dinámica organizativa afro colombiana a
través del reconocimiento a la propiedad
colectiva, a la ancestralidad e identidad
cultural territorial que se plasmara luego en
compendio legislativo y juridisprudencia
indistinta en pro de la defensa de los
derechos humanos y acciones afirmativas por
parte del gobierno nacional y la corte
constitucional para legitimar los derechos
étnicos, territoriales y culturales afros
ratificados por los tribunales internacionales
de organizaciones como las Naciones Unidas,
la Organización internacional del Trabajo y la
Unesco.
Aunque ha habido avances significativos
referentes a las políticas públicas afro
colombianas, raizales y palenqueras por parte
del Estado para subsanar, corregir, mejorar e
incidir en la situación socioeconómica de los
afro colombianos como los diversos planes
Compes, las ciudades distritos especiales, la
ley de víctimas, el programa de justicia-
verdad y reparación, la restitución y titulación
de tierras, el informe de la comisión
intersectorial para el avance de la población
afro, los lineamientos para la cátedra afro
colombiana etc. Hay todo un trabajo por hacer
del Estado colombiano y del pueblo afro
colombiano ¿Qué le pedimos al Estado?
Seriedad y cumplimiento para que toda la
normatividad de la ley 70 de 1993 se cumpla a
cabalidad en sus 8 capítulos y 68 artículos
para que así deje de ser una mera retorica de
esta o aquella administración de turno. Es
imprescindible la aplicación de la consulta
GLOBALIZACIÓN, DEMOCRACIA
E INTEGRACIÓN EN AMÉRICA LATINA.
UNA LECTURA DESDE DIVERSOS
PARADIGMAS DE LAS CIENCIAS SOCIALES.
XXXXXXXXXXXX
SISTEMAS DE CONSERVACIÓN DE
FRUTAS CITRICAS EN CLIMAS
TROPICALES: CASO DE ESTUDIO
LIMÓN (CITRUS LIMON)
LEOBARDO ROCHA ROMAN,
JHON DEL TORO MARTINEZ,,
ARTURO CARBALLO HERRERA
EL ETNOEDUCADOR COMO PENSADOR:
HACIA UNA DIALECTICA ENTRE EL
PENSAR Y EL HACER
ALBERTO VERON Y RAÚL GUTIERREZ CARO
RASGOS DE INTERCULTURALIDAD:
LOS DISCURSOS Y LAS PRÁCTICAS
MÉDICAS EN EL ESTADO SOBERANO
DE BOLÍVAR, 1871-1872
MAICO E. PITALUA FRUTO
6. previa, del código minero para favorecer la
producción artesanal frente a la gran industria,
es necesaria la aplicación de la ley forestal
para proteger las formas ecológicas y
tradicionales de asumir el medio ambiente y el
desarrollo a escala humana y no de las
multinacio-nales madereras, es urgente la
extensión de la titulación de tierras por parte
del INCODER a favor de los consejos
comunitarios en toda la geografía nacional. Es
ya la hora de hacer ser derecho la ley de
etnoeducación compleja y transdiciplinar
como recurso pedagógico en todas las institu-
ciones de educación superior del país.
¿Qué le pedimos al pueblo, a la sociedad civil
afro colombiana? Resistencia pacifica,
movilización, organización, decisión para
tener la capacidad de luchar y exigir derechos
que estén consagrados en la Constitución
Nacional y en nuestra legislación especial de
comunidades afro colombianas desde 1993.
¿Qué le podemos pedir a los intelectuales
afros, a los académicos? Conciencia crítica,
ideas, argumentos, creatividad, imaginación
radical y lucidez mental para formar
esquemas y representaciones desde lo afro
para proyectar políticas de inclusión y
democratización de la sociedad colombiana
en todas sus esferas y facetas. Creemos que
la conjunción de estas tres vías ayudara a
disminuir las brechas de las desigualdades
sociales, a menguar el racismo y la discrimi-
nación racial y aunar esfuerzos conjuntos en
aras de la justicia y de la equidad social.
Preguntémonos y cómo modificaremos la
comisión especial, las consultivas, la elección
de los dos representantes para acceder a la
cámara de representantes de líderes con
conciencia afro, que ayuden a darle forma al
movimiento social y a la organización política
afro de manera autónoma, participativa,
autocritica y deliberativa como sucedió en
Quibdó. A pesar de los intereses, la
fragmentación, la volatilidad, no es así, como
se construye ciudadanía en los actos del
colectivo afro colombiano en búsqueda de
posicionarse como ente con voluntad de
autotrasformación social para la afirmación de
su identidad, su cultura, la inclusión social, el
liderazgo político y la defensa de su territorio
ancestral, con el concurso y la sinergia
10 11
WILLIAM MINA ARAGÓN
solidaria de tres actores fundamentales: Las
organizaciones de base, los consejos
comunitarios y la academia.
¿Y qué nos dejo la tercera cumbre mundial de
alcaldes y mandatarios y líderes de la afro
diáspora en las ciudades de Cali y
C a r t a g e n a ? R u e d a d e n e g o c i o s ,
hermanamiento de países, diálogos
interculturales, reencuentro de amigos,
entrecruzamiento político entre mandatarios
de la afro diáspora, compromisos
interestatales para la población afro,
intercambio de experiencias en políticas
públicas y acciones afirmativas a favor de la
afro diáspora, estética y arte afrodiaspórico
desde las pasarelas y las galerías,
homenajes a líderes y a lideresas cimeros y
trascendentales: Cecile Kyenge y Nelson
Mandela. La lucidez creativa del científico
Cuero se hizo sentir con su ironía y
conocimiento en una conversación magistral
de cuatro horas sobre su proceso inventivo en
el mundo de la ciencia. El evento permitió que
s e n a r r a r a l a s e x p e r i e n c i a s d e
emprendimiento empresarial de los afros en
Estados Unidos con sus deportistas, líderes y
políticos. Creo que la palabra clave de la
cumbre fue la inclusión social, pues los
escollos y problemas de los afros son
comunes en gran parte de África y también en
lasAméricas y el Caribe.
La tercera cumbre me rememoró los
indistintos congresos de la cultura “negra”
realizados por Manuel Zapata Olivella en Calí
en 1978, por Gerardo Madonei en Panamá en
1980, por Abdias Do Nascimento en Sao
Pablo en 1983; la cumbre me recordó la
citación que hizo el poeta de la negritud y
presidente de Senegal en 1974, Leopold
Sedar Senghor en Dakar para hermanar las
raíces de la africanitud enAmérica mestiza, la
cumbre me traslada a los años 1970 cuando
el gran intelectual cubano Manuel Moreno
Fraginals citó al foro académico África en
América latina; también evoqué el dialogo
intercultural, académico, poético y filosófico
que llevaron a cabo los integrantes de la
negritud para visibilizar el arte, la belleza y la
cultura africana de la diáspora en parís en los
años 1930 en los nombres de Diop, Césaire,
Damas y Senghor. Finalmente, la cumbre de
la inclusión, de alcaldes, líderes de la
afrodiáspora fue una gran síntesis de
enseñanza aprendizaje del proyecto social y
político visualizado por W.E.B. Dubois en
Niágara Canadá en 1903, por materializar la
unidad mundial de los afros en lo social, lo
cultural, lo político y lo económico.
La independencia mental ya ha sucedido en
muchos, y por ello, desde hace mucho
tiempo se escucha el eco para exhortar a los
que todavía yacen dormidos ante el aporte
cultural indistinto afro a los componentes de
la memoria colectiva colombiana más allá del
deporte y la música.
María Isabel Mena lo hace con su proyecto
“áfrica en la escuela” en las aulas de clases
en Bogotá sembrando semillas de autonomía
para la educación intercultural futura que
estoy seguro eliminará los prejuicios y que
aprenderá a ver a todas las personas por su
esencia alma y no por la fisionomía del color
de su piel. Frente de la creatividad es el
proyecto libertario de los movimientos
sociales de mujeres, estudiantes,
desplazados, campesinos, mineros, corteros
de caña, desempleados para que desde el
dialogo civilizado y desde la disidencia lucida
se construya un país más inclusivo;
creatividad fueron esas voces pioneras de la
literatura de Zapata Olivella llamando a un
mestizaje de la identidad singular, de
nuestras sangre y genes africanos, europeos
y amerindios y de las distintas hibridaciones
inmigrantes que conforman este mosaico
cultural llamado Colombia.
Llamamos frentes de la creatividad a la
compresión de lo afro colombiano llevado a
cabo por esa pléyades de investigadores y
ekobios nacionales e internacionales que
h a n d i g n i f i c a d o s l o a f r o d e s d e
investigaciones profundas y sapienciales
como las de Carlos Agudelo, Axel Rojas,
Matilde Eljach, Elizabeth Castillo, Luis Carlos
Castillo, Pietro Pisano, Uirich Oslender,
Eduardo Restrepo; etc, ciclo que se cierra en
el 2013 con dos obras gigantes “La
Etnizacion de la Negridad” de Restrepo y “A
Mano Alzada” de José Antonio Caicedo.
Obras que abren senderos novedosos y
creativos en el campo de la antropología, la
sociología y la política afro colombiana y afro
diaspórica.
Creatividad es
esa independen-
cia intelectual
que permitió al
p r o f e s o r
W a b g o u
Maguemati de
n a c i o n a l i d a d
T o g o l e s a
descubrir esa
otra parte del África aquí en Colombia, en la
Universidad Nacional. Si Richard Wright
descubrió la otra parte de su identidad, de su
ser al viajar al África subsahariana y atravesar
el atlántico, Maguemati, Daniel Achebro y
Leonardo Bauku lo harán atravesando el
pacifico y viendo en sus habitantes señas de
identidad de la familia Bantú.
