SlideShare una empresa de Scribd logo
1 de 11
Descargar para leer sin conexión
Seis Vacunas
Escrito por: Reloj Anaranjado
Escrito por Reloj Anaranjado
Página 2 de 241
Capítulo 1: El juego y cómo debe ser jugado
(o sobre el pastor y su rebaño)
Piero se despertó en un extraño cuarto oscuro. Su cabeza le dolía un infierno y se sentía
mareado. Su cuerpo estaba pesado y parecía sobredimensionar sus proporciones. Todo estaba
oscuro, tanto que no podía ver su mano frente a su rostro. Confusión; sus desordenados
pensamientos gritaban en su mente buscando decir lo incomunicable. Molestia; su cuerpo se
estremecía por el frío y las extravagantes sensaciones alteradas de tiempo y espacio así como por
la negrura que le rodeaba. ¿Cómo había llegado a ese lugar? ¿Qué hacía allí? Solo podía sentir una
fresca y húmeda brisa que susurraba a su oído como una banshee anunciándole una terrible
noticia. Temor; si bien no podía tener algo en claro, lentamente su mente comenzó a ordenarse y
recordó la fuente de su miedo: iba a morir.
Lentamente llevó sus manos a su rostro y palpó el camino de lágrimas secas y escarchadas
que poblaban su cara. Ciertamente, tiritaba como si hubiese pasado por un frío congelante, uno
que lo perseguiría hasta el final de sus días. Se hallaba sentado contra lo que parecía ser una pared
sólida y fría, sobre un mullido colchón de resortes. Intentó ponerse de pie, pero no lo logró en su
primer intento; estaba mareado y confuso, por lo que decidió seguir sentado un poco más. Luego
de unos instantes de respiración profunda y silencio, un ruido eléctrico inundó la habitación y
encendió cegadoras luces en el lugar. Deslumbrado y quejándose por el inmenso brillo, decidió
apartar su rostro y taparlo entre sus manos.
– Uno, dos, tres, probando… Parece que el sistema de audio funciona bien. ¿Tú qué
opinas, Piero? ¿Me escuchas claramente? – habló fuertemente un voz femenina y agradable.
– ¿Quién eres? ¿Dónde estoy? ¿Qué hago aquí? ¿Cómo llegué a este sitio?
– Otra vez se me fue la mano con la dosis… bueno, ¿qué remedio? Hagamos un racconto
rápido, ¿sí? Nada demasiado extenso. ¿Sabes qué? Cambié de opinión, será más interesante de
esta manera. Además, todo debería aclararse en poco dentro de tu cabeza. Tal vez un pequeño
dato para refrescar tu memoria ayude… ¿El número 145 representa algo para ti? Mantenlo en
mente. Cuando quieras, comenzamos.
– ¿Comenzar? ¿Qué cosa vamos a empezar?
– Tienes que regresar al escenario, amado Piero. Muéstranos una hermosa sonrisa cuando
pases la puerta y no vuelvas a preocuparnos. Deslúmbranos con tu gran aspecto, peluquero.
Al intentar abrir nuevamente sus ojos, la luminosidad le molestó a la vista, pero esta vez
resultó más “tolerable”. Concentrándose en el objetivo de olvidar sus molestias, lentamente se
puso de pie y entreabrió sus parpados, acostumbrándose a la luz. Estaba en una pequeña
habitación vacía a excepción del colchón y una puerta frente a él. Sobre el techo, en una de las
esquinas colgaba una cámara de seguridad y un parlante; directamente sobre él había una
trampilla cerrada, inalcanzable por la altura a la que estaba. Todo en esa habitación era
insanamente blanco e inmaculado, como si los colores hubiesen sido hurtados mientras él dormía.
Escrito por Reloj Anaranjado
Página 3 de 241
– Al otro lado de la puerta una voz suave murmura, ¿no sientes curiosidad? Si te da miedo
no hay de qué preocuparse, todo estará bien. Si te sientes más seguro puedes rezar algo antes de
seguir adelante.
Lentamente, el sujeto se acercó a la abertura reforzada blanca y giró el pomo con
precaución, ¿qué otra alternativa le restaba?
– Eso, así… Lo haces como todo un profesional, deberías haberte dedicado a esto… ¿Qué
habrá detrás de la puerta misteriosa? ¡Piero está a punto de averiguarlo!
Con un pequeño clic, la puerta abrió mostrando otro cuarto muy similar al anterior, solo
que sobre la salida había un contador que marcaba diez minutos, cero segundos y cero décimas.
Además del parlante y la cámara, del techo colgaba cabeza abajo una muchacha. Por debajo de
ella había un escritorio con una carpeta rellena con algunos papeles y un pulsador de dos botones
en color rojo y verde. La mujer lucía ser menor a los veinticinco años, de cabello rubio largo y liso,
ojos verdes, piel sonrosada y nariz de duquesa, de aspecto delgado y frágil; sobre sus labios se
hallaban dos tiras de cinta industrial gris formando una X, vestía un suéter cuello bote largo en
color azul y unas calzas negras junto a unas botas de color marrón. Al verlo, ella comenzó a
agitarse y a intentar liberar sus manos, que estaban esposadas a su espalda.
– ¡Buen día, buenas tardes, buenas noches! Te hablo a ti, pequeña niña traviesa. Perdona
por hacerte esperar, pero hoy no eres el personaje principal. Se pone el sol en tu vida, suenan las
campanadas de la desesperación, ¿y qué ocurrirá entonces? Muy bien, antes de seguir mi
parloteo, explicaré las reglas del juego, Piero. En primer punto, tú decides si esta chica merece ser
castigada o si debe ser liberada; para eso te he preparado un pequeño legajo acerca de ella. Una
vez que lo hayas leído y meditado, darás tu veredicto: condénala con el rojo botón del desprecio o
perdónala presionando el verde color de su esperanza. En segundo punto, tienes que tomar tu
decisión y estar fuera del cuarto antes de que el contador de la pared llegue a cero. No puedes
omitir esta prueba. Para comenzar, cierra la puerta por la que entraste. Si decides permanecer
inactivo, ella será quien quede libre y tú serás castigado en su lugar. Tienes prohibido hablar con
ella, pero puedes preguntarme lo que quieras.
Piero respiró profundo y observó a la chica. En tanto sus pensamientos comenzaron a
ordenarse y él empezó a recordar, toda vacilación se fue de su corazón. Expiró el aire de sus
pulmones de forma continuada y cerró la puerta, la cual se trabó con un sonido metálico, dando
inicio a la cuenta regresiva. Los líquidos y expresivos ojos de aquella bella doncella brillaban con
aquel extraño lustre que solo el terror podía brindar mientras negaba con la cabeza y luchaba
vanamente por liberarse. Con parsimonia y de forma dubitativa, Piero tomó la pequeña carpeta y
comenzó a leer el documento.
NOMBRE: *TACHADO CON FIBRA NEGRA*
APODO: MIMI.
EDAD: 23.
TALENTO: BELLEZA CORPORAL; MANIPULACIÓN.
DEFECTOS:EGÓLATRA, DEPENDIENTE, DIFICULTAD PARA OBEDECER.
OCUPACIÓN:PROMOTORA DE PRODUCTOS/SESIONES DE FOTOS.
NICK DE JUGADOR: CHUPACABRA.
NUMERO DE CORDERO: #077.
FAMILIA: SUFFOLK.
Escrito por Reloj Anaranjado
Página 4 de 241
Mimi creció en un pequeño pueblo del interior del país. A temprana edad comenzó a
trabajar en comerciales de productos varios por su particular belleza y luego fue reclutada
por un grupo de scouting de una firma de modelos para trasladarla a una academia. Fue
llevada a la capital del país, apartada de su familia con pleno consentimiento de estos.
Mantuvo durante ese tiempo contacto con una tía que vivía en la zona pero de la que en
verdad poco conocía. Pronto fue encontrándose a sí misma y reconociendo en el mundo una
jerarquía interna a la que no podía acceder con su anterior forma de vida, sino mas bien
siendo y explotando aquello que tanto le era elogiado, ese don tan “divino” y maravilloso
con el que se le había beneficiado: su belleza. Con la pureza que alberga locura, ella
reconoció ante sí misma que todo es perecedero y que, incluso ella misma, acabaría
reduciéndose a pedazos, corroída y abandonada, en poco tiempo. Con el blanco puro, ese que
asusta y engaña más que el negro oscuro, ella se desenvolvió en la vida mostrando un
angelical rostro que escondía cualquiera de sus intenciones; de esa forma fue como esta
pequeña modelo encontró su verdadero talento: la manipulación, sobre todo cuando de hombres
se trata.
La siguiente es una lista de acciones “significativas” que deben de ser llevadas a
juicio y representan una muestra del tipo de persona que tienes delante. Son acciones, por
lo tanto no se explica el contexto ni la intención de las mismas. Has de juzgar por ti mismo
sin son o no reprochables. La decisión está en tus manos.
Manipular a un profesor universitario por medio de su belleza.
Dejar a un muchacho y tratarlo fría y descorazonadamente con el daño colateral de
inducirle al suicidio.
Mentir y engañar a su mejor amiga.
Patear un perro.
Pisar un gato con el auto.
Aprovecharse de sus compañeros universitarios.
Maltratar a un anciano
Golpear a un niño.
Sacar ventaja de cualquier situación utilizando su semblante angelical.
Pensar y llevar a la práctica que su condición socio-económica le permite excesos
hacia las demás personas.
Menospreciar a aquellos que “están por debajo de ella” en la “escala social”.
Hablar a las espaldas de los demás.
Burlarse del maquillaje o la forma de vestir de los demás de forma cruel y directa.
Golpear a un muchacho que le pidió disculpas por una “acción indebida”
Empujar al suicidio a como mínimo tres muchachas por motivos varios.
Luego de acabar de leer el documento, Piero volvió a dejarlo donde estaba a excepción de
la última hoja, en la que constaba la lista de acciones. El reloj marcaba ocho minutos y cuarenta y
cinco segundos.
– Me estás diciendo, Jiz, que tengo que subirle o bajarle el pulgar a esta mujer, ¿cierto?
– ¡Oh! Parece que tu mente se está aclarando bastante rápido… Sí, estoy diciendo eso
mismo, mi amadísimo Piero. ¿Y entonces? ¿Cielo o infierno? ¡Dime, Dime! ¡No te quedes callado!
– ¿Y qué si decido castigarla? ¿Y que si la dejo libre?
– Pues… es una pregunta complicada con una respuesta igualmente complicada: si la dejas
libre quedará libre y si la castigas será castigada, supongo… a veces las redes semánticas son
taaaaan complejas…
– ¿Y cuál es el castigo? ¿Eso he de decidirlo yo también?
Escrito por Reloj Anaranjado
Página 5 de 241
– Déjame revisar… *sonido de papeles* no, no escribí nada de eso allí… Disculpa, a veces
tengo mucho trabajo y puede que me confunda, jejeje… NO, Piero. Solo debes indicar si merece o
no penitencia. Deberías de mejorar tu comprensión lectora, podría salvarte la vida algún día.
– ¿Y cuál sería su castigo?
– ¿Importa eso? ¿Qué importa más en la justicia? ¿La verdad o el destino del culpable? No
la conoces ni fijas una condena, solo emites un veredicto. Punto.
– Entonces, soy una mera excusa para que puedas divertirte con ella de la forma más
perversa.
– ¿Oh? ¿A qué viene eso?
– Lo único que buscas es lavarte las manos, no otra cosa.
– Soy El Pastor que cuida de mi bello y glorioso rebaño de Corderos. Corderos que tienen
libertad y actúan. Eres tu quien decide el destino de esta persona; no hay muertos con los que
deba cargar ni culpas que expiar, Piero. Esto se trata de ustedes, no de mí. Pero bueno, hemos
