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PRIMERA EDICIÓN EN ESPAÑOL
TRADUCIDA DE LA
PRIMERA EDICIÓN EN INGLÉS
Psicoterapia de grupo
enla práctica clínica
ANNEALONSO, PIID
Profesora Clínica Asociada de Psicología
Departamento de Psiquiatría Escuela de
Medicina de Harvard Directora del
Consejo de Posgrado en Psicoterapia
Psicodinámica HospitalGeneral de
Massachusetts, Boston Miembro Docente
del Instituto Fielding Santa Bárbara,
California
HILLEL L SWILLER, MD
Profesor Asociado de Psiquiatría
Escuela de Medicina Monte Sinaí
Director de la División de
Psicoterapia Departamento de
Psiquiatría Hospital Monte Sinaí
Nueva York, Nueva York
Traducido por.
Psic. Gloria Padilla Sierra
Facultad de Psicología
Universidad Nacional Autónoma
de México
Editor resp onsable: Lic. M a.
Eugenia Gómez López Licenciatura
en Psicología Universidad
Autónoma M etropolitana
Esp ecialización en Psicología
Clínica y Psicoterap ia deGrup o en
Instituciones, Facultad de Psicología
Universidad Nacional Autónoma de
M éxico M éxico
Editorial
El Manual Moderno, S.A. de C.V.
México, D.F. - Santafé de Bogotá
EL LIBRO MUERE CUANDO LO FOTOCOPIAS
AMIGO LECTOR:
La obra que usted tiene en sus manos posee un gran valor.
En ella, su autor ha vertido conocimientos, experiencia y mucho trabajo. El editor
ha procurado una presentación digna de su contenido y está poniendo todo su
em
pello y recursos para que sea am
pliam
ente difundida, a través de su red de
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arse de que toda la infor
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amentos
sea pr
edsaalmomentode lapublic
ación yque ello sea consistente con las nor
mas
que establec
e la U.S. Food and Drug Administration y la c
omunidad médica en
gener
al. Sin embargo, ya que la investigación y práctica médica avanzan, las
nor
mas ter
apéutic
as pueden c
ambiar.Por esta razón y dado que,en oc
asiones,
pueden oc
urrir error
es humanos y mec
ánic
os, se r
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omienda a los lector
es que
siganelconsejo de unmédicoque participe de maneradirectaen su atenciónoen
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Los libros publicados por la American Psychiatric Press, Inc., r
epresentan
los puntos de vista y opiniones de los autores y ro nec
esariamente reflejan la
política y opinionesdela casaeditorialo de la.AmericanPsychiatric Association.
Colaboradores
. . . 1 . 1  1 1 1 1 1
Titulo original de la obra:
Group Therap y in Clinical Practice First
published in the United States by
American Psychiatr ic Press, Inc.,
Washin gton and Lond on , England
Copyrigh t © 1993
ISBN 0-88048-3 23 -7
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Psicoter apia de grupo en la práctica
clinica © 1995
ISBN 968-426-6 44 -8
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Anne Alonso, PhD
ProfesoraClínicaAsociadadePsicología,DepartamentodePsiquiatría,Escuelac
Medicinade Harvard;Directoradel"ConsejodePosgradoenPsicoterapiaPsicod
nárnica", Hospital General de Massachusetts,Boston, Massachusetts; Miembi
Docente,InstitutoFielding, SantaBarbara,California.
Lawrence J. Bader, PhD
Miembro_Docente,EscueladePsicologíaProfesionaldeMassachusetts,Dedhar
Massachusetts.
Howard S. Baker, MD
Profesor.ClínicoAsociadri.dePsiquiatría,UniversidaddePennsylvania;Psiquiat
ResidenteenJefe,Hospitaldel InstitutodePennsylvania;Filadelfia,Pennsylvani
Margaret N. Baker, PhD
Profesora Clínica Asistente de Psicología, Universidad de Widener, Cheste
Pennsylvania.
David W. Brook, MD
ProfesorAsociadoenPsiquiatría;Directordela DivisióndeInvestigación,Preve:
ción y Tratamiento del Abuso de Drogas; Escuelade Medicinade Nueva Yor
Valhalla, Nueva York.
Kathleen Whiteman Carral, MSW, LCSW
ClínicaenSalud Mental, Kaiser Permanente,DepartamentodeServiciosPsicosc
ciales, San Diego, California.
Arnold Cohen, PhD
AsesordeGrupo,Clínicade Salud MentalSouthShoreyClínicaEveningdeBosta
Boston,Massachusetts.
Robe?' tDies, PhD
Profesor en Psicología, Universidad de Maryland, College Park, Maryland.
VI  Psicoterapia de grupo en la práctica clínica (Colaboradores)
Patricia Doherty, EdD
Instructora de Psicología, Departamento de Psiquiatría, Escuela de Medicinade
Harvard; Presidentadel Institutode Psicoterapia de Boston, Boston,
Massachusetts. Pamela L Enders, PhD
Instructora Clínica de Psicología, Departamento de Psiquiatría, Escuela de
Medicina de Harvard; Asociada en Psicología Clínica, Hospital General de
Massachusetts; Directora Asociada de Entrenamiento, Centro de Posgrado,
Institutode Psicoterapiade Boston, Boston,Massachusetts.
Alíen Fay, MD
ProfesorClínico Asistente, Departamento de Psiquiatría, Escuela de Medicina
Monte Sinaí, Nueva York, Nueva York.
Joel C. Frost, EdD
Instructor de Psicología, Departamento de Psiquiatría, Escuela de Medicina de
Harvard; Asociado en Psicología, Departamento de Psiquiatría, Hospital Beth
Israel, Boston, Massachusetts.
Sarah Golden, PhD
Instructora Clínica de Psicología, Departamento de Psiquiatría, Escuela de
Medicina de Harvard en el Hospital de Cambridge; Psicóloga en Jefe, Unidad
William James, Hospital Estatal Metropolitano; Waitharn,Massachusetts.
Kari Nalliday, PhD
Instructor Clínico de Psicología, Departamento de Psiquiatría,Escuela de Medicina
de Harvard en el Hospital de Cambridge; Candidato al Doctorado en Psicología
Clínica,EscuelaNueva para Investigación Social; Asociado en Investigación,
Proyecto de Harvard para la Recuperación en la Adicción a la Cocaína,
Cambridge, Massachusetts.
David A. Halperin, MD
Profesor Asociado de Psiquiatría, Escuela de Medicina Monte Sinaí, Nueva
York, Nueva York.
Sylvia Hutchlnson, BSc"
Coordinadora de Entrenamiento, Psicóloga Clínica, Instituto de Análisis
Grupal; Supervisora, Fundación. Pastoral Westminster, Londres, ReinoUnido.
Priscilla F. Kauff, PhD '
Profesora Clínica Asistente de Psicología, Departamento de Psiquiatría, Centro
Médico de la Universidad de Comell, Hospital Payne Whitney; Analista en Jefe
de Supervisión y Entrenamiento, Centro de Posgraduados para la Salud
Mental, Nueva York, Nueva York.
Lawrence L Kennedy, MD
Director de "Servicios de Hospitalización parcial", Hospital Memorial C.F.
Menninger,Topeka, Kansas.
Edward J. Khantzian, MD
Profesor Clínico Asociado de Psiquiatría, Escuela de Medicina de Harvard en el
Hospital Cambridge; Director Psiquiátrico para los Trastornos por Abuso de
Sustancias, Departamento de Psiquiatría, Hospital de Cambridge; Director Médico
Asociado, Hospital Estatal Danvers, Danvers, Massachusetts.
Howard D. Kibel, MD
Profesor Asociado de Psiquiatría Clínica, Facultad de Medicina de la Universidad
de Cornell; Coordinador. de Psicoterapia de Grupo, Hospital -Centro Médico de
Cornell de NuevaYork, División Westchester,White Plains,Nueva York.
Steven Krugman, PhD
Instructor de Psicología, Departamento de Psiquiatría, Escuelade Medicina de
Colaboradores  VII
Harvard; Director de Entrenamiento en la "Clínica de Trauma", Hospital
General de Massachusetts, Boston, Massachusetts.
Enid A. Lang, MD
Profesora Clínica Asistente de Psiquiatría, Escuela de Medicina Monte Sinaí,
Nueva York, Nueva York.
Arnold A. Lazaras, PhD
Profesor Distinguido en la Escuela de Graduados en Psicología Aplicada y Profe-
sional, Universidad Rutgers,Piscataway, Nueva Jersey.
Marguerite S. Lederberg, MD
Profesora Clínica Asociada de Psiquiatría, Facultad de Medicina de la Universidad
de Comell; Psiquiatra Asociada Residente, Hospital de Nueva York; Psiquiatra
Asociada Residente, Centro Cancerológ ico Memorial Sloan Kettering, Nueva York,
Nueva York.
Maria T. Lymberis, MD
Profesora Clínica Asistente de Psiquiatría, Departamento de Psiquiatríay
Ciencias Bioconductuales, Universidad de California, Los Angeles, Los Angeles,
California. K Roy MacKenzle, MD, FRCPC
Profesor de Psiquiatría, Universidad de Columbia Británica, Vancouver,
Columbia Británica.
Beryde, W. MacLennan PhD
Profesora Clínica, Escuela de Medicina y Ciencias Conductuales de laVniversidad
George Washington, Washington, D.C.
William E. McAuliffe, PhD
Profesor Asociado de Psiquiatría, Departamento de Psiquiatría, Escuela de Medicina de
Harvard en el Hospital de Cambrídge; Conferencista del Departamento de Ciencias de
la Conducta, Escuela de Salud Pública de Harvard; Investigador en Jefe, Proyecto de
Harvard para la Recuperación en la Micción a la Cocaína, Proyecto de Mayor Alcance
y Proyectode Rhode Island de Prevención,Cambridge,Massachusetts.
Samuel Osherson, PhD
Miembro Docente, InstitutoFielding, SantaBarbara, California.
Malcolm Fines, MD
Miembro Fundador, Analista de Grupo de Entrenamiento, Instituto de Análisis
Grupal, Londres, ReinoUnido.
Kenneth Porter, MD
Profesor Clínico Asistente de Psiquiatría, Colegio de Médicos y Cirujanos de
Columbia; Miembro Docente, Supervisor, Instituto Nacional de Psicoterapias,
Nueva York, Nueva York.
Cecil A. Rice, PhD
Director, Centro de Posgrado, Instituto de Psicoterapia de Boston; Director,
Consejo de Entrenamiento de la Asociación Americana de Psicoterapia de Grupo,
Boston, Massachusetts.
Albert E. Riester, EdD
Profesor y Director, Escuela de Psicología, Departamento de Educación, Universi-
dad Trinity; Psicólogo y Asesor, Instituto Neuropsiquiátrico del Suroeste, San
Antonic, Texas.
J. Scott Rutan, PhD
Profesor Clínico Asociado de Psicología, Departamento de Psiquiatría, Escuela de
Medicina de Harvard; Director, Centro de Terapia de Grupo, Hospital General
de Massachusetts, Boston, Massachusetts.
VIII  Psicoterapia de grupo en la práctica clínica (Colaboradores)
Melvin J. Stern, MD
Profesor Clínico de Psiquiatría, Escuela de Medicina de la Universidad George
Washington, Washington, D.C.
Walter N. Stone, MD
Profesor de Psiquiatría, Facultad de Medicina de la Universidad de Cincinnati;
Cincinnati, Ohio.
Hillel I. Swiller, MD
Profesor Asociado dePsiquiatría, Escuelade MedicinaMonte Sinaí; Director de la
División dePsicoterapia, Departamento de Psiquiatría, HospitalMonte Sinaí, Nueva
York, Nueva York.
Besad A. van der Kolk, MD
Jefe de la "Clínica de Trauma", Hospital General deMassachusetts; Conferencista
en Psiquiatría, Escuelade Medicina de Harvard, Boston, Massachusetts.
Reconocimientos
Este libro se compiló y terminó con el apoyo y aliento de varios colegas y amigos a
los que quisiéramos reconocer aquí.
Primero están aquellos que nos inspiraron a entrar y, explorar en el campo de la
psicoterapia de grupo, en especial a los ya fallecidos Aaron Stein y Elvin Semrad.
También desearnos reconocer a nuestros colaboradores, todos ellos expertos en sus
áreas. Su saber, erudición y cooperación entusiasta nos inspiraron y guiaron hacia la
terminación del trabajo.
Otros colegas también ofrecieron útiles sugérencias a lo largo del camino,
como los doctores Jerome Gans, Carol Nadelson, Kenneth Arndt, Anne Arndt, Henry
Weinstein y Morton Siegel.
Nuestras sinceras gracias se dirigen a Jane Waldman, Josh Swiller y Lucille
Luciano quienes editaron, mecanografiaron, arreglaron y trabajaron afanosamente hasta
altas horas de la noche para mantenemos organizados. De manera similar, apreciamos
el espléndido talento editorial y administrativo que nos proporcionó la American
PsychiatricPress, Inc.
La generosidad e indulgencia de nuestros cónyuges, Ramon y Willa, nos
permitieron permanecer relativamente cuerdos y en calma ante la magnitud de la
tarea. Por esto y por todos sus muchos dones, estamos en profundadeuda.
Pero más que nada apreciamos los años que hemos pasado trabajando con
nuestros pacientes en grupos. Ellos nos han enseñado, nos han sanado y este libro
también les pertenece.
ANNEALONSO, PHD
HILLELI. SWILLER, MD
Prefacio
impulsada por las extraordinarias necesidades psicológicas de los soldados de la Segunda
Guerra Mundial, la terapia de grupo se elevó de manera repentina para ser la principal
modalidad detratamientoen eldecenio de1940. Por lo común, los terapeutasdegrupo de
aquellos días tenían muy poco entrenamiento formal y hacían su mayor esfuerzo a través de
ensayo y error, y mediante la incorporación de sus habilidades en psicoterapia diádica al
ambiente de grupo. Estos primeros terapeutas gripales pronto se hicieron conscientes de que
habíaalgo especialmentesanador en los grupos deterapia, y apartir de esepunto sepensó de
maneraseriaen elestablecimiento deunabaseteóricaparalaterapiadegrupo.
Los primeros terapeutas de grupo tendieron a salir de las filas de los terapeutas
individuales con orientaciónpsicoanalítica. Surgieron discusiones entrelos analistas acercade la
efectividad final de este nuevo tratamiento. La discusión, en general, se redujo a aquellos que
practicaban la terapia de grupo y aquellos que no lo hacían. Los que trabajaban con la teoría
analítica en terapia individual o psicoanálisis consideraban a la terapia de grupo como un
tratamiento de apoyo pero que era superficial en términos fundamentales. Discutían que la
transferencia se diluía por el campo multipersonal, caí' lo que se limitaba gravemente el
potencial de los grupos para realizar un verdadero cambio de carácter. Sin embargo, aquellos
que, de hecho, trabajaban con grupos, notaron que la transferenciaprosperabay, en realidad,
quizás se aumentabadentrode éstos. Señalaronque los grupos ofrecíanuna oportunidad parala
observación de muchostipos detransferencia(por ejemplo, haciapadresy hermanos) al mismo
tiempo.
A través del tiempo, la terapia de grupo demostró su efectividad al punto en que los
debates académicos ocurrieron entreterapeutas de grupo. ¿Elterapeuta debe enfocarse en las
interacciones del grupo como un todo o en el individuo dentro del grupo? ¿El líder debe
utilizar principalmente elproceso gripal como factor de curación o mejor debeutilizarse a Ios
miembros como un público mientrasun individuo solotrabajacon
X I
XII  Psicoterapia de,grupo enla práctica clínica (Prefacio) Prefacio  XIII
el terapeuta? ¿El líder debe alentaro desalentara los miembros en cuanto a que
hablen de eventosexternosa la vida del grupo?
En la última parte deldeceniode 1960y a principios delde 1970,los grupos
alcanzaronproporciones enormes porsunovedadamedidaquela poblacióngeneralse
hizo conscientedelpoderdelmodeloparaayudaralos individuosaexperimentarafecto,
alterarsuautoirnagenyaprendermás acercadela"pertenencia".Apesardelcontinuoascenso
delos gruposcomo terapia,apoyoyvehículosde entrenamiento,continuóhabiendo
unvacíoenlaliteraturaacercadelateoríaytécnicadelaterapiadegrupo.Apesarde
que se escribieronlibros excelentes como The GroupinDepthde Durkin(1964)y
PsychoanalysisinGroupsdeWolfySchwartz(1962),éstosrecibieronpocaatención
entre la comunidadgeneralde saludmental.Se dejó a The Theory and Practiceof
Group Psychotherapy de Yalom(1970) la tarea de estimulartantoa la comunidad
generaldesaludmentalcomo alpúblicolegoencuantoa lapsicoterapiadegrupo.Las
ventassinprecedentedellibrodeYalomdemostraronla necesidaddeliteraturade este
tipo y elamplio interés enla terapiade grupo.
Sin embargo,dehecholainclinaciónteóricadeYalomera atípicaenrelacióncon
aquella de la mayoría de los terapeutas grupales. Este autor presentó un enfoque
existencial,del"aquíy ahora",a la terapia de grupo.El libro fue tan populary tanbien
escrito que alteró el enfoque de la terapia de grupo durante un decenio. De manera
reciente,hanaparecido libros más equilibrados,pero aúnexistegrannecesidadde textos
quepresentenenfoques psicodinárnicos concisos y modernos a laterapiadegrupo.Más
que ello,en años recientes los clínicos que antes no participaban engrupos,incluso los
teóricos cognoscitivo-conductuales y humanistas, se han incorporado a la terapia de
grupo.Además,se formó un gran número de grupos homogéneos para el tratamiento
de poblaciones como las de pacientes con trastornos de la alimentación,
farmacodependientes, hijos adultos de alcohólicos y otros. La terapia de grupo en
ambientes con pacientes internos se ha vuelto parte central del tratamiento en
hospitales.
La investigación documenta continuamenteque la terapia degrupo es,almenos,
tanefectivacomo le individual.Enesta era en la que elcosto de la atención desalud es
cada vez más alto, la relativa economía de la terapia de grupo la hace más y más
atractiva.Esclaroque ha llegadoelmomentoparaun trabajonuevo ycompletoacerca
delestadodela terapia degrupohoyendía.
AlonsoySwillerhanlogradolatareamediantelaconjuncióndeungrupoestelarde
autoresquepresentanunavisiónampliadelaterapiadegrupoeneldeceniode1990.Los
autores,cadaunode los cuales esampliamente conocidoporsuscontribuciones a la
terapiade grupo,cubrende manerasistemáticalosaspectosimportantes de estetipo
de terapia en la actualidad.
Plan del libro
La metadelapsicoterapiapsicodinámicaalargoplazoconsisteenlareorganizacióndela
estructuradepersonalidadatravésdelprocesodeanálisisdelcarácterydelaresolución
del conflicto inconsciente.
El libro comienza,aligualquelo hizo elcampo de la terapiade grupo,conuna
revisióndelascontribuciones psicoanalíticasalmodelo.Los autores enlaParteIteman
la postura de que el entrenamiento en psicodinarnia es el fundamento para el
desarrollodeun terapeuta degrupocompetente.Apartirdeestabase,elclínicopuede
iniciarla práctica en una variedad de ambientes y condiversas clases de pacientes.
Los autores aquí escriben a partir de las perspectivas de las principales teorías
psicoanalíticas.En elcapítulo 1,Kauffdestaca la posiciónde laterapiapsicoanalítica
clásicade grupo.PineasyHutchinsoncubrendespuéslaescueladel"grupo-como-un-
todo",queconfrecuenciatieneseasocia con la escuela británica de Melanie Kleiny
Wilfred Bion. En el capítulo Margaret y Howard Balceraplican los principios de la
psicología del sí mismo —el trabajo. de Heinz Kohut y sus alumnos— a la
psicoterapiade grupo.
Porúltimo,laparte IIofrece informaciónsustancialimpresaacercadegrupos en
ambientes hospitalarios, donde surgen gran parte de los grupos terapéuticos reales
Autores con conocimientos especializados en este tipo de ambientes destacan las
adaptaciones dela técnicay laexpansiónde lateoríaquehansurgidodeltrabajoenesta
área En elcapítulo 4,Stone presentaun modeloque aplica los principios básicos de 1
psicoterapiadegrupoaaquellospacientesconenfermedadespsiquiátricasdemásdifícil
tratamiento y crónicas. Kibel,en el capítulo 5, aplica estosprincipios a aquellos con
enfermedad más aguda y Rice analiza el trabajo con estos pacientes, y a los
profesionales que los atienden, dentro del contexto de la reunión comunitaria en el
capítulo 6. En capítulo 7, Kennedy escribe acerca de la terapia de grupo con una
población hospitalaria de manera parcial que combina cienos aspectos de aquellas
poblaciones quesecubrenenlos trescapítulosprecedentes.Después,Brookdescribeel
trabajodeenfoquefarmacológicoconunapoblaciónrelacionada.Conuncambiohacia
pacientesconenfermedadesfísicas,Lederberganalizaenelcapítulo9lasnecesidadesde
losprofesionales de 1medicinaqueatienden a individuosgravernenteenfermos; Stem
examina la rehabilitación de los pacientes con enfermedad física en el capítulo 10 y
Whiteman Carro] considera en el capítulo 11 la manera en que la terapia de grupo
puedeauxiliaren1satisfaccióndelas necesidadesdelasfamiliasde losenfermos.
La parte III introduce al lector al mundo de los grupos formados de manera
homogénea y los autores analizar la manera en que poblaciones especiales pueden
necibirayudadela psicoterapiadegrupo.Las ventajasycompromisosqueresultande1
conjunción de agrupamientos homogéneos de pacientes constituyen el centro de
atencióndeestoscapítulos.Riesteranalizaenelcapítulo12laaplicacióndelosprincipios
psicoterapéuticos degrupo a los adolescentes yMacLennan,en elcapítulo 13,atiende.
trabajo que se realiza con aquellos en elotro extremo de la vida.Feost y Golden ysus
coautores cubrenen los capítulos 14y 15eltrabajocondospoblaciones específicasque
presentan problemassumamente importantes para la salud pública:pacientes que han
tenido resultados positivos eru los análisis para elvirus de inmunodeficiencia humana
(HIV), o con el síndrome de irommodeficiencia adquirida (SIDA), y con paciente:
farmacodependientes,respectivamente.Paracompletarlasección,vanderKolkexplora
en el capítulo 16, el uso de la psicoterapia de grupo con pacientes que sufren de
trastornos porestréspostraurnático.
La parte IVanaliza tressituaciones especiales que,porlocomún,nosecubrenen
lostextos acercadeterapiadegrupo.Atiendeaciertosaspectospragmáticosque rodean
a la práctica de lapsicoterapia de grupo.En elcapítulo 17,Porterdiscute las ventajas y
problemas de combinarla psicoterapiagripale individual,aligualque las indicaciones
para llevar a cabo estosplanes de tratamiento.Lytnberisescribe despuésacerca de las
preocupacioneslegalesyéticasquerodeanalaprácticadelaterapiadegrupo,yCohen
Anne Alonso, PhD 1.