Llamamos independencia creadora a esa
nueva forma de exaltar la belleza de la mujer
afro en los trajes africanos creados por la
imaginación singular de esas artistas de la
moda afro llamadas Mary Cruz Castro y
Amparo Arrechea que desde Cali y Santander
de Quilichao colombianizaron un modo de ser
belleza africana con sus musas femeninas
afros y que muy bien le vendrían los elegantes
versos de María Teresa Ramírez: “que
hermoso los “negros” somos, qué bello es
nuestro color”.
Llamamos creatividad a esas trenzas de la
libertad y de la cual sobreviven muchas
jóvenes afro que más allá de la moda era la
forma y el lugar espacial donde se guardaban
las semillas que crearan las bases de la
sobrevivencia de las familias afro para el brote
de los frutos de la economía campesina.
Creatividad son las nuevas voces de la
narrativa colombiana que desde figuras como
Lucrecia Panchano, Libia Grueso, María
Teresa Ramírez, Edelma Zapata, Elcina
Valencia, dibujan con el verso la melodía de la
oralitud de la belleza de la tradición oral
afropacifica y caribeña para decir somos “las
hijas del Muntu” en Colombia, despertando
sentimientos de memoria libertarias con
nuestro cantos y llamando a la amistad
verdadera de las etnias y familias
colombianas. Creatividad es la profundidad
del ritmo artístico de poetas como Alfredo
7. Vanín, Hugo Idrobo , Fernando Maclaníl,
Okles Forbes, Rubén Dario Guerrero, y
Héctor león Mina Vidal creando posibilidades
diversas de temáticas para enriquecer el
lenguaje colombiano y la estética afro
cantándole a todo como posibilidad de ser, y
convirtiendo todo en poesía como el maestro
senegalés Senghor.
Los frentes de la creatividad afro son esos
instrumentos musicales como la chirimía, el
cununo, el bongo, los violines y la marimba
que la imaginación radical, colectiva y
creadora de la afro diáspora inventó para
cantarle a su identidad, a la ancestralidad, a
su territorio y a la cultura diversa del pacifico,
del norte del cauca y de la región Patía. Los
frentes de la creatividad afro están dados por
ritmos como las oraciones, los arrullos, los
alabados, el lumbalú, el chigualo, la jota, el
mapalé, currulao etc. Desde donde se tejen
los hilos de identidad y diferencias entre el
pacifico norte y el pacifico sur; entre la costa
atlántica y el pacifico, entre el norte del cauca
y el pacifico con sus músicas, sus voces y
ritmos diferentes. Así un currulao nariñense,
una fuga norte caucana, una aguabajo
chocoano, un lumbalú caribeño, una danza
folclórica palenquera expresan la
multiculturalidad de la identidad pero también
de la diferencia de las culturas afros en
Colombia.
Los frentes de la creatividad afrocolombiana
es la labor de los artesanos afros que sin
deteriorar el medio ambiente - como lo haría la
gran industria- han elaborado objetos,
adornos, atuendos y accesorios indistintos a
partir de la calabaza, la iraca, el coco, el
zumbo. Sin el árbol de chonta, Jualajo no
sería nuestro marimbero mayor ni tampoco su
joven discípula Salome Gómez Burbano.
Hay todo un mercado artesanal-cultural-
gastronómico afro que ha logrado
posicionarse a nivel regional y nacional con
productos autóctonos y propios de las zonas
afros. Los frentes de la creatividad son la
memoria oral de las cantaoras, las trovadoras
y rezanderas con sus dichos, coplas,
sainetes, refranes que nos permiten seguir
añorando a los griots de la africanía en
Colombia. Los frentes de la creatividad son
esos interpretes como Leonor Gonzales
Mina, JoséAntonio Torres, Esteban Cabezas,
Esteban Copete, Hugo Candelario, Genaro
Torres, Geraldine Angulo, Goyo, Tostao, que
día a día vocalizan un canto de alegría para el
pacifico y de esperanza para el afro
colombiano. Agrupaciones como Bahía,
Herencia, Choquibtown, con sus canciones,
Amanece, de dónde vengo yo, pura chonta y
Somos pacifico, ya hacen parte de la
herencia musical del ser colombianos, las
tres ya tienes reputación y fama
internacional, de allí sus galardones con el
gramy y gaviota de plata en el festival Viña del
Mar. Nuestro colega Baterimba no se queda
atrás, pues, el “pulpo” es capaz de tocar
simultáneamente hasta cinco instrumentos
musicales fusionando ritmos, sonidos y
tonalidades para hacer de la música el arte
afro por excelencia. También la creatividad
musical afro se manifiesta en destreza,
inteligencia, versatilidad con el piano de
Teresita Gómez, Juan Esteban Angulo, y el
maestro Edison Valencia.
Los frentes de la creatividad afro son los
brillantes juristas de la asociación de
abogados afro colombianos, intelectuales
que con una posición pública tienen el deber
moral y la obligación ética de ser solidarios
con la comunidad afro, con los consejos
comunitarios y con las organizaciones afros
en la resolución de conflictos familiares,
territoriales sin derramamiento de sangre en
la búsqueda de una justicia comunitaria más
allá del derecho positivo occidental. Los
nombres de Harold Mosquera Rivas,
Raimundo Tello, Carlos Palacios, Néstor
Charrupí (Junior), Alexei Julio Estrada, Jorge
Portocarrero nos rememoran la sabiduría de
la gran tradición de eminentes juristas afro
colombianos: Natanael Díaz, Adán Arriaga,
Diego Luis Córdoba, Jacobo Pérez Escobar.
Los frentes de la creatividad científica afro
han tocado el espíritu inventivo y la
imaginación radical de dos niños genios de
puerto tejada Juan Manuel Obregón y Wilbert
L u c u m í g a n a d o r e s d e l c o n c u r s o
internacional de robótica en Estados Unidos
en el año 2013. Justamente en este mismo
año el científico de buenaventura Raúl Cuero,
que trabaja para proyectos de la Nasa fue
galardonado como el científico más
sobresaliente por sus inventos patentados en
los Estados Unidos. He allí pues, una
constelación de científicos, de médicos, de
ingenieros trabajando los frentes de la
creatividad afro diásporica: Heladio
Ibarguen, Hailer Yesid Ledezma, Bonnie
Prado en los Estados Unidos; Elkin Salcedo,
Julio Caicedo, Rodrigo Abonia en los
laboratorios de la universidad del Valle; Julio
Cesar klinger lo hace como inmunólogo en
Unicauca; Mabel Torres ,Willian Klinger,
Giovani Córdoba y Alicia Ríos en el Choco;
Jorge Perea, William Murillo y Carlos Alberto
Gamboa en las clínicas caleñas como
urólogo, cirujano plástico y otorrinola-
ringólogo respectivamente.
Los frentes de la creatividad afrocolombiana
en el arte nos los enseña Karen Hinestroza
con su etnoteatro protagonizando la película
“Choco” y siendo actriz de la serie “la
selección”. Significativo que jóvenes
chocoanos hayan escenificado la obra de
teatro “Manuel Saturio Valencia”, el último
fusilado en Colombia en 1907. Significativo
que haya surgido en el año 2012 un grupo de
intelectuales y docentes asociados bajo la
egida intelectual del primer abogado afro de
la universidad del cauca con la finalidad de
reivindicar la identidad, la organización
cultural y política del ser afro en la
universidad del cauca, en Popayán y el
departamento.
Los frentes de la creatividad afro en el cine se
hace presente con Derby Arboleda y Jhony
Hendrix Hinestroza dándole vida y
pertenencia a la imagen-movimiento-escena
afro con películas: “buscando el muerto
arriba, y Choco”, donde los protagonistas son
afros con conciencia étnica, ciudadanos que
aman su geografía y que quieren reescribir
su historia con la posesión digna de una
territorialidad, de una ancestralidad, de una
memoria que no se olvida en los anaqueles
de la infamia.
El toque a la creatividad afro en la pintura se
lo han dado José Viáfara, Yolima Reyes,
Amparo Gómez y José Éibar Castillo. Cuatro
maestros plásticos, magos de hacer ver
desde la forma color las aristas del paisaje, la
12 13
WILLIAM MINA ARAGÓN
idiosincrasia, la vida cotidiana y la
personalidad afrocoloambiana, con figuras,
héroes y símbolos para ser figurado y
figurable. Recientemente ha surgido Jair
Moreno, con su estilo body paianting,
haciendo el cuerpo un mural, de inspiración
afro y espacio de conciencia étnica trazando
una identidad, un ideal estético del ser belleza
afro. Justamente así rebautizo Claudia
Guerrero y Rony Delgado su academia, su
empresa donde exaltan el paradigma de la
belleza negra. Referente llevado a su máxima
perfección de belleza universal afro con
Dámaris de Diego, Luz María Riascos y Belky
Arizala.
Liderazgo fortalecido por el proyecto de la ex
ministra de cultura Paula Moreno desde su
Fundación Manos Visibles en la búsqueda de
un empoderamiento afro empresarial con el
apoyo de la fundación Ford a los jóvenes más
brillantes de la región pacifico. Es digno de
mencionar el museo, fundación y casa cultural
de Quibdó Muntú- Bantú dirigida por el
connotado intelectual chocoano Sergio
Mosquera, donde el arte, la historia, el cine y la
fotografía afrodiaspórica se congrega en torno
a la creatividad afro chocoana y afro
colombiana.
Los frentes de la creatividad afro es esa
canción deAnanse del periodistaAngel Perea,
es esa red de universidades afros para el
bienestar social y la proyección educativa a
afro de cara a la integración global de este
siglo de alianzas comerciales y económicas y
de integridad cultural. Los frentes de la
creatividad es la labor abnegada y lucida que
llevan a cabo los investigadores palenqueros
Alfonso Cassiani y Ruben Dario Hernandez,
desde el instituto Manuel Zapata Olivella,
creando la simientes en las nuevas
generaciones costeñas y caribeñas para la
etnohistoria y para la educación multicultural
con conciencia étnica.
