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1. La Escuela Dominical y
los niños “difíciles”
Esta serie de cuatro artículos fue publicada en la sección
ESCUELA DOMINICAL en la revista LA FUENTE
en las ediciones #126, #127, #128 y #129.
Por Alejandra Prado
Estos son los temas desarrollados:
1. CÓMO EVITAR QUE EL NIÑO DISTRAÍDO ARRUINE LA CLASE
El trastorno de déficit de atención en la escuela dominical.
2. 5 TÉCNICAS PARA TRABAJAR CON NIÑOS TÍMIDOS
La escuela dominical y los niños tímidos o introvertidos.
3. UNA HERMOSA LECCIÓN… ¡Y ESE NIÑO PROBLEMÁTICO! Cómo
manejar los problemas de conducta en la clase.
4. ¿POR QUÉ UN NIÑO NO SE HALLA A GUSTO EN CLASE?
La adaptación de los niños en la escuela dominical.
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2. Cómo evitar que el niño
distraído arruine la clase
ESCUELA DOMINICAL
El trastorno de déficit de atención en la escuela dominical
Los niños con déficit de atención
pueden presentar mucha dificultad
en situaciones en las que la estimu-
lación es lenta y monótona. Mante-
ner la atención en situaciones de
este tipo les produce una fatiga ma-
yor que a los demás alumnos, refle-
jándose en:
El niño es fácilmente distraído por
estímulos extraños.
Tiene dificultad para seguir ins-
trucciones.
Le cuesta focalizar y sostener la
atención.
Buen rendimiento inicial, seguido
del abandono de las actividades.
Rendimiento inconstante (se co-
necta y desconecta de las activi-
dades).
¿Qué podemos
hacer los maestros?
Entonces, ¿cómo los profesores de
la escuela dominical pueden captar
la atención de los niños con déficit
de atención?
Para los profesores de la escuela
dominical es importante captar y
mantener la atención de los niños
durante todo el tiempo. Para ello, es
necesario utilizar ciertas estrategias
para lograr esos objetivos.
Estrategias generales
1. Crear rutinas de inicio rápido en
clase: Conviene planificar la forma
de iniciar las clases y practicarla
hasta hacer de ella un hábito para
el profesor y para los niños. Es ne-
cesario posponer las rutinas distrac-
toras, poniendo énfasis en la prepa-
ración previa del material a a utilizar.
2. Empezar con actividades in-
compatibles con la distracción:
una forma de acelerar la concentra-
ción y evitar la distracción es empe-
zar con actividades incompatibles
con la distracción —preguntas so-
bre el tema desarrollado en la clase
anterior, interrogantes que provo-
quen curiosidad e interés, etc.
3. No empezar sin la atención de
todos: Hay que asegurar la atención
concentrada de todos los niños. Si
se empieza permitiendo que algu-
nos continúen con sus distraccio-
nes, se estará transmitiendo implí-
citamente la idea de que se puede
continuar estando distraído mientras
el profesor se esfuerza por arrancar.
Técnicas diversas
1. Hacer indicaciones, como apagar
las luces, levantar la mano (como
señal de que ellos también deben
levantar las manos y cerrar la boca
hasta que todos estén callados).
2. Variar su tono de voz: alto, bajo y
susurrante.
3. Si se distrae durante el desarro-
llo de la clase, la estrategia a utilizar
son todos los recursos que dispon-
gamos: podemos apoyar las expli-
caciones con materiales visuales.
4. Plantear al niño preguntas fre-
cuentes durante el desarrollo de la
clase y ofrecer una retroalimentación
inmediata de sus respuestas, con la
intención de mantenerlo activo.
5. Mantener un contacto visual tan
frecuente como resulte apropiado.
6. Controlar los objetos distractores
que haya en el aula.
7. Obtener un ambiente tranquilo
antes de empezar a enseñar.
Despliegue una variedad de es-
trategias durante el desarrollo de
la clase (manualidades, músicas,
etc.), creando diferentes estilos de
aprendizaje. Esfuércese en conocer
la singularidad de cada niño, ¡y recí-
balos con una sonrisa y un abrazo!