Swiller, MD
XIV • Psicoterapia de grupo en la práctica clínica (Prefacio)
ofrece un capítulo útil acerca de la manera en que pueden agregarse los grupos a una
práctica que se enfoca en el tratamientoindividual.
La parte V examina los nuevos avances en teorías acerca del desarrollo del género, con
consideraciones especiales a la manera en que éstos tienen un impacto en el trabajo con
pacientes en terapia de grupo. Doherty y Enders cubren el desarrollo de las mujeres en el
capítulo 20; Krugman y Osherson escriben acerca de los varones enterapia de grupo dentro del
capítulo 21.
La parte VI revisa algunas de las maneras en que se practicala terapia de grupo más allá
de los modelos más tradicionales a largo plazo o con pacientes internos. En el capítulo 22,
MacKenzie escribe acerca de la teoría y técnica del grupo con tiempo imitado.Después, Fay
y Lazarus explican la teoría y prácticade la terapia cognoscitivao conductual de grupo.
La parte VII ofrece una revisión espléndida y extensa, realizada por Dies en el
capítulo 24, acerca de la investigación actual en terapia de grupo.
La parte VIII se dirige a las necesidades de entrenamiento para los profesionales de
grupo. Esta seccióntiene importancia particularparael maestrode terapiade grupo.
En el capítulo 25, Alomo propone modelos de entrenamiento y la manera en que éstos
se relacionan con el ambiente clínico actual. Swiller y sus coautores se dirigen después, en
el capítulo 26, a la cuestión de los grupos de proceso (experienciales) en el entrenamiento de
los clínicos grupales. Por último, en el capítulo 27, Bader ofrece pautas para a conducción
de un evento de entrenamiento, como un taller, para la enseñanza de aspectos de la
terapia de grupo a otros clínicos.
Se invita al lector a tomar asiento y a disfrutar de la abundancia de conocimientos acerca
de una verdaderamente fascinante y poderosa oportunidad de tratamiento para nuestros
pacientes.
Referencias
Durkin HE: The Group in Depth.New York, International Univetsities Press,1964. Wolf
A, Schwartz ED: Psychoanalysis in Groups.NewYork,entine& Stratton, 1962.Yalom
ID: 'The Theory and Practice of GroupPsychotherapy. New York, BasicBooks,1970.
Introducción:
Defensa de la terapia
de grupo
CONSIDERACIONES FILOSÓFICAS
Las personas prosperan más en una comunidad que valora su participación y protege su
dignidad: La capacidad esencial del recién nacido para deleitar y hacer que participen
personas que podrían cuidar de él mediante la sonrisa, gorgeos y el contacto visual se integra
con la trama de k vinculación humana Lo mismo ocurre con las respuestas instintivas del
infante que forman los cimientos de las conductas de atención y cuidado. En este nacimiento
psicológico del niño, los patrones biológicos se desarrollan dentro del contexto de una matriz
interpersonal única y en un ambiente cultural compartido. El impacto del pequeño en otros
individuos importantes dentro de su mundo y la influencia de éstos en dicho niño, interactúan
sinérgicamente para la formación de un ambiente madurativo que apoye o frustre el
desarrollo sano. En última instancia, la salud mental madura se caracteriza por una
interdependencia que proporcione mejoría de manera mutua.
Esta integración de mente, cuerpo y contexto social es vulnerable al ataque de
problemas, en cualesquiera de estas dirnensiones. Cuando surgen las dificultades, las
personas sufren y buscan ayuda para su sufrimiento. La psicoterapia de grupo ofrece la
oportunidad para una interacción interpersonal que se crea de manera propositiva, se observa
de modo cercano y se guía hábilmente. Estas interacciones pueden influir de modo positivo
en variedades incontables de angustia y disfunción humanas. Dentro del grupo terapéutico es
posible que se atiendan y modifiquen las percepciones distorsionadas acerca de los 'demás,
comunicaciones ineficientes, afectos descargados de manera inadecuada, conductas
estereotipadas, actos impulsivos, enajenación y demás.
X V
XVI • Psicoterapia dé grupo en la práctica clínica (Introducción)
FUNDAMENTOS TEÓRICOS
Una ampliavariedad deteorías animan laprácticadelapsicoterapiade grupo. En elespectro
psicodinámico, el énfasis analítico clásico en la libido y la agresión encuentra expresión en
las fuerzas inconscientes que impulsan al grupo como una totalidad a lo largo de su
trayectoria epigenética. La teoría de las relaciones objétales encuentra en los grupos un
ambiente natural para las proyecciones de las partes objétales internas hacia los otros
miembros y la reintroyección gradual de los aspectos escindidos del sí mismo dentro del
contenido de la envolturade grupo. Los psicólogos delsí mismo reconocen las posibilidades
empáticas y de reflejo de espejo entre los miembros comprometidos, quienes quizá sirvan
como funciones de objeto del sí mismo, unos para otros. Los seguidores de Sullivan y otros
psicólogos interpersonales destacan lacuración queprovienedelas relaciones reales entrelos
miembros, y las feministas ven en los grupos una oportunidad para analizar el impacto del
género en el ambientey viceversa, aligualquelo hacen otraspersonas queseinteresan en los
aspectos específicos del desarrollo del género a lo largo del ciclo vital. Los profesionales
cognoscitivo-conductuales ven en el modelo de grupo la oportunidad paravolver apensar y
aprender acerca de las distorsiones cognoscitivas a partir de colaboradores en los que se
confía, mientras que los teóricos con orientación biológica comienzan a validar la sinergia
benevolenteentrecuraciónfísicay psicológicadentro delos grupos.
¿QUÉ SUCEDE EN LA TERAPIA DE GRUPO?
Introducción: Defensa de la terapia de grupo •XVII
son sus iguales, tienen temores secretos similares y actúan de maneras igualrnente
innobles y aun así responden de modo compasivo unos hacíaotro La vergüenza culpa
florecen más en la oscuridad del aislamiento, la vergüenzay culpa patológico se curan
mejor mediantesu exposición alaluz en un ambienteinterpersonalempatíavigilados de
maneracuidadosa, en el que la penetraesté, rodeadade otros a los < les importadicho
individuo así como su propiobienestar.
3. Apoyoacercade launiversalidaddelos deseos,temores y angustiasde miembros.El tipo
de exposición terapéutica disponible en la terapia de grupo incluido al paciente en la
universalidad del dolor hurnano. Esta terapia es una fuente de aporte única. Los
enfermosy los clínicosquelos refierenpidencon frecuenciaun grupoquepresteapoyo.
Por supuesto, ningúntratamiento es útil a menos de que elpacientese sientarespetado.
Cualquier grupo que haya de ser efectivo debe proporcionar apoyo de dicha manera.
Pero existen otras dimensiones de apoyo que tal vezsean, en última instancia, aún más
útiles) .poyo significa mucho más que simple interés positivo por igual curativos la
sinceridad y contenciónsin juiciodelos afectosprimitivos codicia, envidiay odio quese
encuentran encerrados dentro de los pacientetambién buscan expresiónen un ambiente
quetolerey confronte los lados oscuros delalma
4. Reintegración deaspectos escindidos delsímismo. A medidaquelaspar escindidas e
inconscientes del símismo surgen dentro del grupo puedevérsele primero,en la
respuesta de reflejo de los otros, y por último, entrenen la escaladefallas humanas
comunes, alasqueesposiblequeselesenfrente, perdoney resuelva.
APLICACIONES TÉCNICAS
Sehan realizadoMúltiples esfuerzospor aislar y nombrar los factores curativos en laterapia
de grupo. Si se les toma juntos, estos factores se integran .
en la siguiente descripción del
proceso decuraciónen laterapiadegrupo:
1. Actuaciónvitaldelos dilemas caracterológicos delos miembros.En el grupo, cadamiembro
estáobligado a tener sus problemas, no sólo a hablar acercade ellos. No sólo se hace un
recuento de las dificultades y angustias; éstas se actúan y experimentan. Los miembros
sienten su propia autenticidad, sus afectos poderosos, la exposición tolerable de sus sí
mismos heridos y el apoyo de los demás( Es posible que aprendan de qué manera los
experimentan los otros y cómo sus propias percepciones pueden estar distorsionadas.;Los
miembros del grupo tienen la oportunidad de observar las habilidades y deficiencias
interpersonales de los otrosy experimentar con métodosde interacción que les son nuevos.'
Aprenden tanto la universalidad de la angustia humana como la cualidad única del valor
potencial decadaindividuo.
2. Exposicióny resolucióndesecretos vergonzosas. La exposiciónes universalen los grupos .n
un inicia, muchos individuosquebuscantratamiento dudan en unirseaun grupopor temor a
exponer sus "secretos" y su patologíaa personas que desconocen. Muchos clínicos poseen
este mismo temor por sus pacientes y por sí mismos y tal vez duden en recomendar este
tratamiento. Por otro lado, la vergüenza y duda de un paciente angustiado casi siempre
conducen a juicios acercade sí mismo que son más severos de lo que se justificapor la
realidad externa. Los enfermos dentro de un grupo experimentan un alivio enorme cuando
encuentran queotrosque, con todaclaridad,
La defensa clínica de la terapia de grupo es la principal preocupación de este libro. Los
autores están consagrados alpunto devistadequeeltratamiento delospacientes en terapia
degrupo es laopciónprincipalparaeltratamiento definitivo delsufrimientopsicopatología
humanos.
Por decenios desde su iniciación con el Dr. Joseph Pratt en Boston, la psicoterapiade
grupo se ha establecido como un campo clínico de sorprendente vigor, espectro validez. Un
vasto conjunto de profesionales ya abrazaron sus principios y métodos. La practican
psiquiatras, psicólogos, trabajadores sociales, enfermeras psiquiátricas y consejeros
pastorales.
.. De igual manera ocurre con otros profesionales médicos que no participan
directamenteen la salud mental,así como expertos en desarrollo organizacionaly educación.
Cuando una teoría o método disfrutade apoyo tan amplio, es razonableque se deduzca que
tocaalgunas de las verdades fundamentales y universales de la experiencia humana.
Varían en gran medida las necesidades delos pacientes y sus capacidades paraelempleo
delaayuda, dependiendo desus patologías y fortalezas. Demanera poco notablelas técnicas de
los terapeutas grupales también varían en gran medida, pero un solo recurso fundamental los une
atodos: lapresencia delgrupo. Las ideas ytécnicas delos terapeutas degrupo varían demanera
encame, pero todos estos terapeutas, por lamismanaturaleza desu trabajo, creen en elpotencial
decuración, educación y crecimiento deotrosseres humanos.
XVIII • Psicoterapia dé grupo en la práctica clínica (Introducción)
BENEFICIOS PARA EL TERAPEUTA DE GRUPO
Además de su efectividad terapéuticapata los pacientes, laterapia de grupo representavarias
ventajas para el clínico. Cualquiera que observa a un paciente comenzar el trabajo en un
grupo, está familiarizado con las sorprendentes ganancias en la comprensión del terapeuta
acercade su paciente, que no estaban disponibles en la hora individual.Más alláde lo que el
profesional aprende acerca del enfermo, existe mucho que aprender acerca de uno mismo
cuando seconduceun grupo. Atrapado en los mismos procesos deresonanciay amplificación
del grupo, el clínico tiene laventaja deobservar, de nuevo, su propio caráctery reacciones de
contratransferenciay continuar eltrabajo,deautocomprensión y crecimientopersonal.
Entrelas muchas gratificacionesde ser un terapeutade gruposeencuentraqueestaterapia
es artísticay científicamentefascinante. Si la narrativaes el primer arte, entonces la observación
directa del entrelazamiento de vanas historias humanas a medida que se desarrollan, es un
privilegio de primer orden. Los terapeutas de grupo son los beneficiarios de la generosidad de
aquellos pacientes que abren sus vidas y sus sí mismos ante sus terapeutas. Los procesos
inconscientes que se desarrollan en un grupo profundizan la conciencia de las dimensiones
interpersonales de salud y patología, lo mismo que el impacto del sistema en la experiencia
intrapsiquica. El clínico estáen libertad de retirarse y dar espacio para que surjan las historias
personalesy "tribales".Los grupos ofrecen al terapeutauna perspectivade la cualpuedealejarse
y observarsin desprendersedel lazo empático, comopodríasucedersi tornaraesa distanciaen la
horadiádica con elpaciente.
Una realidad pragmática confronta a pacientes y a quienes los curan. Se aumenta de
maneradrásticaelaspecto financierode la atención en salud mental.Es obvialaeconomíadela
psicoterapia de grupo y no se le puede ignorar en estos tiempos de recesos limitados,
disminución decostosy cuidado administrado.
Una de las ventajas más importantes de lapsicoterapia de grupo es su capacidad para
extender los servicios óptimos de salud mental a más de aquellos que necesitan tratamiento.
Hacerlo más posible por dar el mejor cuidado disponible a una población que el sector
privado no atiende a causa de recursos económicos limitados, es algo que nos incurable a
todos. Muchos pacientes que no pueden pagar terapia individual, o quepueden tomarla sólo
a través de clínicas públicas subsidiadas, tienen la posibilidad de pagar la psicoterapia de
grupo con elterapeutamás destacado.
Introducción: Defensa de la terapia de grupo • XIX
Algunos quizádesean refrescar sus conocimientos con una miradaa lo quehay denuevo en el
campo. Los docentes de clínica podrían utilizar algunos de los capítulos como parte de su
currículum.
En las palabras de uno de los revisores, este libro se diseñó como "un cálido
acompañanteparacualquier estudianteen el campo".Laampliadiversidad delector&hacialos
que nos dirigimos, iguala la envergaduradel campo de la teoríay terapiade grupo. Por último,
el grupo se sostienecomo una fuerte afirmación de todas las maneras en que los terapeutas de
grupo ayudana las personasaauxiliarse entresíaaprender, acrecer y asanar.
¿A QUIÉN SE DIRIGE ESTE LIBRO?
Estavisión generaldel campose ofrece comouna guíapara elnovatolo mismoque comouna
resellaparael clínico con más experiencia. El lector encontraráque algunosde los capítulos son
básicos y que algunos asumen más complejidaden el campo,aun así, todos tienen un enfoque
clínico, con excepción de las revisiones a profundidad de la investigación en el área. Muchos
terapeutas que nunca se han especializado en terapia de grupo ahora están interesados por
diversas razones. Algunos desean agregar una nueva opción a su propia práctica. Otros se
encuentran administrando programas gripales en unaorganización de salud o en unidades
para pacientes internos.
Contenido
Colaboradores .....................................................................................................
Reconocimientos ................................................................................................
Prefacio ..............................................................................................................
J. ScottRutan, PhD
Introducción: Defensa de la terapia de grupo
Anne Alonso, PhD
Hillel1 Swiller, MD
PARTE 1
GRUPOS DE TERAPIA PSICODINÁMICA
A LARGO PLAZO
Capítulo 1. Contribuciones de la terapia analítica
de grupo al proceso psicoanalítico............................................. 3
Priscilla F. Kauff, PhD
Capítulo 2. Análisis grupal… ............................................................................29
Malcolm Pines, MD y Sylvia Hutchinson, BSc
Capitulo 3. Contribuciones de la psicología del si mismo
a la teoría y practica de la psicoterapia
de grupo ...........................................................................................47
Margaret N. Baker, PhD, y Howard S. Baker, MD
X X I
XXII  Psicoterapia de grupo en lapráctica clínica (contenido) Contenido  XXIII
PARTE II
GRUPOS EN HOSPITALES
Y AMBIENTES MEDICOS
Capitulo 4. Psicoterapia de grupo para paciente
con enfermedad mental crónica......................................................69
Walter N. Stone, MD
Capitulo 5. Psicoterapia de grupo con pacientes
Internos..............................................................................................91
Howard D. Kibel, MD
Capitulo 6. Reunión comunitaria..................................................................... 111
Cecil A. Rice PhD
Capitulo 7. Grupos en el hospital diurno.........................................................133
Lawrence L. Kennedy , MD
Capitulo 8, Grupos bajo tratamiento
farmacológico................................................................................. 151
David W, Brook, MD
Capitulo 9. Grupos de apoyo personal en instituciones
con altos niveles de estrés...............................................................169
Marguerite S. Lederberg, MD
Capitulo 10. Terapia de grupo con pacientes
físicamente enfermos................................................................... 185
Melvin J. Stern, MD
Capitulo 11. Grupos de apoyo familiarpara pacientes
físicamente enfermos y sus familias............................................ 201
Kathleen Witheman Carroll, MSW, LCSW
PARTE III
POBLACIONES ESPECIALES
EN TERAPIA DE GRUPO
Capitulo 12. Creación de la experiencia de psicoterapia
de grupo para adolescentes........................................................217
Albert E. Riester, EdD
Capitulo 13. Psicoterapia de grupo para pacientes ancianos........................235
Beryce W. MacLennan, PhD
Capitulo 14. Psicoterapia de grupo con pacientes HIV
positivos y con SIDA................................................................ 253
Joel C. Frost, EdD
Capitulo 15. Terapia de grupo dinamica para pacientes
Adictos a sustancias: Reconceptuación.................................. 269
Sarah Golden, PhD, Kurt Halliday, PhD
Edward J. Khantzian, MD y William E. McAuliffe, PhD
Capitulo 16. Grupos para pacientes con antecedents
de trauma catastrófico........................................................... 287
Bessel A. van der Kolk, MD
PARTE IV
CONSIDERACIONES ESPECIALES
Capitulo 17. Psicoterpia combinada individual y de grupo ....................... 307
Kenneth Porter, MD
Capitulo 18. Aspectos éticos y legales en psicoterapia de grupo.................339
Maria T. Lymberis, MD
Capitulo 19. Establecimiento de grupos en un consultorio
de practica privada ..................................................................353
Arnold Cohen, PhD
PARTE V
ASPECTOS DE GENERO DE LOS GRUPOS
Capitulo 20. Mujeres en psicoterapia de grupo...........................................365
Patricia Doherty, EdD y Pamela L. Enders, PhD
Capitulo 21. Varones en terapia de grupo................................................... 387
Steven Krugman, PhD
y Samuel Osherson, PhD
PARTE VI
NUEVAS APLICACIONES DE LA TEORÍA
Y TECNICA DE GRUPO
Capitulo 22. Teoria y técnica de grupo con tiempo limitado.....................417
K. Roy MacKenzie, MD, FRCPC
Capitulo 23. Terapia de grupo cognoscitivo-conductual.............................441
Allen Fay, MD
y Arnold A. Lazarus, PhD
XXIV  Psicoterapia de grupo en la práctica clínica (Contenido)
PARTE VII
INVESTIGACIÓN
Capítulo 24. Investigaciónen psicoterapia de grupo:
Perspectivageneralyaplicacionesclínicas...............................................................................................................463
Robert R Dies, PhD
PARTE VIII
ENSEÑANZA Y ENTRENAMIENTO
Capítulo 25. Entrenamiento en psicoterapia de grupo.....................................511
Anne Alonso, PhD
Capítulo 26. Grupo de proceso para entrenamiento
de residentes psiquiátricos......................................................... 523
Hillel LSwiller, MD, Enid A. Lang, MD
y David A..114,erin, MD
Capítulo 27. Cómo llevar a cabo un taller
d
ep
sicoterap
iadegrup
o...............................................................................................................................................................................................................................................................................................................537
Lawrence J. Bader, PhD
Índice.....................................................................................................................553
Gruposdeterapia
psicodinámica
a largo plazo
Priscilla F. Kauff, PhD
Contribuciones de la terapia
analítica de grupo
al proceso psicoanalítico
"La mayoría tenemos sólo una historia dentro de nosotros; la vivimos y la
respiramos y la pensamos y vamos hacia ella y bailamos con ella; nos
acostamos con ella, la amamos, odiarnos y esa es nuestra historia".
C arolyn See, Golden Days
INTRODUCCIÓN
Por lo común se cree que el cambio y alteración concreta de la personalidad en el curso
de la propia vida, es el resultado esperado de la psicoterapia en cualquiera de sus
variedades. Aunque existe cierta verdad en esta creencia, la meta última del tratamiento
psicoanalítico no consiste en el cambio per se, sino más bien en determinar las
condiciones para el cambio y crecimiento posterior. El proceso es, en términos
fundamentales, de cuestionamiento; la meta general consiste en articular tanto como
sea posible y comprender lo que puede comprenderse. El proceso psicoanalítico tiene
por objetivo contar la "historia dentro de nosotros" de manera tan clara y completa
como seaposible, a fin de maximizar el control del individuo sobre esahistoria, tanto
duranteeltratamiento como mucho despuésdequeésteterminó.
Las fuerzas que se originan dentro del individuo y en la situación de
tratamiento conspiran con los factores externos para complicar el proceso
3
4 Psicoterapia de grupo en la práctica clínica (Capítulo 1)
analítico. Cuando las fuerzas son intrapsíquicas, se les comprenden, en parte, como
reflejo de la resistencia del paciente al tratamiento y, como tales, constituyen una
expresión específica de la patología que la terapia tiene por objetivo. Lo mismo
ocurre con el grado en el cual las fuerzas intrapsíquicas encuentran su expresión en
la resistencia de transferencia, una parte de la fibra de las relaciones entre terapeuta
y paciente. De nuevo, estos factores se vuelven un blanco crítico del proceso de
tratamiento.
La evolución de la modalidad diádica de tratamiento (incluso el papel del
analista y las técnicas específicas que utiliza) se ha moldeado en función de la meta
de lidiar de manera exitosa con la transferencia y resistencia del paciente. A
pesar de que algunas técnicas específicas han tenido comienzos bastante
humildes, han sobrevivido a través del tiempo debido a sus contribuciones (en
ocasiones no esperadas) a este esfuerzo. Por ejemplo, el uso del diván, una
técnica que inició Freud para evitar su propia timidez y para facilitar la
regresión y asociación libre de su paciente, ha perdurado en gran medida a
causa de su propia efectividad en cuanto a que alienta el surgimiento de
sentimientos transferencia-les que, de otra manera, permanecerían inhibidos.
De manera similar, el uso de la díada, el modo tradicional paciente—
médico de consulta, ha exhibido de manera consistente ciertos rasgos que son
terapéuticos por sí mismos. Por ejemplo, la díada se ha ligado a la unidad madre—
hijo; ésta, tan sólo por ser una interacción continua y en la que se puede
depender, sirve como una "función de sostenimiento" (Winnicott, 1965) para el
paciente, con sus propias consecuencias terapéuticas positivas. La seguridad,
estabilidad, constancia y privacía de la díada; aparejadas con la supuesta atención
completa de parte del terapeuta, conducen de modo incuestionable al autoexamen
riguroso del cual consiste en' gran medida el proceso psicoanalítico. Estos
factores, por su parte, en combinación con los fuertes lazos emocionales que
genera esta relación íntima y persistente, facilitan la autorrevelación y el
surgimiento de la transferencia.