Los frentes de la creatividad afrocolombiana
son esas facetas inventivas llevadas a cabo
por investigadores profundos como los
economistas Carlos Viáfara y Raúl Cortes que
desde los datos, las cifras, la estadística, el
poblamiento y los análisis de la sociología
cualitativa- cuantitativa le han permitido hacer
8. el diagnostico real del laberinto en que se
encuentra nuestra comunidades respecto a la
insatisfacción de las necesidades básicas en
las ciudades con mayoría de habitante afro.
Dentro de estas facetas de la creatividad de
los afros no podía pasar desapercibida la labor
sosegada y terca de Esaud Urrutia con la
creación de “la red de prosperidad” (Ubuntu)
de profesionales afro colombianos y su
proyecto virtual de revista Ébano latino
americana y qué decir del proyecto color de
Colombia de nuestro amigo, periodista y
sociólogo Daniel Mera visibilizando el
empoderamiento y liderazgo afro desde los
personajes más brillantes cada año en
múltiples frentes y disciplinas. Tampoco
podríamos dejar a un lado la actividad tenaz
que lleva a cabo diariamente la intelectual
Licenia Salazar en la Página web afro
colombianos visible con el propósito de
resaltar lideres y lideresa afro por toda las
regiones del país. El proyecto de Licenia se ha
hermana con el de Ray Charrupí “chao
racismo”, donde el jurista sirve de interprete y
asesor de los que hemos sufrido exclusión y
discriminación a diario, por algo fue elegido el
personaje afro del 2013.
Creatividad es esa gama de intelectuales
mujeres afro colombianas que desde la
academia le han apostado al ejercicio de
reflexión universitaria, investigativa e
intelectual para enseñarnos que entre lo
femeninos y lo masculino no hay diferencia
cuando se trata de creatividad e inteligencia,
pues, Nelly Yurisa Rivas, Magy Nazareth
Cortez, Marcia Santa Cruz , Aurora Valencia,
Teodora Hurtado han hecho sus estudios
superiores en Europa , en Estado Unidos y
hoy brillan como pensadoras y ciudadanas
de la afro diáspora femenina. Obras como “las
hijas del Muntú, Negras somos, Mabangu, El
color negro de la sin razón blanca, Mujer negra
(Arte, cultura e identidad” son una forma
poética y creativa de hacerle un homenaje a la
diáspora femenina y a sus procesos creativos
y organizativos.
Los rostros de la creatividad afro son eso
foros, paneles, congresos, seminarios, redes
asociaciones, y frentes académicos e
intelectuales esparcidos por todo el mundo
para engrandecer y hermanar la afro diáspora
como creía y lo vivía el que organizó el primer
congreso mundial de afros y el pan
africanismo: William Dubois.
Prueba de que los frutos de la otra
independencia continúen vivos es que San
Basilio de Palenque haya sido reconocido por
la Unesco como patrimonio común de la
humanidad, pues fue el lugar donde se gestó
el proyecto libertario de toda América y de las
repúblicas cimarronas con Benkos como
guía, tutor, e ideólogo. Siempre Benkos y San
Basilio serán un referente paradigmático para
nosotros, pues, parte de nuestra historia
empezó allí, por ello Antonio Prada Fortul
escribió la epopeya mítica Benkos, Las alas
de un cimarrón y el cineasta Oscar Hincapié
rodará este año una película sobre nuestro
gran héroe y un descendiente de Benkos,
José Antonio Bioho escribió un libro sobre él y
también proyecta llevarlo a la pantalla
gigante.
El frente de la creatividad afro es el festival de
música folclórica del pacifico Petronio
Álvarez donde se exaltan la creatividad a
través de sonidos, voces, instrumentos y
compositores afros del pacifico y del sur
occidente del país que nos rememoran la
comunicación de los vivos con los orichas y
ancestros y antepasados, estimulándonos a
estar siempre alegre para no desfallecer ante
las nuevas exigencias culturales del Muntú en
Colombia. El frente de la creatividad afro son
las festividades como San Pacho en el Choco
donde los afros hacen simbiosis y mimetizan
sus Dioses con el catolicismo en medio de los
carnavales y las máscaras, y de los disfraces
para no dejar morir su espíritu ancestral, para
no dejar morir la ligazón con la tradición
religiosa africana sincretizando deidades
africanas y católicas. He aquí toda la
creatividad afro colombiana, he aquí todo el
espíritu de independencia imaginativa afro
colombiana en sus múltiples facetas; y sólo
me resta decir como Manuel Zapata Olivella:
Las nuevas victorias deben ser ganadas en
las universidades, las academias, el
parlamento y la presidencia de la república.
No está expresamente escrito en la
constitución, pero si en la memoria ancestral
del Muntú. (Zapata Olivella: 1997:P39).
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14 15
WILLIAM MINA ARAGÓN
9. 16 17
El derecho y el poder
en la construcción del sujeto moderno.
Una mirada arqueológica desde
Michel Foucault
Por: JOSÉ WILSON MÁRQUEZ ESTRADA, Universidad de Cartagena
The Law and the Construction of Power in the Modern Subject.
An Archaeological View From Michel Foucault.
RESUMEN: El presente artículo muestra,
dentro de una hermenéutica del pensamiento
del filósofo francés Michel Foucault, cómo la
genealogía del sujeto moderno obedece a una
serie de procesos que pasan por la
construcción de una tecnología disciplinaria y
una ciencia social normativa; procesos que se
reflejan en las diferentes transformaciones del
derecho penal como discurso y como práctica
discursiva, especialmente en las formas del
castigo al delincuente y de prevención del
delito. Fenómeno que inicia su definitiva
transformación con la reforma humanista del
siglo XVIII, pero que se consolida con la
detención normalizadora y el nacimiento de la
prisión como paradigma de castigo y de
rehabilitación del delincuente en la sociedad
moderna occidental. Todo esto enmarcado
dentro del contexto social y cultural de la
sociedad capitalista disciplinaria y de control,
que ha construido un hombre dócil y
productivo; fenómeno que trae como efecto
cultural, el nacimiento y consolidación de las
ciencias sociales y humanas que han
objetivado al ser humano y han producido todo
un hipertexto sobre él, hipertexto que contiene
en su seno el discurso jurídico moderno.
PALABRAS CLAVE: Genealogía, sujeto,
poder, norma, crimen, derecho penal y
ciencias humanas.
ABSTRACT: This paper shows, in a
hermeneutic thinking of the French
philosopher Michel Foucault, how genealogy
of the modern subject due to a number of
processes that go through the construction of
a disciplinary technology and social science
standards; processes that are reflected in the
various transformations of criminal law as
discourse and discursive practice, especially
in the forms of punishment to the offender and
crime prevention. Phenomenon begins his
final transformation with the humanist reform
of the eighteenth century, but it was
consolidated with the normalizing arrest and
the birth of the prison as a paradigm of
punishment and rehabilitation of offenders in
modern Western society. All framed within the
social and cultural context of capitalist society
and disciplinary control, it has built a docile
and productive man; phenomenon that brings
cultural effect, the birth and consolidation of
the social and human sciences that have
objectified the human being and have been on
it a whole hypertext, hypertext contains within
modern legal discourse.
KEYWORDS: Genealogy, subject, power,
rule, crime, criminal law and human sciences.
“Entre las prácticas sociales en las que
el análisis histórico permite localizar la
emergencia de nuevas formas de
subjetividad, las prácticas jurídicas, o
más precisamente las prácticas
judiciales, están entre las más
importantes.”
Michel Foucault
INTRODUCCIÓN
En Vigilar y Castigar Michel Foucault (2005)
plantea la genealogía del sujeto moderno
como el surgimiento de un cuerpo mudo y
dócil, un cuerpo construido a partir de la
interacción entre tecnologías disciplinarias y
una ciencia social normativa. En esta obra
Foucault construye una narración donde
permite ver el crecimiento de las tecnologías
disciplinarias en el interior del entramado
h i s t ó r i c o d e l b i o p o d e r y d o n d e
simultáneamente surge el individuo moderno
y el concepto de sociedad que plantean las
ciencias sociales, es decir, surge una ciencia
objetiva de la sociedad que trata de los
hechos sociales como cosas y a la vez
plantea la solidez muda del individuo
moderno (Dreyfus, 1988 p 163). En este libro
Foucault ve el castigo y las prisiones como
una función social completa y no meramente
como un conjunto de mecanismos de
represión, para él el castigo no es una
cuestión puramente jurídica, ni un reflejo de
las estructuras sociales, ni un índice del
espíritu de la época, sino que plantea que es
necesario interpretar los sistemas de castigo,
como la prisión, como una técnica específica
de poder, ya que el castigo es político tanto
como legal, por eso en Vigilar y Castigar, el
objeto de estudio es la tecnología
disciplinaria. En el nacimiento de la prisión: la
intensión reflexionada, el tipo de cálculo, la
“ratio” puesta en práctica en la reforma del
sistema penal, cuando se decidió introducir,
no sin modificación, la vieja práctica del
encierro se estaba escribiendo el primer
capítulo de la historia de la razón punitiva en
occidente. La idea clave para entender este
fenómeno es situar la tecnología del poder en
el principio de la humanización de la
penalidad como conocimiento del hombre,
en esta estrategia el cuerpo es el blanco
central que es el eje de una tecnología
política del cuerpo (Ibid, p. 164). En este
sentido aparecen las tres figuras del castigo
que consolidan a esta razón punitiva en
Europa: la tortura como instrumento del
soberano, la representación correcta como
un sueño de los reformadores humanistas y
la prisión y vigilancia normalizadora como
encarnación de la tecnología moderna del
poder disciplinario, donde la sociedad trata a
los criminales como “objetos” que han de ser
manipulados. Ahora miremos en detalle la
transformación de esta razón punitiva y su
relación con en el derecho penal.