hablado un poco y el reloj ha seguido su tic-tac. Es una lástima que el tiempo no espere a nadie,
¿no? Pero… ¡Oh! ¿Qué es lo que veo en tus ojos, Mimi? Mírenla, miren miren mírenla. Mírenla,
ella esta tan sola. Mírenla, en sus ojos hay placer. Mírenla, cuando te enamora…
Por el parlante se siguió escuchando la voz dulce de aquella mujer que cantaba la canción
“Mírenla” de la banda conocida como “Ciro y los persas”.
– ¿Y cuáles son las consecuencias de que la juzgue? ¿Qué si la redimo o la condeno?
– ¿Hay alguna consecuencia? Deberíamos preguntárnoslo – indicó ella dejando de cantar.
– ¿Influenciará en mi futuro? ¿Moriré si tomo la elección equivocada?
– No pienses mucho en la teoría de juegos, no tiene sentido que lo hagas. Tu solo tienes
que decidir, tocar un botón y pasar a la siguiente sala. Pero no pienses tanto en ello tampoco.
Debes concentrarte en la siguiente idea: ¿Es ella digna de ser perdonada? ¿Merece una segunda
oportunidad? ¿Es útil a la sociedad realmente? ¿Es ético permitir que ella continúe haciendo lo
que hace? Medita eso y no como va influenciarte a ti. No seas egoísta. Tic-tac, Corderito, tic-tac.
Durante los siguientes dos minutos, mientras observaba el reloj, Piero pensaba. Esa clase
de mujeres era justamente las que odiaba y una de ese estilo le había roto el corazón hace
relativamente poco tiempo. Sí, estaba realmente contrariado puesto que si el informe no mentía,
esta muchacha no tan solo era ególatra, sino que de cierta forma perversa y peligrosa. Una
verdadera escoria que, de desaparecer, la sociedad mejoraría. Pero, ¿y qué si todo era una
mentira? No tenía otra certeza que la de tener a otro ser humano delante, uno indefenso y
aterrado, completamente desesperado y destrozado. Ella luchaba por elevar su cabeza el mayor
tiempo posible haciendo fuerza con sus abdominales. Estaba peleando por sobrevivir. Conociendo
a Jiz, el castigo equivalía a la muerte. Piero se sabía muchas cosas, pero no un asesino; además,
había cambiado, ya no era el mismo. Y todo se lo debía a él.
– ¿Sabes, Jiz? En otro momento de mi vida no lo hubiese dudado: bajo estas mismas
circunstancias, el resultado hubiese sido total y completamente distinto. Pero no; hoy decido
hacer la diferencia. Hoy decido ser distinto. Decido ser valiente y hacerme cargo de mis decisiones.
– ¿Ah, sí? Destroza el pulsador entonces, no seas tímido – se escuchó previo a una risita.
Sonriendo, Piero se acercó a la muchacha y le acarició la cabeza mientras le decía:
– Todo acabará pronto, te lo aseguro.
Escrito por Reloj Anaranjado
Página 6 de 241
Observó detenidamente el pulsador y dejó escapar un suspiro. Sin dudarlo, pulsó con su
dedo índice uno de los botones y retrocedió un paso.
– ¿Oh…? ¿Quién lo diría? Luego de esa introducción tan motivadora te echaste atrás,
Piero.
– Para nada, Jiz. He tomado la decisión que considero más osada y valiente, pero por sobre
todo la más correcta. No sé nada con certeza acerca de esta chica. Dices no mentir nunca, pero
eso no puedo corroborarlo tampoco. Si me guío por los papeles, claro que la castigaría; sin
embargo, no sé si tu pena corresponde a sus delitos. Si no hubiese hablado con él antes, todo
habría sido distinto… Aprendí que todo ser humano merece una segunda oportunidad y es capaz
de enmendar sus errores y cambiar su vida si así lo quiere. Por eso, decido tener fe en ella y
levantarle el pulgar. Jugaré tu juego, pero no como quieres que lo hagamos.
– ¿“No como quieres que lo hagamos”? Ustedes fueron quienes querían jugar el juego en
primer lugar. Solo hay una forma en la que tienen que jugarlo: dentro de las reglas. Aquel Cordero
que salte la verja o se salga del camino será castigado duramente. Después, lo que quieran hacer
no importa en realidad. Podemos seguir hablando acerca de esto durante dos horas más si
quieres, pero dudo que tengas suficiente tiempo. Nunca dije que el reloj se detendría por apretar
un botón.
– Estamos listos aquí entonces.
– Siempre estoy detrás de la siguiente puerta, esperando por ti y extendiéndote mi mano,
mi amado y puro Cordero.
Restándole un minuto, Piero volvió a acariciar la cabeza de la muchacha y le dio una
pequeña palmada en una de sus mejillas.
– Si Jiz dice la verdad, vives para ver otro día. Piensa bien que vas a hacer con él. Sería
grandioso volver a encontrarnos fuera de este lugar. Tengo fe en ti, no me defraudes, ¿de
acuerdo?
La muchacha asintió mientras lloraba.
– Muy bien. Nos vemos afuera. Hasta luego, Mimi.
Luego de palmearle un hombro, Piero abandonó la habitación restándole veinte segundos.
Por su propio peso la puerta se cerró tras de sí con un sonido metálico fuerte, como si se hubiera
activado algún tipo de cierre. Dentro, la recamara era similar a las anteriores, solo que un espejo y
una mesa rectangular ocupaban casi toda la pared del lado izquierdo. Sobre el mueble, señalizadas
por número de izquierda a derecha, yacían seis jeringas opacas idénticas. Cerca, había una silla
plegable metálica de color blanco, como todo en aquella extraña y perturbadoramente
inmaculada sala.
– Una puerta se cierra… y una nueva puerta se abrirá pronto. ¿Te comenté que estos
cuartos son total y completamente a prueba de sonido? ¿Por qué te lo pregunto? Solo un dato
anecdótico: la magia de la goma espuma y el cartón para maple de huevo. Bienvenido a tu
próxima prueba, Cordero de mi corazón. Aquí comienza la verdadera prueba: el Test de las Seis
Vacunas. ¿Tengo que explicarlo?
– Rápidamente, de preferencia.
– De acuerdo, pero es tu culpa por no recordarlo: la causa de que estuvieses llorando
durante un rato fue cuando te expliqué esta prueba y quedaste en un delicioso estado de shock y
Escrito por Reloj Anaranjado
Página 7 de 241
desesperación… Al grano: hay seis jeringas sobre la mesa, debes tomar una e inyectarte con ella
antes de que el tiempo del contador llegue a cero. Sólo una está rellena de suero, las otras tienen
cosas malas dentro… tan malas que acabarán con tu vida rápidamente, pero no tanto como para
no permitirte llegar hasta la última sala. Son seis salas. Si das con las seis vacunas correctas, eres
libre y nadie puede reprochártelo; equivócate solo una vez y serás un Cordero que acabará en un
asador.
– Si tiene suero no es una vacuna sino una inyección, Jiz.
– Oh, discúlpeme, catedrático académico docto doctor en doctas ciencias de la medicina.
Una vez que el reloj comience, no podrás pasar al cuarto siguiente hasta que la cuenta regresiva
haya acabado. Cinco minutos para cada sala. Vivir es elegir. Y nunca sabremos a donde nos
habrían llevado los caminos que descartamos, así que elige sabiamente. La prueba comienza
ahora.
El contador se encendió y comenzó la cuenta regresiva. Seis jeringas, una esperanza y
cinco contenedores de desesperación. No tan solo eso, sino que luego de esa sala se repetiría
cinco veces más. ¿Cuál era la gracia de enfrentar una prueba tan… imposible? Era inverosímil que
no muriese en el intento de salir de allí. Maldijo en voz alta y clara mientras se sentaba en la silla y
contemplaba las seis agujas que esperaban en la mesa. Suspiró profundo y acercó su mano a una
de ellas.
– Sólo por si te lo preguntas, tienes el 16,7% de posibilidades de dar con la vacuna
correcta. Aproximadamente. Oh, discúlpame, tonta Jiz, quise decir “inyección”. Ahora, si haces
cálculos y realizas un pequeño árbol mental, te darás cuenta de que tus posibilidades de poder
salir airoso son 1 en 720…o casi 0,14%. ¿Qué número te gusta más? ¿El grande o el pequeño? ¿El
vaso está medio lleno o completamente vacío?
– Supongo que vamos a averiguarlo pronto, Jiz.
– Hmm… duro hasta el fin, ¿eh? Bueno, pago por ver. Mentira, estoy viendo esto
gratuitamente, pero lo dije en sentido figurado. Si necesitas algo, háblame. Te veré en la próxima
sala.
Una vez la sala quedó en completo silencio, Piero volvió a concentrarse y pensar. No podía
guiarse de otra cosa que no fuese su intuición. Acercó su mano hacia otra de las jeringas y la tomó,
pero la sintió extraña por alguna razón y decidió dejarla nuevamente en su sitio. Solo podía
depender de su sexto sentido y su buena suerte, cosa realmente vaga y poco segura.
– ¿Solo a la suerte y listo, Jiz? ¿Nada como un acertijo o un enigma?
– Queda a tu criterio cual elegir; si hubiese dejado un acertijo o problema matemático
cualquier Cordero con buenas luces podría salvarse… pero estaría siendo injusta con aquellos cuyo
talento o habilidad natural son distintos, ¿no te parece? Por eso decido hacerlo de esta forma: la
salvación aquí no depende de ningún don, talento o capacidad. Depende del destino, del karma,
de la suerte o de lo que quieras creer. De esa manera soy justa con todos y ustedes se convierten
en artífices de su propio destino.
Luego de titubear un par de veces, Piero tomó la primera inyección que había elegido al
principio, se arremangó su camisa negra y pinchó en un lugar cercano al que los médicos siempre
usaban para extraer sangre. Dolor fue cuando percibió el pinchazo de la aguja guiada por su torpe
y fría mano inexperta, así como una extraña sensación al sentir el líquido fresco entrar en su
Escrito por Reloj Anaranjado
Página 8 de 241
cuerpo. Al retirarla, un poco de sangre brotó de la pequeña abertura en su piel y solo quedó un
resentimiento en su brazo.
– ¿Y? ¿Cómo se siente? ¿Era suero?
– Ya veremos que era. En el peor de los casos, veremos que no era.
– Cierto, cierto. Tus duras y acartonadas palabras hablan con verdad, para ser alguien que
entró en pánico hace unas cuantas horas atrás.
– No recuerdo que pasó pero eso ya no importa, Jiz. Lo que importa es que ahora estoy
haciéndote frente. Y eso es lo que cuenta. El valor de un hombre no se mide por los errores del
pasado, sino por las elecciones del presente.
– Sí, te entiendo perfectamente, Piero… Mentirse a uno mismo es una forma de negar el
sufrimiento y ser optimista… es a veces un mal necesario para mantener la cordura.
– Jódete, Jiz. Jódete bien jodida.
– Oh, no hay por qué ponernos violentos o malhumorados. Después de todo esto es un
juego, ¿o no? Y lo que importa ahora no es el viaje, sino llegar a destino. Bueno, tú fuiste quien
quiso romper las reglas y abandonar el juego original… si hubieses sido hombre de palabra, nada
de esto hubiese pasado, Corderito desviado.
– Solo abre la maldita puerta de una vez y déjame pasar a la siguiente sala.
– Sé paciente y aguarda dos minutos más… Si sientes algo raro, no tengas vergüenza de
decírmelo, ¿de acuerdo?
Luego de que la cuenta regresiva terminó, la siguiente puerta se destrabó y giró sobre sus
goznes por su propio peso.
– Entre la férrea perseverancia y la tan dolorosa como cruel resignación se encuentra un
Cordero. Uno que debe seguir adelante. Ahora.