Por otra parte, la díada tiene tanto limitaciones intrínsecas coma algunas
desventajas como modalidad única de tratamiento. Por ejemplo, las ganancias
secundarias de la recapitulación de la unidad madre—hijo, quizá engendren, en
particular en un tratamiento-:a largo plazo, una dependencia exagerada en el
terapeuta, quepuede, en su momento, convertirse en sí misma en algo patológico. La
"atención completa del analista" es, cuando mucho. un acercamiento y el paciente
compite, sin quererlo, con la vida interna del analista para obtener dicha atención. La
privacía de la citada, a pesar de lo útil que pueda ser en alentar al paciente a que
comparta su vida interna, depende de una estructura en la que sólo otra persona
escucha y sólo otro, sujeto responde a las comunicaciones del paciente. Esa otra
persona trae a la (liada sus propias limitaciones, que afectan la comunicación y
comprensión, en ocasiones de manera crítica. Más allá de los peligros latentes de la
contratransferencia a los cuales está sujeto cualquier terapeuta, los requisitos de una
conducta analítica adecuada (por ejemplo, neutralidad y abstinencia) pueden volverse
impedimentos porqueprohíben ciertos tipos ele
Contribuciones de la terapia analítica de grupo al proceso psicoanalítico  5
respuesta de parte del terapeuta que son necesarios para el éxito final de
tratamiento. De igual modo, la regresión que pueden generar el clima emociona
intenso y el uso del diván, en sí misma en ocasiones se vuelve un escollo grave
para los pacientes cuya fortaleza del yo es menos consistente de lo que parecí:
en un principio.
En un inicio, la terapia analítica de grupo se desarrolló en manos de aquéllos
profesionales quienes, con mayor frecuencia por razones prácticas, se
aventuraron fuera de la seguridad y privacía de la díada hacia el mundo más
turbulento del grupo, para llevar a cabo el tratamiento. Estos pioneros, entre ellos
Henrietu Glatzer, Helen Durkin, Alexander Wolf y Wilfred Bion, por lo común y
llegaron al uso de una modalidad de grupo de manera deductiva basada en un
razonamiento metapsicológico. Tampoco, a un nivel más concreto, se volcaron
de inicio hacia el grupo para evitar las limitaciones técnicas u operacionales que
se mencionan antes con respecto a la díada. La conciencia más completa de las:
ventajas del grupo ha sido un proceso largo y en gran medida post hoc.I Enuncian
la lógica que presta apoyo al empleo de la modalidad de grupo y explicar la
efectividad clínica que se ha demostrado de manera consistente, ha requerido de
un continuo esfuerzo, del cual este capítulo es una parte. Para tal fin, por lo
general se consideran en detalle las contribuciones significativas del grupo
analítico al proceso analítico, en términos de la capacidad del grupo para la
superación de las limitaciones que pueden enfrentarse en la díada y en términos
del poder terapéutico que éstegenera de modo independiente.
CONSIDERACIONES TEÓRICAS BÁSICAS
En un inicio, la terapia de grupo la desarrollaron clínicos que recibieron
entrenamiento en el uso de la modalidad diádica. La mayoría de los estudiantes.
A través del curso de su desarrollo, han existido algunos argumentos metapsicológico:
serios quese han ofrecido como razón fundamentalpara eltratamiento grupal, entre ello: la
impresionantediscusión de Foulkesy Anthony (1965) y la de Bion (1959), cada unade las
cuales sugiere que la modalidad multipersona de tratamiento encaja de manera más cercan
con las realidades intrapsiquicas y del desarrollo de la existencia humana como ellos la:
conceptuaron. En el extremo más práctico del espectro, Durkin (1964) discute que los
miembros del grupo se benefician ipso facto de compartir la etapa de tratamiento, porque
"t. dos los miembros comparten los mismos impulsos básicos y la misma estructura
mental aunque en diferentes proporciones. Han vivido a través de las mismas fases
epigenéticas y experimentaron conflictos análogos en cada nivel del desarrollo. El hecho
de que cada miembro ha encontrado su propia resolución efectiva o patológica a sus
conflictos... tan sólo sirve para que se enriquezcan sus comunicaciones y proporcionar
una oportunidad de adquirir horizontes más amplios mientras que llegan a una
determinación personalmás completa" (páginas 3-4).
6 Psicoterapia de grupo en la práctica clínica (Capítulo 1)
Contribuciones de la terapia analítica de grupo al proceso psicoanalítico  7
de hoy en día siguen la misma vía (es decir, el entrenamiento en la modalidad
tradicional paciente—terapeuta precede al entrenamiento en grupo). De manera
típica, los conceptos psicoanalíticos de patología y tratamiento se aprenden
primero dentro de un marco diádico. La transformación del contexto de
tratamiento de uno a muchos, requiere más que la expansión de los límites
del tratamiento; de manera simultánea requiere que se alteren algunos
conceptos fundamentales para acomodar tanto los nuevos datos que
proporcionará la modalidad de grupo como las formas desconocidas que
asumirán algunos de los lejos materiales. De modo similar, ciertas técnicas de
tratamiento grupal difieren en términos significativos de aquellas que son
apropiadas en la díada y los cambios técnicos pertinentes los tiene que absorber y
comprender el futuro profesional de grupo. Estos cambios en concepto y técnica,
por no decir los -
eferentes a la modalidad de tratamiento, deben colocarse dentro de
un marco general comprensible. Las técnicas sin una subestructura teórica son
como cohetes no guiados. Existe poco sentido en la discusión acerca de la
legitimidad, calidez clínica o utilidad final de la terapia de grupo como modo de
tratamiento psicoanalítico, sin aclarar su lugar dentro del marco conceptual general
del cual es parte.
Todos los clínicos desarrollan sistemas de creencias, teorías personales, por
decirlo así, ya sea que se enuncien o no, en cuanto a la naturaleza de la
psicopatología y la manera en que debe tratársele. Estos sistemas de creencias
reflejan, de manera típica, aquellos marcos teóricos que mejor encajan con las
propias tendencias conceptuales personales. También se conectan íntimamente
a un nivel práctico, ya sea que la conexión sea obvia de manera inmediata o no;
es decir, las suposiciones teóricas del terapeuta iluminan el material al cual
atiende, guían la comprensión acerca de dicho material y determinan en gran
medida cómo se interviene o responde en el entorno de tratamiento.
Los estudiantes de teoría freudiana están familiarizados con la importancia del
marco teórico para los aspectos específicos de la técnica. Cada uno de los cinco
principales modelos del funcionamiento mental que caracterizan a la teoría (es
decir, los modelos topográfico, económico, genético, dinámico y estructural) han
realizado su propia contribución particular a la comprensión del origen, naturaleza
de la psicopatología o de ambas. Más que ello, cada modelo ha integrado dentro de
sí alguna noción más o menos completa de la manera en que mejor se trata esa
psicopatología. Por ejemplo, el modelo topográfico postula que los contenidos de
la mente se estratifican en capas diferenciadas por su proximidad a la conciencia.
Estos estratos se designan, de manera suficientemente apropiada, como
"consciente", "preconsciente" e "inconsciente". Dentro de este modelo del
funcionamiento psíquico, la psicopatología se entiende como el resultado de la
cantidad y tipo de contenidos mentales que residen ("se reprimen") en el
inconsciente. Los impulsos que se asocian con estos contenidos mentales intentan
penetrar continuamente las barreras sucesivas a través del preconsciente hasta
llegar a la conciencia. La presión que generan estos impulsos intrusos da lugar a
ansiedad, formación de síntomas y otras maniobras defensivas.
Para tratar de manera adecuada la patología resultante, un camino lógico, atractivo
por su sencillez, dicta que debe hacerse consciente lo inconsciente, mediante
despejar las vías y exorcizar los demonios, por decirlo así. Se supone que al hacer
esto, se aligerarán las consecuencias subsecuentes a la presión generada por los
contenidos enterrados y se aliviará la patología.
Con el advenimiento del modelo estructural, que surgió-
mucho después en el
trabajo de Freud (1923), cambió tanto la naturaleza del funcionamiento psíquico
y de la psicopatología, como la prescripción para su tratamiento. El modelo ya
no proponía una estratificación vertical de los procesos mentales sino que, en su
lugar, postulaba tres estructuras mentales definibles: yo, ello y superyó, cada
una de las cuales tiene componentes conscientes e inconscientes. Dentro de este -
modelo, la psicopatología ya no se conceptúa como una función de los
contenidos mentales enterrados que intentan salir a la conciencia, sino que se
define de manera más compleja (es decir, como un desequilibrio entre las tres
estructuras psíquicas). La psicopatología resulta del fracaso del yo por mediar de
manera adecuada entre las presiones de los impulsos instintivos y las prohibicio-
nes del superyó en contra de la gratificación de dichos impulsos y en lugar de
ello, sucumbe a los conflictos en los que se ve implicado. De manera típica, el
yo también resulta insuficiente para enfrentar las tareas de la realidad de las
cuales se supone que esté a cargo. De la misma manera que la frase "hacer
consciente lo inconsciente" resumía el tratamiento deritro del modelo
topográfico, el tratamiento apropiado de la psicopatología dentro del modelo
estructural se resume en la frase "donde había ello, deberá haber yo". Én otras
palabras, la pauta consiste en restaurar el equilibrio entre las estructuras
psíquicas de modo que el yo sea capaz de mantener un arreglo cómodo entre la
vida instintiva, los requerimientos del' superyó y las demandas de la realidad.
En los últimos decenios, a medida que la psicología del yo se ha hecho cada
vez más prominente, la naturaleza y cualidad del funcionamiento del yo se han
vuelto cada vez más significativas, como modelo diagnóstico y como centro de
atención del tratamiento. En el sentido más general, el yo se evalúa en términos
de lo apropiado de sus respuestas y de la efectividad de sus soluciones a largo
plazo en una variedad de tareas del desarrollo y adaptativas que caen dentro de su
territorio. De la misma manera, es a las deficiencias o fracasos del yo a los que se
dirige cada vez más el tratamiento. Dentro del marco de tratamiento, la
psicopatología se manifiesta en su forma "más pura" y accesible en el proceso de
transferencia, que evoluciona en el curso de la terapia. Tanto la transferencia
como la resistencia que se movilizan en contra de su exploración engloban la
patología específica del individuo; en otras palabras, son al mismo tiempo el
producto y las expresiones en vivo de las dificultades o deficiencias actuales del
funcionamiento del yo. Así, el hito de la técnica "psicoanalítica" lo constituye el
hecho de que el foco de la intervención y exploración analítica sea la resolución
de la resistencia y la transferencia, que da, como consecuencia esperada de dicha
resolución, un alivio a la angustia psíquica.
8  Psicoterapia de grupo en la práctica clínica (Capítulo 1) Contribucionesdela terapia analítica degrupo al proceso psicoanalítico  9
Debido a que la psicología riel yo postula que la psicopatología está en
términos del funcionamiento inadecuado, perturbado o defectuoso de otra
manera, del yo, las fuentes de datos en cuanto a la patología no necesitan
limitarse a Fenómenos de tratamiento como la resistencia y la transferencia. Se
espera que las perturbaciones del yo aparezcan en la conducta del paciente en
general, de manera más o menos obvia, todo depende de la naturaleza del
entorno en el que se observe la conducta. Ya sea que se informe de un sueño o
de una fantasía primitiva o se funcione en el punto máximo de la propia
profesión, opera el mismo yo y estará sujeto a las mismas dificultades. Por
supuesto, el grado en el que la patología domina la experiencia o conducta
variará de un caso a otro, pero la observación cuidadosa mostrará signos de su
presencia en cualquier aspecto de la vida del individuo, dentro o fuera del
entorno de tratamiento. Los indicadores tradicionales de psicopatología, como
sus manifestaciones distónicas (ansiedad activa, síntomas evidentes, defensas
rígidas, perturbaciones cognoscitivas o del impulso y relaciones objetales
deterioradas), serán ubicuas, si bien en diversos grados. Más que eso, se sabe
que dentro riel marco psicológico del yo, la psicopatología no se limita a
manifestaciones distónicas sino que aparecerá en formas egosintónicas, como
rasgos duraderos de carácter, en forma de patrones o respuestas repetitivas ante
estímulos similares, posturas corporales fijas u otras características físicas y en
toda una diversidad de conductas más activas pero no verbales.
Dentro de este contexto, no es accidente que la psicoterapia analítica de grupo
haya florecido junto con el cambio a la psicología del yo corno un marco
conceptual prominente. Entre más amplia sea la ventana hacia el yo en acción, más
variadas serán las oportunidades de observarlo y más rica y productivapuede ser la
recolección de datos. La terapiaanalítica de grupo, como modalidad de trata-
miento, proporciona una ventana amplificada por la cual ver el funcionamiento del
yo en sus momentos más gloriosos y tristes (para una relación del impacto de la
teoría de las relaciones objetales en la terapia grupal, véase Capítulo 2).
TERAPIA ANALÍTICA DE GRUPO Y PROCESO DEL
TRATAMIENTO PSICOANALÍTICO
Las técnicas fundamentales del psicoanálisis se aplican por igual al tratamiento
individual y de grupo. El foco del análisis de la transferencia y resistencia para que
mejore el funcionamiento del yo, al igual que para que se expanda el dominio del yo
sobre la experiencia y conducta, caracterizan al tratamiento psicoanalítico en
cualquiera de sus formas. Tanto en el tratamiento de grupo como en el individual,
debe lidiarse con la resistencia de modo que la transferencia esté disponible para
escrutinio analítico. Cuando la resistencia está determinada de manera
caracterológica y aparece en combinación con la transferencia (es decir,
cuando se incorpora dentro ele las conductas y actitudes sintónicas, con patrón y
duraderas del paciente), con frecuencia, la modalidad de grupo es más efectiva en
facilitar el proceso analítico que en la modalidad diádica,
A pesar de que el enfoque técnico general y las metas del tratamiento
psicoanalítico, tanto en el grupo como en la díada, son básicamente iguales,
existen algunas diferencias que deben considerarse. Éstas incluyen las fuentes
de datos, el aspecto de la regresión y el uso general del grupo como un
contexto de tratamiento.
FUENTES DE DATOS
Los datos primarios en el tratamiento analítico son, en términos básicos, lo que el
paciente dice, lo que hace y la forma en que es "de manera característica".
Ningún "ello", "superyó" o "mecanismo de defensa" se presentan de manera
observable o tangible. Éstos son constructos hipotéticos que se deducen de los
datos conductuales (por ejemplo, palabras, acciones y comunicaciones corpora-
les) que están disponibles, en un sentido empírico, ante el terapeuta. Es a partir de
estos datos conductuales inmediatos que se derivan los conceptos explicato rios
del material inconsciente y de las operaciones defensivas. Es claro que entre más
de estos datos se tengan, es mejor. Entre más pueda verse al paciente en
acción, más puede comprenderse acerca del paciente y más puede entender
éste acerca de sí mismo y alterar lo que puede alterarse.
A pesar de que, en la mayor parte de los casos, es poco práctico observar a
los pacientes cuando llevan a cabo sus vidas cotidianas (excepto en ambientes
donde están internos), es ventajoso tener tanta oportunidad como sea posible para
observar a los enfermos bajo una variedad de condiciones. La observación de los
pacientes en un entorno psicoanalítico, en el que existe cierto control sobre los
estímulos y algo de consistencia en ellos, en su momento dará claridad a lo que se
observa o reducirá la confusión acerca de ello.
Esta observación creada en la díada se enriquece y limita por la condición de
control cuidadoso del estímulo que ésta ofrece. A pesar de que la díada tiene la
ventaja definitiva de que sólo hay una persona con el paciente dentro de la
habitación, con lo cual más o menos se enfoca el proceso de transferencia sólo en
un objeto, esta misma dimensión genera sus propios problemas (algunos de los
cuales se mencionaron antes). Las fuentes de datos que están disponibles al
tratamiento se limitan a los informes del paciente, a la relación de trabajo y a la
relación real entre terapeuta y paciente (como la observa el terapeuta) y, por último,
a la transferencia que se manifiesta en el tratamiento. Aunque, por supuesto, el
terapeuta puede observar el lenguaje corporal del paciente y, a través de largos
periodos de tiempo, el patrón de sus respuestas ante ciertos estímulos repetitivos, el
modo primario de comunicación es verbal. Es claro que, en sí mismos, los informes
verbales de un paciente, ya sea en forma de asociación libre, de respuesta ante las
intervenciones del terapeutao de recontar las experiencias
10  Psicoterapia de grupo en la práctica clínica (Capítulo 1) Contribucionesdela terapia analítica degrupo alprocesopsicoanalítico  11
provenientes del exterior de la habitación terapéutica, requieren que dicho paciente
supere su propia resistencia para que sea capaz de proporcionar un informe
completo. En el modo tradicional de trabajo analítico, se necesita gran esfuerzo
para, en primer lugar, translaborar la resistencia, lo cual es un proceso que genera
datos valiosos pero que también aumenta el tiempo de tratamiento.
A pesar de que el grupo no permite la privada y los estímulos reducidos de la
díada, si permite que se reúnan casi todos los mismos datos. Lo que se sacrifica
en términos de la "pureza" de la transferencia (si tal cosa existe) se ve más que
compensado por la observación directa del funcionamiento, y/o disfunciona-
miento real del paciente o de ambos. El grupo no sólo permite el propio informe .
del paciente acerca de la experiencia interna y externa, sus percepciones del
terapeuta y sus reacciones ante él, sino que además proporciona más personas
hacia las cuales puede responder y más sujetos que pueden reaccionar hacia el
paciente. Los datos son activos, no pasivos. Se extiende la arena para la transfe-
rencia de su eje tradicional vertical a uno horizontal que involucra diferentes
objetos y aun, en ocasiones, al grupo en su totalidad.
Más que ello, debido a que, por lo general, las condiciones del estímulo
dentro del entorno grupal no están sujetas al control del paciente, es probable
que sus respuestas sean menos controladas. Aunque en ocasiones no se obtenga
una imagen tan "pura" de la transferencia, se obtiene una imagen mucho más
completa de la patología de carácter del paciente en acción. No sólo el terapeuta
puede observar las respuestas espontáneas, sin corregir, del paciente y sus patrones
duraderos de conducta en respuesta tanto a los estímulos constantes como
ocasionales, sino que también lo pueden hacer otros pacientes y el paciente mismo,
Este retrato bastante más complejo del paciente con todas sus fortalezas y
debilidades, esta visión caleidoscópica de la persona, es una función directa de una
situación multimodal de tratamiento.
EL PROBLEMA DE LA REGRESIÓN
La regresión ha tenido por largo tiempo una posición respetada dentro del dominio
psicoanalítico, como fenómeno clínico y como un rasgo importante del
tratamiento. Una de sus funciones primarias consiste en que facilita que se
exponga o aclare la fijación u otras fallas adaptativas a las cuales puede ligarse una
psicopatología posterior. Muchos aspectos de la situación diádica de tratamiento,
aparejados con técnicas tradicionales como la frecuencia de las reuniones,
dependencia en el analista, uso del diván y abstinencia analítica, alientan el
desarrollo de una regresión prolongada e intensa.
Es una verdad incuestionable el hecho de que el grupo no fomenta la
regresión; de hecho, dentro del contexto del grupo, no se le alienta o se le
considera necesaria. En realidad, con excepción de los pacientes más enfermos
para los cuales, en cualquier caso, sólo sería apropiada una modificación del
tratamiento analítico de grupo, la regresión prolongada casi nunca sucede. Por
otra parte, las regresiones de corta duración, intensas y, en ocasiones, muy
primitivas, sí ocurrirán dentro del grupo, aun con los pacientes menos patológicos
(Durkin y Glatzer, 1973). En general, estas regresiones son simultáneas con el
surgimiento (con frecuencia por primera vez) de transferencia primitiva, negativa.
Muchas veces, estas regresiones sorprenden de igual manera al paciente y al
analista, porque la situación diádica tiende a excluir tales "brotes" en los
pacientes que de otra manera funcionan en extremo bien.
Las diferencias en regresión que ocurren en la díada y en el grupo sacan a
relucir algunas dudas interesantes. Primero, en el contexto del punto de vista de la
psicología del yo acerca de la psicopatología, la regresión tal vez sea bastante
menos importante en el proceso de tratamiento de lo que se había supuesto antes
en 1a-
historia del psicoanálisis, cuando se rastreaban de manera cuidadosa las
vicisitudes de la libido para la localización de fijaciones psicopatológicas. En
lugar de ello, a medida que el yo y sus defensas se han vuelto más el foco para la
comprensión y tratamiento de la psicopatología, el proceso y contenido de la
regresión se han vuelto menos importantes que la capacidad del yo para lidiar
con tal regresión y sus posibles consecuencias. Esto no quiere decir que el
tratamiento psicoanalítico contemporáneo sólo se interese en la estructura y no en
el contenido. En realidad, la regresión ha sido, y continúa siendo, un vehículo útil
para mostrar el contenido específico en general primitivo, del cual consiste la
transferencia y que, por necesidad, define los-
temas discutidos en el tratamiento.
Sin embargo, el contenido se manifiesta en una variedad de formas y, con
frecuencia, se aumenta en los entornos grupales porque el paciente responde a
mucho más; y, debido a que sí ocurren regresiones esporádicas, también se aclara
la capacidad del yo para lidiar con ellas y para recuperarse.
La regresión puede considerarse en términos del curso lineal, cronológico,
que toma (es decir, hacia atrás en el tiempo en un sentido del desarrollo).
También se considera en términos del nivel de experiencia y de la extensión del
componente emocional que implica (es decir, un proceso en el que se exponen
dentro de su contexto emocional las capas más primitivas, pero aún activas, de la
experiencia). El insight en ausencia de emoción tiene poco valor terapéutico; no
puede subestimarse que la regresión contribuya en términos de la intensificación
del contexto emocional que ésta genera. De hecho, la transferencia, como
principal vehículo para el tratamiento analítico, es crucial precisamente debido a
que proporciona una oportunidad para la comprensión dentro de un contexto con
un nivel emocional intenso.
En el sentido en el que la regresión o un proceso regresivo representan un
papel en la transferencia, su contribución puede ser de igual influencia tanto en
los ambientes individuales como grupales, a pesar de las diferentes formas que
toma. En la díada, se le puede comprender de mejor manera como el principal
vehículo para la liberación de emoción primitiva y su contenido asociado que, de
otra manera, serían inaccesibles en el medio más controlado de dos personas. En
el grupo, debido al intenso clima emocional que se desarrolla de manera natural
entre los miembros, es bastante menos importante la regresión como
12  Psicoterapia de grupo en la práctica clínica (Capítulo 1) Contribucionesdela terapia analítica degrupo alprocesopsicoanalítico 13
vehículo de liberación emocional. Cuando ocurre, tiende a ser signo de que se ha
tocado material particularmente primitivo o sensible que excede en mucho a las
capacidades defensivas del yo, por lo cual se destacan tanto los contenidos
importantes y extravagancias de ciertos aspectos del funcionamiento del yo.
