el CTE 6 DOCENTES 2 2023-2024abcdefghijoklmnñopqrstuvwxyz
1. sociedad humana cultura y entorno ambiental
1. 1. SOCIEDAD HUMANA, CULTURA Y ENTORNO AMBIENTAL
1.1.
Las tensiones entre la sociedad humana y su entorno ambiental
A pesar de los notables éxitos alcanzados por los seres humanos en el campo de la
producción de alimentos y de medicinas, el desarrollo de las tecnologías de la
comunicación e información, etc., es evidente que, en los últimos años, se observa
un estado de malestar e insatisfacción creciente en muchísimas poblaciones. Este
malestar está estrechamente vinculado con el paulatino deterioro de la relación
entre la sociedad humana y su entorno ambiental.
El deterioro de la relación entre la sociedad humana y su entorno ambiental puede
observarse en la progresiva pérdida de la biodiversidad, la misma que está
fuertemente asociada con el aumento del ritmo de extinción de determinadas
especies y que muy pronto se reflejará en la esperanza de vida global de las
especies (1). Se calcula que actualmente existen unas cinco mil especies de
animales en peligro de extinción debido fundamentalmente al deterioro de los
entornos físicos naturales, además del tráfico ilícito y de la caza furtiva.
El agotamiento y contaminación de recursos, la pérdida del patrimonio cultural, la
inestabilidad climática y el incremento del tráfico terrestre, aéreo y acuático, entre
otros, también son expresiones del deterioro de los entornos ambientales y tienen
un impacto muy fuerte en la calidad de vida de las poblaciones humanas.
Por otro lado, es evidente que el deterioro de los entornos ambientales tiene un
tremendo impacto en la calidad de vida de las poblaciones y en el estado de
bienestar social. Por ejemplo, el malestar e insatisfacción de las poblaciones se
expresa en el aumento de los conflictos sociales (movilizaciones, actos de
xenofobia, guerras, etc.) cuyas mayores motivaciones tienen su explicación en el
deseo de control de determinados recursos que son vitales para la existencia
humana y que comienzan a escasear o que resultan difíciles de acceder (petróleo,
tierras, alimentos, agua dulce, etc.).
1
La esperanza de vida global de las especies es entendida como el promedio de vida que espera tener cualquier
especie (incluyendo a los seres humanos) “nacida” en las condiciones de vida actuales. Aunque los datos
indiquen que la esperanza de vida global de las especies está cayendo año tras año, ciertamente la esperanza de
vida de la especie humana tiende al aumento en algunas zonas como Europa, Norteamérica o el Asia moderna
cuyos Índice de Desarrollo Humano (IDH) son los más altos del mundo. Esta paradoja tiene su explicación en los
altos niveles de concentración del poder de control que tienen algunas poblaciones sobre el uso de
determinados recursos como la tierra, los alimentos y el agua, que impiden una distribución adecuada para el
resto de las poblaciones humanas.
2. El gran salto de las denominadas “enfermedades ambientales” (infecciones
respiratorias, afecciones a la piel, infecciones gastrointestinales, cánceres, etc.)
también son un fenómeno reciente que afecta fundamentalmente a las poblaciones
más vulnerables. Dichas enfermedades están asociadas con el consumo de
alimentos, agua y aire contaminados; con el uso de tierras y energías inapropiadas;
con el cambio climático (olas de calor y de frío, presencia de lluvias torrenciales,
sequías o heladas, etc.) y con las dificultades para brindar y recibir afectos en un
mundo de creciente desconfianza y desamor.
Así mismo, el incremento del estado de malestar social tiene que ver con el
incremento de la dimensión de los desastres (pérdida de vidas humanas, de la
biodiversidad y de los bienes materiales) y también con la reducción de la
esperanza para que nuestras generaciones futuras puedan satisfacer sus propias
necesidades, dado que estamos agotando irresponsablemente los recursos
existentes.
1.2.
Sociedad humana, cultura y deterioro ambiental
Es evidente que determinados actos de nuestra vida cotidiana están en la base de
la ocurrencia de fenómenos aparentemente “naturales” como el cambio climático.