El muchacho se puso de pie y pesadamente avanzó a la siguiente sala, cerrando la puerta
tras de él. Inmediatamente el contador comenzó su cuenta regresiva y se vio envuelto en la misma
situación anterior.
– ¿Qué puedo decir? ¿Debería decir algo? A veces me siento presionada, como si todo el
mundo esperase a que dijese un comentario molesto o una estupidez sin sentido para romper la
tensión del momento. No, no voy a hacerlo: incluso yo me canso. Soy mortal, limitada, anónima y
si bien estoy hecha con maquinaria italiana, soy 100% ensamblada en Argentina y hecha con fibras
de la más alta calidad. Aquí entre nos, de manera completamente extraoficial… no me laves con
agua caliente, ¿de acuerdo?
Sin decir nada, volvió a sentarse frente a aquellas seis jeringas y sin meditarlo mucho tomó
la que le pareció más atractiva y se inyectó con ella.
– ¡Wow! 100% de determinación en cada cm3
. Ahora, a esperar.
Piero estaba molesto y cansado. O eso parecía. Probablemente todo fuese una máscara
para encubrir su miedo. Quería acabar con todo esto rápido, pero se le forzaba a esperar. No
quería morir, pero le aterraba el estar sintiendo ya los efectos de algo trabajando en su cuerpo.
Sus extremidades comenzaban a sentirse pesadas y escalofríos descendían por su espalda. Tal vez
fuese solo un engaño de su mente, pero no podía parar de pensar que cada segundo que pasaba
en el contador de la pared no era otra cosa que un momento erosionado y perdido de lo poco que
le quedaba. De forma miserable, estaba sentenciado a desperdiciarlo mirando el impasible
Escrito por Reloj Anaranjado
Página 9 de 241
retroceso de un reloj que no estaba anunciándole otra cosa más que su propia tragedia.
Observando con atención, solo podía pensar en las cosas que podría haber hecho con ese tiempo,
todo lo que hubiese querido decir y a quién. Pero ese no era el caso. Una lenta y angustiosa
tortura capaz de ser pensada únicamente por la enfermiza y corroída mente de aquella mujer que
se hacía llamar Jiz Six Vaccinees.
– ¡Wow! ¿No fue eso una descarga de adrenalina, Piero? Eh… bueno, no debería serlo.
Ninguna tiene epinefrina o algo así. Como sea, con ese último piquete de mosquito concluirá el
test de las seis vacunas. Siéntete libre de salir de la sala cuando el reloj llegue a cero. Eso es en
cinco, cuatro, tres, dos, uno…
El reloj se apagó súbitamente, pero la puerta no se abrió sola como antes. Temblando, con
calor y sintiéndose muy débil, el muchacho se puso de pie y se apoyó en el picaporte, que cedió y
mostró una nueva sala blanca completamente vacía, a excepción de una pequeña mesa cuadrada
plegable y una silla, ambas a juego con el impoluto decorado. Por encima de esa mesilla había una
charola con un vaso vacío, una botella de medio litro de agua, otra de bebida carbonatada sabor
cola y un enorme sándwich cortado en varias secciones. Sobre la puerta doble del fondo había
otro contador que marcaba diez minutos.
– ¿Qué… qué es… esto, Jiz? Dijiste que… ah…
– ¡Ah, eso! ¡Bienvenido al Test de las Seis Vacunas Parte Dos!
– ¿Eh?
– No te preocupes, no es la gran cosa. Disfruta de la comida y siéntate, debes estar
hambriento y cansado. Si sigues vivo para cuando el reloj se haya detenido, la puerta se abrirá y
podrás marcharte. Sin trucos ni trampas, esto solo es una forma de cerciorarme de que lo que
circula por tu organismo haga efecto dentro de este lugar. Yo también voy a comer algo, así que…
¡A tu salud, Piero de mi vida!
El recinto quedó en completo silencio. Su garganta se sentía como si hubiese tragado kilos
y kilos de arena y grava, por lo que se acercó a la mesa y se sentó mientras destapaba una botella
sellada por su precinto. Sudaba mucho y su pulso le temblaba, por lo que derramó parte del
líquido que colocó en el vaso. Finalmente, se lo llevó a los labios con placer y disfrutó de la
maravilla de sentir como el agua aliviaba momentáneamente el desierto abrasador en que se
había convertido su faringe.
– ¿La comida está… envenenada, verdad?
– ¡Oh, Piero! Hemos pasado tantas cosas juntos… ¿En verdad piensas que puedo ser tan
rastrera? No, no lo está. Y, solo de manera extraoficial, puedo relatarte los resultados de la
prueba, así comes tranquilo. De las seis vacunas que te colocaste, solo una tenía suero. La
segunda, para ser exactos. Ya puedes tomar tu última comida en paz.
De una sola puñalada certera, con palabras tan aguzadas y descorazonadas, dichas de
forma tan leve y sencilla, Jiz acababa de devastar la última esperanza que anidaba en el pecho del
muchacho. Sin anestesia, con total tranquilidad y descuido, ella había destrozado todo lo que le
quedaba. Y lo hacía como si fuese cualquier cosa, como si en verdad no le importase.
– ¿Cuál… es el sentido de todo esto? ¿Tiene algún sentido… este estúpido juego?
– Tiene un sentido, por supuesto, pero no puedo revelarlo. Aún así, puedo comentarte
algo: esto se trata sobre la desesperación, no la esperanza.
Escrito por Reloj Anaranjado
Página 10 de 241
– ¿El premio… era una mentira?
– Por supuesto que no, Piero. El premio es totalmente real, tú lo viste con tus propios ojos.
– ¿Qué… vas a hacer con Mimi?
– ¿Mimi? La has perdonado, por lo que su destino ahora le pertenece a ella. Una vez que
acabe la prueba de las Seis Vacunas, claro. No, no me malentiendas: ella no está jugando sino que
está obligada a verte pasar por las tribulaciones del juego. Una vez que todo acabe, ella podrá
volver a su vida si eso es lo que desea.
Luego de comer dos porciones del sándwich, el muchacho lo dejó sobre la charola. Se
sentía inapetente y sin fuerzas para poder continuar. Estaba extremadamente débil y confuso. Su
alma parecía lentamente intentar escapar del cuerpo y abandonarlo. Su tiempo estaba próximo.
– ¿Puedo tener un premio consuelo? ¿Un último deseo?
– Hmmm… esto es inusual. He oído quejas, insultos, críticas, ruegos, desgarradores gritos
de agonía… pero no un pedido de un premio consuelo. Te escucho, amado Piero.
– Antes de morir… quiero verte a los ojos y saber quién eres. Quiero que… mientras mi
vida se acaba, me mires directamente cara a cara y no te escondas tras una pantalla.
– Ajá, ya veo… Déjame pensar… Hmm… no veo por qué no, Piero. De todas formas, tendré
que entrar a buscar tu cadáver tarde o temprano y el efecto de la primera vacuna ya debe de estar
por aniquilarte. Sí, eso dije: vacuna. Voy a apagar todo aquí y dirigirme a ese cuarto, ¿de acuerdo?
Puedo tardar unos momentos, así que aguárdame, Corderito de algodón de azúcar.
Súbitamente, el reloj se apagó y la sala quedó en completo silencio. Sin una guía que le
mostrase el discurrir del tiempo, Piero se veía completamente perdido. Pudieron haber pasado
segundos, minutos u horas, pero finalmente la puerta frente a él se abrió. Por allí se asomó una
figura investida en una larga y gruesa parka negra de hombre con muchos bolsillos; por sus
piernas, que eran cubiertas por un par de ceñidos pantalones cargo verde oscuros y unos
borceguíes negros, Piero deducía que en efecto se trataba de una mujer. Sobre su rostro se
cerraba el cuello de su abrigo, dejando a la vista solo su nívea frente de piel perfecta y un hermoso
y profundo par de ojos grises. Su cabello era tapado por la capucha de su abrigo, que mostraba en
la parte superior dos grandes ojos de mirada maliciosa y una sonrisa malévola en el cuello de la
campera. Con su mano, tiraba de un carrito metálico para llevar cargas. Finalmente, esa
desconocida figura descorrió el velo de su anonimato y reveló su rostro.
– Tú debes odiar demasiado a la gente para hacer esto…
– ¿Odiar? – habló con la misma voz que escuchaba en los altavoces – Para nada… Yo los
amo. A todos y a cada uno. No tengo un gran rebaño; tengo un solo Cordero al que le brindo todo
mi cariño y amor incondicional, y ese es cada uno de ustedes. Sin embargo, no puedo dejar que
mis sentimientos interrumpan con las reglas. Los conozco muy bien, a todos y a cada uno. Todos
ocupan un gran lugar muy profundo dentro de mi corazón. Todos sus mensajes, todas nuestras
charlas… todos nuestros recuerdos… Son muy importantes para mí. Somos Rebaño y Pastor,
después de todo. No, no los odio, sino que les brindo mi corazón en sus manos… son ustedes
quienes toman el camino difícil, quienes rompen su palabra conmigo… quienes me traicionan y
deciden abandonar el juego… son ustedes quienes ponen el cinturón alrededor de su cuello… son
ustedes quienes se matan a sí mismos y unos a los otros. Con aflicción, su Pastor no puede hacer
nada al respecto pues les da libertad a sus Corderos. Llorando, acepto sus decisiones.
Escrito por Reloj Anaranjado
Página 11 de 241
– Sabía que… debías tener un par de tornillos flojos… pero ahora veo que los has perdido a
todos y cada uno hace bastante tiempo…
– Es triste oír eso de alguien a quien tanto he amado. Aún así, por tu amor muérdeme con
fuerza y deja solo huesos de mí, Cordero, que de todas maneras te seguiré queriendo.
– No importa lo que digas ni lo que hagas, él acabará con este infernal juego. Lo sé.
– ¿Él? ¿De quién hablas, Piero?
– Del Cordero que es llamado como “la esperanza del Rebaño” por muchos... El lobo que
devorará al Pastor. Me he cruzado con él antes y ha abierto mis ojos… Por eso no me rindo ante ti.
Por eso… no pierdo ante ti. Todos los que hemos muerto a tus manos le estaremos apoyando
desde el infierno, Jiz.
– ¿Eh? ¿Muertos en mis manos? Creo que ya hablamos de eso. No he asesinado a nadie,
aún siendo Pastor o jugadora. Tengo un número de Cordero como tú y realizo las pruebas, sí. Creo
saber de quién me hablas… Si es cierto, esto será interesante: veremos si es capaz de vencerme o
acabará teniendo su matarile como tantos otros desdichados Corderos.
– El no va a rendirse ante ti… El va a vencer en este juego y se llevará la recompensa.
– Duro hasta el fin, ¿eh? Bueno… creo que ya va siendo tiempo. Por tu mirada, ya no debes
de estar viendo. Mi reloj anuncia que ya estás listo, hermoso Cordero de algodón de azúcar.
– Siendo sincero, no, no veo… Solo te escucho.
– Me alegra que sea mi voz lo último que oigas, Piero.
Lentamente, el muchacho sintió la tibia mano de Jiz posarse sobre su frente durante un
efímero momento antes de que esta le empujara con suavidad y cayera lenta y pesadamente de
su silla sobre el carro.
– Ah… Si no quieres perder no apuestes, Cordero. Ya es tiempo de acabar la partida.
Jiz comenzó a tirar del carro para salir por la puerta doble. Mientras caminaba por ese
largo pasillo cargando el cuerpo sin vida de Piero, comenzó a cantar:
– Los caminos de la vida no son lo que yo esperaba… no son lo que yo creía… no son lo que
imaginaba…
Y así se adentró en el complejo mientras cantaba “los caminos de la vida” del artista
“Vicentico”.

