1. 1
NOS MIRAMOS A NOSOTROS MISMOS/AS
1. Ahora es el momento de dar un paso más profundo, más
comprometido y dedicarnos un tiempo a nosotros mismos, a nuestra
realidad personal y contrastarla con la figura de Santo Domingo. El valor
de la Interioridad necesita un requisito imprescindible para hacerse un
espacio en nuestra vida: LA MIRADA, una mirada atenta, serena y
contemplativa .
Es el momento de entrar dentro de nosotros mismos, de dejar fuera
preocupaciones, asuntos pendientes, ruidos,… y concedernos un tiempo para experimentar el
silencio, para encontrarnos con nuestra propia verdad, para contemplarnos sin miedo,…
simplemente para estar…, estar conmigo mismo, conmigo misma.
(Se dará la imagen de Santo Domingo y cada uno tendrá un espejo)
Contemplación – Búsqueda – Encuentro conmigo mismo/misma
a través de mi propia mirada
Frente a ti tienes dos imágenes:
⇒ El icono de Santo Domingo Tu rostro reflejado en el espejo
Fija tu mirada, en primer lugar, en la imagen de Santo Domingo:
Observa, mira y descubre el mensaje de su postura
⇒ Está sentado, en actitud de escucha, de búsqueda, de concentración,…
⇒ Parece que piensa, una mano la tiene cerca de la cabeza y con la otra busca en el libro
⇒ Su postura transmite el sentido de búsqueda serena, profunda (de itinerancia mental) e
invita a la interiorización, al silencio
⇒ La expresión de su cara habla de equilibrio, paz interior, encuentro consigo mismo
⇒ En toda su persona se concentran las intuiciones, deseos, sufrimientos y alegrías de
todos los seres humanos.
2. Ahora, toma el espejo y fija tu mirada en él. Observa detenidamente el rostro que allí
ves reflejado, te está hablando a través de su expresión. Al contemplarlo:
(después de cada pregunta hacer un espacio corto de silecio)
CONVOCADOS HOY
2. 1
⇒ ¿Qué sentimientos, sensaciones te afloran?
⇒ ¿Qué mensaje te transmite en este momento?
⇒ Intenta describir, por medio de adjetivos, su forma, su imagen, su mirada, su expresión,
…
⇒ ¿Qué tiene en común con el icono de Santo Domingo?
Sigue mirándote a ti mismo, a ti misma a través del espejo, intenta traspasar lo que ves
a primer golpe de vista y entra en tu interior, en ese espacio de tu persona que sólo tú conoces,
en ese rincón de tu vida al que nadie puede acceder si tú no le das entrada.
Entra en tu interior y, desde el silencio, encuéntrate con tu propia verdad y dedica este
momento a profundizar en ella. De una forma serena, sencilla y sincera intenta plasmar cuáles
son:
⇒ tus verdades-montaña – aquellas que te ayudan a construir tu vida sobre una base
sólida
⇒ tus verdades-río – aquellas que calman tu sed y sobre las que navegas en la búsqueda
de nuevos horizontes
⇒ tus verdades-estrella – aquellas que te sirven de guía, aun en tus noches más oscuras…
(Estas tres verdades están reacogidas en “Cuentos para pensar” de J. Bucal).
3. Compartimos de dos en dos la riqueza de nuestro interior, nuestras verdades.
CONVOCADOS HOY