1. LA TORTURA COMO INSTRUMENTO
DELPODER SOBERANO.
En la era del poder soberano la tortura era la
forma paradigmática del castigo. La tortura
pública era un ritual político. La ley
representaba la voluntad del soberano quien
la violara debía responder a la ira del rey. Toda
infracción a la ley era considerada como un
acto de guerra, como un ataque violento
contra el cuerpo del rey y el soberano debía
responder del mismo modo, con fuerza
excesiva que exhibiera toda la magnitud del
poder del soberano. En este sentido el
soberano construye todo un teatro de la
atrocidad, todo un ritual de violencia que tiene
como centro la tortura sobre el cuerpo del
criminal. Igualmente se constituye la tortura
como nucleó del procedimiento judicial. En
esta perspectiva Foucault plantea que “a fines
del siglo XVIII la tortura habría de ser
denunciada como resto de las barbaries de
otra edad: muestra de un salvajismo que
denuncia como ´gótico´. Cierto es que la
práctica de la tortura tiene orígenes lejanos: la
Inquisición indudablemente, e incluso sin
duda más allá, los suplicios de esclavos. Pero
no figura en el derecho clásico como un rastro
o una mancha. Tiene su lugar estricto en un
mecanismo penal complejo en el que el
procedimiento de tipo inquisitorial va lastrado
de elementos del sistema acusatorio; en el
que la demostración escrita necesita de un
correlato oral; en el que las técnicas de la
prueba administrada por los magistrados van
mezcladas con los procedimientos de las
torturas por las cuales se desafiaba al
acusado a mentir; en el que se le pide, de ser
necesario por la más violenta de las
coacciones, que desempeñe en el
procedimiento el papel de colaborador
voluntario (Foucault, 2005 p. 45).”
El tormento era una lucha ritualizada entre dos
personas antecedidos de procedimientos
legales formales, es decir, se construye todo
un código de procedimientos: testimonios,
pruebas, etc. Procedimiento en secreto donde
10. la ley exigía una confesión obtenida por medio
del ritual de la tortura, tortura como manera
controlada de infringirle dolor al cuerpo y en
este sentido se construye toda una tecnología
del dolor que subdividía la muerte en mil
muertes. En este orden de ideas, el tormento
no es una manera de arrancar la verdad a toda
costa, no es la tortura desencadenada de los
interrogatorios modernos; es cruel
ciertamente pero no salvaje. Se trata de una
práctica reglamentada, que obedece a un
procedimiento bien definido: momentos,
duración, instrumentos utilizados, longitud de
las cuerdas, peso de cada pesa, número de
cuñas, intervenciones del magistrado que
interroga, todo esto se halla, de acuerdo con
las diferentes costumbres, puntualmente
codificado. La tortura es un juego judicial
estricto. Y a causa de ello, por encima de las
técnicas de inquisición, enlaza con las viejas
pruebas que tenían curso en los
procedimientos acusatorios: ordalías, juegos
judiciales, juicios de Dios. Entre el juez que
ordena el tormento y el sospechoso a quien se
tortura, existe también como una especie de
justa; somátese al ´paciente´-tal es el término
por el cual se designa al supliciado- a una
serie de pruebas, graduadas en severidad y
de las cuales triunfa ´resistiendo´, o ante las
cuales fracasa confesando (Ibid p. 46). Según
el crimen así será la tortura a aplicar, el dolor
del cuerpo debe adecuarse al crimen. La
tortura se constituye como un verdadero ritual
judicial, el castigo tenía que inscribirse en el
cuerpo de la víctima. La tortura llevaba a la
verdad de la acusación, entonces, en este
sentido si podemos decir que la tortura era una
tecnología de producción de verdad (Dreyfus,
1988 p. 166).
Castigar es un derecho exclusivo del
soberano, materializado en la tortura que
reúne un complejo de poder, verdad y
cuerpos. Su aplicación en el cuerpo del
criminal era un acto de venganza y arte. El
derecho de castigar será, pues, como un
aspecto del derecho del soberano a hacer la
guerra a sus enemigos: castigar pertenece a
ese ´derecho de guerra, a ese poder absoluto
de vida y muerte de qué habla el derecho
romano con el nombre merum imperium,
derecho en virtud del cual el príncipe hace
ejecutar su ley ordenando el castigo del
crimen (Foucult, 2005 p. 54). La figura del
poder como tortura dependía del público que
observaba el espectáculo de la atrocidad. Sin
una asamblea pública se anularía todo el
propósito de la ceremonia con su poderosa
carga simbólica que escenifica la lucha entre
el criminal y el príncipe, y con relación a esto,
dice Foucault: “El acero que castiga al
culpable es también el que destruye a los
enemigos. Todo un aparato militar rodea el
suplicio: jefes de la ronda, arqueros, exentos,
soldados. Se trata desde luego de impedir
toda evasión o acto de violencia; se trata
también de prevenir, de parte del pueblo, un
arranque de simpatía para salvar a los
condenados, o un arrebato de furor para
darles muerte inmediatamente; pero se trata
también de recordar que en todo crimen hay
como una sublevación contra la ley y el
criminal es un enemigo del príncipe (Ibid, p.
55).” El suplicio se convierte entonces en un
ritual de guerra entre el criminal y el soberano
como ritual de la ley armada, en el que el
príncipe se muestra a la vez, y de manera
indisociable, bajo el doble aspecto de jefe de
justicia y de jefe de guerra, la ejecución
pública tiene dos caras: una de victoria, otra
de lucha. Por una parte, cierra solemnemente
una guerra entre el criminal y el soberano,
cuyo desenlace era ya conocido; debe
manifestar el poder desmesurado del
soberano sobre aquellos que ha reducido a la
impotencia. La disimetría, el irreversible
desequilibrio de fuerzas, formaban parte de
las funciones del suplicio y ejemplificaba
enviando un mensaje claro a la
muchedumbre, que no necesariamente
respondía con el miedo sino que, por el
contrario, en muchas ocasiones respondió
con la revuelta y la venganza, mostrando
como este ritual de la tortura era un arma de
doble filo.
2. LAREFORMAHUMANISTA.
En el siglo XVIII surge un nuevo discurso que
atacaba el exceso de violencia, la ostentación
del poder soberano y las glorias de la
venganza de la muchedumbre. Proclamando
que las penas fueran moderadas y
proporcionales al delito y que la muerte sólo
sea aplicable a los asesinos. En pocas
palabras lo que se pedía era una abolición del
teatro de la atrocidad. Que la justicia criminal
castigue y no busque la venganza, no busque
el exceso. Los reformadores del derecho
penal, tanto en su discurso como en su
práctica discursiva, propusieron un nuevo
estilo de castigo donde brillara la indulgencia
y la eficacia en la aplicación. Toda esta
propuesta estaría justificada en la teoría del
contrato social que vincula a la sociedad con
los individuos. En esta nueva perspectiva, el
crimen implica un rompimiento del contrato
donde la sociedad entera es víctima;
cambiándose la ecuación anterior de
confrontación entre el delincuente y el
soberano por la del delincuente versos la
sociedad (Dreyfus, 1988 p. 167). Entonces la
sociedad tenía el derecho de reparar este
mal y el castigo era su obligación, en
consecuencia, el castigo debe moderarse
volverse más indulgente ya que la sociedad
está implicada en el delito y, a la vez, resaltar
el hecho de que el límite del castigo es la
humanidad de cada sujeto. Foucault insiste
en que la reforma del derecho criminal debe
ser leída como una estrategia para el
reacondicionamiento del poder de castigar,
según unas modalidades que lo vuelvan más
regular, más eficaz, más constante y mejor
detallado en sus efectos; que aumente estos
efectos disminuyendo su costo económico.
Veamos como la propone: “La nueva teoría
jurídica de la penalidad cubre de hecho una
nueva economía política´ del poder da
castigar. Se comprende entonces por qué
esta ´reforma´ no ha tenido un punto de
origen único. No son los justiciables más
ilustrados, ni los filósofos enemigos del
despotismo y amigos de la humanidad, no
son ni siquiera los grupos sociales opuestos
a los parlamentarios los que se encuentran
en el punto de partida de la reforma. O, más
bien, no son ellos únicamente; en el mismo
proyecto global de una nueva distribución del
poder de castigar y de una nueva repartición
de sus efectos, no pocos intereses diferentes
vienen a coincidir (Foucult, 2005 p. 85).”
La nueva forma de castigo debe reparar el
mal hecho a la sociedad y devolver al ofensor
a su legítimo y útil sitio en la sociedad. El
castigo debía ser lo menos arbitrario y lo más
transparente al crimen que sanciona, pero
igualmente debe disuadir, recompensar a la
sociedad y servir de lección. En este sentido,
el castigo debe corresponder al orden de la
sociedad y según la naturaleza del delito, así
será la naturaleza del castigo, en otras
palabras, la reforma buscaba un castigo
eficiente, efectivo y humano (Dreyfus, 1988 p.
168). Se encomia a los grandes
´reformadores´ - a Beccaria, Servan, Dupaty o
Lacretelle, a Duport, Pastoret, Target,
Begasse, a los redactores de los Cuadernos o
a los Constituyentes- por haber impuesto esta
benignidad a un aparato judicial y a unos
teóricos ´clásicos´ que, todavía en el siglo
XVIII, la rechazaban, y con un rigor
argumentado. Es preciso, situar esta reforma
en un proceso que los historiadores han
puesto en evidencia recientemente por el
estudio de los archivos judiciales: la relajación
de la penalidad en el curso del siglo XVIII o, de
manera más precisa, el doble movimiento por
el cual, durante este periodo, los crímenes
parecen perder violencia, en tanto que los
castigos, recíprocamente, se descargan de
una parte de su intensidad, aunque a costa de
intervenciones múltiples (Foucult, 2005 p. 79).