Más contenido relacionado

La actualidad más candente

Saga dark one 02 sex and the single vampire, recopilación (1)
Saga dark one 02   sex and the single vampire, recopilación (1)Saga dark one 02   sex and the single vampire, recopilación (1)
Saga dark one 02 sex and the single vampire, recopilación (1)Universidad Arturo Michelena
 
Juventud en-c3a9xtasis-carlos-c-sc3a1nchez
Juventud en-c3a9xtasis-carlos-c-sc3a1nchezJuventud en-c3a9xtasis-carlos-c-sc3a1nchez
Juventud en-c3a9xtasis-carlos-c-sc3a1nchezameor
 
CUENTO. La columna de Trajano
CUENTO. La columna de TrajanoCUENTO. La columna de Trajano
CUENTO. La columna de TrajanoErnesto Ramirez
 
Cuentos Cortos
Cuentos CortosCuentos Cortos
Cuentos CortosNicoleDiez
 
Oregairu novela ligera vol.13 capitulo 3
Oregairu novela ligera vol.13 capitulo 3Oregairu novela ligera vol.13 capitulo 3
Oregairu novela ligera vol.13 capitulo 3dilman3000
 
Resumen el esclavo
Resumen el esclavoResumen el esclavo
Resumen el esclavokafe578
 
Besos Oscuros
Besos OscurosBesos Oscuros
Besos Oscurosmyron1993
 
Historias cortas
Historias cortasHistorias cortas
Historias cortasSsKoOp
 
#0.3. El Hijo - Verónica Roth.
#0.3. El Hijo - Verónica Roth.#0.3. El Hijo - Verónica Roth.
#0.3. El Hijo - Verónica Roth.Vanessa Nuñez
 
Oregairu novela ligera vol.13 capitulo 1
Oregairu novela ligera vol.13 capitulo 1Oregairu novela ligera vol.13 capitulo 1
Oregairu novela ligera vol.13 capitulo 1dilman3000
 
Reality transurfing tomo I
Reality transurfing   tomo IReality transurfing   tomo I
Reality transurfing tomo INagual Sur
 

La actualidad más candente (20)

Saga dark one 02 sex and the single vampire, recopilación (1)
Saga dark one 02   sex and the single vampire, recopilación (1)Saga dark one 02   sex and the single vampire, recopilación (1)
Saga dark one 02 sex and the single vampire, recopilación (1)
 
2015 diario de viaje
2015 diario de viaje2015 diario de viaje
2015 diario de viaje
 
Juventud en-c3a9xtasis-carlos-c-sc3a1nchez
Juventud en-c3a9xtasis-carlos-c-sc3a1nchezJuventud en-c3a9xtasis-carlos-c-sc3a1nchez
Juventud en-c3a9xtasis-carlos-c-sc3a1nchez
 
CUENTO. La columna de Trajano
CUENTO. La columna de TrajanoCUENTO. La columna de Trajano
CUENTO. La columna de Trajano
 
Cuentos Cortos
Cuentos CortosCuentos Cortos
Cuentos Cortos
 
Oregairu novela ligera vol.13 capitulo 3
Oregairu novela ligera vol.13 capitulo 3Oregairu novela ligera vol.13 capitulo 3
Oregairu novela ligera vol.13 capitulo 3
 
Resumen el esclavo
Resumen el esclavoResumen el esclavo
Resumen el esclavo
 
Besos Oscuros
Besos OscurosBesos Oscuros
Besos Oscuros
 
La ultima oportunidad
La ultima oportunidadLa ultima oportunidad
La ultima oportunidad
 
Historias cortas
Historias cortasHistorias cortas
Historias cortas
 
#0.3. El Hijo - Verónica Roth.
#0.3. El Hijo - Verónica Roth.#0.3. El Hijo - Verónica Roth.
#0.3. El Hijo - Verónica Roth.
 
Ghostgirl El Regreso 1° Cap
Ghostgirl   El Regreso 1° CapGhostgirl   El Regreso 1° Cap
Ghostgirl El Regreso 1° Cap
 
Angie amaya foto cuento
Angie amaya foto cuentoAngie amaya foto cuento
Angie amaya foto cuento
 
De los-cuates-pa-la-raza
De los-cuates-pa-la-razaDe los-cuates-pa-la-raza
De los-cuates-pa-la-raza
 
El esclavo
El esclavoEl esclavo
El esclavo
 
Frustraciones
FrustracionesFrustraciones
Frustraciones
 
Oregairu novela ligera vol.13 capitulo 1
Oregairu novela ligera vol.13 capitulo 1Oregairu novela ligera vol.13 capitulo 1
Oregairu novela ligera vol.13 capitulo 1
 
Reality transurfing tomo I
Reality transurfing   tomo IReality transurfing   tomo I
Reality transurfing tomo I
 
Cruda
CrudaCruda
Cruda
 
Cruda pdf
Cruda pdfCruda pdf
Cruda pdf
 

Destacado

Dimitris Ibrahim - GREENPEACE HELLAS
Dimitris Ibrahim - GREENPEACE HELLASDimitris Ibrahim - GREENPEACE HELLAS
Dimitris Ibrahim - GREENPEACE HELLASWWW.ERFC.GR
 
Tips for Healthy Hair
Tips for Healthy HairTips for Healthy Hair
Tips for Healthy HairJames Heymann
 
Respuesta a la pregunta sobre la normativa de los polígonos industriales
Respuesta a la pregunta sobre la normativa de los polígonos industrialesRespuesta a la pregunta sobre la normativa de los polígonos industriales
Respuesta a la pregunta sobre la normativa de los polígonos industrialesUPyD Getafe
 
Nimgaon jali SMART VILLAGE SURVEY BY- AGROOWN
Nimgaon jali SMART VILLAGE SURVEY BY- AGROOWNNimgaon jali SMART VILLAGE SURVEY BY- AGROOWN
Nimgaon jali SMART VILLAGE SURVEY BY- AGROOWNpravin sawant
 
Basketball score
Basketball scoreBasketball score
Basketball scoretroyjansenn
 
Tirai otomatis ppt
Tirai otomatis pptTirai otomatis ppt
Tirai otomatis pptade maulana
 
Ebook bezerras-baixa
Ebook bezerras-baixaEbook bezerras-baixa
Ebook bezerras-baixaAgriPoint
 
Centro andaluz de arte contemporaneo
Centro andaluz de arte contemporaneoCentro andaluz de arte contemporaneo
Centro andaluz de arte contemporaneoMaca2000
 

Destacado (10)

Riaz
RiazRiaz
Riaz
 
Dimitris Ibrahim - GREENPEACE HELLAS
Dimitris Ibrahim - GREENPEACE HELLASDimitris Ibrahim - GREENPEACE HELLAS
Dimitris Ibrahim - GREENPEACE HELLAS
 