Por Alejandra Prado
Alejandra es de Paraguay, es
licenciada en Psicopedago-
gía y posee un posgrado en
Aprendizaje y Neurocognición.
Actualmente se desempeña
como psicopedagoga del Co-
legio Alberto Schweitzer y de Confianza Asistencia
Personal. Tiene 27 años y es soltera.
✉ alejandra.ipl@hotmail.com
12 | JULIO 2016 www.revistalafuente.com
3. 5 técnicas para
trabajar con niños tímidos
ESCUELA DOMINICAL
La escuela dominical y los niños tímidos o introvertidos
Los niños introvertidos a menudo
son confundidos con niños tímidos,
pero ser introvertido y ser tímido no
son lo mismo. Los niños introvertidos
pueden preferir pasar el tiempo en
actividades individuales en lugar de
buscar la compañía de otros niños.
El ser introvertido no es un defecto
ni tampoco algo que deba corregir-
se. Es una característica o rasgo de
la personalidad que poseen muchas
personas. Sus principales caracte-
rísticas son:
Tienen buena capacidad de escu-
cha.
Suelen tener una personalidad
fuerte y bien estructurada.
Son personas pausadas y tranqui-
las.
Son reflexivos, y piensan las cosas
antes de decirlas.
Están relacionados con la creativi-
dad.
Suelen esforzarse en sus trabajos.
Diferenciar entre
introversión y timidez
La timidez no es un rasgo de la
personalidad, como en el caso de
la introversión, sino que la persona
tímida quiere relacionarse pero se
inhibe de hacerlo y esto se acompa-
ña a ideas irracionales como la inse-
guridad, el miedo a fallar o a no ser
aceptado; en cambio las personas
introvertidas no tienen necesidad de
esta relación, se sienten bien estan-
do solos.
En el caso de los niños es importan-
te detectar esta timidez e ir traba-
jando pequeñas técnicas para dotar
al niño de habilidades sociales, de
las que en la mayoría de los casos
carecen. Es importante también no
etiquetarlos ni sobreprotegerlos, es
decir, no resolver por ellos las situa-
ciones en las que sientan timidez,
porque de esta forma no desarrolla-
rán sus habilidades sociales.
¿Cómo ayudarlos en clase?
1. Explicarles las habilidades so-
ciales: Muchos niños no se rela-
cionan porque no saben cómo
hacerlo. Si, por ejemplo, vemos a
un niño apartado de los demás,
podemos animarle a unirse a
ellos diciéndole que se acerque.
No obligues al niño si no quiere
hacerlo.
2. No etiquetar: No asumir por ellos
la comunicación con los demás,
ni hablar o pedir las cosas por él.
Tampoco dar explicaciones ante
la falta de contestación o de re-
lación diciendo que es tímido o
introvertido.
3. Que tengan responsabilidades
dentro del aula: Esto puede hacer
que se sienta capaz y responsa-
ble y elevar su autoestima. Tareas
simples como encargarse de ce-
rrar la puerta o repartir papeles
bastarán para empezar.
4. Haz ejercicios de habilidades so-
ciales en clase: Divide a los niños
en parejas o pequeños grupos y
enséñales a saludar, a presentar-
se. Explica todos los pasos con
ejemplos, para que tengan muy
claro lo que han de hacer.
5. Presta especial atención a la or-
ganización de la clase: Puedes
unir a los niños por parejas. Tam-
bién puedes juntar a un niño tími-
do con otro que sea abierto. Le
servirá de modelo para sus habi-
lidades sociales y podrá introdu-
cirle en su grupo de compañeros.
Es importante destacar que no es
necesario hacer mucho. Basta con
un saludo, un comentario, una son-
risa. El problema de estos niños es
que a veces resultan casi invisibles
en comparación con otros compa-
ñeros más activos. Es necesario que
el niño sepa que es parte de la clase
y que te interesas por él al igual que
por los demás.
