2. Id por el mundo y predicad
el evangelio a todas las
gentes. El que crea y sea
bautizado se salvará, pero
el que no crea se
condenará. A los que crean
les acompañarán estas
señales: expulsarán
demonios en mi nombre,
hablarán lenguas
nuevas...y, si beben
veneno, no les dañará.
Pondrán las manos sobre
los enfermos y sanarán.
3. Estas son las últimas
palabras de Jesús a los
suyos. Palabras capaces de
cambiar la historia y la
cultura del mundo. Jesús
trasciende hacia Dios
Padre y deja a sus
discípulos una misión:
proclamar a todos la buena
noticia. ¡Cuánta fuerza
hubo en este impulso inicial
de los apóstoles, que ha
llegado hasta dos mil años
después!
4. Los apóstoles creían en
lo que transmitían. Se
abrieron a la buena nueva
de Dios y se adhirieron a
ella con toda su vida.Tan
solo doce hombres, con
profundas carencias,
fueron capaces de retar a
su tiempo. Hoy estamos
aquí porque se lanzaron a
anunciar su vivencia y su
fe. Somos herederos de un
enorme esfuerzo volcado
en palabras y obras,
motivadas por el amor.
5. El que crea se salvará.
Quien se resista se
perderá. ¿Qué significa
esto? Dios quiere que
todos se salven: predicad
a toda criatura. Pero
aquellos que no abren su
corazón, por desconfianza
o temor, no podrán recibir
el amor de Dios. Pero el
sol brilla para todo el
mundo, incluso por
encima de las nubes, y
puede derretir el hielo
más frío.
6. El amor de Dios es luz y
es fuego, el Espíritu
Santo puede encender
los corazones más
gélidos.
Quienes creen
terminarán sumándose
a la gran misión
evangelizadora. Jesús
dice de ellos que
echarán demonios,
porque la fuerza del
mal no podrá alejarlos
de Dios.
7. Hablarán diferentes
lenguas, porque cuando
hay aprecio y sintonía la
persona llega a
comunicarse con quien
sea. Más allá del
lenguaje verbal existe el
de los gestos, las
miradas, las actitudes.
Y el lenguaje de la
caridad, del amor: una
lengua universal que
todos entienden.
8. El veneno no les hará
daño. Dios los defenderá
del mal y nos protegerá
del veneno más sutil: el
egoísmo, que paraliza e
impide amar.
Curarán enfermedades.
No solo físicas, sino del
alma. Esas patologías
que nos minan por
dentro, la falta de fe y la
ausencia de convicciones
que orientan y sostienen
la vida.
9. Hoy vivimos una etapa
glacial de la fe. La crisis
espiritual y la falta de
valores y lucidez se suma
a una gran frialdad. ¡Que
no se nos congele la fe!
Hemos recibido la fe de
los apóstoles y el fuego
del Espíritu: con esa
llama hemos de dar calor
y alentar a muchas
personas que sufren el
frío de la lejanía de Dios.
10. Con la fiesta de la Ascensión,
la Iglesia celebra el Día
Mundial de las
Comunicaciones Sociales.
Jesús es un modelo de buena
comunicación.
Tras muchas televisiones y
agencias de noticias hay un
caudal de cdontravalores. El
periodismo ha de estar al
servicio del bienestar humano
y del amor y la verdad.
Recemos por quienes trabajan
en los medios: que nunca
lleguen a desvirtuar la buena
noticia del amor.