Por ejemplo, se dice que el “calentamiento global” es un fenómeno “netamente
natural” producido por el ingreso de rayos solares dentro del espacio terráqueo y
que gracias a la acumulación de determinados “gases de efecto invernadero”
(dióxido
de
carbono,
clorofluorcarbono,
etc.)
no
pueden
refractarse
adecuadamente provocando así una elevación de la temperatura global del planeta.
Sin embargo, si consideramos la inmensa cantidad de gases de efecto invernadero
que los seres humanos hemos ido generado en los últimos 250 años, llegaremos a
la conclusión que el calentamiento global y los cambios climáticos observados en
la actualidad son en realidad fenómenos “socio-naturales”. En efecto, los gases de
efecto invernadero producidos por los seres humanos en los últimos años han sido
posibles gracias a:
a) La combustión diaria de millones de barriles de petróleo y sus derivados
para el funcionamiento de automóviles, fábricas e industrias, etc.
b) El uso de determinados gases para el funcionamiento de los sistemas de
calefacción y refrigeración.
c) La quema de miles de hectáreas de bosques con el propósito de ampliar la
frontera agrícola.
3. d) La deforestación de miles de hectáreas de bosques como consecuencia de
la extracción indiscriminada y comercialización de la madera, etc.
Pese al escepticismo de una parte de la población y la enorme presión generada
por
los
grandes
grupos
de
poder
económico
y
de
influencia
política,
afortunadamente, los últimos reportes del Panel Intergubernamental para el
Cambio Climático abren un espacio para que la serenidad, la cordura y la
responsabilidad de los actores sociales ingresen al campo político y social y pueda
establecerse una relación más armónica y sostenible entre la sociedad y su entorno
ambiental. La principal conclusión del Panel Intergubernamental es que el cambio
climático está asociado en gran medida con la acción humana (estilos de vida y
estilos de desarrollo).
La implicancia de nuestros estilos de vida y de desarrollo con los actuales
problemas ambientales, puede abordarse atendiendo a sus distintas dimensiones.
Una de estas dimensiones tiene que ver con aquello que el gran sociólogo alemán
Max Weber describió como uno de los principales problemas del mundo
contemporáneo: la formación y pretensión de imposición de la racionalidad
occidental, entendida como proyecto moderno, sobre el resto de sociedades (2).
En efecto, ciertos aspectos de la cultura occidental (léase estilos de vida y de
desarrollo inspirados en las ideas del proyecto moderno) llevados a un grado
extremo en el ámbito de la economía, no es otra cosa que el afán de lucro por
encima de cualquier costo ambiental o responsabilidad social. Muchos bosques se
han talado y se talan diariamente utilizando un solo criterio, ganar dinero, sin
considerar las particulares formas de relación que han establecido los pueblos
milenarios con su entorno ambiental y que se expresan en sus rituales
ceremoniales. De la misma manera, muchas fábricas e industrias trabajan día y
noche produciendo bienes para comerciar, sin considerar adecuadamente el
impacto ambiental de esta producción; es más, buena parte de gerentes y
administradores se afanan en disminuir costos y producir rentabilidad, sacrificando
los costos del impacto ambiental y social.
Por otro lado, debemos tener presente que determinados aspectos de la cultura
moderna occidental, en el campo de las relaciones sociales, ha implicado e
implican la imposición de actitudes racionalistas sobre aquellas inspiradas en el
peso de las tradiciones o en la fuerza de las emociones. Y es que las sociedades
occidentales han levantado la razón o lo racional como el máximo valor de la
Ver. Economía y Sociedad, Fondo de Cultura Económica, México, 1977; también del mismo autor “Ensayos de
sociología contemporánea”, Ed. Martínez Roca, Barcelona, 1973.
2
4. cultura, tratando despectivamente las otras formas de expresión humana
(animismo, deificación de la naturaleza o la liberación de las emociones) como
formas “irracionales”, arrimándolas en el rincón de un pasado supuestamente
superado.