Por Alejandra Prado
Alejandra es de Paraguay, es
licenciada en Psicopedago-
gía y posee un posgrado en
Aprendizaje y Neurocognición.
Actualmente se desempeña
como psicopedagoga del Co-
legio Alberto Schweitzer y de Confianza Asistencia
Personal. Tiene 27 años y es soltera.
✉ alejandra.ipl@hotmail.com
SERIE: La escuela dominical
y los niños “difíciles” (2/4)
12 | AGOSTO 2016 www.revistalafuente.com
4. Una hermosa
lección… ¡y ese niño
problemático!
ESCUELA DOMINICAL
Cómo manejar los problemas de conducta en la clase
Dentro de la clase tenemos un alum-
no que nos da “problemas” porque
presenta una o más de las siguien-
tes características:
Se levanta constantemente y no
obedece las indicaciones del
maestro cuando se le pide que
vuelva a su lugar.
Habla mucho e interrumpe al
maestro y a los demás alumnos.
Molesta a los compañeros.
La conducta indeseable en los ni-
ños no se genera de manera es-
pontánea, aislada o por el azar: se
aprende, se mantiene y en muchas
ocasiones se incrementa como con-
secuencia de las interacciones con
el entorno u otros factores.
Los problemas de conducta
más frecuentes
Niños desobedientes: La negativa
de los niños para iniciar o comple-
tar una tarea o una orden realizada
por el docente en un plazo determi-
nado de tiempo. La desobediencia
puede ir acompañada o no de otros
elementos disruptivos como las ra-
bietas o el negativismo.
Niños negativos: Aquel tipo de niño
que muestra una oposición activa
pero no agresiva. Sería el niño que
“siempre dice no”. Probablemente
el negativismo sea una forma segu-
ra de llamar y mantener la atención
de los otros sobre uno mismo. Una
de las posibles causas de tal com-
portamiento reside en el hecho de
que el niño ha aprendido a que ne-
gándose a colaborar o a obedecer
órdenes puede evitar la realización
de tareas que no son de su agrado.
Los oposicionistas-desafiantes: Es
un patrón de comportamiento des-
obediente, hostil y desafiante hacia
figuras de autoridad.
Niños poco motivados: La motiva-
ción es un componente crucial para
el aprendizaje. Frecuentemente, los
niños con problemas de conducta
podrían presentar poca motivación
interna. Además, estos niños tienen
dificultades para comprender la re-
lación entre su comportamiento y las
consecuencias de este.
Niños agresivos: Golpes, empujar,
estirar del pelo, entre otros, son con-
siderados como conductas agre-
sivas. Si estas conductas ocurren
continuamente dentro del aula pue-
den convertirse en un asunto muy
serio, y puede indicar un problema
más profundo, como frustración,
perturbación en el hogar u otra si-
tuación personal.
¿Cómo actuar?
Una de las bases para lograr que
haya armonía en la clase es esta-
bleciendo reglas dentro de él. Ha-
brá dos tipos de reglas: aquellas
que son variables, o sea, las que
van cambiando de acuerdo con las
situaciones que se presenten o la
edad de los integrantes del grupo,
y aquellas que son menos flexibles.
Un ejemplo de regla poco flexible
sería que cuando una persona ha-
bla las demás escuchan, que nunca
se utilicen golpes o que cada quien
respete los gustos de los demás.
Lo más importante es que los niños
participen en el diseño de las reglas,
esto contribuirá a que se sientan in-
volucrados, así mismo se les están
dando las bases para que puedan ir
tomando decisiones y establecien-
do reglas poco a poco.
Además, es de gran importancia
que la idea que se transmite sea
congruente. Al tipo de comunica-
ción efectiva, clara y directa se le
conoce como comunicación aserti-
va. Las personas que son capaces
de expresar lo que sientan y lo que
piensan de manera efectiva se ga-
nan respeto.
Mantener un buen vínculo afecti-
vo con los niños influencia positi-
vamente en su conducta. Corregir
comportamiento negativo, sin em-
bargo, es posible. Y cuanto antes
se empiece, más posibilidades de
éxito se tendrá.