Tips for Healthy Hair
Tips for Healthy HairTips for Healthy Hair
Tips for Healthy Hair
 
Chandana school Sirsi
Chandana school SirsiChandana school Sirsi
Chandana school Sirsi
 
Respuesta a la pregunta sobre la normativa de los polígonos industriales
Respuesta a la pregunta sobre la normativa de los polígonos industrialesRespuesta a la pregunta sobre la normativa de los polígonos industriales
Respuesta a la pregunta sobre la normativa de los polígonos industriales
 
Nimgaon jali SMART VILLAGE SURVEY BY- AGROOWN
Nimgaon jali SMART VILLAGE SURVEY BY- AGROOWNNimgaon jali SMART VILLAGE SURVEY BY- AGROOWN
Nimgaon jali SMART VILLAGE SURVEY BY- AGROOWN
 
Basketball score
Basketball scoreBasketball score
Basketball score
 
Tirai otomatis ppt
Tirai otomatis pptTirai otomatis ppt
Tirai otomatis ppt
 
Ebook bezerras-baixa
Ebook bezerras-baixaEbook bezerras-baixa
Ebook bezerras-baixa
 
Centro andaluz de arte contemporaneo
Centro andaluz de arte contemporaneoCentro andaluz de arte contemporaneo
Centro andaluz de arte contemporaneo
 

Similar a Seis vacunas capítulo 1

Similar a Seis vacunas capítulo 1 (20)

Lo maravilloso 10 9-1909, n.º 11
Lo maravilloso 10 9-1909, n.º 11Lo maravilloso 10 9-1909, n.º 11
Lo maravilloso 10 9-1909, n.º 11
 
Cuentos
Cuentos Cuentos
Cuentos
 
Heroes
HeroesHeroes
Heroes
 
Cuentos poco conocidos Vol. I
Cuentos poco conocidos Vol. ICuentos poco conocidos Vol. I
Cuentos poco conocidos Vol. I
 
...La casa...
...La casa......La casa...
...La casa...
 
El caso-de-la-sra-murphy
El caso-de-la-sra-murphyEl caso-de-la-sra-murphy
El caso-de-la-sra-murphy
 
Entre napoleón y los tulipanes
Entre napoleón y los tulipanesEntre napoleón y los tulipanes
Entre napoleón y los tulipanes
 
L.e -m.f
L.e  -m.fL.e  -m.f
L.e -m.f
 
Crazy Dangerous (Andrew Klavan)
Crazy Dangerous (Andrew Klavan)Crazy Dangerous (Andrew Klavan)
Crazy Dangerous (Andrew Klavan)
 
De zafiro y acero de Valkyria
De zafiro y acero de ValkyriaDe zafiro y acero de Valkyria
De zafiro y acero de Valkyria
 
El sonido
El sonidoEl sonido
El sonido
 
Moverseaoscuras2006
Moverseaoscuras2006Moverseaoscuras2006
Moverseaoscuras2006
 
Comenzar a vivir descubrir el mundo
Comenzar a vivir descubrir el mundoComenzar a vivir descubrir el mundo
Comenzar a vivir descubrir el mundo
 
Letras, notas y literatura de la aburrida
Letras, notas y literatura de la aburridaLetras, notas y literatura de la aburrida
Letras, notas y literatura de la aburrida
 
The raven cap 1
The raven cap 1The raven cap 1
The raven cap 1
 
ORACIÓN - ¿Quién eres?
ORACIÓN - ¿Quién eres?ORACIÓN - ¿Quién eres?
ORACIÓN - ¿Quién eres?
 
Revista Güemesina
Revista GüemesinaRevista Güemesina
Revista Güemesina
 
Revista Güemesina
Revista GüemesinaRevista Güemesina
Revista Güemesina
 
Diez sombras en la noche!
Diez sombras en la noche!Diez sombras en la noche!
Diez sombras en la noche!
 
Cien cepilladas antes de dormir. melisa p
Cien cepilladas antes de dormir. melisa pCien cepilladas antes de dormir. melisa p
Cien cepilladas antes de dormir. melisa p
 

Último

Code name Anastasia parte - 1(1)-páginas-1.pdf
Code name Anastasia parte - 1(1)-páginas-1.pdfCode name Anastasia parte - 1(1)-páginas-1.pdf
Code name Anastasia parte - 1(1)-páginas-1.pdfnaladosol
 
TRIFOLIO DIA DE LA TIERRA.pdf Perdida libertad y educación social. • Pérdida ...
TRIFOLIO DIA DE LA TIERRA.pdf Perdida libertad y educación social. • Pérdida ...TRIFOLIO DIA DE LA TIERRA.pdf Perdida libertad y educación social. • Pérdida ...
TRIFOLIO DIA DE LA TIERRA.pdf Perdida libertad y educación social. • Pérdida ...univerzalworld
 
Matemática universitaria de AlgebraLineal.pdf
Matemática universitaria de AlgebraLineal.pdfMatemática universitaria de AlgebraLineal.pdf
Matemática universitaria de AlgebraLineal.pdfFAUSTODANILOCRUZCAST
 
(HOTD) Las Grandes Casas de Westeros y su estado previo a la Danza de los Dra...
(HOTD) Las Grandes Casas de Westeros y su estado previo a la Danza de los Dra...(HOTD) Las Grandes Casas de Westeros y su estado previo a la Danza de los Dra...
(HOTD) Las Grandes Casas de Westeros y su estado previo a la Danza de los Dra...patriciooviedo3
 
Code name Anastasia parte - 1(1)-páginas-3.pdf
Code name Anastasia parte - 1(1)-páginas-3.pdfCode name Anastasia parte - 1(1)-páginas-3.pdf
Code name Anastasia parte - 1(1)-páginas-3.pdfnaladosol
 
Mujeres que corren con los lobos en la noche.pdf
Mujeres que corren con los lobos en la noche.pdfMujeres que corren con los lobos en la noche.pdf
Mujeres que corren con los lobos en la noche.pdfKeilly Merlo
 

Último (6)

Code name Anastasia parte - 1(1)-páginas-1.pdf
Code name Anastasia parte - 1(1)-páginas-1.pdfCode name Anastasia parte - 1(1)-páginas-1.pdf
Code name Anastasia parte - 1(1)-páginas-1.pdf
 
TRIFOLIO DIA DE LA TIERRA.pdf Perdida libertad y educación social. • Pérdida ...
TRIFOLIO DIA DE LA TIERRA.pdf Perdida libertad y educación social. • Pérdida ...TRIFOLIO DIA DE LA TIERRA.pdf Perdida libertad y educación social. • Pérdida ...
TRIFOLIO DIA DE LA TIERRA.pdf Perdida libertad y educación social. • Pérdida ...
 
Matemática universitaria de AlgebraLineal.pdf
Matemática universitaria de AlgebraLineal.pdfMatemática universitaria de AlgebraLineal.pdf
Matemática universitaria de AlgebraLineal.pdf
 
(HOTD) Las Grandes Casas de Westeros y su estado previo a la Danza de los Dra...
(HOTD) Las Grandes Casas de Westeros y su estado previo a la Danza de los Dra...(HOTD) Las Grandes Casas de Westeros y su estado previo a la Danza de los Dra...
(HOTD) Las Grandes Casas de Westeros y su estado previo a la Danza de los Dra...
 
Code name Anastasia parte - 1(1)-páginas-3.pdf
Code name Anastasia parte - 1(1)-páginas-3.pdfCode name Anastasia parte - 1(1)-páginas-3.pdf
Code name Anastasia parte - 1(1)-páginas-3.pdf
 
Mujeres que corren con los lobos en la noche.pdf
Mujeres que corren con los lobos en la noche.pdfMujeres que corren con los lobos en la noche.pdf
Mujeres que corren con los lobos en la noche.pdf
 

