1. Juguetes responsables, juguetes
intercambiables
La Casa Encendida, en colaboración con Adelita, Red de trueque urbano, pone en marcha
hoy la tercera edición de Sile, nole…, una actividad en la que los más pequeños
intercambian sus juguetes usados y en buen estado con otros niños. El objetivo es que
pasen un día de diversión mientras se educan en el consumo responsable y el reciclaje.
Así, pueden llevar un instrumento musical con el que ensayaron sus primeras notas, una
muñeca que peinaron mil veces, cuentos que ya se saben de memoria o unos patines que
se quedaron pequeños. Vacían de juguetes sus casas en navidad mientras se conciencian
que es posible otro tipo de consumo. Sin dinero, responsable y divertido.
Algunos se preguntarán por qué se eligió ese nombre, aunque los responsables del
proyecto lo explican con facilidad, como si lo recogieran de sus recuerdos de infancia.
“Sile, nole… era lo que solíamos decir al intercambiarnos los cromos, al menos en mi
época. Si lo tengo, no lo tengo...”, dice Laura Cañete, ideóloga de esta iniciativa. “Era un
guiño al trueque de aquel entonces”, añade mientras asegura que se puede consumir sin
gastarse dinero.
Los niños se acercan con ilusión a La Casa Encendida con sus juguetes, que tienen que
estar obligatoriamente en buen estado para que el trueque tenga sentido. Los
organizadores los reparten en tres categorías: roja, amarilla y verde. Una bicicleta, por
ejemplo iría en el verde y una baraja de cartas en el rojo. Luego, reparten al niño una
tarjeta con uno de los colores, según los juguetes que traiga. “Se ponen nerviosos y no
saben que coger. Siempre traen más juguetes de los que se llevan”, afirma Cañete que
asegura que pusieron en marcha esa iniciativa porque creen que otro mundo “es posible”.
Los juguetes que sobren del intercambio se quedarán este año en Caño Roto, para que los
niños de ese barrio del sur de Madrid, que no tienen apenas recursos, puedan disfrutar de
sus juguetes en esta navidad de crisis.