Por Alejandra Prado
Alejandra es de Paraguay, es
licenciada en Psicopedago-
gía y posee un posgrado en
Aprendizaje y Neurocognición.
Actualmente se desempeña
como psicopedagoga del Co-
legio Alberto Schweitzer y de Confianza Asistencia
Personal. Tiene 27 años y es soltera.
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SERIE: La escuela dominical
y los niños “difíciles” (3/4)
12 | SETIEMBRE 2016 www.revistalafuente.com
5. ¿Por qué un
niño no se halla
a gusto en clase?
ESCUELA DOMINICAL
La adaptación de los niños en la escuela dominical
Tanto para los niños experimenta-
dos como para los principiantes, su
adaptación a la escuela dominical,
es un proceso personal, pero que
debe ser facilitado por los profe-
sores. La labor de principal de los
maestros durante la adaptación
consiste en facilitar y promover este
proceso.
El aspecto principal de la adapta-
ción inicial, para los más pequeños,
y el punto de referencia principal, es
el adulto que está con ellos y que les
va a cuidar.
Las reacciones más comunes
Las reacciones más comunes que
suelen surgir en este periodo son:
Conductas externas: niños que
lloran, pegan, patalean, se niegan
a realizar las actividades sugeri-
das.
Conductas internas: son los ni-
ños que se muestran tímidos,
callados, retraídos. Evitarán el re-
lacionarse con los demás compa-
ñeros y con el profesor.
En general todo niño o niña pasará
por un período de adaptación. No
debemos alarmarnos, sino estar
atentos a sus reacciones, pues un
niño que no llora o no reclama aten-
ción puede pasar como inadvertido.
En este sentido, la actitud de las
profesoras debe ser de aproxima-
ción, respeto, afecto —sin ansiedad
ni agobios—, y tranquilidad ante las
típicas reacciones de inadaptación.
El contacto personal entre el maes-
tro y el niño debe establecerse con
confianza, desde el principio. Con-
viene que en la escuela dominical
empiecen a llamar al niño por su
nombre desde el primer día, al tiem-
po que el profesor le dice el suyo.
En definitiva, se trata de que el
maestro intente crear un clima de
seguridad y afectividad para que el
niño se sienta seguro.
Adaptación social
e integración
La integración del niño en el grupo
de compañeros de clase es funda-
mental para una correcta adapta-
ción. A través de diferentes juegos,
presentaciones y actividades rompe
hielo, los niños conocerán el nombre
de los demás compañeros y podrán
hacer nuevos amigos.
En este sentido, sería interesante in-
tentar que cuando llegue algún niño
nuevo, los que son del año pasado o
que ya llevan viniendo por más tiem-
po, se encarguen de enseñar a los
recién llegados la clase, sus nom-
bres y compartan actividades.
La adaptación espacial
del niño
Para los niños, tanto si son nuevos
como si no, la clase será distinta a
su clase del año pasado. Es impor-
tante que el niño se sienta a gusto
en este espacio, que lo conozca, y
se familiarice con él para conseguir
una mejor adaptación. Sería intere-
sante que pudiera ver el espacio de
su clase como algo suyo.
Así, los profesores deben intentar
familiarizar a los niños con la ubi-
cación de los materiales, el espacio
que ocupa en el suelo a la hora del
juego, las mesas, la pizarra, etc.
Igualmente, el niño debe adaptarse
a la rutina de la clase.
El período de adaptación termina
cuando el niño asiste con normali-
dad a la escuela dominical y lo con-
sidera como una situación cotidiana.
Por Alejandra Prado
Alejandra es de Paraguay, es
licenciada en Psicopedago-
gía y posee un posgrado en
Aprendizaje y Neurocognición.
Actualmente se desempeña
como psicopedagoga del Co-
legio Alberto Schweitzer y de Confianza Asistencia
Personal. Tiene 27 años y es soltera.
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SERIE: La escuela dominical
y los niños “difíciles” (4/4)
12 | OCTUBRE/NOVIEMBRE 2016 www.revistalafuente.com