GRUPO ANALÍTICO COMO CONTEXTO DE TRATAMIENTO
En las fases iniciales del tratamiento analítico diádico, el aspecto más importante
del papel del analista consiste en el establecimiento de las condiciones necesarias
para que el trabajo continúe. Esta tarea incluye, por lo general, descripción del
contrato, comienzo de la alianza terapéutica y desarrollo de un ambiente confia-
ble del cual depender y en el que no exista la crítica (para una discusión más
completa de la alianza terapéutica, véase Glatzer, 1978). El resultado deseado es
que el paciente pueda tener acceso a sus procesos internos e informe de éstos al
analista con una mínima inhibición, incluso, por supuesto, los sentimientos y
fantasías acerca del analista. En otras palabras, la intención consiste en establecer
las condiciones que conduzcan de mejor manera a la asociación libre y que
implique la menor cantidad de resistencia y maximice el potencial para el
desarrollo y exposición de la transferencia.
De manera similar, en el entorno grupal, la tarea inicial del líder de grupo
consiste en ayudar a que se desarrolle y mantenga un método de funcionamiento
que proporcione las condiciones necesarias para que prosiga el trabajo analítico
de manera más eficaz. También, en el grupo, deben establecerse, en la fase inicial
del tratamiento, tanto la alianza terapéutica como el contrato entre los miembros
en cuanto a confidencialidad, aspectos del tratamiento y conducta que se espera
tanto del paciente como del terapeuta. El contrato se renegocia cada vez que sea
necesario a través de la vida del grupo. Sin embargo, debido a que el grupo es una
modalidad multipersona, la meta no sólo consiste en fomentar el proceso de
asociación en cada individuo participante. Transferencia y resistencia no se
limitan a la (liada paciente—analista. La situación se vuelve más compleja en el
grupo, donde hay tantos individuos que interactúan y reaccionan. Las cada vez
mayores fuentes de datos le proporcionan al analista una multitud de opciones y
retos. El material relevante e importante tal vez provenga de una sola persona, de
los miembros, del individuo que interactúa con un miembro (o miembros) y del
grupo como unidad total.
La terapia analítica de grupo no es más monolítica que la teoría psicoanalítica en
su totalidad.*Todo el material disponible puede Proporcionarle un material rico al
analista y al paciente, pero el foco de atención del terapeuta varía, de manera
significativa, de un líder a otro. La diversidad de enfoques del uso
Estas diferencias entre aquellos que practican el análisis se vuelve clara cuando se
enuncian las suposiciones teóricas subyacentes.2
Es igualmente cierto tanto para los terapeutas de grupo como para lo:
individuales que el punto de vista que se tiene acerca de la psicopatología y de
aquello que se requiere para dar tratamiento dictarán el enfoque de terapéutica
que se elija. Cuando se añade el concepto del terapeuta acerca del papel de
grupo en el proceso de tratamiento, de esto se sigue por lógica la fuente y tipo:
de datos que buscará y la naturaleza de la intervención que realizará. De esta
manera, identifican tres orientaciones principales. Primera, el grupo puede
utilizarse principalmente como entorno para el tratamiento, en el que la
interacción más importante es aquella que se da entre analista y paciente en un
momento dado. Se considera que la patología se origina y localiza dentro del
individuo éste quien es el objeto principal de la terapia. En segundo lugar, el
grupo en s se considera como el objeto del tratamiento. En esta orientación, se
concibe que la psicopatología se localiza en el grupo como un todo. La
terapéutica de la psicopatología requiere del tratamiento de todo el grupo. En
tercer lugar es posible el empleo del grupo como un agente significativo o, aun,
único, pare el tratamiento. A pesar de que, en general, en este enfoque se piensa
que la patología se ubica en el individuo, el objeto designado del tratamiento, es
el poder terapéutico del grupo el que se moviliza para tratar la patología.
El grupo como un entorno. El uso del grupo como entorno de tratamiento
se ejemplifica mejor en el trabajo de Wolf y Schwartz (1962). Como seguidores
rigurosos de los primeros modelos del psicoanálisis (topográfico, genético y
económico), consideraban que la psicopatología se localizaba a nivel intra
psíquico, en función del material reprimido y conflictivo, cuyos aspectos
específicos se esperaba que surgieran a la conciencia durante el tratamiento. El
papel del analista consistía en "tomar el mando en la búsqueda de los procesos
inconscientes mediante promover la asociación libre, el análisis de sueños,
resistencia y transferencia" (Wolf y Schwartz, 1971, página 250). Debido a que el
crecimiento y diferenciación del individuo era una de las principales metas del
tratamiento, estos profesionales tendían a ser bastante cautelosos acerca de
cualquier involucramiento con el grupo o con los llamados procesos grupales, a
los que consideraban raticos. Más bien, veían al grupo tan sólo como un conjunto
de individuos interesados de manera mutua, que podían contribuir al tratamiento
de un compañero miembro en cualquier variedad de formas, todas auxiliares.
Podían escuchar y dar apoyo, empatía y sugerencias. También podían actuar
como objetos alternativos de transferencia, pero no se esperaba que participaran
en la transferencia o en su interpretación, que era un trabajo que se reservaba
para el analista. Wolf y Schwartz consideraban que el hecho de que el analista
atendiera a los "fenómenos grupales" o "procesos de grupo" era un sabotaje a las
metas del tratamiento.
específico de la modalidad de grupo analítico como vehículo en el proceso
analítico en general, se diferencian en primer término por las fuentes preferidas de
datos y por los procesos que se consideran como necesarios para recolectarlos.
2
El material que sigue se presentacon mucho mayor detalle en una publicación
anterior (Kauff, 1979).
14  Psicoterapia de grupo en la práctica clínica (Capítulo 1) Contribucionesdela terapia analítica degrupo alprocesopsicoanalítico  15
En la práctica real de la psicoterapia de grupo, este modelo se asemeja más al
análisis individual dentro de un entorno grupal. A pesar de que requiere de poca
revisión de la técnica, no aprovecha el poder del grupo como agente terapéutico. Por
otra parte, mantiene algunos de los aspectos en particular terapéuticos de la
díada, en especial la oportunidad para enfocarse de manera exclusiva en los procesos
inconscientes de un individuo y la búsqueda de éstos a nivel profundo, mientras que
el tratamiento se pone a disposición de muchos pacientes a la vez. Es obvio que
esto era deseable porque los procesos inconscientes individuales eran, para Wolf y
Schwartz, la fuente de la percepción y conducta patológica en adultos y, por tanto,
los blancos más apropiados parael tratamiento.
El grupo como un objeto. Este punto de vista del grupo como objeto del
tratamiento, un modelo que se conoce como el "grupo como un todo", debe sus
orígenes a los primeros trabajos de Bion (1959). La metapsicología de Bion, que
se gobernaba en gran medida por la teoría de las relaciones objétales de Klein
(1968), lo condujo a un principio básico bastante opuesto al de Wolf y Schwartz,
que decía que el individuo no puede comprenderse de manera verdadera fuera
del grupo al que pertenece. Es decir, desde el punto de vista de las relaciones de
objeto, la vida psicológica se moldea por el desarrollo e interacción entre objetos
internos y por el impacto del mundo objetal interno sobre la percepción y prueba
de realidad. Siguiendo la línea que marcó Klein, Bion sostuvo que la patología tiene
un origen principalmente preedípico, que las ansiedades que residen en la raíz de la
mayor parte de la psicopatología adulta son muy primitivas y que se requiere un
proceso regresivo bastante mayor para que se manifiesten estas ansiedades dentro
del tratamiento.
Más que ello, Bion sostenía que la participación del grupo, en sí misma,
funciona para reavivar estas ansiedades, que por su partedisparan justo el proceso
regresivo que se necesita. Bion denominó a estas regresiones grupales:
"suposiciones básicas", que se definen por actitudes, fantasías y emociones que se
agrupan juntas y se defienden contra las ansiedades primitivas (psicóticas, en el
marco conceptual de Bion). Representan un esfuerzo colectivo del grupo para
resistir el surgimiento del primer material psicótico que subyace a la vida
psicológica y a la patología de cada miembro. Así, para Bion se requiere que el
grupo exponga y trate la patología a un mismo tiempo. El único blanco
apropiado de tratamiento en el modelo de Bion consiste de las ansiedades y
defensas que el grupo, como un todo, comparte en común (a pesar de que el
individuo continúa siendo el supuesto beneficiario de la terapéutica).
De acuerdo con Bion, el papel del líder grupal consiste en la comprensión e
interpretación de la resistencia del grupo. Este papel dicta la técnica peculiar de
liderazgo que se conoce como el método Tavistock, llamado así por la clínica en la
que Bion desarrolló tus técnicas y escribió sobre ellas. La tarea del líder consiste en
abstenerse de intervenciones de cualquier tipo excepto aquellas que se dirigen hacia
las ansiedades psicóticas del grupo como un todo a medida que se manifiestan
durante las reuniones grupales. Dirigirse hacia el individuo o hacia sus ansiedades
independientemente del grupo es un error técnico que él consideraba
de la misma gravedad con la que Wolf y Schwartz veían al concepto del "grupo"
mítico, es decir, como un sabotaje al tratamiento.
El grupo como agente. La mayoría de los terapeutas analíticos de grupo en la
actualidad no se adhieren a cualquiera de las posiciones bastante extremas que se
resumen antes. Más bien, como podría esperarse, tienden a ser más comunes las
técnicas que se enfocan en algunos momentos en el individuo y en otros en el
grupo. De hecho, cuando el grupo se considera como un agente potencialmente
poderoso para el tratamiento, el foco de atención se cambia de un lado al otro,
del grupo al individuo, con bastante libertad. La dirección de la intervención es
hacia la fuente de la resistencia a la terapia en cualquier momento en el tiempo
(es decir, resistencia individual o grupal) y seguía en general mediante un
intento por facilitar los procesos en curso dentro del grupo. A pesar de que esta
tradición comenzó, en parre, con Foulkes y Anthony (1965), se desarrolló en
Estados Unidos durante muchos decenios de trabajo y con base en los escritos de
Durkin y Glatzer (1973).
El concepto de proceso grupal es crítico para la comprensión de una
orientación que cultiva, de manera deliberada, al grupo como herramienta
terapéutica. El término proceso grupal se refiere al producto de las interacciones
espontáneas, verbales y no verbales, entre los miembros del grupo y su líder. En
una extensión metapsicológica de la dinámica del individuo a la del grupo,
Foulkes y Anthony (1965) describieron un proceso que llamaron "asociación
grupal" como sigue:
En el grupo, las mentes de personas que se desconocen, con condiciona-
mientos individuales totalmente diferentes, reaccionan y responden unas
hacia otras... Sus respuestas, verbales o no verbales, conscientes o
inconscientes, hacia las producciones de cada uno de ellos, pueden
utilizarse como asociaciones aproximadasa un contexto común... Ahora
tratamos a las asociaciones como basadas en el campo común de la
comprensión instintiva inconsciente de cadauno... Aceptamos que las ideas
y comentarios que expresan diferentes miembros tienen el valor de
interpretacionesinconscientes (página 29).
El proceso grupal es la analogía más cercana dentro del entorno grupal al proceso
de asociación libre en el ambiente diádico y el líder se dedica a facilitar este
proceso a lo largo del tratamiento de grupo. El desenvolvimiento del proceso
grupal se asemeja a aquel de la asociación libre pero supera los límites
intrapsíquicos y se mueve en un plano horizontal (entre miembros) y hacia un
plano vertical (miembro o miembros hacia terapeuta). Incluye al conjunto
completo de transferencia y resistencia, función y disfunción yoica y síntomas y
defensas de carácter que se esperaría se manifestaran en el entorno individual
intensivo. La suposición de trabajo en este modelo de la terapia de grupo es que si
el proceso grupal opera con el máximo interés y esfuerzo (es decir, si se atiende de
manera consistente y exitosa a las resistencias, de origen grupal o individual), las
diversas
16  Psicoterapia de grupo en la práctica clínica (Capítulo 1) Contribucionesdela terapia analítica degrupo alprocesopsicoanalítico 17
fuerzas cambiantes del grupo también operarán a su capacidad máxima para el
beneficio de cada uno de sus miembros. En este sentido, el proceso del grupo es a
la vez un producto y un agente del proceso analítico como se realiza en el grupo.
En última instancia, se vuelve el medio a través del cual el grupo tiene una función
interpretativa y realiza una amplia variedad de otras intervenciones de cambio. Así,
el proceso de grupo posee una fuerza curativa propia al tiempo en que funciona
como base para el crecimiento individual.
EL PROCESO GRUPAL COMO AGENTE DE TRATAMIENTO:
EJEMPLO CLÍNICO
Con frecuencia, los terapeutas de grupo heredan pacientes con patologías de
carácter que han resultado parcial o totalmente resistentes al tratamiento previo.
Estos pacientes pueden regresar muchas veces a terapia y, de hecho, con
frecuencia se les refiere, como un "último recurso", a los terapeutas grupales.
La patología crónica de carácter es notoria porque presentan esa resistencia, en
especial cuando sus orígenes se ubican en las primeras etapas del desarrollo
(como en la patología de carácter de tipo oral).3
El problema se vuelve aún más
grave cuando la patología de carácter tiene como modo de expresión la
tendencia al acting out.
El tratamiento de la patología .
de carácter en la díada ha resultado ser un
hueso duro de roer. Anna Freud (1966) estaba justo en lo correcto cuando sostuvo
que es "... responsable de la mayor parte de las dificultades técnicas que surgen
entre analista y paciente". Ella afirmó que tanto la sintonicidad de la patología de
carácter como el hecho de que introduce la transferencia ante todo como defensa,
la hacen muy difícil de alcanzar en el tratamiento analítico. En realidad, el
atrincheramiento de la patología de carácter, su "cualidad de vida—muerte", es
bien conocida para los clínicos, quienes con tanta frecuencia se sienten frustrados,
si no es que derrotados, por esto. Sin embargo, los problemas de tratamiento
3
La patología de carácter, como se utiliza aquí, se refiere a las percepciones y
respuestas duraderas y repetitivas que se vuelven parte del repertorio corductual del
individuo a través de un largo periodo. Estos patrones conductuales pueden ser verbales o
no. En ocasiones, aparecen sólo en respuesta a ciertas situaciones o desarrollan una vida
propia, con lo que se vuelven típicas del estilo del individuo. La patología de carácter es
egosintónica, libre de ansiedad y se experimenta como parte del sí mismo; es de lo más
esquiva desde el punto de vista del tratamiento. Es un producto manifiesto de los primeros
intentos del yo por resolver los problemas del desarrollo de una manera menos que
exitosa, con lo que se vuelven (en palabras de Anna Freud f19661) "fenómenos
permanentes de defensa". En el tratamiento, la patología de carácter estará presente en la
conducta del paciente y comoparte de la resistencia de transferencia.
deben examinarse no sólo desde el punto de vista de la patología en sí, sino
también desde la perspectiva dé la modalidad que se selecciona para su trata:
miento. Por ejemplo, la combinación de la resistencia intratable del paciente
con las limitaciones del terapeuta analítico a veces resultan letales cuando se
trata la patología de carácter en una díada. Se requiere que el analista sea
neutral, objetivo y esté en control de su contratransferencia aun ante la
transferencia profundamente negativa y la ira que de manera tan típica
acompañan a este tipo de patología de carácter. Como tal, se prohíbe al analista
tener muchos tipos de respuestas que están abiertas a los miembros de un grupo
terapéutico y que han resultado en extremo útiles con pacientes bajo las
circunstancias que se mencionaron.
Por otra parte, el acting out puede presentar algunos retos importantes a la
terapia de grupo, mismos que se evitan en la díada. Por definición, la terapia
grupal es una modalidad más activa—reactiva que el tratamiento individual. La
conducta observable es parte del modus operandi del grupo: la "acción", en el
sentido de interacción activa con otros, se considera como uno de los valores del
grupo en comparación con la díada, que es más exclusivamente verbal. Es
comprensible que la acción es un activo sólo cuando está al servicio del
tratamiento; la línea entre expresarse de manera no verbal y el acting out es,
cuando mucho, muy tenue. Es claro que el grupo como modalidad multipersonal
es muy vulnerable al contagio cuando uno de los miembros presenta acting out.
También, el terapeuta es más vulnerable a la provocación cuando se enfrenta con
una amenaza potencialmente grave para el grupo, mientras que se escrutina su
propia conducta. Se incrementa así la probabilidad de episodios contra
transferenciales y aumenta de igual manera el potencial para que el terapeuta
provoquede manera inconsciente el acting out o se coluda con él.
Sin embargo, del lado positivo, cuando se facilita de manera adecuada, el
proceso grupal es muy efectivo para contener y enfrentar el acting out por muchas
de las mismas razones por las que tiene una cualidad única en su efectividad en
cuanto a la patología de carácter en general. El siguiente ejemplo, que incluye un
caso de acting out en un carácter masoquista, ilustra el poder único de la
modalidad grupal y la función específica del proceso grupa! en el manejo de esta
psicopatología en particular difícil dentro de un marco analítico.
Acting out, como se utiliza aquí, se refiere a la conducta del paciente que sustituye
a la comunicación verbal de material en tratamiento de tal manera que el material se
presenta como algo no accesible a la intervención analítica. La motivación para esta
conducta es inconsciente o fuera del control del paciente y está gobernada por la com-
pulsión a la repetición. El paciente tiene conciencia de sus actos pero no del origen
o significado de éstos. Por lo común, tal conducta es irracional e inapropiada, sin embargo el
paciente la experimentacomo razonable y sintónica.
18 Psicoterapia degrupoen laprácticaclínica (Capítulo 1) Contribucionesdela terapia analítica degrupo alprocesopsicoanalítico 19
Ca so 1
los siguientes hechos' ocurrieron durante la c
onducción de un grupo de
entr
enamiento y estaban bastante lejos de los hogar
es de los
participantes. Dur
ante la fase inicial del grupo salier
on a relucir asuntos de
confianza, confidencialidad y demás, y se desarrolló un contr
ato preliminar
de trabajo. Durante este proc
eso, la señorita A expresó su convicción de
que el líder resultaría ser de un "tipo analítico bueno y fuerte", un
sentimientoquedijo que la complacíaaunque no sabíaporqué.
En el inicio del grupo, la señorita A c
ompartió su enojo hacia la línea
aér
ea por haber sobr
evendido su vuelo, con lo que habían puestoen duda
su boleto de r
egr
eso, el cual estaba "garantizado" de antemano. Había
tenido un acalorado intercambio con el ger
ente de la aer
olínea, quien en
apariencia se había quej
ado después con los organizador
es del pr
ogr
ama
de entrenamiento acerca de la "intolerable" conducta de una de sus
participantes. Los organizadores, por su parte, temían que el pr
oblema se
hiciera mayor y que pudiera amenazar al progr
ama c
ompleto. Se puso
repentinamente"enalerta"allíder.
Cuando el grupo reinició actividades después de un desc
anso,el líder
esperó escuchar la r
espuesta de los miembr
os ante la situación de la
aer
olínea. Muchos de los miembros habían tenido, de hecho, el mismo
problema y, por tanto, estaban muy dispuestos a apiadarse de la queja
de la señorita A. Su empatía alentó a la señorita A a continuar con su
historia, que ahor
a manifestó su creciente indignación y algunas fantasías
bastante alarmantes. De manera específica, le dijo al grupo que planeaba
vengarse en 'c
ontra 'de la aerolínea mediante la unión de fuerzas con
otros participantes con los que se hubiera cometido un abuso similar y
lanzar una ofensiva en r
epr
esalia. Por ejemplo, tenía pensamientos de
"dejarle .saberla historia a la prensa","ira lostribunales"y demás.
Cuando el líder intentó cuestionar por qué la reacción de la señorita A
era más fuerte que las de los otros miembros delgrupo ante,en esencia,la
misma situación, la señorita A respondió con enojo. Declaró que el
terapeutano podía c
omprenderla humillación que ella había sufrido nise le
daba crédito a su "r
espuesta sana y afir
mativa" ante la situación. El grupo
reaccionó con bastante rapidez y de manera precisa ante el c
omponente
autodestructivo de la imagen "sana", en apariencia, que presentaba la
señorita A. Comprendieron el significado de la c
ompar
ación original del
terapeutaentre la intensareaccióndela señorita A y su propiareacción
moderada ante la misma circunstancia. Compr
endieron que en la
señorita A se enc
ontrabaen funcionamientoun c
omponente irracional,lo
que causaba que sobre reaccionar
á y la cuestionaron de manera
amable, pero persistente, en cuanto a los niveles a los que ella estaba
preparada para continuar con su caso.Al haceresto, pudieron hacer que
la señorita A dudara en cuanto a lo apropiado de su conducta altamente
racionalizada, una duda que el terapeuta ni siquiera podía sugerir. La
señorita A parecía tan vulnerable al insulto narcisista de parte de los
comentarios del terapeuta que era claro que el mejor curso de acción'
consistía en per
mitir que el grupo tomara las riendas. El ter
apeuta
también se sintió aliviado ante esta movilización efectiva del proc
eso
grupa) en una situación donde el acting out amenazaba no sólo a la
señorita A y algrupo,sinoen realidada todoelprograma.
A medida que el grupo progr
esó y la señorita A se sintió más cómoda
con los demás miembros, compartió con ellos algunos de los otros
sentimientos que se disfrazaban detrás de su enojo gener
alizado. Estar
lejos de casa parecía que intensific
aba los sentimientos de soledad y
vulner
abilidad que,porsu parte, c
onducíana fantasías de que la aerolínea
la atacaba,lo cual le "impedía" tener acceso a su propia casa. A medida
que los miembros del grupo compartieron sentimientos similares, la
señorita A se abrió aún más. Les dijo (lúe amenazó al ger
ente de la
aer
olínea y él r
espondió con una contra amenaza de hacerla arrestar y
demandarla por difamación.De nuevo,de manera amable el grupo puso
en dudasu conducta. Sin embargo,en este punto la señorita A cambió a
un modo defensivo y exigió que el grupo no la desafiara de ninguna
manera. Según dijo, tenía una fantasía de que ellos eran parte del bajo
mundo en un país subdesarrollado. Se preguntaba si revelarían los nom-
bres de los demás (¡en especial el de ella!), aún bajo tortura. Es
innecesario decir que esta fantasía tomó por sorpresa al grupo y en
especialporel gradode la demandade lealtadde la señorita A. Sólo había
dos opciones en este punto de vista dic
otomizado del mundo: absoluta
lealtad o total deserción. En este punto, intervino el líder y sugirió que la
interacción persistentemente hostil de la señorita A con la aerolínea había
sido desde el principio,y almenos en parte,una prueba para la lealtad del
grupo; en oteas palabras, ¿ellos la "esquilmarían" y traicionarían como
había sentidoquelo habíahecho la aerolínea o estarían de su parte?