La idea fundamental de la reforma era reducir
las posibilidades de la reincidencia e instalar
en la sociedad una fuerza poderosa de
disuasión contra el crimen, donde el criminal
sería un sujeto jurídico recuperable para la
sociedad. Para los reformadores el derecho
penal y su práctica punitiva serían efectivos si
atacara la fuente del crimen, haciendo obrar
en contra del criminal la fuerza que motivó el
crimen e hiciera posible que en la mente del
criminal operara la representación simbólica
del triunfo del bien sobre el mal. El suplicio
definitivamente estaba condenado a
desaparecer y la propuesta de los
reformadores estaba acompañada de una
verdadera campaña de protesta contra la
tortura y los suplicios. Para Foucault es claro
que “la protesta contra los suplicios se
encuentra por doquier en la segunda mitad del
siglo XVIII: entre los filósofos y los teóricos del
derecho; entre juristas, curiales y
parlamentarios; en los cuadernos de quejas y
en los legisladores de las asambleas. Hay que
castigar de otro modo: deshacer ese
18 19
JOSÉ WILSON MÁRQUEZ
11. enfrentamiento físico del soberano con el
condenado; desenlazar ese cuerpo a cuerpo,
que se desarrolla entra la venganza del
príncipe y la cólera contenida del pueblo, por
intermedio del ajusticiado y del verdugo. Muy
pronto el suplicio se ha hecho intolerable (Ibid,
p. 77).”
Los remedios debían reunirse en un código
jurídico, igualmente las diferentes especies de
criminales debían clasificarse con gran
detalle. Esto trajo como efecto que surgió la
necesidad de un grado mucho mayor de
individuación en la clasificación de los
criminales, buscando la aplicación del castigo
correcto, su meta era actuar con eficacia
sobre el alma y allí operaría el poder, es decir,
el “espíritu” como superficie de inscripción del
1
poder. Por debajo de la humanización de las
penas, lo que se encuentra son todas esas
reglas que autorizan, mejor dicho, que exigen
la ´suavidad´, como una economía calculada
del poder de castigar. Pero piden también un
desplazamiento en el punto de aplicación de
este poder: que no sea ya el cuerpo, con el
juego ritual de los sufrimientos extremados, de
las marcas manifiestas en el ritual de los
suplicios; que sea el espíritu o más bien un
juego de representaciones y de signos
circulando con discreción pero con necesidad
y evidencia en el ánimo de todos. No ya el
cuerpo, sino el alma (Dreyfus, 1988 p. 169).
Simultáneamente a este fenómeno
reformador del derecho y de la práctica penal,
tenemos un importante crecimiento de las
ciencias de la sociedad y de lo que Foucault
llama las disciplinas, que más tarde trataran a
los hombres como objetos y harán de él más
grande objeto de estudio de la humanidad.
Para los reformadores el castigo debía ser una
retribución del delincuente a la sociedad y, en
ese sentido, los trabajos públicos se
constituyeron como el castigo ideal. Trabajar
en los canales, en los caminos y en las plazas
públicas, era la forma ideal en que el criminal
reparaba el daño causado a la sociedad.
Igualmente era un castigo visible que, al
recorrer el país, llevaba consigo la
representación de sus crímenes: la sociedad
se beneficiaría de sus trabajos y de su
ejemplo. El castigo se convirtió en una especie
de moralidad pública. La publicidad del
castigo era todo un libro de lectura (Dreyfus,
1988 p. 170). El fin del castigo era la reforma
de las almas y la moralización de la sociedad.
La sociedad entera era un teatro del castigo
con la aplicación de un entramado de
significados. Los reformadores humanistas
construyen un saber vasto y elaborado,
construyeron un gran texto de crímenes,
criminales y castigos, el sujeto jurídico
proclama así su lección moral; otra cosa es
que tales planes no tuvieron sino una
aplicación mínima.
3. LADETENCIÓN NORMALIZADORA.
La prisión se constituye en todo este proceso,
como la forma paradigmática de castigo. La
más famosa era la Maison de Force en Gante,
Holanda. Se recogía a los criminales y
vagabundos y se les ponía a trabajar, para
reducir el miedo a la criminalidad entre la
población. Aunque la prisión se presenta
dentro del contexto de modernización del
derecho penal, Foucault plantea que los
reformadores jamás la tuvieron en cuenta
dentro de su visión punitiva: “La utilización de
la prisión como forma general de castigo
jamás se presenta en estos proyectos de
penas específicas, visibles y parlantes. Sin
duda, está prevista la prisión pero como una
pena más; es entonces el castigo específico
de ciertos delitos, los que atentan a la libertad
de los individuos (como el rapto) o los que
resultan del abuso de la libertad (el desorden,
la violencia). También está prevista como
condición para que determinadas penas
puedan ser ejecutadas (el trabajo forzado, por
ejemplo). Pero no cubre todo el campo de la
penalidad con su duración como único
principio de variación. Más todavía, la idea de
un encierro penal es explícitamente criticada
por muchos reformadores. Porque es incapaz
de responder a la especificidad de los delitos.
Porque está desprovisto de efectos sobre el
público. Porque es inútil a la sociedad,
perjudicial incluso: es costoso, mantiene a los
condenados en la ociosidad, multiplica sus
vicios. Porque el cumplimiento de tal pena es
difícil de controlar y se corre el peligro de
exponer a los detenidos a la arbitrariedad de
sus guardianes. Porque el oficio de privar a un
hombre de su libertad y de vigilarlo en la
prisión es un ejercicio de tiranía. La prisión,
en resumen, es incompatible con toda esta
técnica de la pena-efecto, de la pena-
representación, de la pena-función general,
de la pena signo y discurso (Foucult, 2005 p.
118)”. Las prisiones eran costosas, por
tanto, había que poner a trabajar a los
prisioneros para que pagaran su propia
corrección. De estas prisiones surgirán
nuevos trabajadores, preparados para
contribuir a la productividad y al bienestar de
la sociedad. Igualmente se les pagaba por el
trabajo realizado en la prisión. Aunque la
prisión como modelo punitivo se iba
consolidando dentro del panorama del
derecho penal moderno y, como dijo
Foucault, los humanistas desconfiaban de
ella como paradigma de castigo y
rehabilitación; pero lo que era evidente, era
que ella se conectaba con los valores y los
propósitos del capitalismo moderno. Lo real
era que la prisión, en esa coyuntura, podía
como hoy, cubrir, entre la muerte y las penas
ligeras, todo el espacio del castigo, era un
pensamiento que los reformadores no
podían tener inmediatamente.Ahora bien, he
aquí el problema: al cabo de muy poco
tiempo, la detención ha llegado a ser la forma
esencial del castigo. En el Código penal de
1810 ocupa, entre la muerte y las multas,
bajo un cierto número de formas, casi todo el
campo de los castigos posibles. El cadalso
donde el cuerpo del supliciado se exponía a
la fuerza ritualmente manifestada del
soberano, el teatro punitivo donde la
representación del castigo se ofreciera
permanentemente al cuerpo social, está
sustituido por una gran arquitectura cerrada,
compleja y jerarquizada que se integra en el
cuerpo mismo del aparato estatal. Una
materialidad completamente distinta, una
física del poder completamente distinto, una
manera de dominar el cuerpo de los hombres
completamente distinta (Ibid, p. 119). Como
forma de castigo –dice Foucault- el triunfo de
la prisión no se dejó esperar: “La deportación
desapareció muy rápidamente, el trabajo
forzado quedó en general como una pena
puramente simbólica de reparación; los
mecanismos de escándalo nunca llegaron a
ponerse en práctica; la pena del Talión
desapareció con la misma rapidez y fue
denunciada como arcaica por una sociedad
que creía haberse desarrollado suficiente.
Estos proyectos de penalidad fueron
sustituidos por una pena muy curiosa que
apenas había sido mencionada por Beccaria y
que Brissot trataba de manera muy marginal:
nos referimos al encarcelamiento, la prisión.
La prisión no pertenece al proyecto teórico de
la reforma de la penalidad del siglo XVIII,
surge a comienzos del siglo XIX como una
institución, de hecho, casi sin justificación
teórica (Ibid, p. 101).”
El modelo de trabajo holandés fue
perfeccionado por los reformadores ingleses
en la reforma penitenciaria de Blacstone y
Howard en 1779, al trabajo, ellos añadieron el
aislamiento. El trabajo solitario se convertirá
en un ejercicio de conversión y aprendizaje, en
un trabajo de reforma de su propia conducta.
Finalmente el modelo que se impone es el
modelo de filadelfia de los cuáqueros, la
prisión de Walnut Stree de 1790, que combina
el sistema inglés y holandés; con un
imperativo económico fundamental: la prisión
debía ser mantenida por el trabajo de los
prisioneros, cada individuo debía ser
estrechamente supervisado. Igualmente, su
tiempo debía ser organizado de la manera
más eficientemente posible, es decir, su día
sería dividido en segmentos productivos. A
esto se le agregaría el imperativo moral. A
cada prisionero se le proporcionaba consejo y
dirección espiritual. El castigo de un crimen se
realizaba ahora en secreto, tras los muros de
la prisión. El principio de la no publicidad de la
pena era clave en este proceso. Si la
sentencia y lo que la motivó deben ser
conocidos de todos, la ejecución de la pena,
en cambio, debe cumplirse en secreto; el
público no tiene por qué intervenir ni como
testigo ni como fiador del castigo; la
certidumbre de que, detrás de los muros, el
preso cumple su pena debe bastar para
constituir un ejemplo. Con ello se acaban los
espectáculos callejeros a los que la ley de
1786 había dado lugar al imponer a algunos
condenados a trabajos públicos, la ejecución
de éstos en las ciudades o en las carreteras
(Ibid, p. 129). Finalmente, la sociedad
confiaba el derecho de castigar a las
autoridades con tal de que cumplieran su
20 21
JOSÉ WILSON MÁRQUEZ
12. objetivo: la rehabilitación total y completa de
los prisioneros. Aplicando la observación
detallada, los expedientes completos y la
clasificación escrupulosa (Dreyfus, 1988 p.