Seis vacunas capítulo 1

  • 1. Seis Vacunas Escrito por: Reloj Anaranjado
  • 2. Escrito por Reloj Anaranjado Página 2 de 241 Capítulo 1: El juego y cómo debe ser jugado (o sobre el pastor y su rebaño) Piero se despertó en un extraño cuarto oscuro. Su cabeza le dolía un infierno y se sentía mareado. Su cuerpo estaba pesado y parecía sobredimensionar sus proporciones. Todo estaba oscuro, tanto que no podía ver su mano frente a su rostro. Confusión; sus desordenados pensamientos gritaban en su mente buscando decir lo incomunicable. Molestia; su cuerpo se estremecía por el frío y las extravagantes sensaciones alteradas de tiempo y espacio así como por la negrura que le rodeaba. ¿Cómo había llegado a ese lugar? ¿Qué hacía allí? Solo podía sentir una fresca y húmeda brisa que susurraba a su oído como una banshee anunciándole una terrible noticia. Temor; si bien no podía tener algo en claro, lentamente su mente comenzó a ordenarse y recordó la fuente de su miedo: iba a morir. Lentamente llevó sus manos a su rostro y palpó el camino de lágrimas secas y escarchadas que poblaban su cara. Ciertamente, tiritaba como si hubiese pasado por un frío congelante, uno que lo perseguiría hasta el final de sus días. Se hallaba sentado contra lo que parecía ser una pared sólida y fría, sobre un mullido colchón de resortes. Intentó ponerse de pie, pero no lo logró en su primer intento; estaba mareado y confuso, por lo que decidió seguir sentado un poco más. Luego de unos instantes de respiración profunda y silencio, un ruido eléctrico inundó la habitación y encendió cegadoras luces en el lugar. Deslumbrado y quejándose por el inmenso brillo, decidió apartar su rostro y taparlo entre sus manos. – Uno, dos, tres, probando… Parece que el sistema de audio funciona bien. ¿Tú qué opinas, Piero? ¿Me escuchas claramente? – habló fuertemente un voz femenina y agradable. – ¿Quién eres? ¿Dónde estoy? ¿Qué hago aquí? ¿Cómo llegué a este sitio? – Otra vez se me fue la mano con la dosis… bueno, ¿qué remedio? Hagamos un racconto rápido, ¿sí? Nada demasiado extenso. ¿Sabes qué? Cambié de opinión, será más interesante de esta manera. Además, todo debería aclararse en poco dentro de tu cabeza. Tal vez un pequeño dato para refrescar tu memoria ayude… ¿El número 145 representa algo para ti? Mantenlo en mente. Cuando quieras, comenzamos. – ¿Comenzar? ¿Qué cosa vamos a empezar? – Tienes que regresar al escenario, amado Piero. Muéstranos una hermosa sonrisa cuando pases la puerta y no vuelvas a preocuparnos. Deslúmbranos con tu gran aspecto, peluquero. Al intentar abrir nuevamente sus ojos, la luminosidad le molestó a la vista, pero esta vez resultó más “tolerable”. Concentrándose en el objetivo de olvidar sus molestias, lentamente se puso de pie y entreabrió sus parpados, acostumbrándose a la luz. Estaba en una pequeña habitación vacía a excepción del colchón y una puerta frente a él. Sobre el techo, en una de las esquinas colgaba una cámara de seguridad y un parlante; directamente sobre él había una trampilla cerrada, inalcanzable por la altura a la que estaba. Todo en esa habitación era insanamente blanco e inmaculado, como si los colores hubiesen sido hurtados mientras él dormía.
  • 3. Escrito por Reloj Anaranjado Página 3 de 241 – Al otro lado de la puerta una voz suave murmura, ¿no sientes curiosidad? Si te da miedo no hay de qué preocuparse, todo estará bien. Si te sientes más seguro puedes rezar algo antes de seguir adelante. Lentamente, el sujeto se acercó a la abertura reforzada blanca y giró el pomo con precaución, ¿qué otra alternativa le restaba? – Eso, así… Lo haces como todo un profesional, deberías haberte dedicado a esto… ¿Qué habrá detrás de la puerta misteriosa? ¡Piero está a punto de averiguarlo! Con un pequeño clic, la puerta abrió mostrando otro cuarto muy similar al anterior, solo que sobre la salida había un contador que marcaba diez minutos, cero segundos y cero décimas. Además del parlante y la cámara, del techo colgaba cabeza abajo una muchacha. Por debajo de ella había un escritorio con una carpeta rellena con algunos papeles y un pulsador de dos botones en color rojo y verde. La mujer lucía ser menor a los veinticinco años, de cabello rubio largo y liso, ojos verdes, piel sonrosada y nariz de duquesa, de aspecto delgado y frágil; sobre sus labios se hallaban dos tiras de cinta industrial gris formando una X, vestía un suéter cuello bote largo en color azul y unas calzas negras junto a unas botas de color marrón. Al verlo, ella comenzó a agitarse y a intentar liberar sus manos, que estaban esposadas a su espalda. – ¡Buen día, buenas tardes, buenas noches! Te hablo a ti, pequeña niña traviesa. Perdona por hacerte esperar, pero hoy no eres el personaje principal. Se pone el sol en tu vida, suenan las campanadas de la desesperación, ¿y qué ocurrirá entonces? Muy bien, antes de seguir mi parloteo, explicaré las reglas del juego, Piero. En primer punto, tú decides si esta chica merece ser castigada o si debe ser liberada; para eso te he preparado un pequeño legajo acerca de ella. Una vez que lo hayas leído y meditado, darás tu veredicto: condénala con el rojo botón del desprecio o perdónala presionando el verde color de su esperanza. En segundo punto, tienes que tomar tu decisión y estar fuera del cuarto antes de que el contador de la pared llegue a cero. No puedes omitir esta prueba. Para comenzar, cierra la puerta por la que entraste. Si decides permanecer inactivo, ella será quien quede libre y tú serás castigado en su lugar. Tienes prohibido hablar con ella, pero puedes preguntarme lo que quieras. Piero respiró profundo y observó a la chica. En tanto sus pensamientos comenzaron a ordenarse y él empezó a recordar, toda vacilación se fue de su corazón. Expiró el aire de sus pulmones de forma continuada y cerró la puerta, la cual se trabó con un sonido metálico, dando inicio a la cuenta regresiva. Los líquidos y expresivos ojos de aquella bella doncella brillaban con aquel extraño lustre que solo el terror podía brindar mientras negaba con la cabeza y luchaba vanamente por liberarse. Con parsimonia y de forma dubitativa, Piero tomó la pequeña carpeta y comenzó a leer el documento. NOMBRE: *TACHADO CON FIBRA NEGRA* APODO: MIMI. EDAD: 23. TALENTO: BELLEZA CORPORAL; MANIPULACIÓN. DEFECTOS:EGÓLATRA, DEPENDIENTE, DIFICULTAD PARA OBEDECER. OCUPACIÓN:PROMOTORA DE PRODUCTOS/SESIONES DE FOTOS. NICK DE JUGADOR: CHUPACABRA. NUMERO DE CORDERO: #077. FAMILIA: SUFFOLK.
  • 4. Escrito por Reloj Anaranjado Página 4 de 241 Mimi creció en un pequeño pueblo del interior del país. A temprana edad comenzó a trabajar en comerciales de productos varios por su particular belleza y luego fue reclutada por un grupo de scouting de una firma de modelos para trasladarla a una academia. Fue llevada a la capital del país, apartada de su familia con pleno consentimiento de estos. Mantuvo durante ese tiempo contacto con una tía que vivía en la zona pero de la que en verdad poco conocía. Pronto fue encontrándose a sí misma y reconociendo en el mundo una jerarquía interna a la que no podía acceder con su anterior forma de vida, sino mas bien siendo y explotando aquello que tanto le era elogiado, ese don tan “divino” y maravilloso con el que se le había beneficiado: su belleza. Con la pureza que alberga locura, ella reconoció ante sí misma que todo es perecedero y que, incluso ella misma, acabaría reduciéndose a pedazos, corroída y abandonada, en poco tiempo. Con el blanco puro, ese que asusta y engaña más que el negro oscuro, ella se desenvolvió en la vida mostrando un angelical rostro que escondía cualquiera de sus intenciones; de esa forma fue como esta pequeña modelo encontró su verdadero talento: la manipulación, sobre todo cuando de hombres se trata. La siguiente es una lista de acciones “significativas” que deben de ser llevadas a juicio y representan una muestra del tipo de persona que tienes delante. Son acciones, por lo tanto no se explica el contexto ni la intención de las mismas. Has de juzgar por ti mismo sin son o no reprochables. La decisión está en tus manos. Manipular a un profesor universitario por medio de su belleza. Dejar a un muchacho y tratarlo fría y descorazonadamente con el daño colateral de inducirle al suicidio. Mentir y engañar a su mejor amiga. Patear un perro. Pisar un gato con el auto. Aprovecharse de sus compañeros universitarios. Maltratar a un anciano Golpear a un niño. Sacar ventaja de cualquier situación utilizando su semblante angelical. Pensar y llevar a la práctica que su condición socio-económica le permite excesos hacia las demás personas. Menospreciar a aquellos que “están por debajo de ella” en la “escala social”. Hablar a las espaldas de los demás. Burlarse del maquillaje o la forma de vestir de los demás de forma cruel y directa. Golpear a un muchacho que le pidió disculpas por una “acción indebida” Empujar al suicidio a como mínimo tres muchachas por motivos varios. Luego de acabar de leer el documento, Piero volvió a dejarlo donde estaba a excepción de la última hoja, en la que constaba la lista de acciones. El reloj marcaba ocho minutos y cuarenta y cinco segundos. – Me estás diciendo, Jiz, que tengo que subirle o bajarle el pulgar a esta mujer, ¿cierto? – ¡Oh! Parece que tu mente se está aclarando bastante rápido… Sí, estoy diciendo eso mismo, mi amadísimo Piero. ¿Y entonces? ¿Cielo o infierno? ¡Dime, Dime! ¡No te quedes callado! – ¿Y qué si decido castigarla? ¿Y que si la dejo libre? – Pues… es una pregunta complicada con una respuesta igualmente complicada: si la dejas libre quedará libre y si la castigas será castigada, supongo… a veces las redes semánticas son taaaaan complejas… – ¿Y cuál es el castigo? ¿Eso he de decidirlo yo también?