El grupo recogió la sugerencia del líder de que la señorita A estaba
actuando una trama inc
onsciente y llevaron la interpretación un paso más
allá mediante la c
omparación de su conducta con aquella delseñor B, otro
miembro. El señor B había manejado dentro del grupo una creencia de
larga duración acerca de quelaspersonasnunca lo identificabana él como
5
Parte del materialque sigue aparece en una publicación previa (Kauff,1978). alguien independiente de su hermano gemelo. Sin embargo, pronto
Psicoterapia de-grupo-en-la-praacutectica-cliacutenica-anne-alonso-hillel-l-swiller
Psicoterapia de-grupo-en-la-praacutectica-cliacutenica-anne-alonso-hillel-l-swiller
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  • 1.
  • 2. PRIMERA EDICIÓN EN ESPAÑOL TRADUCIDA DE LA PRIMERA EDICIÓN EN INGLÉS Psicoterapia de grupo enla práctica clínica ANNEALONSO, PIID Profesora Clínica Asociada de Psicología Departamento de Psiquiatría Escuela de Medicina de Harvard Directora del Consejo de Posgrado en Psicoterapia Psicodinámica HospitalGeneral de Massachusetts, Boston Miembro Docente del Instituto Fielding Santa Bárbara, California HILLEL L SWILLER, MD Profesor Asociado de Psiquiatría Escuela de Medicina Monte Sinaí Director de la División de Psicoterapia Departamento de Psiquiatría Hospital Monte Sinaí Nueva York, Nueva York Traducido por. Psic. Gloria Padilla Sierra Facultad de Psicología Universidad Nacional Autónoma de México Editor resp onsable: Lic. M a. Eugenia Gómez López Licenciatura en Psicología Universidad Autónoma M etropolitana Esp ecialización en Psicología Clínica y Psicoterap ia deGrup o en Instituciones, Facultad de Psicología Universidad Nacional Autónoma de M éxico M éxico Editorial El Manual Moderno, S.A. de C.V. México, D.F. - Santafé de Bogotá EL LIBRO MUERE CUANDO LO FOTOCOPIAS AMIGO LECTOR: La obra que usted tiene en sus manos posee un gran valor. En ella, su autor ha vertido conocimientos, experiencia y mucho trabajo. El editor ha procurado una presentación digna de su contenido y está poniendo todo su em pello y recursos para que sea am pliam ente difundida, a través de su red de com ercialización. Alfotocopiar este libro, elautor y el editor dejan de percibir lo que correspondea la inversión que han realizado y se desalienta la creación de nuevas obras. Rechace cualquier ejemplar « pirata » o fotocopia ilegal de este libro, pues de lo contrario estará contribuyendo al lucro de quienes se aprovechan ilegítim amente del esfuerzo delautory deleditor. La reproducción no autorizada de obras protegidas por elderecho de autorno sólo es un delito, sino que atentacontrala creatividad y la difusión de la cultura. Para mayor información comuníquese con nosotros: Editorial El Manual Moderno, S.A. de C.V. Av, Sonora 206 Col. Hipódromo 06100 México, D.F.
  • 3. IMPORTANTE Los autor es han trabajado para asegur arse de que toda la infor mación dentro de este libro ac erca de lasdosis,planes y vías deadministr ación de losmedic amentos sea pr edsaalmomentode lapublic ación yque ello sea consistente con las nor mas que establec e la U.S. Food and Drug Administration y la c omunidad médica en gener al. Sin embargo, ya que la investigación y práctica médica avanzan, las nor mas ter apéutic as pueden c ambiar.Por esta razón y dado que,en oc asiones, pueden oc urrir error es humanos y mec ánic os, se r ec omienda a los lector es que siganelconsejo de unmédicoque participe de maneradirectaen su atenciónoen el cuidadodeunmiembrodesufamilia. Los libros publicados por la American Psychiatric Press, Inc., r epresentan los puntos de vista y opiniones de los autores y ro nec esariamente reflejan la política y opinionesdela casaeditorialo de la.AmericanPsychiatric Association. Colaboradores . . . 1 . 1  1 1 1 1 1 Titulo original de la obra: Group Therap y in Clinical Practice First published in the United States by American Psychiatr ic Press, Inc., Washin gton and Lond on , England Copyrigh t © 1993 ISBN 0-88048-3 23 -7 Ah rights reserved Psicoter apia de grupo en la práctica clinica © 1995 ISBN 968-426-6 44 -8 Editorial El Manu al Mod er n o, S.A. de CV., Av. Sonor a 206, Col. Hipod r o m o. Deleg. Cuauh tém o c 06100 México , D.F. Miembr o de la Cámar a Nacion al de la Industria Editorial Mexican a, Reg. núm. 39 Impreso en México en los talleres de Program as Educativos, S.A. de C.V. Chabacano No. 65, Local A, Col. Asturias 06850 México , D.F. Todos los derech os reservad os. Ningun a parte de esta publicación puede ser reprodu cid a, almacen ad a en sistema alguno de tarjetas perfor ad as o transmitid a por otro medio —electr ónico, mecánico, fotocop iad or , registr ad or , etcéter a— sin permiso previo por escrito de la Editorial All rights reserved. No part of this publicatio n may be reprodu ced, stored in a retrieval system , or transmitted in any forra or by any means, electr onic, mech anical , photoco p yin g, recordin g or other wise, withou t the prior permission in writtin g from the Publisher . Editorial El Manual Moderno. S.A. de C.V. Anne Alonso, PhD ProfesoraClínicaAsociadadePsicología,DepartamentodePsiquiatría,Escuelac Medicinade Harvard;Directoradel"ConsejodePosgradoenPsicoterapiaPsicod nárnica", Hospital General de Massachusetts,Boston, Massachusetts; Miembi Docente,InstitutoFielding, SantaBarbara,California. Lawrence J. Bader, PhD Miembro_Docente,EscueladePsicologíaProfesionaldeMassachusetts,Dedhar Massachusetts. Howard S. Baker, MD Profesor.ClínicoAsociadri.dePsiquiatría,UniversidaddePennsylvania;Psiquiat ResidenteenJefe,Hospitaldel InstitutodePennsylvania;Filadelfia,Pennsylvani Margaret N. Baker, PhD Profesora Clínica Asistente de Psicología, Universidad de Widener, Cheste Pennsylvania. David W. Brook, MD ProfesorAsociadoenPsiquiatría;Directordela DivisióndeInvestigación,Preve: ción y Tratamiento del Abuso de Drogas; Escuelade Medicinade Nueva Yor Valhalla, Nueva York. Kathleen Whiteman Carral, MSW, LCSW ClínicaenSalud Mental, Kaiser Permanente,DepartamentodeServiciosPsicosc ciales, San Diego, California. Arnold Cohen, PhD AsesordeGrupo,Clínicade Salud MentalSouthShoreyClínicaEveningdeBosta Boston,Massachusetts. Robe?' tDies, PhD Profesor en Psicología, Universidad de Maryland, College Park, Maryland.
  • 4. VI  Psicoterapia de grupo en la práctica clínica (Colaboradores) Patricia Doherty, EdD Instructora de Psicología, Departamento de Psiquiatría, Escuela de Medicinade Harvard; Presidentadel Institutode Psicoterapia de Boston, Boston, Massachusetts. Pamela L Enders, PhD Instructora Clínica de Psicología, Departamento de Psiquiatría, Escuela de Medicina de Harvard; Asociada en Psicología Clínica, Hospital General de Massachusetts; Directora Asociada de Entrenamiento, Centro de Posgrado, Institutode Psicoterapiade Boston, Boston,Massachusetts. Alíen Fay, MD ProfesorClínico Asistente, Departamento de Psiquiatría, Escuela de Medicina Monte Sinaí, Nueva York, Nueva York. Joel C. Frost, EdD Instructor de Psicología, Departamento de Psiquiatría, Escuela de Medicina de Harvard; Asociado en Psicología, Departamento de Psiquiatría, Hospital Beth Israel, Boston, Massachusetts. Sarah Golden, PhD Instructora Clínica de Psicología, Departamento de Psiquiatría, Escuela de Medicina de Harvard en el Hospital de Cambridge; Psicóloga en Jefe, Unidad William James, Hospital Estatal Metropolitano; Waitharn,Massachusetts. Kari Nalliday, PhD Instructor Clínico de Psicología, Departamento de Psiquiatría,Escuela de Medicina de Harvard en el Hospital de Cambridge; Candidato al Doctorado en Psicología Clínica,EscuelaNueva para Investigación Social; Asociado en Investigación, Proyecto de Harvard para la Recuperación en la Adicción a la Cocaína, Cambridge, Massachusetts. David A. Halperin, MD Profesor Asociado de Psiquiatría, Escuela de Medicina Monte Sinaí, Nueva York, Nueva York. Sylvia Hutchlnson, BSc" Coordinadora de Entrenamiento, Psicóloga Clínica, Instituto de Análisis Grupal; Supervisora, Fundación. Pastoral Westminster, Londres, ReinoUnido. Priscilla F. Kauff, PhD ' Profesora Clínica Asistente de Psicología, Departamento de Psiquiatría, Centro Médico de la Universidad de Comell, Hospital Payne Whitney; Analista en Jefe de Supervisión y Entrenamiento, Centro de Posgraduados para la Salud Mental, Nueva York, Nueva York. Lawrence L Kennedy, MD Director de "Servicios de Hospitalización parcial", Hospital Memorial C.F. Menninger,Topeka, Kansas. Edward J. Khantzian, MD Profesor Clínico Asociado de Psiquiatría, Escuela de Medicina de Harvard en el Hospital Cambridge; Director Psiquiátrico para los Trastornos por Abuso de Sustancias, Departamento de Psiquiatría, Hospital de Cambridge; Director Médico Asociado, Hospital Estatal Danvers, Danvers, Massachusetts. Howard D. Kibel, MD Profesor Asociado de Psiquiatría Clínica, Facultad de Medicina de la Universidad de Cornell; Coordinador. de Psicoterapia de Grupo, Hospital -Centro Médico de Cornell de NuevaYork, División Westchester,White Plains,Nueva York. Steven Krugman, PhD Instructor de Psicología, Departamento de Psiquiatría, Escuelade Medicina de Colaboradores  VII Harvard; Director de Entrenamiento en la "Clínica de Trauma", Hospital General de Massachusetts, Boston, Massachusetts. Enid A. Lang, MD Profesora Clínica Asistente de Psiquiatría, Escuela de Medicina Monte Sinaí, Nueva York, Nueva York. Arnold A. Lazaras, PhD Profesor Distinguido en la Escuela de Graduados en Psicología Aplicada y Profe- sional, Universidad Rutgers,Piscataway, Nueva Jersey. Marguerite S. Lederberg, MD Profesora Clínica Asociada de Psiquiatría, Facultad de Medicina de la Universidad de Comell; Psiquiatra Asociada Residente, Hospital de Nueva York; Psiquiatra Asociada Residente, Centro Cancerológ ico Memorial Sloan Kettering, Nueva York, Nueva York. Maria T. Lymberis, MD Profesora Clínica Asistente de Psiquiatría, Departamento de Psiquiatríay Ciencias Bioconductuales, Universidad de California, Los Angeles, Los Angeles, California. K Roy MacKenzle, MD, FRCPC Profesor de Psiquiatría, Universidad de Columbia Británica, Vancouver, Columbia Británica. Beryde, W. MacLennan PhD Profesora Clínica, Escuela de Medicina y Ciencias Conductuales de laVniversidad George Washington, Washington, D.C. William E. McAuliffe, PhD Profesor Asociado de Psiquiatría, Departamento de Psiquiatría, Escuela de Medicina de Harvard en el Hospital de Cambrídge; Conferencista del Departamento de Ciencias de la Conducta, Escuela de Salud Pública de Harvard; Investigador en Jefe, Proyecto de Harvard para la Recuperación en la Micción a la Cocaína, Proyecto de Mayor Alcance y Proyectode Rhode Island de Prevención,Cambridge,Massachusetts. Samuel Osherson, PhD Miembro Docente, InstitutoFielding, SantaBarbara, California. Malcolm Fines, MD Miembro Fundador, Analista de Grupo de Entrenamiento, Instituto de Análisis Grupal, Londres, ReinoUnido. Kenneth Porter, MD Profesor Clínico Asistente de Psiquiatría, Colegio de Médicos y Cirujanos de Columbia; Miembro Docente, Supervisor, Instituto Nacional de Psicoterapias, Nueva York, Nueva York. Cecil A. Rice, PhD Director, Centro de Posgrado, Instituto de Psicoterapia de Boston; Director, Consejo de Entrenamiento de la Asociación Americana de Psicoterapia de Grupo, Boston, Massachusetts. Albert E. Riester, EdD Profesor y Director, Escuela de Psicología, Departamento de Educación, Universi- dad Trinity; Psicólogo y Asesor, Instituto Neuropsiquiátrico del Suroeste, San Antonic, Texas. J. Scott Rutan, PhD Profesor Clínico Asociado de Psicología, Departamento de Psiquiatría, Escuela de Medicina de Harvard; Director, Centro de Terapia de Grupo, Hospital General de Massachusetts, Boston, Massachusetts.
  • 5. VIII  Psicoterapia de grupo en la práctica clínica (Colaboradores) Melvin J. Stern, MD Profesor Clínico de Psiquiatría, Escuela de Medicina de la Universidad George Washington, Washington, D.C. Walter N. Stone, MD Profesor de Psiquiatría, Facultad de Medicina de la Universidad de Cincinnati; Cincinnati, Ohio. Hillel I. Swiller, MD Profesor Asociado dePsiquiatría, Escuelade MedicinaMonte Sinaí; Director de la División dePsicoterapia, Departamento de Psiquiatría, HospitalMonte Sinaí, Nueva York, Nueva York. Besad A. van der Kolk, MD Jefe de la "Clínica de Trauma", Hospital General deMassachusetts; Conferencista en Psiquiatría, Escuelade Medicina de Harvard, Boston, Massachusetts. Reconocimientos Este libro se compiló y terminó con el apoyo y aliento de varios colegas y amigos a los que quisiéramos reconocer aquí. Primero están aquellos que nos inspiraron a entrar y, explorar en el campo de la psicoterapia de grupo, en especial a los ya fallecidos Aaron Stein y Elvin Semrad. También desearnos reconocer a nuestros colaboradores, todos ellos expertos en sus áreas. Su saber, erudición y cooperación entusiasta nos inspiraron y guiaron hacia la terminación del trabajo. Otros colegas también ofrecieron útiles sugérencias a lo largo del camino, como los doctores Jerome Gans, Carol Nadelson, Kenneth Arndt, Anne Arndt, Henry Weinstein y Morton Siegel. Nuestras sinceras gracias se dirigen a Jane Waldman, Josh Swiller y Lucille Luciano quienes editaron, mecanografiaron, arreglaron y trabajaron afanosamente hasta altas horas de la noche para mantenemos organizados. De manera similar, apreciamos el espléndido talento editorial y administrativo que nos proporcionó la American PsychiatricPress, Inc. La generosidad e indulgencia de nuestros cónyuges, Ramon y Willa, nos permitieron permanecer relativamente cuerdos y en calma ante la magnitud de la tarea. Por esto y por todos sus muchos dones, estamos en profundadeuda. Pero más que nada apreciamos los años que hemos pasado trabajando con nuestros pacientes en grupos. Ellos nos han enseñado, nos han sanado y este libro también les pertenece. ANNEALONSO, PHD HILLELI. SWILLER, MD
  • 6. Prefacio impulsada por las extraordinarias necesidades psicológicas de los soldados de la Segunda Guerra Mundial, la terapia de grupo se elevó de manera repentina para ser la principal modalidad detratamientoen eldecenio de1940. Por lo común, los terapeutasdegrupo de aquellos días tenían muy poco entrenamiento formal y hacían su mayor esfuerzo a través de ensayo y error, y mediante la incorporación de sus habilidades en psicoterapia diádica al ambiente de grupo. Estos primeros terapeutas gripales pronto se hicieron conscientes de que habíaalgo especialmentesanador en los grupos deterapia, y apartir de esepunto sepensó de maneraseriaen elestablecimiento deunabaseteóricaparalaterapiadegrupo. Los primeros terapeutas de grupo tendieron a salir de las filas de los terapeutas individuales con orientaciónpsicoanalítica. Surgieron discusiones entrelos analistas acercade la efectividad final de este nuevo tratamiento. La discusión, en general, se redujo a aquellos que practicaban la terapia de grupo y aquellos que no lo hacían. Los que trabajaban con la teoría analítica en terapia individual o psicoanálisis consideraban a la terapia de grupo como un tratamiento de apoyo pero que era superficial en términos fundamentales. Discutían que la transferencia se diluía por el campo multipersonal, caí' lo que se limitaba gravemente el potencial de los grupos para realizar un verdadero cambio de carácter. Sin embargo, aquellos que, de hecho, trabajaban con grupos, notaron que la transferenciaprosperabay, en realidad, quizás se aumentabadentrode éstos. Señalaronque los grupos ofrecíanuna oportunidad parala observación de muchostipos detransferencia(por ejemplo, haciapadresy hermanos) al mismo tiempo. A través del tiempo, la terapia de grupo demostró su efectividad al punto en que los debates académicos ocurrieron entreterapeutas de grupo. ¿Elterapeuta debe enfocarse en las interacciones del grupo como un todo o en el individuo dentro del grupo? ¿El líder debe utilizar principalmente elproceso gripal como factor de curación o mejor debeutilizarse a Ios miembros como un público mientrasun individuo solotrabajacon X I
  • 7. XII  Psicoterapia de,grupo enla práctica clínica (Prefacio) Prefacio  XIII el terapeuta? ¿El líder debe alentaro desalentara los miembros en cuanto a que hablen de eventosexternosa la vida del grupo? En la última parte deldeceniode 1960y a principios delde 1970,los grupos alcanzaronproporciones enormes porsunovedadamedidaquela poblacióngeneralse hizo conscientedelpoderdelmodeloparaayudaralos individuosaexperimentarafecto, alterarsuautoirnagenyaprendermás acercadela"pertenencia".Apesardelcontinuoascenso delos gruposcomo terapia,apoyoyvehículosde entrenamiento,continuóhabiendo unvacíoenlaliteraturaacercadelateoríaytécnicadelaterapiadegrupo.Apesarde que se escribieronlibros excelentes como The GroupinDepthde Durkin(1964)y PsychoanalysisinGroupsdeWolfySchwartz(1962),éstosrecibieronpocaatención entre la comunidadgeneralde saludmental.Se dejó a The Theory and Practiceof Group Psychotherapy de Yalom(1970) la tarea de estimulartantoa la comunidad generaldesaludmentalcomo alpúblicolegoencuantoa lapsicoterapiadegrupo.Las ventassinprecedentedellibrodeYalomdemostraronla necesidaddeliteraturade este tipo y elamplio interés enla terapiade grupo. Sin embargo,dehecholainclinaciónteóricadeYalomera atípicaenrelacióncon aquella de la mayoría de los terapeutas grupales. Este autor presentó un enfoque existencial,del"aquíy ahora",a la terapia de grupo.El libro fue tan populary tanbien escrito que alteró el enfoque de la terapia de grupo durante un decenio. De manera reciente,hanaparecido libros más equilibrados,pero aúnexistegrannecesidadde textos quepresentenenfoques psicodinárnicos concisos y modernos a laterapiadegrupo.Más que ello,en años recientes los clínicos que antes no participaban engrupos,incluso los teóricos cognoscitivo-conductuales y humanistas, se han incorporado a la terapia de grupo.Además,se formó un gran número de grupos homogéneos para el tratamiento de poblaciones como las de pacientes con trastornos de la alimentación, farmacodependientes, hijos adultos de alcohólicos y otros. La terapia de grupo en ambientes con pacientes internos se ha vuelto parte central del tratamiento en hospitales. La investigación documenta continuamenteque la terapia degrupo es,almenos, tanefectivacomo le individual.Enesta era en la que elcosto de la atención desalud es cada vez más alto, la relativa economía de la terapia de grupo la hace más y más atractiva.Esclaroque ha llegadoelmomentoparaun trabajonuevo ycompletoacerca delestadodela terapia degrupohoyendía. AlonsoySwillerhanlogradolatareamediantelaconjuncióndeungrupoestelarde autoresquepresentanunavisiónampliadelaterapiadegrupoeneldeceniode1990.Los autores,cadaunode los cuales esampliamente conocidoporsuscontribuciones a la terapiade grupo,cubrende manerasistemáticalosaspectosimportantes de estetipo de terapia en la actualidad. Plan del libro La metadelapsicoterapiapsicodinámicaalargoplazoconsisteenlareorganizacióndela estructuradepersonalidadatravésdelprocesodeanálisisdelcarácterydelaresolución del conflicto inconsciente. El libro comienza,aligualquelo hizo elcampo de la terapiade grupo,conuna revisióndelascontribuciones psicoanalíticasalmodelo.Los autores enlaParteIteman la postura de que el entrenamiento en psicodinarnia es el fundamento para el desarrollodeun terapeuta degrupocompetente.Apartirdeestabase,elclínicopuede iniciarla práctica en una variedad de ambientes y condiversas clases de pacientes. Los autores aquí escriben a partir de las perspectivas de las principales teorías psicoanalíticas.En elcapítulo 1,Kauffdestaca la posiciónde laterapiapsicoanalítica clásicade grupo.PineasyHutchinsoncubrendespuéslaescueladel"grupo-como-un- todo",queconfrecuenciatieneseasocia con la escuela británica de Melanie Kleiny Wilfred Bion. En el capítulo Margaret y Howard Balceraplican los principios de la psicología del sí mismo —el trabajo. de Heinz Kohut y sus alumnos— a la psicoterapiade grupo. Porúltimo,laparte IIofrece informaciónsustancialimpresaacercadegrupos en ambientes hospitalarios, donde surgen gran parte de los grupos terapéuticos reales Autores con conocimientos especializados en este tipo de ambientes destacan las adaptaciones dela técnicay laexpansiónde lateoríaquehansurgidodeltrabajoenesta área En elcapítulo 4,Stone presentaun modeloque aplica los principios básicos de 1 psicoterapiadegrupoaaquellospacientesconenfermedadespsiquiátricasdemásdifícil tratamiento y crónicas. Kibel,en el capítulo 5, aplica estosprincipios a aquellos con enfermedad más aguda y Rice analiza el trabajo con estos pacientes, y a los profesionales que los atienden, dentro del contexto de la reunión comunitaria en el capítulo 6. En capítulo 7, Kennedy escribe acerca de la terapia de grupo con una población hospitalaria de manera parcial que combina cienos aspectos de aquellas poblaciones quesecubrenenlos trescapítulosprecedentes.Después,Brookdescribeel trabajodeenfoquefarmacológicoconunapoblaciónrelacionada.Conuncambiohacia pacientesconenfermedadesfísicas,Lederberganalizaenelcapítulo9lasnecesidadesde losprofesionales de 1medicinaqueatienden a individuosgravernenteenfermos; Stem examina la rehabilitación de los pacientes con enfermedad física en el capítulo 10 y Whiteman Carro] considera en el capítulo 11 la manera en que la terapia de grupo puedeauxiliaren1satisfaccióndelas necesidadesdelasfamiliasde losenfermos. La parte III introduce al lector al mundo de los grupos formados de manera homogénea y los autores analizar la manera en que poblaciones especiales pueden necibirayudadela psicoterapiadegrupo.Las ventajasycompromisosqueresultande1 conjunción de agrupamientos homogéneos de pacientes constituyen el centro de atencióndeestoscapítulos.Riesteranalizaenelcapítulo12laaplicacióndelosprincipios psicoterapéuticos degrupo a los adolescentes yMacLennan,en elcapítulo 13,atiende. trabajo que se realiza con aquellos en elotro extremo de la vida.Feost y Golden ysus coautores cubrenen los capítulos 14y 15eltrabajocondospoblaciones específicasque presentan problemassumamente importantes para la salud pública:pacientes que han tenido resultados positivos eru los análisis para elvirus de inmunodeficiencia humana (HIV), o con el síndrome de irommodeficiencia adquirida (SIDA), y con paciente: farmacodependientes,respectivamente.Paracompletarlasección,vanderKolkexplora en el capítulo 16, el uso de la psicoterapia de grupo con pacientes que sufren de trastornos porestréspostraurnático. La parte IVanaliza tressituaciones especiales que,porlocomún,nosecubrenen lostextos acercadeterapiadegrupo.Atiendeaciertosaspectospragmáticosque rodean a la práctica de lapsicoterapia de grupo.En elcapítulo 17,Porterdiscute las ventajas y problemas de combinarla psicoterapiagripale individual,aligualque las indicaciones para llevar a cabo estosplanes de tratamiento.Lytnberisescribe despuésacerca de las preocupacioneslegalesyéticasquerodeanalaprácticadelaterapiadegrupo,yCohen
  • 8. Anne Alonso, PhD 1. Swiller, MD XIV • Psicoterapia de grupo en la práctica clínica (Prefacio) ofrece un capítulo útil acerca de la manera en que pueden agregarse los grupos a una práctica que se enfoca en el tratamientoindividual. La parte V examina los nuevos avances en teorías acerca del desarrollo del género, con consideraciones especiales a la manera en que éstos tienen un impacto en el trabajo con pacientes en terapia de grupo. Doherty y Enders cubren el desarrollo de las mujeres en el capítulo 20; Krugman y Osherson escriben acerca de los varones enterapia de grupo dentro del capítulo 21. La parte VI revisa algunas de las maneras en que se practicala terapia de grupo más allá de los modelos más tradicionales a largo plazo o con pacientes internos. En el capítulo 22, MacKenzie escribe acerca de la teoría y técnica del grupo con tiempo imitado.Después, Fay y Lazarus explican la teoría y prácticade la terapia cognoscitivao conductual de grupo. La parte VII ofrece una revisión espléndida y extensa, realizada por Dies en el capítulo 24, acerca de la investigación actual en terapia de grupo. La parte VIII se dirige a las necesidades de entrenamiento para los profesionales de grupo. Esta seccióntiene importancia particularparael maestrode terapiade grupo. En el capítulo 25, Alomo propone modelos de entrenamiento y la manera en que éstos se relacionan con el ambiente clínico actual. Swiller y sus coautores se dirigen después, en el capítulo 26, a la cuestión de los grupos de proceso (experienciales) en el entrenamiento de los clínicos grupales. Por último, en el capítulo 27, Bader ofrece pautas para a conducción de un evento de entrenamiento, como un taller, para la enseñanza de aspectos de la terapia de grupo a otros clínicos. Se invita al lector a tomar asiento y a disfrutar de la abundancia de conocimientos acerca de una verdaderamente fascinante y poderosa oportunidad de tratamiento para nuestros pacientes. Referencias Durkin HE: The Group in Depth.New York, International Univetsities Press,1964. Wolf A, Schwartz ED: Psychoanalysis in Groups.NewYork,entine& Stratton, 1962.Yalom ID: 'The Theory and Practice of GroupPsychotherapy. New York, BasicBooks,1970. Introducción: Defensa de la terapia de grupo CONSIDERACIONES FILOSÓFICAS Las personas prosperan más en una comunidad que valora su participación y protege su dignidad: La capacidad esencial del recién nacido para deleitar y hacer que participen personas que podrían cuidar de él mediante la sonrisa, gorgeos y el contacto visual se integra con la trama de k vinculación humana Lo mismo ocurre con las respuestas instintivas del infante que forman los cimientos de las conductas de atención y cuidado. En este nacimiento psicológico del niño, los patrones biológicos se desarrollan dentro del contexto de una matriz interpersonal única y en un ambiente cultural compartido. El impacto del pequeño en otros individuos importantes dentro de su mundo y la influencia de éstos en dicho niño, interactúan sinérgicamente para la formación de un ambiente madurativo que apoye o frustre el desarrollo sano. En última instancia, la salud mental madura se caracteriza por una interdependencia que proporcione mejoría de manera mutua. Esta integración de mente, cuerpo y contexto social es vulnerable al ataque de problemas, en cualesquiera de estas dirnensiones. Cuando surgen las dificultades, las personas sufren y buscan ayuda para su sufrimiento. La psicoterapia de grupo ofrece la oportunidad para una interacción interpersonal que se crea de manera propositiva, se observa de modo cercano y se guía hábilmente. Estas interacciones pueden influir de modo positivo en variedades incontables de angustia y disfunción humanas. Dentro del grupo terapéutico es posible que se atiendan y modifiquen las percepciones distorsionadas acerca de los 'demás, comunicaciones ineficientes, afectos descargados de manera inadecuada, conductas estereotipadas, actos impulsivos, enajenación y demás. X V
