1. La Valentía Cristiana
La valentía cristiano es la voluntad a decir y hacer lo correcto a pesar del
costo mundano, porque Dios promete ayudarte y salvarte por medio de Cristo. Se
requiere el uso de valentía en un hecho si por si acaso será doloroso. Podría ser el
dolor físico, como aquel que resulta en la guerra y las operaciones de rescate. O
podría ser el dolor mental como aquel de una situación de confrontación o
controversia.
La valentía es indispensable tanto para el difundir y el conservar de la
verdad de Cristo. Jesús prometió que el difundir del evangelio recibiría
resistencia: “Entonces os entregarán a tribulación, y os matarán, y seréis odiados
de todas las naciones por causa de mi nombre” (Mateo 24:9). Y Pablo avisó que,
hasta que en la iglesia, fidelidad a la verdad sería asediado: “Sé que después de mi
partida, vendrán lobos feroces entre vosotros que no perdonarán el rebaño, y que
de entre vosotros mismos se levantarán algunos hablando cosas perversas para
arrastrar a los discípulos tras ellos.” (Hechos 20:29-30); ver también (2 Timoteo
4:3-4).
Por lo tanto, por el evangelismo real y la enseñanza real, es necesario
tener la valentía. El correr de la resistencia en el evangelismo o en la enseñanza
deshonora a Cristo. Hay una clase de cobardía que muestra solamente las
verdades que no invitan peligro. Martin Luther lo dice así:
Si profeso con la voz más ruidosa y la exposición más clara cada porción
de la verdad de Dios excepto exacto ese poco punto que el mundo y el diablo
atacan en ese momento, no estoy confesando a Cristo, no importa con cuánta
audacia haya profesado a Cristo. Donde rabia la batalla, allí la lealtad del
soldado se prueba, y ser constante en todo el campo de batalla además, es más
vuelo y deshonra si se acobarda en ese punto. (Citado en Parker T. Williamson,
Standing Firm: Reclaiming Christian Faith in Times of Controversy [Springfield, PA:
PLC Publications, 1996], p. 5)
¿Entonces, de donde podremos obtener esta valentía? Ten en cuenta
estos puntos.
De ser perdonado y ser justo: – “El impío huye sin que nadie lo persiga,
mas los justos están confiados como un león” (Proverbios 28:1). “Y Jesús, viendo

2. la fe de ellos, dijo al paralítico: Anímate, hijo, tus pecados te son perdonados”
(Mateo 9:2).
De confiar en Dios y esperar en Él: - “Esforzaos, y aliéntese vuestro
corazón, todos vosotros que esperáis en el SEÑOR” (Salmo 31:24; también ver 2
Corintios 3:12).
De ser llenado del Espíritu Santo: – “todos fueron llenos del Espíritu
Santo y hablaban la palabra de Dios con valor” (Hechos 4:31).
De la promesa de Dios quedar contigo: – “¿No te lo he ordenado yo? ¡Sé
fuerte y valiente! No temas ni te acobardes, porque el SEÑOR tu Dios estará
contigo dondequiera que vayas” (Josué 1:9).
Del saber que la persona contigo es mayor que el adversario: -”Sed
fuertes y valientes… porque el que está con nosotros es más poderoso que el que
está con él. Con él está sólo un brazo de carne, pero con nosotros está el SEÑOR
nuestro Dios para ayudarnos y pelear nuestras batallas” (2 Crónicas 32:7).
De estar seguro que Dios es soberano sobre la batallas: – “Esfuérzate, y
mostrémonos valientes por amor a nuestro pueblo y por amor a las ciudades de
nuestro Dios; y que el SEÑOR haga lo que le parezca bien” (2 Samuel 10:12).
Por la oración: – “En el día que invoqué, me respondiste; me hiciste
valiente con fortaleza en mi alma” (Salmo 138:3; también ver Efesios 6:19-20).
De los ejemplos que muestran los demás: - “La mayoría de los hermanos,
confiando en el Señor por causa de mis prisiones, tienen mucho más valor para
hablar la palabra de Dios sin temor” (Filipenses 1:14).
Esperando mantenerme firme con usted,
By John Piper. © Desiring God. Website: desiringGod.org