  • 5. Escrito por Reloj Anaranjado Página 5 de 241 – Déjame revisar… *sonido de papeles* no, no escribí nada de eso allí… Disculpa, a veces tengo mucho trabajo y puede que me confunda, jejeje… NO, Piero. Solo debes indicar si merece o no penitencia. Deberías de mejorar tu comprensión lectora, podría salvarte la vida algún día. – ¿Y cuál sería su castigo? – ¿Importa eso? ¿Qué importa más en la justicia? ¿La verdad o el destino del culpable? No la conoces ni fijas una condena, solo emites un veredicto. Punto. – Entonces, soy una mera excusa para que puedas divertirte con ella de la forma más perversa. – ¿Oh? ¿A qué viene eso? – Lo único que buscas es lavarte las manos, no otra cosa. – Soy El Pastor que cuida de mi bello y glorioso rebaño de Corderos. Corderos que tienen libertad y actúan. Eres tu quien decide el destino de esta persona; no hay muertos con los que deba cargar ni culpas que expiar, Piero. Esto se trata de ustedes, no de mí. Pero bueno, hemos hablado un poco y el reloj ha seguido su tic-tac. Es una lástima que el tiempo no espere a nadie, ¿no? Pero… ¡Oh! ¿Qué es lo que veo en tus ojos, Mimi? Mírenla, miren miren mírenla. Mírenla, ella esta tan sola. Mírenla, en sus ojos hay placer. Mírenla, cuando te enamora… Por el parlante se siguió escuchando la voz dulce de aquella mujer que cantaba la canción “Mírenla” de la banda conocida como “Ciro y los persas”. – ¿Y cuáles son las consecuencias de que la juzgue? ¿Qué si la redimo o la condeno? – ¿Hay alguna consecuencia? Deberíamos preguntárnoslo – indicó ella dejando de cantar. – ¿Influenciará en mi futuro? ¿Moriré si tomo la elección equivocada? – No pienses mucho en la teoría de juegos, no tiene sentido que lo hagas. Tu solo tienes que decidir, tocar un botón y pasar a la siguiente sala. Pero no pienses tanto en ello tampoco. Debes concentrarte en la siguiente idea: ¿Es ella digna de ser perdonada? ¿Merece una segunda oportunidad? ¿Es útil a la sociedad realmente? ¿Es ético permitir que ella continúe haciendo lo que hace? Medita eso y no como va influenciarte a ti. No seas egoísta. Tic-tac, Corderito, tic-tac. Durante los siguientes dos minutos, mientras observaba el reloj, Piero pensaba. Esa clase de mujeres era justamente las que odiaba y una de ese estilo le había roto el corazón hace relativamente poco tiempo. Sí, estaba realmente contrariado puesto que si el informe no mentía, esta muchacha no tan solo era ególatra, sino que de cierta forma perversa y peligrosa. Una verdadera escoria que, de desaparecer, la sociedad mejoraría. Pero, ¿y qué si todo era una mentira? No tenía otra certeza que la de tener a otro ser humano delante, uno indefenso y aterrado, completamente desesperado y destrozado. Ella luchaba por elevar su cabeza el mayor tiempo posible haciendo fuerza con sus abdominales. Estaba peleando por sobrevivir. Conociendo a Jiz, el castigo equivalía a la muerte. Piero se sabía muchas cosas, pero no un asesino; además, había cambiado, ya no era el mismo. Y todo se lo debía a él. – ¿Sabes, Jiz? En otro momento de mi vida no lo hubiese dudado: bajo estas mismas circunstancias, el resultado hubiese sido total y completamente distinto. Pero no; hoy decido hacer la diferencia. Hoy decido ser distinto. Decido ser valiente y hacerme cargo de mis decisiones. – ¿Ah, sí? Destroza el pulsador entonces, no seas tímido – se escuchó previo a una risita. Sonriendo, Piero se acercó a la muchacha y le acarició la cabeza mientras le decía: – Todo acabará pronto, te lo aseguro.
  • 6. Escrito por Reloj Anaranjado Página 6 de 241 Observó detenidamente el pulsador y dejó escapar un suspiro. Sin dudarlo, pulsó con su dedo índice uno de los botones y retrocedió un paso. – ¿Oh…? ¿Quién lo diría? Luego de esa introducción tan motivadora te echaste atrás, Piero. – Para nada, Jiz. He tomado la decisión que considero más osada y valiente, pero por sobre todo la más correcta. No sé nada con certeza acerca de esta chica. Dices no mentir nunca, pero eso no puedo corroborarlo tampoco. Si me guío por los papeles, claro que la castigaría; sin embargo, no sé si tu pena corresponde a sus delitos. Si no hubiese hablado con él antes, todo habría sido distinto… Aprendí que todo ser humano merece una segunda oportunidad y es capaz de enmendar sus errores y cambiar su vida si así lo quiere. Por eso, decido tener fe en ella y levantarle el pulgar. Jugaré tu juego, pero no como quieres que lo hagamos. – ¿“No como quieres que lo hagamos”? Ustedes fueron quienes querían jugar el juego en primer lugar. Solo hay una forma en la que tienen que jugarlo: dentro de las reglas. Aquel Cordero que salte la verja o se salga del camino será castigado duramente. Después, lo que quieran hacer no importa en realidad. Podemos seguir hablando acerca de esto durante dos horas más si quieres, pero dudo que tengas suficiente tiempo. Nunca dije que el reloj se detendría por apretar un botón. – Estamos listos aquí entonces. – Siempre estoy detrás de la siguiente puerta, esperando por ti y extendiéndote mi mano, mi amado y puro Cordero. Restándole un minuto, Piero volvió a acariciar la cabeza de la muchacha y le dio una pequeña palmada en una de sus mejillas. – Si Jiz dice la verdad, vives para ver otro día. Piensa bien que vas a hacer con él. Sería grandioso volver a encontrarnos fuera de este lugar. Tengo fe en ti, no me defraudes, ¿de acuerdo? La muchacha asintió mientras lloraba. – Muy bien. Nos vemos afuera. Hasta luego, Mimi. Luego de palmearle un hombro, Piero abandonó la habitación restándole veinte segundos. Por su propio peso la puerta se cerró tras de sí con un sonido metálico fuerte, como si se hubiera activado algún tipo de cierre. Dentro, la recamara era similar a las anteriores, solo que un espejo y una mesa rectangular ocupaban casi toda la pared del lado izquierdo. Sobre el mueble, señalizadas por número de izquierda a derecha, yacían seis jeringas opacas idénticas. Cerca, había una silla plegable metálica de color blanco, como todo en aquella extraña y perturbadoramente inmaculada sala. – Una puerta se cierra… y una nueva puerta se abrirá pronto. ¿Te comenté que estos cuartos son total y completamente a prueba de sonido? ¿Por qué te lo pregunto? Solo un dato anecdótico: la magia de la goma espuma y el cartón para maple de huevo. Bienvenido a tu próxima prueba, Cordero de mi corazón. Aquí comienza la verdadera prueba: el Test de las Seis Vacunas. ¿Tengo que explicarlo? – Rápidamente, de preferencia. – De acuerdo, pero es tu culpa por no recordarlo: la causa de que estuvieses llorando durante un rato fue cuando te expliqué esta prueba y quedaste en un delicioso estado de shock y
  • 7. Escrito por Reloj Anaranjado Página 7 de 241 desesperación… Al grano: hay seis jeringas sobre la mesa, debes tomar una e inyectarte con ella antes de que el tiempo del contador llegue a cero. Sólo una está rellena de suero, las otras tienen cosas malas dentro… tan malas que acabarán con tu vida rápidamente, pero no tanto como para no permitirte llegar hasta la última sala. Son seis salas. Si das con las seis vacunas correctas, eres libre y nadie puede reprochártelo; equivócate solo una vez y serás un Cordero que acabará en un asador. – Si tiene suero no es una vacuna sino una inyección, Jiz. – Oh, discúlpeme, catedrático académico docto doctor en doctas ciencias de la medicina. Una vez que el reloj comience, no podrás pasar al cuarto siguiente hasta que la cuenta regresiva haya acabado. Cinco minutos para cada sala. Vivir es elegir. Y nunca sabremos a donde nos habrían llevado los caminos que descartamos, así que elige sabiamente. La prueba comienza ahora. El contador se encendió y comenzó la cuenta regresiva. Seis jeringas, una esperanza y cinco contenedores de desesperación. No tan solo eso, sino que luego de esa sala se repetiría cinco veces más. ¿Cuál era la gracia de enfrentar una prueba tan… imposible? Era inverosímil que no muriese en el intento de salir de allí. Maldijo en voz alta y clara mientras se sentaba en la silla y contemplaba las seis agujas que esperaban en la mesa. Suspiró profundo y acercó su mano a una de ellas. – Sólo por si te lo preguntas, tienes el 16,7% de posibilidades de dar con la vacuna correcta. Aproximadamente. Oh, discúlpame, tonta Jiz, quise decir “inyección”. Ahora, si haces cálculos y realizas un pequeño árbol mental, te darás cuenta de que tus posibilidades de poder salir airoso son 1 en 720…o casi 0,14%. ¿Qué número te gusta más? ¿El grande o el pequeño? ¿El vaso está medio lleno o completamente vacío? – Supongo que vamos a averiguarlo pronto, Jiz. – Hmm… duro hasta el fin, ¿eh? Bueno, pago por ver. Mentira, estoy viendo esto gratuitamente, pero lo dije en sentido figurado. Si necesitas algo, háblame. Te veré en la próxima sala. Una vez la sala quedó en completo silencio, Piero volvió a concentrarse y pensar. No podía guiarse de otra cosa que no fuese su intuición. Acercó su mano hacia otra de las jeringas y la tomó, pero la sintió extraña por alguna razón y decidió dejarla nuevamente en su sitio. Solo podía depender de su sexto sentido y su buena suerte, cosa realmente vaga y poco segura. – ¿Solo a la suerte y listo, Jiz? ¿Nada como un acertijo o un enigma? – Queda a tu criterio cual elegir; si hubiese dejado un acertijo o problema matemático cualquier Cordero con buenas luces podría salvarse… pero estaría siendo injusta con aquellos cuyo talento o habilidad natural son distintos, ¿no te parece? Por eso decido hacerlo de esta forma: la salvación aquí no depende de ningún don, talento o capacidad. Depende del destino, del karma, de la suerte o de lo que quieras creer. De esa manera soy justa con todos y ustedes se convierten en artífices de su propio destino. Luego de titubear un par de veces, Piero tomó la primera inyección que había elegido al principio, se arremangó su camisa negra y pinchó en un lugar cercano al que los médicos siempre usaban para extraer sangre. Dolor fue cuando percibió el pinchazo de la aguja guiada por su torpe y fría mano inexperta, así como una extraña sensación al sentir el líquido fresco entrar en su
  • 8. Escrito por Reloj Anaranjado Página 8 de 241 cuerpo. Al retirarla, un poco de sangre brotó de la pequeña abertura en su piel y solo quedó un resentimiento en su brazo. – ¿Y? ¿Cómo se siente? ¿Era suero? – Ya veremos que era. En el peor de los casos, veremos que no era. – Cierto, cierto. Tus duras y acartonadas palabras hablan con verdad, para ser alguien que entró en pánico hace unas cuantas horas atrás. – No recuerdo que pasó pero eso ya no importa, Jiz. Lo que importa es que ahora estoy haciéndote frente. Y eso es lo que cuenta. El valor de un hombre no se mide por los errores del pasado, sino por las elecciones del presente. – Sí, te entiendo perfectamente, Piero… Mentirse a uno mismo es una forma de negar el sufrimiento y ser optimista… es a veces un mal necesario para mantener la cordura. – Jódete, Jiz. Jódete bien jodida. – Oh, no hay por qué ponernos violentos o malhumorados. Después de todo esto es un juego, ¿o no? Y lo que importa ahora no es el viaje, sino llegar a destino. Bueno, tú fuiste quien quiso romper las reglas y abandonar el juego original… si hubieses sido hombre de palabra, nada de esto hubiese pasado, Corderito desviado. – Solo abre la maldita puerta de una vez y déjame pasar a la siguiente sala. – Sé paciente y aguarda dos minutos más… Si sientes algo raro, no tengas vergüenza de decírmelo, ¿de acuerdo? Luego de que la cuenta regresiva terminó, la siguiente puerta se destrabó y giró sobre sus goznes por su propio peso. – Entre la férrea perseverancia y la tan dolorosa como cruel resignación se encuentra un Cordero. Uno que debe seguir adelante. Ahora. El muchacho se puso de pie y pesadamente avanzó a la siguiente sala, cerrando la puerta tras de él. Inmediatamente el contador comenzó su cuenta regresiva y se vio envuelto en la misma situación anterior. – ¿Qué puedo decir? ¿Debería decir algo? A veces me siento presionada, como si todo el mundo esperase a que dijese un comentario molesto o una estupidez sin sentido para romper la tensión del momento. No, no voy a hacerlo: incluso yo me canso. Soy mortal, limitada, anónima y si bien estoy hecha con maquinaria italiana, soy 100% ensamblada en Argentina y hecha con fibras de la más alta calidad. Aquí entre nos, de manera completamente extraoficial… no me laves con agua caliente, ¿de acuerdo? Sin decir nada, volvió a sentarse frente a aquellas seis jeringas y sin meditarlo mucho tomó la que le pareció más atractiva y se inyectó con ella. – ¡Wow! 100% de determinación en cada cm3 . Ahora, a esperar. Piero estaba molesto y cansado. O eso parecía. Probablemente todo fuese una máscara para encubrir su miedo. Quería acabar con todo esto rápido, pero se le forzaba a esperar. No quería morir, pero le aterraba el estar sintiendo ya los efectos de algo trabajando en su cuerpo. Sus extremidades comenzaban a sentirse pesadas y escalofríos descendían por su espalda. Tal vez fuese solo un engaño de su mente, pero no podía parar de pensar que cada segundo que pasaba en el contador de la pared no era otra cosa que un momento erosionado y perdido de lo poco que le quedaba. De forma miserable, estaba sentenciado a desperdiciarlo mirando el impasible