  • 9. XVI • Psicoterapia dé grupo en la práctica clínica (Introducción) FUNDAMENTOS TEÓRICOS Una ampliavariedad deteorías animan laprácticadelapsicoterapiade grupo. En elespectro psicodinámico, el énfasis analítico clásico en la libido y la agresión encuentra expresión en las fuerzas inconscientes que impulsan al grupo como una totalidad a lo largo de su trayectoria epigenética. La teoría de las relaciones objétales encuentra en los grupos un ambiente natural para las proyecciones de las partes objétales internas hacia los otros miembros y la reintroyección gradual de los aspectos escindidos del sí mismo dentro del contenido de la envolturade grupo. Los psicólogos delsí mismo reconocen las posibilidades empáticas y de reflejo de espejo entre los miembros comprometidos, quienes quizá sirvan como funciones de objeto del sí mismo, unos para otros. Los seguidores de Sullivan y otros psicólogos interpersonales destacan lacuración queprovienedelas relaciones reales entrelos miembros, y las feministas ven en los grupos una oportunidad para analizar el impacto del género en el ambientey viceversa, aligualquelo hacen otraspersonas queseinteresan en los aspectos específicos del desarrollo del género a lo largo del ciclo vital. Los profesionales cognoscitivo-conductuales ven en el modelo de grupo la oportunidad paravolver apensar y aprender acerca de las distorsiones cognoscitivas a partir de colaboradores en los que se confía, mientras que los teóricos con orientación biológica comienzan a validar la sinergia benevolenteentrecuraciónfísicay psicológicadentro delos grupos. ¿QUÉ SUCEDE EN LA TERAPIA DE GRUPO? Introducción: Defensa de la terapia de grupo •XVII son sus iguales, tienen temores secretos similares y actúan de maneras igualrnente innobles y aun así responden de modo compasivo unos hacíaotro La vergüenza culpa florecen más en la oscuridad del aislamiento, la vergüenzay culpa patológico se curan mejor mediantesu exposición alaluz en un ambienteinterpersonalempatíavigilados de maneracuidadosa, en el que la penetraesté, rodeadade otros a los < les importadicho individuo así como su propiobienestar. 3. Apoyoacercade launiversalidaddelos deseos,temores y angustiasde miembros.El tipo de exposición terapéutica disponible en la terapia de grupo incluido al paciente en la universalidad del dolor hurnano. Esta terapia es una fuente de aporte única. Los enfermosy los clínicosquelos refierenpidencon frecuenciaun grupoquepresteapoyo. Por supuesto, ningúntratamiento es útil a menos de que elpacientese sientarespetado. Cualquier grupo que haya de ser efectivo debe proporcionar apoyo de dicha manera. Pero existen otras dimensiones de apoyo que tal vezsean, en última instancia, aún más útiles) .poyo significa mucho más que simple interés positivo por igual curativos la sinceridad y contenciónsin juiciodelos afectosprimitivos codicia, envidiay odio quese encuentran encerrados dentro de los pacientetambién buscan expresiónen un ambiente quetolerey confronte los lados oscuros delalma 4. Reintegración deaspectos escindidos delsímismo. A medidaquelaspar escindidas e inconscientes del símismo surgen dentro del grupo puedevérsele primero,en la respuesta de reflejo de los otros, y por último, entrenen la escaladefallas humanas comunes, alasqueesposiblequeselesenfrente, perdoney resuelva. APLICACIONES TÉCNICAS Sehan realizadoMúltiples esfuerzospor aislar y nombrar los factores curativos en laterapia de grupo. Si se les toma juntos, estos factores se integran . en la siguiente descripción del proceso decuraciónen laterapiadegrupo: 1. Actuaciónvitaldelos dilemas caracterológicos delos miembros.En el grupo, cadamiembro estáobligado a tener sus problemas, no sólo a hablar acercade ellos. No sólo se hace un recuento de las dificultades y angustias; éstas se actúan y experimentan. Los miembros sienten su propia autenticidad, sus afectos poderosos, la exposición tolerable de sus sí mismos heridos y el apoyo de los demás( Es posible que aprendan de qué manera los experimentan los otros y cómo sus propias percepciones pueden estar distorsionadas.;Los miembros del grupo tienen la oportunidad de observar las habilidades y deficiencias interpersonales de los otrosy experimentar con métodosde interacción que les son nuevos.' Aprenden tanto la universalidad de la angustia humana como la cualidad única del valor potencial decadaindividuo. 2. Exposicióny resolucióndesecretos vergonzosas. La exposiciónes universalen los grupos .n un inicia, muchos individuosquebuscantratamiento dudan en unirseaun grupopor temor a exponer sus "secretos" y su patologíaa personas que desconocen. Muchos clínicos poseen este mismo temor por sus pacientes y por sí mismos y tal vez duden en recomendar este tratamiento. Por otro lado, la vergüenza y duda de un paciente angustiado casi siempre conducen a juicios acercade sí mismo que son más severos de lo que se justificapor la realidad externa. Los enfermos dentro de un grupo experimentan un alivio enorme cuando encuentran queotrosque, con todaclaridad, La defensa clínica de la terapia de grupo es la principal preocupación de este libro. Los autores están consagrados alpunto devistadequeeltratamiento delospacientes en terapia degrupo es laopciónprincipalparaeltratamiento definitivo delsufrimientopsicopatología humanos. Por decenios desde su iniciación con el Dr. Joseph Pratt en Boston, la psicoterapiade grupo se ha establecido como un campo clínico de sorprendente vigor, espectro validez. Un vasto conjunto de profesionales ya abrazaron sus principios y métodos. La practican psiquiatras, psicólogos, trabajadores sociales, enfermeras psiquiátricas y consejeros pastorales. .. De igual manera ocurre con otros profesionales médicos que no participan directamenteen la salud mental,así como expertos en desarrollo organizacionaly educación. Cuando una teoría o método disfrutade apoyo tan amplio, es razonableque se deduzca que tocaalgunas de las verdades fundamentales y universales de la experiencia humana. Varían en gran medida las necesidades delos pacientes y sus capacidades paraelempleo delaayuda, dependiendo desus patologías y fortalezas. Demanera poco notablelas técnicas de los terapeutas grupales también varían en gran medida, pero un solo recurso fundamental los une atodos: lapresencia delgrupo. Las ideas ytécnicas delos terapeutas degrupo varían demanera encame, pero todos estos terapeutas, por lamismanaturaleza desu trabajo, creen en elpotencial decuración, educación y crecimiento deotrosseres humanos.
  • 10. XVIII • Psicoterapia dé grupo en la práctica clínica (Introducción) BENEFICIOS PARA EL TERAPEUTA DE GRUPO Además de su efectividad terapéuticapata los pacientes, laterapia de grupo representavarias ventajas para el clínico. Cualquiera que observa a un paciente comenzar el trabajo en un grupo, está familiarizado con las sorprendentes ganancias en la comprensión del terapeuta acercade su paciente, que no estaban disponibles en la hora individual.Más alláde lo que el profesional aprende acerca del enfermo, existe mucho que aprender acerca de uno mismo cuando seconduceun grupo. Atrapado en los mismos procesos deresonanciay amplificación del grupo, el clínico tiene laventaja deobservar, de nuevo, su propio caráctery reacciones de contratransferenciay continuar eltrabajo,deautocomprensión y crecimientopersonal. Entrelas muchas gratificacionesde ser un terapeutade gruposeencuentraqueestaterapia es artísticay científicamentefascinante. Si la narrativaes el primer arte, entonces la observación directa del entrelazamiento de vanas historias humanas a medida que se desarrollan, es un privilegio de primer orden. Los terapeutas de grupo son los beneficiarios de la generosidad de aquellos pacientes que abren sus vidas y sus sí mismos ante sus terapeutas. Los procesos inconscientes que se desarrollan en un grupo profundizan la conciencia de las dimensiones interpersonales de salud y patología, lo mismo que el impacto del sistema en la experiencia intrapsiquica. El clínico estáen libertad de retirarse y dar espacio para que surjan las historias personalesy "tribales".Los grupos ofrecen al terapeutauna perspectivade la cualpuedealejarse y observarsin desprendersedel lazo empático, comopodríasucedersi tornaraesa distanciaen la horadiádica con elpaciente. Una realidad pragmática confronta a pacientes y a quienes los curan. Se aumenta de maneradrásticaelaspecto financierode la atención en salud mental.Es obvialaeconomíadela psicoterapia de grupo y no se le puede ignorar en estos tiempos de recesos limitados, disminución decostosy cuidado administrado. Una de las ventajas más importantes de lapsicoterapia de grupo es su capacidad para extender los servicios óptimos de salud mental a más de aquellos que necesitan tratamiento. Hacerlo más posible por dar el mejor cuidado disponible a una población que el sector privado no atiende a causa de recursos económicos limitados, es algo que nos incurable a todos. Muchos pacientes que no pueden pagar terapia individual, o quepueden tomarla sólo a través de clínicas públicas subsidiadas, tienen la posibilidad de pagar la psicoterapia de grupo con elterapeutamás destacado. Introducción: Defensa de la terapia de grupo • XIX Algunos quizádesean refrescar sus conocimientos con una miradaa lo quehay denuevo en el campo. Los docentes de clínica podrían utilizar algunos de los capítulos como parte de su currículum. En las palabras de uno de los revisores, este libro se diseñó como "un cálido acompañanteparacualquier estudianteen el campo".Laampliadiversidad delector&hacialos que nos dirigimos, iguala la envergaduradel campo de la teoríay terapiade grupo. Por último, el grupo se sostienecomo una fuerte afirmación de todas las maneras en que los terapeutas de grupo ayudana las personasaauxiliarse entresíaaprender, acrecer y asanar. ¿A QUIÉN SE DIRIGE ESTE LIBRO? Estavisión generaldel campose ofrece comouna guíapara elnovatolo mismoque comouna resellaparael clínico con más experiencia. El lector encontraráque algunosde los capítulos son básicos y que algunos asumen más complejidaden el campo,aun así, todos tienen un enfoque clínico, con excepción de las revisiones a profundidad de la investigación en el área. Muchos terapeutas que nunca se han especializado en terapia de grupo ahora están interesados por diversas razones. Algunos desean agregar una nueva opción a su propia práctica. Otros se encuentran administrando programas gripales en unaorganización de salud o en unidades para pacientes internos.
  • 11. Contenido Colaboradores ..................................................................................................... Reconocimientos ................................................................................................ Prefacio .............................................................................................................. J. ScottRutan, PhD Introducción: Defensa de la terapia de grupo Anne Alonso, PhD Hillel1 Swiller, MD PARTE 1 GRUPOS DE TERAPIA PSICODINÁMICA A LARGO PLAZO Capítulo 1. Contribuciones de la terapia analítica de grupo al proceso psicoanalítico............................................. 3 Priscilla F. Kauff, PhD Capítulo 2. Análisis grupal… ............................................................................29 Malcolm Pines, MD y Sylvia Hutchinson, BSc Capitulo 3. Contribuciones de la psicología del si mismo a la teoría y practica de la psicoterapia de grupo ...........................................................................................47 Margaret N. Baker, PhD, y Howard S. Baker, MD X X I
  • 12. XXII  Psicoterapia de grupo en lapráctica clínica (contenido) Contenido  XXIII PARTE II GRUPOS EN HOSPITALES Y AMBIENTES MEDICOS Capitulo 4. Psicoterapia de grupo para paciente con enfermedad mental crónica......................................................69 Walter N. Stone, MD Capitulo 5. Psicoterapia de grupo con pacientes Internos..............................................................................................91 Howard D. Kibel, MD Capitulo 6. Reunión comunitaria..................................................................... 111 Cecil A. Rice PhD Capitulo 7. Grupos en el hospital diurno.........................................................133 Lawrence L. Kennedy , MD Capitulo 8, Grupos bajo tratamiento farmacológico................................................................................. 151 David W, Brook, MD Capitulo 9. Grupos de apoyo personal en instituciones con altos niveles de estrés...............................................................169 Marguerite S. Lederberg, MD Capitulo 10. Terapia de grupo con pacientes físicamente enfermos................................................................... 185 Melvin J. Stern, MD Capitulo 11. Grupos de apoyo familiarpara pacientes físicamente enfermos y sus familias............................................ 201 Kathleen Witheman Carroll, MSW, LCSW PARTE III POBLACIONES ESPECIALES EN TERAPIA DE GRUPO Capitulo 12. Creación de la experiencia de psicoterapia de grupo para adolescentes........................................................217 Albert E. Riester, EdD Capitulo 13. Psicoterapia de grupo para pacientes ancianos........................235 Beryce W. MacLennan, PhD Capitulo 14. Psicoterapia de grupo con pacientes HIV positivos y con SIDA................................................................ 253 Joel C. Frost, EdD Capitulo 15. Terapia de grupo dinamica para pacientes Adictos a sustancias: Reconceptuación.................................. 269 Sarah Golden, PhD, Kurt Halliday, PhD Edward J. Khantzian, MD y William E. McAuliffe, PhD Capitulo 16. Grupos para pacientes con antecedents de trauma catastrófico........................................................... 287 Bessel A. van der Kolk, MD PARTE IV CONSIDERACIONES ESPECIALES Capitulo 17. Psicoterpia combinada individual y de grupo ....................... 307 Kenneth Porter, MD Capitulo 18. Aspectos éticos y legales en psicoterapia de grupo.................339 Maria T. Lymberis, MD Capitulo 19. Establecimiento de grupos en un consultorio de practica privada ..................................................................353 Arnold Cohen, PhD PARTE V ASPECTOS DE GENERO DE LOS GRUPOS Capitulo 20. Mujeres en psicoterapia de grupo...........................................365 Patricia Doherty, EdD y Pamela L. Enders, PhD Capitulo 21. Varones en terapia de grupo................................................... 387 Steven Krugman, PhD y Samuel Osherson, PhD PARTE VI NUEVAS APLICACIONES DE LA TEORÍA Y TECNICA DE GRUPO Capitulo 22. Teoria y técnica de grupo con tiempo limitado.....................417 K. Roy MacKenzie, MD, FRCPC Capitulo 23. Terapia de grupo cognoscitivo-conductual.............................441 Allen Fay, MD y Arnold A. Lazarus, PhD
  • 13. XXIV  Psicoterapia de grupo en la práctica clínica (Contenido) PARTE VII INVESTIGACIÓN Capítulo 24. Investigaciónen psicoterapia de grupo: Perspectivageneralyaplicacionesclínicas...............................................................................................................463 Robert R Dies, PhD PARTE VIII ENSEÑANZA Y ENTRENAMIENTO Capítulo 25. Entrenamiento en psicoterapia de grupo.....................................511 Anne Alonso, PhD Capítulo 26. Grupo de proceso para entrenamiento de residentes psiquiátricos......................................................... 523 Hillel LSwiller, MD, Enid A. Lang, MD y David A..114,erin, MD Capítulo 27. Cómo llevar a cabo un taller d ep sicoterap iadegrup o...............................................................................................................................................................................................................................................................................................................537 Lawrence J. Bader, PhD Índice.....................................................................................................................553 Gruposdeterapia psicodinámica a largo plazo
  • 14. Priscilla F. Kauff, PhD Contribuciones de la terapia analítica de grupo al proceso psicoanalítico "La mayoría tenemos sólo una historia dentro de nosotros; la vivimos y la respiramos y la pensamos y vamos hacia ella y bailamos con ella; nos acostamos con ella, la amamos, odiarnos y esa es nuestra historia". C arolyn See, Golden Days INTRODUCCIÓN Por lo común se cree que el cambio y alteración concreta de la personalidad en el curso de la propia vida, es el resultado esperado de la psicoterapia en cualquiera de sus variedades. Aunque existe cierta verdad en esta creencia, la meta última del tratamiento psicoanalítico no consiste en el cambio per se, sino más bien en determinar las condiciones para el cambio y crecimiento posterior. El proceso es, en términos fundamentales, de cuestionamiento; la meta general consiste en articular tanto como sea posible y comprender lo que puede comprenderse. El proceso psicoanalítico tiene por objetivo contar la "historia dentro de nosotros" de manera tan clara y completa como seaposible, a fin de maximizar el control del individuo sobre esahistoria, tanto duranteeltratamiento como mucho despuésdequeésteterminó. Las fuerzas que se originan dentro del individuo y en la situación de tratamiento conspiran con los factores externos para complicar el proceso 3
  • 15. 4 Psicoterapia de grupo en la práctica clínica (Capítulo 1) analítico. Cuando las fuerzas son intrapsíquicas, se les comprenden, en parte, como reflejo de la resistencia del paciente al tratamiento y, como tales, constituyen una expresión específica de la patología que la terapia tiene por objetivo. Lo mismo ocurre con el grado en el cual las fuerzas intrapsíquicas encuentran su expresión en la resistencia de transferencia, una parte de la fibra de las relaciones entre terapeuta y paciente. De nuevo, estos factores se vuelven un blanco crítico del proceso de tratamiento. La evolución de la modalidad diádica de tratamiento (incluso el papel del analista y las técnicas específicas que utiliza) se ha moldeado en función de la meta de lidiar de manera exitosa con la transferencia y resistencia del paciente. A pesar de que algunas técnicas específicas han tenido comienzos bastante humildes, han sobrevivido a través del tiempo debido a sus contribuciones (en ocasiones no esperadas) a este esfuerzo. Por ejemplo, el uso del diván, una técnica que inició Freud para evitar su propia timidez y para facilitar la regresión y asociación libre de su paciente, ha perdurado en gran medida a causa de su propia efectividad en cuanto a que alienta el surgimiento de sentimientos transferencia-les que, de otra manera, permanecerían inhibidos. De manera similar, el uso de la díada, el modo tradicional paciente— médico de consulta, ha exhibido de manera consistente ciertos rasgos que son terapéuticos por sí mismos. Por ejemplo, la díada se ha ligado a la unidad madre— hijo; ésta, tan sólo por ser una interacción continua y en la que se puede depender, sirve como una "función de sostenimiento" (Winnicott, 1965) para el paciente, con sus propias consecuencias terapéuticas positivas. La seguridad, estabilidad, constancia y privacía de la díada; aparejadas con la supuesta atención completa de parte del terapeuta, conducen de modo incuestionable al autoexamen riguroso del cual consiste en' gran medida el proceso psicoanalítico. Estos factores, por su parte, en combinación con los fuertes lazos emocionales que genera esta relación íntima y persistente, facilitan la autorrevelación y el surgimiento de la transferencia. Por otra parte, la díada tiene tanto limitaciones intrínsecas coma algunas desventajas como modalidad única de tratamiento. Por ejemplo, las ganancias secundarias de la recapitulación de la unidad madre—hijo, quizá engendren, en particular en un tratamiento-:a largo plazo, una dependencia exagerada en el terapeuta, quepuede, en su momento, convertirse en sí misma en algo patológico. La "atención completa del analista" es, cuando mucho. un acercamiento y el paciente compite, sin quererlo, con la vida interna del analista para obtener dicha atención. La privacía de la citada, a pesar de lo útil que pueda ser en alentar al paciente a que comparta su vida interna, depende de una estructura en la que sólo otra persona escucha y sólo otro, sujeto responde a las comunicaciones del paciente. Esa otra persona trae a la (liada sus propias limitaciones, que afectan la comunicación y comprensión, en ocasiones de manera crítica. Más allá de los peligros latentes de la contratransferencia a los cuales está sujeto cualquier terapeuta, los requisitos de una conducta analítica adecuada (por ejemplo, neutralidad y abstinencia) pueden volverse impedimentos porqueprohíben ciertos tipos ele Contribuciones de la terapia analítica de grupo al proceso psicoanalítico  5 respuesta de parte del terapeuta que son necesarios para el éxito final de tratamiento. De igual modo, la regresión que pueden generar el clima emociona intenso y el uso del diván, en sí misma en ocasiones se vuelve un escollo grave para los pacientes cuya fortaleza del yo es menos consistente de lo que parecí: en un principio. En un inicio, la terapia analítica de grupo se desarrolló en manos de aquéllos profesionales quienes, con mayor frecuencia por razones prácticas, se aventuraron fuera de la seguridad y privacía de la díada hacia el mundo más turbulento del grupo, para llevar a cabo el tratamiento. Estos pioneros, entre ellos Henrietu Glatzer, Helen Durkin, Alexander Wolf y Wilfred Bion, por lo común y llegaron al uso de una modalidad de grupo de manera deductiva basada en un razonamiento metapsicológico. Tampoco, a un nivel más concreto, se volcaron de inicio hacia el grupo para evitar las limitaciones técnicas u operacionales que se mencionan antes con respecto a la díada. La conciencia más completa de las: ventajas del grupo ha sido un proceso largo y en gran medida post hoc.I Enuncian la lógica que presta apoyo al empleo de la modalidad de grupo y explicar la efectividad clínica que se ha demostrado de manera consistente, ha requerido de un continuo esfuerzo, del cual este capítulo es una parte. Para tal fin, por lo general se consideran en detalle las contribuciones significativas del grupo analítico al proceso analítico, en términos de la capacidad del grupo para la superación de las limitaciones que pueden enfrentarse en la díada y en términos del poder terapéutico que éstegenera de modo independiente. CONSIDERACIONES TEÓRICAS BÁSICAS En un inicio, la terapia de grupo la desarrollaron clínicos que recibieron entrenamiento en el uso de la modalidad diádica. La mayoría de los estudiantes. A través del curso de su desarrollo, han existido algunos argumentos metapsicológico: serios quese han ofrecido como razón fundamentalpara eltratamiento grupal, entre ello: la impresionantediscusión de Foulkesy Anthony (1965) y la de Bion (1959), cada unade las cuales sugiere que la modalidad multipersona de tratamiento encaja de manera más cercan con las realidades intrapsiquicas y del desarrollo de la existencia humana como ellos la: conceptuaron. En el extremo más práctico del espectro, Durkin (1964) discute que los miembros del grupo se benefician ipso facto de compartir la etapa de tratamiento, porque "t. dos los miembros comparten los mismos impulsos básicos y la misma estructura mental aunque en diferentes proporciones. Han vivido a través de las mismas fases epigenéticas y experimentaron conflictos análogos en cada nivel del desarrollo. El hecho de que cada miembro ha encontrado su propia resolución efectiva o patológica a sus conflictos... tan sólo sirve para que se enriquezcan sus comunicaciones y proporcionar una oportunidad de adquirir horizontes más amplios mientras que llegan a una determinación personalmás completa" (páginas 3-4).