Es más, muchas de nuestras actitudes “modernas” han provocado y provocan que,
por un lado, millones de personas en el mundo actual repriman “irracionalmente”
sus emociones (“los hombres no deben llorar”) buscando las sombras y las noches
para la liberación de las tensiones acumuladas y, por otro, han conducido y
conducen a miles de pueblos a construir “muros y zonas liberadas” que eviten el
contacto con el “otro diferente”, ese otro que no cree en la “Pachamama” o el
“Taitainti”, por ejemplo.
De acuerdo con lo anterior, la puesta en funcionamiento de ciertos valores,
actitudes y prácticas derivadas del proyecto de la modernidad, durante los siglos
XVIII, XIX y XX ha provocado que millones de personas del mundo occidental
quienes se jactaban de haberse liberado del oscurantismo medieval, queden
atrapadas en la “jaula de hierro” de aquello que supuestamente los había liberado:
la racionalidad instrumental, es decir, acciones guiadas solamente por criterios de
costo-beneficio. Las expresiones más lamentables de esta pretensión han sido las
dos guerras mundiales que acabaron con millones de personas, dejaron huellas
indelebles en los entornos ambientales y secuelas que afectaron la calidad de vida
de las poblaciones humanas y no humanas y que serán difíciles de superar.
Afortunadamente, a partir de la segunda mitad del siglo XX, las sociedades del
mundo occidental, especialmente europeas, reaccionaron y empezaron a levantar
la bandera de la defensa del ambiente como una condición ineludible para el logro
del bienestar social. Desde entonces, miles de organizaciones y cientos de estados
y naciones se esfuerzan por desarrollar propuestas que generen una mayor
sensibilidad y conciencia ambiental que contrarreste los efectos provocados por la
propia acción humana.
Queda claro que el antropocentrismo extremo (que niega el derecho a la existencia
de otras especies), el etnocentrismo occidental (que tiene en menos las culturas de
otras sociedades), el excesivo afán de lucro (que no tiene en cuenta los costos
ambientales), el consumismo exagerado (que presiona
a
una producción
innecesaria e influye en la preocupante acumulación de residuos), el individualismo
egoísta (que no se preocupa por la satisfacción colectiva) y el presentismo extremo
(que no considera el derecho a la satisfacción de las futuras generaciones), entre
otros, constituyen aspectos de nuestros actuales estilos de vida y de desarrollo que
deben ser reorientados. (Ver Cuadro: SOCIEDAD HUMANA, CULTURA Y ENTORNO
AMBIENTAL).
5. SOCIEDAD HUMANA, CULTURA Y ENTORNO AMBIENTAL
Tendencias preocupantes de
El impacto de la
El impacto del deterioro
los actuales estilos de vida y
cultura en los entornos
de los entornos en la
de desarrollo.
físicos (naturales y
calidad de vida y
creados).
bienestar social.
El antropocentrismo
Agotamiento de los
Aumento de
extremo: creencia en que
recursos: Agua,
conflictos sociales:
los seres humanos somos
tierra, energía,
Xenofobia, guerras
la única especie con
alimentos,
entre pueblos por el
derechos absolutos sobre
vegetación.
control de los
el resto de especies.
El etnocentrismo
occidental: creencia en que
los valores, conocimientos
y prácticas del mundo
Contaminación de
los recursos: Agua,
recursos.
Aumento de las
aire, suelos,
“enfermedades
alimentos.
ambientales”: Estrés
Inestabilidad
hídrico, infecciones,
occidental tienen mayor
climática: cambio
valor que las expresiones
climático (Lluvias
culturales de otras
torrenciales,
dimensión de los
sociedades.
sequías, incendios
desastres: Mayor
El fundamentalismo:
alergias, cáncer.
Aumento de la
forestales, olas de
pérdida de bienes
creencia en que
frío y calor,
materiales y de
determinadas doctrinas
tempestades,
diversas formas de
religiosas, ideologías
desglaciaciones).
vida.
políticas o simpatías
Pérdida del
deportivas tienen mayor
patrimonio cultural.
valor que la vida misma.