171). Un severo y detallado interrogatorio
sobre las circunstancias del crimen era el ritual
que iniciaba el proceso penal, luego el
comportamiento del criminal en prisión era
estudiado en detalle, permitiendo construir un
acervo de información sobre su progreso
durante la detención, todo esto unido a la
construcción de un conocimiento creciente del
criminal y de la criminalidad en general. El
efecto inmediato es la aparición y rápida
aceptación de la detención preventiva como la
forma principal de la sanción criminal,
adornada con algunos principios de los
reformadores ilustrados. El castigo punitivo de
la prisión tiene éxito cuando llega a producir
cuerpos dóciles, por eso su aplicación es
sobre el cuerpo; entrenándolo, ejercitándolo y
supervisándolo por medio de un aparato de
control que lleva a cabo este programa
disciplinario. La prisión encaja perfectamente
dentro del contexto de una sociedad que se
perfila disciplinada. La prisión: aparato de
vigilancia total, continua y eficiente. Verdadera
ortopedia concertada que se aplica a los
criminales. Lo más importante –dice Foucault-
es que la prisión se consolida como un
dispositivo productor de saber, un verdadero
observatorio del criminal: “Sin duda, es que
este control y esta transformación del
comportamiento van acompañados – a la vez
condición y consecuencia- de la formación de
un saber de los individuos. Al mismo tiempo
que el propio condenado, la administración del
Walnut Stree recibe un informe sobre su delito,
sobre las circunstancias en que fue cometido,
un resumen del interrogatorio del inculpado,
unas notas en cuanto a la manera en que se
condujo antes y después de la sentencia.
Otros tantos elementos indispensables si se
quiere ´determinar cuáles serán los cuidados
necesarios para destruir sus antiguos
hábitos´. Y durante todo el tiempo del
encarcelamiento será observado; se
consignará su conducta cotidianamente, y los
inspectores –doce notables de la ciudad
designados en 1795-, que, de dos en dos,
visitan la prisión cada semana, deben
informarse de lo que ha ocurrido, enterarse de
22 23
JOSÉ WILSON MÁRQUEZ
la conducta de cada preso y designar aquellos
cuyo perdón se ha de solicitar. Este
c o n o c i m i e n t o d e l o s i n d i v i d u o s ,
continuamente puesta al día, permite
repartirlos en la prisión menos en función de
sus delitos que de las disposiciones de que
dan pruebas. La prisión se convierte en una
especie de observatorio permanente que
permite distribuir las variedades del vicio o de
la flaqueza (Foucult, 2005 p. 131).” Todo un
saber individualista se organiza, el cual toma
como dominio de referencia no tanto el crimen
cometido (al menos en estado aislado), sino la
virtualidad de peligros que encierra un
individuo y que se manifiesta en la conducta
cotidianamente observada. La prisión
funciona aquí (Waltnut Stree) como un
aparato de saber y se perfila, como modelo,
en dispositivo productor de conocimiento y de
sentido sobre la criminalidad (Ibid, p. 131).
4. LATECNOLOGÍADISCIPLINARIA.
La prisión es sólo un ejemplo de esta
tecnología de la disciplina, la vigilancia y el
castigo. Es una expresión claramente
articulada de prácticas más generalizadas
para disciplinar individuos y poblaciones. A lo
largo del siglo XVIII y todo el siglo XIX, estas
tácticas se extendieron a otros sectores de la
población donde se aplicaron diferentes
procedimientos disciplinarios. La disciplina es
una técnica, no una institución (Dreyfus, 1988
p. 173). Foucault dice que “a estos métodos
que permiten el control minucioso de las
operaciones del cuerpo, que garantizan la
sujeción constante de sus fuerzas y les
imponen una relación de docilidad-utilidad, es
a lo que se puede llamar la “disciplinas”.
Muchos procedimientos disciplinarios
existían desde largo tiempo atrás, en los
conventos, en los ejércitos, también en los
talleres. Pero las disciplinas han llegado a ser
en el transcurso de los siglos XVII y XVIII unas
fórmulas generales de dominación. Distintas
de la esclavitud, puesto que no se fundan
sobre una relación de apropiación de los
cuerpos, es incluso elegancia de la disciplina
prescindir de esa relación costosa y violenta
obteniendo efecto de utilidad tan grande por lo
menos. Distintas también de la domesticidad,
que es una relación de dominación constante,
global, masiva, no analítica, ilimitada, y
establecida bajo la forma de la voluntad
singular del amo, su ´capricho´. Distinta de
vasallaje, que es una relación de sumisión
extremadamente codificada, pero lejana y
que atañe menos a las operaciones del
cuerpo que a los productos del trabajo y a las
marcas rituales del vasallaje. Distintas
también del ascetismo y de las ´disciplinas´
de tipo monástico, que tienen por función
garantizar renunciaciones más que
aumentos de utilidad y que, si bien implican la
obediencia a otro, tienen como objeto
principal un aumento del dominio de cada
cual sobre su propio cuerpo. El momento
histórico de las disciplinas es el momento en
que nace un arte del cuerpo humano, que no
tiende únicamente al aumento de sus
habilidades, ni tampoco a hacer más pesada
su sujeción, sino a la formación de un vínculo
que, en el mismo mecanismo, lo hace tanto
más obediente cuanto más útil, y al revés.
Formase entonces una política de las
coerciones que constituyen un trabajo sobre
el cuerpo, una manipulación calculada de sus
elementos, de sus gestos, de sus
comportamientos. El cuerpo humano entra
en un mecanismo de poder que lo explora, lo
desarticula y lo descompone. Una ´anatomía
política´, que es igualmente una ´mecánica
del poder´(Foucult, 2005 p. 141).” La
disciplina puede ser apropiada de manera
masiva, aplicada en diferentes instituciones:
casa de detención, ejército, escuelas,
hospitales, fabricas. Igualmente puede ser
utilizada por diferentes autoridades:
m é d i c o s , p o l i c í a s , d o c e n t e s ,
administradores, etc., es decir, la disciplina
“coloniza” las diferentes formas de poder,
permite llevar los elementos de poder hasta
sus componentes más sutiles y lejanos. Con
relación al aparato judicial, podemos afirmar,
que el control de los individuos, esa suerte de
control penal punitivo sobre sus
virtualidades, no puede ser efectuado por la
justicia, sino por una serie de poderes
laterales, al margen de la justicia, tales como
la policía y toda una red de instituciones de
vigilancia y corrección: la policía para la
vigilancia; las instituciones psicológicas,
psiquiátricas, criminológicas, médicas y
pedagógicas para la corrección. Es así que
se desarrolla en el siglo XIX alrededor de la
institución judicial y para permitirle asumir la
función de control sobre la peligrosidad de los
individuos, una gigantesca maquinaria de
instituciones que encuadrarán a éstos a lo
largo de su existencia; instituciones
pedagógicas como la escuela, psicológicas o
psiquiátricas como el hospital, el asilo,
etcétera. Esta red de un poder que no es
judicial debe desempeñar una de las
funciones que se atribuye la justicia a sí misma
en esta etapa: función que no es ya de castigar
las infracciones del individuo, sino de corregir
sus virtualidades. Entramos así en una edad
de “ortopedia social”. Se trata de una forma de
poder, un tipo de sociedad que se puede
llamar “sociedad disciplinaria”, por oposición a
las sociedades estrictamente penales que
conocíamos anteriormente (Foucault, 2005 p.
103).
¿Cómo funciona la disciplina? Opera
primariamente sobre el cuerpo, se toma el
cuerpo como un objeto que hay que analizar y
dividir en sus diferentes partes, ya que el
objetivo es forjar un cuerpo dócil que pueda
ser sometido, utilizado, transformado,
perfeccionado. La construcción de un
“micropoder” es la clave del poder
disciplinario. Las disciplinas (especialmente el
ejército y las escuelas) desarrollan
silenciosamente técnicas y tácticas para tratar
a los seres humanos como objetos que deben
ser moldeados y no como sujetos que deben
ser escuchados o como signos que deben
hacerse circular y leerse, es decir, el cuerpo ya
no es tan importante como portador de
significaciones. Lo que importa realmente es
el ejercicio del cuerpo. El ejercicio de los
cuerpos es la parte integral del funcionamiento
del poder (Dreyfus, 1988 p. 174). Foucault
plantea que ni el aparato judicial escapa a las
disciplinas: “La disciplina ´fabrica´ individuos;
es la técnica específica de un poder que se da
a los individuos a la vez como objetos y como
instrumentos de su ejercicio. No es un poder
triunfante que a partir de su propio exceso
pueda fiarse en superpotencia; es un poder
modesto, suspicaz, que funciona según el
modelo de una economía calculada pero
permanente. Humildes modalidades,
procedimientos menores, si se comparan con
13. los rituales majestuosos de la soberanía o con
los grandes aparatos del Estado. Y son ellos
precisamente los que van a invadir poco a
poco esas formas mayores, a modificar sus
mecanismos y a imponer sus procedimientos.
El aparato judicial no escapará de esta
invasión apenas secreta. El éxito del poder
disciplinario se debe sin duda al uso de
instrumentos simples: la inspección
jerárquica, la sanción normalizadora y su
combinación en un procedimiento que le es
específico: El examen (Foucult, 2005 p. 175).”