  • 16. 6 Psicoterapia de grupo en la práctica clínica (Capítulo 1) Contribuciones de la terapia analítica de grupo al proceso psicoanalítico  7 de hoy en día siguen la misma vía (es decir, el entrenamiento en la modalidad tradicional paciente—terapeuta precede al entrenamiento en grupo). De manera típica, los conceptos psicoanalíticos de patología y tratamiento se aprenden primero dentro de un marco diádico. La transformación del contexto de tratamiento de uno a muchos, requiere más que la expansión de los límites del tratamiento; de manera simultánea requiere que se alteren algunos conceptos fundamentales para acomodar tanto los nuevos datos que proporcionará la modalidad de grupo como las formas desconocidas que asumirán algunos de los lejos materiales. De modo similar, ciertas técnicas de tratamiento grupal difieren en términos significativos de aquellas que son apropiadas en la díada y los cambios técnicos pertinentes los tiene que absorber y comprender el futuro profesional de grupo. Estos cambios en concepto y técnica, por no decir los - eferentes a la modalidad de tratamiento, deben colocarse dentro de un marco general comprensible. Las técnicas sin una subestructura teórica son como cohetes no guiados. Existe poco sentido en la discusión acerca de la legitimidad, calidez clínica o utilidad final de la terapia de grupo como modo de tratamiento psicoanalítico, sin aclarar su lugar dentro del marco conceptual general del cual es parte. Todos los clínicos desarrollan sistemas de creencias, teorías personales, por decirlo así, ya sea que se enuncien o no, en cuanto a la naturaleza de la psicopatología y la manera en que debe tratársele. Estos sistemas de creencias reflejan, de manera típica, aquellos marcos teóricos que mejor encajan con las propias tendencias conceptuales personales. También se conectan íntimamente a un nivel práctico, ya sea que la conexión sea obvia de manera inmediata o no; es decir, las suposiciones teóricas del terapeuta iluminan el material al cual atiende, guían la comprensión acerca de dicho material y determinan en gran medida cómo se interviene o responde en el entorno de tratamiento. Los estudiantes de teoría freudiana están familiarizados con la importancia del marco teórico para los aspectos específicos de la técnica. Cada uno de los cinco principales modelos del funcionamiento mental que caracterizan a la teoría (es decir, los modelos topográfico, económico, genético, dinámico y estructural) han realizado su propia contribución particular a la comprensión del origen, naturaleza de la psicopatología o de ambas. Más que ello, cada modelo ha integrado dentro de sí alguna noción más o menos completa de la manera en que mejor se trata esa psicopatología. Por ejemplo, el modelo topográfico postula que los contenidos de la mente se estratifican en capas diferenciadas por su proximidad a la conciencia. Estos estratos se designan, de manera suficientemente apropiada, como "consciente", "preconsciente" e "inconsciente". Dentro de este modelo del funcionamiento psíquico, la psicopatología se entiende como el resultado de la cantidad y tipo de contenidos mentales que residen ("se reprimen") en el inconsciente. Los impulsos que se asocian con estos contenidos mentales intentan penetrar continuamente las barreras sucesivas a través del preconsciente hasta llegar a la conciencia. La presión que generan estos impulsos intrusos da lugar a ansiedad, formación de síntomas y otras maniobras defensivas. Para tratar de manera adecuada la patología resultante, un camino lógico, atractivo por su sencillez, dicta que debe hacerse consciente lo inconsciente, mediante despejar las vías y exorcizar los demonios, por decirlo así. Se supone que al hacer esto, se aligerarán las consecuencias subsecuentes a la presión generada por los contenidos enterrados y se aliviará la patología. Con el advenimiento del modelo estructural, que surgió- mucho después en el trabajo de Freud (1923), cambió tanto la naturaleza del funcionamiento psíquico y de la psicopatología, como la prescripción para su tratamiento. El modelo ya no proponía una estratificación vertical de los procesos mentales sino que, en su lugar, postulaba tres estructuras mentales definibles: yo, ello y superyó, cada una de las cuales tiene componentes conscientes e inconscientes. Dentro de este - modelo, la psicopatología ya no se conceptúa como una función de los contenidos mentales enterrados que intentan salir a la conciencia, sino que se define de manera más compleja (es decir, como un desequilibrio entre las tres estructuras psíquicas). La psicopatología resulta del fracaso del yo por mediar de manera adecuada entre las presiones de los impulsos instintivos y las prohibicio- nes del superyó en contra de la gratificación de dichos impulsos y en lugar de ello, sucumbe a los conflictos en los que se ve implicado. De manera típica, el yo también resulta insuficiente para enfrentar las tareas de la realidad de las cuales se supone que esté a cargo. De la misma manera que la frase "hacer consciente lo inconsciente" resumía el tratamiento deritro del modelo topográfico, el tratamiento apropiado de la psicopatología dentro del modelo estructural se resume en la frase "donde había ello, deberá haber yo". Én otras palabras, la pauta consiste en restaurar el equilibrio entre las estructuras psíquicas de modo que el yo sea capaz de mantener un arreglo cómodo entre la vida instintiva, los requerimientos del' superyó y las demandas de la realidad. En los últimos decenios, a medida que la psicología del yo se ha hecho cada vez más prominente, la naturaleza y cualidad del funcionamiento del yo se han vuelto cada vez más significativas, como modelo diagnóstico y como centro de atención del tratamiento. En el sentido más general, el yo se evalúa en términos de lo apropiado de sus respuestas y de la efectividad de sus soluciones a largo plazo en una variedad de tareas del desarrollo y adaptativas que caen dentro de su territorio. De la misma manera, es a las deficiencias o fracasos del yo a los que se dirige cada vez más el tratamiento. Dentro del marco de tratamiento, la psicopatología se manifiesta en su forma "más pura" y accesible en el proceso de transferencia, que evoluciona en el curso de la terapia. Tanto la transferencia como la resistencia que se movilizan en contra de su exploración engloban la patología específica del individuo; en otras palabras, son al mismo tiempo el producto y las expresiones en vivo de las dificultades o deficiencias actuales del funcionamiento del yo. Así, el hito de la técnica "psicoanalítica" lo constituye el hecho de que el foco de la intervención y exploración analítica sea la resolución de la resistencia y la transferencia, que da, como consecuencia esperada de dicha resolución, un alivio a la angustia psíquica.
  • 17. 8  Psicoterapia de grupo en la práctica clínica (Capítulo 1) Contribucionesdela terapia analítica degrupo al proceso psicoanalítico  9 Debido a que la psicología riel yo postula que la psicopatología está en términos del funcionamiento inadecuado, perturbado o defectuoso de otra manera, del yo, las fuentes de datos en cuanto a la patología no necesitan limitarse a Fenómenos de tratamiento como la resistencia y la transferencia. Se espera que las perturbaciones del yo aparezcan en la conducta del paciente en general, de manera más o menos obvia, todo depende de la naturaleza del entorno en el que se observe la conducta. Ya sea que se informe de un sueño o de una fantasía primitiva o se funcione en el punto máximo de la propia profesión, opera el mismo yo y estará sujeto a las mismas dificultades. Por supuesto, el grado en el que la patología domina la experiencia o conducta variará de un caso a otro, pero la observación cuidadosa mostrará signos de su presencia en cualquier aspecto de la vida del individuo, dentro o fuera del entorno de tratamiento. Los indicadores tradicionales de psicopatología, como sus manifestaciones distónicas (ansiedad activa, síntomas evidentes, defensas rígidas, perturbaciones cognoscitivas o del impulso y relaciones objetales deterioradas), serán ubicuas, si bien en diversos grados. Más que eso, se sabe que dentro riel marco psicológico del yo, la psicopatología no se limita a manifestaciones distónicas sino que aparecerá en formas egosintónicas, como rasgos duraderos de carácter, en forma de patrones o respuestas repetitivas ante estímulos similares, posturas corporales fijas u otras características físicas y en toda una diversidad de conductas más activas pero no verbales. Dentro de este contexto, no es accidente que la psicoterapia analítica de grupo haya florecido junto con el cambio a la psicología del yo corno un marco conceptual prominente. Entre más amplia sea la ventana hacia el yo en acción, más variadas serán las oportunidades de observarlo y más rica y productivapuede ser la recolección de datos. La terapiaanalítica de grupo, como modalidad de trata- miento, proporciona una ventana amplificada por la cual ver el funcionamiento del yo en sus momentos más gloriosos y tristes (para una relación del impacto de la teoría de las relaciones objetales en la terapia grupal, véase Capítulo 2). TERAPIA ANALÍTICA DE GRUPO Y PROCESO DEL TRATAMIENTO PSICOANALÍTICO Las técnicas fundamentales del psicoanálisis se aplican por igual al tratamiento individual y de grupo. El foco del análisis de la transferencia y resistencia para que mejore el funcionamiento del yo, al igual que para que se expanda el dominio del yo sobre la experiencia y conducta, caracterizan al tratamiento psicoanalítico en cualquiera de sus formas. Tanto en el tratamiento de grupo como en el individual, debe lidiarse con la resistencia de modo que la transferencia esté disponible para escrutinio analítico. Cuando la resistencia está determinada de manera caracterológica y aparece en combinación con la transferencia (es decir, cuando se incorpora dentro ele las conductas y actitudes sintónicas, con patrón y duraderas del paciente), con frecuencia, la modalidad de grupo es más efectiva en facilitar el proceso analítico que en la modalidad diádica, A pesar de que el enfoque técnico general y las metas del tratamiento psicoanalítico, tanto en el grupo como en la díada, son básicamente iguales, existen algunas diferencias que deben considerarse. Éstas incluyen las fuentes de datos, el aspecto de la regresión y el uso general del grupo como un contexto de tratamiento. FUENTES DE DATOS Los datos primarios en el tratamiento analítico son, en términos básicos, lo que el paciente dice, lo que hace y la forma en que es "de manera característica". Ningún "ello", "superyó" o "mecanismo de defensa" se presentan de manera observable o tangible. Éstos son constructos hipotéticos que se deducen de los datos conductuales (por ejemplo, palabras, acciones y comunicaciones corpora- les) que están disponibles, en un sentido empírico, ante el terapeuta. Es a partir de estos datos conductuales inmediatos que se derivan los conceptos explicato rios del material inconsciente y de las operaciones defensivas. Es claro que entre más de estos datos se tengan, es mejor. Entre más pueda verse al paciente en acción, más puede comprenderse acerca del paciente y más puede entender éste acerca de sí mismo y alterar lo que puede alterarse. A pesar de que, en la mayor parte de los casos, es poco práctico observar a los pacientes cuando llevan a cabo sus vidas cotidianas (excepto en ambientes donde están internos), es ventajoso tener tanta oportunidad como sea posible para observar a los enfermos bajo una variedad de condiciones. La observación de los pacientes en un entorno psicoanalítico, en el que existe cierto control sobre los estímulos y algo de consistencia en ellos, en su momento dará claridad a lo que se observa o reducirá la confusión acerca de ello. Esta observación creada en la díada se enriquece y limita por la condición de control cuidadoso del estímulo que ésta ofrece. A pesar de que la díada tiene la ventaja definitiva de que sólo hay una persona con el paciente dentro de la habitación, con lo cual más o menos se enfoca el proceso de transferencia sólo en un objeto, esta misma dimensión genera sus propios problemas (algunos de los cuales se mencionaron antes). Las fuentes de datos que están disponibles al tratamiento se limitan a los informes del paciente, a la relación de trabajo y a la relación real entre terapeuta y paciente (como la observa el terapeuta) y, por último, a la transferencia que se manifiesta en el tratamiento. Aunque, por supuesto, el terapeuta puede observar el lenguaje corporal del paciente y, a través de largos periodos de tiempo, el patrón de sus respuestas ante ciertos estímulos repetitivos, el modo primario de comunicación es verbal. Es claro que, en sí mismos, los informes verbales de un paciente, ya sea en forma de asociación libre, de respuesta ante las intervenciones del terapeutao de recontar las experiencias
  • 18. 10  Psicoterapia de grupo en la práctica clínica (Capítulo 1) Contribucionesdela terapia analítica degrupo alprocesopsicoanalítico  11 provenientes del exterior de la habitación terapéutica, requieren que dicho paciente supere su propia resistencia para que sea capaz de proporcionar un informe completo. En el modo tradicional de trabajo analítico, se necesita gran esfuerzo para, en primer lugar, translaborar la resistencia, lo cual es un proceso que genera datos valiosos pero que también aumenta el tiempo de tratamiento. A pesar de que el grupo no permite la privada y los estímulos reducidos de la díada, si permite que se reúnan casi todos los mismos datos. Lo que se sacrifica en términos de la "pureza" de la transferencia (si tal cosa existe) se ve más que compensado por la observación directa del funcionamiento, y/o disfunciona- miento real del paciente o de ambos. El grupo no sólo permite el propio informe . del paciente acerca de la experiencia interna y externa, sus percepciones del terapeuta y sus reacciones ante él, sino que además proporciona más personas hacia las cuales puede responder y más sujetos que pueden reaccionar hacia el paciente. Los datos son activos, no pasivos. Se extiende la arena para la transfe- rencia de su eje tradicional vertical a uno horizontal que involucra diferentes objetos y aun, en ocasiones, al grupo en su totalidad. Más que ello, debido a que, por lo general, las condiciones del estímulo dentro del entorno grupal no están sujetas al control del paciente, es probable que sus respuestas sean menos controladas. Aunque en ocasiones no se obtenga una imagen tan "pura" de la transferencia, se obtiene una imagen mucho más completa de la patología de carácter del paciente en acción. No sólo el terapeuta puede observar las respuestas espontáneas, sin corregir, del paciente y sus patrones duraderos de conducta en respuesta tanto a los estímulos constantes como ocasionales, sino que también lo pueden hacer otros pacientes y el paciente mismo, Este retrato bastante más complejo del paciente con todas sus fortalezas y debilidades, esta visión caleidoscópica de la persona, es una función directa de una situación multimodal de tratamiento. EL PROBLEMA DE LA REGRESIÓN La regresión ha tenido por largo tiempo una posición respetada dentro del dominio psicoanalítico, como fenómeno clínico y como un rasgo importante del tratamiento. Una de sus funciones primarias consiste en que facilita que se exponga o aclare la fijación u otras fallas adaptativas a las cuales puede ligarse una psicopatología posterior. Muchos aspectos de la situación diádica de tratamiento, aparejados con técnicas tradicionales como la frecuencia de las reuniones, dependencia en el analista, uso del diván y abstinencia analítica, alientan el desarrollo de una regresión prolongada e intensa. Es una verdad incuestionable el hecho de que el grupo no fomenta la regresión; de hecho, dentro del contexto del grupo, no se le alienta o se le considera necesaria. En realidad, con excepción de los pacientes más enfermos para los cuales, en cualquier caso, sólo sería apropiada una modificación del tratamiento analítico de grupo, la regresión prolongada casi nunca sucede. Por otra parte, las regresiones de corta duración, intensas y, en ocasiones, muy primitivas, sí ocurrirán dentro del grupo, aun con los pacientes menos patológicos (Durkin y Glatzer, 1973). En general, estas regresiones son simultáneas con el surgimiento (con frecuencia por primera vez) de transferencia primitiva, negativa. Muchas veces, estas regresiones sorprenden de igual manera al paciente y al analista, porque la situación diádica tiende a excluir tales "brotes" en los pacientes que de otra manera funcionan en extremo bien. Las diferencias en regresión que ocurren en la díada y en el grupo sacan a relucir algunas dudas interesantes. Primero, en el contexto del punto de vista de la psicología del yo acerca de la psicopatología, la regresión tal vez sea bastante menos importante en el proceso de tratamiento de lo que se había supuesto antes en 1a- historia del psicoanálisis, cuando se rastreaban de manera cuidadosa las vicisitudes de la libido para la localización de fijaciones psicopatológicas. En lugar de ello, a medida que el yo y sus defensas se han vuelto más el foco para la comprensión y tratamiento de la psicopatología, el proceso y contenido de la regresión se han vuelto menos importantes que la capacidad del yo para lidiar con tal regresión y sus posibles consecuencias. Esto no quiere decir que el tratamiento psicoanalítico contemporáneo sólo se interese en la estructura y no en el contenido. En realidad, la regresión ha sido, y continúa siendo, un vehículo útil para mostrar el contenido específico en general primitivo, del cual consiste la transferencia y que, por necesidad, define los- temas discutidos en el tratamiento. Sin embargo, el contenido se manifiesta en una variedad de formas y, con frecuencia, se aumenta en los entornos grupales porque el paciente responde a mucho más; y, debido a que sí ocurren regresiones esporádicas, también se aclara la capacidad del yo para lidiar con ellas y para recuperarse. La regresión puede considerarse en términos del curso lineal, cronológico, que toma (es decir, hacia atrás en el tiempo en un sentido del desarrollo). También se considera en términos del nivel de experiencia y de la extensión del componente emocional que implica (es decir, un proceso en el que se exponen dentro de su contexto emocional las capas más primitivas, pero aún activas, de la experiencia). El insight en ausencia de emoción tiene poco valor terapéutico; no puede subestimarse que la regresión contribuya en términos de la intensificación del contexto emocional que ésta genera. De hecho, la transferencia, como principal vehículo para el tratamiento analítico, es crucial precisamente debido a que proporciona una oportunidad para la comprensión dentro de un contexto con un nivel emocional intenso. En el sentido en el que la regresión o un proceso regresivo representan un papel en la transferencia, su contribución puede ser de igual influencia tanto en los ambientes individuales como grupales, a pesar de las diferentes formas que toma. En la díada, se le puede comprender de mejor manera como el principal vehículo para la liberación de emoción primitiva y su contenido asociado que, de otra manera, serían inaccesibles en el medio más controlado de dos personas. En el grupo, debido al intenso clima emocional que se desarrolla de manera natural entre los miembros, es bastante menos importante la regresión como
  • 19. 12  Psicoterapia de grupo en la práctica clínica (Capítulo 1) Contribucionesdela terapia analítica degrupo alprocesopsicoanalítico 13 vehículo de liberación emocional. Cuando ocurre, tiende a ser signo de que se ha tocado material particularmente primitivo o sensible que excede en mucho a las capacidades defensivas del yo, por lo cual se destacan tanto los contenidos importantes y extravagancias de ciertos aspectos del funcionamiento del yo. GRUPO ANALÍTICO COMO CONTEXTO DE TRATAMIENTO En las fases iniciales del tratamiento analítico diádico, el aspecto más importante del papel del analista consiste en el establecimiento de las condiciones necesarias para que el trabajo continúe. Esta tarea incluye, por lo general, descripción del contrato, comienzo de la alianza terapéutica y desarrollo de un ambiente confia- ble del cual depender y en el que no exista la crítica (para una discusión más completa de la alianza terapéutica, véase Glatzer, 1978). El resultado deseado es que el paciente pueda tener acceso a sus procesos internos e informe de éstos al analista con una mínima inhibición, incluso, por supuesto, los sentimientos y fantasías acerca del analista. En otras palabras, la intención consiste en establecer las condiciones que conduzcan de mejor manera a la asociación libre y que implique la menor cantidad de resistencia y maximice el potencial para el desarrollo y exposición de la transferencia. De manera similar, en el entorno grupal, la tarea inicial del líder de grupo consiste en ayudar a que se desarrolle y mantenga un método de funcionamiento que proporcione las condiciones necesarias para que prosiga el trabajo analítico de manera más eficaz. También, en el grupo, deben establecerse, en la fase inicial del tratamiento, tanto la alianza terapéutica como el contrato entre los miembros en cuanto a confidencialidad, aspectos del tratamiento y conducta que se espera tanto del paciente como del terapeuta. El contrato se renegocia cada vez que sea necesario a través de la vida del grupo. Sin embargo, debido a que el grupo es una modalidad multipersona, la meta no sólo consiste en fomentar el proceso de asociación en cada individuo participante. Transferencia y resistencia no se limitan a la (liada paciente—analista. La situación se vuelve más compleja en el grupo, donde hay tantos individuos que interactúan y reaccionan. Las cada vez mayores fuentes de datos le proporcionan al analista una multitud de opciones y retos. El material relevante e importante tal vez provenga de una sola persona, de los miembros, del individuo que interactúa con un miembro (o miembros) y del grupo como unidad total. La terapia analítica de grupo no es más monolítica que la teoría psicoanalítica en su totalidad.*Todo el material disponible puede Proporcionarle un material rico al analista y al paciente, pero el foco de atención del terapeuta varía, de manera significativa, de un líder a otro. La diversidad de enfoques del uso Estas diferencias entre aquellos que practican el análisis se vuelve clara cuando se enuncian las suposiciones teóricas subyacentes.2 Es igualmente cierto tanto para los terapeutas de grupo como para lo: individuales que el punto de vista que se tiene acerca de la psicopatología y de aquello que se requiere para dar tratamiento dictarán el enfoque de terapéutica que se elija. Cuando se añade el concepto del terapeuta acerca del papel de grupo en el proceso de tratamiento, de esto se sigue por lógica la fuente y tipo: de datos que buscará y la naturaleza de la intervención que realizará. De esta manera, identifican tres orientaciones principales. Primera, el grupo puede utilizarse principalmente como entorno para el tratamiento, en el que la interacción más importante es aquella que se da entre analista y paciente en un momento dado. Se considera que la patología se origina y localiza dentro del individuo éste quien es el objeto principal de la terapia. En segundo lugar, el grupo en s se considera como el objeto del tratamiento. En esta orientación, se concibe que la psicopatología se localiza en el grupo como un todo. La terapéutica de la psicopatología requiere del tratamiento de todo el grupo. En tercer lugar es posible el empleo del grupo como un agente significativo o, aun, único, pare el tratamiento. A pesar de que, en general, en este enfoque se piensa que la patología se ubica en el individuo, el objeto designado del tratamiento, es el poder terapéutico del grupo el que se moviliza para tratar la patología. El grupo como un entorno. El uso del grupo como entorno de tratamiento se ejemplifica mejor en el trabajo de Wolf y Schwartz (1962). Como seguidores rigurosos de los primeros modelos del psicoanálisis (topográfico, genético y económico), consideraban que la psicopatología se localizaba a nivel intra psíquico, en función del material reprimido y conflictivo, cuyos aspectos específicos se esperaba que surgieran a la conciencia durante el tratamiento. El papel del analista consistía en "tomar el mando en la búsqueda de los procesos inconscientes mediante promover la asociación libre, el análisis de sueños, resistencia y transferencia" (Wolf y Schwartz, 1971, página 250). Debido a que el crecimiento y diferenciación del individuo era una de las principales metas del tratamiento, estos profesionales tendían a ser bastante cautelosos acerca de cualquier involucramiento con el grupo o con los llamados procesos grupales, a los que consideraban raticos. Más bien, veían al grupo tan sólo como un conjunto de individuos interesados de manera mutua, que podían contribuir al tratamiento de un compañero miembro en cualquier variedad de formas, todas auxiliares. Podían escuchar y dar apoyo, empatía y sugerencias. También podían actuar como objetos alternativos de transferencia, pero no se esperaba que participaran en la transferencia o en su interpretación, que era un trabajo que se reservaba para el analista. Wolf y Schwartz consideraban que el hecho de que el analista atendiera a los "fenómenos grupales" o "procesos de grupo" era un sabotaje a las metas del tratamiento. específico de la modalidad de grupo analítico como vehículo en el proceso analítico en general, se diferencian en primer término por las fuentes preferidas de datos y por los procesos que se consideran como necesarios para recolectarlos. 2 El material que sigue se presentacon mucho mayor detalle en una publicación anterior (Kauff, 1979).