Incremento del nivel
El racismo: creencia en que
de los riesgos:
ciertos rasgos de la piel
Tráfico aéreo y
implican determinadas
terrestre, instalación
cualidades de orden moral,
de redes
ético o intelectual.
electromagnéticas,
El excesivo afán de lucro:
crimen organizado,
práctica económica
movimientos
orientada exclusivamente
fundamentalistas,
por la ganancia sin tener en
armamentismo.
cuenta los impactos y
costos ambientales.
El consumismo exagerado:
práctica social orientada
por el consumo innecesario
Poca esperanza para
las futuras
generaciones.
6. y que presiona
constantemente a la
acumulación de residuos.
El individualismo egoísta:
práctica orientada
exclusivamente por la
satisfacción individual o
grupal, sin tener en cuenta
el derecho a la satisfacción
de los demás.
El presentismo extremo:
creencia en que los
recursos existentes son
inagotables e infinitos y
que no hay porqué
preocuparse por el futuro.
Afortunadamente, los estudios realizados indican que el desencuentro entre la
sociedad humana y su entorno ambiental puede resolverse desde el ámbito de la
cultura. Es decir, la incorporación del enfoque ambiental en las diferentes
actividades humanas, por ejemplo, en los procesos educativos formales, no
formales e informales, contribuirá significativamente a la mejora de los entornos
ambientales, de la calidad de vida de las poblaciones humanas y del estado de
bienestar social general.
1.3.
Las condiciones ambientales básicas para el desarrollo apropiado de la vida
humana.
El desarrollo apropiado de la vida humana requiere de ciertas condiciones
ambientales básicas. Entre las principales, podemos mencionar: disponibilidad de
determinados recursos, buena calidad de los recursos, estabilidad climática,
seguridad, paz social y cultura ambiental. (Ver Cuadro CONDICIONES AMBIENTALES
BÁSICAS PARA EL DESARROLLO APROPIADO DE LA VIDA HUMANA).
CONDICIONES AMBIENTALES BÁSICAS PARA EL DESARROLLO APROPIADO DE LA VIDA HUMANA
Disponibilidad de recursos: tierras, agua, alimentos, energía, vestimenta,
vías y medios de comunicación, etc. en cantidad suficiente.
Buena calidad de los recursos: aptos para el uso o consumo humano,
libres de contaminación.
Estabilidad climática: temperatura, iluminación, humedad y
precipitaciones regulares.
7.
Seguridad: amenazas y vulnerabilidades controladas.
Paz social: relaciones amistosas con los demás individuos o grupos
sociales del entorno.
Cultura ambiental: conocimientos, valores, actitudes, percepciones y
prácticas que permitan establecer relaciones amistosas y sostenibles con
los entornos ambientales.
Una de las primeras condiciones ambientales para el desarrollo apropiado de la
vida humana es la disponibilidad de determinados recursos, como: tierra, agua,
alimentos, energía, vestimenta, vías y medios de comunicación, etc. Para los
estados y las naciones, el control de estos recursos se ha convertido en un tema de
estrategia militar. Cuando los recursos ya no satisfacen la demanda existente, sea
porque hay agotamiento del recurso, deficiente sistema de distribución, escasez de
medios económicos para adquirirlos o simplemente porque se produce un
crecimiento poblacional que supera la oferta existente, se generan tensiones
sociales que suelen terminar en conflictos armados como, lamentablemente, ha
ocurrido con el petróleo y últimamente viene ocurriendo con el agua dulce. En
tanto el agotamiento de determinados recursos es una realidad ineludible, hará
falta desarrollar un conjunto de acciones educativas que permitan un uso más
responsable de estos recursos.
La segunda condición es la buena calidad de los recursos. No basta con la
disponibilidad de determinados recursos, hace falta que estos se encuentren en
buenas condiciones de uso o de consumo. Si bien se han realizado esfuerzos
significativos para mejorar la calidad de una gran cantidad de recursos como el
agua, los alimentos o el aire, es evidente que no ha sido suficiente. Una buena
parte de dichos recursos todavía se encuentra en condiciones no aptas para el uso
o consumo humano, sea porque se encuentran probadamente contaminados o
porque existe la sospecha de que puedan tener efectos negativos para la salud
humana,
como
es
el
caso
de
los
alimentos
modificados
genéticamente
(transgénicos). El mantenimiento de un buen estado de salud de la población exige
la puesta en práctica de hábitos adecuados de consumo y, al mismo tiempo, un
expendio más responsable de los recursos por parte de los ofertantes.