El poder disciplinario está orientado hacia un
uso diferente del tiempo que consiste en
codificar todas las dimensiones del tiempo y
del movimiento en el espacio. El control del
espacio permite una distribución y supervisión
perfecta: a cada individuo su lugar y a cada
emplazamiento un individuo. El éxito depende
de la codificación estructural. Todo bajo un
control sistemático, donde se estimula y se
penaliza. Foucault plantea que en el corazón
de todos los sistemas disciplinarios funciona
un pequeño mecanismo penal. Beneficia de
cierto privilegio de justicia, con sus propias
leyes, sus delitos especificados, sus formas
particulares de sanción, sus instancias de
juicio. Las disciplina establecen una ´infra-
penalidad´; reticulan un espacio que las leyes
dejan vacío; califican y reprimen un conjunto
de conductas que su relativa indiferencia
hacía sustraerse a los grande sistemas de
castigo (Ibid, p. 183).
La disciplina opera de manera diferenciada y
precisa sobre los cuerpos y vale la pena
resaltar, que la disciplina “fabrica” individuos
por medio de una técnica central del poder
disciplinario: el examen. El examen es la
vigilancia como parte integral de la producción
y del control que permite incrementar la
visibilidad interna por medio de un registro
continuo. En esta perspectiva se construye
una arquitectura disciplinaria soportada en un
poder de refinada vigilancia. El examen
permite la individuación y el control
personalizado de las minucias de la vida
cotidiana y de la biografía individual: las
actividades y los pensamientos más
mundanos son escrupulosamente registrados
(Dreyfus, 1988 p. 175). Los expedientes
permite fijar una red de codificación especifica
fundamentados en una estructura de derecho
que así lo permite. Foucault plantea que
“históricamente, el proceso por el cual la
burguesía ha llegado a ser en el curso del
siglo XVIII la clase políticamente dominante
se ha puesto a cubierto tras de la instalación
de un marco jurídico explicito, codificado,
formalmente igualitario, y a través de la
organización de un régimen de tipo
parlamentario y representativo. Pero el
desarrollo y la generalización de los
dispositivos disciplinarios han constituido la
otra vertiente, oscura, de estos procesos.
Bajo la forma jurídica general que garantizaba
un sistema de derechos en principio
igualitarios había, subyacentes, esos
mecanismos menudos, cotidianos y físicos,
todos esos sistemas de micropoder
esencialmente igualitarios y disimétricos que
constituyen las disciplinas. Y si, de una
manera formal, el régimen representativo
permite que directa o indirectamente, con o
sin enlaces, la voluntad de todos forme la
instancia fundamental de la soberanía, las
disciplinas dan, en la base, garantía de la
sumisión de las fuerzas y de los cuerpos. Las
disciplinas reales y corporales han constituido
el subsuelo de las libertades formales y
jurídicas. El contrato podía bien ser
imaginado como fundamento ideal del
derecho y del poder político. Las Luces, que
han descubierto las libertades, inventaron
también las disciplinas (Foucult, 2005 p.
225).”
El individuo moderno –objetivado, analizado y
fijo- es un logro histórico. El individuo es el
efecto y el objeto de cierto cause de saber y
poder. Es el producto de desarrollos
estratégicos en el campo del poder y de los
múltiples desarrollos de las ciencias
humanas. Para Foucault es claro que existe
un vínculo estrecho entre el desarrollo de las
tecnologías disciplinarias y el conocimiento
objetivado del hombre y el desarrollo de las
ciencias humanas. Las ciencias sociales
(psicología, demografía, estadística,
criminología, higiene social, etc.) se
constituyen al principio en el interior de
instituciones de poder: hospitales, prisiones,
escuelas, donde desempeñaron un papel de
especialización. Desarrollaron sus propias
prácticas discursivas y sus propios discursos, dentro del contexto más amplio de las tecnologías
disciplinarias (Dreyfus, 1988 p. 176). El sujeto moderno no es más que el efecto del encuentro
de las tecnologías disciplinarias y el desarrollo de las ciencias del hombre, entre ellas una de las
más definidoras de su ser: el derecho.
BIBILOGRAFÍA
Ÿ Dreyfus, Hubert y Rabinow, Paul. Michel Foucault: más allá del Estructuralismo y la
hermenéutica. Editorial UNAM. México D.F. 1988.
Ÿ Foucault, Michel. La Verdad y las Formas Jurídicas. Editorial Gedisa. Barcelona. 2005.
Ÿ ---------------------------. Vigilar y Castigar. El nacimiento de la Prisión. Siglo XXI Editores.
BuenosAires. 2005.
Ÿ BIBLIOGRAFÍASUGERIDA
Ÿ Foucault, Michel. El Orden del Discurso. EditorialTusquest. Barcelona. 2008.
Ÿ ---------------------------. El Poder Psiquiátrico. FCE. BuenosAires. 2005.
Ÿ ---------------------------. Defender la Sociedad. FCE. BuenosAires. 2002.
Ÿ ---------------------------. LosAnormales. FCE. BuenosAires. 2001.
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Ÿ ---------------------------. Genealogía del Racismo. Ediciones la Piqueta. Madrid. 1992.
24 25
JOSÉ WILSON MÁRQUEZ
14. 26 27
“El potencial
no incluido
Por la modernidad”
Desafiando los centros de representación
Por: WILMER VILLA* y ERNELL VILLA**
* Profesor Proyecto Curricular Licenciatura en Educación Básica con Énfasis en Humanidades y Lengua
Castellana y Maestría en Investigación Social Interdisciplinaria de la Universidad Distrital Francisco José de
Caldas, Candidato a Doctor en estudios Culturales Latinoamericano Universidad Andina Simón Bolívar Sede
Ecuador. E-mail: villaw@hotmail.com
** Profesor de la Universidad de Facultad de Educación Departamento de Etnoeducación de la Universidad de la
Guajira. Doctor en Educación línea en Estudios Interculturales de la Universidad de Antioquia, Medellín. E-mail:
villaernell@hotmail.com
1
Sabedora afrovallenata del barrio del Cañaguate en Valledupar, fallecida en la misma ciudad el 12 de enero de
2015
“Tan moderno, tan moderno,
que no soportaba la sonrisa, ni
mucho menos los gestos de la
gente… imagínese usted que
a tal punto llegamos”.
1
Tía Ocha
“Pero la única manera de
poder crecer desde la propia
tradición es efectuar una
crítica desde los supuestos de
la propia cultura. Es necesario
encontrar en ellas los
momentos originarios de una
autocrítica”.
Enrique Dussel
INTRODUCCION
Este texto es el resultado de un proceso de
investigación, el cual busca responder la pregunta,
¿Qué referentes inciden en la representación del
potencial no incluido por la modernidad y cuáles son
sus posibilidades desde el hecho de asumir los
procesos de producción cultural que se afirman desde
lo local, esto sin olvidar que lo global actúa en la
experiencia de producción de lo comunitario? El
proceso de investigación se ha realizado desde un
interés de interpretación y búsqueda de referentes
epistemológicos y metodológicos, donde tenemos que
la primera parte, ha buscado responder a “un diseño de
investigación documental”, el cual es eminentemente
un trabajo hermenéutico, direccionado hacia la
búsqueda de referentes que respalden otra lectura de
los procesos contextos. Esto quiere decir que se
requieres para analizar “el potencial no incluido por la
modernidad” de una semiótica de la cultura, que en
este texto no se aborda.
1. UNAAPROXIMACIÓNALACUESTIÓN
La modernidad se caracteriza por generar una fuerza
de concentración y transformación de los escenarios,
las disposiciones que enmarcan a las personas, las
experiencias y los modos de ser y estar en el mundo
que son guiados hacia una constante de progreso o
desarrollo que no alcanza a recoger a todos por igual,
aunque así se lo proponga en su formulación ideal.
También se caracteriza la modernidad por producir
una remoción de las formas tradicionales de
representar, construir y aspirar al mantenimiento de un
orden, establecido y controlado por el papel que
juegan las instituciones que la legitiman. Esta
manifestación, vendría a significar el dejar de lado las
elaboraciones de los pueblos ancestrales, asumiendo
unas nuevas creencias que anima el actuar entre la
gente. “Amedida que la tradición pierde su imperio y la
vida diaria se reinstaura en función de la interacción
dialéctica entre lo local y lo universal, los individuos se
ven forzados a elegir estilos de vida en una diversidad
de opciones” (Giddens, 1994, p. 14). La modernidad,
impone un modelo lógico o dialectico, es decir una sola
forma de ordenar y explicar la realidad.
Las anteriores formas de asir la realidad, se
convertirán en piedra angular del proyecto
universalista que impuso occidente a lo largo y ancho
del planeta, donde se llegó a la aspiración de un
mundo único, centrado en el eje del desarrollo que se
le trazo a la humanidad como una finalidad que había
que perseguir. Desde ahí se establecieron los criterios
que regulan la acción de las personas y la sociedad,
recordemos a este respecto, “la elección de un estilo
de vida tiene una importancia creciente para la
constitución de la identidad del yo y para la actividad
de cada día. La planificación de la vida, organizada de
forma refleja y que presupone normalmente una
ponderación de los filtrados por el contacto con el
conocimiento de los expertos, se convierte en un
rasgo central de la estructuración de la identidad del
yo” (Giddens, 1994, p. 14). Esto viene a representar el
reflejo de una sociedad guiada por la fe en el sujeto,
conocimiento y el orden que establece un curso de la
historia de los pueblos modernos.
Para los historiadores, filósofos y sociólogos
convencionales de la modernidad, esta se originó a
partir de los antecedentes del renacimiento italiano, la
ilustración francesa y el romanticismo alemán, ellos la
asumieron como un punto de llegada de las
trayectorias que se fueron construyendo desde los
griegos hasta nuestros días. Esto, usualmente se
asume como parte de un proceso de continuidad,
secuencia y acumulación de los contenidos
desarrollados por los pensadores de Europa central.
Esta posición eurocéntrica que se
formula por primera vez a finales del
siglo XVII, con la Ilustración francesa e
inglesa y los románticos alemanes,
reinterpreto la historia mundial toda
entera, proyectando Europa hacia el
pasado, e intentando demostrar
(demostración que ha rendido frutos a
Europa en los dos últimos siglos) que
todo había sido preparado en el historia
universal para que dicha Europa fuera “el
fin y el centro de la historia mundial
(Dussel, 2004, p. 202-203).