  • 9. Escrito por Reloj Anaranjado Página 9 de 241 retroceso de un reloj que no estaba anunciándole otra cosa más que su propia tragedia. Observando con atención, solo podía pensar en las cosas que podría haber hecho con ese tiempo, todo lo que hubiese querido decir y a quién. Pero ese no era el caso. Una lenta y angustiosa tortura capaz de ser pensada únicamente por la enfermiza y corroída mente de aquella mujer que se hacía llamar Jiz Six Vaccinees. – ¡Wow! ¿No fue eso una descarga de adrenalina, Piero? Eh… bueno, no debería serlo. Ninguna tiene epinefrina o algo así. Como sea, con ese último piquete de mosquito concluirá el test de las seis vacunas. Siéntete libre de salir de la sala cuando el reloj llegue a cero. Eso es en cinco, cuatro, tres, dos, uno… El reloj se apagó súbitamente, pero la puerta no se abrió sola como antes. Temblando, con calor y sintiéndose muy débil, el muchacho se puso de pie y se apoyó en el picaporte, que cedió y mostró una nueva sala blanca completamente vacía, a excepción de una pequeña mesa cuadrada plegable y una silla, ambas a juego con el impoluto decorado. Por encima de esa mesilla había una charola con un vaso vacío, una botella de medio litro de agua, otra de bebida carbonatada sabor cola y un enorme sándwich cortado en varias secciones. Sobre la puerta doble del fondo había otro contador que marcaba diez minutos. – ¿Qué… qué es… esto, Jiz? Dijiste que… ah… – ¡Ah, eso! ¡Bienvenido al Test de las Seis Vacunas Parte Dos! – ¿Eh? – No te preocupes, no es la gran cosa. Disfruta de la comida y siéntate, debes estar hambriento y cansado. Si sigues vivo para cuando el reloj se haya detenido, la puerta se abrirá y podrás marcharte. Sin trucos ni trampas, esto solo es una forma de cerciorarme de que lo que circula por tu organismo haga efecto dentro de este lugar. Yo también voy a comer algo, así que… ¡A tu salud, Piero de mi vida! El recinto quedó en completo silencio. Su garganta se sentía como si hubiese tragado kilos y kilos de arena y grava, por lo que se acercó a la mesa y se sentó mientras destapaba una botella sellada por su precinto. Sudaba mucho y su pulso le temblaba, por lo que derramó parte del líquido que colocó en el vaso. Finalmente, se lo llevó a los labios con placer y disfrutó de la maravilla de sentir como el agua aliviaba momentáneamente el desierto abrasador en que se había convertido su faringe. – ¿La comida está… envenenada, verdad? – ¡Oh, Piero! Hemos pasado tantas cosas juntos… ¿En verdad piensas que puedo ser tan rastrera? No, no lo está. Y, solo de manera extraoficial, puedo relatarte los resultados de la prueba, así comes tranquilo. De las seis vacunas que te colocaste, solo una tenía suero. La segunda, para ser exactos. Ya puedes tomar tu última comida en paz. De una sola puñalada certera, con palabras tan aguzadas y descorazonadas, dichas de forma tan leve y sencilla, Jiz acababa de devastar la última esperanza que anidaba en el pecho del muchacho. Sin anestesia, con total tranquilidad y descuido, ella había destrozado todo lo que le quedaba. Y lo hacía como si fuese cualquier cosa, como si en verdad no le importase. – ¿Cuál… es el sentido de todo esto? ¿Tiene algún sentido… este estúpido juego? – Tiene un sentido, por supuesto, pero no puedo revelarlo. Aún así, puedo comentarte algo: esto se trata sobre la desesperación, no la esperanza.
  • 10. Escrito por Reloj Anaranjado Página 10 de 241 – ¿El premio… era una mentira? – Por supuesto que no, Piero. El premio es totalmente real, tú lo viste con tus propios ojos. – ¿Qué… vas a hacer con Mimi? – ¿Mimi? La has perdonado, por lo que su destino ahora le pertenece a ella. Una vez que acabe la prueba de las Seis Vacunas, claro. No, no me malentiendas: ella no está jugando sino que está obligada a verte pasar por las tribulaciones del juego. Una vez que todo acabe, ella podrá volver a su vida si eso es lo que desea. Luego de comer dos porciones del sándwich, el muchacho lo dejó sobre la charola. Se sentía inapetente y sin fuerzas para poder continuar. Estaba extremadamente débil y confuso. Su alma parecía lentamente intentar escapar del cuerpo y abandonarlo. Su tiempo estaba próximo. – ¿Puedo tener un premio consuelo? ¿Un último deseo? – Hmmm… esto es inusual. He oído quejas, insultos, críticas, ruegos, desgarradores gritos de agonía… pero no un pedido de un premio consuelo. Te escucho, amado Piero. – Antes de morir… quiero verte a los ojos y saber quién eres. Quiero que… mientras mi vida se acaba, me mires directamente cara a cara y no te escondas tras una pantalla. – Ajá, ya veo… Déjame pensar… Hmm… no veo por qué no, Piero. De todas formas, tendré que entrar a buscar tu cadáver tarde o temprano y el efecto de la primera vacuna ya debe de estar por aniquilarte. Sí, eso dije: vacuna. Voy a apagar todo aquí y dirigirme a ese cuarto, ¿de acuerdo? Puedo tardar unos momentos, así que aguárdame, Corderito de algodón de azúcar. Súbitamente, el reloj se apagó y la sala quedó en completo silencio. Sin una guía que le mostrase el discurrir del tiempo, Piero se veía completamente perdido. Pudieron haber pasado segundos, minutos u horas, pero finalmente la puerta frente a él se abrió. Por allí se asomó una figura investida en una larga y gruesa parka negra de hombre con muchos bolsillos; por sus piernas, que eran cubiertas por un par de ceñidos pantalones cargo verde oscuros y unos borceguíes negros, Piero deducía que en efecto se trataba de una mujer. Sobre su rostro se cerraba el cuello de su abrigo, dejando a la vista solo su nívea frente de piel perfecta y un hermoso y profundo par de ojos grises. Su cabello era tapado por la capucha de su abrigo, que mostraba en la parte superior dos grandes ojos de mirada maliciosa y una sonrisa malévola en el cuello de la campera. Con su mano, tiraba de un carrito metálico para llevar cargas. Finalmente, esa desconocida figura descorrió el velo de su anonimato y reveló su rostro. – Tú debes odiar demasiado a la gente para hacer esto… – ¿Odiar? – habló con la misma voz que escuchaba en los altavoces – Para nada… Yo los amo. A todos y a cada uno. No tengo un gran rebaño; tengo un solo Cordero al que le brindo todo mi cariño y amor incondicional, y ese es cada uno de ustedes. Sin embargo, no puedo dejar que mis sentimientos interrumpan con las reglas. Los conozco muy bien, a todos y a cada uno. Todos ocupan un gran lugar muy profundo dentro de mi corazón. Todos sus mensajes, todas nuestras charlas… todos nuestros recuerdos… Son muy importantes para mí. Somos Rebaño y Pastor, después de todo. No, no los odio, sino que les brindo mi corazón en sus manos… son ustedes quienes toman el camino difícil, quienes rompen su palabra conmigo… quienes me traicionan y deciden abandonar el juego… son ustedes quienes ponen el cinturón alrededor de su cuello… son ustedes quienes se matan a sí mismos y unos a los otros. Con aflicción, su Pastor no puede hacer nada al respecto pues les da libertad a sus Corderos. Llorando, acepto sus decisiones.
  • 11. Escrito por Reloj Anaranjado Página 11 de 241 – Sabía que… debías tener un par de tornillos flojos… pero ahora veo que los has perdido a todos y cada uno hace bastante tiempo… – Es triste oír eso de alguien a quien tanto he amado. Aún así, por tu amor muérdeme con fuerza y deja solo huesos de mí, Cordero, que de todas maneras te seguiré queriendo. – No importa lo que digas ni lo que hagas, él acabará con este infernal juego. Lo sé. – ¿Él? ¿De quién hablas, Piero? – Del Cordero que es llamado como “la esperanza del Rebaño” por muchos... El lobo que devorará al Pastor. Me he cruzado con él antes y ha abierto mis ojos… Por eso no me rindo ante ti. Por eso… no pierdo ante ti. Todos los que hemos muerto a tus manos le estaremos apoyando desde el infierno, Jiz. – ¿Eh? ¿Muertos en mis manos? Creo que ya hablamos de eso. No he asesinado a nadie, aún siendo Pastor o jugadora. Tengo un número de Cordero como tú y realizo las pruebas, sí. Creo saber de quién me hablas… Si es cierto, esto será interesante: veremos si es capaz de vencerme o acabará teniendo su matarile como tantos otros desdichados Corderos. – El no va a rendirse ante ti… El va a vencer en este juego y se llevará la recompensa. – Duro hasta el fin, ¿eh? Bueno… creo que ya va siendo tiempo. Por tu mirada, ya no debes de estar viendo. Mi reloj anuncia que ya estás listo, hermoso Cordero de algodón de azúcar. – Siendo sincero, no, no veo… Solo te escucho. – Me alegra que sea mi voz lo último que oigas, Piero. Lentamente, el muchacho sintió la tibia mano de Jiz posarse sobre su frente durante un efímero momento antes de que esta le empujara con suavidad y cayera lenta y pesadamente de su silla sobre el carro. – Ah… Si no quieres perder no apuestes, Cordero. Ya es tiempo de acabar la partida. Jiz comenzó a tirar del carro para salir por la puerta doble. Mientras caminaba por ese largo pasillo cargando el cuerpo sin vida de Piero, comenzó a cantar: – Los caminos de la vida no son lo que yo esperaba… no son lo que yo creía… no son lo que imaginaba… Y así se adentró en el complejo mientras cantaba “los caminos de la vida” del artista “Vicentico”.