  • 20. 14  Psicoterapia de grupo en la práctica clínica (Capítulo 1) Contribucionesdela terapia analítica degrupo alprocesopsicoanalítico  15 En la práctica real de la psicoterapia de grupo, este modelo se asemeja más al análisis individual dentro de un entorno grupal. A pesar de que requiere de poca revisión de la técnica, no aprovecha el poder del grupo como agente terapéutico. Por otra parte, mantiene algunos de los aspectos en particular terapéuticos de la díada, en especial la oportunidad para enfocarse de manera exclusiva en los procesos inconscientes de un individuo y la búsqueda de éstos a nivel profundo, mientras que el tratamiento se pone a disposición de muchos pacientes a la vez. Es obvio que esto era deseable porque los procesos inconscientes individuales eran, para Wolf y Schwartz, la fuente de la percepción y conducta patológica en adultos y, por tanto, los blancos más apropiados parael tratamiento. El grupo como un objeto. Este punto de vista del grupo como objeto del tratamiento, un modelo que se conoce como el "grupo como un todo", debe sus orígenes a los primeros trabajos de Bion (1959). La metapsicología de Bion, que se gobernaba en gran medida por la teoría de las relaciones objétales de Klein (1968), lo condujo a un principio básico bastante opuesto al de Wolf y Schwartz, que decía que el individuo no puede comprenderse de manera verdadera fuera del grupo al que pertenece. Es decir, desde el punto de vista de las relaciones de objeto, la vida psicológica se moldea por el desarrollo e interacción entre objetos internos y por el impacto del mundo objetal interno sobre la percepción y prueba de realidad. Siguiendo la línea que marcó Klein, Bion sostuvo que la patología tiene un origen principalmente preedípico, que las ansiedades que residen en la raíz de la mayor parte de la psicopatología adulta son muy primitivas y que se requiere un proceso regresivo bastante mayor para que se manifiesten estas ansiedades dentro del tratamiento. Más que ello, Bion sostenía que la participación del grupo, en sí misma, funciona para reavivar estas ansiedades, que por su partedisparan justo el proceso regresivo que se necesita. Bion denominó a estas regresiones grupales: "suposiciones básicas", que se definen por actitudes, fantasías y emociones que se agrupan juntas y se defienden contra las ansiedades primitivas (psicóticas, en el marco conceptual de Bion). Representan un esfuerzo colectivo del grupo para resistir el surgimiento del primer material psicótico que subyace a la vida psicológica y a la patología de cada miembro. Así, para Bion se requiere que el grupo exponga y trate la patología a un mismo tiempo. El único blanco apropiado de tratamiento en el modelo de Bion consiste de las ansiedades y defensas que el grupo, como un todo, comparte en común (a pesar de que el individuo continúa siendo el supuesto beneficiario de la terapéutica). De acuerdo con Bion, el papel del líder grupal consiste en la comprensión e interpretación de la resistencia del grupo. Este papel dicta la técnica peculiar de liderazgo que se conoce como el método Tavistock, llamado así por la clínica en la que Bion desarrolló tus técnicas y escribió sobre ellas. La tarea del líder consiste en abstenerse de intervenciones de cualquier tipo excepto aquellas que se dirigen hacia las ansiedades psicóticas del grupo como un todo a medida que se manifiestan durante las reuniones grupales. Dirigirse hacia el individuo o hacia sus ansiedades independientemente del grupo es un error técnico que él consideraba de la misma gravedad con la que Wolf y Schwartz veían al concepto del "grupo" mítico, es decir, como un sabotaje al tratamiento. El grupo como agente. La mayoría de los terapeutas analíticos de grupo en la actualidad no se adhieren a cualquiera de las posiciones bastante extremas que se resumen antes. Más bien, como podría esperarse, tienden a ser más comunes las técnicas que se enfocan en algunos momentos en el individuo y en otros en el grupo. De hecho, cuando el grupo se considera como un agente potencialmente poderoso para el tratamiento, el foco de atención se cambia de un lado al otro, del grupo al individuo, con bastante libertad. La dirección de la intervención es hacia la fuente de la resistencia a la terapia en cualquier momento en el tiempo (es decir, resistencia individual o grupal) y seguía en general mediante un intento por facilitar los procesos en curso dentro del grupo. A pesar de que esta tradición comenzó, en parre, con Foulkes y Anthony (1965), se desarrolló en Estados Unidos durante muchos decenios de trabajo y con base en los escritos de Durkin y Glatzer (1973). El concepto de proceso grupal es crítico para la comprensión de una orientación que cultiva, de manera deliberada, al grupo como herramienta terapéutica. El término proceso grupal se refiere al producto de las interacciones espontáneas, verbales y no verbales, entre los miembros del grupo y su líder. En una extensión metapsicológica de la dinámica del individuo a la del grupo, Foulkes y Anthony (1965) describieron un proceso que llamaron "asociación grupal" como sigue: En el grupo, las mentes de personas que se desconocen, con condiciona- mientos individuales totalmente diferentes, reaccionan y responden unas hacia otras... Sus respuestas, verbales o no verbales, conscientes o inconscientes, hacia las producciones de cada uno de ellos, pueden utilizarse como asociaciones aproximadasa un contexto común... Ahora tratamos a las asociaciones como basadas en el campo común de la comprensión instintiva inconsciente de cadauno... Aceptamos que las ideas y comentarios que expresan diferentes miembros tienen el valor de interpretacionesinconscientes (página 29). El proceso grupal es la analogía más cercana dentro del entorno grupal al proceso de asociación libre en el ambiente diádico y el líder se dedica a facilitar este proceso a lo largo del tratamiento de grupo. El desenvolvimiento del proceso grupal se asemeja a aquel de la asociación libre pero supera los límites intrapsíquicos y se mueve en un plano horizontal (entre miembros) y hacia un plano vertical (miembro o miembros hacia terapeuta). Incluye al conjunto completo de transferencia y resistencia, función y disfunción yoica y síntomas y defensas de carácter que se esperaría se manifestaran en el entorno individual intensivo. La suposición de trabajo en este modelo de la terapia de grupo es que si el proceso grupal opera con el máximo interés y esfuerzo (es decir, si se atiende de manera consistente y exitosa a las resistencias, de origen grupal o individual), las diversas
  • 21. 16  Psicoterapia de grupo en la práctica clínica (Capítulo 1) Contribucionesdela terapia analítica degrupo alprocesopsicoanalítico 17 fuerzas cambiantes del grupo también operarán a su capacidad máxima para el beneficio de cada uno de sus miembros. En este sentido, el proceso del grupo es a la vez un producto y un agente del proceso analítico como se realiza en el grupo. En última instancia, se vuelve el medio a través del cual el grupo tiene una función interpretativa y realiza una amplia variedad de otras intervenciones de cambio. Así, el proceso de grupo posee una fuerza curativa propia al tiempo en que funciona como base para el crecimiento individual. EL PROCESO GRUPAL COMO AGENTE DE TRATAMIENTO: EJEMPLO CLÍNICO Con frecuencia, los terapeutas de grupo heredan pacientes con patologías de carácter que han resultado parcial o totalmente resistentes al tratamiento previo. Estos pacientes pueden regresar muchas veces a terapia y, de hecho, con frecuencia se les refiere, como un "último recurso", a los terapeutas grupales. La patología crónica de carácter es notoria porque presentan esa resistencia, en especial cuando sus orígenes se ubican en las primeras etapas del desarrollo (como en la patología de carácter de tipo oral).3 El problema se vuelve aún más grave cuando la patología de carácter tiene como modo de expresión la tendencia al acting out. El tratamiento de la patología . de carácter en la díada ha resultado ser un hueso duro de roer. Anna Freud (1966) estaba justo en lo correcto cuando sostuvo que es "... responsable de la mayor parte de las dificultades técnicas que surgen entre analista y paciente". Ella afirmó que tanto la sintonicidad de la patología de carácter como el hecho de que introduce la transferencia ante todo como defensa, la hacen muy difícil de alcanzar en el tratamiento analítico. En realidad, el atrincheramiento de la patología de carácter, su "cualidad de vida—muerte", es bien conocida para los clínicos, quienes con tanta frecuencia se sienten frustrados, si no es que derrotados, por esto. Sin embargo, los problemas de tratamiento 3 La patología de carácter, como se utiliza aquí, se refiere a las percepciones y respuestas duraderas y repetitivas que se vuelven parte del repertorio corductual del individuo a través de un largo periodo. Estos patrones conductuales pueden ser verbales o no. En ocasiones, aparecen sólo en respuesta a ciertas situaciones o desarrollan una vida propia, con lo que se vuelven típicas del estilo del individuo. La patología de carácter es egosintónica, libre de ansiedad y se experimenta como parte del sí mismo; es de lo más esquiva desde el punto de vista del tratamiento. Es un producto manifiesto de los primeros intentos del yo por resolver los problemas del desarrollo de una manera menos que exitosa, con lo que se vuelven (en palabras de Anna Freud f19661) "fenómenos permanentes de defensa". En el tratamiento, la patología de carácter estará presente en la conducta del paciente y comoparte de la resistencia de transferencia. deben examinarse no sólo desde el punto de vista de la patología en sí, sino también desde la perspectiva dé la modalidad que se selecciona para su trata: miento. Por ejemplo, la combinación de la resistencia intratable del paciente con las limitaciones del terapeuta analítico a veces resultan letales cuando se trata la patología de carácter en una díada. Se requiere que el analista sea neutral, objetivo y esté en control de su contratransferencia aun ante la transferencia profundamente negativa y la ira que de manera tan típica acompañan a este tipo de patología de carácter. Como tal, se prohíbe al analista tener muchos tipos de respuestas que están abiertas a los miembros de un grupo terapéutico y que han resultado en extremo útiles con pacientes bajo las circunstancias que se mencionaron. Por otra parte, el acting out puede presentar algunos retos importantes a la terapia de grupo, mismos que se evitan en la díada. Por definición, la terapia grupal es una modalidad más activa—reactiva que el tratamiento individual. La conducta observable es parte del modus operandi del grupo: la "acción", en el sentido de interacción activa con otros, se considera como uno de los valores del grupo en comparación con la díada, que es más exclusivamente verbal. Es comprensible que la acción es un activo sólo cuando está al servicio del tratamiento; la línea entre expresarse de manera no verbal y el acting out es, cuando mucho, muy tenue. Es claro que el grupo como modalidad multipersonal es muy vulnerable al contagio cuando uno de los miembros presenta acting out. También, el terapeuta es más vulnerable a la provocación cuando se enfrenta con una amenaza potencialmente grave para el grupo, mientras que se escrutina su propia conducta. Se incrementa así la probabilidad de episodios contra transferenciales y aumenta de igual manera el potencial para que el terapeuta provoquede manera inconsciente el acting out o se coluda con él. Sin embargo, del lado positivo, cuando se facilita de manera adecuada, el proceso grupal es muy efectivo para contener y enfrentar el acting out por muchas de las mismas razones por las que tiene una cualidad única en su efectividad en cuanto a la patología de carácter en general. El siguiente ejemplo, que incluye un caso de acting out en un carácter masoquista, ilustra el poder único de la modalidad grupal y la función específica del proceso grupa! en el manejo de esta psicopatología en particular difícil dentro de un marco analítico. Acting out, como se utiliza aquí, se refiere a la conducta del paciente que sustituye a la comunicación verbal de material en tratamiento de tal manera que el material se presenta como algo no accesible a la intervención analítica. La motivación para esta conducta es inconsciente o fuera del control del paciente y está gobernada por la com- pulsión a la repetición. El paciente tiene conciencia de sus actos pero no del origen o significado de éstos. Por lo común, tal conducta es irracional e inapropiada, sin embargo el paciente la experimentacomo razonable y sintónica.
  • 22. 18 Psicoterapia degrupoen laprácticaclínica (Capítulo 1) Contribucionesdela terapia analítica degrupo alprocesopsicoanalítico 19 Ca so 1 los siguientes hechos' ocurrieron durante la c onducción de un grupo de entr enamiento y estaban bastante lejos de los hogar es de los participantes. Dur ante la fase inicial del grupo salier on a relucir asuntos de confianza, confidencialidad y demás, y se desarrolló un contr ato preliminar de trabajo. Durante este proc eso, la señorita A expresó su convicción de que el líder resultaría ser de un "tipo analítico bueno y fuerte", un sentimientoquedijo que la complacíaaunque no sabíaporqué. En el inicio del grupo, la señorita A c ompartió su enojo hacia la línea aér ea por haber sobr evendido su vuelo, con lo que habían puestoen duda su boleto de r egr eso, el cual estaba "garantizado" de antemano. Había tenido un acalorado intercambio con el ger ente de la aer olínea, quien en apariencia se había quej ado después con los organizador es del pr ogr ama de entrenamiento acerca de la "intolerable" conducta de una de sus participantes. Los organizadores, por su parte, temían que el pr oblema se hiciera mayor y que pudiera amenazar al progr ama c ompleto. Se puso repentinamente"enalerta"allíder. Cuando el grupo reinició actividades después de un desc anso,el líder esperó escuchar la r espuesta de los miembr os ante la situación de la aer olínea. Muchos de los miembros habían tenido, de hecho, el mismo problema y, por tanto, estaban muy dispuestos a apiadarse de la queja de la señorita A. Su empatía alentó a la señorita A a continuar con su historia, que ahor a manifestó su creciente indignación y algunas fantasías bastante alarmantes. De manera específica, le dijo al grupo que planeaba vengarse en 'c ontra 'de la aerolínea mediante la unión de fuerzas con otros participantes con los que se hubiera cometido un abuso similar y lanzar una ofensiva en r epr esalia. Por ejemplo, tenía pensamientos de "dejarle .saberla historia a la prensa","ira lostribunales"y demás. Cuando el líder intentó cuestionar por qué la reacción de la señorita A era más fuerte que las de los otros miembros delgrupo ante,en esencia,la misma situación, la señorita A respondió con enojo. Declaró que el terapeutano podía c omprenderla humillación que ella había sufrido nise le daba crédito a su "r espuesta sana y afir mativa" ante la situación. El grupo reaccionó con bastante rapidez y de manera precisa ante el c omponente autodestructivo de la imagen "sana", en apariencia, que presentaba la señorita A. Comprendieron el significado de la c ompar ación original del terapeutaentre la intensareaccióndela señorita A y su propiareacción moderada ante la misma circunstancia. Compr endieron que en la señorita A se enc ontrabaen funcionamientoun c omponente irracional,lo que causaba que sobre reaccionar á y la cuestionaron de manera amable, pero persistente, en cuanto a los niveles a los que ella estaba preparada para continuar con su caso.Al haceresto, pudieron hacer que la señorita A dudara en cuanto a lo apropiado de su conducta altamente racionalizada, una duda que el terapeuta ni siquiera podía sugerir. La señorita A parecía tan vulnerable al insulto narcisista de parte de los comentarios del terapeuta que era claro que el mejor curso de acción' consistía en per mitir que el grupo tomara las riendas. El ter apeuta también se sintió aliviado ante esta movilización efectiva del proc eso grupa) en una situación donde el acting out amenazaba no sólo a la señorita A y algrupo,sinoen realidada todoelprograma. A medida que el grupo progr esó y la señorita A se sintió más cómoda con los demás miembros, compartió con ellos algunos de los otros sentimientos que se disfrazaban detrás de su enojo gener alizado. Estar lejos de casa parecía que intensific aba los sentimientos de soledad y vulner abilidad que,porsu parte, c onducíana fantasías de que la aerolínea la atacaba,lo cual le "impedía" tener acceso a su propia casa. A medida que los miembros del grupo compartieron sentimientos similares, la señorita A se abrió aún más. Les dijo (lúe amenazó al ger ente de la aer olínea y él r espondió con una contra amenaza de hacerla arrestar y demandarla por difamación.De nuevo,de manera amable el grupo puso en dudasu conducta. Sin embargo,en este punto la señorita A cambió a un modo defensivo y exigió que el grupo no la desafiara de ninguna manera. Según dijo, tenía una fantasía de que ellos eran parte del bajo mundo en un país subdesarrollado. Se preguntaba si revelarían los nom- bres de los demás (¡en especial el de ella!), aún bajo tortura. Es innecesario decir que esta fantasía tomó por sorpresa al grupo y en especialporel gradode la demandade lealtadde la señorita A. Sólo había dos opciones en este punto de vista dic otomizado del mundo: absoluta lealtad o total deserción. En este punto, intervino el líder y sugirió que la interacción persistentemente hostil de la señorita A con la aerolínea había sido desde el principio,y almenos en parte,una prueba para la lealtad del grupo; en oteas palabras, ¿ellos la "esquilmarían" y traicionarían como había sentidoquelo habíahecho la aerolínea o estarían de su parte? El grupo recogió la sugerencia del líder de que la señorita A estaba actuando una trama inc onsciente y llevaron la interpretación un paso más allá mediante la c omparación de su conducta con aquella delseñor B, otro miembro. El señor B había manejado dentro del grupo una creencia de larga duración acerca de quelaspersonasnunca lo identificabana él como 5 Parte del materialque sigue aparece en una publicación previa (Kauff,1978). alguien independiente de su hermano gemelo. Sin embargo, pronto