4. EL PADRE
JUAN DE LA CRUZ
MONTOYA
GONZALEZ
Nació en Barrio
Robledo de Medellín.
Estudiante de
medicina de la U DE A
.
Asesinado en Jericó
el 2 de diciembre de
5. LA MADRE
M° DOLORES UPEGUI
ECHAVARRIA
Nació en el Barrio
Robledo de Medellín, el
10 de Febrero de 1846.
Murió en 1923 el 10 de
febrero, aniversario de
su nacimiento.
Fue maestra y religiosa
María Dolores Upegui
6. Llevó con heroica
abnegación las
privaciones de la
pobreza y supo infundir
en sus hijos la fe y la
piedad de que siempre
dieron prueba.
Enseño a sus hijos a
perdonar y querer sus
enemigos.
Cuando su hija fundó la
congregación, ella
ingresó como religiosa y
fue modelo y estimulo
para sus jóvenes
7. No lloró al nacer, solo seis meses
después
“¡Me necesitabas, Dios mío,
tan guapa, tan sin nervios,
tan aguantadora!” M.L.
8.
9. Nació a las ocho de la
mañana y la bautizaron a
las 12 del mismo día
Laura se deriva de laurel
que significa
inmortalidad.
“lo he amado, porque
traduce aquella palabra:
"Con caridad perpetua
te amé". M.L.
10. Partida de Bautismo
En la iglesia parroquial de Nuestra Señora de las
Mercedes de Jericó, a 26 de mayo de 1874, el presbítero
Evaristo Uribe, mi coadjutor, bautizó solemnemente a una
niña nacida el mismo día a quien nombró María Laura de
Jesús, hija legitima de Juan de la Cruz Montoya y María
Dolores Upegui, vecinos de esta parroquia. Abuelos
paternos Cristóbal Montoya y María de Jesús González,
Maternos Lucio Upegui y Mariana Echavarría. Fueron sus
padrinos Domingo Montoya y Juliana Rafaela Montoya a
quienes advirtió el parentesco y obligaciones que
contrajeron. Doy fe
Jesús María Flórez
11. Tenía seis meses, cuando me atacó la
tos ferina, con tanta fuerza que creyeron
que moriría o que mis pulmones
quedarían inutilizados.
12. No había cumplido los 3 años cuando el
dolor de la pérdida de su padre la visito.
La madre y los tres pequeños:
Carmelita, Laura y Juan de la Cruz se
vieron envueltos en el manto de la
13. “la atmósfera de
pobreza, rayaba en
miseria, a que
quedamos reducidas
por el saqueo que
siguió a la muerte de
mi padre… me
marchitaron,
arrancando de mi
alma de niña, las
risas y el primer
asomo de alegría”.
14. El abuelo paterno ofreció albergue para
una de las niñas; al resistirse Carmelita a
separarse de su madre le correspondió a
Laura la separación.
15. LA CAMPESINA
Los saludables aires
de la finca paterna
nutrieron sus
pulmones y fortificaron
su organismo que
empezó a desarrollarse
con la agreste
naturaleza, sano pero
adusto.
16. “Daba guerra para peinarme, lavarme y
adornarme; era un verdadero hurón. Desaplicada
hasta lo sumo, vine a aprender a leer tardísimo, a
fuerza de constancia de parte de mi madre y de
su nunca desmentida energía”.
17. De la hacienda de Don Cristóbal pasó a
la Víbora hacienda de Don Lucio
Upegui, el abuelo materno en el
Municipio de Amalfi. Allí vivió los años
de su infancia y despertó también su
alma a los sublimes toques del Amor
18. EL HORMIGUERO
Juego infantil como todos lo hemos tenido:
Hormiguitas que van, hormiguitas que vienen,
que cogen sus pequeñas cargas que se
saludan ceremoniosamente, que forman
columnas para atravesar el agua… y ojos
infantiles que siguen la caravana, manos
infantiles que ayudan al transporte, que
colocan harina y agua cerca al hormiguero.
19. Laura jugaba con hormiguitas cuando,
temblorosa y convulsa se sintió invadida por
Dios.
Dios era para ella el Señor a quien rezaba, un
Señor desconocido. Un Señor abstracto que
20. Laura fue herida por un rayo de conocimiento tan
hondo, tan magnífico, tan amoroso que, como
ella misma lo referirá, después de muchos años,
de estudiar y de haber tenido muchos
conocimientos naturales y sobrenaturales, no
sabrá más de Dios que lo que entonces supo.
21. Ya Laura no sintió su orfandad ni los malos
tratos de sus parientes. Su alma estaba llena
de luz. Dios la poseía. Y todo se iluminaba a
su alrededor.
22. Quiso imitar a los
santos cuyas vidas se
leía siempre en la casa
de los abuelos y para
eso se retiraba a sitios
cercanos pero ocultos
donde oraba largas
horas y llamaba a
gritos a Dios que era
su embeleso y la razón
de su existir.
24. GOLPE DEL
BANCO
Laura tenia 12 años. Vivía con su madre
en la hacienda la Víbora de Amalfi y se
empleaba en labores domésticas. Sobre
un banco de carpintería , remojaba una
25. Laura había ofrecido con especial amor este
oficio al Señor y se sentía movida ha hacer
una comunión espiritual. De pronto no supo
más…Un dolor inmenso traspasó su pecho,
abundantes lágrimas rodaron por sus
26. Sintió que la Eucaristía traspasaba su
alma y la penetraba. Si, Jesús estaba en
la Eucaristía y el Verbo estaba en
Jesús…Desde entonces solo pensaba
27. Vivía distante de la población pero esto no
era obstáculo para satisfacer su deseo de
comulgar.
En compañía de su Hermano Juan de la Cruz,
salía de madrugada en los caballos, hasta la
iglesia.
El abuelo se extrañaba de ver los caballos
sudados.