La Tierra está en contínuo movimiento. Se desplaza con el resto de planetas y cuerpos del Sistema Solar, girando alrededor del centro de nuestra galaxia, la Vía Láctea. La Tierra y todos los planetas del Sistema Solar que giran alrededor de la galaxia no paran de moverse. Por ello, tanto el día, la noche, como las estaciones del año, se producen como consecuencia de dichos movimientos.