El concebir y organizar de esta manera el
avance de la humanidad, resulta de la
organización de un cronotopos, el cual
metodológicamente se traza sobre una línea
de tiempo que se aborda de forma sincrónica,
es decir una localización en el tiempo que es
específico a una configuración. Otra manera
de asumir la interpretación moderna del
tiempo es de una manera diacrónica, o sea a lo
largo del tiempo, donde tenemos que el tiempo
no se limita a un periodo en especial. Por este
motivo la modernidad, viene a establecer una
forma nueva y única de asumir el tiempo,
donde la planeación, la racionalización y la
instrumentalización de la experiencia, están
en el centro del interés, y donde se presentan
las características de continuidad, secuencia y
acumulación.
En todo esto el pensamiento de Hegel, viene
hacer central, fue el uno de los que
establecieron una demarcación geográfica,
donde el “espíritu” recorre el espacio y en el
tiempo que permite identificar y establecer los
rasgos de una humanidad, frente a otras
poblaciones que son inferiores. “Hegel para
quien Oriente era la niñez (Kindheit) de la
humanidad, el lugar del despotismo y de la no
libertad, desde donde posteriormente el
espíritu (el Volksgeist) remontara hacia el
Occidente, en el camino hacia la plena
realización de la libertad y la civilización.
Europa habría sido desde siempre elegida por
el destino para ser el sentido final de la historia
universal” (Dussel, 2004, p. 203).
Desde los anteriores referentes se justificaría
la organización de la humanidad, la cual se
hace desde un sentido eurocéntrico que
asume una totalización del conocimiento, es
decir los planteamientos que favorecían su
llegada como los elegidos para conducir a la
humanidad a través del curso de la historia.
Desde ahí que lleguen a inventar unas formas
de agrupar y legitimar el conocimiento que se
vuelven como los únicos que poseen los
criterios de validación. Tales instancias de
15. reconocimiento son la gnoseología, la historia
de las ideas, la teoría del conocimiento y la
epistemología, cada uno aportado por la
ciencia de occidente en diferentes momentos.
Con esto se cumple el propósito moderno de
historiografiar la historia del conocimiento y el
conjunto de normas que rigen su
funcionamiento como instancia suprema de
organización y explicación.
Para lograr una articulación efectiva del
conocimiento, se elaboran dispositivos de
vigilancia que pasan a controlar el lenguaje, el
cual debe de ser legítimo o correspondiente al
sistema de pensamiento que lo soporta; es
más la articulación alrededor de los unos
relatos absolutos que conllevan a la
homogenización. Todo esto se realiza a través
de la puesta en funcionamiento de unos
discursos, representaciones, estrategias,
dispositivos, acciones y medidas que han
incidido en la domesticación de la humanidad.
A este respecto, no podemos perder de vista
que para algunos autores que defienden la
modernidad, como Jurgen Habermas, esta
aun es un “<<proyecto inacabado>> que no se
2
ha llevado a sus máximas consecuencias” , y
por consiguiente la forma de producción que
ella involucra, aun se puede perseguir como
una manera de dar respuesta a la humanidad.
Para algunos pensadores críticos como
Enrique Dussel, Immanuel Wallerstein, Aníbal
Quijano, Walter Mignolo, Catherine Walsh,
Ramón Grosfoguel, Nelson Torres-
Maldonado y Santiago Castro-Gómez, la
modernidad se inicia con el ensanchamiento
de la geografía mundial en 1492, es decir con
la implementación y consolidación del
“sistema mundo moderno colonial capitalista”,
el cual vino a representar la concreción de una
economía-mundo meramente capitalista,
basada en formas concretas de dominación y
explotación. “El mundo en el que vivimos, el
sistema-mundo moderno, tuvo sus orígenes
en el siglo XVI. Este sistema-mundo estaba
entonces localizado en sólo una parte del
globo, principalmente en partes de Europa y
28 29
WILMER VILLA Y ERNELL VILLA
2
A este respecto invitamos a revisar nuestro ensaya titulado, “Identidad, Narrativa, De-
centralidad yAcción”. Revista Fragmentos de Cultura. Instituto de Filosofía y Teología. Volumen
12, Número 2. Universidad Pontificia Católica de Goias, 2012.
deAmérica. Con el tiempo, se expandió hasta
abarcar todo el mundo. Es y ha sido siempre
una economía-mundo. Es y ha sido siempre
una economía-mundo capitalista”
(Wallerstein, 2006, p. 40).
Frente a una concepción de lo que es la
modernidad, somos conscientes de que
existen un sin número de definiciones que se
ponen en el escenario académico, pero en el
caso del desarrollo que hacemos en este
texto y la situación específica de generar una
postura crítica, la queremos abordar como
una forma de producción que guía la
actuación de las personas, las cuales se
encuentran organizadas alrededor de
instituciones, discursos y otras elaboraciones
que se establecen como instancia máxima de
valoración del comportamiento social. Es así
como aparecen los marcos sociales que a
final de cuentas son formas de producción y
reproducción que permiten la clasificación y
distribución, dando paso con esto a la
fragmentación de los cuerpos sociales, el
conocimiento, los lenguajes y las prácticas en
general.
Unas de las pretensiones de la modernidad,
ha sido la de transformar los modos de decir
de las personas en los contextos, sobre estos
se ha creado la actualidad de lo dicho por
encima del decir; esto viene a representar una
vigencia de los documentos, los archivos y
todos aquellos textos que se encuentran
estructurados a través de lo que Walter Ong,
denomina como “la tecnología de la palabra”
(1987), es decir la escritura. Sobre todo en
una época que se caracteriza por la
centralidad del conocimiento de experto, los
cuales vienen a tener una incidencia directa
en el mundo social que construye la
modernidad. Esto ha propiciado un cambio en
la forma de representar, donde se ha pasado
del tiempo del actor sujetado o anclado a unos
contextos locales y productor de unos textos
sociales, al tiempo del autor quien reclama el
derecho sobre la textualidad que es
construida por la gente que solo se convierten
en materia prima de los procesos de
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investigación.
El autor es el agente especializado de la
modernidad, quien por medio de poner en
juego unos dispositivos de apropiación de la
r e a l i d a d , u n o s p r o c e d i m i e n t o s
metodológicos, un cuerpo de teorías y la
tecnología de la realidad, logra sistematizar y
crea una recreación de lo existente. Por este
motivo se habla de un tiempo del autor, por
encima del tiempo y validación de la voz de
los actores sociales, quienes son sustituidos
por el especialista, este a su vez posiciona
desde un punto de vista, desde una
perspectiva o mirada que es situada. A este
respecto Stuart Hall (2014), nos recuerda:
Por supuesto que el “yo” que escribe
aquí también debe ser pensado en sí
mismo como “enunciado”. Todos
escribimos y hablamos desde un lugar y
un momento determinados, desde una
historia y una cultura específicas. Lo
que decimos siempre está “en
contexto”, posicionado. Nací y pasé mi
infancia y mi adolescencia en una
familia de clase media-baja en Jamaica.
He vivido mi vida adulta en Inglaterra, a
la sombra de la diáspora negra —“en el
vientre de la bestia” —. Escribo sobre el
entramado de los conocimientos de
toda una vida de trabajo en estudios
culturales. Si el ensayo parece
concentrado en la experiencia de la
diáspora y sus narrativas de
desplazamiento, vale la pena recordar
que todo discurso está “situado”, y que
el corazón tiene sus razones (2014, p.
385).
El anterior párrafo es la manifestación de un
pensador que posiciona desde un contexto
en particular, en este caso sus elaboraciones
las hizo desde la experiencia de ser un
intelectual de la diáspora, viviendo en
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Frente a este problemática sugerimos leer el ensayo, “Silencios que se prolongan. La
representación de los otros en la investigación”. Publicado en el libro: Universidad, epistemes
emergentes y metodologías en otredad. Bogotá. Universidad Libre, 2012
Inglaterra y desarrollando unos contenidos
que se hicieron significativos para quienes
buscan “pensar sin garantías”, así se puede
resumir la vida de este académico que
proviene del Caribe, quien se atrevió a cultivar
unas narrativas del desplazamiento como una
posibilidad de emergencia. En definitiva es un
pensador de los bordes, las localizaciones
ocupadas y las reiteraciones de las
trayectorias que se hacen y deshacen en cada
momento de la vida.
En Hall, se encuentra una contra-respuesta
critica a la modernidad, ya que este no se
interesa por establecer unas construcciones
universales y abstractas, sino unas
elaboraciones concretas, es decir que el
conocimiento que se desprenden de sus
práctica del pensar y actuar, más exactamente
este es un “conocimiento situado”, donde lo
centrar es el “locus de enunciación” o lugar del
discurso. Este último aspecto le va a interesar
a los estudios culturales latinoamericanos
desde la especificidad de la descolonización,
vinculada con los movimientos sociales o
como diría el geógrafo afrobrasileño, “la
sociedad en movimiento” (Santos, 1996, p.
47).
1. T E N S I O N E S Q U E M A R C A N
DIFERENCIAS
Con la modernidad se establecen unos relatos
a gran escala, estos vendrían a configurar la
experiencia humana. Según Jean-François
Lyotard, estas son “metanarrativa” o
“metarrelato” que entraron en crisis después
del derrumbe de los “marcos totalizadores”
que los legitimaban. Todo esto viene a ser
llamado como “la condición posmoderna”, que
“está marcada por una crisis en el estatus del
conocimiento en las sociedades occidentales.
Esto se expresa <<como una incredulidad
hacia las metanarrativas>> y lo que él
denomina <<adolescencia del aparato
metanarrativo de legitimación>>” (Storey,
2002, p. 243). Frente a la estructuración del