La tercera condición es la estabilidad climática. Si bien los seres humanos hemos
demostrado una enorme capacidad de adaptación a los diferentes tipos de clima,
hay que reconocer que esto no ha sido suficiente para mantener la calidad de vida,
especialmente en los últimos años. La velocidad de las variaciones climáticas ha
generado recientemente una simultaneidad de fenómenos, nunca antes visto:
lluvias torrenciales y sequías, olas de calor y de frío, tormentas de aire y de nieve,
8. etc., ocasionando la pérdida de una enorme cantidad de bienes materiales, además
de la muerte, desaparición o desamparo de miles de seres humanos y de otras
especies. En tanto que las últimas investigaciones sugieren que estas variaciones
climáticas están muy vinculadas con las emisiones de gases de efecto invernadero
producidas por los seres humanos, hará falta el desarrollo de acciones educativas
específicas, además de otros tipos de intervención directa, para reducir la emisión
de dichos gases y mitigar los efectos de las variaciones climáticas.
La cuarta condición es la seguridad. Si bien es verdad que la relación sociedadentorno ambiental está impregnada de ciertos niveles de riesgo para la vida
humana y se han desarrollado una buena cantidad de estrategias de prevención, de
mitigación y de atención ante la presencia de factores de riesgo (naturales, socionaturales y sociales), esto no ha sido suficiente. En los últimos años, el incremento
del tráfico aéreo y terrestre, así como la instalación de redes electromagnéticas,
entre otros factores, han disparado las cifras de accidentes en el país; del mismo
modo, la sofisticación del crimen organizado, la radicalización de los grupos y
movimientos fundamentalistas así como la carrera armamentista de otros países
están convirtiendo muchos campos y ciudades en espacios cada vez más inseguros
para el desarrollo apropiado de la vida; es más, la ocurrencia de fenómenos
geológicos y meteorológicos (como los sismos, las heladas, las inundaciones, etc.)
están provocando cada vez mayores daños materiales y un mayor número de
víctimas humanas. En consecuencia, hará falta un mayor trabajo educativo, además
de una variación en las actuales formas de intervención, para disminuir la
magnitud de los actuales riesgos que acechan a nuestras poblaciones.
La quinta condición es la paz social. No puede haber un ambiente de buena calidad
si no hay relaciones amistosas entre los diferentes grupos sociales a nivel de toda
la sociedad y al interior de las propias instituciones. Lamentablemente las
carencias económicas, la insuficiencia o agotamiento de determinados recursos,
las pugnas por el poder político, religioso, deportivo, etc. vienen generando graves
tensiones que se expresan en el enfrentamiento de pandilleros, la toma de
carreteras o de instalaciones, los enfrentamientos bélicos entre países, etc. Frente
a esta situación, también hará falta el desarrollo de un conjunto de acciones
educativas que permitan a los actores enfrentados transar sus discrepancias de un
modo más saludable.
La sexta condición es la cultura ambiental. Las cinco condiciones ambientales
previas consideradas para el desarrollo apropiado de la vida no será posible si no
se desarrolla una sólida base cultural de tipo ambiental. Afortunadamente, los
seres humanos hemos ido desarrollado un conjunto de conocimientos (efectos de
ciertos gases en el cambio climático), valores (tolerancia), actitudes (defensa de la
vida) y prácticas (consumo moderado) que no solo permiten una sana interacción
9. con nuestro propio grupo y con los demás grupos sociales sino también con
nuestro entorno físico (natural y creado). Hará falta una mayor difusión de estos y
otros elementos culturales de carácter ambiental que nos permitan establecer una
relación más sostenible con nuestro entorno, lograr una mayor calidad de vida y
bienestar social. Creemos que la educación básica con enfoque ambiental puede
contribuir en gran medida hacia el logro de este propósito.